Módulo IV

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4 Diplomado

Módulo Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua Nicaragua, León

JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR


Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR

Elaborado por: María Estela Hernández Paredes Irella Cristina Romero Salazar Zandra Marcela Blanco Rodríguez Carrera de Psicología Facultad de Ciencias Médicas Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León Revisión: Lucía Medina Gustavo Pineda, Rosa Romero Diagramación: Melvin Lezama

Nota aclaratoria: El presente documento es una recopilación de diferentes informes internacionales y nacionales sobre la temática del Bono Demográfico, con fines meramente académicos y dirigido a los jóvenes participantes en el Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva impartido en las regiones de Occidente, Norte Centro y Las Segovias de Nicaragua.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

«En el comienzo de este Año Internacional, reconozcamos y celebremos todo lo que los jóvenes pueden hacer para construir un mundo más seguro y más justo y redoblemos nuestros esfuerzos por incluir a los jóvenes en las políticas, programas y procesos decisorios que benefician su futuro y el nuestro».

Ban Ki-moon Secretario General de las Naciones Unidas

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Introducción Plan temático

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UNIDAD I: Situación de la adolescencia y juventud: Desarrollo humano, con énfasis en el desarrollo psicosocial de adolescentes y jóvenes. 1.1 El desarrollo Humano 1.2 Concepto de Desarrollo Humano 1.3 Desarrollo Humano y Pobreza 1.4 Género y Desarrollo Humano 1.5 Dimensiones faltantes en los datos de pobreza: una propuesta para indicadores comparables a nivel internacional 1.7 Etapas del Desarrollo 1.8 Desarrollo Psicosocial de la Adolescencia 1.9 La juventud como sujeto de derechos y la noción de adolescencia y juventud 6.1 Paradigmas sobre la juventud y sus efectos en las políticas públicas

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CONTENIDO

UNIDAD II. Análisis de la Situación Adolescente y Joven a Nivel Internacional y Nacional: Bono Demográfico; Educación, Salud (Con Énfasis En SSR: Embarazo Adolescente, VIH-Sida, Etc.); Empleo, Vivienda, Violencia.

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2.1 Bono Demográfico 2.2 Tendencias de la población joven 2.3 Invertir en la juventud, una estrategia para aprovechar el bono 2.4 Situación educativa de los jóvenes 2.5 Empleo y migración de los jóvenes 2.6 Salud Sexual y Reproductiva 2.7 VIH-Sida 2.8 ¿A qué se asocia el embarazo en la adolescencia? 2.9 Riesgos médicos y sociales del embarazo adolescente 2.10 Violencia y juventud: mitos y realidades UNIDAD III.

ANÁLISIS SOCIAL Y DEMOGRÁFICO DE LA JUVENTUD DE NICARAGUA.

Nicaragua en términos generales Pobreza, desigualdad y exclusión: precisiones conceptuales, implicaciones políticas e ideológicas en Nicaragua. 3.3 La transición demográfica en Nicaragua 3.4 Tendencias de la estructura de edades en Nicaragua 3.5 Impacto económico del bono demográfico en los sectores sociales 3.6 Dependencia económica en las etapas iníciales y finales de la vida 3.7 Perspectivas del bono demográfico para el sistema de educación 3.8 Perspectivas del bono demográfico para el sistema de salud 3.9 Salud Sexual y Reproductiva 3.10 Los jóvenes y el trabajo 3.11 Participación social y política 3.12 Migración 3.13 Violencia 3.14 Muerte y suicidio 3.15 Fuera de la agenda pública

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3.1 3.2

GLOSARIO

BIBLIOGRAFÍA

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

Juventud, Población y Desarrollo JUVENTUD, DESARROLLO Y SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA

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INTRODUCCIÓN La participación de la juventud en el desarrollo de su territorio no es un hecho técnico. Es un hecho que garantiza la vinculación del sujeto con su comunidad, recuperando su rol protagónico, enfatizando la dimensión personal y estructural del desarrollo. Entender el desarrollo humano en sus dimensiones piscosocial y socio-cultural, permite elaborar el significado profundo de la individualidad y de la propia sociedad. Por ello es fundamental que los líderes jóvenes en las municipalidades puedan explicar los procesos dinámicos vinculados al desarrollo en los que se encuentran inmersos y que inciden en su desarrollo como individuos. Las personas entre 15 y 29 años se encuentran en las edades en que se adquieren las habilidades y conocimientos que les permitirán desempeñarse, con mayor o menor éxito, durante el resto de su vida. De ahí surge la necesidad de atención que la sociedad debe prestar a los jóvenes y de las oportunidades que tiene que ofrecer, posibilitando también el acceso a ellas.

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LOS JÓVENES TIENEN POR DELANTE UN ENORME DESAFÍO: SER CONDUCTORES DE UN PROCESO DE DESARROLLO ECONÓMICO, SOCIAL, CULTURAL QUE PERMITA, REDUCIR TANTO LA POBREZA COMO LOS GRANDES ÍNDICES DE DESIGUALDAD SOCIOECONÓMICA Y CULTURAL QUE ATENTAN CONTRA LA ESTABILIDAD Y LA CONVIVENCIA; PROMOVER UN CRECIMIENTO ECONÓMICO BASADO EN FUNDAMENTOS SUSTENTABLES A LARGO PLAZO Y COMPETITIVOS EN EL CONTEXTO MUNDIAL, Y MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA EN NUESTRO PAÍS. Objetivo General: Promover el protagonismo de los jóvenes en los territorios Centro –norte, Las Segovias y Occidente de Nicaragua, a través de la adquisición de herramientas metodológicas y conceptuales para abordar la situación de la adolescencia y la juventud en el ámbito del desarrollo humano nacional e internacional.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Objetivos Específicos: 1. Analizar las características psico-sociales de la situación de la adolescencia y la juventud dentro del desarrollo humano en el contexto territorial. 2. Profundizar sobre la calidad de vida y la situación de los adolescentes y jóvenes en ámbito nacional e internacional. 3. Explicar los factores socio-culturales presentes en el contexto nacional que intervienen en el desarrollo de adolescentes y jóvenes.

Estudio independiente

Temática

Clases Teóricas

Unidad

Clases Prácticas

PLAN TEMÁTICO

I

Situación de la adolescencia y juventud: Desarrollo humano, con énfasis en el desarrollo psico-social de adolescentes y jóvenes.

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II

Análisis de la situación de adolescentes y jóvenes en el ámbito nacional e internacional: Bono demográfico, Educación, Salud, Empleo, Vivienda y Violencia.

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III

Contexto social para el desarrollo de adolescentes y jóvenes en Nicaragua: Pobreza y desigualdad; grupos y movimientos sociales; análisis socio-cultural.

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Totales

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

Contenidos por unidad: Unidad I.

Situación de la adolescencia y juventud: Desarrollo humano, con énfasis en el desarrollo psico-social de adolescentes y jóvenes.

1. Concepto de Desarrollo Humano. (Enfoques) 2. Desarrollo Psicosocial Unidad II.

Análisis de la situación de adolescentes y jóvenes en el ámbito nacional e internacional: Bono demográfico, Educación, Salud, Empleo, Vivienda y Violencia.

1. Bono demográfico 2. Indicadores de calidad de vida vs. Indicadores de desarrollo humano. 3. Situación de adolescentes y jóvenes en Nicaragua y el mundo. Unidad III.

Contexto social para el desarrollo de adolescentes y jóvenes en Nicaragua: Pobreza y desigualdad; grupos y movimientos sociales; análisis socio-cultural.

1. Movimientos sociales y formas de participación. 2. Análisis socio-cultural de la situación de adolescentes y jóvenes. 3. Nicaragua: oportunidades y exclusión social para los jóvenes.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR

I

UNIDAD

SITUACIÓN DE LA ADOLESCENCIA Y JUVENTUD: DESARROLLO HUMANO, CON ÉNFASIS EN EL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ADOLESCENTES Y JÓVENES.

OBJETIVOS Objetivo General: Analizar las características psicosociales de la situación de la adolescencia y la juventud desde el enfoque del desarrollo humano en el contexto territorial. Objetivos específicos: • Definir el concepto de desarrollo humano. • Especificar las principales características del desarrollo psicosocial de adolescentes y jóvenes.

1.1 El desarrollo Humano

“El desarrollo humano conjuga la producción y distribución de artículos de consumo con la expansión y uso de las capacidades humanas. También se concentra en las alternativas: qué debe tener la gente, qué debe ser y qué debe hacer para asegurar su propia subsistencia. Pero el desarrollo humano se refiere no solamente a la satisfacción de las necesidades básicas, sino también al desarrollo humano como un proceso dinámico de participación. Es aplicable tanto a los países menos desarrollados como a los altamente desarrollados” (PNUD. Informe de Desarrollo Humano 2010).

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

1.2 Concepto de Desarrollo Humano Desde mediados de los años 80 en el PNUD1 se estudian las estrategias de desarrollo más adecuadas para superar los desequilibrios generados por los programas de ajuste estructural en los países en vías de desarrollo, siguiendo las teorías del economista hindú Amartya Sen, premio Nóbel de Economía en 1998. (http://www.pnud.org.ni/noticias/564. Concepto de desarrollo humano. Acceso el 6 de junio 2011. Formato html). El énfasis de estos esfuerzos se situaba en plantear el bienestar de los ciudadanos como principal objetivo de las políticas de desarrollo. Desde esta óptica, el incremento de los ingresos económicos ha pasado de ser un objetivo de los procesos de desarrollo a transformarse en una condición para el mismo. El PNUD ha realizado algunas de las mayores contribuciones al concepto de desarrollo humano al concebir el mismo como “un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos y que se traduce en la libertad general que deberían tener los individuos para vivir como les gustaría”. Utilizando dicha terminología, el Desarrollo Humano es un proceso mediante el cual se busca la ampliación de las oportunidades para las personas, aumentando sus derechos y sus capacidades. Este proceso incluye varios aspectos de la interacción humana como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos y otros que son reconocidos por la gente como necesarias para ser creativos y vivir en paz. Para el PNUD las personas son la verdadera riqueza de las naciones y, por ende, el desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que ellas tienen para vivir de acuerdo con sus valores y aspiraciones. Por eso el desarrollo humano significa mucho más que el crecimiento del ingreso nacional per cápita, el cual constituye solamente uno de sus medios para ampliar las opciones de las personas.

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Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR En principio, las oportunidades del ser humano pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. Sin embargo, las tres más esenciales y comunes a efectos del desarrollo humano, y medidas por el Índice de Desarrollo Humano (IDH), son: •

Una vida larga y sana, medida por las esperanzas de vida al nacer. La esperanza de vida es el promedio de la cantidad de años que vive una determinada población en un cierto periodo de tiempo. Se suele dividir en masculina y femenina, y se ve influenciada por factores como la calidad de la medicina, la higiene, las guerras, etc., si bien actualmente se suele referir únicamente a las personas que tienen una muerte no violenta.

El conocimiento, medido por la tasa de analfabetismo y la tasa de matrícula total combinada de primaria, secundaria y universitaria.

Un nivel de vida decente, medido por el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita3. Se conoce como “Producto interno bruto” a la suma de todos los bienes y servicios finales que produce un país o una economía, tanto si han sido elaborado por empresas nacionales o extranjeras dentro del territorio nacional, que se registran en un período determinado (generalmente un año). El PIB es usado como una medida del bienestar material de una sociedad, tratando de medir la riqueza material disponible para cada habitante de un país4.

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adulto2

El analfabetismo es la incapacidad de leer y escribir, que se debe generalmente a la falta de aprendizaje. Per cápita es una locución latina de uso actual que significa literalmente por cada cabeza (está formada por la preposición per y el acusativo plural de caput, capitis ‘cabeza’), esto es, por persona o individuo. 4 Según el Banco Central de Nicaragua el ingreso per cápita en Nicaragua en el 2010 fue de 1,126.5 dólares.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO En términos de evaluación y de diseño de políticas de desarrollo el enfoque de desarrollo humano plantea pistas muy importantes, ya que: •

Propone como objetivo de los procesos de desarrollo la ampliación de las opciones (libertades) que tienen las personas. Así, los objetivos del desarrollo van más allá de lo económico y material (libertades políticas, capacidades sociales, etc.).

Reclama la importancia de las particularidades locales y culturales para diseñar las estrategias de desarrollo más adecuadas.

La participación de las personas en la vida pública (diseño y aplicación de políticas públicas) es un factor central de esta forma de entender el desarrollo, y las personas mismas pueden cambiar su mundo según sus demandas y aspiraciones.

El desarrollo humano exige una articulación de esfuerzos y avances en todos los ámbitos, tiene carácter integral y transdisciplinar. Los instrumentos comprenden aspectos económicos, políticos, sociales e institucionales. La acción complementaria de los diferentes sectores sociales es la que promueve mayores avances en el desarrollo humano: económico, social y político.

El concepto de desarrollo humano abre nuevas perspectivas prácticas a la sociedad más congruentes con la idea de autodirección y autorregulación de la vida de los seres humanos. Ni un clima autoritario, ni los grandes desequilibrios de poder entre personas y grupos sociales es compatible con el desarrollo humano. La idea da al traste con el enfoque de que ciertos grupos saben lo que otros necesitan y quieren, por lo tanto DECIDEN POR ELLOS/AS SU VIDA. El enfoque del desarrollo humano plantea que las personas, grupos y sociedades deben desarrollar sus capacidades para REALIZAR LA VIDA QUE CONIDEREN CONVENIENTE y para ello deben vivir en un clima de libertad de expresión y acción. La palabra clave aquí es PARTICIPACION, nadie sabe mejor que yo lo que quiero y necesito, luego participar además de ser un derecho humano es una condición ineludible para el desarrollo humano. El Plan Local de Juventudes encuentra así su fundamento en el enfoque de desarrollo humano. Por ello se insiste en que este plan debe nacer de un proceso consultivo que facilite procesos participativos de las juventudes locales.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 1.3 Desarrollo Humano y Pobreza El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) es una nueva medida diseñada para reflejar las graves carencias que sufren de forma simultánea las personas. El IPM recoge tanto la incidencia de estas carencias multidimensionales como su intensidad, es decir, cuántas carencias se sufren al mismo tiempo. También se puede utilizar para elaborar una idea general de las personas que viven en la pobreza y permite realizar comparaciones tanto entre los niveles nacional, regional y mundial, como dentro de los países, comparando grupos étnicos, zonas rurales y urbanas, así como otras características relevantes de las familias y las comunidades. El IPM utiliza los recientes avances teóricos y estadísticos para presentar el primer estudio global de esta naturaleza, y ofrece un valioso complemento a las medidas tradicionales de la pobreza basada en los ingresos. El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2010, que se lanzará el 4 de noviembre, presenta estimaciones para 104 países que, en total, suman 5.200 millones de personas (92% de la población en países en desarrollo). De los países analizados, cerca de 1.700 millones de personas, es decir, un tercio de su población, sufre la pobreza multidimensional5. El IPM sustituirá al índice de pobreza humana (IPH), que ha venido publicándose desde 1997. Pionero en su día, el IPH utilizó medias nacionales para reflejar las carencias agregadas en salud, educación y calidad de vida, por lo que no podía determinar si personas, familias y grandes grupos concretos sufrían carencias. El IPM da solución a este punto débil reflejando cuántas carencias simultáneas (incidencia) sufren las personas y a cuántas carencias se enfrentan de media (intensidad). El IPM puede desglosarse por indicadores para mostrar cómo cambia la pobreza multidimensional dependiendo de las regiones, del grupo étnico al que se pertenezca, etc. Además, ofrece útiles aportaciones para la elaboración de políticas. El IPM identifica las carencias superpuestas a nivel de hogar en el ámbito de las mismas tres dimensiones que el Índice de Desarrollo Humano (calidad de vida, salud y educación) y muestra la media de personas pobres y de carencias que tienen los hogares pobres. Una sola carencia podría no suponer que se viva en la pobreza. El IPM requiere que un hogar sufra carencias en varios indicadores simultáneamente. Una persona es multidimensionalmente pobre cuando los indicadores ponderados en los que él o ella padezcan carencias sumen, al menos, un 30%. Indicadores o parámetros Los siguientes 10 indicadores (agrupados en los 3 aspectos básicos) se usan para calcular el IPM (índice de pobreza multidimensional): 5

http://hdr.undp.org/es/estadisticas/ipm/.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO •

Educación

1.

Años de escolarización: sin acceso si ningún miembro del hogar ha completado cinco años de escolaridad.

2.

Niños escolarizados: sin acceso si los niños en edad escolar no asisten a la escuela

Asistencia sanitaria - salud

3.

Mortalidad infantil: si un niño ha muerto en la familia.

4.

Nutrición: sin acceso, si un adulto o niño está desnutrido

Calidad de vida - bienestar social

5.

Electricidad: sin acceso si el hogar no tiene electricidad

6.

Saneamiento: sin acceso no tienen un baño con condiciones suficientes o si su baño es compartido.

7.

Agua potable: sin acceso si el hogar no tiene acceso a agua potable o el agua potable está a más de 30 minutos caminando desde el hogar.

8.

Suelo: sin acceso si el piso del hogar tiene suciedad, es de arena, tierra o estiércol

9.

Combustible de hogar: sin acceso si se cocina con leña, carbón o estiércol

10. Bienes: sin acceso si el hogar no tiene más de uno de los siguientes bienes: radio, televisión, teléfono, bicicleta o moto.

Una persona se considera pobre si se considera que no tiene acceso en al menos 30% de los indicadores ponderados. La intensidad de la pobreza indica la proporción de los indicadores a los que no se tiene acceso. 1.4 Género y Desarrollo Humano

“El avance de la mujer y el logro de la igualdad entre mujeres y hombres son una cuestión de derechos humanos y una condición para la justicia social, y no deben encararse aisladamente como un problema de la mujer. Únicamente después de alcanzados esos objetivos se podrá instaurar una sociedad viable, justa y desarrollada. (Plataforma Beijing 95). Según Adela García Adela. (2009). En su estudio Género y desarrollo humano: una relación imprescindible; establece que la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres es esencial para abordar los retos principales de la humanidad, la pobreza y la exclusión, así como para lograr un desarrollo sostenible centrado en la persona. Conceder importancia a la dimensión humana del desarrollo es una condición fundamental para lograr la igualdad entre mujeres y hombres. Además, enfatiza que el desarrollo humano es el proceso de ampliación de las opciones de las personas mediante el fortalecimiento de sus capacidades. Este proceso implica asumir que cada persona debe ser considerada un fin en sí misma y que, por tanto, ha de ser el centro de todos los esfuerzos de desarrollo.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Por consiguiente, las personas deben considerarse no sólo como beneficiarias sino como verdaderas protagonistas sociales. El desarrollo humano es el desarrollo de la gente, por la gente y para la gente.

