Una re-lectura de las bienaventuranzas. Pst. Ricardo Verduga C.

Mensaje Dominical

Julio 19/ 2015

Una relectura de las

BIENAVENTURANZAS Pst. Ricardo Verduga C.

Texto: Mateo 5:1-12

El Gran Panorama

La primera pregunta que nos plantea el texto es, ¿En qué contexto histórico está colocado el evangelio de Mateo? La estructura de este evangelio sigue un estilo moldeado en el Antiguo Testamento, refleja además la situación en la Jesús ejerció Su Ministerio; nos muestra el ambiente sociológico en que fue construido el texto el cual es el objeto de nuestra reflexión. Por la expresión: “No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”. Se puede avizorar el horizonte de polémica que había en Judea, y que la injusticia, la desigualdad, y el excesivo abuso del poder y de la fuerza, plantean las razones de la preferencia de Jesús por los desamparados y los desprotegidos de la nación. Como podemos ver, el texto está abierto a la vida de la comunidad de Mateo, a la vida de la comunidad de Jesús y de ambas se abre a la vida de nuestras comunidades pobres, aquí y ahora. Mateo está deseoso de traducir el ministerio el Ministerio de Jesús en categorías religiosas, sociales y económicas. Están son la prueba de las bienaventuranzas y las confrontaciones sobre el uso de la Ley, dado que cada sentencia de la Ley utilizada apuntaba a una restauración en el orden de las relaciones socio económicas. Las bienaventuranzas restablecen la justicia en la vida de una comunidad con rostro conocido. Por tanto, las bienaventuranzas no se tratan entonces de un discurso religioso, sino del restabecimiento de la justicia de Dios, se reafirmar la alianza y traer las Promesas, a partir del Ministerio de Jesús. Este sermón del Monte trata de la ética del amor. “Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos?” Mateo 5:43-46. Esta es la síntesis de la nueva Ley del Evangelio y está presente en todo el texto del Sermón del Monte, rescatando con justicia el derecho de los pobres, de las mujeres, de los marginados. Podemos decir que, la clave de lectura de todo el sermón del Monte, y hasta el Evangelio, es la práctica de la justicia.

El Texto No es un Pretexto Reino y humanización El fondo del mensaje de las bienaventuranzas pretende iluminar la vivencia cristiana, como propuesta evangélica del proyecto de Jesús. Cuando Jesús anunció el Reino puso en vigencia la humanización del ser humano, desde la restauración de su dignidad hasta la inserción en el Reino. Cuando Juan el bautista fue encarcelado por Herodes, Jesús regresó a Galilea para seguir predicando. No podía ni debía detenerse el evangelio del reino de Dios: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio”. Marcos 1:15. Estas dos afirmaciones sugieren algunas preguntas de vital importancia en relación a la enseñanza del Sermón del Monte. (1) ¿Cuál es el significado de El Reino de los Cielos? (2) ¿Qué es, el evangelio del Reino de los cielos? (3) ¿Qué quiere decir que el Reino de Dios está cerca?

Para los judíos del tiempo de Jesús, el Reino de Dios significaba la liberación del yugo romano la completa restauración de la nación judía a toda su antigua gloria. Significaba sacar si fuera necesario por la fuerza al invasor y juzgar sus actos depredatorios. Para nuestro Señor Jesucristo, el Reino de Dios significaba; el dominio de Dios en los corazones de todos los seres humanos. Significaba la total restauración y dignificación de los oprimidos, de los menesterosos, significaba abrazar todas las razas; lenguas y nacionalidades, significaba los derechos de todos y la justicia para todos. El Reino de Dios entonces, no era un reino sólo para judíos. Esta era un reino para todo aquel que se arrepintiera y creyera en el evangelio de Jesús. Además, este era un reino que no sería establecido por la violencia, sino por la justicia y por el amor, por esto crecería como el grano de mostaza, hasta llegar a convertirse en un gran árbol

Jesús el escenario de sus enseñanzas, la simbología y analogías de las enseñanzas La palabra, “Bienaventurado” era muy común en el lenguaje judío, Jesús la usa aquí en el texto no con el sentido de proclamar una realidad futura, sino que la usa para anunciar un evento presente, la usa para declarar algo que ¡ya! está operando allí entre ellos ahora: ¡El Reino de DIOS! En otras palabras, Jesús está diciendo; YO estoy aquí y, conmigo ha venido el Reino de mi Padre, para morar en vosotros. La fe judía estaba por aquellos días estaba quebrantada, por lo tanto se tornaba obligatorio la tarea de una renovación religiosa desde el interior y que desbordara hacia el exterior. El auditorio que Jesús convoca, está constituido por personas de toda la geografía de Palestina, podría decirse entonces que, aquel público era global y universal. En Mateo 4:25 se nos dice que: “Le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán”. Se observa en este versículo una continuación con Mateo 5:1.

“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos”.

