Universidad Nacional de Colombia - Especial Sesquicentenario II (Revista Semana)

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UNIVERSIDAD

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NACIONAL UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA - PATRIMONIO DE LOS COLOMBIANOS

DE COLOMBIA

PATRIMONIO DE LOS COLOMBIANOS

Además de tener presencia en gran parte del territorio, en sus 150 años la Universidad ha sido fundamental para conocer al país, promover la educación pública y consolidar la nación.



PATRIMONIO DE LOS COLOMBIANOS


Editor general José Fernando Hoyos E. Jefe de redacción Mauricio Sáenz Coordinación editorial Jorge Cote Redacción Julián Sáenz, Diana Serna Producción Ilse Milena Cárdenas

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Ignacio Mantilla Prada Rector Carlos Alberto Garzón Gaitán Vicerrector general Juan Manuel Tejeiro Sarmiento Vicerrector académico

Carmen María Romero Isaza Vicerrectora de investigación y extensión Catalina Ramírez Gómez Secretaria general

Investigación gráfica Rebeca Rocha

Gerardo Mejía Alfaro Gerente nacional financiero y administrativo

Asesor creativo Hernán Sansone

Jaime Franky Rodríguez Vicerrector, sede Bogotá

Directora creativa, diseño y diagramación Leidy Sánchez

Germán Albeiro Castaño Duque Vicerrector, sede Manizales

Editor de fotografía León Darío Peláez

John William Branch Bedoya Vicerrector, sede Medellín

Fotografía Juan Carlos Sierra, Guillermo Torres, Carlos Julio Martínez, Daniel Reina, Diana Rey, Danilo Canguçu

Jesús Sigifredo Valencia Ríos Vicerrector, sede Palmira John Charles Donato Rondón Director, sede Amazonia

Productora general Angélica Sánchez

Adriana Santos Martínez Directora, sede Caribe

Coordinadora de proyectos editoriales Jeanette Colorado

Rodrigo Enrique Cárdenas Acevedo Director, sede Orinoquia

Corrección María del Rosario Laverde, María Consuelo Machado J.

Luis Enrique Gil Torres Director, sede Tumaco

Archivo Yolanda Parra, Kelly Fernanda Pizarro, Carlos R. Rocha

COMITÉ EDITORIAL SESQUICENTENARIO Jorge Iván Bula Escobar Coordinador Sesquicentenario

Gerente comercial Iván Jaramillo Price

Carlos Alberto Garzón Gaitán Vicerrector general

Foto de la portada Juan Carlos Sierra Distribución Publicaciones Semana Agradecimientos Unimedios, Archivo Central e Histórico de la Universidad Nacional de Colombia y Museo Nacional de Colombia Esta revista se realizó con la familia tipográfica Ancízar Sans & Serif, creada en la Universidad Nacional de Colombia por el profesor César Puertas, inspirada en el legado de Manuel Ancízar, primer rector de la institución. Impreso en Colombia por Printer Colombiana S. A.

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Jaime Franky Rodríguez Vicerrector, sede Bogotá Fredy Chaparro Sanabria Director Unimedios Sebastían Toro Duque Asesor Sesquicentenario Gustavo Silva Carrero Asesor editorial Steven Navarrete Cardona Asesor editorial Blanca Nelly Mendivelso Rodríguez Oficina de Prensa, Unimedios Liseth Sayago Cortés Oficina de Producción y Realización Audiovisual, Unimedios

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Sumario Universidad de regiones..............................6 Jorge Cote

Presencia nacional.....................................10 La voluntad de conocer.............................12 Gilberto Loaiza Cano Viajeros y exploradores.............................14 Trazo firme.................................................16 Gustavo Montañez Gómez Ciencias naturales para Colombia............18 Jaime Aguirre Ceballos “Un trabajo admirable”.............................24 Carl Langebaek Rueda A lo largo y ancho del país........................26 Steven Navarrete Cardona Fósiles de exhibición.................................28 Petter David Lowy Un talento especial...................................34 Daniel Rivera Cultivando el saber...................................36 Ciencia para el agro...................................40 Néstor Fabio Valencia Siembra desarrollo....................................42 Luis Ángel Murcia Echada pa’lante.........................................46 Germán Albeiro Castaño Duque Enfrentar el peligro...................................48 Omar Darío Cardona

52 F G Entrevista “La UN debe tener patrimonio propio”

Con sabor Caribe.......................... 54 Adriana Santos Martínez Flores entre el cielo y el mar....... 56 Petter David Lowy Educación contra el colonialismo............................. 58 Germán Palacio Castañeda Para la inmensa llanura................ 60 Rodrigo Cárdenas Un laboratorio de paz.................. 62 Herbert Giraldo La nueva sede de La Paz............... 64 Julio César Arango y Fanny Solano Guerrero Comprometidos con la inclusión.................................... 66 Mario Alberto Pérez Todos son bienvenidos................. 68 Luis Eduardo Gallego Vega Contribución a la nación.............. 70 Myriam Jimeno Diversidad lingüística................... 72 Olga Ardila Antropología para la sociedad..... 74 Gerardo Ardila El futuro es ahora......................... 80 Jaime Franky Rodríguez Ruta patrimonial........................... 82 Camino cultural............................ 84 Más cerca de la gente................... 86 Cultura, la otra UN....................... 88 María Belén Sáez de Ibarra


regiones ¿

Universidad de Desde su fundación, la UN ha mantenido la filosofía de estudiar los lugares más recónditos del país, para aumentar el conocimiento y darles educación de calidad a los colombianos de todas las regiones y condiciones sociales.

Jorge Cote

Historiador y periodista de revista SEMANA

Por qué la Universidad Nacional se llama así y no de otra forma? Su nombre no resultó del azar o del capricho de sus fundadores. Responde, en cambio, a una profunda filosofía que ha acompañado a la institución en sus 150 años de vida. Según las fuentes de la época, pudo haber retomado el nombre de Universidad Central, el proyecto creado en la Presidencia del general Francisco de Paula Santander, pero desaparecido hacia la tercera década del siglo XIX por las crisis de la naciente república. Sin embargo, la elite política e intelectual que creó la institución universitaria pública quería que esta representara a todos los habitantes del país, en especial a los menos favorecidos, en un proyecto


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Daniel Reina Romero / Semana

dad Nacional’ explicaba la tragedia que había sido para el naciente Estado republicano acabar con proyectos como la Universidad Central, y hacía énfasis en la importancia de la educación gratuita para todos los colombianos: “Nos pareció que lo acertado y eficaz era destruir las universidades, y con ellas los estudios profesionales metódicos, y destruir la enseñanza oficial gratuita, y con ella la posibilidad de cultivar el talento de los pobres. Corriendo tras la democracia estuvimos a punto de fundar la oligarquía mediante la instrucción de los ricos y la irremediable ignorancia de los pobres; y si no la fundamos fue porque en realidad destruimos la instrucción científica verdadera para los pobres y para los ricos”. A pesar de las dificultades económicas que ha experimentado desde su fundación y que constantemente aparecen en los informes de los rectores desde 1868 hasta nuestros días, la Nacional no ha abandonado la bandera de ofrecer una educación pública gratuita que llegue a todos los colombianos. Por el contrario, ha luchado para profundizarla. Seis décadas después, en los años treinta, los gobiernos de la República Liberal convinieron que si la Universidad quería tener el carácter nacional y fortalecer la unidad territorial no solo bastaba traer estudiantes de los demás departamentos, sino construir sedes en otros puntos de la geografía del país. En ese momento su expansión comenzó en los centros urbanos más poblados de la zona andina. Los La presencia territorial de la Nacional comenzó a estudiantes partir de la reforma de 1935, que creó la sede Bogomatriculados tá, posteriormente en 1936 nació la sede Medellín; le proceden del 78 por siguieron la de Palmira en 1946 y la de Manizales en ciento de los 1948, conocidas hoy como sedes andinas. No aparemunicipios cieron de la nada, pues tuvieron como base facultadel país. des y escuelas regionales que ya habían acumulado educativo científico universalista, punta de lanza del conocimiento conocimientos durante décadas. La Escuela Naciodel territorio nacional como base del progreso espiritual y material nal de Minas, fundada en 1887, y el Instituto Agrícode la nación. Y qué mejor nombre para recoger este ideario que el la del Valle del Cauca sirvieron de germen a las sedes de Universidad Nacional. de Medellín y Palmira, resLa Nacional fue hija de su época, de pectivamente. Por su parte, LAS COMUNIDADES los Estados Unidos de Colombia, cuanla seccional manizaleña apado los radicales buscaron crear un Estareció a partir de la Facultad INDÍGENAS Y do con el mayor número de libertades y de Ingeniería creada en 1946. AFROCOLOMBIANAS acceder a la educación sin barreras sociaCon los años las sedes EMPEZARON A SER les, ideológicas o económicas. Por eso, andinas se consolidaron, VISIBLES GRACIAS AL el gobierno de Santos Acosta, al crear la mientras que en Bogotá el Universidad en 1857, estableció en su número de estudiantes que TRABAJO DE LA UN ley orgánica que esta debía dar enseñanllegaban de otras regiones za gratuita a todos los que la solicitaran del país aumentaba. Las rey a recibir como alumnos internos “hasta sidencias de la Ciudad Uni72 jóvenes, a razón de 8 por cada uno de los estados de la Unión”. Ofrecer la versitaria, construidas a finales de los años treinta, posibilidad de estudio a los menos favorecidos era para los radicales se convirtieron en una pequeña Colombia, pero a una forma de erradicar la ignorancia, sembrar la “semilla del progreso” medida que pasaba el tiempo, las condiciones de y crear nuevos ciudadanos. vida eran cada vez más duras. Según José Félix PaEn los Anales de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Co- tiño, cuando él llegó a la rectoría de la Nacional el lombia de 1868, el autor de un artículo titulado ‘Qué es la Universi- desayuno de los estudiantes de las regiones era


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un café y dos panes, de los cuales guardaban uno para el almuerzo. Por eso, su administración diseñó un ambicioso plan de bienestar estudiantil, en el que construyó una cafetería que daba una alimentación saludable a los jóvenes y aumentó el número de cupos en las residencias a 2.200. Por razones políticas y por las crisis económicas por las que continuamente pasaba la Universidad, debido a las reducciones presupuestales del Estado, el modelo de bienestar universitario planteado por Patiño se fue debilitando. Para los años ochenta las residencias universitarias se habían convertido en territorios sin control y un verdadero problema de orden público para la Nacional, lo que llevó a su clausura, a lo que se sumó el cierre de la cafetería. Sin embargo, por esa misma época, en 1986 se creó el Programa de Admisión Especial (Paes), para que bachilleres de comunidades apartadas o con altos índices de pobreza accedieran a la educación superior. En la década de los noventa, la cobertura territorial comenzó una segunda fase con la fundación de las sedes de frontera propiciadas por la reforma académica del rector Guillermo Páramo. Su intención era consolidar la presencia de la Nacional en los territorios más apartado del país y contribuir a su unidad, que por esa época atravesaba momentos difíciles debido a MIEMBROS DE LA ‘ALMA la falta de gobernabilidad. De ese MATER’ HAN JUGADO UN modo, en 1994 PAPEL IMPORTANTE EN fundó la sede del DEFENDER LOS DERECHOS Amazonas, en DE INDÍGENAS Y AFROS 1996 la de la Orinoquia, en 1997 la del Caribe y en 2008 la de Tumaco. Este mismo año surgió el Programa de Admisión y Movilidad Académica (Peama), que busca resolver las asimetrías en cuanto al conocimiento que tienen los jóvenes de regiones apartadas con los de los grandes centros urbanos. Si la Universidad es nacional por su presencia en el territorio y porque recibe a jóvenes de todos los rincones del país, lo es también por su propósito de conocer a Colombia. Ese ideal también quedó planteado desde su fundación. La Universidad Nacional heredó de la Comisión Corográfica el espíritu científico de recorrer, describir y descubrir el territorio colombiano con el propósito de fortalecer la unidad de la nación y promover el progreso económico. Por eso no fue casual que el primer rector de la Universidad fuera Manuel Ancízar, miembro clave de la comisión. Esa pasión por conocer el territorio y a sus habitantes se mantuvo viva a través de los programas curriculares y de las investigaciones llevadas a cabo por estudiantes y profesores. En ese propósito, los Anales de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, revista fundada en 1868, resultó fundamental. Ella retomó de los jóvenes ilustrados de finales del siglo XVIII y XIX la tradición de publicar artículos sobre geología, geografía, biología, literatura o artes en periódicos y revistas, que ha caído en desuso por las vicisitudes políticas de la república. Pese a los pocos recursos económicos y a la carencia de instrumentos, en Anales aparecieron incipientes investigaciones y medicio-

nes del territorio colombiano como las alturas de los centros urbanos tomados con el hipsómetro, creado por el sabio Caldas, o la descripción de los Llanos Orientales llevada a cabo por Jenaro Balderrama, catedrático de botánica de la Nacional, en su artículo ‘El meta y las llanuras de San Martín’ en 1869. Esta tradición hoy en día se mantiene gracias a la publicación de decenas de revistas científicas propias, de investigaciones, tesis o ensayos. Era tal el orgullo que sentía la elite del Olimpo Radical por la misión de la Universidad de conocer y construir la nación, que en 1874 el presidente Santiago Pérez Manosalva dijo: “La Universidad Nacional crece cada día en reputación por la competencia y profundidad de sus enseñanzas, y es mirada, por todos los sinceros amigos de la unión y del progreso intelectual, con cariño y respeto, porque corresponde con usura a aspiraciones de alto interés a saber: estrechar la unión,


La Universidad heredó de la Comisión Corográfica el espíritu científico de recorrer, describir y descubrir el territorio.

afirmar la integralidad nacional y levantar el nivel intelectual de nuestros conciudadanos”. A lo largo del siglo XX, con la profesionalización de las distintas ciencias, como la geografía o la geología, y con la llegada de exploradores e investigadores extranjeros, la misión de conocer al país se profundizó. En la interminable lista de viajeros y exploradores que contribuyeron a esta tarea se encuentra el ingeniero civil Tulio Ospina, el biólogo Enrique Pérez Arbeláez, el botánico Armando Dugand Greco, el geofísico Jesús Emilio Ramírez González, la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda, entre otros, labor a la que se sumaron extranjeros como el geógrafo Ernesto Guhl Nimtz, el botánico Thomas van der Hammen, el etnólogo Paul Rivet y muchos más. Pero los investigadores de la Nacional no solo se interesaron por conocer las regiones. A medida que tomaban fuerza las reivindicaciones de po-

blaciones tradicionalmente excluidas, como las comunidades indígenas y afrocolombianas, comenzaron a acercárseles a estas no como un objeto de estudio, sino para conocer sus culturas, aprender de ellas y, en muchas ocasiones, para defender sus demandas. Como lo explica la antropóloga Myriam Jimeno en el artículo que aparece en esta edición, los antropólogos de la Nacional jugaron un papel activo en el esfuerzo por defender los derechos de estas comunidades que finalmente quedaron consignados en la Constitución de 1991. En la actualidad, no es exagerado decir que por todos los puntos de la geografía nacional han pasado estudiantes y profesores de la Nacional para desentrañar los secretos que esconde el territorio, para dialogar y aprender de las diversas comunidades o para ayudarlos a resolver algunos de sus problemas más importantes. Y lo han hecho no solo por la curiosidad científica, sino como dicen los estatutos de 1999, para “estudiar y analizar los problemas nacionales y proponer, con independencia, formulaciones y soluciones pertinentes, convirtiéndose así en conciencia crítica de la nación”. Esa tradición se mantiene desde hace 150 años y forma parte del legado que ilumina el camino que aún falta por recorrer.

Archivo particular

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Nacional

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Presencia

Caribe

Los profesores, alumnos, investigadores y exploradores de la Universidad Nacional han recorrido los lugares más recónditos del país. Más tarde, al establecer nuevas sedes, la universidad ofreció educación a más colombianos y en la actualidad está presente por medio de centros de actividad en diversas regiones. Sedes Centros de actividad

Centro Agropecuario Cotové (Santa Fe de Antioquia)

En Cotové se pueden observar más de 101 especies de aves, de las cuales 11 son transitorias. Es un lugar de gran importancia para la avifauna y una reserva ante la fragmentación de los bosques de este antiguo pueblo del occidente de Antioquia.

Centro Agropecuario Marengo (Mosquera, Cundinamarca)

En este lugar, de 97,4 hectáreas, la Universidad promueve la investigación, el emprendimiento y la innovación. Es un centro de práctica para las Facultades de Medicina, Veterinaria, Zootecnia y Agronomía.

YotocoReserva Nacional Forestal

(Yotoco, Valle del Cauca)

Patrimonio de la Universidad Nacional desde el 26 de agosto de 1959, ofrece un refugio de 559 hectáreas para proteger la fauna y la flora de la selva subandina.

Tumaco

Estación de Biología Tropical Roberto Franco (Villavicencio, Meta)

En este espacio se encuentra la mayor concentración de tortugas del país. Además, preserva el cocodrilo llanero, en peligro crítico de extinción, así como babillas y chicharras.


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Jardín Botánico (San Andrés)

Un espacio de recreación, investigación, educación ambiental y vida silvestre. En el jardín se pueden apreciar seis senderos ecológicos y siete especies de animales.

Orinoquia Medellín Manizales Bogotá Palmira

Centro Agropecuario San Pablo

Museo Paleontológico

(Rionegro, Antioquia)

Allí se desarrollan estudios e investigaciones de porcicultura, avicultura, ganadería y cultivos. Además cuenta con un laboratorio de procesamiento de semen.

(Villa de Leyva, Boyacá) Inaugurado en 1972, el museo se ha consolidado como un referente en el estudio y conservación del patrimonio paleontológico y cultural del país.

Amazonia

Centro Agropecuario Paysandú (Medellín, Antioquia)

Los estudiantes de la UN pueden realizar diferentes tipos de investigación en esta finca, que cuenta con cuencas hidrográficas, bosques y diferentes animales, entre ellas vacas para producir leche a diario.


Manuel Maria Paz - Biblioteca Nacional

Ancízar hizo parte de la Comisión Corográfica y sus apuntes de viaje los consignó en el libro ‘Peregrinación de Alpha’.

La voluntad de conocer Manuel Ancízar, antes de ser el primer rector de la Universidad Nacional, había sido político, periodista, intelectual, pero ante todo, un viajero.

L

a historia del siglo XIX colombiano es apasionante porque, entre otras cosas, fue un periodo de construcción institucional que ha dejado huellas hasta hoy. En ese siglo se cimenta la democracia representativa que, con todos sus defectos y perversiones, sigue siendo la médula de nuestra vida pública; fue el siglo de la aparición de los políticos profesionales y los partidos políticos que, más mal que bien, han gobernado el país. Pero también fue el siglo en el que el Estado, con todas sus dificultades, emprendió tareas colosales, con menos recursos y quizás con mayores convicciones que hoy. La Comisión Corográfica, por ejemplo, fue una hazaña colectiva, la primera gran

Gilberto Loaiza Cano

Profesor titular del Departamento de Filosofía de la Universidad del Valle.

tarea científica de un Estado que intentaba conocer el territorio y la población que debía gobernar. Después de esa labor, que implicó los esfuerzos casi heroicos de científicos y políticos, el Estado muy raramente ha vuelto a tener esos liderazgos de construcción de una idea de la nación. A lomo de mula, sobre las espaldas de humildes cargueros humanos o simplemente caminando por senderos desconocidos y peligrosos, los funcionarios de la Comisión Corográfica comenzaron a recorrer el territorio en 1850. Su tarea, prescrita en contratos, consistió en elaborar el mapa del país, región por región, construir caminos para garantizar comunicación y comercio entre municipios, describir recursos naturales y describir a los habi-

tantes de cada lugar en su fisonomía y sus comportamientos hasta lograr una especie de estadística moral del pueblo colombiano. El primer funcionario encargado de elaborar el informe de aquellos viajes fue Manuel Ancízar, secretario del coronel e ingeniero italiano Agustín Codazzi. Para entonces, Manuel Ancízar era un trasegado político que había hecho sus estudios de derecho en Cuba y había participado de la organización política y administrativa de Venezuela; allí conoció y acompañó a Codazzi en la elaboración de los mapas de ese país. Desde su regreso a Colombia (entonces se llamaba Nueva Granada), en 1846, Ancízar fue el mentor de la llegada al país de varios científicos extranjeros, como del químico italiano


José Éboli, el arquitecto Thomas Reed o los impresores venezolanos León y Cecilio Echeverría, con quienes instaló la imprenta de El Neogranadino, el periódico liberal innovador en tácticas de publicidad. Por su amistad con Codazzi en las expediciones en Venezuela, se volvió el hombre más apto para acompañarlo en su primer gran viaje por las provincias del norte de Colombia. Ancízar, ya conocido cariñosamente como el Padre Alpha, tenía la formación de erudito, de iniciado en temas científicos, y combinaba el talento del escritor ameno con los escrúpulos del científico; estaba recién llegado al país donde nació y tenía la oportunidad de recorrer caminos desconocidos. Además era consciente de la misión pionera que le encomendaba el gobierno: era el primer ciudadano de la época republicana nacional, oficialmente encargado de viajar para describir el territorio. Así nació su informe conocido como Peregrinación de Alpha, publicado primero por entregas en la prensa de la época, y luego reunido en libro varias veces reeditado y de consulta obligada para quienes quieren saber no solo acerca de lo que pudo ser el territorio y la población de aquella época, sino también sobre los prejuicios y concepciones del mundo de la élite política. Ancízar contaba en la correspondencia con algunos de sus amigos que muchas veces todo el alimento de una jornada fue panela y pan y un poco de chocolate, preparado en agua de una poceta en que bebían los animales; y a eso se añadía el diario asedio “de chinches y pitos que os

ACHUN

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MANUEL ANCÍZAR le imprimió unos ideales y un espíritu a la Universidad que aún se mantienen como la libertad de cátedra, de pensamiento y de explorar y conocer al país y sus habitantes.

dejarán sin la poca sangre sustentada por la panela y el chocolate sacrílego”. Sus libretas de apuntes y su epistolario –hoy conservados en el archivo de la Universidad Nacional– rinden elocuente testimonio de las penurias de aquella misión científica. Describir la nación en un informe de viaje hizo parte de la formación de los gobernantes de aquella época. El liberalismo radical estaba empeñado en fabricar una ciudadanía moderna y le adjudicó esa misión a un sistema nacional de escuelas primarias y de escuelas normales para instruir a los niños en primeras letras y para formar maestros de escuela. En la cúspide del sistema fue colocada la Universidad Nacional y su primer rector fue Manuel Ancízar. Toda su experiencia de viajero por el sur de América, de servidor público y de animador de asociaciones literarias y científicas justificaron su llegada a ese cargo. El 22 de septiembre de 1867 se expidió la ley orgánica que dio origen a la Universidad, y el 13 de enero del año siguiente se expidió el decreto que reglamentaba su composición y funcionamiento. Diez días después, Manuel Ancízar recibió carta del gobierno de Santos Acosta en que lo nombraba primer rector oficial de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia: “Son pocos, muy pocos los hombres –decía la carta– que pueden prestar a la institución, al porvenir del país, el más importante de los servicios: la organización de la universidad”. Su designación parecía consecuencia obvia de su trayectoria pública: además de su labor

al lado de Codazzi, fue encargado de negocios por varios países del sur de América; desde 1855 era catedrático de Economía Política y de Derecho de Gentes en el Colegio del Rosario; ese año fue admitido como miembro de la Sociedad de Geografía de París y al año siguiente se afilió al Liceo Granadino; desde 1860 participaba como socio corresponsal de la Sociedad de Naturalistas Granadinos. Por tanto, en él se condensaban las ejecutorias de un político avezado y un promotor de asociaciones científicas y literarias. Su designación, en consecuencia, partía de estimar que era el personaje político del liberalismo más adecuado para estar al frente del experimento educativo más ambicioso en medio de la accidentada historia política de nuestro siglo xix. Evocar hoy el nacimiento de la Universidad Nacional entraña destacar la índole de los hombres políticos del siglo XIX; con todas sus limitaciones y carencias, con sus errores y hasta perversiones nos enseñan que gobernar un país exigía desafíos: recorrer el país, describirlo, crear instituciones pioneras que dieran sentido a la ilusión de una unidad nacional. Entre las primeras labores organizativas del rector Ancízar estuvo la creación de un sistema de becas para ocho estudiantes de cada uno de los nueves estados que comprendían los Estados Unidos de Colombia; a eso se unieron los primeros inventarios de lo que era, hasta entonces, el observatorio, el hospital de caridad, la biblioteca y el museo nacionales. Luego, en 1870, hubo un censo general de población. Era un momento de la historia del Estado colombiano comprometido en la construcción de un sistema único de enseñanza para el país. Tiempos aquellos de un Estado institutor que, quizás, nunca volverán. Esos fueron los tiempos del Padre Alpha.