“Al establecer la expansión de las libertades y el bienestar humano como objetivo central del desarrollo, el paradigma de desarrollo humano abre muchas posibilidades para la transformación de las relaciones de género y la mejora de la condición de las mujeres, posibilidades que una visión más economicista del desarrollo no permite”. (América Latina Genera. PNUD) Para comprender esta visión del desarrollo humano, así como su vinculación con la igualdad entre mujeres y hombres, es necesario entender de una forma más la democracia y la ciudadanía plena de mujeres y hombres. Condiciones previas, por no decir requisitos imprescindibles, para avanzar en la igualdad de género y el desarrollo: La democratización es indispensable para el desarrollo humano, ya que permite tanto a la mujer como al hombre participar en la toma de decisiones que determinen las condiciones de sus vidas y pedir responsabilidades a las instituciones. Un Estado desprovisto de mecanismos de interlocución y participación de la sociedad civil, limita las posibilidades del ejercicio democrático. La ciudadaní a es “el conjunto de prácticas que definen a una persona como miembro de pleno derecho de una sociedad”. Es imposible pensar en una ciudadanía plena y en su producto colectivo, la democracia, sin que al menos una proporción significativa de los y las ciudadanas puedan ejercer efectivamente sus derechos y desarrollar plenamente sus capacidades. Por tanto, pensar y comprender la ciudadanía desde una perspectiva de género puede propiciar la negociación de procesos de cambio que funcionen para mejorar las vidas de mujeres y hombres.

“La democracia de género propone la construcción de otro tipo de relaciones democráticas y otro modelo democrático que incluya no solamente a las mujeres, sino que, más complejo aún, se modifique el posicionamiento de los hombres y se establezcan relaciones democráticas entre los géneros”. (LAGARDE, Marcela. Claves feministas para liderazgos entrañables. Ed. Horas y horas, Madrid 2005). García (2009), también expresa, que la igualdad de género supone que los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de las mujeres y los hombres se consideren, valoren y promuevan de igual manera. Ello no significa que mujeres y hombres deban ser iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependan del sexo con el que han nacido.

“La igualdad de género implica la idea de que todos los seres humanos, hombres y mujeres, son libres para desarrollar sus capacidades personales y para tomar decisiones. El medio para lograr la igualdad es la equidad de género, entendida como la justicia en el tratamiento a mujeres y hombres de acuerdo a sus respectivas necesidades”. (América Latina Genera. PNUD). A partir del Diagnóstico de la Estrategia de Género de la AECID (2007); Informe UNICEF 2007; Informe UNIFEM 2005 (FNUAP 2005); Informe Igualdad. Comisión Europea, 2004; Instituto

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Nacional de la Mujer: Mujeres en cifras; Federación de Mujeres Progresistas; Informe La Mujer, factor clave para el desarrollo. Ayuda en Acción, InteRed, Entreculturas, 2006; Adela García describe algunos datos y manifestaciones de esta desigualdad: Derecho a unas condiciones de vida dignas: la brecha entre las personas ricas y pobres sigue creciendo. La feminización de la pobreza significa que, de los 1.200 millones de seres humanos que viven en la pobreza, el 70% son mujeres. Las mujeres reciben solamente una décima parte de los ingresos mundiales. Aunque cultivan el 80% de la tierra, son propietarias de menos del 1% de ella. Derecho a la educación: el analfabetismo afecta a 92 920 millones de personas. 600 millones son mujeres. Más de 77 millones de menores no están escolarizados en educación primaria, el 57% de los cuales son niñas. La brecha aumenta según se asciende en los tramos del sistema educativo. Los sistemas educativos son sexistas: sus contenidos reproducen y refuerzan relaciones de género discriminatorias, perpetuando y dificultando los cambios sociales y el desarrollo personal y profesional de las niñas. Derecho a la salud: alrededor de 500.000 mujeres murieron mientras daban a luz en el año 2006, un 99% de ellas en los países en desarrollo. Por cada muerte relacionada con el alumbramiento, otras 30 mujeres sufrieron lesiones o discapacidades. De los 17 millones de mujeres entre 15 y 49 años que viven con VIH/Sida, 98% vive en países en desarrollo (77% en África Subsahariana). Asimismo, hay muchísimas mujeres que sufren prácticas discriminatorias que atentan contra su salud y su dignidad, como el caso de las mutilaciones genitales o las esterilizaciones forzosas. Derecho al trabajo: las mujeres reciben solamente una décima parte de los ingresos mundiales. El trabajo doméstico no remunerado constituye la principal actividad de una de cada cuatro mujeres, mientras que para los hombres es de uno por cada dos mil. Como hemos explicado anteriormente, las mujeres se han incorporado al mercado laboral en las últimas décadas, pero sufren discriminación en cuanto a acceso, condiciones, retribución y permanencia en relación a los hombres. Las mujeres ocupan sólo el 6% de los puestos de alta dirección. Persisten las dificultades para conciliar vida personal y profesional. Derecho a una vida sin violencia: la violencia de género se cobra cada año un número insoportable de víctimas, constituyendo la violación de los derechos humanos más extendida socialmente, la más tolerada y ejercida con gran impunidad legal contra las niñas y mujeres en general. A escala mundial, una de cada tres mujeres ha sido golpeada u obligada a mantener relaciones sexuales contra su voluntad. En el mundo también aumenta la cantidad de conflictos armados: el 80% de las personas refugiadas o desplazadas son mujeres. Asimismo hay miles de «mujeres ausentes», relacionadas con prácticas de “feminicidio”. Derecho a la participación política y ciudadana: La participación ciudadana de las mujeres es mayoritariamente social. La representación política es todavía simbólica. En 2006 suponían menos

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR del 17% a nivel parlamentario y del 10% a nivel legislativo. En el año 2008, solo había 14 mujeres elegidas jefas de Estado o de gobierno. Investigaciones recientes muestran que a medida que aumenta la cantidad de mujeres en el ámbito de la política, disminuye la corrupción y mejora la gobernabilidad. 1.5 Dimensiones faltantes en los datos de pobreza: una propuesta para indicadores comparables a nivel internacional El desarrollo humano tiene como objetivo expandir las libertades que la gente valora y tiene razones para valorar, permitiéndoles llevar vidas más plenas. Esta visión del desarrollo involucra desafíos de distinto tipo, especialmente a nivel metodológico puesto que se necesitan datos sobre las libertades de las personas para guiar y evaluar las acciones referidas al desarrollo. Una limitación crítica para este objetivo es la falta de indicadores de alta calidad sobre capacidades claves que puedan ser comparables a nivel internacional. La Oficina de Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) es un centro de investigación ligado al Departamento de Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford, cuya misión es colaborar a reducir la pobreza asegurando que las políticas que se implementen se realicen en base a las experiencias y valores de las personas. Una de las actividades de OPHI es promover la recolección y el análisis de datos sobre diferentes ‘dimensiones faltantes’ de la pobreza que parecen ser importantes en las experiencias de la gente que sufre carencias, pero que han sido generalmente pasadas por alto en los trabajos cuantitativos de larga escala sobre pobreza y desarrollo humano. OPHI ha diseñado cinco módulos pequeños de preguntas (de 8-10 minutos cada uno) que pueden ser integrados a encuestas de hogares nacionales. Dimensiones Las dimensiones específicas que han identificado incluyen: •

Empleo, incluyendo tanto el empleo formal como informal, con particular atención a la calidad del empleo (Lugo 2007);

• Agencia, o empoderamiento: la posibilidad de avanzar objetivos que uno valora y tiene razones para valorar (Ibrahim and Alkire 2007); • Seguridad física, concentrándose en la seguridad de la violencia en contra de propiedad o personas, así como en las percepciones sobre la violencia (Diprose 2007); • La habilidad de ir por la vida sin sentir vergüenza, el enfatizar la importancia de la dignidad, del respeto y de vivir libre de humillación (Zavaleta 2007).

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO OPHI también ha diseñado un módulo que no necesariamente puede ser considerado una dimensión de la pobreza pero para el cual se requiere mayor cantidad de datos comparables a nivel internacional: • Bienestar psicológico y subjetivo, para enfatizar la satisfacción, el significado de la vida y sus determinantes (Samman 2007).

Criterios Los siguientes criterios fueron usados para identificar indicadores aceptables para ser incluidos en encuestas de hogar o individuales: • Los indicadores tienen que ser internacionalmente comparables. Esto es particularmente importante dada la escasez de indicadores comparables en las ‘dimensiones faltantes’. • Estos deben medir no solamente los aspectos instrumentales de las dimensiones propuestas sino también sus aspectos intrínsecos. •

Deben permitir la identificación de cambios en las dimensiones faltantes a través del tiempo.

• Estos deben rescatar la experiencia de indicadores particulares a la fecha; en particular, qué tan frecuentemente estos indicadores han sido puestos a prueba y hallados como medidas ‘adecuadas’ para propósitos de investigación.

Las dimensiones faltantes de la pobreza Empleo El empleo es la principal fuente de ingreso para la mayoría de los hogares en el mundo; tener un buen y decente empleo está generalmente asociado con estar fuera de la pobreza, de cualquier forma en que esta sea definida. Adicionalmente, el empleo puede generar nociones de autorrespeto y de una vida plena. No hay duda de la importancia de la calidad del empleo como un aspecto fundamental del bienestar individual, sin embargo, existe menos acuerdo sobre cuánto y qué tipo de empleos son necesarios. Agencia El gozar de agencia se refiere a la libertad de actuar en búsqueda de lo que uno valora y tiene razones para valorar. Lo contrario de una persona que goza de agencia es alguien que es cohesionado, oprimido o pasivo. La agencia es una variable recurrente que es de valor intrínseco y tiene importancia instrumental para las comunidades empobrecidas: ‘Una mayor libertad realza

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR la habilidad de las personas de ayudarse a sí mismas y también de influir en el mundo, y éstos son temas centrales para el proceso del desarrollo.’ (Amartya Sen, Development as Freedom, New York: Knopf Press, 1999: pp. 18-19, traducción libre). La habilidad de ir por la vida sin sentir vergüenza Experiencias directas de actos indignos, de aspectos de vergüenza y de humillación continúan siendo citadas por personas y comunidades en condiciones de pobreza como componentes dolorosos de sus privaciones. La vergüenza y la humillación pueden resultar en el aislamiento de las personas, corroyendo las relaciones sociales. También están ligadas a múltiples efectos en el bienestar psicológico y en la formación de identidad de grupos (lo cual, a su vez, puede conducir a conflicto). Bienestar psicológico y subjetivo Los estados psicológicos y subjetivos de bienestar tienen valor intrínseco e instrumental. Son un componente vital de las otras dimensiones que proponemos, así como un resultado de su logro. Además, contribuyen a una perspectiva más enriquecedora de la experiencia y los valores humanos, y, en particular, a la importancia de los componentes no materiales de ellos. Seguridad física La violencia destruye los logros del desarrollo en áreas como la educación, la salud, el empleo, generación de ingresos y la provisión de infraestructura. Además, impide la libertad de las personas de gozar de una vida segura y puede sostener trampas de pobreza en muchas comunidades. Sin embargo, la violencia no es inevitable: la mayoría de las personas, vengan de comunidades multiétnicas, de religiones mezcladas o de comunidades donde exista amplios niveles de pobreza viven en paz. Existe la necesidad de datos confiables y comparables sobre la violencia contra las personas y la propiedad para incrementar nuestra comprensión de este concepto. 1.6 Concepto de Desarrollo Humano desde la perspectiva Psicológica Los psicólogos denominan desarrollo al cambio psicológico sistemático que se da a lo largo de la vida. Durante este proceso la persona va accediendo a estados más complejos y “mejores” que los anteriores. Esos cambios que se dan en las personas a lo largo de la vida pueden ser explicados a través de unos factores que se encuentran enfrentados por parejas: la continuidad versus discontinuidad, la herencia versus el ambiente, y lo común vs lo singular. También el contexto en el que se desarrollan los sujetos nos permiten comprender mejor su evolución, así es necesario destacar el contexto histórico, el socio-económico, el cultural e incluso el étnico, por citar

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO los más importantes. Finalmente, vale la pena resaltar que el desarrollo debe ser entendido como un proceso continuo, global y dotado de una gran flexibilidad. A lo largo del último siglo han sido varias las corrientes y los modelos teóricos que han aportado sus descubrimientos e investigaciones para explicar el fenómeno del cambio. En general cada uno de estos modelos tiene sus propias explicaciones, a veces contradictorias a las que se presentan desde otras teorías. Entre estos modelos se pueden citar al establecido por Erik Erikson, el cual señala que hay una serie de tareas implícitas en el desarrollo del ser humano, propias de las sucesivas etapas. Estas tareas son, en gran parte, impuestas por la sociedad y la cultura. A través del proceso de socialización, el cumplir estas tareas llega a convertirse en una aspiración del propio individuo, marcando definitivamente su proceder en determinados momentos de su vida. Por otra parte, Urie Bronfenbrenner (investigador en Psicología Evolutiva) estableció el enfoque ecológico del desarrollo humano, el cual organiza los amplios contextos del desarrollo en término de la inmediatez de su impacto. En el centro de este modelo está el individuo. A continuación se describe cada uno de los subsistemas establecidos por Bronfenbrenner: -Microsistema: Es el nivel más cercano al sujeto, e incluye los comportamientos, roles y relaciones característicos de los contextos cotidianos en los que éste pasa sus días, es el lugar en el que la persona puede interactuar cara a cara fácilmente. Es el contexto inmediato que comprenden las relaciones más próximas de la persona y la familia, el cual puede funcionar como un contexto efectivo y positivo del desarrollo humano o puede desempeñar un papel destructivo o disruptor de este desarrollo. En el microsistema se incluye a la familia, compañeros de clase, escuela entre otros. Por ejemplo, en el hogar el desarrollo puede verse estimulado por la sensibilidad de la madre ante los intentos de independencia de su hijo. Y éstos a su vez la impulsan a pensar en nuevas formas de favorecer esta clase de conducta. -Mesosistema: Comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente (familia, trabajo y vida social). Se forma o amplia cuando la persona entra en un nuevo entorno. Es decir, vendría a representar la interacción entre los diferentes ambientes en los que está inmerso el sujeto como pueden ser las reuniones padres y maestros que vincula hogar y escuela o bien las relaciones que se forman entre el hogar, la escuela y el grupo de compañeros. Por ejemplo, el progreso de un adolescente en la escuela puede verse favorecido por una estrecha comunicación de sus padres con los profesores. De manera análoga, la atención de los maestros beneficiará las interacciones del niño en su familia. -Exosistema: Designa los ambientes u organizaciones sociales que están más allá de la experiencia inmediata de la persona y que influyen en él. Está integrado por las instituciones y las actuaciones concretas a nivel económico, político y educativo que afecta a los diferentes microsistemas. Los ejemplos abarcan desde ambientes formales como el lugar de trabajo de los padres y los sistemas comunitarios de salud y bienestar hasta organizaciones menos formales como la familia extendida de la persona o la red de amigos de los padres. Por ejemplo, la madre quizá trabaje en una

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR compañía que le permite trabajar en casa dos o tres días a la semana. Gracias a esa flexibilidad podrá dedicar más tiempo a su hijo, con lo que favorecerá de manera indirecta su desarrollo. Por lo demás el mayor tiempo que la madre pasa con su hijo puede disminuir su tensión y hacerla más productiva en el trabajo. -Macrosistema: No alude a ningún ambiente en particular. Comprende las tradiciones, leyes valores sociales y creencias de la sociedad en la que vive el individuo. Por ejemplo, las leyes que establecen la integración- osea la inclusión de adolescentes y jóvenes minusválido en aulas regulares- tiene una gran repercusión en el desarrollo educativo y social de ellos y de los demás alumnos sin minusvalía. Así el éxito o el fracaso de esta política estimulará o desalentará otras iniciativas del gobierno para integrar a los dos grupos. Las acciones que se realizan en este nivel son de gran importancia porque influyen en los demás niveles (microsistema, mesosistema y exosistema). A continuación se presenta una figura que resume dichos sistemas:

1.7 Etapas del Desarrollo El desarrollo del ser humano se desenvuelve a través de sucesivas etapas que tienen características muy especiales. Cada una de ellas se funde gradualmente en la etapa siguiente. Sin embargo, no hay un acuerdo unánime para determinar cuántas y cuáles son

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO esas etapas. Tampoco se puede decir cuándo comienza exactamente y cuándo termina cada etapa, pues en el desarrollo influyen diversos factores individuales, sociales y culturales. Por eso se dice que cada ser humano tiene su propio ritmo de desarrollo. Erick Erickson (Psicólogo) planteó una teoría del desarrollo en el que establece que la personalidad del individuo nace de la relación entre las expectativas personales y las limitaciones del ambiente cultural. Para Erikson, la vida gira en torno a la persona y el medio. Así, cada etapa es un avance, un estancamiento o una regresión con respecto a las otras etapas. Cada etapa está caracterizada por una crisis emocional con dos posibles soluciones, favorable o desfavorable. La resolución de cada crisis determina el desarrollo posterior. Erickson establece ocho etapas o estados en el desarrollo psicosocial de una persona, basado en que la imagen personal y el autoconcepto se basa en la cultura en la que crecemos y comienza por las interacciones con quienes nos cuidan durante la infancia y sigue con otras personas fuera del hogar conforme crecemos y maduramos. Sin embargo, resulta necesario mencionar que estas etapas no son universales ni inherentes a la naturaleza humana, sino que reflejan hitos de desarrollo presente en la cultura occidental, específicamente de la población de clase media de países desarrollados. Por lo tanto, es importante tener presente que las características del desarrollo en las diferentes etapas de la vida estarán influidas por el contexto social, cultural, económico e histórico que vive la persona.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR

1.8 Desarrollo Psicosocial de la Adolescencia Antes de comenzar a describir el desarrollo que a nivel psicosocial se presenta durante la adolescencia, es necesario tener en cuenta que existen varios enfoques que tratan de explicar las características de dicho desarrollo, cada enfoque plantea un conjunto de postulados teóricos tomando como referencia ciertas características del ser humano y el contexto en que el teórico se desarrolla. En este sentido, a continuación se mencionará algunos enfoques cuyos postulados también tienen sus propias limitaciones, por lo que en ningún momento se deben considerar como una verdad absoluta Así, existen diferentes enfoques y disciplinas que se encargan de definir la adolescencia desde diferentes perspectivas, tal como se muestra a continuación: Cronológicamente: De acuerdo al criterio utilizado por la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia se la define como el lapso de tiempo que comprende aproximadamente entre los 10 y los 19 años. Este período, a su vez, puede ser subdividido en tres fases: adolescencia temprana, media y adolescencia tardía. La duración de estas etapas varía tanto individual como culturalmente, aunque en términos generales se puede afirmar que la primera va desde los 10 a los 13 años, la segunda desde los 14 a los 17 años y la tercera desde los 17 a los 19 años, respectivamente. El Código de la Niñez y Adolescencia de Nicaragua, en su artículo 2 considera como niña y niño a quienes no hubiesen cumplido los 13 años de edad, y adolescentes a quienes se encuentren entre los 13 y 18 años de edad no cumplidos (13 a 17). La Ley 392, de Promoción del Desarrollo Integral de la Juventud, expresa en su artículo 2, acápite 3: “Para los efectos de esta Ley se entiende por joven a toda persona nacional o extranjera radicada en el territorio nacional cuya edad oscile entre

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO los 18 y 30 años de edad; los límites de edad señalados aquí no sustituyen los límites de edad establecidos en otras leyes para adolescentes y jóvenes, que garantizan derechos civiles y políticos así como garantías penales”. Sociológicamente: Es el período de transición que media entre la niñez dependiente y la edad adulta y autónoma, tanto en los aspectos económicos como sociales. Psicológicamente: “La adolescencia es un período crucial del ciclo vital, en el cual los individuos toman una nueva dirección en su desarrollo, alcanzando su madurez sexual, se apoyan en los recursos psicológicos y sociales que obtuvieron en su crecimiento previo, recuperando para sí las funciones que les permiten elaborar su identidad y plantearse un proyecto de vida propia.” (Krauskopf, 1982, en Montenegro & Guajardo, 1994). La adolescencia muestra una combinación curiosa de madurez e infantilismo al hacer la transición a la adultez. Esta combinación es reforzada por la ambigüedad con que los adultos tratan a los adolescentes, para algunas cosas son tratados como adultos y otras como niños, dicha ambigüedad también depende del tipo de paradigma que se maneje en relación al adolescente. A continuación haremos mención de ello.

