020_2017 Mercados&Regiones

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Por otro lado, tenemos un sector agropecuario que podría crecer aún mucho más. Por ejemplo, toda la exportación no tradicional de Arequipa sigue creciendo a un ritmo importante, pero todavía se podrían aprovechar mejor los nuevos productos orgánicos, de alto valor agregado, que se producen sobre todo en Cusco y Puno, y que en buena parte los vende Arequipa. Se están produciendo berries, café, cacao, entre otros. Hay mucho potencial.

Respecto a los niveles de competitividad, ¿deberíamos medirnos entre regiones peruanas o, más bien, medirnos con otros países? Para poder medirnos con otros países, necesitamos información comparable. La información entre países solamente la tenemos por el Índice Global de Competitividad del Banco Mundial. Sin embargo, para comparar, por ejemplo, Arequipa versus Santiago u otras ciudades de la región, necesitamos información que no es sencilla de construir. Es uno de los esfuerzos en los que queremos ahondar en el IPE: tratar de compararnos con ciudades de otros países, por lo menos de la Alianza del Pacífico. Eso nos dará una mejor idea de qué tan competitivas son realmente las regiones del sur. Otro de nuestros esfuerzos es poder comparar la productividad de las provincias dentro de una misma región.

¿Qué impacto real tiene en la vida de las personas la competitividad? La competitividad es sumamente importante para las personas de a pie, porque no solo determina, por ejemplo, la factibilidad para hacer negocios de hoy día, sino la factibilidad que van a tener en los siguientes cinco, diez o quince años para poder desarrollarse de manera adecuada en sus regiones. Entendemos que la única manera de reducir la pobreza de manera sostenible es a través del crecimiento económico. Y para lograr el crecimiento económico, se tienen que aprovechar todas las potencialidades que pueda tener cada región. A su vez, para aprovechar esas potencialidades, tenemos que ser competitivos. Si no somos competitivos, la inversión privada no se va a ubicar en nuestra región. La competitividad lo que nos dice es cuál es nuestra capacidad para poder generar desarrollo económico, que al final va a redundar en reducir la pobreza. Cuanto más competitivos seamos, vamos a tener mejores condiciones para poder aprovechar y lograr un mayor desarrollo. Por eso es importante la competitividad, porque nos dice cómo estamos como para poder generar más crecimiento económico. Si no somos competitivos, probablemente grandes instituciones privadas no van a aterrizar en nuestras regiones y, si aterrizan, probablemente no las aprovecharemos de la mejor manera. Apurímac, por ejemplo, tiene que generar la suficiente competitividad como para emular las cosas positivas que ha hecho Moquegua y no quedarse rezagada como Cajamarca.

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