UN Periodico No. 120

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Nación Unimedios

El pasado 4 de febrero Colombia figuró en los grandes titulares de la prensa mundial. Todo por cuenta del fósil prehistórico de la serpiente Titanoboa, encontrado en una mina de carbón en el Cerrejón. El hallazgo despertó el interés de muchos, especialmente de los expertos de la Paleontología en Colombia que en un abrir y cerrar de ojos vieron cómo los restos de la serpiente salieron del país para ser estudiados en Estados Unidos. ¿Cómo salió la serpiente, por qué no se estudia aquí?, son algunos de los interrogantes que pusieron en evidencia la falta de una normatividad específica para el manejo del patrimonio paleontológico en Colombia. “Existen unas reglas generales que abarcan todo el Patrimonio Cultural Nacional, contempladas en la Ley 397 de 1997, llamada Ley de la Cultura, y su más reciente modificación la Ley 1185 de 2008, en la que mencionan el patrimonio paleontológico, pero el manejo de los fósiles no está explícito”, explica María Euridice Páramo Fonseca, profesora asociada del departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia. José Enrique Arenas, geólogo de la UN y Director del Museo Geológico Nacional de Ingeominas, explica que la actual normatividad deja vacíos legales respecto al manejo y custodia del patrimonio paleontológico. Arenas también explica que éste no debe recibir el mismo tratamiento que el patrimonio arqueológico. La concepción del Patrimonio Paleontológico como un bien cultural de la Nación, es sencillamente una concepción artificial de lo que realmente –en materia patrimonial– son los fósiles. Los restos paleontológicos son parte de los recursos naturales no renovables del país, son patrimonio natural de la Nación. Por esta razón las actividades adelantadas en materia de custodia y salvaguarda del patrimonio paleontológico por Ingeominas son completamente legítimas, puesto que se encuentran en completa concordancia con la administración y regulación de los recursos naturales no renovables que el Estado ha confiado al Ministerio de Minas y Energía. Los descubrimientos paleontológicos deben informarse a Ingeominas, que ejecutará acciones para prospectar y evaluar el hallazgo determinando su valor científico y, para rescatar, curar, preservar y custodiar de los restos, ya sea que éstos se alberguen en el Museo Geológico Nacional o en una colección reconocida oficialmente. En determinadas circunstancias autorizará a personas naturales a conservarlos, previo registro de su existencia. La ausencia de una normatividad legal no ha permitido un registro nacional oficial de fósiles.

Tras el hallazgo de la serpiente más grande del mundo, que vivió en territorio colombiano hace más de 60 millones de años, muchos se preguntan cómo, por qué y con el permiso de quién salió este espécimen del país. Estos interrogantes revivieron el tema de la inexistencia de una normatividad específica para el manejo del patrimonio paleontológico en Colombia.

Colombia sin normatividad

de patrimonio paleontológico

Labores de prospección paleontológica, foto

¿Dónde está Titanoboa cerrejonensis? Los restos de Titanoboa cerrejonensis fueron llevados al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, con sede en Panamá y a la Universidad Internacional de La Florida, Estados Unidos. “Todos los años vamos a Colombia, hacemos colecciones, sacamos material y la mayoría han sido estudiados acá por colombianos que han pasado por el Instituto en los últimos seis años, porque hacer esos estudios cuesta mucho dinero y en Colombia los recursos para hacer paleontología son escasos”, aseguró Carlos Jaramillo, egresado de la Universidad Nacional de Colombia y quien se desempeña como Director de Paleontología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá. Cuenta el colombiano que se llevó los fósiles porque es más fácil estudiarlos allá, pues hay que hacer comparaciones con otros especímenes, estar transportándolos implica costos muy altos y también se debe evitar moverlos porque se deterioran. El Instituto Smithsonian fabricará unos moldes de cada pieza de la serpiente, para

cortesía Ingeominas.

conservar una copia idéntica del fósil para estudio y el original regresará a Ingeominas en tres años.