TRABAJO INDIVIDUAL DESARROLLO HUMANO 1. Explique con sus propias palabras qué logros de su vida o necesidades aún no ha alcanzado. ¿cuáles de ellas considera que ya debería haber realizado? y ¿qué condiciones no le han permitido lograrlas?

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 2. Tomando en consideración las tres condiciones básicas del Desarrollo Humano (educación, salud y acceso a los bienes materiales y espirituales), explique cuál es la situación de cada uno de ellos en su municipio. __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ 3. ¿Es posible hablar de desarrollo sin asegurar la equidad de género? __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ 4. En base a la temática que se ha desarrollo y teniendo en cuenta las características que como adolescente y joven presenta en su desarrollo, ¿Se sienten identificados con las etapas de Erickson? __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ 5. Explica los factores de riesgos presente en la adolescencia de su municipio. __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO 6. Compara las características psicosociales del adolescente y del joven.

Adolescente

Joven

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 1.9 La juventud como sujeto de derechos y la noción de adolescencia y juventud Las nociones y conceptos acerca de la juventud y la adolescencia se han esclarecido en los últimos años. Al menos hay dos ideas concluyentes: La idea de la pluralidad y diversidad de la adolescencia y juventud: No hay ni puede haber un concepto único y universal de adolescencia y juventud. Es más sensato considerar que hay diversas juventudes y también diversos conceptos y representaciones de la adolescencia y la juventud. Por un lado, a pesar de las similitudes dentro de un mismo país o región, hay jóvenes con perfiles muy diferentes. En Nicaragua, no es lo mismo ser joven en Managua que ser joven en la Costa Caribe o en Estelí; ni serlo en zonas rurales o urbanas. La diversidad de definiciones conceptuales salta a la vista cuando se perciben criterios de edad muy disímiles, para referirse al joven y al adolescente y marcar el fin de la juventud. Las definiciones etarias son disímiles desde criterios jurídico-legales, biológicos, educativos o psicosociales. La idea de que la adolescencia y la juventud son construcciones sociales e históricas, tanto ontológicas como gnoseológicas, no es nueva. Pero es necesario pluralizar al referirnos a adolescentes y jóvenes, por concebir diferentes adolescencias y juventudes, cuyas características de edad, identidad y otras dependen de contextos sociales de momentos históricos determinados. Por otro lado, las nociones y conceptos de adolescente y joven son diferentes también por enfoques y conveniencias sociales; y entre estas conveniencias están las de políticas e intereses relacionados con los jóvenes. Son categorías fruto de construcciones y significaciones sociales, en contextos históricos y sociedades determinadas, en un proceso de permanente cambio y re-significaciones. Es necesario un esfuerzo para construir una idea de lo que se entiende por adolescencia y juventud, de la manera más general posible. ¿Desde dónde empezamos a construir una definición de juventud, sin que las diferencias de grupos sociales y los contextos socioculturales estén sobre las identidades de las categorías de juventud? Hay una noción general de adolescencia y juventud, construida para referirse a ese segmento de la vida en que se completa el desarrollo corporal del individuo y ocurren transformaciones psicológicas y sociales, que dan entrada a la vida adulta; se abandona la infancia para procesar la entrada al mundo adulto. Este segmento de vida es muy variable, en duración, contenidos y significados sociales, según las sociedades, aún dentro de la misma sociedad y en distintos tiempos históricos. Sólo en algunas formaciones sociales la juventud se configura como un período destacado, aparece como una categoría con visibilidad social porque el tránsito de la niñez a la adultez puede ser tan rápido como invisible. Un criterio adoptado y útil, relacionado con el concepto general anterior, plantea que la juventud se encuentra delimitada por dos criterios, uno más biológico y otro más relativo a lo social y cultural,

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO aunque ambos con significados sociales. El criterio biológico es el advenimiento de la pubertad, que marca el pasaje de la niñez a la adolescencia, estableciendo la diferenciación niño-adulto. El criterio social establece la diferenciación joven-adulto. Estas nociones se centran en la idea general de definir la juventud como etapa de tránsito a la adultez. Una de las definiciones de juventud, con enfoque psicosocial y algo similar a la anterior, la concibe como período de transición entre la edad infantil y la edad adulta, en que se perfilan ciertos rasgos de la personalidad adulta y se toman decisiones que afectan la vida ulterior de la persona: elección de pareja, momento para tener hijos y vocación laboral. Se comienza a desarrollar posiciones personales ante el mundo y la propia vida: imagen del mundo, sentido de vida, consideraciones éticas o “filosofía” del vivir. En fin, es un período de cambios y transformaciones que apuntan a la adultez. De nuevo se cuestiona la universalidad de este concepto porque, por supuesto, esos cambios se producen o no, o se producen con mayor o menor lentitud, prontitud o con sesgos muy marcados por la situación social de desarrollo de cada joven. Esta noción psicosocial, además de entender la juventud como tránsito, añade la idea de la juventud como etapa de preparación para ser adulto. Si bien son ideas aceptables, los conceptos sobre el tránsito y preparación hacia la adultez, para definir al joven, pueden tener implicaciones no deseables en términos de derechos. Se ha considerado una visión reduccionista, que obstaculiza el respeto por los derechos de los jóvenes como actores sociales, los hace ver como “adultos insuficientes”, aumentando la brecha entre menores y adultos. La paradoja de la conceptualización de adolescencia y juventud es que es necesario definirla, para tener una idea del segmento de la vida que será objeto de análisis o intervención. Pero, los criterios de definición presentan una alta relatividad, quizás mayor que respecto a otras edades del desarrollo personal. Lo más sensato sería definir el segmento de adolescencia y juventud con propósitos puntuales. Las agencias internacionales de las Naciones Unidas construyen la noción más general de adolescencia y juventud, con criterios significativos para sus acciones. La Organización Mundial de la Salud definió la adolescencia como el período en que el individuo adquiere madurez reproductiva, cambian sus patrones sicológicos al pasar de la niñez a la adultez y establece su independencia socioeconómica. En una declaración conjunta, en 1998, la OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), declararon que el término “adolescencia” se refiere a personas que tienen entre 10 y 19 años. El término juventud alarga este período unos años, por el completamiento del desarrollo psicosexual, psicológico y de autonomía social. Hay dos aspectos de interés sobre las nociones de adolescencia y juventud: • La categorización etaria.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR • Las representaciones generales que se tienen sobre estos segmentos de la vida.

Edades difusas: la juventud como categoría etaria. Por la necesidad de una definición operacional, desde una perspectiva sociodemográfica, la edad es el criterio aceptado para distinguir a los jóvenes; y ha sido el referente tradicional para las investigaciones y establecer las políticas de juventud. Para caracterizar la edad del inicio y término de la adolescencia y la juventud, hay diferentes criterios o definiciones. Existe una gran diferencia en rangos de edad en los países de Latinoamérica, que delimitan la sub-población de jóvenes.

Paí s

Segmento de edades en la definición de la juventud

Colombia

12-16

Costa Rica

12-35

México

12-29

Honduras

12-30

Uruguay

14-29

Argentina

14-30

Bolivia, Ecuador y El Salvador

15-24

Guatemala

15-25

Brasil, Chile, Cuba, Panamá, Paraguay y Perú (también España)

15 y 29

República Dominicana

15-35

Nicaragua

Adolescentes 13-17 Joven 18-30

Según la CEPAL, “el inicio de la juventud se asocia a la pubertad y la adolescencia”. Para la Convención de los Derechos del Niño y UNICEF, la adolescencia abarca de los 10 a los 18 años. Incluso, al tramo entre los 10 y 14 años se le denomina adolescencia temprana, y la juventud es de los 15 a los 24 años. Para la OMS, la adolescencia transcurre entre los 10 y 19 años de edad. Naciones Unidas se refiere a “juventud” entre los 15 y 24 años, mientras el Banco Mundial la estipula entre los 12 y 24 años y la Unión Europea entre los 15 y 29 años. El Código de la Niñez y Adolescencia de Nicaragua, en su artículo 2 considera como niña y niño a quienes no hubiesen cumplido los 13 años de edad, y adolescentes a quienes se encuentren entre

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO los 13 y 18 años de edad no cumplidos (13 a 17). La Ley 392, de Promoción del Desarrollo Integral de la Juventud, expresa en su artículo 2, acápite 3: “Para los efectos de esta Ley se entiende por joven a toda persona nacional o extranjera radicada en el territorio nacional cuya edad oscile entre los 18 y 30 años de edad; los límites de edad señalados aquí no sustituyen los límites de edad establecidos en otras leyes para adolescentes y jóvenes, que garantizan derechos civiles y políticos así como garantías penales”. En el reporte citado (La juventud en Iberoamérica…) se plantea que, a pesar de las diferencias de los rangos de edades, hay dos tendencias visibles: Hay una tendencia a ampliar el segmento de edades que abarcan a la juventud y adolescencia. Para algunos países, la adolescencia comienza a los 12 años y para algunas instituciones internacionales a los 10; y la edad de término de la juventud se ha ampliado hasta los 30 y 35 años, aunque los 29 años es el límite de edad más utilizado. Se debe quizás a que las poblaciones aumentan su promedio de esperanza de vida, al borde de los 70 años para muchos países, pero esto provoca que se amplíe la proporción poblacional de la juventud y trastoca el campo de las identidades juveniles. Se asocia también a mayor demanda de educación. La segunda tendencia es el aumento de la confusión en la delimitación entre adolescencia y juventud, porque en algunos casos se superpone y en otros se excluye. Esto tiene consecuencias en las políticas y programas de acción para adolescentes y jóvenes. Al segmento de 18 a 30 años se le considera adulto, por tener plena ciudadanía, y es excluido de los programas para adolescentes que pueden ser útiles para jóvenes. Al superponer la adolescencia y la juventud al período de edad de 12 a 18, los jóvenes mayores de 18 años son ignorados como sujetos específicos de políticas y tienden a quedar en la programación adulta, donde tampoco se les ve de manera especial. Este estudio abarca los grupos de población quinquenales tradicionales: 10-14 años 15-19 años 20-24 años 25-29 años Dos razones conducen a trabajar con estos grupos quinquenales: Por un lado, es la tradición del UNFPA en los análisis de situación en población. Por otro, la mayoría de fuentes de datos de investigaciones, censos y encuestas categorizan las edades de esta manera. Ha predominado el criterio demográfico sobre el criterio conceptual, para definir las edades. En algunos casos serán comparados con la población adulta mayor, entre 30 y 64 años, y para efectos de comparación entre las distintas fuentes. En otros casos se ha trabajado con las categorizaciones propias de las fuentes de datos, que periodizan la juventud de manera diferente.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Una vez definidos los grupos de estudio y con la información de las fuentes disponibles, se procede a observar los cambios ocurridos en el peso y comportamiento de los adolescentes y jóvenes, con relación a la población total y los diferentes grupos seleccionados. 6.1 Paradigmas sobre la juventud y sus efectos en las políticas públicas Según Dina Krauspkof6, especialista en temas juveniles, existen diferentes representaciones de la juventud con implicaciones en las políticas y programas de trabajo para este grupo poblacional. Sus ideas nos recuerdan que los conceptos son determinantes de las acciones, como indica la famosa frase de Kurt Lewin: “No hay nada tan práctico como una buena teoría”. Primer paradigma: Período preparatorio Visualiza al adolescente-joven como niño-adulto o en formación, en un período de transito de la niñez a la adultez, de preparación para ser adulto. En cualquiera de los casos es como un período vacío de contenidos propios; el joven es aspirante a adulto con identidad propia, sin ser nada más. Con esta visión reduccionista del joven, se le postergan los derechos reales y su autonomía, por considerarlo deficitario en madurez social e inexperto. De manera implícita se le niega el reconocimiento como sujeto social. Se prolonga la dependencia infantil, se le limita la participación y se genera una distinción, en forma de oposición, del joven con el adulto. Se agrega la idea de que es la edad más sana y, por tanto, no requiere atenciones especiales en salud ni atenciones propias, por estar desdibujado como sujeto con necesidades y como sujeto con derechos. Segundo paradigma: Etapa problema Favorece la visión del período como crisis normativa: “la edad difícil”. Por eso no es raro que la percepción programática se relacione con preocupaciones. ¿Quién no ha oído decir ‘espera a que tus hijos sean adolescentes, para que veas los rollos y conflictos que vivirás’ con ellos y ellas? Es interesante e inquietante saber que este grupo etario ha sido visibilizado a partir de sus problemas. Fueron los problemas de salud sexual y reproductiva los primeros en poner de relieve a la adolescencia, como sujeto prioritario de atención de la salud. Luego, otros comportamientos fueron considerados dignos de ser atendidos y se descubre que una proporción impactante de las muertes, durante la adolescencia y la juventud, ocurren por las llamadas causas externas: accidentes, homicidios, suicidios, etc. Se modifica entonces el paradigma que establecía la equivalencia “adolescencia = edad más sana”, por el paradigma “adolescencia = etapa de riesgo”; y se focaliza la atención de los y las adolescentes según el problema específico del que son portadores. 6 Estas ideas están basadas en las exposiciones presentadas por la autora a la Conferencia La Protección Integral de la Niñez y Adolescencia: Un nuevo paradigma. Panamá. 1998 y en el Primer Encuentro ínter-institucional para la Promoción de la Participación Adolescente como Estrategia para promover el Desarrollo Humano. San José, Costa Rica, 1998. También en Krauskopf, Dina (2005) “Desafíos en la construcción e implementación de las políticas de juventud en América Latina”, En el Futuro ya no es como antes. Ser joven en América Latina. 200 Noviembre-Diciembre 2005. Buenos Aires. Argentina.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO La fragmentación programática de la adolescencia/juventud, visualizada como problema, se revela al ser definida con relación al embarazo prematuro, la delincuencia, las drogas, la deserción escolar o las pandillas. La consecuencia es la construcción de una percepción generalizada de la adolescencia y la juventud, a partir de esos polos sintomáticos y problemáticos. La orientación hacia la prevención y atención de estos y otros problemas acapara el panorama de la intervención en programas y proyectos, además de políticas públicas. Las acciones se organizan para eliminar estos problemas y peligros sociales, más que para fomentar el desarrollo integral de los grupos de adolescentes y jóvenes. A eso se agrega el énfasis en controlar a los jóvenes, por los adultos y las instituciones adultas, que favorece el estigma criminalizador de la juventud, porque de la juventud viene la rebeldía, el caos y la oposición, entre otros problemas. Las evaluaciones de estas prácticas de intervención, demuestran que un enfoque basado en la enfermedad y los problemas específicos tiene escaso efecto en el desarrollo humano del joven y adolescente, además de su alto costo económico. Tercer paradigma: Actor estratégico del desarrollo Ni período de latencia ni período de problemas. Este enfoque considera a la juventud como sujeto activo con aportes propios, la juventud como actor protagónico en la renovación permanente de las sociedades, en particular en el contexto socioeconómico y de la globalización. Valoriza la participación juvenil como elemento crucial para su propio desarrollo. Diferentes organismos y agencias internacionales reconocen la importancia de incrementar la inversión en el capital humano de las personas jóvenes, para hacer emerger destrezas y capacidades que les permita actuar de nuevas formas. Es un enfoque más cercano a la perspectiva del desarrollo humano y advierte que las posibilidades de las generaciones jóvenes no sólo dependen de los recursos de sus familias, sino también de los recursos sociales de su grupo, por lo que las políticas deben fortalecer el capital social (1996). Los cambios acelerados hacen que las sociedades, además de preocuparse por la expansión del saber en sus poblaciones, requieran de individuos capaces de aprender a aprender y reciclar con flexibilidad competencias y actitudes. Esta cualidad es un valor asociado a la juventud, que con frescura y facilidad aprende y busca nuevas vías. Los jóvenes están más despojados de criterios conservadores, son más propensos a la creatividad y la renovación. Por eso, con mayor fuerza que antes, la juventud es considerada un eje central en las nuevas estrategias de desarrollo. Cuarto paradigma: Juventud ciudadana En la segunda mitad del siglo XX se hizo más patente, a nivel mundial, que los niños y adolescentes tienen derecho a la ciudadanía. Esto quedó claro en el instrumento jurídico más aceptado en el mundo, la Convención de los Derechos del Niño, ratificado por casi todos los países, con excepción de dos, aunque la duda es si ha sido implementado a cabalidad.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR La Convención define como niño a “todo ser humano menor de 18 años” y no hace diferenciación entre niñez y adolescencia. Establece, entre otros, los siguientes derechos fundamentales de la niñez-adolescencia: Participación: Los niños, como personas y sujetos de derecho, pueden y deben expresar sus opiniones sobre temas que les afecten. Sus opiniones deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para la agenda política, económica o educativa de un país. Así se crea un nuevo tipo de relación entre niños, niñas, adolescentes y quienes toman las decisiones por el Estado y la sociedad civil. Supervivencia y Desarrollo: Las medidas que tomen los Estados, para preservar la vida y la calidad de vida de los niños, deben garantizar un desarrollo armónico en los aspectos físico, espiritual, psicológico, moral y social de los niños, considerando sus aptitudes y talentos. Interés Superior del Niño: Cuando las instituciones públicas o privadas, autoridades, tribunales o cualquier entidad tengan que tomar decisiones sobre niños y niñas, deben considerar aquellas que les ofrezcan el máximo bienestar. No Discriminación: Ningún niño debe ser perjudicado por motivos de raza, credo, color, género, idioma, casta, situación al nacer o por padecer algún tipo de impedimento físico7. Esto es extensivo a la juventud, porque en el año 2000 se proclamó la llamada “Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes”, suscrita por Nicaragua, que plantea: 6.2 Jóvenes y derechos humanos. Los Estados parte en la presente Convención reconocen el derecho de todos los jóvenes a gozar y disfrutar de todos los derechos humanos, y se comprometen a respetar y garantizar a los jóvenes el pleno disfrute y ejercicio de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales, y culturales8. En esencia, esta concepción destaca que la juventud y la adolescencia son sujetos de derecho. Dejan de ser agentes pasivos y mudos, para convertirse en agentes activos con palabra. Se legitima así la creciente participación decisoria de niños, adolescentes y jóvenes, como parte sustantiva de la ciudadanía. El enfoque de derechos abandona el énfasis estigmatizante y reduccionista de la adolescencia/ juventud, como etapa de latencia y edades problema. En el primero se “des-sujetualiza” al joven, en el segundo se “objetualiza” como centro de atención de problemas. Ambas son expresiones del adultismo, que a la vez alimenta actitudes adultistas ante el adolescente y el joven. La integración del paradigma que ve a la juventud como actor estratégico, con el prototipo de juventud ciudadana, permite reconocer su valor como sector flexible y abierto a los cambios de la sociedad, con capacidades y derechos para ser protagonistas y construir su desarrollo individual y colectivo, de forma democrática y participativa. 7 8

