Atlas de hematología
Monoblasto Dada la similitud en el inmunofenotipo y en lo subjetivo de las diferencias morfológicas, algunos autores dicen que monocitos y granulocitos tienen un progenitor común. No obstante se pueden observar algunas características que los diferencian, como por ejemplo, el tamaño de los monoblastos que es superior al de los mieloblastos (de 15 a 25 µ). El núcleo por lo general redondo o ligeramente clivado, con una cromatina muy laxa en la que se pueden observar algunos pliegues precursores de la posterior “cromatina peinada” del monocito, posee varios nucléolos usualmente prominentes. Su citoplasma, más abundante que el del mieloblasto, es basófilo con una tonalidad azul plomiza con las tinciones habituales de Romanowsky (foto 31). Su inmunofenotipo no se diferencia del encontrado en el mieloblasto a excepción de la expresión parcial de CD64. Hay diferencia en la citoquímica, ya que el monoblasto presenta una intensa positividad esterasa.
Foto 31. Extendido de sangre de un paciente con lma-m5 (fab) donde se observa un monoblasto. Núcleo laxo, arriñonado, nucléolos. Citoplasma basófilo sin gránulos Nucléolos
Cromatina laxa
Citoplasma basófilo
Promonocito Los promonocitos se pueden identificar con claridad en la médula ósea; poseen un tamaño de 15-20 µ y una elevada relación núcleo-citoplasma. El núcleo, de aspecto morfológico irregular, con pliegues e indentaciones —aspecto característico de las células de este linaje—, posee una cromatina algo más condensada que la de su precursor, y se le pueden observar uno o dos nucléolos (foto 32). El citoplasma es basófilo con escasas granulaciones azurófilas. Citoquímicamente, los promonocitos contienen fosfatasa ácida (E.C.3.1.3.2), naftol-As-D-acetatoesterasa (E.C.3.1.1.2) fluorosensible, α-naftilbutiratoesterasa (E.C.3.1.2.29), peroxidasa (E.C.1.11.1.7), N-acetil-β-glucosaminidasa (E.C.3.2.1.52) y arilsulfatasa (E.C.3.1.6.1).
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