Viajeros

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y exploradores

1. Enrique Pérez Arbeláez

9. Ricardo Lleras Codazzi

16. Fernando Urbina

(Biólogo)

(Geólogo)

(Filósofo)

2. Armando Dugand Greco

10. Jesús Emilio Ramírez González

(Botánico)

3. Hernando García Barriga

(Geofísico)

11. Thomas van der Hammen

(Botánico)

4. George Dahl

5. Federico Medem Medem

(Biólogo, antropólogo y geólogo)

6. Manuel Ancízar

18. Paul Rivet (Etnólogo)

19. Luis Guillermo Vasco Uribe

(Ingeniero civil)

20. Carlos Patiño Rosselli

13. Ana María Groot

(Etnólogo)

(Lingüista)

(Antropóloga)

14. Virginia Gutiérrez de Pineda

(Geógrafo)

7. Ernesto Guhl Nimtz

(Antropóloga)

15. Gonzalo Correal Urrego

(Geógrafo)

8. Tulio Ospina

(Antropólogo)

(Ingeniero de minas)

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(Antropólogo)

(Geólogo y botánico)

12. Luis Guillermo Durán Solano

(Biólogo sueco)

17. Juan Friede Alter

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En esta ilustración faltan muchos investigadores que dedicaron su vida a recorrer a Colombia, a conocer a sus habitantes, a dialogar con ellos y a aprender de sus culturas. Pero es una pequeña muestra de la importancia que ha tenido la Universidad en el descubrimiento del territorio y el fortalecimiento de la nación.

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Ilustración: Jorge Restrepo

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Archivo Semana

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Trazo firme

La Oficina de Longitudes y Fronteras retomó en 1910 la continuidad y el trabajo cartográfico y geográfico iniciado por Codazzi y sus colaboradores a mediados del siglo XIX. De allí surgió la base de la cartografía moderna de Colombia.

A

demás de promover la fundación de la Universidad Nacional, los radicales liberales también impulsaron otras ideas y proyectos para modernizar a la Colombia de aquellos tiempos. Su perspectiva era la de producir elementos, fundamentos y condiciones para orientar la construcción del Estado y de la propia

Gustavo Montañez Gómez

Geógrafo, Ph. D., exvicerrector general de la UN

nación cuando la República daba sus primeros pasos. Entre los grandes proyectos de esa corriente de pensamiento singular en el concierto de América Latina se destacó la Comisión Corográfica. Mediante esta gesta científica, pretendió responder a las preguntas implícitas que inquietaban a los dirigentes radicales: ¿cómo eran en realidad nuestros territorios

y quiénes los habitaban? Para hallar respuestas, era necesario explorar de manera sistemática los territorios, hacer el levantamiento cartográfico y realizar descripciones precisas de los lugares y sus habitantes. Convencidos de esos retos, los dirigentes del Radicalismo Liberal, encabezados por el presidente Tomás Cipriano de Mosquera, invitaron a Agustín Codazzi para que se encargara de la dirección de la Comisión Corográfica, con el fin de realizar el primer levantamiento cartográfico y la descripción geográfica de los territorios con un equipo de criollos. Tras la muerte de Codazzi en 1859, la agenda se interrumpió, pero lo materiales elaborados produjeron grandes resultados. El gobierno publicó las cartas y descripciones de la Comisión Corográfica y las puso a disponibilidad del país y de los territorios que había recorrido. Al decir de Justino Garavito, estas cartas y planos elaborados por Codazzi y su equipo “continuaron siendo utilizados, copiados o ampliados durante los siguientes 40 años por el Cuerpo de Cartógrafos del Ministerio de Guerra”. El relativo estancamiento cartográfico se rompió por iniciativa del reconocido matemático y astrónomo Julio Garavito. Este ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional y catedrático de la misma, que dirigía el Observatorio Astronómico Nacional desde 1892, le propuso al gobierno de José Manuel Marroquín organizar la Oficina de Longitudes y Fronteras, que finalmente creó mediante el Decreto número 930 del 11 de junio de 1902, adscrita al Ministerio de Relaciones Exteriores. La oficina comenzó su accionar en 1910, cerca de medio siglo después de interrumpido


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delicado, como teodolitos, cronómetros, brújulas y demás instrumentos portátiles. Además de las tareas descritas, la oficina estaba encargada de organizar y dirigir las Comisiones Internacionales de Límites, por lo cual colaboró en coordinar la relación con diversas misiones internacionales y

LA AMPLIA LABOR DE LA OFICINA DE LONGITUDES FUE CLAVE PARA LEVANTAR MAPAS MODERNOS DE COLOMBIA

en asesorar delegaciones, incluyendo la del protocolo de Río de Janeiro entre Colombia y el Perú. Como fruto de su trabajo de fronteras, la Oficina de Longitudes publicó en 1944 la obra Límites de la República de Colombia. Su labor resultó fundamental para el país, pues pudo determinar una malla relativamente densa de puntos distribuidos en una

En el Observatorio Astronómico de Bogotá está el punto 1.000, que sirvió de referencia para ubicar con precisión cientos de municipios y puntos geográficos.

Archivo prensa UNmedios

el formidable trabajo de la Comisión Corográfica. El propósito de la mencionada entidad tuvo carácter estrictamente técnico: debió dedicarse a continuar y fortalecer el levantamiento sistemático y progresivo de la carta general de la República, dependiendo en lo militar del Ministerio de Guerra y en lo científico del Ministerio de Instrucción Pública. Esta oficina se encargó de determinar las coordenadas geográficas de las principales poblaciones de la República con el punto de partida del meridiano del Observatorio Astronómico Nacional. Frente a una abigarrada geografía de la nación, emergía el reto de determinar la posición astronómica de una densa red de puntos, a partir de la cual se pudiese construir con relativa precisión la carta básica de todos los territorios subnacionales. A partir de su puesta en marcha efectiva, la Oficina de Longitudes y Fronteras realizó un trabajo progresivo extraordinario durante tres lustros por medio de dos comisiones internas, hasta, en 1925, determinar la longitud con respecto al meridiano de Bogotá y de la posición astronómica de más de 1.000 puntos del territorio del país y de otras tantas altitudes medidas por pasos meridianos del sol. Las altitudes se estimaban por medio del hipsómetro, método inventado por el Sabio Caldas. Identificaban las longitudes utilizando como método principal el cambio de señales telegráficas y observaciones astronómicas locales de la hora. La labor de la Oficina de Longitudes y Fronteras fue intensa y encomiable. Sus funcionarios tenían que desplazarse por el vasto territorio del país en zonas de difícil acceso, abriendo trochas y portando a lomo de mula o a las espaldas equipos que exigían un manejo

porción significativa del espacio nacional, con sus correspondientes posiciones astronómicas. Con esto obtuvo las suficientes referencias de coordenadas básicas para la construcción cartográfica de mapas de escalas pequeñas, menores de 1:500.000, pero insuficiente para una cartografía de mayor escala, tarea ésta que todavía por abordar y por concluir en buena parte del territorio nacional. Pero los logros básicos ya señalados posibilitaron que en 1918 la Oficina de Longitudes y Fronteras hiciera viable la orden del gobierno nacional de proceder a publicar mapas con proyección sinusoidal a escala 1:500.000, con lo cual Colombia inauguró su cartografía moderna de amplio reconocimiento en el continente. La oficina realizó su labor continuamente hasta 1935, cuando nació el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, entidad que recogió su legado y desarrolló una destacada labor básica para diseñar los proyectos de infraestructura y catastro de la nación, de sus regiones y localidades. El Igac, que por acuerdo entre el gobierno nacional y la Universidad Nacional de Colombia construyó su sede principal en el campus del alma mater, llegó a ser una entidad insigne de la institucionalidad colombiana en el ámbito de América Latina, por las realizaciones en su campo cartográfico, geográfico y catastral. Sin embargo, esta condición cambió infortunadamente con las transformaciones políticas de finales del siglo XX, que significaron el debilitamiento del papel del Estado. Este asunto resultó crucial y negativo en el caso de la producción cartográfica, de la investigación geográfica y de la promoción de la educación geográfica, pilares necesarios de cohesión social en estos tiempos de incertidumbre y globalización.


naturales E

Ciencias

Gracias al trabajo que han realizado durante más de 80 años profesores, investigadores y estudiantes, la UN cuenta con el inventario de fauna y flora, arqueología y zoología más grande del país, patrimonio de todos los colombianos.

Jaime Aguirre Ceballos

Decano de la Facultad de Ciencias

l Instituto de Ciencias Naturales está íntimamente ligado a la historia institucional de la Universidad Nacional de Colombia, y es uno de los proyectos académicos que, desde la alma mater, ha sido fundamental para construir la nación. Entre los argumentos figuran la proyección docente, sus diversas líneas de investigación, el reconocido rol de sus ilustres profesores y su trayectoria en el trabajo de generar conocimiento básico sobre la biodiversidad del país. La continua e ininterrumpida actividad, desde


Guillermo Torres / Revista Semana

para Colombia su fundación, se traduce en las colecciones científicas nacionales más importantes, patrimonio invaluable de los colombianos. El instituto tiene su origen en el Departamento de Botánica, creado el 30 de octubre de 1936 bajo la égida de su fundador, el sacerdote antioqueño y doctor en ciencias Enrique Pérez Arbeláez, cuya visionaria concepción tiene total vigencia hoy. El objetivo básico, en palabras de su fundador, era ofrecer un lugar amable “para quienes se dedicarían a estudiar la naturaleza de Colombia”, que en ese entonces estaba representada en las plantas y su entorno. Pérez Arbeláez había rescatado las colecciones realizadas por el botánico José Jerónimo Triana, que permitieron conformar el Herba-

La colección de arqueología colombiana tiene más de un millón de evidencias, y las más antiguas tienen más de12.000 años.

rio Nacional Colombiano. Este, junto al Museo de Ciencias Naturales, pasó a ser parte del Departamento de Botánica de la Universidad Nacional. Además de su laboriosidad y persistente trabajo, Pérez Arbeláez –en virtud de su cercanía con la casa presidencial– propuso la inteligentísima idea de colocar a la Universidad de la nación a la altura de los centros universitarios de los países desarrollados. Para eso, era fundamental fundar un campus universitario en el que se congregaran buena parte de las escuelas dispersas por la ciudad. El notable poder de


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convicción del sacerdote fue un aporte significativo y tuvo su receptividad en el presidente Alfonso López Pumarejo, quien decidió fundar el campus de la Universidad Nacional, cuyo primer edificio sirvió para acoger el Departamento de Botánica. Posteriormente, con la llegada de Armando Dugand, el naturalista insigne del siglo XX, se consolidaron las líneas de trabajo vigentes y se abrieron unas nuevas, especialmente en la zoología, con lo cual se cambió el nombre de Departamento de Botánica por el de Instituto de Ciencias Naturales. A partir de este momento la UN empezó a liderar el inventario de la riqueza biológica e impulsó la formación de nuevas promociones de especialistas en ciencias naturales (botánica y zoología). De este valioso esfuerzo surgieron maestros y conocedores de la flora nacional, como Roberto Jaramillo y María Teresa Murillo. Con Dugand, también se trazaron las rutas que marcaron el camino en la segunda mitad del siglo XX y se enriquecieron las joyas del patrimonio cultural y biológico del país; el Museo de Historia Natural, con las colecciones zoológicas que hoy tienen alrededor de 990.000 ejemplares de grupos representativos de la fauna de Colombia, así como el Herbario Nacional Colombiano, que sellará el ejemplar botánico 600.000 como homenaje a la Universidad Nacional de Colombia en su Sesquicentenario que se celebra este 2017. Las colecciones científicas que alberga el Instituto de Ciencias Naturales constituyen el referente obligado y válido sobre el capital natural –biodiversidad del país–, y el valor de la información que encierran estos testimonios es incalculable. Después de Armando Dugand otras personalidades continuaron el trabajo hacia las metas trazadas, con sus rasgos particulares, como José Pablo Leyva (médico y naturalista), Lorenzo Uribe (sacerdote botánico), Luis Eduardo Mora (botánico doctor en ciencias), Álvaro Fernández (botánico farmaceuta)

Fotos: Guillermo Torres / Revista Semana

Arriba. Dentro de la Facultad de Ciencias se encuentra el Museo de Ciencias Naturales, que tiene los restos arqueológicos más antiguos del país y es el más grande de Bogotá. Abajo. El Instituto de Ciencias Naturales cuenta con diferentes colecciones, como las de aves, reptiles o mariposas, así como el Herbario, fuente de conocimiento para profesores, investigadores y estudiantes.

y Polidoro Pinto (botánico doctor en derecho) hasta 1985, cuando se cierra la época dorada en la trayectoria institucional. Estos académicos e intelectuales dejaron su impronta y legaron una institución conocida y reconocida no solo en Colombia, sino en el mundo como la entidad que se ha encargado de desarrollar los inventarios básicos de la riqueza biológica del país. En el siglo XXI, el instituto ha acogido nuevas líneas de investigación, acorde con el desarrollo de la biología y otras ciencias. Es decir que se ha tornado en un instituto de cara al país, en la creación de excelencia en estos propósitos. Actualmente, cuenta con varios grupos de investigación en campos temáticos de la botánica, la zoología, la arqueología y la biodiversidad. Sus integrantes se preocupan, día tras día, por estudiar detalladamente manifestaciones biológicas en diversas escalas. Han explorado selvas y páramos, desiertos y manglares, ambientes en los cuales han caracterizado sus componentes bióticos y abióticos y han descubierto


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numerosas especies que han perfeccionado el inventario de la riqueza natural del país. Otros investigadores del instituto estudian las plantas y los animales silvestres utilizados por nuestras comunidades étnicas; también hay quienes monitorean poblaciones naturales para evaluar el impacto que sobre ellas pueda tener la actividad antrópica. Importantes investigadores del territorio nacional los estudian y caracterizan de manera integral (comunidades bióticas y medio físico) para sugerir estrategias que promuevan conservar y usar en forma sostenible el recurso, así como la distribución equitativa de los beneficios económicos que se derivan. En la mirada integradora de la labor institucional son fundamentales las investigaciones detalladas que buscan conocer cómo eran las condiciones ambien-

tales en la sabana de Bogotá y en buena parte del territorio nacional, y cuáles recursos de la biodiversidad (plantas, animales) utilizaban nuestros ancestros. Esas investigaciones esencialmente producen una herramienta eficaz para enfrentar y mitigar la penuria que encierra el cambio climático, ya presente entre nosotros. En la formación profesional hay que rescatar que, durante el devenir institucional, de esta casa surgieron las acciones para que nacieran otras entidades o carreras profesionales como Agronomía, en la sede de Bogotá; Geología y, en 1966, Biología. En 1981 la Universidad creó el posgrado a nivel de maestría en Taxonomía y Sistemática y en 2000 tres líneas del doctorado en ciencias-biología. En esta actividad formativa los profesores del Instituto de Ciencias Naturales orientan y dan el apoyo fundamental a los estudiantes de diversas disciplinas. De esta manera, este instituto proyecta las experiencias y los conocimientos derivados de sus labores de investigación para formar profesionales conocedores de la biodiversidad y el medio físico del país. Y fomenta su necesaria autonomía académica en el proceso de generar nuevos conocimientos. Desde 1944, el instituto cuenta con la revista Caldasia, que hasta la actualidad continúa difundiendo avances importantes en diferentes áreas temáticas. De manera complementaria, han aparecido varias series de trascendencia científica donde se divulgan los resultados de las investigaciones lideradas por sus profesores. El Instituto de Ciencias Naturales ha trabajado por demostrar lo conveniente de su permanencia institucional alejada de decisiones arbitrarias e insensatas. Su entrega a la investigación, en un medio universitario e inclusive en un país donde aún no se reconoce ni se da la atención merecida a la generación de conocimiento, merece aplauso. Cuando se trata de la permanencia de una institución, la producción de nuevo conocimiento de excelsa calidad, el impacto de sus medios de divulgación y la calidad y pertenencia de su cuerpo docente deben ser los atributos o indicadores para ponderar de manera objetiva e imparcial su trasegar e impacto en la sociedad.


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Arqueología

Contiene el conjunto más grande e importante de evidencias arqueológicas asociadas con los primeros grupos humanos que poblaron el territorio colombiano, así como una completa colección de vestigios culturales de periodos arqueológicos más recientes de diversas regiones colombianas. La colección de arqueología nació en 1974 y tiene su origen en el programa de investigaciones Medio Ambiente Pleistocénico Holocénico y Hombre Prehistórico en Colombia, liderado por el profesor Gonzalo Correal Urrego. En la actualidad está compuesta por vestigios procedentes de 250 yacimientos y reúne más de un millón de evidencias arqueológicas de cultura material (instrumentos líticos, fragmentos cerámicos), restos óseos humanos, vestigios arqueofaunísticos (restos óseos de megafauna y fauna), vestigios arqueobotánicos (semillas y fitolitos). La mayor parte de esta colección incluye todas las etapas de la arqueología prehispánica de Colombia, desde la llegada de los primeros grupos humanos de cazadores-recolectores a finales del pleistoceno (12.000 años AP) hasta la etapa de los Cacicazgos (siglo X d. C.). Desde sus inicios esta colección ha prestado servicios de consulta y apoyo a estudiantes e investigadores en los campos de arqueología, antropología física, odontología, genética, arqueozoología y arqueobotánica.


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Herbario

Fotos: Guillermo Torres / Revista Semana

El Herbario Nacional Colombiano cuenta con 600.000 ejemplares distribuidos en diferentes colecciones. Dentro de estas, se destacan casi 1.500 muestras de la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, que hacen parte a la colección de José Celestino Mutis, llevada a cabo entre 1783 y 1816. Por otra parte, la colección José Jerónimo Triana de 1851 a 1857, consta de casi 3.500 ejemplares, a partir de la cual se formó al Herbario Nacional Colombiano. Además, existe una pequeña muestra colección del fundador Enrique Pérez Arbeláez con 175 ejemplares. Este herbario es el más grande del país y se encuentra dentro de los diez más grandes de Suramérica, albergando colecciones de plantas nativas de todos los ecosistemas y ambientes naturales de nuestro país.

Zoología

Las colecciones zoológicas reúnen cerca de 450.000 ejemplares, divididos en arácnidos, con 20.000 especímenes; miriápodos con 10.000; aves, 45.000; anfibios, 70.000; crustáceos 20.000; insectos 130.000; moluscos 15.000; mamíferos 25.000; reptiles 20.000 y peces, 115.000. Son las colecciones más importantes del país, por su valor no solo científico histórico, sino porque reúnen piezas de gran parte de la geografía colombiana.


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COLUMNA Carl Langebaek Rueda Vicerrector académico de la Universidad de los Andes

L

“Un trabajo admirable”

a Universidad Nacional fue fundada en el espíritu de la Comisión Corográfica, lo cual imprimió un sello especial a la institución. Desde sus comienzos la Universidad tuvo como objetivo conocer al país colombiano desde la perspectiva de su territorio, su historia y sus gentes. Esta empresa, pese a las vicisitudes políticas, la agitación y los obstáculos marcó el derrotero de la ‘Nacho’ hasta el día de hoy. En esta breve reseña quiero recordar algunos de los hitos con los que la Universidad ha contribuido al estudio del pasado indígena, área en la cual se ha destacado notablemente. Lo hago como un arqueólogo que tuvo la fortuna de ser ganador del Concurso 125 años, hace ya bastante años, pero que optó por trabajar en otra gran universidad, la de los Andes, desde la cual siempre hemos visto con admiración y aprecio el trabajo de nuestros colegas de la Ciudad Blanca. La arqueología hace parte en la Universidad Nacional del Departamento de Antropología, aunque también desde el Instituto de Ciencias Naturales se han hecho contribuciones importantes. La coexistencia entre la antropología social y cultural, y la arqueología, no ha sido siempre fácil, ni en la Nacional ni en ninguna otra universidad, pero el caso es que desde un comienzo valiosos arqueólogos con una robusta formación como antropólogos han contribuido al estudio de los antiguos pobladores del territorio colombiano. Uno de los aportes más grandes, sin alguna duda, son los estudios de Gonzalo Correal, vinculado al Departamento y al Instituto, desde finales de los años ochenta. Correal fue definitivamente el pionero de las investigaciones sobre

los primeros cazadores-recolectores que ocuparon el territorio, especialmente, pero no únicamente, la Sabana de Bogotá. Años de trabajo exhaustivo llevaron a que Correal proporcionara la primera información sobre estos antiguos ocupantes del territorio. Sus excavaciones en sitios como El Abra, Tequendama y muchos más en los Andes Orientales proporcionaron la primera información sobre alimentación, enfermedades, y relaciones entre el medioambiente y las ocupaciones humanas. Muy valioso fue su trabajo en el análisis de antiguos restos de fauna y la reconstrucción cronológica, detallada, de épocas que se remontan a hace más de 15.000 años y hasta los primeros desarrollos de la agricultura y la cerámica. Gracias a sus estudios, y a la extraordinaria camaradería con Thomas van der Hammen, Correal aportó información sobre períodos muy difíciles de investigar, secuencias de cambios culturales y ambientales, así como relaciones entre humanos y megafauna, que aún hoy son tema de investigación y reflexión. Algunos de sus estudiantes, por cierto, también han contribuido notablemente al estudio de cazadores y recolectores, así como de las primeras personas que adoptaron gradualmente la agricultura como modo de vida. Sin exagerar se puede afirmar que el trabajo de Gonzalo Correal puso a Colombia en el mapa de los estudios arqueológicos que se relacionaron con el poblamiento de América. Otro hito importante lo marcan las investigaciones de la Universidad Nacional en el Alto Magdalena, especialmente en la zona de San Agustín, a partir de los años setenta del siglo pasado. A la cabeza de la mayor parte de los proyectos estuvo Héctor Llanos. Gracias a él y a sus estudiantes, se emprendieron investigaciones que a lo largo de años aportaron valiosa información sobre la periodización, patrones de poblamiento de relaciones culturales de los pobladores de los antiguos escultores que ocuparon


la región. También se destacan estudios sobre la estatuaria misma, su distribución y significado. Estos aportes, además, se complementaron con estudios valiosos sobre los documentos coloniales referentes a los pobladores del sur de Colombia, especialmente de Huila y de Cauca. Los trabajos de la Universidad Nacional a cargo de José Vicente Rodríguez también han sido un referente importante. José Vicente ha trabajado intensamente el tema del poblamiento humano en Colombia desde el punto de vista de la antropología física, y también las prácticas mortuorias. Su producción al respecto es enorme y abarca amplias zonas del país, desde La Guajira hasta el extremo sur, aportando información interesante sobre salud, niveles de vida y organización social. Muchos de sus estudiantes han seguido el mismo camino y últimamente se aventuran en el mundo de la genética prehispánica. Entre los más recientes aportes de la Universidad Nacional se debe mencionar la escuela que se ha formado a partir de la influencia de programas de posgrado en los Estados Unidos. Un grupo de jóvenes entre los cuales se destacan Francisco Romano, Pedro María Arguello, Juan Carlos Vargas, y Sebastián Fajardo, entre otros, han contribuido desde el punto de vista de los estudios sistemáticos de sitios y regiones, con sólidas herramientas cuantitativas, al estudio de la complejidad social. Sus estudios son aportes fenomenales al papel de la guerra y del control de diferentes ecologías, al desarrollo de la complejidad social prehispánica en

Archivo prensa UNmedios

los Llanos Orientales y en el antiguo territorio muisca. También a la dinámica demográfica y de centralización política en los antiguos dominios de Sogamoso, o al estudio de los asentamientos y unidades domésticas muiscas. Las discusiones de estos autores ha ofrecido además la posibilidad de ampliar notablemente el campo de acción de la discusión teórica de la arqueología colombiana, tradicionalmente muy limitada. Además sus trabajos, en conjunto con los de sus maestros en la ‘Nacho’ como son Virgilio Becerra y Hope Henderson, para citar solo a dos, han ofrecido la posibilidad de formar nuevas generaciones de arqueólogos para Colombia. Sería injusto decir que el anterior resumen hace justicia a la Universidad Nacional. Muchos nombres y temas han quedado por fuera. Pero lo cierto es que gracias al trabajo de profesores y estudiantes, desde hace más de 50 años, de muchos precursores que acá no se mencionaron, de arduas labores de campo y extenuantes jornadas de laboratorio, la Nacional ha aportado al estudio de los antiguos habitantes de este país, un aporte valioso, riguroso, que para muchos de los colegas que trabajamos en otras universidades fue, es y será un valioso referente.