Tomado textualmente de http://es.wikipedia.org/wiki/Convención_sobre_los_Derechos_del_Niño http://www.paho.org/spanish/ad/fch/ca/derecho35.pdf pág. 3

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Estos paradigmas han sido expresados en los enfoques que vinculan la educación y la salud al desarrollo, y procuran que la escuela dé una formación de calidad, atractiva y útil a los jóvenes. Además, pretenden que la atención en salud sea integral para las personas en la fase juvenil. Reconocen que el desarrollo depende en buena medida del uso efectivo de capacidades y participación. La adolescencia y la juventud son consideradas como períodos excelentes para efectuar con éxito acciones de promoción de desarrollo y prevención de problemas, que tendrán repercusiones agudas y difíciles de cambiar durante la adultez, si no son abordadas a tiempo. El siguiente esquema9 sistematiza estas ideas: PARADIGMAS DE LA FASE JUVENIL EN LOS ENFOQUES DE POLÍTICAS Y PROGRAMAS

9 Dina Krauskopf, “La construcción de políticas de juventud en Centroamérica”. Políticas públicas de juventud en América Latina: políticas nacionales. O. Dávila (ed.), Viña del Mar, Ediciones CIDPA, 2003.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR

GUÍA DE TRABAJO EN GRUPO ¿Con cuál de los paradigmas sobre juventud se identifican y por qué? 1. ______________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ __________________

Si en su municipio existen programas destinados a la juventud, ¿con qué políticas se relacionan según la teoría estudiada? 2. _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________

¿Cuál debería ser el paradigma desde el que se elabore su Plan de Juventud Municipal? Unidad I. __________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

II

UNIDAD

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ADOLESCENTE Y JOVEN A NIVEL INTERNACIONAL Y NACIONAL: BONO DEMOGRÁFICO; EDUCACIÓN, SALUD (CON ÉNFASIS EN SSR: EMBARAZO ADOLESCENTE, VIH-SIDA, ETC.); EMPLEO, VIVIENDA, VIOLENCIA.

OBJETIVOS Objetivo general Profundizar sobre la calidad de vida y la situación de los adolescentes y jóvenes en ámbito internacional y nacional. Objetivos específicos:

• Analizar la situación del bono demográfico en Nicaragua y a nivel local. • Identificar la situación de la salud haciendo énfasis en la salud sexual y reproductiva a nivel de su localidad. • Caracterizar la situación del empleo, vivienda y violencia.

2.1 Bono Demográfico

“El bono demográfico puede acarrear efectos adversos para los y las jóvenes si éstos no son equipados con las habilidades educativas, sociales y profesionales requeridas para ingresar de manera productiva en un mercado laborar ya de por sí competitivo” (Ponencia: Marcela Suazo, Directora Regional para América Latina y el Caribe del UNFPA. San Salvador, 23 de octubre de 2008. II Cumbre Iberoamericana de Jóvenes Líderes). En Iberoamérica se cuenta aproximadamente con unos 150 millones de jóvenes, que representan en promedio el 35% del total de población del planeta, situación que hasta ahora no se había presentado. La población joven y los movimientos juveniles han cobrado visibilidad y se han incorporado a la agenda pública en los últimos años. Sin embargo, la debilidad y fragmentación

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR de estos grupos, en algunos casos, y su escaso poder de decisión, en otros, resalta la centralidad estatal en la definición de las políticas públicas de juventud. Según el estudio Juventud y bono demográfico en Iberoamérica realizado por Mauricio Holz y otros en el 2008, se afirma que al igual que otras regiones en desarrollo, América Latina se encuentra actualmente en un período de profundas transformaciones demográficas, usualmente denominado “transición demográfica”. El estudio aborda la transición demográfica como un proceso relativamente largo, que parte de un período con altas tasas de mortalidad y fecundidad, hacia una situación final en que estos indicadores son significativamente más bajos, determinados fundamentalmente por la disminución en las tasas de mortalidad, para luego disminuir por efecto de la reducción en las tasas de fecundidad. En América Latina, la diferencia entre el inicio de la reducción de la mortalidad y la disminución de la fecundidad generó un período relativamente corto de rápido crecimiento poblacional a mediados del siglo XX, que ha sido responsable de cambios sustanciales en la estructura por edades de la población regional”10. Durante la fase inicial de la transición demográfica —en que la mortalidad, principalmente la infantil, se redujo, mientras la fecundidad permaneció elevada—, la población de la región se mantuvo considerablemente joven, y hasta rejuveneció levemente a consecuencia del aumento proporcional de los niños11. Desde mediados de los años sesenta el descenso continuo de la fecundidad, aunado a un aumento sostenido en la esperanza de vida, dio inicio a un proceso de envejecimiento progresivo de la población, a medida que las generaciones más numerosas123 fueron avanzando en el ciclo de vida. La mayoría de los países de América Latina comenzó el proceso de transición demográfica a mediados de la década de 1960, y se encuentra transitando la fase de disminución de la fecundidad, que se ha producido en forma rápida, después de haber experimentado cambios importantes en la mortalidad. Sin embargo, este proceso no se ha presentado de manera uniforme al interior de la región, por lo que actualmente coexisten diversas realidades. Con el fin de analizar esta heterogeneidad y de obtener una visión global de los cambios ocurridos en la región, la CEPAL (2008b) ha clasificado a los países latinoamericanos en cuatro etapas distintas de la transición demográfica de acuerdo a sus niveles de fecundidad y de esperanza de vida: muy avanzada, avanzada, plena y moderada.

10 Aunque a nivel regional y para los países más populosos, en general, la migración internacional no afecte mayormente la estructura por edades de la población, su impacto puede ser importante en el caso de países más pequeños y de fuerte emigración, como por ejemplo Uruguay y Nicaragua. Por ser en general selectiva, la migración, además de modificar el tamaño, incide también en la estructura por edades, la composición por sexo y otras características socioeconómicas y demográficas de las poblaciones de origen y destino. 11 Entre 1950 y 1965 la mortalidad infantil en América Latina bajó de un promedio de 128 a 92 muertes de niños menores de 1 año por cada mil nacimientos, mientras que la tasa global de fecundidad permaneció próxima a los 6 hijos por mujer. En el mismo período, la proporción de niños menores de 15 años en la población total aumentó del 40% al 43%. 12 Se refiere a las generaciones nacidas durante el período inicial de la transición demográfica, en que la mortalidad infantil se reducía mientras la fecundidad se mantenía en niveles elevados.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

2.2 Tendencias de la población joven El volumen y peso relativo de los jóvenes dentro de la población iberoamericana varían de acuerdo a la trayectoria de la transición demográfica. De una manera general, la proporción de jóvenes en la población disminuye en el inicio del proceso, cuando se expande aceleradamente el número de niños. En el transcurso de la transición, el peso relativo de los jóvenes primero aumenta, debido a la incorporación de las cohortes nacidas durante el período de descenso sostenido de la fecundidad, y después vuelve a disminuir, como consecuencia del proceso continuo de envejecimiento de la población. Pese a su descenso relativo, la juventud aumenta todavía su volumen absoluto en América Latina, y se estima que entre 1950 y 2030 su contingente total se habrá incrementado casi cuatro veces, de 43 millones a 158 millones (ver el gráfico). A partir de entonces se espera que disminuya, hasta rondar los 146 millones en 2050.

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Pero también entre los propios jóvenes se altera la proporción por subgrupos de edades. Hasta 2010 América Latina concentrará más población joven en el grupo de menor edad, de 15 a 19 años, seguido del de 20 a 24 años. En 2030 se proyecta un mayor equilibrio entre los diferentes segmentos, y en 2050 una concentración ligeramente mayor en el grupo de más edad (25 a 29 años). Este cambio en la composición interna de la juventud adquiere profunda relevancia al considerarse las demandas específicas de cada subgrupo etario. Por ejemplo, entre los más jóvenes es mayor el porcentaje que estudia y no trabaja, o que busca su primer empleo, mientras que en el segmento de más edad es mayor la proporción de los que ya han ingresado en el mercado laboral y luchan por conquistar su autonomía material, y que han constituido o están en vías de establecer su hogar propio. 2.3 Invertir en la juventud, una estrategia para aprovechar el bono Como se ha visto, los países de Iberoamérica se encuentran actualmente, sin excepción, en medio de una coyuntura favorable para el desarrollo económico, por la incidencia del bono demográfico. Una parcela importante de este bono, a su vez, está determinada por las tendencias de la población joven. El grupo poblacional que crece más rápidamente durante las fases iniciales del período de bono es el de los jóvenes que están entrando a la fuerza de trabajo, lo que plantea claras exigencias de política pública en cuanto a la oferta de educación secundaria y superior de calidad y a la generación de empleo adecuado para garantizar el aprovechamiento de una mano de obra creciente y cada vez mejor entrenada y educada.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Para que este bono sea de larga duración, y se convierta en beneficios reales para la sociedad, es preciso que las transformaciones de la población sean acompañadas de fuertes inversiones en capital humano, en especial entre los jóvenes. Fundamentalmente, se necesitan políticas educativas y de empleos adecuados e integrales para aprovechar los beneficios del bono demográfico sobre la cobertura educativa, y su efecto sobre la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible. Al igual que en la educación y el empleo, las inversiones en la salud de los jóvenes, y en especial en su salud reproductiva, son primordiales para este aprovechamiento y para producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras. De hecho, es a través de fuertes inversiones en educación, salud, capacitación y empleo para los jóvenes que ellos se constituyen en una fuente importante de aumento en la productividad. Una amplia y saludable fuerza de trabajo joven, con altos niveles de educación y capacitada para el empleo, asociada a una cantidad relativamente pequeña de personas mayores dependientes, ofrece una oportunidad única para invertir en el crecimiento económico. Mientras en algunos países la situación de bono demográfico se encuentra en una etapa todavía inicial, con perspectiva de extenderse durante las próximas cinco o seis décadas, en otros este período ya ingresó o está próximo a ingresar en una etapa terminal. Así que, más tarde en algunos países y más temprano en otros, la ventaja de una relación favorable entre la población en edades activas y dependientes tenderá a modificarse, como resultado del incremento proporcional continuo de las personas mayores. Vendrá entonces un período de rápido envejecimiento poblacional, que traerá nuevos desafíos a la sociedad y requerirá programas y políticas públicas de ajuste en diversas áreas, incluyendo la provisión de cuidados de salud de larga duración y el financiamiento de pensiones a una población progresivamente envejecida. Efectivamente, el envejecimiento que se vislumbra en el futuro de cada uno de los países iberoamericanos resultará en una inversión de la ecuación de dependencia, con un aumento sostenido de personas mayores dependientes frente a jóvenes y adultos en edad de trabajar. Si se alcanza esa fase en condiciones económicas desfavorables, sin crecimiento y ahorro previos, la carga de la población dependiente sobre el grupo productivo exigirá grandes transferencias de recursos de las personas activas a los mayores dependientes, dando origen a una situación que puede generar no solo conflictos intergeneracionales, sino también problemas de solvencia que podrían poner en riesgo el financiamiento de sistemas clave como los de salud y seguridad social. En este sentido, aprovechar el bono demográfico a través de inversiones en la juventud, además de la creación de empleos productivos, no solo implica mayores oportunidades para los jóvenes de hoy, sino que también representa una posibilidad única de prepararse para el futuro, pues los logros económicos derivados de tales inversiones harán posibles los saltos productivos y el ahorro necesarios para enfrentar el aumento exponencial de costos asociados al envejecimiento de la sociedad.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 2.4 Situación educativa de los jóvenes En mayo de 2008, en El Salvador, los ministros de Educación iberoamericanos acordaron impulsar el proyecto «Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios». Tomando como punto de partida realidades nacionales muy diversas no solo desde el punto de vista educativo y cultural, sino también en cuanto a sus indicadores generales de desarrollo económico y social. Si bien los avances de las últimas décadas son destacables, la desigualdad socioeconómica y la pobreza son rasgos que marcan la historia de la región –la más inequitativa del mundo–, cuya heterogeneidad en niveles de desarrollo y bienestar es muy notoria. (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 2008). Es importante, reconocer los esfuerzos realizados a través de las políticas públicas, la región ha avanzado enormemente en el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas, invirtiendo en infraestructura y servicios básicos de salud y educación, lo que se refleja en los avances en acceso a la educación. Estos esfuerzos responden al papel central que cumple la educación dentro del desarrollo, ya que constituye un mecanismo fundamental para promover la inclusión social, la reducción de las desigualdades y la superación de la pobreza. Sin embargo, es indispensable describir la situación de los jóvenes en Iberoamérica cuanto a la educación, correspondiente a la Enseñanza Secundaria, la cual pretende “cuajar” los talentos que poseen los estudiantes (Delors, 1997). Siendo lo característico de esta etapa la formación que asegure la educación postsecundaria y/o la preparación para el ingreso al mundo laboral.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO En cuanto a la Educación Postsecundaria (técnica y universitaria), ponen de manifiesto los resultados de haber recibido una buena o mala educación, después de la etapa escolar, y es en el nivel postsecundario cuando los conocimientos adquiridos se vuelven la herramienta esencial para la continuación de los estudios o el ingreso al mundo laboral de los jóvenes. El acceso a esta etapa educativa es relativamente mínimo en comparación a las otras etapas.

Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

Las estrategias de desarrollo que dejan a la educación técnico-profesional al exclusivo arbitrio de mecanismos de oferta y demanda solo permiten el acceso a los niveles más avanzados de calificación a una elite reducida de jóvenes. Y el escaso desarrollo de algunas economías de la región motiva a aquellos más calificados a migrar a países más avanzados en busca de mejores oportunidades laborales y mayor especialización. La ausencia de una masa crítica de técnicos y profesionales jóvenes que manejen las herramientas de innovación de última generación limita los procesos de modernización y el aumento de la competitividad en la mayoría de los países iberoamericanos (CEPAL/OIJ, 2008). La debilidad en la vinculación entre el sistema educativo y el mercado laboral también genera efectos negativos en aquella población que logra concluir su ciclo de formación más especializada. Cuando la oferta laboral no se ajusta a los tipos de formación alcanzados se llega a producir una subutilización del capital humano, llevándolo a insertarse laboralmente en trabajos de menores requerimientos de formación y a no obtener la retribución esperada, o incluso a aumentar los niveles de desempleo en población calificada (CEPAL, 2003). Ello genera importantes sentimientos

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR de frustración y desesperanza en quienes han realizado un esfuerzo significativo por alcanzar mayores niveles educacionales. La educación, adicionalmente, representa un factor esencial para la percepción que de la propia inclusión tienen las personas. Transversal a los distintos grupos socioeconómicos, el poseer una profesión u oficio es la alternativa más seleccionada al momento de escoger entre aquellas cosas que las personas deberían tener para sentirse parte de la sociedad (CEPAL, 2009). Porcentaje de la Población Joven en América Latina según el nivel educativo alcanzado.

Fuente: Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010

2.5 Empleo y migración de los jóvenes Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe sobre Trabajo Decente y Juventud en América Latina publicado en 2010, el trabajo decente se refiere a un trabajo productivo con remuneración justa, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para el trabajador y su familia, mejores perspectivas para el desarrollo personal y social, libertad para que manifiesten sus preocupaciones, se organicen y participen en la toma de decisiones que afectan a sus vidas así como la igualdad de oportunidades y de trato para mujeres y hombres. (Trabajo decente y juventud en América Latina 2010. Lima: OIT/ Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010 p. 22) Esta definición de trabajo decente exige tomar en consideración las características demográficas de las personas, sus intereses, formación y capacidades. El itinerario laboral no debería comenzar con un empleo o un trabajo sino que debería iniciarse con la educación, la formación o la acumulación de experiencia laboral o empresarial, primeros tramos de una trayectoria de trabajo decente13. Es decir, el trabajo decente es un proceso más que un resultado, el cual se inicia con la educación y la formación de capacidades en la familia, la escuela y la comunidad. 13 Este es un concepto dinámico consistente con la literatura más reciente sobre reducción de la pobreza a nivel internacional. En la pobreza existen flujos de ingreso y de salida de personas. Las trayectorias laborales hacia el trabajo decente sin duda contribuyen a que algunas personas salgan de la pobreza de forma permanente y previenen la entrada de otras.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO No hay que perder de vista que al introducirse en el mundo laboral, los jóvenes no necesariamente aspiran al mejor empleo, ya que generalmente asumen sus primeras experiencias laborales como una etapa necesaria para construir un currículo y ganar experiencia. Sin embargo, cuando los jóvenes no visualizan una trayectoria laboral que les garantice una movilidad socioeconómica positiva –una trayectoria de trabajo decente– empiezan a cuestionar la validez de la educación y del mercado de trabajo como medios para obtener el progreso personal y social lo que acaba generando desmotivación y apatía así como problemas para la cohesión de la sociedad y la integración social de los propios jóvenes. La ausencia de expectativas de trayectoria laboral en los jóvenes es un fenómeno creciente en la región asociado a la crisis o ausencia de figuras referentes. La ausencia de los padres es un fenómeno que está generalizado en algunos países de la región donde muchos migraron masivamente y una parte de la generación de jóvenes ha crecido sin tenerlos cerca. (Trabajo decente y juventud en América Latina 2010. Lima: OIT/ Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010 p. 23).