Hay un cambio notorio de escenario, quienes ahora lo siguen insistentemente, ya no son los enfermos, los endemoniados, los paralíticos, o los lisiados. Los que ahora lo siguen, tampoco son todos los de alguna ciudad o todos los de una aldea. Los que ahora los siguen, es; “una gran multitud”. Esta gente está ávida de ÉL: quiere oír sus enseñanzas, quiere oír al que entiende sus causas y necesidades, quiere oír a aquel que los inspira, a aquel que los desafía, aquel que los empodera a aquel que los representa @iglesiaisraelec

y les enseña resiliencia. Las bienaventuranzas entonces en este sentido inician el cumplimiento de las promesas de La Escritura y la renovación de la alianza con Yavhé.

Jesús lleva a la plenitud el cumplimiento de la Ley para ser vivida como una Ley que conduce a la felicidad, a la verdadera hermandad, a la promoción de la dignidad, al trabajo, a la justicia y a hacer posible el reino de Dios entre todos los seres humanos.

Jesús en aquel Monte, proclama la voluntad de Dios para sus discípulos, para el rebaño del Israel, y para todo aquel que se arrepintiera de sus pecados y creyera al evangelio.

Otro cambio interesante en este nuevo escenario que Mateo nos presenta en el capítulo 5 es que Jesús se detiene frente a la multitud, sube a la falda de un Monte, del cual no se nos dice el nombre y empieza a enseñarles. Este Monte encierra una simbología muy interesante. El Monte Sinaí fue el lugar donde descendió la Presencia de Yavhé para entregarle las tablas de la Ley a Moisés, único testigo de aquella Presencia divina, aquí en el Monte esta la misma Presencia de Dios en Jesús, que mira, que toca, que sana, que alimenta, que escucha y actúa en defensa de Su pueblo. Ese Monte representa el encuentro con la Presencia de Dios, desde la Persona de Jesús. Este marco geográfico puede verse como una analogía de la manifestación gloriosa de Yavhé en el Monte Sinaí.

Las bienaventuranzas son una invitación para todos... se puede ser feliz porque DIOS realiza su obra en cada uno, gracias a las buenas nuevas proclamadas por Jesús.

Las Bienaventuranzas, demandas éticas o evangelio La contraposición entre las leyes del Sinaí y las enseñanzas de Jesús se marcan por la expresión: oísteis que fue dicho, pero YO os digo”. Esta muestra fehaciente de Su Persona y de Su autoridad. En el Sinaí reciben la Ley de Dios a través de las manos de Moisés, Jesús es La Palabra viva quien se entrega a su pueblo de parte de Dios. Jesús se identifica con el pueblo, ÉL es también el pobre quien dijo: “EL HIJO del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”. Él es también quien tiene hambre y sed de Justicia, ÉL es también el perseguido de saduceos, fariseos, doctores de la ley y escribas quienes lo buscaban para matarlo, pero ÉL es también quien venció al mundo y a la muerte. Por eso, debemos leer las bienaventuranzas desde ÉL. Las bienaventuranzas son condiciones planteadas con el fin de ser admitido en el reino de los cielos, pero también son una orientación paraclética. Mateo 13:16-17. “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.

La terminología paraclética buscan orientar la vida del cristiano y de todo aquel que quiere iniciar el proceso de seguir a Jesús. Estas orientaciones son de carácter moral para los que quieren encarnar a Jesús en su existencia.

Todo cristiano que lee, escucha o reflexiona en este texto debe saber que está dirigido a él, que Jesús llama bienaventurado al que trabajas para hacer posible y visible el reino de los cielos hasta que llegue a su plenitud a través de actitudes de fraternidad y hermandad.

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Conclusión En el contexto judío la fidelidad de DIOS era considerada a la alianza una bendición sobre su pueblo: “Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres”.

Deuteronomio 7:12. Esta es la forma en que se transforman las bienaventuranzas en la proclamación, en el cumplimiento de todas las Promesas. Las bienaventuranzas por tanto tiene un como forma un carácter moral, su contenido o fondo es un sentido de alianza, son también un conjunto de norma o leyes que en el fondo son evangelio; estas prescripciones buscan crear una alianza entre el cristiano y Jesús, quien es la bienaventurado por excelencia. Estas bienaventuranzas pronunciadas por Jesús, constituyen el modo de presentar la nueva Ley, es decir; la Ley del Amor, respecto a la antigua Ley presentada por Moisés. Jesús las presenta como propositivas a diferencia de Moisés que lo hizo en forma prohibitiva. Estas bienaventuranzas dibujan al ser aun no terminado, pero digno de ser soñado, las bienaventuranzas tejen en el ser humano la humanidad de Cristo, siempre que la persona asuma como proyecto de vida vivir en el camino del amor. Las bienaventuranzas son una invitación para todos. En definitiva, DIOS es el origen de la felicidad; se puede ser feliz porque DIOS realiza su obra en cada uno, gracias a las buenas nuevas proclamadas por Jesús. Creo que la intención más profunda de Jesús fue restaurar la dignidad del ser humano y comunicarle que se puede ser feliz en esta vida presente, siempre que se escoja su mensaje de salvación. Asumamos esta enseñanza e incorporémosla como un itinerario espiritual que oriente nuestra vida y que nos ayude a ser bienaventurados plenamente.

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