Desde los Andes siempre hemos visto con admiración el trabajo de nuestros colegas de la Ciudad Blanca


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A lo largo y ancho del país Los integrantes de la ‘alma mater’ han jugado un papel protagónico en el trabajo por comprender las cualidades del territorio nacional.

P

or estos días, varias universidades colombianas preparan un colosal esfuerzo editorial para resaltar las hazañas de Alexander von Humboldt, una figura que continúa cautivando a cientos de científicos de todas las áreas en pleno siglo XXI. Sin duda, su espíritu aventurero y su deseo de conocer y explorar es lo que le ha granjeado más adeptos. Y es que ese afán de estudiar el lugar que habitamos parece ser una necesidad que empezamos a tener desde que nacemos. Un impulso nos hace saltarnos la seguridad de la cuna y el confort del hogar paterno para indagar más allá de nuestro entorno. ¿Qué hay detrás? La curiosidad. El ansia de saber, de entender y comprender la realidad. Del mismo modo, en Colombia se empezó a conocer la riqueza y realidad de su territorio. Los liberales radicales querían comprender las dinámicas de asentamiento de los grupos humanos que se establecieron lejos de los centros de poblamiento andino y conocer la realidad natural y social que tenía el territorio. Sin duda, el primer esfuerzo republicano en este ámbito fue la Comisión Corográfica liderada por el italiano Agustín Codazzi, integrada por

Steven Navarrete Cardona

Estudiante de la maestría en Geografía, Universidad Nacional de Colombia

ERNESTO GUHL, geógrafo alemán y uno de los precursores del estudio científico del territorio nacional.

personalidades de la talla de Manuel Ancízar, primer rector de la Universidad Nacional de Colombia. Esta iniciativa permitió comenzar a entender de forma sistemática la diversidad biológica y cultural de nuestro país, y complementaría los esfuerzos ya hechos por hombres como Francisco José de Caldas y José Celestino Mutis en este campo. El estudio riguroso de la realidad espacial de la nación surgió, de esta manera, de la mano de los pensadores que, con una fuerte formación en las ciencias naturales, astronomía y matemáticas, desentrañaron las lógicas de la naturaleza que hasta ese entonces se mantenían ocultas tanto en el suelo como en el subsuelo. Desde 1903, la Sociedad Geográfica de Colombia, integrada por los hermanos Julio y Justino Garavito, los generales Alfredo Vásquez Cobo (figura clave en el posterior conflicto colombo-peruano), Francisco J. Vergara y el ingeniero Ricardo Lleras Codazzi, comenzó a difundir el pensamiento geográfico y trabajó como asesora de la Oficina de Longitudes y Fronteras de la época. El 22 de diciembre de 1916 nació la Comisión Científica Nacional, que años más tarde se convertiría en el Servicio Geológico Colombiano. Gracias a sus

estudios, el país emprendió importantes proyectos industriales como Acerías Paz del Río, y prestó sus servicios para el manejo de otras fuentes de minerales que resultaron claves para el fortalecimiento de la industria nacional. En 1951 se estableció la primera carrera de Geología en la Universidad Nacional, con


Víctor Galeano

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Por su importancia para la producción de agua, los páramos son uno de los ecosistemas que más han fascinado a los geógrafos.

los integrantes del servicio geológico como profesores. Y en la actual Facultad de Minas de Medellín también surgió la carrera de Ingeniería Geológica. En la década del treinta nació el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, y se institucionalizó la investigación territorial sin llegar a la academia

de forma autónoma. La geografía tendría que esperar hasta 1966 para ver nacer el primer Departamento de Geografía en la Universidad Nacional y su consolidación definitiva como carrera mediante el Acuerdo 99 de 1991 del Consejo Superior Universitario. Pero entre la consolidación de la Sociedad Geográfica de Colombia a principios de siglo xx y la de la carrera de Geografía en 1993, correría mucha agua. La difusión del pensamiento geográfico estuvo influenciada por diversos factores, entre ellos, los aportes de tres extranjeros: los catalanes Miguel Fornaguera y Pablo Vila y el alemán Ernesto Guhl Nimtz. Los tres fueron connotadas figuras que huyeron de la guerra civil española y del ascenso del nazismo, y se arraigaron en Colombia para producir una obra extraordinaria. Mientras Vila fue mucho más conocido en Venezuela, Ernesto Guhl desarrolló un intenso trabajo en Colombia hasta que murió en 2000. Se vinculó inicialmente con la desaparecida Escuela Normal Superior donde fue maestro de la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda y el historiador Jaime Jaramillo Uribe. Posteriormente, se vincularía a la Facultad de Ciencias Humanas y al Departamento de Sociología de la Universidad Nacional, en donde se encargó de enseñar a los estudiantes que no hay historia sin espacio y a tomar conciencia de la riqueza del territorio. Para Guhl, el conocimiento geográfico se aprendía en terreno, y el páramo era su ecosistema favorito. Su obra más importante es sin duda Colombia: bosquejo de su geografía tropical, dada a conocer en dos tomos y recientemente editada en un esfuerzo conjunto de la Universidad Nacional y de la Universidad de los Andes.

Por supuesto, hoy en día las herramientas de los geógrafos se han hecho más sofisticadas, con una cada vez más precisa cartografía digital, mapas temáticos y una aplicación mucho más interdisciplinaria. Eso ha posibilitado que encontremos geógrafos trabajando en campos antes impensados como el de la salud y el desarrollo de aplicaciones móviles, y el tratamiento de los residuos industriales, entre otros. Sin duda hay muchos productos académicos y docentes que resaltar de los actuales Departamentos de Geografía y Geología. Podríamos destacar los valiosos aportes a la comprensión de la gestión ambiental de la profesora Nohra León Rodríguez (una de las académicas más sobresalientes de la Facultad de Ciencias Humanas), los análisis sobre el cambio climático de José Daniel Pabón y la contribución de Antonio Flórez en el campo de la geomorfología, estudio de glaciares y vulcanismo de la cordillera Central; los estudios urbanos y regionales de Jhon Williams Montoya, los esfuerzos del profesor Ovidio Delgado por abrir la geografía nacional a un debate global y las aplicaciones de la geografía de Luis Carlos Jiménez a los estudios sobre seguridad y territorio, entre otros. Recientemente, Jiménez y otros docentes han venido renovando la investigación en los campos de la geomática y el geomodelamiento, ahora con las nuevas tecnologías de la información geográfica. Ellos nos recuerdan científicos de hace 100 años como los hermanos Garavito, quienes desarrollaron gran parte de su conocimiento para medir las fronteras de Colombia, hacer cálculos astronómicos, desarrollar la cartografía de precisión, el estudio del territorio y el desarrollo del campo. Todo ello en la Universidad Nacional de Colombia.


Fotos: Archivo prensa UNmedios

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Fósiles de exhibición En Villa de Leyva está el Museo Paleontológico, donde la UN conserva más de 2.425 ejemplares del Cretáceo. Algunas de estas piezas son una joya.

H

ace 145 millones de años se inició la era conocida como el Cretácico o Cretáceo, que duró 79 millones de años y finalizó hace 66 millones de años, justo cuando se presentó el fenómeno producido por el impacto de un meteorito en la península de Yucatán (México). Golpe que, según los expertos, respalda una de las teorías de la extinción de los dinosaurios. En algunas zonas de Boyacá y Santander hay huellas de esta época, como los fósiles de especies de reptiles marinos endémicos que vivieron en un mar interno de aguas claras cuyos restos aparecen hoy, fruto de excavaciones, de investigaciones y, en otros casos, de actividades antrópicas. Una de las canteras naturales

de esta época es Villa de Leyva. Gran parte de los fósiles está en el Museo Paleontológico que la Universidad Nacional tiene en ese municipio. Su origen se remonta a 1967, cuando el departamento de Boyacá se comprometió a ceder un espacio en Villa de Leyva para crear un museo. En septiembre de 1968, la Gobernación le entregó al municipio el inmueble Molino de Losada, construido en el siglo XVII, que funcionó durante la época de la Colonia como un molino hidráulico principalmente para producir harina de trigo. Y finalmente esta joya arquitectónica quedó en 1970 en manos de la UN para organizar el museo, que abrió sus puertas dos años después. Desde entonces, el lugar es un centro de referencia académica, histórica, de docencia y

Petter David Lowy

Director del Museo Paleontológico de Villa de Leyva

divulgación, pues allí reposa parte del patrimonio pasado y presente de Colombia, especialmente de esa región. Actualmente, el museo alberga una colección con 2.425 ejemplares, de los cuales más de 441 piezas están en exhibición. Los ejemplares se guardan en compartimentos especializados y su información se encuentra sistematizada en bases de datos de verificación permanente por los especialistas. Entre los ejemplares exhibidos se encuentran invertebrados como gasterópodos, bivalvos, equinoideos y crinoideos, además de vertebrados, peces óseos y reptiles marinos encontrados en la zona. Componen su exhibición restos de algunos ejemplares encontrados en la región de Villa de Leyva, de tres grupos de reptiles marinos que desarrollaron aletas en forma de remos para facilitar su desplazamiento: el Platypterigius sachicarum (ictiosaurio), cuya


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forma es similar a la de un pez, de hábito carnívoro y cuyos ejemplares pudieron medir hasta 8 metros de largo; el Kronosaurus boyacensis (pliosaurio), especie endémica de Villa de Leyva encontrada en 1977. Los Kronosaurus son individuos de hasta 12 metros de largo y son considerados unos de los más grandes depredadores carnívoros de los mares del Cretácico. Desde 2009, la Universidad cuenta en Villa de Leyva con un espacio adicional donde se conformó el arboretum Padre Gustavo Huertas, en honor al primer director del museo. Esta colección viva de plantas científicamente organizadas exhibe cerca de 600 ejemplares pertenecientes a más de

En la antigua casa de Villa de Leyva funciona el museo en el que se exhiben fósiles hallados en la región. El más reciente,el del pliosaurio.

130 especies vegetales de Colombia y el resto del mundo. Uno de los últimos aportes a la colección llegó en 2013 con un pliosaurio juvenil que apareció en la loma La Cabrera en 2010. Este ejemplar resultó de un proyecto de investigación realizado por profesores de la UN con el apoyo de Ecopetrol. La exhibición permanente tiene como fin reconstruir el territorio desde el punto de vista geológico y natural, preservar y concientizar acerca del patrimonio, mediante la difusión y generación de conocimiento. El Museo Paleontológico ha realizado su labor por

44 años gracias al compromiso de la Facultad de Ciencias de la sede Bogotá. A partir del segundo semestre de 2017, el museo comenzó a actualizar la exhibición para reorganizar algunas zonas. Esto se está haciendo con la ayuda de las nuevas tecnologías. El uso de contenidos digitales, animaciones y videos, de la mano de la realidad aumentada, le permitirá a la institución insertarse en el contexto de los museos importantes del país y entrar en la tendencia mundial de estas entidades, para contribuir a valorar el patrimonio paleontológico nacional y conservar estas piezas únicas, testigos de un pasado que evidencia la enorme diversidad biológica que habitó nuestro planeta.


La UN en el Medellín

Palmira

En siglo y medio de historia, la Universidad ha consolidado una presencia en gran parte del territorio a través de sus ocho sedes, en las que ofrece numerosas carreras de pregrado, programas de posgrado y proyectos de investigación.

Manizales

Bogotá

Sedes andinas


paĂ­s e d f r s ontera e d e S s

San AndrĂŠs

Amazonas

Orinoquia

Tumaco


Si bien la sede Medellín fue fundada en 1936, su historia se remite a la apertura de la Escuela Nacional de Minas en 1886. Hoy en día tiene cinco facultades y su campus, junto al cerro El Volador, es un pulmón de la ciudad. Además cuenta con edificaciones de alto valor histórico, como los diseñados por Pedro Nel Gómez, en la Escuela de Minas, Patrimonio Nacional desde 1994.

Medellín

Sede


.4 10

Do

ct o r M

52 .268 : 4tríap: 1ecialización: 38 o ad aes Es PosgrPardego: 2.11 rad 01 o: 98

Total Estudiantes 12.599

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Do

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19 : 40 o:estríaspeciPaoliszgarcaidóno: 28 d a a E Pregr:a87 do :

Total Programas Académicos 114

577 251

Programa de Admisión Especial (Paes)

Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama)

MUSEO DE GEOCIENCIAS Creado en 1988, este lugar lleva más de un siglo reconstruyendo el pasado y estudiando la evolución de las ciencias de la tierra. En la actualidad cuenta con más de 3.000 piezas que hacen parte de la historia minera. Se pueden observar cuarzos, calcitas, autonitas y minerales fluorescentes.

de pesos

Pre Esp grad eci E ali

a: 1 lógic nto do 6 4

Inversión en 2016: 7.538 millones

:3

Espacio intervenido en 2016: 9.717 m2 : 19.921 m2 6 1 0 2 en os eñ is d y s io En estud

ción: 21 32cializean Medaiecisntar huma : ía n o pe des M Doct:o196 a y o s da rad o

Total Docentes 596


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Un talento especial Con las Escuelas de Minas y Agricultura, que se unieron a la sede de Medellín, se consolidó una manera de hacer las cosas: profesionales que trajeran crecimiento económico, empresarial y político.

C

on la Ley 60 de 1886 nacieron en Colombia dos escuelas de minería, una ubicada en Ibagué, que cerraría un año después de abrir sus puertas, y la otra en Medellín, que contó con el apoyo de varios ingenieros llegados desde Inglaterra. Aunque era una institución independiente tuvo bastante apoyo de la Universidad de Antioquia. Pasados unos años se creó la Escuela de Agricultura Tropical, que tenía la misión de investigar las características agrícolas del departamento. En 1936 las Escuelas se unieron bajo la dirección de la sede local de la Universidad Nacional, con lo que formaron una fuerza académica que con el pasar de los años fortalecería la economía y la política regional. Desde los inicios de estas Escuelas se definió que su principal fuente de conocimiento era el departamento: conocer los recursos de Antioquia, sus fortalezas y, a la par, las mejores técnicas usadas en el mundo para su explotación, para el buen uso de los recursos. Así que no fue de extrañar que las grandes zonas mineras se tecnifi-

Daniel Rivera Corresponsal de SEMANA

caran y redundaran en el fortalecimiento de la economía. “En Antioquia se creó una Escuela de Minas, dedicada a formar personal técnico de explotación de riquezas; del oro en primer lugar y luego del recurso hídrico. Eran profesionales muy bien formados, cuya preocupación como profesores no solo era la de instruir, sino crear personas que fueran capaces de desarrollar proyectos en terreno, que

MUCHOS DE LOS GRADUADOS DE LA SEDE MEDELLÍN OCUPAN PUESTOS DE TRASCENDENCIA EN LA INDUSTRIA ANTIOQUEÑA

tuvieran técnica”, dice Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, exgerente de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), exalcalde de Medellín y exrector de la Universidad Eafit. En los años sesenta, después de la creación de EPM como el conglomerado encargado de administrar los servicios de telefonía, agua y electricidad, muchos de esos profesionales formados en las


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La torre Coltejer, símbolo del empresariado de Medellín.

aulas de la Nacional llegaron a puestos de trascendencia para Antioquia, como es el caso del propio EPM. Lo mismo ocurrió con cementeras, mineras y empresas consultoras que se encargaron de explorar, diseñar o construir proyectos. El rector de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía, cree que la gran alma mater de los antioqueños es la unión, la sinergia que siempre ha existido entre la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia, “todas las otras universidades que tenemos son hijas de esas dos grandes instituciones”, y cree que la génesis de la historia social y económica de los paisas no se puede entender sin las Escuelas de Minas, de Artes y Oficios, de Agricultura y de Medicina. “Hoy sería impensable esta sociedad sin entender esas unidades pioneras de la educación y construcción de sociedad. Muchos de los fundadores de las grandes empresas que tenemos en Antioquia son egresados de la Facultad de Minas, y fueron ellos quienes estudiaron la probabilidad de grandes proyectos y, como si fuera poco, sin técnicos extranjeros para desarrollarlos, sino que lo hicieron con mano propia, lo que redundó en el fortalecimiento del conocimiento y de la economía”. Quizá uno de los hombres más destacados de esas generaciones fue el difunto empresario y dirigente liberal Guillermo Gaviria –padre del exgobernador Guillermo Gaviria y del exalcalde Aníbal Gaviria–, egresado de la Facultad de Minas, uno de los pioneros en la exploración de las plantaciones de banano en el Urabá antioqueño y de la minería de cobre en regiones limítrofes con el Chocó, y uno de los pocos expertos en Marcel Proust que ha dado el país.

Quizá en Gaviria se encuentra esa figura atrayente de los egresados de la Nacional: hombres de gran trascendencia en lo económico y que dejaron su huella en lo público. “Ese empresariado entendió y sigue entendiendo que para el desarrollo de una región debe haber un trabajo conjunto entre el empresariado y lo público, porque el gobernante toma las decisiones más importantes de cualquier sociedad y no puede hacerlo aislado del ámbito privado. Al tener una visión integral del desarrollo, la Universidad no discriminó si iba a formar ejecutivos o profesionales para un sector, sino para el desarrollo de una sociedad”, dice Federico Restrepo, exgerente de EPM. Con este modelo, el de conocer la región y educar para la misma, combinando investigación y técnica, Antioquia trata de desarrollar ahora subregiones como el Urabá, el Bajo Cauca y el Magdalena Medio: conocer los territorios, formar los profesionales y vitalizar la economía. “Este modelo permitió formar los primeros ingenieros civiles, quienes adquirieron el conocimiento y las competencias requeridas para construir centrales eléctricas, plantas cementeras, plantas productoras de acero y así se fue generando una especie de colectivo con conciencia empresarial. Eso se amplió a otras áreas y tuvimos ingenieros forestales, industriales, agrónomos, todo para satisfacer las demandas que la región iba necesitando en su crecimiento con responsabilidad ambiental”, dice Restrepo. La Universidad Nacional en su sede Medellín sigue formando los ingenieros que alimentan proyectos de empresas como Argos, Celsia, Haceb, EPM, Integral, profesionales formados en una tradición que conoce su departamento, se lo apropia y lo hace más fuerte.


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Cultivando el saber Desde su origen como Escuela de Arquitectura Tropical y Veterinaria hasta su transformación en Facultad de Ciencias Agrarias de la sede Medellín, siempre ha formado profesionales que contribuyan al desarrollo del país.

L

a creación de la Escuela de Agricultura Tropical y Veterinaria en 1914 y su posterior anexión a la Universidad Nacional de Colombia como Facultad de Ciencias Agrarias en la sede Medellín tuvo un gran impacto en el ámbito agropecuario del país en el siglo XX, porque transformó el sector no solo desde la enseñanza, sino también desde la investigación y la extensión. La Escuela se consolidó como respuesta a la demanda que desde finales del siglo XIX estaba haciendo la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) de una enseñanza agronómica, y ante las preocupaciones del Gobierno por modernizar el campo y aumentar la producción agrícola. Por ejemplo, en 1911 la SAC organizó el Primer Congreso Nacional de Agricultores en Bogotá para buscar soluciones a esta compleja problemática. La principal conclusión fue proponerles a las Asambleas Departamentales crear escuelas de agricultura. Para acoger esta y otras iniciativas, ese mismo año el gobernador de Antioquia, Pedro José Berrío, firmó la Ordenanza 21 que instauró la Escuela de Agricultura, pero por la falta de presupuesto nunca vio la luz. Solo en 1914 la Asamblea de Antioquia creó la Escuela de Agricultura Tropical y Veteri-

naria, que entró a funcionar dos años más tarde bajo la dirección de Eduardo Zuleta Gaviria. En sus primeros años la Escuela se rigió bajo dos bases fundamentales: la experimentación y la enseñanza, pero a partir de la década del veinte se incorporó la extensión como otro pilar para que, entre otras cosas, los campesinos modernizaran sus técnicas de producción. En este proceso el fitopatólogo y micólogo puertorriqueño Carlos Eugenio Chardón fue un bastión importante en este y otros departamentos.

LA FACULTAD AYUDÓ A DINAMIZAR EL MERCADO NACIONAL Y A PROMOVER POLÍTICAS HACIA EL CAMPO En 1926, la Ley 74 dispuso la creación de estaciones experimentales nacionales como centros de práctica científica al servicio del Gobierno, que financiaría la mitad de sus gastos. De esta manera, la granja de la Escuela fue transformada por decreto departamental en estación experimental, y un año después se anexó a la institución.