Fuente: Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Los jóvenes (entre 15-24 años) forman parte de la Población en Edad de Trabajar (PET); en América Latina la PET juvenil estaría conformada para el año 2010 por 104.2 millones de personas, de las cuales cerca de 50 millones se encuentra trabajando o están buscando activamente empleo, es decir, conforman la Población Económicamente Activa (PEA). Este grupo representa la quinta parte de la PEA total en América Latina. Al dividir la PEA entre la PET se obtiene la tasa de actividad20 y en el caso de los jóvenes, ésta resulta ser de 54%. La tasa de actividad es significativamente superior entre los que tienen 18-24 años que entre los más jóvenes. El porcentaje de jóvenes entre 18-24 años que trabaja o busca empleo (65%) es más del doble que el de aquéllos que tienen entre 15-17 años que se encuentran en la misma situación (31%).

Fuente: Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010

La tasa de actividad juvenil es claramente más alta entre los hombres que entre las mujeres. El porcentaje de hombres que se encuentra trabajando o buscando empleo (64%) supera en más de 20 puntos al de las mujeres que se encuentran en la misma situación (43%).

Fuente: Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010

Es importante, destacar que mientras más pronto los jóvenes se insertan en el mercado laborar, menores son sus posibilidades de terminar la educación formal y acceder a una mayor remuneración económica. Por otro lado, aproximadamente 6.7 millones de jóvenes en América Latina están desempleados, es decir, buscan empleo y no lo encuentran, lo que representa el 44% del total de desempleados

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO en América Latina. Esta cifra es controversial, porque aunque los jóvenes tengan mayor acceso a la formación en tecnologías que los adultos no poseen la experiencia que en la mayoría de los puestos se exige, situación que los descarta automáticamente para ser candidatos a los mismos.

Fuente: Proyecto Promoción del Empleo Juvenil en América Latina (Prejal), 2010

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 2.6 Salud Sexual y Reproductiva El informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2011 otorga un protagonismo especial a la adolescencia, ese periodo en buena medida indefinido, olvidado y desconocido que va mucho más allá de los tópicos asociados. En el documento titulado “Adolescencia: la edad de la oportunidad”, Unicef señala que en 2009 había más de mil millones de adolescentes de 10 a 19 años de edad en el mundo (unos 1200 millones). Esto supone el 18% de la población mundial. En América Latina, la población adolescente representa 19% del total de habitantes. El sexo y la adolescencia están íntimamente unidos. La iniciación sexual se produce mayoritariamente en esta etapa, y muchos adolescentes de todo el mundo tienen relaciones sexuales. •

La adolescencia supone casi una década de la vida del ser humano, una década crucial que tiene su importancia especial en los países en desarrollo, donde es más evidente que las desigualdades pasan a las siguientes generaciones cuando las adolescentes en condición de pobreza son madres.

En el informe vemos que los datos de encuestas en los hogares indican que en los países en desarrollo (excluida China) aproximadamente el 11% de las mujeres y el 6% de los varones de 15 a 19 años afirman haber tenido relaciones sexuales antes de los 15 años.

Para mantenerse sanos y seguros, los adolescentes necesitan tener acceso desde una edad temprana a servicios e información de alta calidad sobre la salud sexual y de la reproducción.

Las disparidades de género existentes en esta cuestión son considerables: mientras que los varones adolescentes tienen con mayor frecuencia relaciones sexuales de alto riesgo, también suelen utilizar en mayor medida preservativos.

La mayor vulnerabilidad de las niñas a los riesgos de la salud sexual y de la reproducción, así como los peligros contra la protección relacionadas con el género en muchos países y comunidades, hace que sea especialmente importante dotarles de los conocimientos y el acceso necesarios.

Un tema delicado es el matrimonio infantil, una tradición arraigada en muchos países y que está asociado con una alta probabilidad de complicaciones en el embarazo y el parto que como sabemos están entre las principales causas de mortalidad de las niñas con edades de 15 a 19 años en todo el mundo. Los matrimonios infantiles también están asociados a un mayor riesgo de sufrir infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados. • En relación a la salud sexual y reproductiva, un control insuficiente sobre su propia fertilidad lleva a muchas adolescentes a recurrir a abortos inseguros, corriendo el riesgo de sufrir lesiones graves o de morir, y a menudo de entrar en conflicto con la ley. •

2.7 VIH-Sida El VIH y el sida tienen una gran incidencia en determinados puntos del planeta y representan una gran amenaza para la salud y la supervivencia de la actual generación de adolescentes. Las niñas corren un riesgo mucho mayor de contraer el VIH que los varones, tanto como resultado de una

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO mayor susceptibilidad fisiológica como porque a menudo carecen de control sobre las relaciones sexuales y el uso de preservativos. La violencia sexual, tanto dentro como fuera del matrimonio, aumenta el riesgo de infección. Unicef, la OMS y otros organismos de salud internacionales se han puesto como meta el descenso de este riesgo y del número de afectados, iniciando campañas de información y concienciación en todo el mundo. Esta labor es importante, ya que la inversión en servicios de salud de la reproducción y la difusión de conocimientos sólidos sobre el VIH faculta a los adolescentes en sus comportamientos y a la hora de tomar decisiones, y hay indicios de que estos esfuerzos están empezando a dar sus frutos, aunque en este caso existen también disparidades entre los géneros. Aunque es mayor el número de mujeres adolescentes que se someten a la prueba del VIH, los varones suelen tener un conocimiento amplio acerca de la prevención. Lograr que estos servicios e información estén disponibles durante la adolescencia temprana (10 a 14 años) es imprescindible para frenar la propagación del VIH; en la adolescencia tardía (15 a 19 años), el riesgo de infección para los jóvenes que viven países de alta prevalencia es ya muy elevado, por lo que hay que adelantar la edad para informar a estos jóvenes. En definitiva, los derechos de los adolescentes en estos ámbitos son imprescindibles, y en general la “inversión” en la adolescencia es la manera más efectiva de consolidar los avances históricos logrados en la primera y mediana infancia desde hace algunos años, aunque como sabemos también en esa etapa de la vida hay mucho camino que avanzar y logros que conseguir. El embarazo adolescente o embarazo precoz puede definirse como aquel que ocurre dentro de los primeros dos años de edad ginecológica (tiempo transcurrido desde la menarquía) y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen o no han alcanzado la mayoría de edad jurídica (variable según los distintos países del mundo). La OMS establece la adolescencia entre los 10 y los 19 años. La mayoría de los embarazos en adolescentes son considerados como embarazos imprevistos o no deseados, provocados por la práctica de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos. Uno de los problemas más complejos que actualmente confronta la reproducción humana se produce justamente en este período: el embarazo en la adolescencia es considerado como un problema biomédico con elevado riesgo de complicaciones durante el embarazo y parto, que conlleva un incremento en las tasas de morbilidad y mortalidad materna, perinatal y neonatal. Pero las consecuencias adversas del embarazo en la adolescencia no sólo son físicas, sino que tiene además implicaciones socioculturales, psicológicas y económicas, con elevado coste personal, educacional, familiar y social. •

Esto es así especialmente en las chicas más jóvenes (15-16 años). Entre los problemas que se presentan habitualmente en estas jóvenes, se encuentran:

que siguen una dieta inadecuada a su estado

utilizan tarde o con poca frecuencia el servicio de atención prenatal, lo que supone una

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR dificultad mayor para aceptar la realidad, retraso de la primera visita, desconocimiento del tiempo de gestación •

incumplen el tratamiento

tienen actitudes de pasividad, falta de respaldo, depresión…

Dado el incremento de la actividad sexual en la etapa adolescente, especial atención merecen también los patrones erróneos de conducta sexual, que pueden desencadenar infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados, con toda la problemática que se asocia a su aparición. 2.8 ¿A qué se asocia el embarazo en la adolescencia? En la actualidad está ampliamente reconocido que el embarazo en adolescentes y la maternidad temprana está asociada con el fracaso escolar, deterioro de la salud física y mental, aislamiento social, pobreza y otros factores relacionados. En este sentido no pocos autores afirman que el embarazo en la adolescencia debe ser contemplado, como un embarazo de alto riesgo. Los factores de riesgo que más influyen en la probabilidad de embarazo en la adolescencia son la mala información sobre la sexualidad y desconocimiento de los métodos anticonceptivos, junto a un bajo nivel educacional procedente de los padres. El desconocimiento se agrava debido a que el tema de la sexualidad todavía sigue siendo un tabú en las relaciones paterno-filiales. Otro factor de riesgo es el egocentrismo adolescente, que hace que piense, en una especie de omnipotencia, que la relación entre coito y embarazo no se dará en su caso. 2.9 Riesgos médicos y sociales del embarazo adolescente En el embarazo adolescente existe un aumento de los riesgos médicos, como la probabilidad de sufrir infecciones, roturas prematuras de membranas o partos prematuros. También anemia del embarazo, desnutrición, bajo peso al nacer, mayor muerte perinatal… Entre los problemas psicológicos en la madre se hallan depresión post-parto, baja autoestima… en gran medida debidos al truncamiento de sus planes vitales y al rechazo de la pareja o social. Habitualmente el padre es un joven también adolescente que no asume su responsabilidad paterna, provocando una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño. También podemos hablar de otra serie de desventajas sociales: bajos logros educacionales, abandono escolar, desempleo, mayor frecuencia de maltrato y abandono infantil… Muchas veces la adolescente cuenta con un nivel de escolaridad muy bajo, por lo que le es complicada acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer sus necesidades básicas.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Debido a todos estos riesgos que conlleva el embarazo en la adolescencia, muchas organizaciones de salud y de protección a los menores en el mundo tienen como objetivo que se reduzca su incidencia, gracias a programas de formación en los que se eduque a los jóvenes y sus familias. Según el informe “Oportunidades en Tiempo de Crisis”, publicado en conjunto por UNICEF, ONUSIDA, UNESCO, UNFPA, OIT, OMS y el Banco Mundial; unas 2.500 personas jóvenes se infectan diariamente con el VIH, indica un informe mundial sobre la prevención del VIH dado a conocer hoy. Pese a que la tasa general de prevalencia de VIH en los jóvenes ha disminuido levemente, las mujeres jóvenes y las adolescentes aún corren peligro desproporcionadamente alto de infección debido a su vulnerabilidad biológica, a la disparidad social y a la exclusión. (Johannesburgo/ Nueva York, 1 de junio de 2011). Según el informe, el 41% de las nuevas infecciones de mayores de 15 años ocurridas en 2009 correspondieron a personas de 15 a 24 años. En el plano mundial, unos 5 millones (entre (4,3 millones y 5,9 millones) de jóvenes de esas edades vivían con VIH en 2009. En el sector de la población de 10 a 19 años de edad, según los nuevos datos, hay unos 2 millones de adolescentes (entre 1,8 millones y 2,4 millones) que viven con VIH. En su mayoría, se trata de personas que se encuentran en África subsahariana y son mujeres. Muy pocas de ellas están al tanto de su infección. A nivel mundial, más de un 60% de las personas jóvenes que viven con VIH son mujeres. Esa tasa llega al 72% en el caso de África subsahariana.

“Los jóvenes no son sólo los dirigentes del mañana sino los líderes del presente”, explicó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Si potenciamos a las personas jóvenes de manera que puedan protegerse contra el VIH, podrán conducirnos a la conquista de una generación libre de de ese virus”. 2.10 Violencia y juventud: mitos y realidades De acuerdo al informe Juventud y cohesión social en Iberoamérica del CEPAL (2008), la violencia puede tener una relación estrecha con problemas de cohesión social. En este sentido, la violencia de los jóvenes se entiende en el contexto de tensiones y contradicciones que enfrenta la juventud. Puede ser violencia “expresiva” y se manifiesta en protestas o repulsas diversas; o “instrumental”, como medio para obtener lo que no se obtiene por otros medios. En ambos casos puede obedecer a las tensiones que viven los jóvenes entre más acceso a educación, pero persistentes dificultades para traducirlo en oportunidades efectivas de empleo; entre mayor manejo de información, pero mayor marginación del poder político en que esa información puede utilizarse; tensión entre aspiraciones de reconocimiento y, al mismo tiempo, sentirse infantilizados por la educación y la salud, y estigmatizados por la justicia y los medios de comunicación; tensión entre más expectativas de autonomía moral, pero mayores dificultades para la autonomía material; tensión porque el mayor acceso al consumo simbólico no se traduce en mayores ingresos o en mayor acceso al bienestar. Además, la violencia surge de las brechas en oportunidades que separan a unos jóvenes de otros en acceso a educación y empleo de calidad, redes de relaciones, condiciones ambientales, capital cultural, entre otros.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Finalmente, cabe señalar que la violencia juvenil asume formas múltiples y corresponde a diversos ámbitos, tal como se plantea en el modelo ecológico difundido por organismos internacionales que abordan temas de salud y violencia (Organización Panamericana de la Salud, Banco Interamericano de Desarrollo, Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial). Puede tener raigambre estructural, como en el caso de la exclusión; institucional, como la violencia en las prisiones, las escuelas o las redes del crimen organizado; interpersonal (relacional) o individual, destacando aspectos psicobiológicos, éticos y morales de cada persona. Asimismo, puede interpretarse desde la perspectiva de la joven víctima o del joven victimario. Y también existe la violencia simbólica, encarnada en el lenguaje y en el sistema de signos que reproduce la cultura para connotar actitudes y rasgos, o bien para hacer invisibles a ciertos grupos. En esto se incluyen las formas “naturalizadas” de la violencia de género, implicadas en la dominación del hombre sobre la mujer, como también las formas de discriminación en la comunicación con jóvenes de minorías étnicas, migrantes o con habilidades especiales. Análisis Social y Demográfico de la Juventud de Nicaragua.

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III UNIDAD

ANÁLISIS SOCIAL Y DEMOGRÁFICO DE LA JUVENTUD DE NICARAGUA

3.1 Nicaragua en términos generales En el caso de Nicaragua, ubicada en el conjunto de países Centroamericanos y altamente dependientes del capital foráneo y la ayuda Internacional, según los especialistas, y de acuerdo a diversos estudios realizados en torno a temas económicos y sociales; persiste en el país la gran necesidad de ocuparse, de manera prioritaria, de la agenda diaria de los nicaragüenses: la pobreza, la desigualdad, la situación precaria de los grupos vulnerables en relación al empleo, salud, educación, vivienda, y nutrición.

OBJETIVOS Objetivo general: Identificar el contexto social para el desarrollo de los jóvenes en Nicaragua Objetivos específicos:

1. Analizar la pobreza y desigualdad en Nicaragua y en su comunidad. 2. Identificar los grupos y movimientos sociales que existen en Nicaragua.

Se suma a esto el constante riesgo de la población y su vulnerabilidad a los desastres 3. Analizar la situación socionaturales y a la inestabilidad política que impide cultural de su comunidad. un desarrollo sostenido de políticas públicas para resolver los grandes problemas sociales del país. Desde el punto de vista de las necesidades, Nicaragua es el resultado de aciertos y desaciertos históricos y políticos y en este sentido, las lecciones aprendidas debieran ser capitalizadas en el tiempo para implementar Políticas Sociales consistentes y coherentes con las reales necesidades que demanda la gran mayoría de la masa pobre del país. En la década del 90 y a raíz de la crisis que enfrentaba Nicaragua como consecuencia de la guerra interna, se implementó una política económica orientada a la estabilización macro económica y de ajustes estructurales. El modelo económico aplicado obedecía a una serie de nueve reformas políticas para América Latina y establecidas por el llamado Consenso de Washington en 1989. Nicaragua es el segundo país con mayor nivel de pobreza en América Latina, podemos decir que prevalece la pobreza de forma masiva la cual no puede superarse sin una política de corto, mediano, largo y a más largo plazo, encaminada al desarrollo del país, que sea capaz de generar empleos decentes, es decir, formales, con cobertura de seguridad social, entre otros, pero que además, mejoren los niveles de ingreso que favorezcan el consumo de una canasta básica que

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR garantice la supervivencia con parámetros equilibrados, y por consiguiente incidir en la superación de exclusiones provenientes de los altos niveles de pobreza en todos los sentidos. El gran reto del estado nicaragüense, radica en desarrollar un modelo que de manera trascendental y de forma conjunta con los distintos agentes sociales, implemente ambas políticas de manera simultánea, como lo son, desarrollo del país enfocado a la disminución de la pobreza y exclusiones. 3.2 Pobreza, desigualdad y exclusión: precisiones conceptuales, implicaciones políticas e ideológicas en Nicaragua. El concepto de pobreza no tiene un único significado, este estará determinado por las variantes teórico-metodológicas y políticas, sin embargo, desde su visión disímil se pueden establecer criterios que nos indiquen que la pobreza constituye una situación de carencia espiritual y material, de privaciones y desventajas económicas-sociales que impiden la satisfacción adecuadas de las necesidades humanas esenciales y el despliegue de una vida normal. Desde esta perspectiva la pobreza constituye un fenómeno multidimensional debido a sus diversas causas y expresiones y también porque entran en juego una variedad de factores y procesos como los económicos, políticos, culturales, individuales, familiares, demográficos, ambientales, nacionales y globales. “Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco ha sido nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone. En el mundo sin alma que se nos obliga aceptar como único mundo posible, no hay pueblos sino mercados” (Galeano). Según el estudio “Los jóvenes en Nicaragua y los Objetivos del Milenio. Un país joven y cada vez más urbano frente al 2015” coordinado por Gustavo Pineda. Nicaragua se ha caracterizado por ser demográficamente un país joven. La población crece pero existe un desaceleramiento de la tasa de crecimiento (1.7 por ciento anual), y el descenso de la fecundidad es el fenómeno con más influencia en estos cambios.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Si se compara la distribución de la población por edades, entre los censos de 1995 y 2005 y las proyecciones, se puede concluir que: • Entre 1995 y 2005 disminuye la población infantil de 0 a 9 años, un grupo con tendencia a decrecer según las proyecciones de 2007. La población menor de 15 años disminuye de 45.1% a 37.3% entre 1995 y 2005. • La población del segmento de 10 a 29 años sube entre 1995 y 2005, con tendencia a decrecer en las décadas siguientes. La población adulta en edad laboral, de 30 a 64 años, tiende a subir relativamente. En general, la población tiende a envejecer. • Entre 2015 y 2020 la población joven de 10 a 29 años será similar en proporción a la adulta de 30 a 64. A partir de 2020 el proceso se invierte y la población de 30 a 64 comienza a crecer relativamente. En los quinquenios de 2000 a 2015 prevalece el grupo poblacional de 10 a 29.