Colombia cruda en curación El geólogo Jaramillo dice que muchos fósiles del Cerrejón tienen microfracturas, están llenos de piritas las cuales se van oxidando y las fracturas pequeñas se van aumentando, lo cual desintegra el fósil. Es por eso que se necesita un proceso de curación. “Este proceso debe hacerlo personal experto. Los curadores son profesionales que tienen PhD en Paleontología y llevan haciéndolo por años. En Colombia no existe la tecnología ni el personal con esa experiencia”. Comentó el experto que hay dos opciones para realizar el proceso de curación y una es proceder a empacar al vacío para que seque completamente el oxígeno que hay dentro de los fósiles y la otra es inyectar una serie de resinas que lo mantendrían por mucho tiempo, porque la idea es que los fósiles perduren por cien o doscientos años. La profesora Páramo coincide en que en Colombia

no es fácil limpiar los fósiles, el proceso exige técnicas muy especiales. Es un reto que se propuso en avanzar en un doctorado en vertebrados y crear el Instituto Paleontológico en la Universidad.

Otros paraísos colombianos En Colombia existen verdaderos paraísos paleontológicos pero que no han sido explorados porque se necesitan muchos expertos. El profesor Jaramillo dice que “es un trabajo y esfuerzo de mucha gente colectando”. La profesora Páramo comenta que existen varios yacimientos. En la Floresta, Boyacá, existen rocas muy ricas en fósiles de invertebrados, flora y algunos vertebrados. Villa de Leyva es reconocido por el hallazgo de grandes reptiles marinos de gran tamaño (también hallados en las capas extendidas por toda la cordillera oriental). Los profesores Páramo y Jaramillo concuerdan en que el Desierto de La Tatacoa, en el departamento del Huila, posee una riqueza excepcional en vertebrados terrestres y pantanosos. La profesora Páramo comentó que cronológicamente, antes del Desierto

de La Tatacoa aparece el Cerrejón, con restos de fauna de pantano como cocodrilos, tortugas y la gran boa. “El Cerrejón es la mina más grande abierta del mundo, es un hueco gigantesco en la tierra donde existen estos fósiles, donde se han realizado unas 10 a 15 tesis de doctorado en los últimos 100 años, la diferencia en el esfuerzo de colección es gigantesca. Colombia está prácticamente inexplorada en términos paleontológicos, hay mucho fósil y poca gente que los estudie”, concluyó Jaramillo.

¿Cómo salen los fósiles del país? Todo resto paleontológico que sale del país debe hacerlo con autorización explícita de Ingeominas, previo el cumplimiento de varios requisitos y la formalización del compromiso de retornar las piezas a Colombia. Para el caso de la serpiente Titanoboa, el profesor Jaramillo presentó una solicitud al Instituto que contiene la catalogación de los fósiles, la cantidad a sacar, las etiquetas de cada una de las piezas, el tiempo que va a permanecer por fuera así como el compromiso de devolución y dar crédito a Ingeominas frente a las publicaciones que se generen de estos fósiles. Ante la preocupación por parte de algunos especialistas colombianos, el geólogo Arenas explica que hay que reconocer que falta trabajar mucho para incentivar y promover el trabajo de expertos colombianos en el estudio de fósiles. Aclara, que no solo los extranjeros trabajan en Paleontología, también hay científicos colombianos que realizan sus estudios de postgrado, donde estas piezas constituyen su material de trabajo.

Proyecto de Ley La Universidad Nacional e Ingeominas tienen especialistas en Paleontología que trabajan en la formulación de un texto de ley para manejar este patrimonio. La Sociedad Colombiana de Geología también se encuentra adelantando una propuesta judicial. “La aprobación de leyes debe seguir su camino por instancias políticas, pero nosotros como especialistas estamos comprometidos no solo con nuestra conciencia profesional, sino inclusive documentalmente”, aseguró la profesora Nadejda Tchegliakova, docente del Departamento de Geociencias y Directora de la Oficina de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales de la Universidad Nacional de Colombia. El objetivo principal de esta norma, que ya tiene un texto básico, es custodiar y salvaguardar específicamente el patrimonio paleontológico del país, definir las acciones, la regulación, los códigos de ética y las sanciones disciplinarias. “Nuestro ideal es que la ley se promulgue este año”, concluyó Páramo.

Domingo 8 de marzo de 2009

Elizabeth Vera Martínez,


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