Los años más duros estaban por llegar. Entre 1930 y 1933, la Escuela cayó en una profunda crisis económica, en parte porque los auxilios de la Nación nunca llegaron. Pero la gestión de los directores José María Isaza y Francisco Luis Gallego permitió que la institución siguiera en funcionamiento. Isaza ofreció dar sus clases sin retribución alguna, para que más profesores pudieran recibir su sueldo e impartió más asignaturas de las que le correspondían para compensar la falta de docentes. Por su parte, Gallego donó su salario a la Escuela y además ocupó los cargos de director, secretario, tesorero, docente y en ocasiones hasta de conductor. La labor de ambos permitió que en 1934 la Escuela Superior de Agronomía se transformara junto con su estación experimental en el Instituto Agrícola Nacional. Al año siguiente, el profesor Jorge Gutiérrez Escobar asumió como primer director del instituto, y su trabajo permitió resolver la situación financiera e impulsó su incorporación a la Universidad Nacional de Colombia en 1937, bajo el Decreto 2212. Finalmente, en 1938, el Instituto pasó a ser la Facultad Nacional de Agronomía de la sede Medellín. Entre 1945 y 1968 llegó una época de bonanza a la Facultad,


Fotos: Archivo sede Medellín

SESQUICENTENARIO 1867-2017 | 37

producto del desarrollo del país y del panorama mundial que contó con la revolución verde, las misiones estadounidenses y la Alianza para el Progreso que fueron determinantes. La carrera de Ingeniería Agronómica sufrió diversas fragmentaciones que buscaban mejorar la calidad de los recursos agrarios y la producción. De esta manera se desarrollaron programas académicos que impulsaron la política del campo en el país y ayudaron a dinamizar el mercado nacional con respecto al internacional. Dentro de los nuevos desafíos de la Facultad estaba la necesidad de divulgar los conocimientos para garantizarles un mejor trabajo y bienestar a los campesinos y agricultores. A su vez se empezó un proceso de reforma del plan de estudios cuyo objetivo era adaptarse a las exigencias del mundo, una de ellas marcada por la revolución verde y la necesidad de realizar una producción extensiva agrícola con altas tasas de productividad, apoyados en el uso de alta tecnología. Durante estos años la Fundación Rockefeller, la Institución Kellog y las misiones de las Universidades de Nebraska y de Michigan asesoraron a las autoridades administrativas de la Facultad y del Estado. Fueron un soporte académico y políti-

En 1938 el Instituto Agrícola Nacional se convirtió en la Facultad Nacional de Agronomía de Medellín.

13

PROGRAMAS de estudios ofrece en la actualidad la Facultad de Ciencias Agrarias.

co que brindó Estados Unidos para promover la revolución verde en Colombia, en especial en el Ministerio de Agricultura y la Facultad Nacional de Agronomía de Medellín. La Universidad de Michigan fue determinante en cuanto a adquirir saberes específicos como la ingeniería forestal y la ingeniería agrícola. Kellog implementó programas de beca, comenzó la ampliación del edificio de Zootecnia y en 1952 donó una planta pasteurizadora. La Fundación Rockefeller no solo ayudó al desarrollo investigativo del Ministerio de Agricultura, sino que aportó dinero para la adjudicación de becas en la Universidad. La misión de la Universidad de Nebraska ayudó con la estructuración del plan de estudios de Economía Agrícola en 1968, con la contribución de algunos profesores y la dotación de laboratorios. Gracias a estas misiones, en 1951 nació el Instituto Forestal, que contenía el primer plan de estudios en este campo en el país. Además, los eventos desarrollados por la Facultad permitieron la tecnificación del campo y el trabajo pecuario y sirvieron de antecedentes para la creación en 1957 de la Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios y Zootecnistas (Acovez) y en 1963

la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán). Con la Alianza para el Progreso y las políticas de sustitución de importaciones, la Facultad de Agronomía se vio beneficiada con la capacitación, dotación de equipos y laboratorios para la investigación y la experimentación. Entre 1970 y 1980 la Facultad siguió evolucionando en su trabajo investigativo, lo que permitió crear los primeros posgrados. Solo por mencionar algunos, en 1983 se abrió la maestría en Silvicultura y Manejo de Bosques y al año siguiente la especialización en Ciencia y Tecnología de Alimentos. La Facultad de Ciencias Agrarias, como pasó a llamarse en 2012, nunca ha estado alejada de las realidades del país. Tuvo que afrontar diversos desafíos debido al conflicto armado y, además de sus tareas, procuró dar una visión sobre los problemas de la propiedad agraria, de la vida del campesino y su ruralidad. La Facultad de Ciencias Agrarias en la actualidad ofrece 13 programas, entre pregrado y posgrado, y sigue trabajando por formar profesionales integrales que aporten en el desarrollo agropecuario del país, y a su vez respondan a las necesidades sociales y políticas del país en el marco del posconflicto.


Archivo prensa UNmedios

Con el diseño del edificio de la Facultad de Ciencias Agrarias, llevado a cabo por el alemán Leopoldo Rother en 1944, se consolidó la formación de la sede Palmira. En la actualidad funcionan las facultades de Ciencias Agropecuarias, de Ingeniería y Administración.

Palmira

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Programa de Admisión Especial (Paes)

Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama)

MUSEO DE SUELOS DE LA UN Cuenta con 20 perfiles de suelos conservados, 288 minerales como ágata, jaspe, grafito, cuarzo, rosado, amatista y ahumado. Además de rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias.

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Cortesía Universidad Nacional

40 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

En la sede de Palmira se ofrecen 11 programas de pregrado y 33 posgrados enfocados en su mayoría en el agro.

Ciencia para el agro La Escuela Superior de Agricultura Tropical del Valle fue la pionera de la agricultura científica y de la actual sede de Palmira, líder en investigaciones para el campo colombiano.

L

a agricultura científica consiste en aplicar las ciencias básicas a las actividades tradicionales del campo. Esta disciplina, conocida como Ciencias Agropecuarias, surgió en Francia después de 1840 con la segunda revolución agrícola y estuvo ligado a la conformación de granjas agrícolas experimentales como alternativa para su enseñanza. Este tipo de complejos surgió y se consolidó en Colombia y,

Néstor Fabio Valencia

Profesor Asociado UN

en particular en el departamento del Valle, a partir de la Ley 74 de 1926, con la que el Gobierno se propuso fundar una granja experimental en cada uno de los departamentos del país. Para poner en marcha esta iniciativa, la Gobernación creó la Secretaría de Industrias, en cabeza de Ciro Molina Garcés. Además, la Gobernación se dio a la tarea de establecer una estación agrícola experimental en un terreno adquirido el 21 de diciembre de

1928, en Palmira, con una extensión de 417 plazas. Para 1929 la estación agrícola comenzó a preparar los terrenos bajo el liderazgo del agrónomo Carlos Durán Castro. Igualmente, el departamento había gestionado el apoyo de la misión agrícola de Puerto Rico, liderada por Carlos Eugenio Chardon, quien en sus conferencias invitaba a aplicar los logros de la segunda revolución agrícola por medio de las estaciones agrícolas. A finales de 1931, el senador Demetrio García Vásquez contribuyó a este proceso al impulsar la creación del Consejo Nacional de Agricultura que buscaba fomentar los servicios de


investigación, enseñanza y divulgación agrícola (Ley 132 de 1931). En cierta medida, visualizaba la posibilidad de establecer en el Valle del Cauca un instituto agrícola que permitiera iniciar la educación agrícola en diversos niveles, la experimentación y la investigación del agro: “La reunión en un mismo centro de una Estación o Granja Agrícola, una Escuela Superior de Agricultura y el servicio de divulgación correspondiente, se denominará Instituto Agrícola”. García Vásquez coincidía con el pensamiento de su padre, Evaristo García y del ideólogo liberal Alejandro López, quienes querían construir un país incluyente de pequeños propietarios agrícolas que permitiera aminorar la lucha de clases en el campo. Lo anterior implicaba además formar profesionales dedicados a generar conocimiento relacionado con la producción en el contexto tropical vallecaucano. García, quien se desempeñaba como secretario de Agricultura y Fomento del Valle del Cauca, ajustándose a la Ley 132 de 1931 logró conformar el Instituto Agrícola del Valle del Cauca en 1934, al fundar la Escuela Superior de Agricultura Tropical del Valle del Cauca Esat, con sede en la ciudad de Cali (hoy Universidad Nacional de Colombia-sede Palmira), conformar el servicio de extensión agrícola del departamento y fortalecer la Estación Experimental Agrícola de Palmira. Luego de lo anterior dejó en claro sus directrices de este sitio: “Servir de preferencia al pequeño agricultor cuyo nivel cultural y el incremento de sus intereses económicos deben constituir el objetivo principal de esta labor de socialización sostenida y propulsada por la intervención del Estado”. Para lograrlo, utilizó el engranaje del Instituto Agrícola, que facilitó la génesis de la agricultura científica en el departamento. Los pioneros comenzaron a explorar la

agricultura tropical en el contexto vallecaucano para generar nuevo conocimiento, y transferían los resultados de forma inmediata al estudiantado de la Esat, con lo que sus discípulos quedaban con el sello de investigadores; realizaban las investigaciones en las granjas agrícolas y socializaban los resultados a través del servicio de extensión. De esa manera difundían el nuevo conocimiento y distribuían diversas especies vegetales y animales entre los agricultores del departamento y del país. Las estadísticas de la época mostraron el fuerte impacto social generado al masificar la producción de alimentos no solo para el consumo del interior del país, sino para exportar con la producción cafetera. En 1944 la Esat comenzó a llamarse Facultad de Agronomía del Valle del Cauca, de acuerdo con una ordenanza de la Asamblea Departamental. Luego, entre noviembre de 1945 a enero de 1946, quedó incorporada a la Universidad Industrial del Valle del Cauca. Finalmente, ese año la institución se trasladó al municipio de Palmira y quedó incorporada perpetua y definitivamente a la Universidad Nacional de Colombia, con el nombre de Facultad Nacional de Agronomía - Palmira. En dicho contexto, el Instituto Agrícola del Valle del Cauca desapareció de la esfera pública para darle vida a la sede de la UN. Tras muchos años de formación e investigación, el norte académico trazado por los fundadores continúa en la Universidad Nacional de Colombia-sede Palmira, resaltando la formación humana profesional con visión integral en forma permanente.

Archivo Sede Palmira

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Las instalaciones de la Esat en Palmira fueron incorporadas a perpetuidad a la UN en 1946,y sobre esta se fundó la sede Palmira.

Los grupos de investigación de la sede, con sus diversas investigaciones de campo, junto con los sectores productivos y las comunidades rurales, trabajan en programas y proyectos de investigación y transferencia tecnológica de los recursos zoogenéticos y fitogenéticos. Los fundadores de la institución generaron investigaciones que continúan vigentes como es el caso del ganado criollo hartón del Valle (antiguamente llamado caucano), gallinas, cerdos criollos, hortalizas, cereales etcétera. Las investigaciones han enfatizado entre otras en las áreas de nutrición y reproducción animal; mejoramiento genético y producción de semillas de hortalizas; plantas medicinales, aromáticas y condimentarias; frutales tropicales etcétera. Todo lo anterior asociado a investigaciones sobre diversidad biológica y el uso y manejo de suelos y aguas. La sede posee dos pequeños espacios físicos donde realiza las investigaciones, laboratorios y la reserva natural de Yotoco. Y siempre ha hecho esfuerzos administrativos para que el gobierno nacional adjudique nuevamente a la sede la otrora Estación agrícola experimental para fortalecer aún más sus actividades misionales. A lo largo de la historia de la sede, el proceso formativo se ha enfocado desde la mirada del modelo agrícola educativo de revolución verde con sus derivaciones actuales, y desde los modelos agrícolas alternativos como es el caso del pensamiento agroecológico. Con la experiencia acumulada, la Universidad Nacional de Colombia (sede Palmira) podría contribuir al proceso del posacuerdo en la temática relacionada con reforma agraria integral.


42 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Siembra desarrollo Uno de los mejores centros de investigación agropecuaria está en Palmira, Valle, y pertenece a la Universidad Nacional. La historia de esta sede está ligada a la revolución de las ciencias agrícolas en Colombia. Luis Ángel Murcia

Corresponsal de SEMANA

Cortesía Universidad Nacional

E

n la sede Palmira de la Universidad Nacional tienen claras dos cosas: que el futuro de la humanidad está en su capacidad de producir alimentos y que esa meta depende de la manera como se explore y explote la tierra. Y ahí, el trabajo que se ha hecho ha sido importante para transformar al país. Lo más sorprendente es que ese análisis no surgió hace unos meses o años, sino hace ocho décadas cuando nació la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira. Desde entonces, esa institución se convirtió en un referente alrededor de la investigación agropecuaria. A partir de entonces es vista como una autoridad académica y científica en la materia, “no solo del Valle, sino del país”, advierte Sigifredo Valencia, vicerrector de la UN con sede en Palmira. El profesor Valencia saca pecho para exponer el abanico de bondades que esa alma mater le ha significado a la región y al país con sus estudios e investigaciones en la diversificación agrícola. Reconoce que buena parte de esos logros han contado con la participación y colaboración mutua de otras entidades de prestigio tanto públicas y privadas, como el Instituto Colombiano de Agricultura (ICA), Corpoica, el Ciat y hasta Cenicaña. El desarrollo agrícola del Valle del Cauca es uno de los frutos de la perseverancia científica y en especial la contribución

3,5 HECTÁREAS de tierra componen el Centro Experimental de la Universidad Nacional.

que se hizo a la industria azucarera del departamento. Pero realmente ¿cuáles son los aportes de esa sede al sector agrícola y agropecuario del país? Esa pregunta tiene una respuesta concreta: la liberación de semillas para uso del campesinado colombiano y el mejoramiento de razas y tecnificación de un banco genético para el sector ganadero, pecuario y porcino. Por ejemplo, en la UN Palmira se llevaron a cabo estudios que permitieron la identifica-

ción de semillas para hortalizas y verduras. De ahí surgieron variedades que hoy usan los campesinos colombianos para el cultivo de tomate, zapallo, habichuela, pimentón, cilantro, entre otros productos. Y en materia ganadera se creó el banco genético para el ganado hartón del Valle, así como el mejoramiento porcino y la identificación de especies de gallinas del Pacífico colombiano. Para lograr todo ello, la sede cuenta con tres centros de in-


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vestigación y un instituto en el que desarrollan todas sus prácticas, y aplica los conocimientos académicos que sirven de soporte para programas de extensión con otras entidades, productores y empresarios. En ese ramillete se encuentra la reserva natural forestal conocida como el Bosque de Yotoco, localizada entre Media Canoa y el Calima Darién, en el Valle. Se trata de una reserva de 559 hectáreas que se usa como centro de investigación. Entre

Muchos campesinos utilizan semillas de la UN para sus cultivos.

las especies que allí se conservan aparece el mono aullador, la pava caucana y la rana rubí, todas en vía de extinción. La otra fortaleza es el Centro Experimental de la Universidad Nacional de Colombia (Ceunp), que tiene 3,5 hectáreas de tierra dedicadas a la investigación agropecuaria. Ofrece asesorías a los técnicos profesionales y productores agrícolas y pecuarios en semillas de hortalizas. También se destaca el laboratorio agropecuario Mario González Aranda, que es un centro experimental de producción animal creado desde 1976 como la Granja de Zootecnia. Allí se dictan clases y se realizan prácticas docentes y actividades de campo en producción de forrajes y conservación de flora y fauna. Cierra la cadena de investigación el Instituto de Estudios Ambientales (Idea), que cuenta con una trayectoria de 19 años en estudios de impacto y gestión ambiental, recursos sólidos, hídricos, agroecología, ecodiseño de sistemas de información geográfica. Además, la sede Palmira de la UN cuenta con un herbario que reúne 20.000 ejemplares colectados desde 1920 por el español Josep Cuatrecasas y Arumí. Dichas colecciones no solo tienen un valor científico, sino que además son patrimonio cultural del país. Y en ese mismo sentido aparece el único museo de su especie en todo el suroeste colombiano y el segundo a nivel nacional

después del museo del Agustín Codazzi. Se trata del museo de suelos Ciro Molina Garcés, que reúne 20 perfiles de terrenos, sumados a una colección de minerales entre los que figuran rocas clasificadas en ígneas, metamórficas y sedimentarias; y 288 minerales entre diamantes, cuarzos, ágata, jásper y grato. La realidad es que existen razones de peso para entender el prestigio agrícola que abriga a la sede Palmira de la UN. Otra manera de mostrar el buen momento de esa institución son sus cifras académicas, ya que en la actualidad atiende a 3.116 estudiantes, de los cuales 2.727 son de pregrado y los restantes 389, de posgrado. Esa sede universitaria nació con dos facultades: Ciencias Agropecuarias e Ingeniería y Administración. Sumado a ello, cuenta con un abanico de siete programas de pregrado que van desde Ingeniería Agrónoma, Agrícola, Ambiental, Agroindustrial, Zootecnia, Diseño Industrial y Administración de Empresas. Además, ofrecen dos doctorados, seis maestrías y dos especializaciones. En esa sede laboran 300 personas; la parte administrativa requiere de 191 trabajadores y en la docente hay 109 profesores, de los cuales el 68 por ciento de ellos cuenta con doctorado. Su presupuesto anual de gastos es de 43.500 millones de pesos y otros 1.000 millones de pesos que se dedican exclusivamente a temas de investigación. Por todo ello, la sede Palmira de la UN, más allá de ser un centro de educación superior, se convirtió en la ‘finca’ donde se cultiva la ciencia para cosechar el conocimiento, que le dará al país y a la humanidad la tranquilidad para explorar y explotar la tierra y así producir sus propios alimentos, pero de manera sostenible.


Manizales Sede

La Facultad de Ingeniería, fundada en 1948, sería la primera piedra para la sede en esta región. Hoy cuenta con una estructura que facilita el trabajo de investigación y una infraestructura de vanguardia. En este lugar se vive y se trabaja en pro de modernidad y actualidad tecnológica.

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Archivo prensa UNmedios

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Programa de Admisión Especial (Paes)

Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama)

LA NUBIA Es el campus más grande de la sede. Allí se encuentran las ingenierías, el parque de innovación empresarial, la Biblioteca Carlos Enrique Ruiz, el Instituto de Biotecnología y Agroindustria y los modernos edificios Bloque L y W.

EL CABLE En la antigua estación de El Cable, se consolidaron estas instalaciones en las que funciona la Escuela de Arquitectura y Urbanismo. Este lugar fue declarado bien de interés cultural en agosto de 1996.

PALOGRANDE Está toda la estructura administrativa, académica y financiera de la sede con sus tres decanaturas. Cuenta con el Museo Interactivo Samoga, el laboratorio de hidráulica, además de aulas de clase, entre otros.

SAMOGA En 2000 comenzó la obra del Museo Interactivo de Ciencia, Juego y Tecnología, único en la región. Módulos sobre energía, luz e hidráulica permiten explorar el mundo científico.


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Echada pa’lante En 30 años, la sede de Manizales ha puesto en marcha un programa de emprendimiento e innovación que no tiene nada que envidiarles a las propuestas sobre el tema en los grandes centros urbanos de Bogotá y Medellín.

E

ntre 1989 y 1993 comienza en la sede Manizales lo que más tarde sería el desarrollo del emprendimiento. El soporte conceptual estuvo en el programa de Administración de Empresas, en especial de los profesores Nelson Mejía Gómez y José Fernando Echeverri. Para 1991 asumí como director del laboratorio empresarial. Decidimos formular un proyecto al Consejo Directivo de sede, un plan que permitiese incentivar el espíritu empresarial de los estudiantes y fortalecer el laboratorio empresarial. Ese proyecto tenía varias dimensiones: crear un banco de proyectos empresariales; generar desarrollos o aplicar los existentes a la comprensión de fenómenos empresariales; acompañar y asesorar a profesores y estudiantes en tecnologías de diagnóstico empresarial; propender por el emprendimiento; brindar acompañamiento y asesoría empresarial a microempresarios en diferentes áreas de la administración, mercadeo y ventas, producción, finanzas, contabilidad, derecho comercial y laboral, dando origen al Consultorio Administrativo. Desde este consultorio se decidió no solo brindar acompañamiento y asesoría empresarial, sino también aportar a la extensión o proyección de la sede a la sociedad, en especial a las personas que te-

Germán Albeiro Castaño Duque

Vicerrector de la sede Manizales

nían alguna idea empresarial o algún pequeño negocio que necesitara formarse. Lo importante era contar con ese espíritu emprendedor. Es en ese momento cuando se creó el Equipo para el Desarrollo de la Capacidad Empresarial (Edece), que brindaría estrategias de formación a microempresarios de la región y estudiantes de la Universidad. Ese fue el primer proyecto de extensión solidaria que tuvo la Facultad de Ciencia y Administración de la sede de Manizales, donde se han formado centenares de personas que tienen la vocación empresarial. En el año 2005, la Universidad, junto con la Cámara de Co-

EN 2005 SURGE EL PEI, EN DONDE SE CONECTA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA-APLICADA Y EL EMPRENDIMIENTO

mercio, fundó la red de Consultorios de Caldas, que integraba otros consultorios de la ciudad y de otras instituciones, que de alguna manera apoyaban a los empresarios. En este mismo año, se gestó una iniciativa que se enfocaba en sacar adelante los proyectos de emprendimiento de los estudiantes, desarrollados en el consultorio. La idea era encontrar un proyecto estratégico que pudiera fomentar y potenciar el trabajo que ya

se había hecho hasta ese momento. Así surgió el Parque de Innovación Empresarial (PIE) de la sede Manizales con la meta de convertirse en un parque científico y tecnológico, similar al de las universidades internacionales en donde se conecta la investigación científica-aplicada y el emprendimiento, para propiciar nuevas compañías. La Universidad se orientó a la incubación empresarial, dado que los estudiantes tenían conocimientos de sobra sobre planes de negocio, pero necesitaban un espacio donde pudieran cristalizar sus ideas. En cuanto a la incubación de compañías, el PIE realiza el acompañamiento empresarial para la apertura del negocio, brinda el espacio físico donde los emprendedores pueden cerrar sus negocios y desarrollar su empresa, y asesora a los emprendedores para el crecimiento del negocio, que implica, entre otras cosas, la consecución de clientes y nuevos mercados. Con el Consultorio Administrativo, encargado de la pre-


Cortesía Sede Manizales

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incubación de proyectos, y con el Parque de Innovación Empresarial, adscrito a la Vicerrectoría de sede, la Universidad se convirtió en una potencia regional en emprendimiento. Pero para fortalecer a la institución en este tema, en 2012, bajo esta Vicerrectoría, se articularon el consultorio y PIE para buscar las complementariedades y para implementar el Modelo de Emprendimiento de la sede, proyecto que buscaba articular todo lo que se hacía en emprendimiento e innovación. La base de dicho modelo es el Consultorio Administrativo, dedicado básicamente a sensibilizar, formar y hacer acompañamiento empresarial, mediante programas, proyectos, cátedras electivas, y dirigidos a estudiantes, grupos de investigación, egresados y emprendedores en general. Cuando los emprendedores pasan por todo ese proceso, ingresan al PIE, que se dedica a temas especializados como la aceleración, incubación y análisis de las fuentes de financiación.

El Modelo de Emprendimiento ha comenzado a tejer relaciones regionales e internacionales. Hace parte de la Red Regional de Emprendimiento de Caldas y del ecosistema de emprendimiento de Manizales, llamado Manizales Más. En 2012, el Consultorio Administrativo se vinculó a la Red Iberoamericana de Emprendimiento, Tecnología e Innovación, donde 22 universidades aliadas trabajan estos temas desde la investigación y la práctica. Por su parte, el PIE pertenece a las Alianzas para la Innovación, la Red Latinoamericana de Parques Tecnológicos y Emprendedores Anónimos. En la actualidad, la sede Manizales, junto con la Universidad de Antioquia, representa al país en la Red Universitaria Iberoamericana de Incubación de Empresas que Fomenta el Emprendimiento Universitario (Redemprendia). El posicionamiento del emprendimiento universitario en la sede la ha convertido en centro de varios encuentros e

La sede de Manizales tiene modernos laboratorios para que los jóvenes emprendedores puedan desarrollar sus ideas de negocio.