Esto adquiere más significado por la disminución de la tasa de dependencia entre 1995 y 2005, que pasa de 95 a 71, abriendo la oportunidad al país de sacar mayor provecho a esta etapa de transición demográfica, en las áreas de salud, educación y trabajo. Es una condición única en las poblaciones, denominada “bono demográfico” o “ventana de oportunidad”. Para Nicaragua, el quinquenio 2005-2010 era el momento propicio para empezar a sacar provecho de esta oportunidad demográfica, planteándose desafíos socioeconómicos con perspectivas de desarrollo. Es el período con mayor cantidad de jóvenes en edades productivas (30.0%). La inversión en educación, tecnificación y profesionalización de los jóvenes debió comenzar en la década anterior, como mínimo. Si esa generación joven se capacita, mejora su salud e incrementa su productividad, puede impulsar con fuerza el desarrollo en las décadas siguientes. Queda al menos una década para que esta población comience a declinar (a partir de 2020) y su ritmo de crecimiento sea menor. Para cobrar el “bono demográfico” en el futuro, Nicaragua debe desarrollar ahora un plan de inversión en capital humano y crear condiciones sociales, económicas y de infraestructura para absorber la creciente fuerza de trabajo. La indiferencia ante esa oportunidad provocaría niveles de desempleo altos entre los jóvenes y podría subir la delictividad y el éxodo juvenil. Por su parte, Delgadillo en su estudio sobre desigualdades socio demográficas en Nicaragua (2007) destaca el descenso sostenido de la fecundidad, aunque a ritmos dispares. La tasa global de fecundidad varía según las distintas regiones, localidades, lugar de residencia y grupos poblacionales. Ésta señala una serie de desigualdades que la fecundidad promedio no revela. La estimación de la tasa global de fecundidad muestra grandes variaciones según las regiones del país, el lugar de residencia, el nivel de edad e instrucción de la madre, la pertenencia étnica y otras variables que reflejan las desigualdades y carencias en cuanto a ingreso, educación, salud,

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR acceso a los servicios básicos y de trasporte, comunicación e información, entre otros. En el estudio también se destaca el comportamiento de la fecundidad por grupos de edad. El porcentaje de descenso de la fecundidad es mayor conforme aumenta la edad de las mujeres. Aunque se ha dado una reducción generalizada de la fecundidad, ésta es más acentuada en las mujeres mayores de 30 años y hay una mayor resistencia a la baja entre las adolescente de 15 a 19 años. Aunque de hecho la fecundidad siempre ha estado concentrada en las mujeres más jóvenes —las tasas más elevadas se concentran entre los de 20 y 34 años—. En términos de la magnitud del descenso éste ha sido mayor en las mujeres de entre 30 y 49 años. En el período que va del quinquenio 1950-1955 al quinquenio 2000-2005 Nicaragua redujo en 58 por ciento su tasa global de fecundidad, pasó de 7.2 hijos por mujer a 3 hijos por mujer. También es importante destacar el proceso migratorio, componente fundamental de la dinámica demográfica nicaragüense. Los datos del censo de 2005 muestran una tasa de migración neta negativa y en aumento. Este hecho evidencia el efecto que puede tener este fenómeno sobre los cambios demográficos, acelerando la transición. El creciente movimiento de nicaragüenses hacia el exterior ha contribuido al cambio demográfico y ha incidido en la estructura por edades, la composición por sexo, el nivel educativo, la oferta de trabajo, la demanda de bienes y servicios y el entorno social y cultural, tanto del país emisor como del país receptor. Nicaragua es un país con fuerte emigración —principalmente hacia Costa Rica y Estados Unidos—, lo que genera grandes preocupaciones por la pérdida de población, los riesgos que enfrentan los emigrantes por la exclusión, la xenofobia, la discriminación étnica y por la falta de documentación. Además provoca la desintegración de las familias y afecta el tejido social. Estudios del INIDE indican que la reducción de la población menor de 5 años no sólo ha estado influenciada por la caída de la fecundidad sino también por el efecto de la migración. En el quinquenio 1995-2000 el fenómeno migratorio había influido en una baja de al menos 20 mil nacimientos. Un estudio reciente sobre la inmigración en Costa Rica (Morales Gamboa, 2008) revela que en Costa Rica residen más de 226 mil nicaragüenses (49.9 por ciento son hombres y 50.1 por ciento son mujeres). Considerando la estructura por edades, en el estudio se destaca la presencia de hombres y mujeres con edades entre los 20 y 39 años, tramo de edad que concentra a la mitad de los migrantes nicaragüenses que pasan a incorporar el mercado laboral costarricense. La investigación también menciona que sólo el 11 por ciento de los emigrantes nicaragüenses son mayores de 50 años. El nivel de escolaridad de la población emigrante es bajo en relación a la población costarricense pero superior en relación a la nicaragüense. De los nicaragüenses en Costa Rica, 33 por ciento tiene menos de 4 años de escolaridad, 35 por ciento entre 4 y 6 años, 17 por ciento entre 7 y 9 años y 15 por ciento 10 años y más. Con estos niveles educativos las oportunidades laborales disminuyen, por ello los migrantes se incorporan a ramas de actividad menos remuneradas como la agricultura, la construcción, los pequeños negocios de comercio informal y los servicios domésticos. En estos sectores más del 40 por ciento de los trabajadores nicaragüenses no dispone de seguro social.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Aunque los migrantes nicaragüenses se han constituido en un eje muy importante de los procesos de transformación productiva iniciados por Costa Rica desde el decenio de 1980, no gozan de los beneficios sociales a los que tiene acceso la población costarricense en general (Morales Gamboa, 2008). La estructura por edad de la población no sólo debe verse como una consecuencia de los cambios demográficos, sino que durante el proceso de la transición se convierte en un factor causal del crecimiento de la población. En ese sentido “ha sido reconocido como el factor más relevante del crecimiento de la población, una vez que la fecundidad ha alcanzado niveles bajos y se ha estimado el efecto que ejerce cada uno de los factores del crecimiento sobre la evolución de la población […] a medida que el crecimiento de la población total sea menor, los cambios demográficos más considerables se producirán en las estructuras por edades” (CEPAL, 2008:16). Estudios de la CEPAL indican que aun cuando la fecundidad llegue al nivel de reemplazo de 2.1 hijos por mujer, o se encuentre por debajo de dicho nivel eso no significa que el crecimiento de la población sea automáticamente cero o negativo. Así “llegar a una elevada esperanza de vida al nacer y a una fecundidad de nivel de reemplazo es un gran logro de nuestras sociedades, pero la transición demográfica en estos países está lejos de estar completada. Todas continúan experimentando crecimiento de sus poblaciones y cambios sustanciales en sus estructuras por edad” (CEPAL, 2008). El potencial de crecimiento de la estructura por edad, más allá del momento en que se logra el nivel de reemplazo de la fecundidad “se debe a una relativamente alta concentración de las personas en edades reproductivas —proveniente de períodos en que la fecundidad era más elevada— que hace que los nacimientos excedan al número de muertes” (CEPAL, 2008:16). Aunque la fecundidad descienda a tasas cercanas a las de reemplazo, la esperanza de vida aumente a un ritmo cada vez más lento debido a que ya se han alcanzado niveles relativamente elevados y la migración no aporte diferencias sustanciales, la población seguirá creciendo como consecuencia de la fecundidad que se tuvo en el pasado y que está presente en la estructura por edades de la población. 3.3 La transición demográfica en Nicaragua En esta sección, se ha colocado un extracto textual de estudio realizado por Mariza Delgadillo en su estudio sobre el Bono Demográfico en Nicaragua. “El análisis de las transformaciones demográficas pone en evidencia los rápidos cambios que se están produciendo en el perfil de la población nicaragüense.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR En este proceso ha habido tres componentes fundamentales: la mortalidad, la fecundidad y la migración cuya variación modifica profundamente la estructura por edades de la población y el crecimiento de la misma. La disminución de las tasas de mortalidad ha estado determinada por los avances básicos en la atención sanitaria y esto ha permitido un descenso en la mortalidad infantil y materna, lo que aumenta el número de nacimientos y la esperanza de vida al nacer. Estos cambios se tradujeron en un crecimiento acelerado de la población, especialmente en el grupo etario de menores de 15 años, lo que, a su vez, afectó la relación de dependencia. En el quinquenio 1950-1955 la esperanza de vida al nacer en Nicaragua era tan sólo de 42 años; 25 años más tarde ésta aumentó a 60 años y en el quinquenio 2000-2005 logró superar los 70 años. Es decir que el país ha ganado 29 años de vida en los últimos 55 años. Sin embargo, el país ha estado muy por debajo del promedio de la región (ver gráfico 1). Como puede observarse en el gráfico a continuación, hay una brecha en la esperanza de vida que va desde los 10 años en el primer quinquenio hasta reducirse paulatinamente a cerca de un año en el quinquenio 20002005. Las proyecciones indican que para el quinquenio 2015-2020 esta brecha se acortará aún más y la diferencia sólo será aproximadamente de medio año.

En el caso de la mortalidad infantil la brecha también se ha ido acortando. Al inicio del período la muerte temprana en Nicaragua era 35 por ciento mayor al promedio regional.

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En el quinquenio 1950-1955 morían 172 niños Por mil El descenso de la mortalidad ha ido acompañado de un proceso conocido como la “transición epidemiológica”, que es el cambio de la incidencia de determinadas enfermedades y causas de muerte. La característica de este proceso ha sido el desplazamiento de enfermedades infecciosas y parasitarias por las tumorales y de tipo degenerativo, fenómeno que se ha dado bajo un contexto socioeconómico caracterizado por el mejoramiento de las condiciones de vida (educación, salud y servicios sanitarios básicos), la urbanización y reducción de la fecundidad (Di Cesare, 2007). En este proceso de transición demográfica la fecundidad es la variable de más alta incidencia. Según la CEPAL, “la influencia de esta variable se extenderá, además, más allá del momento en que llegue al nivel de reemplazo a través de la estructura por edades de la población, que es principalmente producto de los niveles anteriores de fecundidad” (CEPAL, 2008:12). Se considera que el nivel de fecundidad de reemplazo se logra cuando ésta alcanza 2.1 hijos por mujer. Según las proyecciones de fecundidad este nivel será alcanzado por Nicaragua en el período comprendido entre 2025 al 2030; es decir que aún quedan tres quinquenios para alcanzarlo. La trayectoria de la tasa global de fecundidad de Nicaragua respecto a la de América Latina en períodos quinquenales que van de 1950 a 2050. Hasta el quinquenio 2000-2005 la brecha de Nicaragua respecto a la región es notoria. En el quinquenio 1950-1955 la tasa de fecundidad de Nicaragua era de 7.2 hijos por mujer, mientras por cada mil nacidos vivos, mientras la tasa promedio de la región era de 128 defunciones de menores de un año por cada mil nacidos vivos. Para el quinquenio 2005-2010 se espera cerrar la brecha y alcanzar la tasa promedio de la región. El descenso de la mortalidad ha ido acompañado de un proceso conocido como la “transición epidemiológica”, que es el cambio de la incidencia de determinadas enfermedades y causas de muerte. La característica de este proceso ha sido el desplazamiento de enfermedades infecciosas

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR y parasitarias por las tumorales y de tipo degenerativo, fenómeno que se ha dado bajo un contexto socioeconómico caracterizado por el mejoramiento de las condiciones de vida (educación, salud y servicios sanitarios básicos), la urbanización y reducción de la fecundidad (Di Cesare, 2007). En este proceso de transición demográfica la fecundidad es la variable de más alta incidencia. Según la CEPAL, “la influencia de esta variable se extenderá, además, más allá del momento en que llegue al nivel de reemplazo a través de la estructura por edades de la población, que es principalmente producto de los niveles anteriores de fecundidad” (CEPAL, 2008:12). Se considera que el nivel de fecundidad de reemplazo se logra cuando ésta alcanza 2.1 hijos por mujer. Según las proyecciones de fecundidad este nivel será alcanzado por Nicaragua en el período comprendido entre 2025 al 2030; es decir que aún quedan tres quinquenios para alcanzarlo. El gráfico a continuación se muestra la trayectoria de la tasa global de fecundidad de Nicaragua respecto a la de América Latina en períodos quinquenales que van de 1950 a 2050. Hasta el quinquenio 2000-2005 la brecha de Nicaragua respecto a la región es notoria. En el quinquenio 1950-1955 la tasa de fecundidad de Nicaragua era de 7.2 hijos por mujer, mientras la tasa para América Latina y el Caribe era de 5.9 hijos por mujer. Esta brecha continuó aumentando en los dos quinquenios siguientes y comenzó a reducirse en el quinquenio 2000-2005. En este período la tasa global de fecundidad en Nicaragua era de 3 hijos por mujer y en la región era de 2.3. Se estima que la brecha continuará reduciéndose hasta alcanzar, de forma paulatina, el nivel de la región en 2035-2040.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO 3.4 Tendencias de la estructura de edades en Nicaragua Según las proyecciones de CELADE 2007, para los distintos grupos de edad se observan importantes cambios, los más jóvenes aumentaron 3,7 veces entre 1950 y 2005 pero disminuirán aproximadamente un 24,7% entre 2005 y el final del periodo proyectado (2050). En el caso de los adultos mayores en el primer periodo aumentaron 5,2 veces y seguirán aumentando 3,9 veces en el segundo período. El grupo de la población económicamente activa (PEA) creció 4,5 veces en el primer periodo y crecerá un 56,8 % más en 2050. La población de nicaragüenses ha aumentado 3,2 veces en los últimos 55 años, pasando de 1.295.000 millones de personas en 1950 a 5.450.000 en 2005. De cumplirse los supuestos implícitos en las proyecciones, el total de la población llegará a los 7.932.000 para el año 2050, lo que implica que la población se incrementará un 46% en los próximos 45 años, Las principales características observada en los grupos de edades (ver gráfico 4), es el rápido incremento de la población en edad de trabajar, la declinación de la población dependiente menor de 15 años y el aumento de la población dependiente mayor de 60 años. En términos absolutos, se observa un fuerte crecimiento de la población menor de 15 años en el período que va de 1950 a 1995, pero a partir del 2005 éste comienza a disminuir; mientras, los otros dos grupos etarios mantienen una trayectoria ascendente. Entre 1950 y 1995 la población activa crece moderadamente pero dicho crecimiento se acelera a partir del año 1990, para estabilizarse en el quinquenio 2035-2050. La población mayor de 59 años se mantuvo casi constante entre 1950 y 1995, iniciando una trayectoria ascendente pero moderada entre 2000 y 2010 y posteriormente un acelerado crecimiento, hasta llegar a igualar a la población menor de 15 años en el 2050, año en que habrá 1.500.000 de menores de 15 años e igual número de mayores de 59 años. La trayectoria de la población se sintetiza en dos períodos. El primero de éste, 1950-1995, se caracteriza por un fuerte crecimiento de la población total que tuvo como base el incremento en todos los grupos de edad pero con una menor participación de los adultos mayores. En el segundo período, 1995-2050, la población total continúa creciendo, con un aumento de la población en edad activa, y un estancamiento de la población joven, mientras crece aceleradamente la población de adultos mayores.

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Este segundo período constituye un fenómeno demográfico relevante, por el peso relativo y absoluto que la población adulta mayor ejerce sobre los demás grupos. Actualmente, Nicaragua se encuentra en una etapa en que el envejecimiento tiene una magnitud aparentemente razonable que no revela en toda su dimensión la situación que se avecina y para la cual la sociedad no está preparada. Nicaragua ha entrado en la fase más importante de la transición demográfica, cuyos efectos sobre la dinámica de la población es determinante. La caída en los niveles de mortalidad y natalidad implica una variación de la estructura por edad de la población, que tendrá implicaciones fundaméntales para las perspectivas tanto de crecimiento económico como de reducción de la pobreza.

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La estructura de edades en Nicaragua ha seguido la siguiente tendencia: los grupos sobresalientes son los jóvenes y los adultos mayores, que muestran una modificación del tamaño relativo de cada uno de ellos. En el caso de la población joven (menor de 15 años), en el año 1950 representaba el 43% de la población total, proporción que se reduce a 38% en 2005 y se espera llegue a un 20% el año 2050. La población activa (entre 15 y 59 años), en tanto, pasó de representar un 52,2% de la población en 1950 a un 56.3% 2005, proyectándose que aumente a un 60,7% el año 2050. Dicho aumento es notorio entre 1990 y 2015, estancándose en los años siguientes. En el período, 1950-2005, la población menor de 15 años redujo su participación un 12% y de continuar esta tendencia su participación se verá disminuida en un 48% entre 2005 y 2050. En tanto, los adultos mayores aumentaron su participación en un 22,9% en 1950-2005, y se proyecta que dicho aumento supere el 234% en 2005-2050. La población en edad de trabajar muestra un crecimiento constante en ambos períodos: 7,8% de crecimiento en 1950-2005 y 78% de crecimiento en 2005-2050. En síntesis, se puede afirmar que como resultado de la baja fecundidad, el grupo de 0-14 años comenzó a descender en términos relativos a partir de 1980 con la consecuente disminución de la demanda de servicios educativos y de salud. En el caso de la población de 60 años, durante el período proyectado se observa una tendencia al crecimiento. En ese sentido, para el año 2050 se espera que la población mayor de 60 años iguale a la población menor de 15 años en torno al 20% con aproximadamente 1,5 millones de personas cada uno.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR La modificación del tamaño de cada uno de estos grupos da un referente de la presión de las demandas por servicios que se puede esperan, máxime tomando en cuenta que el proceso de envejecimiento en Nicaragua se presenta en un contexto caracterizado por la alta incidencia de la pobreza, profunda inequidad social y fragilidad institucional, con capacidades mínimas para la a tención de los problemas crónicos de salud y pobre cobertura de la seguridad social. En ese sentido, el 90% de los adultos mayores no están protegidos por la seguridad social y solo un 0,4% tiene acceso a seguro privado.

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de microdatos censales en REDATM, Censo de Población de Nicaragua, 2005.

