Cuento: "El mono y los mangos"

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“El mono y los mangos”


Había una vez un grupo de monos que vivían en la jungla y todos los días, al atardecer, subían a un árbol enorme de mangos para comer y dormir.


Entre ellos había un pequeño mono al cual todos subestimaban y molestaban por su tamaño y lo débil que era, al pequeño mono lo hacían sentir mal y pensar que se tenía que conformar comiendo las frutas podridas que caían del árbol y que tenía que dormir en el suelo junto a las hormigas por no ser lo suficientemente fuerte para subir


Un día el pequeño mono, cansado de la humillación de sus compañeros decidió subir por el árbol, mientras iba subiendo, ya casi por la mitad, lo golpeo un mango podrido haciendo que cayera al suelo, el pequeño mono triste por lo sucedido decidió volverlo a intentar


Al día siguiente por el atardecer, empezó a subir al árbol, pasando la mitad de donde se había quedado, miro a los otros monos disfrutando de los mangos y preparando las ramas para dormir, los otros monos al ver que el pequeño mono lo había logrado decidieron intentar sabotearlo, le lanzaron las semillas de los mangos y le dijeron que su lugar era con las hormigas y lo podrido, el pequeño mono adolorido cayó del árbol hacia el suelo lastimándose así su pequeño brazo.


El pequeño mono no se dio por vencido y estaba decidido a lograrlo. Al día siguiente por el atardecer, empezó a subir el árbol, cuando llegó a la mitad los mangos podridos empezaron a caer pero el los esquivó, cuando llegó a donde los demás monos hizo oído sordos a los comentarios y esquivó las semillas que le lanzaban, cerca de la copa del árbol no se veía a ningún otro mono, solo un brillante resplandor tan dorado como el sol


Eran mangos, tan enormes y brillantes que se podían comparar con el suave brillo del sol al atardecer y las hojas de las copas eran tan suaves como las plumas del pavo real, el pequeño mono lo había logrado y entre lágrimas mordió el mango más dulce y jugoso que jamás había probado y durmió entre las hojas que parecían nubes, los otros monos al ver la hazaña del pequeño mono, se disculparon con él por lo envidiosos y egoístas que habían sido, el pequeño mono los perdono y desde entonces son buenos amigos y el pequeño mono ahora duerme y come todos los días en la copa del árbol

FIN


“La moraleja de este cuento es que no importa lo difícil que se ponga la situación, ni lo que los demás digan, siempre debes esforzarte y no dejar de intentar alcanzar aquello que deseas.”


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