SIETE EMPRESAS, creadas en la sede, cuentan con galardones en áreas de innovación, negocios sociales y tecnología.

iniciativas locales, nacionales e internacionales, como realizar la reunión del comité técnico de Redemprendia, abril de 2017, y el Rally de Emprendimiento y la Innovación. En los últimos 5 años tenemos un total de 73 proyectos de emprendimiento, con tasas de deserción inferiores al 20 por ciento, un gran logro si se tiene en cuenta que el promedio de deserción en Colombia es cercano al 80 por ciento. Junto con el Consultorio Administrativo de la sede, beneficiamos a más de 200 talentos emprendedores de la Universidad al año, que van desde la orientación y formación hasta la asesoría especializada. Contamos con 7 empresas galardonadas en áreas de innovación, negocios sociales, tecnología y competitividad, tales como Celbit, Maquiempanadas, Panachlor, DinámicoLab, Pasteliarte, Codyd, TRU Digital Media. Participamos en 3 ocasiones en la Feria Internacional de Bogotá, donde hemos sido la única universidad del país que hace presencia con nuestros emprendedores. Además, con nuestro trabajo contamos hoy con tres clústeres consolidados: empresas de la construcción, desarrollo de tecnología y pensamiento sostenible. Hacemos presencia en los municipios de Caldas, llevando conocimiento de punta en emprendimiento, a través de cursos rápidos y diplomados. Acompañamos el futuro emprendedor de la ciudad a través de formación con el programa Niños Líderes Emprendedores. Somos cultura de innovación en la ciudad, es por ello que acompañamos nuestros emprendedores en los programas StartUp Más, Empresas de Alto Potencial (EAP), AddVenture Más, Apps.Co, Ventures y Fondo Emprender.


48 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Enfrentar el peligro En gestión del riesgo y adaptación al cambio climático, la UN ha sido el alma técnica de la toma de decisiones de Manizales y ejemplo para otras más.

M

anizales, con la asistencia técnica de la Universidad Nacional de Colombia y el respaldo y la experticia profesional del Instituto de Estudios Ambientales (Idea) de la sede en la ciudad, ha logrado posicionarse como un referente nacional e internacional, cuando se habla de resiliencia urbana. Esa “resiliencia” o capacidad de la ciudad para absorber y anticiparse a eventos severos con las menores consecuencias posibles, ha hecho de la capital de Caldas un ejemplo de lo que debe ser una ciudad frente a los desastres. Este proceso de prevención, adecuación y adaptación de muchas décadas, en el cual la UN ha jugado un papel fundamental y protagónico en la gestión del conocimiento, ha sido de interés de especialistas internacionales en los últimos 20 años, debido a que la gestión del riesgo, en muchas partes del mundo, es la gran ausente al planear el desarrollo. Además, no ha sido, justamente, una política ineludible, como cualquiera lo podría pensar, en los procesos

Omar Darío Cardona A. IC Ph.D

Profesor Asociado Instituto de Estudios Ambientales (Idea), Manizales

LA RESILIENCIA ha hecho de la capital de Caldas un ejemplo de lo que debe ser una ciudad frente a los desastres.

de transformación y búsqueda de sostenibilidad, a pesar de ser obvia para cualquier analista o planificador urbano. El conocimiento científico, técnico y social para intervenir amenazas naturales o reducir la vulnerabilidad de la población y sus bienes frente a deslizamientos, inundaciones de alta montaña,

erupciones volcánicas y terremotos ha sido fundamental en Manizales para tomar decisiones. Sobre todo si se conocen las condiciones de incertidumbre a las que está sometida la población. En los últimos años la UN, sede Manizales, ha desarrollado y actualizado la forma


Carlos Pineda

SESQUICENTENARIO 1867-2017 | 49

Los científicos del Idea han realizado la geomecánica de las laderas de Manizales, como las del barrio Chipre, para determinar la inestabilidad de los terrenos.

como se deben incorporar las amenazas, el riesgo y la gestión del riesgo en el plan de desarrollo de la ciudad, en el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca (Pomca) del río Chinchiná y en su plan de ordenamiento territorial (POT); este último recientemente aprobado y considerado como ejemplo nacional por su innovación y enfoque frente al riesgo y la adaptación al cambio climático. De igual forma, Manizales actualizó la estrategia de respuesta a emergencias, el plan municipal de gestión del riesgo, la microzonificación sísmica y los mapas asociados con investigación geotécnica e hidrológica de la ciudad. De igual forma se amplió el monitoreo hidrometeorológico y sísmico, con un mayor número de estaciones automáticas conectadas en tiempo real, para mejorar los sistemas de alerta y la respuesta de la ciudad en caso de desastre. Con el apoyo de la UN, Manizales revisó el programa de seguro colectivo de desastres para ampliar su cobertura sin costo para los estratos socioeconómicos más pobres. Y actualizó la estimación holística del riesgo de la ciudad, considerando aspectos ambientales, sociales y económicos. Así mismo, promovió la información pública en el tema y la educación. Todas estas actividades se llevaron a cabo con el apoyo de Corpocaldas, en el marco del proyecto Gestión Integral del Riesgo de Desastres de Manizales (GIRD-M), liderado por la UN, desde el Idea y la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, entre 2012 y 2015, con recursos de la

sobretasa ambiental para la gestión del riesgo, aprobada por el Concejo Municipal en 2009 y prorrogada en 2017. Todo ello, para mantenerse a la vanguardia y con el compromiso de buscar recursos para avanzar en nuevas investigaciones y ampliar y consolidar sus sistemas de monitoreo, pronóstico, alerta con tecnologías de punta, modelos analíticos a nivel del estado del arte y con el trabajo comunitario para elevar su efectividad. En Manizales se ha podido demostrar que la gestión del

buenas prácticas y seguir siendo, con el apoyo de la UN, un ejemplo para otras ciudades y países con problemas de riesgo similares. De la teoría a la puesta en práctica siempre ha existido una gran brecha en el tema de la gestión del riesgo, al punto de que en muchos lugares del mundo se considera que esta no es viable. Manizales ha sido un buen laboratorio para señalar que los objetivos son factibles, y que la academia puede jugar un papel protagónico cuando la política pública se fundamenta en sus aportes conceptuales y en sus contribuciones técnicas. Así lo LAS INVESTIGACIONES demuestran los DEL IDEA HAN SIDO avances en la FUNDAMENTALES PARA ciudad. MEJORAR LOS POT DE LA Las vidas que se salvaron en CIUDAD MANIZALITA Manizales durante los episodios de lluvias extremas que generaron riesgo solo es posible si se deslizamientos generalizados logra la convergencia entre el en toda la ciudad, a mediados trabajo técnico y científico, de abril de este año, muestra la voluntad políticoel esfuerzo notable y el administrativa, y la aceptación reconocimiento de que los de la comunidad. En la desastres son riesgos que se ciudad el fortalecimiento de pueden manejar. Además, la ciencia y la tecnología, marcan el reto de lograr seguir unido a la difusión del avanzando y de no bajar la conocimiento, el respeto por guardia, pues la ciudad no el ambiente y las condiciones está blindada ni es inmune y geográficas, topográficas y tiene sitios con altos niveles climáticas del municipio y al de vulnerabilidad y riesgo. trabajo interdisciplinario e Este desafío implica no intersectorial han contribuido solo continuar con el esfuerzo a mejorar la calidad de vida, interinstitucional, sino que se reducir la vulnerabilidad de debe contar con el decidido las comunidades e impulsar el apoyo del gobierno nacional desarrollo económico y social y de las entidades que deben del municipio. acompañar a Corpocaldas, la Con el objetivo de administración municipal y a la maximizar el desempeño y UN en el empeño de lograr que la efectividad de la gestión Manizales se mantenga como el del riesgo, Manizales tiene ejemplo de lo que debe ser una el desafío de consolidar las ciudad resiliente.


CARIBE

La sede Caribe, ubicada en San Andrés, respeta el modelo de arquitectura isleña. Debido a la escasez de agua dulce, su diseño aprovecha al máximo el agua lluvia mediante un sistema de recolección y tratamiento de aguas residuales. Creada en 1997, cuenta con el Jardín Botánico y con el Instituto de Estudios Caribeños.

s a r e t n o fr e d

Sedes

Archivo prensa UNmedios

AMAZONAS (Foto)

Si bien la Universidad Nacional instaló en 1989 la Estación Científica de Leticia, como espacio para la investigación, solo en 1994 se estableció como sede. Las edificaciones se inspiran en las malocas indígenas, con cubiertas inclinadas y amplios espacios interiores y de ventilación. Para construirla se utilizó madera de la región como palos de sangre y astillas de achapó. Actualmente, allí funciona el Instituto Amazónico de Investigaciones (Imani).


TUMACO

Aunque la creación institucional de esta sede se remonta a 1997, solo desde 2008 comenzó a tener vida propia con el Instituto de Estudios del Pacífico y es sede de los primeros cursos de Peama. Hoy, la Universidad ha culminado la compra de los predios y hay avances importantes en la construcción de edificios.

ORINOQUIA

Creada en 1996, la sede de Arauca convive con la vegetación nativa, en la que se adecuaron instalaciones ya existentes para oficinas y centros deportivos. Su presencia influye en el desarrollo económico, político y social de la región.


León Darío Peláez / Semana

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“La UN debe tener un patrimonio propio” volumen de esa revista hay una magnífica monografía sobre las fronteras colombianas con Brasil; eso data de 1868. También en los Anales hay artículos sobre el cultivo de la papa, la geografía, la naturaleza de los Llanos Orientales… La Universidad, desde su origen, se ocupó del país. Esa tradición se debe continuar. La Nacional debe proyectarse al país, no como una universidad más, sino como la Universidad del Estado, que sirve a la nación y que es incluyente para todos los colombianos. Tiene que ser de excelencia, pero no basta con eso. Mi rectoría se guio por ese ideal. ¿Cómo así? G.P.R.: Para el momento en que ocupé la rectoría, mi antecesor, Antanas Mockus, ya había propuesto una importante reforma académica que debíamos continuar y así lo hicimos. Pero Colombia y la Universidad pasaban por una crisis de grandes proporciones, apenas había asumido el cargo cuando asesinaron a un profesor y a un

El exrector Guillermo Páramo Rocha habla de la reforma que adelantó para llevar la UN a las fronteras, sobre otras batallas que debió dar y sobre el futuro de la institución. ¿Por qué la Universidad es Nacional? Guillermo Páramo Rocha: Porque surgió con ese carácter. Hay unos antecedentes: nació como la Universidad Central, fundada por Santander, pero las guerras civiles impidieron su desarrollo. Nuestra actual alma mater también es heredera de la Comisión Corográfica, que tenía la misión de hacer el primer reconocimiento sistemático y científico del territorio de Colombia. Durante la Colonia se había hecho la Expedición Botánica, pero la gran novedad de la Comisión Corográfica consistió en conocer a la gente y al territorio de un país independiente. La comisión hizo levantamientos estadísticos y cartográficos de las poblaciones, describió su modo de vida y a sus habitantes. Con ella aparecieron los primeros retratos de los hombres y mujeres colombianos. En esa comisión participó quien sería el primer rector de la Universidad Nacional, Manuel Ancízar. ¿Cómo continuó esa tradición de la comisión? G.P.R.: Apenas fue fundada la Nacional, en sus Anales se comenzaron a publicar los primeros artículos sobre Colombia; en el primer


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estudiante en la sede Medellín. El país estaba profundamente di- dían equivaler a investigaciones que en otras vidido, el gobierno no tenía control del territorio y las masacres partes conducen a títulos de posgrado. Ese tray asesinatos eran de todos los días. El país parecía estar desinte- tamiento era injusto con el graduado y le restagrándose y eso tenía que preocuparnos como institución, debía- ba posibilidades de competir. Además de varios mos servir para que se recuperara la integridad del país. Hasta posgrados se crearon la cátedra Manuel Ancízar ese momento la Nacional había tenido una presencia andina con y la programadora de televisión. sus sedes, y creímos que la mejor manera para mantener la uni- Desde su experiencia, ¿cómo debería financiarse dad de los colombianos era hacerse presente en las fronteras, co- la Universidad? nocer esas regiones estratégicas, pero en G.P.R.: Siempre he penconflicto y abandonadas, y darle la posisado que la Nacional, a “LA UN DEBE PROYECTARSE más de luchar por un bilidad a la gente del Pacífico, del Amazonas, del Caribe, de la Orinoquia, de forpresupuesto, debiera AL PAÍS, NO COMO UNA marse y servir a su gente y a su país. Si los tratar de conseguir un MÁS, SINO COMO LA laboratorios están mal distribuidos en el patrimonio que le proUNIVERSIDAD DEL ESTADO, du zca rent a. Muchas mundo, los cerebros no. QUE SIRVE A LA NACIÓN Y ¿Cómo fue la implementación de esa reforma? universidades norteaG.P.R.: Para comenzar, la idea de sedes de mericanas y aún latinoaQUE ES INCLU YENTE” frontera no surgió de la nada ni fue una mericanas son lo que son iluminación divina. Tuvo varios antecegracias a su patrimonio. dentes. Cuando llegué a la rectoría, la UniEso le daría una mayor versidad ya tenía una estación en Leticia. Allí había dos investiga- seguridad. En Colombia, cuando se creó la Nadores trabajando en medio de la selva. Por esos días me llamaron cional hubo una ley que le dio 30.000 hectáreas, del Ministerio de Educación porque tenían conocimiento de que pero que nunca se aplicó. Cuando yo estuve en la un pastor extranjero quería crear una institución en San Andrés, rectoría logramos que, por primera vez, la Unientonces, con el viceministro, el doctor Antonio Lizarazo, viaja- versidad recibiera de la Nación unas fincas que mos a la isla y nos dimos cuenta de que no se trataba de un pas- fueron asignadas a la sede de Medellín. tor extranjero, sino de un sanandresano que quería hacer que la ¿Por qué la falta de interés del gobierno por asegurar educación superior fuera accesible a los sanandresanos. Supimos económicamente a la Universidad? que no debíamos oponernos a ese proyecto, sino fundar allí una G.P.R.: Voy a decir algo que quizás no guste, pero sede de la Nacional. Para la Universidad no fue una tarea fácil, durante mucho tiempo gente en el gobierno, al no teníamos nada en las islas. Debimos luchar mucho para conse- ver que la Universidad se había convertido en guir un terreno, hasta que finalmente lo conseguimos y logramos, su crítica, pensó que lo mejor era convertirla en con la ayuda de los habitantes y del gobierno, construir la sede. ‘gueto’ y dejarla abandonada a su suerte. Noso¿Si se cubrieron todos los extremos de la geografía nacional, por qué tros tuvimos que luchar, no solo contra la falta no se fundó una sede en La Guajira? de presupuesto, sino también contra los delinG.P.R.: Nosotros intentamos la creación de una sede en la penínsu- cuentes que habían invadido el campus. Creo que la. Hasta adelantamos gestiones para que la Universidad de La Gua- la Nacional ha sobrevivido gracias a que un projira se convirtiera en sede de la Nacional. Yo siempre creí que tenía- fesorado y un estudiantado extraordinariamente mos que hacer presencia en un departamento que es estratégico para valiosos lucharon para no dejarla morir. Fue tan el país, pero también misérrimo y unido al país por dos carreteritas. buena esa labor que, incluso, comparándola con Después de mi retiro esa idea no prosperó. De hecho, se podría de- otras universidades públicas de América Latina, cir que, a pesar del esfuerzo de los profesores, todo el proyecto de la Nacional de Colombia ha salido muy bien lilas sedes languideció hasta que las rectorías de los doctores Wasser- brada de sus años de crisis. man y Mantilla le volvieron a dar importancia. Ya vemos funcionan- ¿Cómo ve el futuro de la Nacional? do muy bien la sede de Tumaco, que había quedado aprobaba cuan- G.P.R.: Con optimismo, entre otras cosas por el do me retiré. nuevo contexto político y social. A pesar de las Pero la misión de las sedes va más allá de educar a la gente de la enormes dificultades, la Nacional ha encontrado región porque eso sonaría muy colonialista… y mantenido su camino. Ahora creo que debe volG.P.R.: Por supuesto, la misión de la Nacional y de sus profesores e verse más internacional, tiene que ir a China, Ininvestigadores es aprender de todas las culturas que componen el dia, Japón, al África. Tiene que aumentar los propaís. La idea de las sedes de frontera es que las comunidades sean gramas de cooperación con otros países y traer sus dueñas, como ocurre con las de Medellín o Palmira. estudiantes de todas las latitudes; para comenAdemás de enfocarse en la presencia de la Nacional en el territorio zar, de los países vecinos. La Nacional es un pacolombiano, ¿qué otras iniciativas hicieron parte de su gestión como rector? trimonio de Colombia y tiene una historia muy G.P.R.: Intenté fortalecer los posgrados. La Universidad siempre importante; representa un legado y un presentuvo conciencia de que sus tesis de pregrado perfectamente po- te. Colombia necesita la Universidad Nacional.


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Con sabor Caribe La sede de San Andrés permitió que la UN pudiera reunir programas, institutos e investigaciones sobre el Caribe, así como crear una nueva relación del país como esta región.

E

l 30 de enero de 2017 se inició la celebración de los 20 años de la sede Caribe de la Universidad Nacional de Colombia, en el marco de la conmemoración del sesquicentenario de la Universidad. Esta sede fue creada por el Consejo Superior Universitario como un esfuerzo institucional con recursos propios, por lograr una presencia en los territorios más olvidados y alejados del centro del país, consolidando aún más su carácter nacional. La sede Caribe cuenta con infraestructura propia en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Inicialmente, en la isla de San Andrés, se creó el Instituto de Estudios Caribeños, primer instituto en Colombia para investigar el Caribe interdisciplinariamente. Luego, en 1997 con la creación de la sede Caribe, se sumaron la investigación, la formación y la extensión, completando así las tareas misionales de la Universidad. Surgió de propuestas y de estudios de varios de los profesores y rectores como Antanas Mockus y Guillermo Páramo, quienes atendieron las solicitudes y las necesidades de las comunidades locales. Después, rectores como Víctor Manuel

Adriana Santos Martínez

Directora de la sede Caribe

LA SEDE TIENE amplia producción científica, con más de 60 libros, 23 ediciones de ‘Cuadernos del Caribe’, artículos y más de 500 tesis de pregrado y posgrado.

Moncayo, Moises Wasserman y en los últimos años, el rector Ignacio Mantilla Prada, apoyaron la consolidación de las tres unidades académicas básicas: El Instituto de Estudios Caribeños y El Jardín Botánico en San Andrés, y el Instituto de Estudios de Ciencias del Mar (Cecimar), en Santa Marta. Con estas unidades se han alcanzado grandes logros y se han fortalecido las capacidades científicas, académicas y sociales de una región con complejidades y limitaciones, pero con territorios de la mayor potencialidad e importancia estratégica para el país, dada su condición transfronteriza. En estos 20 años se puede afirmar, con orgullo, que los derroteros trazados desde un comienzo se han venido cristalizando y cumpliendo a cabalidad. La tarea asignada y repotenciada por el equipo de trabajo plenamente comprometido, las entidades, la comunidad raizal e isleña, permiten una vez más rendir cuentas a la sociedad y presentar un balance muy positivo. La construcción de la infraestructura en San Andrés, en 1998, estuvo a cargo del primer director de sede y arquitecto, Santiago Moreno.

Paralelamente se iniciaron las actividades de investigación, y se conformaron dos grupos: Estudios Ambientales del Caribe y Estado y Sociedad del Caribe. Luego, con la incorporación del Cecimar a la sede en el año 2008, antes de la sede Bogotá, se integró el tercer Grupo Fauna Marina de Colombia, biodiversidad y usos, y en los últimos años el cuarto grupo Nación, Región y Relaciones Internacionales en el Caribe y América Latina. En este tiempo surge una amplia producción científica: publicación de 60 libros, 23 ediciones de la revista Cuadernos del Caribe, cerca de 80 capítulos de libro, más de 200 artículos en revistas indexadas nacionales como internacionales, y se han hecho más de 600 presentaciones entre ponencias y conferencias. De igual forma, más de 250 tesis o trabajos de posgrado y 265 trabajos de grado de pregrado, hacen parte de este balance. Esta producción en su gran mayoría es pionera y se ha logrado principalmente con los recursos asignados por la Universidad. Además, se constituye en una contribución de primer orden en la región y da cuentas de una de las sedes con la mejor capacidad y producción, al abordar


Fotos: Archivo Prensa UNmedios / Sede San Andrés

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áreas de ciencias del mar, biodiversidad, manglares, algas y pastos marinos, arrecifes coralinos, pesca, contaminación, genética, geohistoria, arquitectura isleña, literatura, lenguas criollas y educación, estudios de mujer y género, relaciones internacionales, economía, turismo o recuperación de memoria entre otros. La formación de talento humano, al más alto nivel, también han sido una prioridad. Desde el año 2000 se han abierto 14 programas de posgrado, que han permitido entregar al país cerca de 217 profesionales, entre especialistas, magister y un recién graduado, el primer doctor en Ciencias-Biología Marina. La Maestría en Estudios del Caribe ha sido uno de los programas bandera, creado en la sede. Cuenta con 41 graduados y se ha abierto en San Andrés, Cartagena y Valledupar, y próximamente en Santa Marta, así como en la sede Bogotá. Otros posgrados se han ofrecido en convenios con las sedes Bogotá, Medellín y Manizales, como: Maestrías en Medio Ambiente y Desarrollo, Enseñanza de las Ciencias, Administración y Especializaciones en Derecho en sus diferentes ramas, Análisis de Redes y Datos y varias del área administrativa.

La sede Caribe está junto al Jardín Botánico de San Andrés, creado y protegido por la UN en beneficio de todos los sanandresanos.

En la actualidad, hay 49 programas, en el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), en el cual los admitidos cursan en la sede dos semestres, luego continúan en una de las sedes andinas, con la posibilidad de retornar y finalizar el ciclo de formación en la sede Caribe. Hasta el momento se han presentado más de 2.332 jóvenes isleños a la Universidad Nacional, de los cuales 195 jóvenes isleños están en movilidad académica y 13 son graduados.

DE LA SEDE HACEN PARTE EL INSTITUTO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS ASÍ COMO EL CECIMAR DE SANTA MARTA Otra tarea importante es la extensión, cuyo propósito ha sido lograr la apropiación social del conocimiento, que se trabaja de la mano con la comunidad raizal, colegios, instituciones privadas, el gobierno. Las estrategias académicas, lúdicas y culturales incluyen conferencias, talleres, cursos, asesorías, exposiciones itinerantes y mu-

seológicas, juegos en ciencia y tecnología. En estas dos décadas se han realizado más de 365 actividades. Se debe hacer una mención especial a las actividades ambientales del Jardín Botánico, que iniciaron con la propuesta académica de su gestor y primer director, el profesor Petter Lowy. También la Universidad ha jugado un papel importante en la articulación del conocimiento y del país con el Gran Caribe, gracias a diferentes actividades como el Congreso Internacional de Estudios Caribeños, Simposio de Historia, Seminario de problemas contemporáneos del Caribe, Seminario de Ciencias del Mar, y más recientemente, el Observatorio de Procesos Sociales. Precisamente, el reto es mantener el compromiso de la Universidad con la región Caribe insular y continental. Vamos a continuar nuestra labor de educación superior con calidad y excelencia, en el marco de los principios y valores éticos, impulsando el conocimiento interdisciplinario, con especial énfasis en las ciencias del mar y humanas, en todas sus formas y niveles de formación, que permitan incorporar la dimensión Caribe a la Nación.


