MUERTE Y RESURRECCION EN EL ANTIGUO EGIPTO.
Un proceso mítico completado a lo largo de los siglos con la lenta solarización del díos ctónico Osiris.
Osiris resucitaba en el inframundo (en el mundo de los muertos), desde cuyo interior gobernaba las energías cósmicas sometidas a la percepción sensorial de la muerte y el renacimiento.
¿Quién era y qué representaba, en consecuencia, Osiris, dentro de este aparente complejo funcional de la fragmentada y diversificada «teología» egipcia?
«Osiris era la vida tomada en el momento de la muerte»: el dios de la resurrección (en sentido amplio), nos responde H. Frankfort; pues hay que reconocer que, entre los grandes dioses de Egipto, Osiris fue una excepción de marcada singularidad: «Su muerte era transfiguración y su poder se reconocía en esa vida que periódicamente surgía de la tierra, renovada eternamente. De ahí que Osiris fuese el dios de la resurrección».