Lo anterior indica que en relación a los promedios del país y de la zona urbana, rural, la Región Metropolitana de Managua (RMM) es altamente concentradora de PEA y de los adultos mayores; mientras, las zonas rurales concentran mayor cantidad de niños, menor población activa y menos adultos mayores en relación a la zona urbana y la RMM. Esto explica el proceso migratorio del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades y también la fuerte presión a que está sometida la RMM en cuanto a servicios sociales básicos, empleo y condiciones de infraestructura básica”. 3.5 Impacto económico del bono demográfico en los sectores sociales

“En las etapas iníciales de la transición demográfica, a medida que disminuye la fecundidad, se reduce el número de niños respecto de los adultos en edad de trabajar, lo que crea condiciones favorables para el crecimiento económico. En términos económicos, el número de consumidores

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disminuye respecto al número de productores y, en igualdad de condiciones, esto provoca un aumento de los ingresos laborales respecto del consumo. Esta liberación de recursos se ha denominado “bono demográfico” y este período, que puede durar varias décadas, se conoce como “ventana demográficas de oportunidades.” “En último término, el número de personas mayores respecto de los adultos en edad de trabajar empieza aumentar de manera pronunciada debido a la baja fecundidad sostenida y al incremento de la esperanza de vida. De este modo termina el bono demográfico y comienza una etapa de envejecimiento acelerado de la población. En la medida que las personas mayores no hayan ahorrado para cubrir sus necesidades durante la jubilación, el creciente cociente entre personas mayores y adultos en edad de trabajar supondrá una carga cada vez mayor para los adultos en edad de trabajar que han de apoyar a la población mayor. –ya sea a través de cuidados individuales para sus propios padres o de manera colectiva a través del pago de impuestos. En este caso, el bono funcionará de forma contraria, ya que el número de consumidores crecerá respecto al número de productores. El envejecimiento de la población provocaría una disminución de los ingresos laborales por consumidor, que si no se compensa con ingresos no provenientes del trabajo (como en aumento del ahorro), produciría un descenso del bienestar económico y el período del bono demográfico daría paso a un período de ‘desventaja demográfica de oportunidades’.” “Los gobiernos y las personas pueden aprovechar el bono demográfico para prepararse para el surgimiento de sociedades más envejecidas. Alternativamente el bono demográfico puede consumirse provocando un aumento temporal del consumo per cápita, o puede invertirse en capital humano o físico provocando un aumento permanente del consumo per cápita a largo plazo. Además gracias a la previsión y la planificación es posible lograr un segundo bono demográfico. En la medida en que los gobiernos y las personas sean previsoras y ahorren para cubrir sus necesidades durante la jubilación, el envejecimiento de la población -en vez de conducir a una reducción del bienestar económico- puede ser una fuerza económica positiva que aumente de manera significativa y permanente el ahorro, la riqueza y los ingresos. Sin embargo estos resultados no son automáticos. El hecho de que el bono se consuma o invierta y cuáles serán los beneficios a largo plazo de esas inversiones depende de las opciones de política y del comportamiento de las personas” (CEPAL, 2008, p. 49). Las transformaciones demográficas generarán cambios importantes en las demandas de los sectores sociales y ofrecen beneficios potenciales en tres áreas sectoriales claves para el desarrollo económico (educación, salud y sistema de pensiones) y para la expansión de los esquemas de protección social. 3.6 Dependencia económica en las etapas iníciales y finales de la vida Antes de valorar el impacto económico del bono demográfico es preciso explicar previamente el significado de la dependencia en el contexto del ciclo de vida económica de las personas. Ello se analiza a partir del gráfico 20, que en donde se muestra el patrón de actividad económica por edades a partir de los casos de Chile, Costa Rica y Uruguay, patrón que es muy similar al de otros los países de América Latina En el ciclo de vida económica, la actividad económica se mide

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR respecto del promedio de los ingresos laborales de entre los 30 y los 49 años. La línea punteada del gráfico representa el promedio de los ingresos laborales por personas de acuerdo a las edades. Siendo cero en el caso de los niños, se incrementan alrededor de los 20 años debido al ingreso al mercado laboral y el término de la escolaridad formal, se estabiliza entre los 35y 50 años y disminuye a edades avanzadas como consecuencia de la jubilación y la salida del mercado laboral. La línea continua, en tanto, indica el consumo medio por edad (incluyendo el consumo de bienes y servicios públicos como salud y educación). Los niveles de consumo son bajos en el caso de los niños pero se incrementa en la edad preescolar y de primaria, se incrementa lentamente en la etapa adulta alcanzando su máximo antes de los 60 años para disminuir en edades avanzadas pero con un notable aumento en las personas de 80 años y más debido al incremento de los gastos en salud de este grupo de edad.

Fuente: Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL, estimaciones y proyecciones de las poblaciones de América Latina y el Caribe, 2007 e información económica del proyecto conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) sobre transferencias intergeneracionales, envejecimiento de la población y protección social en América Latina.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Del ciclo de vida se destaca tres períodos de vida económica: 1.

La de los niños y los jóvenes antes de formar parte de la PEA, son dependientes de las transferencias de los padres y del gobierno para cubrir sus necesidades de consumo que dura alrededor de 25 años y alcanza su punto máximo a los 15 años. Estas transferencias equivale a casi la mitad de los ingresos anuales de los adultos en edad de trabajar.

2.

La de las personas mayores jubilados, reciben transferencias de sus hijos adultos o del gobierno para atender sus necesidades de consumo. Este período inicia poco antes de los 60 años y aumenta de forma constante hasta alcanzar el punto máximo a partir de los 80 años y que exige transferencias equivalentes a dos tercios de los ingresos laborales anuales de los adultos en edad de trabajar.

3.

La de las personas independientes, que dura cerca de 30 años. En este período los ingresos laborales superan el consumo.

La dependencia económica al principio y al final de la vida solo es posible gracias al período de 30 años de excedente de producción durante las edades más productivas. La reasignación de recursos se realiza mediante transferencias familiares (como alimentos, vestido y vivienda de padres a hijos o viceversa, remesas de migrantes y herencias); transferencias gubernamentales (ya sea mediante pagos en efectivo, como pensiones, prestaciones sociales y prestaciones de desempleo, o de beneficios en especies como educación pública, salud y formación laboral); y mediante el ahorro para la jubilación de las personas en edad de trabajar. Las transferencias de las familias o del gobierno funcionan por lo general como sistema de reparto, en lo que el monto total de las transferencias de beneficios recibidas por los individuos es igual al monto total de las transferencias realizadas. Por tanto bajo estas consideraciones, los cambios en la estructura por edades modifican el número relativo de receptores y donantes en la sociedad. Esta variación en la proporción de receptores y donantes genera el bono demográfico. 3.7 Perspectivas del bono demográfico para el sistema de educación Analfabetismo En 2005, según el censo, el país registraba 13.46% de jóvenes analfabetas, entre 10 y 29 años. Son los más jóvenes los que están en mejor condición de alfabetizados. Entre 1995 y 2005 disminuyó el analfabetismo en general. La excepción son los jóvenes de 25 a 29 años, el único grupo en que aumenta la proporción de analfabetas. En términos porcentuales, hay menos analfabetismo en las mujeres que en los hombres; y es notable la diferencia entre áreas urbanas y rurales, mostrando más analfabetismo las rurales, donde está el 76.5% de los jóvenes analfabetas del país.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Fuera de la escuela La desescolarización en la población joven es alta. Casi 2 de cada 10 adolescentes no asisten a la escuela. Tampoco la mitad de los jóvenes entre 15 y 19 años, ni 8 de cada 10 de quienes tienen entre 20 y 24 años. Entre las razones por las que no estudian, destacan las necesidades económicas, la creencia de que estudiar no es garantía trabajo, matrimonios, embarazos y otros problemas familiares. La proporción de inasistencia escolar es más baja en las mujeres que en los hombres; y la tendencia de los hombres a dejar la escuela para trabajar, es mayor que la tendencia de las mujeres a dejar la escuela por el matrimonio. En las zonas rurales es mayor la desescolarización. La diferencia con relación al área urbana es más fuerte en las edades de 10 a 14 años (18%) y de 15 a 19 años (30%). Niveles de escolaridad Entre los jóvenes que estudian hay un marcado retraso escolar y abandono de estudios, a partir de los 15 años, lo que aumenta con la edad. En el grupo de 10 a 14 años, con mejor situación, el 89% tiene un nivel de escolaridad entre primaria y secundaria, la mayoría de primaria. La escolaridad es baja entre los jóvenes de edad avanzada. La educación técnica básica y media aparece como una alternativa poco viable para la adolescencia y la juventud, por ser una oportunidad poco difundida y diversa, como vía para un trabajo más tecnificado. El segmento joven ha alcanzado niveles de escolaridad más avanzados que el de adultos de 30 años o más. La situación de escolaridad está mejor en Managua y empeora en orden creciente en el Pacífico y Norte-Centro. La región con peor situación es la Costa Caribe. Un estudio del Banco Mundial, basado en la EMNV2005, concluye que: “En particular el gasto educacional por niveles, como una proporción del gasto per cápita de consumo familiar, muestra que el gasto en educación primaria es claramente progresivo y pro-pobre, el gasto en educación secundaria es progresivo y no-pro-pobre, y el gasto en educación universitaria es regresivo y nopro-pobre”. La educación secundaria Según el MINED, el aumento de la cobertura en la educación secundaria fue sostenido entre 1995 y 2007. Sin embargo, el crecimiento de la población joven de 10 a 19 años ha sido casi paralelo al crecimiento de la matrícula. Eso significa que, aún con ese esfuerzo notable, el aumento de la matrícula ha sido lento. De seguir así, aunque la tasa de crecimiento poblacional siga bajando, se

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO requerirían entre 35 y 40 años para lograr el 80% de matrícula de secundaria para jóvenes entre 10-19 años. El porcentaje de repetición aumentó entre 2002 y 2004, y después ha disminuido de forma lenta y sostenida. Pero en cantidades brutas, la repetición aún es costosa para la educación secundaria. En esos años, los repitentes oscilaron entre 23 mil y 26 mil. La retención escolar en secundaria subió en el período 2002-2004, pero a partir de 2005 bajó en 6.8%. En 2007 se redujo a 83%, pero de nada vale aumentar la cobertura si no se incrementa la retención. Siete de cada 10 estudiantes de secundaria aprobaron su curso en 2007. El 30% que no aprueba podría ser una causa más para el abandono de los estudios. Si los repitentes se mantienen estudiando, elevan los costos del sistema educativo y limitan las oportunidades de estudio para otros adolescentes y jóvenes. La educación superior Sólo en las 10 universidades del Consejo Nacional de Universidades (CNU), que operan con financiamiento estatal, se ha incrementado la matrícula de pregrado, con un crecimiento promedio anual de 4.8% entre 2004 y 2007. La tasa de crecimiento de la población entre 15 y 29 años, la que más asiste a la educación superior, era de 1.6% entre 2004 y 2007, y eso indica que la población universitaria crece a un ritmo más rápido que la población joven en general. El número de estudiantes de postgrado aún es insuficiente para las necesidades de desarrollo del país. Otro problema es la calidad de la formación universitaria, tanto pública como privada. Pobreza y educación Al comparar a jóvenes pobres y no pobres, se aprecian grandes diferencias en los años de estudio o nivel de instrucción. Los jóvenes no pobres aventajan a los pobres en tiempo invertido en educación. El 38% de los pobres tiene menos de 4 años de estudios y sólo el 12% tiene 10 o más años de estudios. En cambio, el 40% de los no pobres alcanza los 10 o más años de estudios. Comparando a jóvenes con adultos, pobres y no pobres, los jóvenes tienen una situación educativa mejor que los adultos. La estructura demográfica de Nicaragua presenta condiciones favorables para el progreso económico y social, dado que la reducción de las tasas de crecimiento de la población joven hace que disminuyan las tasas de dependencia por trabajador, presentándose una “ventana de oportunidades” para consolidar el desarrollo mediante la elevación de la calidad de la educación. La relación que se presenta entre las tasas de dependencia juvenil y la escolarización donde se observa una relación directa entre ambas. A medida que la relación de dependencia escolar

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR se reduce, el gasto en los distintos niveles educativos como proporción del PIB también se va reduciendo, como se puede observar en el gráfico en la tabla y gráfico a continuación.

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www.eclac.cl/celde/proyecciones/basedatos_BD.htm.

Las perspectivas del bono demográfico en educación -como resultado de la disminución de la población en edad escolar respecto de la población en edad de trabajar- supone un bono en educación superior al 58% para Nicaragua en el período que va del 2005 al 2050. Este bono demográfico en educación produce una liberación de recursos de consumo en educación en relación a los ingresos laborales, los que podrían utilizarse para ampliar la cobertura de los sistemas educativos o para mejorar su calidad aumentando los gastos por estudiantes sin necesidad de incrementar la carga fiscal.

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www. eclac.cl/celde/proyecciones/ basedatos_BD.htm.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO La relación de dependencia del sector de educación representa el porcentaje de ingresos laborales que han de transferirse para financiar el programa educativo, con los niveles actuales de cobertura y prestaciones. El impacto del cambio demográfico en las transferencias en el sector de educación se puede medir a través de la relación de dependencia en la educación. Es decir, el cociente entre el número efectivo de estudiantes y el número de productores. El número efectivo de estudiantes se calculó aplicando el perfil de edad estándar del gasto en educación a la distribución de la población del país. Para el número de productores se calcula usando el perfil de edad estándar de los ingresos laborales. Por lo general el consumo en educación se concentra en la población de entre 5 y 20 años de edad. En Nicaragua, la tasa neta de escolaridad de educación primaria es de 84% y en la secundaria es de 45%. Para analizar los posibles efectos de la estructura de edades la tasa de dependencia en la secundaria se mide como el cociente entre la población en edad de recibir enseñanza secundaria (entre 12 y 17 años) y la población en edad de trabajar (entre 20 y 64 años) Si se presupone que las necesidades educativas de los niños se financia mediante transferencias de la población en edad de trabajar, la disminución de esta tasa de dependencia económica representa una liberación de recursos que bien puede utilizarse dentro del sector para mejorar los beneficios ( bien sea mediante la ampliación de la cobertura o la ampliación de las prestaciones por beneficiarios) o reducir la carga impositiva.

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www.eclac.cl/celde/proyecciones/basedatos_BD.htm.

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Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www.eclac.cl/celde/proyecciones/basedatos_BD.htm.

Cualquiera sean los escenarios del gasto en educación, éste se proyecta con tendencia a la baja, lo que indica que hay un bono educativo que está dando oportunidades para mejorar la educación en el país bien sea mediante la ampliación de la cobertura educativa (actualmente solo alcanza el 84% en primaria y el 45% en secundaria, niveles por debajo del promedio para América Latina de 94% y 68% respectivamente); o bien mediante la elevación de la calidad y la eficiencia que permita mejorar la formación docente y cerrar las brechas educativas además de otros rezagos en términos socioeconómico y de género; todo ello sin aumentos adicionales de la carga financiera del sector y anticipándose a los desafíos que lleguen con la envejecimiento de la población. 3.8 Perspectivas del bono demográfico para el sistema de salud Por lo general el gasto en atención a la salud suele concentrarse en los niños y las personas mayores. Cuando baja la fecundidad y la proporción de niños disminuye, las fuerzas demográficas contribuyen a reducir sustancialmente la presión financiera en los sistemas de salud. Pero cuando la población empieza a envejecer y la proporción de personas mayores se incrementa las fuerzas demográficas aumentan rápidamente la presión fiscal en el sistema de atención de la salud.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO La relación de dependencia de atención a la salud mide la relación entre el número de consumidores de atenciones de salud y el número de productores totales en la economía “A medida que envejece la población las necesidades de atención de la salud de la población mayor representa un porcentaje más elevado de todo el gasto en atenciones de salud en la sociedad, sobre todo porque las personas mayores utilizan, en promedio, mucho más recursos para la salud que las personas en edad de trabajar. En América Latina las estimaciones de la cuenta de transferencias nacionales indican que una persona mayor consume en promedio el doble de atención de la salud que un adulto en edad de trabajar” (CEPAL, 2008, p. 74). Como consecuencia de este fenómeno, el sistema público de salud tendrá modificar sus estrategias de monitoreo, prevención, detección y curación, concentrándose cada vez más en enfermedades crónicas como el cáncer y las cardiopatías, típicas de una población envejecida.

“Además de enfrentarse a los nuevos problemas que suponen las enfermedades crónicas provocadas por el envejecimiento de la población, los países tendrán que lidiar con la carga que suponen las enfermedades infecciosas e infantiles típicas de las etapas tempranas de la transición epidemiológica. Los sistemas de atención de la salud de la región tendrán que encarar la doble carga del ‘rezago epidemiológico’ y el envejecimiento de la población, y serán objeto de gran presión para ampliarse” (CEPAL, 2008, pp. 75-76).

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www.eclac.cl/celde/proyecciones/basedatos_BD.htm.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR El gasto en salud de acuerdo al ciclo de vida, bastante similar para todos los países de la región y por ende muy parecido al de Nicaragua. En él se reflejan cuatro momentos importante: en sus inicios el gasto en salud es alto (se incrementa la demanda de servicios de salud por enfermedades en la niñez de tipo respiratorias, diarreicas e intestinales y de desnutrición e inmunizaciones) después se reduce hasta los 15 años (por poca demanda de niños y adolescentes de servicios de salud que por lo general son del tipo nasofaringitis, enfermedades infecciosas y parasitarias y del aparato urinario), luego crece moderadamente en las edades reproductivas de 15 a 49 (en el caso de las mujeres se incrementa la demanda de servicios obstétricos y de servicios de planificación familiar, y en el de los hombres las intoxicaciones y servicios de salud causados por la violencia) se incrementa aceleradamente de los 50 años en adelante por causa de las enfermedades crónicas y degenerativas, alcanzando los mayores montos de gasto después de los 75 años (INEC, 2001). Las tendencias en las proyecciones del gasto en salud como porcentaje del PIB, el que refleja el efecto que ejerce la estructura de edades en su comportamiento. Del 2005 al 2020 se observa una tendencia a la reducción, ocasionada fundamentalmente por la disminución de la población joven. Entre 2020 y 2035 se observa un aumento moderado, como consecuencia del incremento de la población activa y por tanto de las demandas de salud de los trabajadores; sin embargo, a partir de 2030 el gasto público en salud se incrementa aceleradamente por el efecto del envejecimiento de la población, debido a que el gasto en salud de los adultos mayores crece también de forma acelerada.

Fuente: Delgadillo Maritza, Bono Demográfico. Elaboración a partir del procesamiento de estimaciones y proyecciones de población del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población de la CEPAL [en línea] www.eclac.cl/celde/proyecciones/basedatos_BD.htm.