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Flores entre el cielo y el mar En San Andrés, la Universidad tiene el único jardín botánico de la reserva Seaflower, un patrimonio para los habitantes y para el país.

D

Archivo UNmedios

espués de que la Universidad Nacional adquirió los predios para levantar su sede en San Andrés, decidió formar el primer jardín botánico insular de Colombia, con el que empezó a proteger, para bien de los isleños y del país, la vegetación presente en el archipiélago. Además, ha recuperado el conocimiento sobre la flora y sus usos. Los profesores Petter David Lowy Cerón y Santiago Moreno González, quien además realizó los diseños arquitectónicos, idearon y construyeron este proyecto. De esta forma, el 24 de abril de 2008 destacadas personalidades del orden internacional, regional y local inauguraron el jardín botánico, y des-

Petter David Lowy

Profesor Asociado Departamento de Biología

Más de 20.000 ejemplares de plantas sembradas componen este jardín.

de entonces han pasado por este espacio cerca de 40.000 personas entre estudiantes de colegio, residentes y turistas. El jardín botánico de la UN es uno de los pocos en el mundo dentro de una reserva de biosfera, conocida por la Unesco como Seaflower. Localizado en el sector denominado Harmony Hall Hill, sobre la vía que de allí conduce a San Luis, el jardín es un lugar para la recreación, la investigación y la educación ambiental en medio del mar Caribe colombiano. La Universidad tiene allí espacios para el apoyo a la investigación, formación y extensión universitaria a través de unidades como un herbario con una colección de plantas del archipiélago y un laboratorio de microscopia. También se adelantan trabajos en temas como la botánica, la dinámica de la vegetación insular, las especies vegetales promisorias, la flora costera, la reforestación urbana, los fósiles, la educación ambiental, la entomo-

fauna asociada a la vegetación, el sistema de información geográfica y el rescate de flora amenazada o en peligro de extinción local. Una de las tareas importantes del jardín es completar el inventario de la biodiversidad vegetal del archipiélago. En algunos de los trabajos realizados se han encontrado nuevos registros de plantas para Colombia y se trabaja en el inventario de la fauna en todo su contexto. Actualmente cuenta con más de 20.000 ejemplares de plantas sembradas en su interior, que corresponde a más de 400 especies tanto del archipiélago como de otras regiones. El jardín botánico apoya el manejo sostenible de sus recursos naturales, desarrolla programas de investigación permanente para estudiar la flora y la fauna asociada (ecología, taxonomía, sistemática, fisiología, patología, etnobiología, control biológico, manejo integrado de plagas y mejoramiento genético entre otros.) y de educación sobre temas ambientales que incluyen conferencias, visitas guiadas, cursos, talleres, foros y seminarios, para brindar tanto a la comunidad isleña como a los visitantes una oferta turística alternativa, un espacio para la recreación, en el cual se desarrollan programas lúdicos, representaciones artísticas, exposiciones, concursos, entre otros.



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Educación contra el colonialismo La sede de Amazonia, en Leticia, hace investigación en esta zona y trabaja en formar talento local capaz de crear un conocimiento independiente del interior del país.

L

a Constitución de 1991 dejó abierto un dilema casi irresoluble: un menú amplio de derechos sociales frente a una visión neoliberal de la relación entre Estado y economía. Sobre los problemas del catálogo de derechos mucho se ha escrito, como un avance para las versiones idealistas y como un Estado permanentemente fracasado para los realistas. Estas posturas no son de izquierda ni de derecha exclusivamente. Existen en ambos bandos de una distinción casi colapsada. Esta contradicción hace difícil comprender lo que ha pasado con uno de los aspectos asociados a los derechos ampliados: la descentralización y el establecimiento de nuevos departamentos antes considerados ‘territorios nacionales’ para tratar de dejar atrás el colonialismo interno. Se propuso a quienes vivían en esas nuevas regiones aspiraciones difíciles de cumplir. Y la gente tampoco estaba preparada para asumirlas. A fuerza de golpes, corrupción rampante y destitución permanente de mandatarios locales y departamentales, los nuevos departamentos han vivido las vicisitudes del costo de la implantación de una buena idea. Como se suele decir: “El camino hacia el infierno está pavimentado con buenas intenciones”. A lo cual solo se puede responder:

Germán Palacio Castañeda

Ph. D. en Historia Profesor titular, Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia

EL INSTITUTO IMANI ha sido el corazón de las actividades de la UN en la Amazonia.

no tenemos más remedio que “hacer camino al andar”. Tratando de aportar a la construcción de ese camino, Guillermo Páramo, entonces rector de la Universidad Nacional, asumió la responsabilidad de elaborar el borrador del documento Conpes de 1995, con el que se sentaron las bases de política nacional para que la Universidad se animara a crear sedes en las fronteras, para que los departamentos y regiones se integraran más con el resto del país. En el documento Conpes, el rector Páramo subrayó la nueva visión de política educativa y científica de la Universidad Nacional: uno, las comunidades académicas locales; y dos, las regiones de integración fronteriza. “La Universidad entra a la historia como continuadora del espíritu de la Comisión Corográfica” ya que “el propósito último de la comisión no se ha logrado: nuestras selvas, ríos y montañas todavía son ‘terra incognita’… la herencia de las sociedades milenarias (…) está por descubrirse, pero es despreciada, incomprendida y sometida al aniquilamiento”. El documento presentó el contexto geográfico y describió las “estrategias y programas”, entre los cuales incluye institutos de estudios e investigaciones científicas estratégicas y sistemas alternativos de docencia, investigación y extensión, así como vinculación a redes nacionales e internacionales de conocimiento.

La visión de Páramo no se centró simplemente en la investigación de las regiones de frontera, sino que su énfasis está asociado a formar talento propio en ellas; de este modo, apunta en el largo plazo a romper las visiones que mantienen inalterada la dependencia del conocimiento producido desde el interior del país, en una época en que se resalta la importancia de las sociedades del conocimiento. Segundo, el profesor Páramo pensaba tanto en las áreas de frontera en sí mismas como en su integración. Por tanto, en una nación que requiere de la interrelación sinérgica con las naciones vecinas. Tercero, afirmaba la importancia del conocimiento local, milenario e indígena, de un modo que resquebraja la versión eurocéntrica del conocimiento científico. Desde sus inicios, el corazón de la sede Amazonia está localizado en su investigación a través del Instituto Imani, que terminó de robustecer proyectos anteriores realizados por el prestigioso Instituto de Ciencias Naturales y el trabajo de impor-


Archivo UNmedios

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tantes geógrafos, historiadores y agrónomos tales como Camilo Domínguez y Augusto Fernando Franco. El instituto ha creado casi una decena de grupos de investigación con una planta docente que apenas sobrepasa ese número. Así, por ejemplo, en un trabajo de tres décadas continuas, Santiago Duque, líder del grupo de investigación en Limnología Amazónica, ha estudiado en detalle los ecosistemas acuáticos de la región. Para ello se ha concentrado en el estudio de los lagos de Yahuarcaca, próximos a Leticia, que abastecen su acueducto con sus aguas técnicamente negras, es decir, color té, y su interacción con aguas blancas, ricas en sedimentos. Por eso ya tenemos una información de detalle sobre el funcionamiento y la biodiversidad de estos ecosistemas. Igualmente, Juan A. Echeverri, premiado por la Fundación Alexander von Humboldt de Berlín, se ha concentrado en estudios de la “gente de centro”, witotos, hoy autodenominados murui-muina, y su cultura emblemática de tabaco, coca y yuca

dulce. Así, se ha encaminado en una búsqueda por recuperar la identidad, aportes y autonomía de estos y otros pueblos originarios de la Amazonia, con lo que ayuda a construir un difícil pero necesario diálogo de saberes. Dejando de lado la biología y la antropología, son relevantes otros aportes de corte más geohistórico como los de Carlos Zárate, quien ha estudiado por más de dos décadas las interacciones fronterizas entre Colombia, Perú y Brasil. Se trata de un intento por apartarse de una visión chauvinista a la colombiana y por comprender mejor una región multinacional con diferentes puntos de vista e identidades dispares y complejas, que incluyen los pueblos indígenas transnacionales en la triple frontera del Trapecio Amazónico. Su grupo de investigación en Estudios Transfronterizos ha hecho importantes aportes en esta dirección, incluida la necesidad de armonizar las políticas disímiles de los Estados que confluyen en este punto. Páramo trazó el horizonte que se ha mantenido, así no

Además de los programas e investigaciones, la Universidad mantiene varios cursos de extensión, especialmente para niños y jóvenes.

todos los rectores posteriores lo tengan presente ni lo hayan compartido. Que esta conmemoración del Sesquicentenario sea una oportunidad para recordarlo. Durante las administraciones siguientes se hicieron avances, tanto en la época de Víctor Moncayo como de Moisés Wasserman. De la misma manera, bajo estas administraciones se abrieron los programas académicos tanto de pregrado (lingüística) como de posgrado (maestría en Estudios Amazónicos) y se inició el Programa Especial de Admisión por Áreas, con carreras en el área de Ciencias Sociales, Naturales y Agropecuarias, antecesor del actual Peama, más ambicioso y comprensivo. La apertura de estos programas significó, nada más ni nada menos, el enraizamiento de la Universidad en la frontera y en la región amazónica y, algo aún más importante, la oportunidad para que los jóvenes de los territorios tuvieran acceso a la formación profesional universitaria. Este fue un gran paso en la medida en que la población local empezó a dejar de ver a la Universidad y a su instituto de investigación, Imani, como un centro de ‘científicos’ importados de Bogotá, Medellín, el Eje Cafetero, Boyacá, Tolima o Estados Unidos (sí, también), pero con muy poco compromiso con los problemas de la región y con su gente. Estos son los antecesores de los actuales programas académicos, tanto de pregrado como de maestría y doctorado en Estudios Amazónicos. En estos se han empezado a formar varias generaciones de amazonenses no solo de este departamento, sino también de Putumayo y otros departamentos amazónicos. Y con un cada vez mayor acceso de la población indígena, excluida históricamente de los servicios del Estado y, en particular, del derecho a la educación.


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Para la inmensa llanura Desde hace 21 años la UN se la jugó por la Orinoquia al crear una sede que acerque la educación superior a sus habitantes y al permitir, a profesores e investigadores, un mejor contacto con esta zona estratégica del país.

E

n la majestuosidad de los Llanos Orientales, fuente inigualable de biodiversidad con selvas de galerías, caudalosos ríos y morichales; considerada una de las zonas de mayor importancia geopolítica para el país, despensa agroindustrial de Colombia, crisol de razas intrépidas que dieron vida al Ejército libertador, nació en 1996 en la ciudad de Arauca, una sede de la Universidad Nacional de Colombia. Desde su creación la comunidad y el departamento de Arauca se han involucrado con aportes tangibles en el proceso de consolidar este proyecto educativo. Su campus universitario se construyó en un terreno de 50 hectáreas donado por la Gobernación, a 9 kilómetros del casco urbano. El 29 de octubre de 1997 se inauguró la sede y sus actividades académicas se iniciaron en el primer semestre de 1998, con 74 estudiantes que dieron vida a las facultades de Enfermería e Ingeniería Ambiental. En 2005, mediante el Acuerdo 011 del Consejo Superior Universitario, cambió su denominación de sede Arauca a sede Orinoquia, con el fin de darle una dimensión regional mucho más amplia, y proyectar su presencia en una zona estratégica para el desarrollo económico, político y social del país. Desde su creación, la sede Orinoquia ha desarrollado

tres fases de formación en programas de pregrado. La primera fase sería por medio de cohortes de programas completos de Enfermería (55 egresados), Ingeniería Ambiental (56 egresados) e Ingeniería Agronómica (27 egresados), con un total de 138 profesionales de la región egresados. La segunda fase, que ocupa el periodo entre 2003 y 2008, consistió en un programa especial de admisión e ingreso por áreas. Y la tercera fase, iniciada en 2008 es el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), que permite la admisión semestral a 74 programas curriculares a jóvenes residentes en los

Rodrigo Cárdenas,

Director sede Orinoquia

En la sede Orinoquia se han ofrecido nueve especializaciones y dos maestrías que han permitido formar talento de y para la región.

departamentos de Arauca, Casanare, Guaviare, Guainía y Vichada. el municipio de Cubará, Boyacá, los corregimientos de Samoré y Gibraltar ambos del municipio de Toledo en Norte de Santander y los municipios de la Macarena, Mapiripán y Puerto Concordia en Meta. Es importante señalar que el Ministerio de Educación a nivel nacional, y la Unesco así como por el Going Global, a nivel internacional, han exaltado este innovador programa por su aporte a la educación incluyente y de lucha contra la pobreza. En el marco del desarrollo del Peama, desde su inicio en 2008 hasta el día de hoy se han registrado 9.637 inscritos y 1.248 matriculados. En cuanto a la oferta de programas de posgrado se ha orientado de acuerdo con la demanda de los profesionales de la región y de sus sectores es-


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tratégicos y se han ofertado a través de convenios con las sedes andinas de la Universidad Nacional Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira. Hoy, casi dos décadas después, se ratifica la importancia y la pertinencia del programa de Especialización en Ciencia Política con énfasis en Resolución de Conflictos (iniciado en 1998 en Arauca), máxime cuando Colombia atraviesa por un momento histórico producto del acuerdo do firmado con las Farc–EP, así como los diálogos de paz que se adelantan con el ELN. Adicionalmente se destacan, entre otras, la oferta de la Especialización en Gestión y Gerencia de Proyectos Agropecuarios, Especialización en Vías y Transporte, Maestría en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales y Maestría en Administración. A través de los programas de posgrado ofrecidos, la sede Orinoquia ha contribuido a fortalecer el tejido social de la región, al transmitir y apropiar conocimientos en diversas áreas del saber. Es así como a la fecha se han ofrecido nueve especializa-

ciones y dos maestrías, lo que ha significado para la región 197 especialistas y 31 magister. Actualmente se encuentran en proceso de formación 20 estudiantes de maestría y 2 estudiantes de doctorado en el marco de la ejecución del Convenio Especial de Cooperación No. 559 de 2013, cuyo objeto es el desarrollo del programa de gestión tecnológica para la innovación so-

Cortesía Camilo Aranguren - UNmedios

EL HERBARIO ORINOQUENSE TIENE 1.553 ESPECIES DIFERENTES Y OTRAS 1.450 EN LA ENTOMOLÓGICA

GRACIAS AL PEAMA hay 1.248 estudiantes de la región matriculados, estudiando en las diferentes sedes de la UN.

cial y productiva de la carne y la leche en sistemas de producción bovina de la región de los llanos en Colombia, suscrito con la Gobernación de Arauca y la Federación de Ganaderos de Arauca. La sede cuenta con áreas como el Laboratorio de Suelos, Aguas y Foliares, que tiene seis parámetros acreditados por el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia (Onac) bajo la norma técnica ISO 17025; la Granja Experimental El Cairo, proyectada como modelo agropecuario autosostenible para la región, proyectos pilotos para el uso de energía solar y el Centro de Producción Radiofónica de la Orinoquia, como una iniciativa de ampliación de la Red Radiofónica de la UN y un laboratorio en la creación de contenidos radiofónicos que garanticen la apropiación social del conocimiento y la tradición oral de la región. En la sede se han realizado 97 investigaciones, entre proyectos, libros, artículos científicos, ponencias y trabajos de grado. Entre estos productos académicos se resalta

la publicación del libro Colombia Orinoco, obra de gran calado académica y aporte al estudio de la región de la Orinoquia, preparada bajo la dirección del antropólogo Darío Fajardo, con la edición académica del geógrafo Camilo Domínguez y con la participación de otros 14 especialistas, que compilaron el conocimiento más avanzado desde los ángulos geográfico, económico, social, cultural e histórico de la Orinoquia colombiana. Y dentro de los avances se encuentra el Herbario Orinoquense, que presenta un registro de 1.553 especies diferentes y una colección entomológica de 1.450 especies. Como último eje misional, la extensión en la sede se ha desarrollado mediante diferentes modalidades, entre las que se encuentran: servicios académicos, educación continua, servicios de educación, extensión solidaria, prácticas y pasantías. Durante los últimos años se ha hecho especial énfasis en los servicios de educación a través de la oferta de educación continua con la realización de congresos, cursos, diplomados, seminarios, talleres y conferencias. Es importante mencionar el desarrollo de tres congresos internacionales con base en el desarrollo sostenible y la responsabilidad ambiental. La construcción de este sueño emprendido hace 21 años aún no ha terminado, se extiende por las llanuras de la región con proyectos e iniciativas que buscan fortalecer el esplendor de su riqueza, como un escenario único en la consolidación de la región hacia el conocimiento y el desarrollo del oriente del país, con el aporte decidido de la Universidad Nacional de Colombia, sede Orinoquia como generadora de conocimiento, ciencia, tecnología e innovación para la competitividad.


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Un laboratorio de paz La sede de Tumaco consolidó la presencia de la UN en las zonas de frontera y permitió a los habitantes acceder a la educación superior.

L

a Universidad Nacional de Colombia, mediante los Acuerdos 13/94, 40/96 y 6/97 del Consejo Superior Universitario, creó las sedes de Leticia, Orinoquia y Caribe. Posteriormente, el Acuerdo 14 de 1997 creó la sede Tumaco y permitió que todas las fronteras terrestres y marítimas del país quedaran cubiertas por la presencia de la Universidad. En 2012, durante la rectoría del profesor Moisés Wasserman, la Universidad adquirió el predio de 44,7 hectáreas donde hoy se encuentra la sede Tumaco, en el kilómetro 305 de la carretera que de esta población conduce a Pasto. Con sus propios recursos, la Universidad realizó los diseños de un edificio inicialmente pensado para el Instituto de Estudios del Pacífico. La obra terminó en el segundo semestre de 2014 gracias a los aportes de la Embajada de Japón en Colombia, del municipio de Tumaco y de la Universidad. Para entonces, dado el apoyo de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional –APC Colombia, se construyó el sistema de suministro y tratamiento de agua. Durante 2014, se hizo un análisis de la situación educativa de Tumaco y su zona de influencia. La Dirección de la sede logró el apoyo de la Vicerrectoría

La UN ha hecho una importante labor para analizar la situación de la educación en Tumaco y ayudar a mejorarla.

Académica para abrir una convolos 10 años anteriores al inicio catoria del Programa Especial de de la sede, habían ingresado Herbert Admisión y Movilidad Académianualmente unos 6 estudiantes Giraldo Director nacional ca –Peama. La convocatoria tuvo provenientes de Tumaco. de Planeación y éxito y, por primera vez, en octuHoy, casi seis semestres desEstadística bre de 2014, se realizó el examen pués de que iniciaran los trabade admisión en Tumaco, al que jos en la sede, han ingresado a la se presentaron 793 aspirantes Universidad Nacional de Colompara las diversas modalidades bia más de 420 estudiantes, por de admisión de la Universidad y medio del Peama, de los cuales en particular, unos 500 aspiranunos 140 ya han hecho movilites al Peama, que dad a las sedes anofertaba 51 prodinas. Los resulgramas académitados académicos EL AUMENTO DE cos de las sedes de los estudianASPRANTES EN ESA andinas de Bogotes han permitido REGIÓN MUESTRA tá, Medellín, Mareconocer que los QUE HAY UNA SED nizales y Palmira. porcentajes de deEn esa priserción son infeDE CONOCIMIENTO mera cohorte se riores a la media matricularon 52 de la Universidad. estudiantes. ImEs importante repartió la primera clase el prosaltar que aproximadamente el fesor Ignacio Mantilla Pra90 por ciento de los estudiantes da, rector de la Universidad, y provienen de los estratos 1 y 2. buscó responder a la pregunEl 96 por ciento de los admitita “¿Para qué sirven las matemátidos dijo ser el primer integrancas?” Vale la pena resaltar que, te de la familia que ingresa a la por admisión regular, durante educación superior.


Fotos: Agencia de Noticias / Unimedios

SESQUICENTENARIO 1867-2017 | 63

En 2014, ​con el apoyo de Orio (Programa de desarrollo de infraestructura), del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de los Países Bajos, se inició el trabajo del proyecto Tumaco Pacífico Campus. Hoy, está en construcción dicho proyecto: la primera fase comprende cuatro bloques con aulas, laboratorios, espacios de bienestar y un auditorio para clases magistrales. Estas infraestructuras, unidas a las ya existentes, como canchas múltiples, biblioteca y aulas provisionales, harán de la sede Tumaco un referente en el Pacífico colombiano y brindarán a la juventud de esta región la oportunidad de estudiar en las mejores condiciones de calidad. A estas acciones académicas se debe adicionar la realización de una cohorte de la especialización de Cultivos Industriales realizada en conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias de la sede Bogotá. Esta especialización ya tiene los primeros nueve graduados de la región. Así mismo, la Facultad de Ciencias de la sede Bogotá ha realizado varias prácticas académicas de campo con estudiantes de Biología y los resultados obtenidos estarán próximamente a disposición de la comunidad en general. En concordancia con el Plan Global de Desarrollo 2016-2018, ‘Autonomía responsable y exce-

lencia como hábito’, Eje No. 4: “La Universidad Nacional de Colombia de cara al posacuerdo: un reto social” la sede ha realizado varios talleres de implementación local de los Acuerdos de La Habana con el apoyo del Centro de Acompañamiento a los Diálogos de La Habana, liderado por el profesor Alejo Vargas Velázquez de la sede Bogotá. En el año del Sesquicentenario la Universidad Nacional de Colombia se iniciará en Tumaco un plan de expansión de la cobertura, consistente en realizar el examen de admisión en otros puntos de la región de influencia. Es así como, además de los aspirantes que presentarán la prueba en Tumaco, unos mil más lo harán en Guapi (Cauca), El Charco (Nariño), Villagarzón y Puerto Asís (Putumayo). Se busca así acercar a los bachilleres de esas zonas a la Universidad e incrementar la posibilidad de acceso a los 63 programas académicos de pregrado que oferta el Peama en la sede. Talleres de implementación local de los acuerdos de La Habana y aplicación de la prueba de admisión en localidades distantes, estrategia de inclusión. La sede Tumaco se ha consolidado como referente universitario de actividades conducentes a mejorar las condiciones educativas de una región históricamente

La Universidad compró un predio de 44,7 hectáreas que ya sirve de sede y donde se construirá el campus de Tumaco.

En menos de tres años la sede Tumaco ha admitido más de

420

estudiantes.

Más de

140

de ellos ya están en las sedes andinas.

96

El por ciento de los admitidos se caracteriza por ser el primer integrante de la familia en acceder a la educación superior.

discriminada (la zona del Pacífico al sur de Buenaventura), donde la presencia del Estado ha sido muy escasa o nula. La Dirección de la sede ha impulsado planes y programas que incentivan la vinculación de los jóvenes con la Universidad. Estas actividades incluyen visitas de docentes de las sedes andinas, muestras científicas y artísticas, construcción de espacios deportivos y de bienestar (algunos de ellos a disposición de la comunidad vecina a la sede), y diálogo con todas las comunidades, entre otras. Es importante señalar que el número de estudiantes admitidos en los últimos cuatro años y la presencia de actividades académicas de diversa índole, el Peama como mecanismo de admisión y formación para poblaciones vulnerables, la respuesta a las demandas de investigación en la región y el desarrollo de la infraestructura de la sede Tumaco son una muestra de las capacidades institucionales de la Universidad Nacional de Colombia, patrimonio de todos los Colombianos, para dar respuesta a los retos sociales. En el contexto del escenario de paz, la sede Tumaco será determinante para ofrecer alternativas de formación a las poblaciones afro e indígena presentes en la región y se requiere un amplio apoyo social y gubernamental para consolidar este proceso. El crecimiento de 793 a más de 3.000 aspirantes en solo tres años indica la sed de conocimiento y formación de la región. En el corto plazo deben implementarse cohortes de posgrados pertinentes para los profesionales de la región y en pocos años veremos a los egresados retornando para mejorar las condiciones sociales y económicas de su entorno. No puede el país ser inferior a esa demanda de apoyo para la institución.