Acceso a salud El grupo etario de 0 a 9 años es el que usa más los servicios médicos ambulatorios públicos, y el grupo juvenil de 10 a 19 años es el que acude menos a estos servicios. Entre las razones, señaladas

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO por los mismos jóvenes, están la poca responsabilidad en el auto cuido, se auto medican, ven poco atractivos los servicios del MINSA, consideran muy mala la atención y se sienten discriminados. Las atenciones hospitalarias que implican ingreso son poco utilizadas por los jóvenes. Las mujeres usan los servicios de ingreso hospitalario más que los hombres, aún excluyendo los ingresos por embarazo y parto. Las mujeres jóvenes son las que más demandan el ingreso hospitalario por complicaciones de embarazo y parto. Hay un descenso en las tasas de mortalidad en todos los grupos de edad, pero la mortalidad masculina supera a la femenina, en todas las edades. 3.9 Salud Sexual y Reproductiva En 2007 la frecuencia de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) en jóvenes era superior, casi 2.5 veces más, que en adultos mayores de 30 años. Los casos de jóvenes representaron el 66% del total en todo el país, en ese año, según el MINSA. Los casos de ITS aumentaron entre 2006 y 2007, más en jóvenes y mujeres. La encuesta ENJUVE 2006 muestra que el 73% de los jóvenes entre 15 y 30 años declaró no haber usado condón en su última relación sexual. La cifra es más alta, 86%, en el grupo de 25 a 30 años. Hay un incremento de casos de VIH/SIDA en todos los grupos de edad. La población entre 20 y 39 años concentra el 72% de personas que viven con el VIH (1,743 casos), le sigue el grupo de 40 a 59 años con 397 casos (16%) y la población adolescente 1,186 casos (8%). Esto coincide con la tendencia mundial: La población joven, sexual y laboralmente activa es la que padece más esta enfermedad. Según la ENDESA 2006, 4 de cada 10 mujeres jóvenes entre 15 y 19 años no se protegen con ningún anticonceptivo. Entre los 20 y 29 años, las mujeres sexualmente activas que no están unidas se protegen más. Desafíos en salud Incorporar como prioridad dentro de los planes y políticas de salud a los adultos mayores, realizando una reorientación del gasto corriente y de capital (infraestructura hospitalaria) para atender las demandas de este sector, sin detrimento de los otros grupos poblacionales, ya que aún subsisten importantes problemas de cobertura para la población pobre, especialmente en las zonas rurales de alta concentración de poblaciones indígenas y en las zonas urbano-marginales, que no se deben descuidar.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Perspectivas del bono demográfico para el sistema de pensiones Los cambios demográficos, si bien provocarán una reducción sustancial de la carga fiscal asociado al financiamiento de la educación –la que podría ampliar significativamente sus niveles de calidad y cobertura- tendrá un impacto negativo en materia de financiamiento del sistema previsional debido al incremento de la población de adultos mayores. La relación de dependencia de las pensiones mide la razón entre el número de pensionados y el número de productores. La relación de dependencia de las pensiones en Nicaragua se situó en el 7,25% en 1950 lo que significa que en 1950 habría sido necesario un impuesto del 7,25% de los ingresos laborales para apoyar a la población jubilada con los actuales niveles de cobertura y prestaciones. En el período comprendido de 1950 y 2005, la presión demográfica sobre los sistemas de pensiones de reparto fue casi imperceptible (19% de incremento) ubicándose en el 8,65% en el 2005. Pero a partir del 2020 esta se volverá muy evidente y se prevé llegue a alcanzar más del 24,2% para el 2050.

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Es decir, sin tener en cuenta el impacto adicional de la ampliación de la cobertura de las pensiones, el envejecimiento de la población obligaría a duplicar los ingresos laborales destinados a pensiones, pasando de un nivel actual del 8,65% al 24,2% de los ingresos en 2050. En el gráfico anterior, se observan tres etapas de la relación de los adultos mayores con respecto a la población en edad de trabajar de 20 a 59 años. En la primera, entre 1970 y 1990, se puede observar cómo la relación disminuyó de forma significativa en el área rural, pasando de más de 10 trabajadores por cada adulto mayor, a 8 en 1990. En el área urbana, la relación se mantuvo estable durante el período, con aproximadamente 8 trabajadores por adulto mayor. En este período, el paulatino envejecimiento de la población rural la llevó a alcanzar niveles similares a los observados en las áreas urbanas. En la segunda etapa, entre 1990 y 2010, la relación entre trabajadores y adultos mayores se mantiene aproximadamente en 8 trabajadores en las áreas rural y urbana, lo que implica que durante estas dos décadas la población en edad de trabajar se ha ido incrementando al mismo ritmo que la población de más de 60 años. En la tercera etapa, entre 2010 y 2050, se estima que la relación trabajadores por adulto mayor disminuye de forma consecutiva hasta llegar a menos de 3 trabajadores por adultos mayores en 1950. Esto refuerza el comportamiento en la estructura poblacional, en donde el efecto envejecimiento está presionando fuertemente el gasto social y en lo fundamental al sistema de pensiones.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR Desafío de pensiones Cómo mejorar la cobertura y calidad de pensiones mientras la población está envejeciendo. Nicaragua ha tenido muchas dificultades para ampliar la cobertura de su sistema de pensiones. En el año 2006, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social contaba con tan solo 439.002 asegurados de los cuales 216.598 son hombres y 222.404 son mujeres. Los cambios demográficos hoy en día requieren de más recursos para financiar las pensiones de un grupo cada vez más creciente de pensionados, grupo cuyo crecimiento no es congruente con las recaudaciones de la institución y que está poniendo a la institución en situación crítica. 3.10 Los jóvenes y el trabajo La ocupación es mayor en la población masculina y va incrementando conforme aumentan las edades, indica la Encuesta de Hogares para la Medición del Empleo 2006 (EHME2006). En los segmentos de edad de 15-19 y 20-24 aparecen porcentajes mayores de jóvenes activos laboralmente en zonas rurales, lo que coincide con la mayor desescolarización rural. El subempleo entre jóvenes de 15 a 29 años ronda el 38% y es más alto que el de la población adulta. La proporción de población joven ocupada entre 20 y 29 años es aceptable, pero el subempleo reduce la bondad de la tasa de ocupación; y muestra a las mujeres en peores condiciones que los hombres, y a las zonas rurales en desventaja frente a las urbanas. Entre esos jóvenes existe poca diferencia en el acceso al trabajo, con relación a la escolaridad, aunque puede haber diferencias en el tipo de trabajo y la remuneración. Entre los adultos se nota que al subir el nivel de escolaridad aumenta el porcentaje de empleados. En el sector informal, el porcentaje de ocupados es más alto entre las edades de 10-14 y 15-19 años. Las cifras más bajas de empleo informal están en el segmento de 20-29 años, donde 5 o 6 de cada 10 trabajan así. Entre los adultos, 6 o 7 de cada 10 están en empleos informales. En todos los grupos juveniles hay más hombres que mujeres laborando en el sector informal, con diferencias pequeñas. En las edades adultas la diferencia se invierte, pero también es pequeña. El empleo informal juvenil es más común y predominante en las áreas rurales, donde la producción se organiza más en pequeñas empresas familiares. La mayoría de jóvenes trabaja como obreros no calificados y empleados de servicios. Los adultos trabajan más como empleados de servicios y dirigentes en general. Al aumentar las edades se diversifican más las ocupaciones, se incrementan las labores tecnificadas.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO La mayoría de jóvenes rurales trabaja como obreros no calificados, mientras los jóvenes urbanos destacan más en los sectores de servicios. En los empleos de mayor calificación prevalecen los jóvenes urbanos, con más acceso a la educación formal e informal. Las mujeres mayores de 20 años superan a los hombres en empleos de mayor calificación. Sin embargo, las mujeres de todos los grupos etarios jóvenes tienen menor presencia en empleos de dirección. Según la encuesta ENJUVE 2006, sólo el 15% de los jóvenes que trabajan afirman conocer sus derechos laborales; y sólo el 20.6% de los jóvenes que trabajan están afiliados al sistema de seguridad social. 3.11 Participación social y política Los jóvenes revelan poco interés en participar en organizaciones en general. Son los grupos y organizaciones religiosas los que acaparan la participación de los jóvenes, porque éstos consideran que en esos espacios son escuchados y tomados en cuenta. Del resto de organizaciones, los jóvenes piensan que son dirigidas por adultos para realizar intereses del adulto. Incluso las asociaciones estudiantiles tienden a ejecutar decisiones de adultos y, por eso, interesan poco a los jóvenes. La causa ambiental parece atraer a más jóvenes, seguida por la de derechos humanos, apoyo a otros jóvenes con problemas e incremento salarial, indica la encuesta DESAFÍOS 2006-2007. Revela también un bajo interés de los jóvenes en participar en actividades de las alcaldías o del gobierno. Otro estudio indica que la mayoría de jóvenes no organizados dicen que no participan porque no les interesa, no han sido invitados, les falta tiempo, carecen de información, no hay organizaciones en su comunidad o las organizaciones están monopolizadas, son feudos familiares o de élites. Un sondeo de IPADE, sobre el voto en las elecciones nacionales de 2006, refleja que la abstención juvenil fue más alta que la adulta. La ENJUVE 2006 muestra que más del 50% de los jóvenes se preguntan si vale la pena vivir en un país con mucha corrupción, sin igualdad de oportunidades, inseguro y con una democracia en proceso. Señalan tres problemas que, a su criterio, son los que más afectan al país: El desempleo, la pobreza y la corrupción. 3.12 Migración El censo de 2005 indica que sólo el 3.3 por ciento de los nicaragüenses residen en el exterior. Esa información subestima las cifras de otros censos de la región, como el de Costa Rica del año

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR 2000, que registra cerca de 300 mil nicaragüenses viviendo en ese país, una cantidad también subvalorada. La mayoría de emigrantes nicaragüenses son hombres (53.0%) y se concentran en la población joven. Predomina la migración hacia Costa Rica (46%), después a Estados Unidos (38%) y otros países, entre estos europeos (16%). La migración de jóvenes al exterior ha crecido y cada vez se van más jóvenes del país. En la década de 1990 a 1999 emigraron 17,188 jóvenes con nivel de secundaria, y entre el año 2000 y abril de 2005 emigraron 23,223 jóvenes con nivel de secundaria. Eso significa que Nicaragua cada vez pierde más jóvenes calificados. Los jóvenes argumentan tres razones para emigrar: Mejores oportunidades de empleo y mejor remuneración económica en los países receptores; posibilidad de vivir con más comodidades y poder dar ayudas económicas a sus familias que quedan en Nicaragua. Entre 70% y 80% de jóvenes se irían del país, si tuvieran oportunidad de hacerlo, indican grupos focales y encuestas. 3.13 Violencia Una forma de violencia, que a la vez genera violencia, es el ocio obligado. En 2005, el 43% de jóvenes no estudiaba ni trabajaba. Es una forma de violencia social, porque los jóvenes la sufren como una exclusión de la sociedad. En los delitos cometidos por hombres, predomina el realizado por jóvenes entre 18 y 25 años. La mayoría de hombres que cometen delitos tienen escolaridad primaria (55%) y el 40% está desocupado. El involucramiento del hombre, como victimario en delitos, es mucho mayor que el de las mujeres, en cualquier edad. Entre las víctimas de violencia sexual, prevalecen los casos de mujeres adolescentes. La relación de victimarios en violencia intrafamiliar es de 9 hombres por cada mujer, y son hombres jóvenes los principales victimarios. La victimización de iguales prevalece en las escuelas. Un estudio de Save the Children Noruega, en 2007, revela que casi 4 de cada 10 estudiantes manifiestan que en los últimos 6 meses, y con alguna frecuencia, fueron víctimas de alguna violencia física o emocional. En la mayoría de casos, la violencia provenía de algún compañero de aula o escuela. Nicaragua no ha sufrido la proliferación de las maras, como los países del norte de Centroamérica, por el trabajo preventivo, la naturaleza de las migraciones y los controles de armas de fuego, entre otras razones. Pero en el país existen pandillas juveniles de tres tipos, según el riesgo: 167 Grupos Juveniles en Alto Riesgo Social (GJARS), 26 pandillas juveniles y 69 grupos de delincuentes juveniles.

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO 3.14 Muerte y suicidio En el año 2004 murieron más jóvenes hombres que mujeres, con una diferencia muy marcada entre los de 20 y 29 años. Las principales causas de muerte de los jóvenes del sexo masculino son las agresiones con armas de fuego y armas blancas, accidentes de tránsito, ahogamiento por sumersión accidental en agua y suicidios. El suicidio es frecuente en las mujeres entre 10 y 24 años. El suicidio ocupó el tercer lugar entre las causas de muerte en el país, en 2007. La mayor parte de los suicidas son jóvenes entre 13 y 25 años, pero la edad más común del suicidio es entre los 18 y 25 años; y se suicidan más los hombres que las mujeres. 3.15 Fuera de la agenda pública Cuatro grupos sociales están en desventaja en Nicaragua: las mujeres, los niños/as, las minorías étnicas y culturales de la Costa Caribe y los adolescentes y jóvenes. Las mujeres y los niños/as han conseguido ejercer sus derechos en buena medida. Se han desarrollado políticas para superar las inequidades en las mujeres y, en el caso de los niños/as, hay avances para ubicarlos como sujetos de derecho, lograr su inclusión educativa y, sobre todo, su protección. Los grupos étnicos y socioculturales de la Costa Caribe han logrado su principal reivindicación, la autonomía, aunque ésta marcha con lentitud y tropiezos. La temática de la juventud es, posiblemente, la asignatura pendiente y más rezagada entre los grupos sociales excluidos o en desventaja, porque los jóvenes no han logrado ubicarse en la agenda pública como sujetos sociales, con sus problemas, en la misma medida que otros grupos desfavorecidos.

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Diplomado Juventud, Desarrollo y Salud Sexual y Reproductiva SSR

REFLEXIÓN PERSONAL DIAGNÓSTICO DE LA PROBLEMÁTICA DE LOS JÓVENES EN EL MUNICIPIO Tomando como referencia el conocimiento que posee de su territorio, indique las problemáticas de los jóvenes de su municipio en cada uno de los siguientes componentes. Componentes Educación

Problemáticas

Trabajo-empleo

Salud y SSR

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO Componentes Participación

Problemáticas

Recreación: Cultura y deporte

Prevención y atención a la violencia

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TRABAJO POR MUNICIPIO CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN JOVEN DE LOS MUNICIPIOS Tomando como referencia el trabajo individual que cada uno ha realizado, ubique en el mapa las características de la población joven que consideren relevantes. (Puede utilizar hojas de colores, pega, tijeras, crayolas o lápices de colores).

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO

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GLOSARIO Analfabetismo: El analfabetismo es la incapacidad de leer y escribir, que se debe generalmente a la falta de aprendizaje. Bienes: el término bien es utilizado para nombrar cosas que son útiles a quienes las usan o poseen. Bienestar social: es el conjunto de factores que participan en la calidad de la vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dé lugar a la tranquilidad y satisfacción humana. Bienestar psicológico: El bienestar subjetivo es parte de la salud en su sentido más general y se manifiesta en todas las esferas de la actividad humana. Es de todos conocido que cuando un individuo se siente bien es más productivo, sociable y creativo, posee una proyección de futuro positiva, infunde felicidad y la felicidad implica capacidad de amar, trabajar, relacionarse socialmente y controlar el medio. Calidad de vida: es un concepto utilizado para el bienestar social general de individuos y sociedades. El término se utiliza en una generalidad de contextos, tales como sociología, ciencia política, estudios médicos, estudios del desarrollo, etc. No debe ser confundido con el concepto de estándar o nivel de vida, que se basa primariamente en ingresos. Indicadores de calidad de vida incluyen no solo elementos de riqueza y empleo sino también de ambiente físico y arquitectónico, salud física y mental, educación, recreación y pertenencia o cohesión social. Ciudadanía: Es el conjunto de prácticas que definen a una persona como miembro de pleno derecho de una sociedad. Desarrollo humano: Posibilidad y libertad para ser quien quiero ser, llevar la vida que quisiera para mí o que queremos nosotros. Se refiere no solamente a la satisfacción de las necesidades básicas, sino también al desarrollo humano como un proceso dinámico de participación. Educación: (del latín educere “guiar, conducir” o educare “formar, instruir”) puede definirse como: El proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. Esperanza de Vida: Es el promedio de la cantidad de años que vive una determinada población en un cierto periodo de tiempo. Se suele dividir en masculina y femenina, y se ve influenciada por factores como la calidad de la medicina, la higiene, las guerras, etc., si bien actualmente se suele referir únicamente a las personas que tienen una muerte no violenta. Feminicidio: El término «feminicidio» es complejo y no existe un acuerdo internacional sobre lo que significa. El concepto tal y como lo define la feminista mejicana Marcela Lagarde: hay feminicidio cuando se conjugan la arbitrariedad e inequidad social, que se potencian con la impunidad social y judicial en torno a los delitos contra las mujeres, de manera que la violencia está presente de formas diversas a lo largo de la vida de las mujeres antes del homicidio y que, aún después de

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JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO perpetrado, continúa la violencia institucional y la impunidad. Para eso es necesaria la inexistencia del Estado de derecho, bajo la cual se reproducen la violencia sin límite y los asesinatos sin castigo. Género: Es la forma en que todas las sociedades determinan las funciones, actitudes, valores y relaciones que conciernen a los hombres y a las mujeres. Mientras el sexo hace referencia a los aspectos biológicos que se derivan de las diferencias sexuales (macho xy - hembra xx), el género hace referencia a una construcción cultural (masculino –femenino). Índice de Pobreza Humana: La Pobreza Humana se refiere al estado de privación de las dimensiones más esenciales para hacer posible el desarrollo humano, la esperanza de vida, el acceso a conocimientos y servicios básicos. Índice de Pobreza Multidimensional (IPM): es una nueva medida diseñada para reflejar las graves carencias que sufren de forma simultánea las personas. Mortalidad infantil: es un indicador demográfico que señala el número de muertes de niños en una población de cada mil nacimientos vivos registrados, durante el primer año de su vida. Paradigma: el conjunto de experiencias, creencias y valores que afectan la forma en que un individuo percibe la realidad y la forma en que responde a esa percepción. Per cápita: es una locución latina de uso actual que significa literalmente por cada cabeza (está formada por la preposición per y el acusativo plural de caput, capitis ‹cabeza›), esto es, por persona o individuo. PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Pobreza: es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos. También puede ser el resultado de procesos de exclusión social, segregación social o marginación. Producto Interno Bruto (PIB): Se refiere a la suma de todos los bienes y servicios finales que produce un país o una economía, tanto si han sido elaborado por empresas nacionales o extranjeras dentro del territorio nacional, que se registran en un período determinado (generalmente un año).

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