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La nueva sede de La Paz La UN está considerando aumentar su presencia regional gracias al campus que se construye en Cesar, con financiación de la Gobernación y de regalías.

A

mediados de los años noventa, cuando se crearon las cuatro sedes que hoy conocemos como de presencia nacional en Arauca, San Andrés, Leticia y Tumaco, no existía en la mente de las directivas abrir otra en el Caribe, mucho menos en Cesar. Pero gracias a los pasos que dieron la comunidad y las autoridades del departamento, esta idea empezó a tomar forma en 2009, cuando se comprometieron a construir unas instalaciones para un nuevo campus que se prevé será entregado a la Universidad Nacional. Se conocerá como sede de La Paz, en sintonía con la actual coyuntura que atraviesa el país. Aun cuando se estima que antes de culminar el presente año la obra física estará terminada, se espera que el Consejo Superior Universitario, que sesionará el 24 de octubre de manera extraordinaria, de-

cida hacerla oficialmente parte de la Universidad. Es de resaltar que el gobierno departamental ha estado totalmente comprometido con el desarrollo del proyecto, durante los últimos tres periodos administrativos en cabeza de los gobernadores Cristian Moreno Panezo (2008-2011), Luis Alberto Monsalvo Gnecco (2012-2015) y Francisco Ovalle (2016-2019). De igual manera, los últimos rectores de la Universidad Nacional de Colombia han mantenido un interés permanente en Cesar. De hecho, se han venido desarrollando actividades de docencia, investigación y extensión a través del convenio marco de cooperación suscrito entre la Universidad Nacional y las autoridades educativas locales. Ahora bien, para la sede que se está construyendo, la UN aportó los diseños para la primera fase del proyecto arquitectónico, y la Gobernación del Cesar donó un predio de 50 hectáreas, valorado en más de

Julio César Arango Asesor de la rectoría de la UN

Fanny Solano Guerrero Asesora de la rectoría de la UN

1.400 millones de pesos. Adicionalmente, el departamento, con recursos provenientes del Sistema General de Regalías, logró que se aprobaran 51.706 millones de pesos para construir el campus, que en una primera etapa en su estructura contempla 24 aulas, laboratorios, una cafetería, biblioteca, servicios generales, áreas administrativas y obras de urbanismo en un espacio construido de 10.635 metros cuadrados. En la actualidad, las obras se encuentran en un avance de 85 por ciento. Para hacer aún más robusta la oferta académica y aprovechar al máximo las nuevas instalaciones, se viene gestando un modelo que permitirá ofrecer diferentes programas de pregrado, entre ellos


Fotos: Cortesía Mateo Cardona

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los correspondientes al área de la salud, como Medicina. Vale la pena resaltar que en los 150 años de su creación, sería la primera vez, de ser aprobado, que se ofrecería este programa fuera de Bogotá. Además se tiene previsto que se implemente el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), que permitirá a los aspirantes elegir, mediante esta modalidad, unas 75 carreras adicionales ofertadas en las sedes andinas.

Por supuesto, como bien lo ha señalado el rector Ignacio Mantilla, la Universidad, en su apuesta por abarcar todos los campos de formación, también está pensando en el diseño de posgrados pertinentes para la zona. Así mismo, la rectoría de la Universidad Nacional ha venido gestionando ante el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Educación los recursos necesarios para garantizar el funcionamiento de la sede.

En el moderno campus en construcción la Universidad Nacional ofrecerá varios programas de pregrado.

Los egresados cesarenses, los gremios y la población civil en general han sido un pilar fundamental para que el proyecto de una sede en esta región del Caribe sea una realidad. Y para asegurar que las obras avancen a buen término, el contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón, promovió la creación de una veeduría ciudadana integrada por notables figuras de la región, entre ellos Emilio Araos Solano, Ernesto Altahona, Francisco Fuentes Acosta, Gustavo Gnecco, Hernán Cabello Vega y el exgobernador Alfonso Araújo Cotes. Gracias al compromiso ciudadano, de la mano de las autoridades locales, regionales y de los directivos de la Universidad, avanza la creación de la nueva sede, que hará que la población tenga acceso a beneficios sociales, culturales y académicos que trae la presencia de una nueva universidad de calidad en la región.


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Comprometidos con la

E

n su compromiso con la inclusión, la Universidad Nacional de Colombia desarrolló en 1986 el Programa de Admisión Especial (Paes), para permitirles a los bachilleres de comunidades apartadas o con altos índices de pobreza la oportunidad de acceder a la educación superior. Como se sabe, la demanda de los programas curriculares de la UN es la más alta de cualquier institución superior pública o privada del país, lo que hace que el ingreso sea altamente competido. Para aceptar a los nuevos estudiantes, la Universidad realiza los exámenes de admisión simultáneamente en todo el territorio nacional. En general, el

Archivo Prensa Cemav / Unimedios

El Programa de Admisión Especial (Paes) ha permitido que bachilleres afros, indígenas, de comunidades pobres o víctimas del conflicto puedan ingresar a la Universidad de forma especial.

Carlos Jacanamijoy es el primer egresado del Programa de Admisión Especial (Paes).

número de los aspirantes admitidos por sus mejores resultados alcanza alrededor del 10 por ciento del total, que es la tasa de absorción. Es decir, de cada 100 aspirantes la UN admite a los diez mejores. Luego de analizar esa tasa y la brecha académica entre los bachilleres de las principales ciudades y los de las regiones

Mario Alberto Pérez Director nacional de admisiones de la UN

“Me siento orgullosa de estar en UN” Una de las mejores bachilleres de Paes habla sobre su ingreso y su paso por la UN.

¿Cómo fue su ingreso a la UN? DIANA CAROLINA JIMÉNEZ: Yo vengo de Paipa, de la Institución Educativa Juan Bautista María Vianney. Es uno de los colegios seleccionados por la Universidad para el programa Paes de mejores bachilleres. En el colegio me dieron la opor-

tunidad de presentarme junto con otras dos compañeras y todas pasamos el examen de admisión. Para mí fue un cambio grande, nunca había estado en Bogotá ni fuera de Paipa. ¿Cómo ha sido su experiencia? D.C.J.: Fue un cambio bastante grande, pero creo que ha sido

apartadas o con altos índices de pobreza, la UN concluyó que el segundo grupo de estudiantes ve muy reducidas sus posibilidades en los procesos de admisión. Este punto de inflexión dio origen al Paes y facilitó el ingreso de los bachilleres de estas poblaciones a la UN, siendo un verdadero ejemplo una de las mejores decisiones que he tomado. Para mÍ, llegar a una Universidad tan grande y sin familiares ha sido un gran cambio. En cuanto a exigencia académica, mi carrera de Ingeniería Química exige mucho compromiso, y a pesar de que uno puede ser la mejor de su colegio, acá otros pueden ser mejores que uno.


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inclusión

• La Universidad reserva para

Inscritos, admitidos y tasa de absorción del Paes entre 2014 y 2017 4.072 256 6%

7.002 639 9% 11.770 1226 10 % Inscritos 25.708

887 469 53 %

Admitidos 3107 Absorción 12%

1.977 517 26 %

de inclusión y responsabilidad social. Para el vicerrector general, Carlos Alberto Garzón, estos programas “son una apuesta de la Universidad Nacional por la equidad, la inclusión y materializan la perspectiva de derechos de nuestra Constitución hacia la población vulnerable; pero seleccionando dentro de estas poblaciones a los mejores bachilleres”.

En términos generales el Programa de Admisión Especial (Paes) consiste en: • Los cupos que ofrece la Universidad por Paes están dirigidos a los miembros de comunidades indígenas, mejores bachilleres de municipios pobres y mejores bachilleres de población afrocolombiana pobre.

¿Qué opina del programa Paes? D.C.J.: Me parece muy bueno, creo que si no hubiera entrado a Paes, no estaría en la Universidad. El programa promueve el estudio, da un impulso y muchas posibilidades, es de gran ayuda para muchos jóvenes. Cuando uno entra a la Nacional y empieza a dimensionar todo lo que tiene se siente feliz.

¿Qué facilidades le ha dado? D.C.J.: La Universidad me colabora con un programa de alimentación. Yo tengo desayuno y almuerzo, y pago la matrícula mínima. ¿Qué habría hecho si no hubiera pasado? D.C.J.: Intentar estudiar en Tunja El saber que

Diana Rey Melo / Semana

Mejores bachilleres del país. Mejores bachilleres de municipios pobres. Bachilleres de comunidades indígenas. Mejores bachilleres de población afrocolombiana. Bachilleres víctimas del conflicto armado.

estos, un cupo adicional a los ya están establecidos en cada programa curricular. • Los aspirantes por Paes presentan las pruebas de admisión con los mismos criterios que los aspirantes regulares, pero compiten solo entre ellos mismos por esos cupos. • La Universidad admite a los mejores aspirantes de cada Paes y una vez obtienen su título profesional ejerzan su profesión durante un tiempo en el territorio de origen o dentro de sus comunidades. • La inscripción para el proceso de los aspirantes por Paes no tiene costo. Los admitidos pagan una matrícula mínima y pueden beneficiarse de los programas de bienestar existentes, especialmente en alimentación y vivienda. • Para ayudarles en su desarrollo, ingresan a cursos de nivelación en matemáticas, lectoescritura e inglés. • Paes otorga inscripción gratuita y matrícula mínima a los mejores bachilleres del país víctimas del conflicto. • El Paes posibilita que los mejores bachilleres de poblaciones vulnerables logren ingresar a la educación superior, con tasas de absorción comparables con los de la admisión regular. estoy en la mejor universidad me hace sentir orgullosa, aquí se te abren las posibilidades y te propones muchas metas. ¿Cómo visualiza su futuro? D.C.J.: Estoy en un grupo de investigación que se llama Bioprocesos, procesos químicos. Me gustaría hacer una maetría y un intercambio internacional.


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Todos son bienvenidos

Con el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), miles de estudiantes de regiones apartadas han logrado estudiar y graduarse en la Universidad Nacional.

E

n consonancia con la misión de la Universidad de fomentar la equidad en el sistema educativo colombiano, y para cumplir la Ley 1084 de 2006, que procuró un cupo mínimo para estudiantes que provienen de municipios en los que no hay universidad, tienen dificultades para acceder o problemas de orden público, en 2007 el alma mater creó el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama). El programa comenzó en 2008 en la sede Orinoquia, en un esfuerzo por reconocer la asimetría en los capitales académicos de la educación media en las regiones del país. Estos estudiantes, aunque presentan el mismo examen de admisión, solamente compiten por los cupos asignados entre ellos mismos, lo que amplía sus posibilidades de ingresar a la mejor universidad pública. Esta estrategia de admisión se extendió posteriormente a las sedes de presencia nacional de San Andrés (sede Caribe) y Leticia (sede Amazonia) que, junto con la sede Tumaco desde el año 2015, suman con sus regiones de influencia una zona geográfica que coincide, en gran medida, con lo que se podría denominar la Colombia más vulnerable en términos socioeconómicos. Este

programa es un sueño cumplido que brinda oportunidades de acceso a una educación superior de calidad a esos colombianos y constituye un esfuerzo valiente y comprometido con el proyecto de nación, ya que, dichos cupos, son adicionales a los cupos regulares de la Universidad. Actualmente, el programa cuenta con 1.629 estudiantes matriculados al primer semestre de 2017, como producto de un aumento gradual en los cupos ofrecidos, la incorporación de nuevas regiones de influencia y el número de programas cu-

Luis Eduardo Gallego Vega Director nacional de programas curriculares de Pregrado

136 62 186 246

Total de estudiantes del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama): 1.629

171 128 43

657 Sede Bogotá Sede Medellín Sede Palmira Sede Manizales Total: 1101 Sede Tumaco Sede Orinoquia Sede Caribe Sede Amazonas Total: 528

rriculares ofrecidos. De esta forma, un estudiante de Amazonas, Chocó, Guaviare o Vaupés, puede acceder a 75 programas curriculares de pregrado, cuya oferta es mayor que la de cualquier sede de la Universidad Nacional de Colombia. Igualmente, el volumen de aspirantes ha crecido significativamente, al pasar de 751 a 4.025 desde 2009 a 2017, respectivamente. Este crecimiento ha hecho que la tasa de selectividad, es decir la relación entre el número de admitidos respecto a los aspirantes, se mueva entre 15 y 20 por ciento, lo que demuestra un grado de competencia comparable con el proceso de admisión regular que varía entre 10 y 12 por ciento. Igualmente resulta interesante analizar las tasas de deserción de los estudiantes del programa, que oscilan alrededor de 40 por ciento. De este, 30 por ciento se explica por causas atribuidas a bajo desempeño académico y el 10 restante a otras. Lo importante de esta cifra es su gran simi-


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Un camino desde las fronteras

litud con las tasas de deserción de los demás estudiantes. Eso evidencia que quienes, a priori, contaban con un capital académico más bajo, tienen desempeños comparables con la población regular que, en muchos casos, es considerada una joven élite intelectual que logra estudiar en la Universidad Nacional. Este resultado es altamente positivo y deseable, no solo en términos de movilidad social sino también respecto al valor agregado que aporta la Universidad al proyecto de formación de todos los colombianos. Finalmente, los procesos de nivelación académica, acompañamiento integral y el adecuado sostenimiento socioeconómico de los estudiantes son elementos clave en el éxito del programa. Eso implica una política de financiación tangible y coherente con las estrategias de regionalización de la educación superior en el país ya que, a todas luces, un programa como PEAMA vale la pena.

¿Cómo entró a estudiar en la Nacional? ROY SALMO SUÁREZ: En San Andrés vivo cerca a la sede de la Universidad y me acerqué a ver qué alternativas de estudio había para mí. El hecho de que haya una sede en la isla es bueno porque los habitantes de San Andrés tienen la oportunidad de estudiar en la mejor del país, sin grandes gastos, ya que los primeros tres o cuatro semestres se realizan en la sede de frontera, tal y como ocurrió conmigo. ¿Cómo fue su proceso de adaptación a la Universidad y al estudio? R.S.S.: Yo estudié Sociología, al principio es difícil porque hay dos estigmas por parte y parte. Está el estigma de que uno tiene de venir acá y creer que la gente es fría y por otra parte piensan que porque uno viene del Caribe tiene mucha disposición al desorden. Las barreras de comunicación también son duras, a veces se me salían palabra en creole y la gente no me comprendía. Además la preparación académica en las islas es diferente, hay una gran brecha respecto a la del interior y uno tiene que acoplarse al ritmo de acá. Pero una vez superas esas barreras te das cuenta que hay mucha gente dispuesta a ayudarte y tú también te abres a conocer más cosas. ¿Cómo fue su experiencia en la UN? R.S.S.: La transición fue una experiencia dura, pero enriquecedora. Durante 20 años viví en San Andrés y uno tiene que aprender a manejarlo y no para todos es fácil adaptarse al cambio de ciudad, a sus dinámicas, al trato con la gente, al clima y la distancia con la familia. Después de superar estas cosas, el trato con la gente de la Universidad es genial, están muy dispuestos a aprender de las islas, a conocer cómo es nuestra forma de vida. ¿Cuál es tu opinión del Programa Peama? R.S.S.: El Peama ofrece una oportunidad grande de acceder a la educación superior desde los puntos más rezagados y lejanos del país. En ese sentido abre puertas. Ha hecho un ejercicio de aproximación hacia las fronteras que ha generado que las demás personas se interesen por las cosas que pasan allá. Por último, hace que nosotros como habitantes podamos utilizar

ese conocimiento y aplicarlo en nuestro territorio, emplearlo para el desarrollo. ¿El programa qué facilidades le dio? R.S.S.: Me dio alimentación. Para vivienda, preferi dejar ese cupo para una persona que realmente lo necesitara, porque en ese sentido tuve la facilidad de que mi familia me costeara eso. ¿Siente que entrar a la Universidad Nacional fue una buena decisión? R.S.S.: Sin dudas y me siento orgulloso. Desde San Andrés uno llega con el estigma de lo que muestran de la Universidad en los medios, pero cuando uno está adentro, empieza a tener sentido de pertenencia por su carácter nacional, tienes la oportunidad de conocer muchas personas, realidades, problemáticas y perspectivas que lo ayudan a uno a crecer como persona. En el futuro me planteo, si se puede, continuar con la Maestría de Estudios del Caribe.

Carlos Julio Martínez / Semana

Actualmente, el Peama cuenta con 1.629 estudiantes matriculados en 75 programas de pregrado.

Ovidio González / Agencia de Noticias / UNmedios

Roy Salmo Suárez Torrenegra, estudiante sanandresano, habla sobre el Peama, programa que le abrió las puertas a la Universidad.


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Contribución a la nación Las importantes investigaciones realizadas en la UN de Colombia permitieron reconocer el papel que han tenido indígenas, afros y otras minorías en la historia del país. Myriam Jimeno

Ph.D. en Antropología, profesora titular jubilada de la UN

Los constituyentes de 1991 reconocieron la dignidad y la igualdad de todas las culturas que viven en el país.

Pero a finales de los años setenta se consolidó lentamente un movimiento social que reivindicó respeto a las sociedades indígenas, recuperación de las tierras comunales despojadas, educación propia, respeto por sus autoridades y lenguas. En muchas regiones se crearon organizaciones que reclamaron nuevos derechos ciudadanos dentro de su particularidad cultural. Obtuvieron el principal reconocimiento en la Constitución Política de 1991. Fue un cambio del modelo de la integración vertical hacia la interculturalidad, lo que significa relaciones y comunicación horizontales, en plano de respeto e igualdad entre los diferentes. ¿Cómo se llegó a ese cambio social, aún en proceso y con mucho camino por recorrer? La Universidad Nacional de Colombia hizo un gran aporte: por un lado, en el conocimiento sistemático de la riqueza y la variedad cultural de los pueblos de origen amerindio y los descendientes de Archivo Semana / Ache Riveros

E

l Museo de Bogotá exhibió en días pasados una fotografía tomada a finales del siglo XIX por un embajador francés en Colombia: Indígenas de Novirao, Cauca, 1889. Tres hombres jóvenes, de baja estatura, con ruana y pies descalzos, nos miran abatidos. Los antropólogos de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX describían, de una forma similar, a los indígenas en varias partes de Colombia. Empobrecidos y apocados, considerados como un lastre para el desarrollo, estaban a merced de hacendados y misioneros encargados de su cristianización y castellanización. Ni por asomo se pensaba que tenían historia y culturas de las que se pudiera aprender. Peones o servicio doméstico eran su destino y a sus hijos los solían confinar en internados, para que perdieran su lengua y visión del mundo. La integración a la nación, por lo bajo, era el modelo.

los esclavizados en África. Por el otro, en la información para socavar el racismo, los prejuicios y los abusos, mediante denuncias, estudios, imágenes y relatos públicos. Un trabajo tan insistente como los mismos prejuicios raciales en el país. En el texto Contribución a la comprensión de la diferencia cultural expresé que el aporte más notable “es que ha incidido y continúa trabajando en la redefinición de una nación más incluyente; en particular, en la comprensión y el lugar sociopolítico de la diferencia cultural”. Los estudios sobre arqueología, antropología biológica y forense, organizaciones y relaciones sociales, patrimonio cultural, lingüística y antropología histórica, todos, apuntaron al mismo blanco: crear las bases de una sociedad más democrática, asentada en relaciones interculturales con las minorías étnicas y culturales. La coyuntura propicia fue la reforma constitucional de 1991 y su reglamentación posterior. Para ese momento la Universidad llevaba 30 años de estudios sobre los aportes de las sociedades amerindias y negras. El conocimiento acumulado ofrecía una aproximación sólida hacia estas sociedades, que socavaba muchos de los prejuicios y permitía avanzar hacia un nuevo modelo de respeto a la diferencia sociocultural. Estamos hablando de que una nueva política de interculturalidad impacta el bienestar del 3,4 por ciento de la población nacional que son los indígenas -alrededor de 1.400.000 personas pertenecientes a 90 pueblos diferentes- con 64 lenguas habladas. La población negra se estimó en el censo de 2005 en 4.300.000 personas, habitantes principalmente en el litoral Pacífico,


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tradiciones. Sus autoridades propias (cabildos y otros) y las autoridades espirituales (chamanes, mamos) obtuvieron competencia para resolver conflictos como disputas entre vecinos o familiares. La circunscripción nacional especial permitió elegir a tres parlamentarios al Congreso de la República. La Constitución ayudó a profundizar el derecho a la ampliación territorial que venía desde los años setenta, de manera que el Estado les reconoció a los indígenas propiedad en común sobre 34 millones de hectáreas; tituló 710 unidades como resguardos indígenas y, en el Cauca, donde está la mayor concentración demográfica, los indígenas se ampliaron sobre algo más de 150.000 hectáreas. Para llegar hasta allí fue mucho el empeño y los costos en vidas humanas de indígenas. También fue mucho el empeño de estudiantes y académicos de la Universidad Nacional, como el de otros universitarios, para obtener estos logros, que si bien son aún parciales, sí han permitido mejorar las condiciones de vida de estos pueblos. La Constitución no solo consideró a lo indígena, sino también a otros grupos étnico-culturales como las poblaciones

LOS TRABAJOS de Orlando Fals Borda y Jaime Arocha, entre otros, hicieron posible la Ley de Negritudes de 1993.

Los estudios de investigadores de la Nacional dieron cuenta de las prácticas sociales y culturales de los afrocolombianos como la propiedad colectiva, prácticas que ahora son reconocidas por la legislación colombiana.

Juan Pablo Gutiérrez / Semana

Antioquia, Bolívar y el Valle del Cauca, y dos lenguas propias, la de los raizales de San Andrés y Providencia y el palenquero. Durante la preparación del trabajo constituyente, el gobierno de César Gaviria impulsó la presentación de propuestas en cada región. También se reunieron durante dos meses subcomisiones temáticas para acopiar planteamientos para los constituyentes. Participaron activamente profesores de la Universidad Nacional sobre los temas de su especialidad, que fueron una amplia gama social, política, jurídica y económica. En las relaciones interétnicas tuve la oportunidad de coordinar la Subcomisión sobre Igualdad y Derechos Étnicos que operó entre octubre y diciembre de 1990. Participaron delegados indígenas y profesores de la Nacional. El resultado fue entregado a los constituyentes y alimentó el texto de nuevos derechos para los indígenas y una idea regente: modificar la identidad de la nación al reconocer “la igualdad y dignidad de todas las culturas que conviven en el país”. Las sociedades indígenas lograron en la Constitución garantías sobre el territorio y la educación intercultural que valora la enseñanza de sus lenguas y

negras, los raizales y rom o gitanos. Sobre los negros o afroamericanos, el trabajo sistemático de profesores de la Universidad Nacional, y muy especialmente el de Orlando Fals Borda como constituyente y de Jaime Arocha como investigador, impulsaron el artículo 55 transitorio que hizo posible la Ley de Negritudes de 1993. El artículo 55 transitorio recogió las propuestas de varias organizaciones negras del Chocó y el litoral Pacífico sobre la necesidad de titulación colectiva de las tierras rurales ocupadas desde hacía tiempos por comunidades negras en la cuenca del Pacífico. También el reconocimiento del derecho a trato respetuoso y a la no discriminación. La comisión especial sobre comunidades negras sesionó entre 1992 y 1993, con participación de delegados comunitarios, institucionales y de expertos de la Universidad Nacional. Su resultado de consenso fue plasmado en la Ley de Negritudes de 1993. Lo más importante fue reconocer derechos a la propiedad colectiva sobre áreas de la cuenca del Pacífico demarcadas con posterioridad. Pese a las grandes dificultades que implicó la violencia que avanzó sobre la región desde 1994, el Dane registró 132 territorios colectivos sobre 4.717.000 hectáreas hasta hace unos años. Los derechos étnicos y contra la discriminación racial se proclamaron para toda la población negra del país. Por su parte, los rom obtuvieron reconocimiento legal como grupo étnico en 1999. En conclusión, la contribución de la Universidad Nacional en la interculturalidad, como política y como ideal de convivencia, apunta a avanzar en democracia y civilización, pues como lo dijo Tzvetan Todorov: “El mutuo reconocimiento es un paso hacia la civilización”.


Archivo Cemav-UNmedios

Algunos cursos de lenguas indígenas han estado a cargo de estudiantes nativos.

Diversidad lingüística La Universidad tiene un largo camino en el estudio de los pueblos indígenas. La inclusión de estudiantes de algunas etnias y minorías ha sido importante para revitalizar varias de las más de 60 lenguas que se hablan en el país.

S

i algo caracteriza a Colombia es su gran diversidad lingüística. En la actualidad existen más de 60 lenguas indígenas y se estima que antes de la llegada de los españoles hablaron más de 100. Entre los aspectos que caracterizan nuestras lenguas indígenas están su gran diversidad, su reducido número de hablantes, su localización en zonas de frontera y la importancia de la región amazónica, que alberga más de la mitad de las lenguas indígenas que se hablan en el país. Además de estas, en Colombia también se hablan dos

Olga Ardila Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional

lenguas criollas: el palenquero de San Basilio de Palenque, población cercana a Cartagena, y el creole de San Andrés y Providencia. Las lenguas criollas, a diferencia de las demás, no tienen un origen genético sino que se conformaron en un momento determinado por necesidades comunicativas a partir de otras lenguas. En América, estas dos lenguas resultaron de la trata de esclavos durante la Conquista y colonización. Ante esta variedad, la Universidad Nacional se ha ocupado del conocimiento y la difusión de las lenguas étnicas (indígenas y criollas) a partir de los programas de

pregrado y posgrado no solo en el Departamento de Lingüística, sino en el de Antropología. Los programas académicos de lingüística tienen entre sus principales objetivos estudiar la realidad lingüística del país, con miras a preservar el patrimonio y desarrollo lingüístico, representado en el español como lengua nacional y las lenguas indígenas y criollas. Los desarrollos de la etnolingüística en la Universidad y en el país se encuentran muy ligados a la figura del profesor Carlos Patiño Rosselli, quien abrió este nuevo campo de estudio, que en los años sesenta había estado a cargo del Instituto Lingüístico de Verano, conocido internacionalmente por su labor de proselitismo religioso entre los pueblos nativos. La traducción de la Biblia a las diferentes lenguas aborígenes fue uno de sus objetivos, pero la calidad científica de estos


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trabajos ha sido cuestionada en muchos casos. El profesor Patiño asumió la tarea de formar investigadores colombianos a partir de sus cursos en el Departamento de Antropología y la Maestría en Lingüística. También publicó una serie de artículos y algunos libros de sus investigaciones. Entre sus obras sobresalen los trabajos sobre el criollo palenquero y su libro Sobre etnolingüística y otros temas, que reúne algunos de sus principales artículos en este campo. A partir de estas iniciativas, la Universidad Nacional inició los estudios de etnolingüística con la formación de estudiantes de pregrado y posgrado. Los desarrollos investigativos de profesores y estudiantes han venido contribuyendo a conocer la realidad lingüística del país y a preservar su patrimonio cultural y lingüístico. Muchos de los resultados de las investigaciones han sido publicados en la revista Forma y Función del Departamento de Lingüística y en libros editados por la Universidad Nacional o por el Instituto Caro y Cuervo. Los principales trabajos se han orientado al estudio de las lenguas amazónicas. En la actualidad existe un interés especial por revitalizar las lenguas en grave riesgo de extinción, a partir de diagnósticos sobre vitalidad lingüística llevados a cabo por profesores estudiantes y pueblos indígenas en diferentes zonas del país. LOS CURSOS DE LENGUAS INDÍGENAS Con el desarrollo de la investigación sobre lenguas indígenas nacieron los cursos para aprenderlas en el ámbito académico. En sus inicios, estos cursos estuvieron a cargo de investigadores con el apoyo de hablantes de las lenguas nativas. El primer curso fue de uitoto en 1997, gracias a la presencia de un miembro de esta cultura que hacía parte de

los profesores del Departamento de Lingüística. Más adelante, se crearon cursos de otras lenguas como el inga, wayuunaiki, guajiro, nasayuwe o paez entre otras. En algunos casos, estos cursos han estado a cargo de estudiantes indígenas de la Universidad, hablantes de sus lenguas.

LA NACIONAL SE HA OCUPADO DEL CONOCIMIENTO Y DIFUSIÓN DE LAS LENGUAS INDÍGENAS Estos cursos, además de permitir conocer las lenguas nativas, buscan darles un espacio de reconocimiento al lado de grandes lenguas, como el inglés, el francés y el alemán, que también se enseñan en la Universidad. La sede de la Amazonia se interesó también en crear cursos de lenguas de esta región. Esta iniciativa ha sido replicada por otras universidades. LAS SEDES DE FRONTERA La Universidad, por su carácter nacional, cuenta con sedes regionales y de frontera. Las de Amazonia y el Caribe revisten especial interés en el campo de las lenguas étnicas. Su conocimiento y preservación constituyen un gran reto para los investigadores colombianos. En esta perspectiva, los profesores del Departamento de Lingüística y de la sede Amazonas han conformado grupos de investigación y se dedican a estudiar estas lenguas. Se han desarrollado también programas académicos con el apoyo de profesores en la sede de Leticia. El trabajo entre estas dos sedes ha permitido el intercambio de profesores y estudiantes interesados en el estudio de la diversidad lingüística.

LAS LENGUAS INDÍGENAS Una visión descriptiva, que tomó más de diez años en hacerse es una de las publicaciones más importantes de las más de 60 lenguas indígenas del país. Mereció el premio Fray Bartolomé de las Casas de España.

La sede Caribe, por su parte, presenta características muy específicas y únicas en el país. La lengua creole, y la presencia del inglés junto con el español, conforman una situación de multilingüismo muy compleja que requiere que el Estado defina políticas lingüísticas específicas especialmente en el campo de la educación. El Departamento de Lingüística ha trabajado conjuntamente con la sede Caribe para formar estudiantes nativos a partir de programas que no solo estudian las relaciones entre estas lenguas sino los retos que representan para una sociedad multicultural. Las relaciones de contacto tanto históricas, sociales y lingüísticas entre lenguas y culturas en San Andrés constituyen un importante campo abordado por investigadores de la sede Caribe, con participación de profesores del Departamento de Lingüística de Bogotá. El campo del bilingüismo y la educación bilingüe han sido objeto de diversos trabajos y publicaciones. LOS PUEBLOS ÉTNICOS EN LA UNIVERSIDAD La Universidad Nacional abrió en 1986 las puertas a los pueblos indígenas y criollos dentro del Programa de Admisión Especial (Paes), lo que amplió una nueva perspectiva de inclusión en la educación superior. Este programa responde a las aspiraciones de los pueblos indígenas de tener un espacio de igualdad frente a la sociedad mayoritaria en el acceso a la educación superior. En la actualidad la universidad cuenta con unos 300 estudiantes indígenas por semestre. El estudiante de Bellas Artes Carlos Jacanamijoy se convirtió en el primer egresado del programa Paes, y ahora es un pintor reconocido internacionalmente, que expone sus obras en grandes museos y galerías del mundo.


sociedad 74 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Antropología para la

Desde las aulas de clases, las salidas de campo, el diálogo con los otros, los antropólogos tratan de entender el pasado y el presente de las comunidades que componen al país para así contribuir a construir una sociedad más justa.

Gerardo Ardila Departamento de Antropología, Centro de Estudios Sociales -CES-, Universidad Nacional de Colombia.

En 2012 un equipo de arquéologos de la Nacional participaron en un estudio de arqueología preventiva en el Alto Magdalena, en donde se construyó la hidroeléctrica de El Quimbo.

Archivo UNmedios

D

esde las aulas de clases, las salidas de campo, las excavaciones arqueológicas, el diálogo con los demás, los antropólogos tratan de entender el pasado y el presente de las comunidades que componen al país para así contribuir a su unidad y a construir una sociedad más justa. Paul Rivet vino a Colombia apenas empezaba la década de los cuarenta, invitado por el presidente Eduardo Santos. En ese momento, la Escuela Normal Superior reunió a un grupo de muchachos de diferentes provincias, hombres y mujeres, la mayoría conservadores, para iniciar con ellos un pequeño equipo con formación en antropología. Como su interés estaba centrado en los “orígenes del hombre americano”, los entrenó para que trabajaran en los campos, cordilleras y selvas colombianas, recogiendo datos sobre la lingüística, la arqueología, la etnografía (ante todo lo que llamaba la “cultura material”) y la biología humanas (raza y antropometría). Varios de los miembros de este grupo se integraron en 1960 en la naciente Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia. En poco tiempo lograron crear una especialidad en antropología dentro de esta Facultad, de la cual, con la presión del movimiento estudiantil, derivó el Departamento de Antropología, cuyo primer egresado recibió su título en 1969. Desde entonces, entre 1969 y 2017, se han graduado 1.807 estudiantes en pregrado y 238 en los posgrados. Aunque hoy se reconocen diferentes concepciones y prácticas de la antropología, prevalece la idea de que la investigación es un ejercicio realizado desde el campo de trabajo y con la activa participación de las personas involucradas en la búsqueda, la explicación y la implementación de soluciones apropiadas a cada caso y problema. Los investigadores son aprendices de las realidades que la gente les enseña. Esta concepción sobre el trabajo de campo y la utilización de métodos que permiten separar los deseos y visiones del investigador de las de los miembros de las comunidades y sociedades que requieren su trabajo buscan, ante todo, ampliar la confianza en los resultados, para poder tomar decisiones más justas y acordes con cada realidad. Poco después de su aparición en la Universidad Nacional de Colombia, la antropología empezó a hacer aportes muy valiosos para el

entendimiento científico y para el desarrollo social, político y económico que por entonces soñaban diferentes sectores de la sociedad colombiana. Dos antropólogos y un pequeño grupo de estudiantes crearon un área de antropología y arqueología en el Instituto de Ciencias Naturales, planteando en la práctica la interacción obligatoria entre las ciencias sociales y las demás ciencias naturales. Allí se inició el estudio de la complejidad e integralidad de la producción indígena: una descripción detallada de los procesos de clasificación, siembra, cosecha, preparación, distribución y consumo de la yuca en la región amazónica mostraron que los complejos rituales en cada fase recordaban una profunda filosofía de la relación entre la vida humana y el sol, la


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luna, los suelos, las demás plantas cultivadas y silvestres, los animales, los ríos, y el desarrollo de los ciclos vitales de cada uno. Allí también nació y se hizo famoso en América entera el estudio de los primeros humanos en Colombia y en América. Apenas hubo tiempo para celebrar la fundación del Departamento de Antropología, cuando dos equipos diferentes de profesores redactaron los primeros estudios sobre la regionalización del país y propusieron modelos alternativos de gobierno, uno desde el sur de Colombia y el otro desde la complejidad del Magdalena Medio. A ellos se sumaba el trabajo pionero de dos de sus profesoras y de sus estudiantes para describir y explicar las características y diferencias de las formas de familia en Colombia. Todos estos estudios se iniciaron con intensos trabajos de campo entre la gente de La Guajira desde los primeros años de los sesenta, facilitando en los noventa la colaboración permanente e intensa de nuestros antropólogos con la

gente wayúu, para estudiar y entender, de manera conjunta, los procesos históricos de conformación de su sociedad y la fuerza de su resistencia a la colonización y a la expropiación de sus territorios. Los primeros intentos de etnoeducación intercultural bilingüe se hicieron en la península, mediante un intercambio valioso entre sabios y líderes indígenas, investigadores de la Universidad del Zulia y profesores y estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia. Un grupo de docentes dedicaron sus esfuerzos para estudiar y comprender la historia antigua y reciente de la gente de los valles andinos, de las zonas costeras, del altiplano de Cundinamarca y Boyacá y de sus interacciones. Lo hicieron a la par con un


avance importante de los trabajos de investigación y acción con las sociedades de la selva amazónica y de los llanos del Orinoco. En este proceso murió acribillado en su hamaca el estudiante valluno César Tulio Aragón, el primero de nuestros muertos por la incomprensión de la guerra. El interés por las formas del poder a través del tiempo y de sus diferencias territoriales y de contexto permitió muchas publicaciones, ayudó a encender y mantener debates fructíferos para entender a nuestros pueblos y produjo un intercambio de saberes muy efectivos para avanzar en la construcción de una nación diversa. Vinieron varios profesores extranjeros visitantes que ayudaron a abrir caminos de investigación y a formar investigadores que participaron en la fundación y desarrollo de las sedes de frontera de la Universidad. En el Cauca indígena quedó una huella profunda de la antropología y, a la vez, allí aprendimos mucho de Colombia, a través del descubrimiento de las luchas y los movimientos En el Cauca indígenas y campesinos que trajeron a indígena quedó los centros de poder la otra Colombia, una huella con su dignidad y con la comprensión de profunda de la antropología su sentido y de sus alcances. Desde las y, a la vez, allí aulas, mientras tanto, salieron tres recoaprendimos nocidos directores de cine, un grupo de mucho de Colombia. música emblemático en los setenta, varios periodistas y columnistas de primera línea. Y salieron también, cómo no reconocerlo, antropología biológica ayudando a tantas familias para encontrar y algunos que no vieron más opciones que acoger reconocer a sus muertos. las armas para defender sus ideales. En las nuevas circunstancias del país, miembros del DepartamenLos antropólogos estuvieron presentes en las to de Antropología siguen presentes en el debate público con la proMesas de Análisis y Concertación para la Paz con fundidad y seriedad de sus análisis críticos, con sus sugerencias y con la guerrilla del M-19, mediante desu participación directa en los legación explícita del rector. De allí procesos de política pública sobre LOS ANTROPÓLOGOS surgió, como un aporte invaluable, el ordenamiento territorial, el ESTUVIERON EN LAS el artículo 7 de la Constitución Podesarrollo urbano, la crítica de los MESAS DE ANÁLISIS Y lítica de Colombia y algunos de sus sistemas de salud y el estudio de más importantes derivados, como alternativas, las preocupaciones CONCERTACIÓN PARA LA la Ley 70 de 1993. El descubrimienambientales. Otros estudian el PAZ CON EL M-19 to y explicación de procesos de conentorno inmediato de la vida vivencia interétnica y el estudio de universitaria, la educación pública diferentes formas de comprensión y sus condiciones económicas y del Estado fueron también base de la formación políticas. Muchos más son funcionarios de un Estado al que ayudan de nuevas generaciones de antropólogos, y una a cambiar desde adentro y al que entregan su experiencia académica ayuda fundamental para los líderes sociales que y la historia de 50 años de trabajo. Y, desde adentro, la diversidad encontraron apoyo y acompañamiento en esta de visiones y la multiplicidad de sus acciones siguen siendo nuestra casa. Cuando la sociedad empezó a buscar la luz fortaleza, y el seguro para nuestra sociedad de que la antropología en al otro lado de la violencia, las masacres, los desla Universidad Nacional de Colombia puede reinventarse para servir plazamientos, las desapariciones, ahí estuvo la mejor a la construcción de una sociedad más justa.

Alvaro Tavera / Semana

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Daniel Reina Romero / Revista Semana

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Total Programas Académicos 262

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Espacio intervenido en 2016: 22.250 m2 43.374 m2 En estudios y diseños en 2016:

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ó n : 79 8 alizacici ina humana 9 o: peci Med Maestría: 69y od Docto 9 on s en rad s o

Total Docentes 1.997


Total Estudiantes 31.474

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31 ad: 460 4.c1ialidpecializgarcaión: 1.0 : ía pe Es Pos Prdo: 6.5 55 egra 3 s do 8 :

1235 602 Programa de Admisión Especial (Paes)

Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama)

En la Ciudad Universitaria convergen diferentes estructuras que reflejan el paso del tiempo y la multiculturalidad de la institución. Se mantiene viva la esencia de los diseños del alemán Leopoldo Rother, con edificios de otras épocas y tendencias, como el Estadio Alfonso López, el Museo de Arquitectura, las facultades de Ingeniería, Medicina, Ciencias Naturales, la Biblioteca Central o el Auditorio León de Greiff.

B

á t o g o

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S e d e

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MUSEO DE CIENCIAS NATURALES Creado en 1938, fomenta la apropiación del patrimonio ambiental y cultural colombiano. Allí se exhiben piezas de gran valor, como el esqueleto de ballena dentro del cual se puede caminar o los restos arqueológicos más antiguos del país. Es el museo más grande de su tipo en Bogotá.


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El futuro es ahora La sede de Bogotá está orientada a generar conocimiento. Allí se concentra el 55 por ciento de los doctorados y 44 por ciento de las maestrías de la ciudad.

L

as posibilidades de participación real del país en este mundo global y del conocimiento en el que ya estamos inmersos tienen una estrecha relación con lo que hagan las universidades con sólidas bases en investigación y los institutos de investigación. La sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia es, por compromiso y por decisión propia, una organización orientada a la generación de conocimiento, con una particularidad adicional, en la que ha venido trabajando en los últimos años: procura la transferencia y circulación social de los resultados de su actividad académica y la apropiación social del conocimiento que produce. Sin abandonar su compromiso con la construcción de nación y la preservación del patrimonio, le apunta ahora también a permitir la inserción real del país en el contexto internacional contemporáneo y a lograr su participación activa en él en un futuro inmediato Es decir, la institución es consciente de que las sociedades del conocimiento ponen a la universidad en el centro de su actuación. Estas sociedades se caracterizan, entre otras cosas, por altísimos flujos de información, innovación

Jaime Franky R.

Vicerrector de la sede Bogotá

LOS DOCTORADOS y maestrías que ofrece la sede Bogotá concentran una parte importante de la oferta de esos programas en toda la capital.

intensiva y economías que se desarrollan a partir del saber; a ellas pertenecen conceptos como cuarta revolución industrial, ciudades inteligentes, inteligencia artificial, la era de la disrupción e incluso la idea de un futuro poshumano, confirmando el lugar común de que asistimos a un cambio de época más que estar viviendo una época de cambios. De allí que estemos interesados y preparados, como pocas instituciones en el país, para responder al momento, apoyados en la trayectoria y los resultados acumulados producidos en estos 150 años. En este compromiso la institución es fiel a su tradición, heredada tanto del propósito emancipador que los liberales radicales le asignaron en la segunda mitad de siglo XIX como del propósito modernizador que en la década del treinta del siglo pasado le confirió el gobierno de la “Revolución en marcha”. La Universidad Nacional, fundada en 1867, asumió como propios los ideales de educación promovidos por los liberales radicales, que se encontrarán en otros momentos, como ocurrió con el espíritu modernizador de Alfonso López Pumarejo ya en el

siglo XX quien veía en la educación la herramienta para sacar al país del provincianismo. La Ciudad Universitaria de Bogotá se considera como la expresión física y arquitectónica de la modernización del Estado, que obedecía a un propósito más profundo: la modernidad en el pensamiento, en el modo de concebir el mundo y actuar sobre él, que se quería proyectar sobre el país. La educación en los dos casos se convirtió en la palanca del progreso, en la piedra angular de la tranformación. La tarea hoy es más compleja, pues se suma a los propósitos de tener un país autónomo y moderno –cumplidos solo parcialmente– el de contribuir a su entrada digna y responsable a los procesos de interculturacion e internacionalización económica que caracterizan hoy nuestro mundo. Pareciera que no basta la vocación irrenunciable hacia la comprensión y preservación del patrimonio de la nación, ni la voluntad de saber; el futuro que vivimos hoy exige la anticipación y la acción, la imaginación y la creación, la apropiación y aplicación de conocimiento. Pero ¿cómo responder a ese compromiso? Quizá solo aven-


Daniel Reina Romero / Semana

SESQUICENTENARIO 1867-2017 | 81

turando hipótesis sobre el rumbo que puede tomar la sociedad y el papel que podamos jugar en ella. Cualquiera que ese sea, hay tres apuestas que se han consolidado en la sede Bogotá de la Universidad Nacional: internacionalización, investigación y formación avanzada orientada a la producción de conocimiento y proyectos estratégicos de alto impacto. El desarrollo de una bitácora de internacionalización busca no solo incrementar la movilidad de los profesionales e investigadores en formación; solo en el año pasado, más de 1.300 estudiantes de la sede Bogotá salieron del país a cursar estudios y, en el presente año, se recibieron más de 400 estudiantes extranjeros. Se busca también la internacionalización de la investigación y la constitución de un currículum de carácter internacional, para lo cual se apunta a ampliar el número de programas acreditados internacionalmente, que hoy es de diez, y al desarrollo de cotutelas de tesis y la doble titulación mediante convenios con universidades de otros países. En generación de nuevo conocimiento, desde hace algo más de tres décadas, ha consolidado una oferta significativa y diversa

de programas de doctorado. Hoy suman 35, y tan solo en la ceremonia de grados correspondientes al último semestre otorgó 52 títulos de doctor en diferentes áreas. Las patentes son un indicador de reconocimiento internacional de la investigación. La sede Bogotá ha logrado 16 patentes nacionales y 3 internacionales, 7 en el último año. Para encarar los problemas inmediatos y preparar a Bogotá y la región para las circunstacias que se avecinan, adelanta proyectos que se fundan en el dominio que en las diferentes disciplinas ha acumulado. Un ejemplo de ellos, el proyecto Corredor Tecnológico Agroindustrial que se desarrolla desde el año 2013 en alianza con Corpoica y que cuenta con el respaldo científico y técnico de alrededor de 45 grupos de investigación. Dentro de sus logros se encuentran la atención a más de 390 medianos y pequeños productores de leche en Guatavita para mejorar su competitividad; la inclusión de mejores prácticas para el manejo de la mora de Castilla y seis variedades de fresa en Guasca, Facatativá, Sibaté, Mosquera y otros municipios; el aumento de producción en los cultivos

Investigación, internacionalización y formación avanzada a la producción de conocimientos y proyectos estratégicos son las apuestas de la sede hacia el futuro.

de tomate en Choachí, Fómeque y Ubaque, entre otros. Un reto adicional de carácter estratégico es la apuesta por una Bogotá innovadora que se materializará en la creación del Parque Científico y Tecnológico, liderado por la UN en asocio con la Cámara de Comercio y Colciencias. En este caso se parte del reconocimiento de la capacidad de la ciudad para afrontar el desafío de la innovación. Entre 2013 y 2015, concentró el 45 por ciento de la inversión en I+D del país, así como alrededor del 40 por ciento de grupos de investigación activos en Colciencias y alrededor del 42 por ciento de los graduados de doctorado. Los 35 programas de doctorado que la UN tiene en Bogotá equivalen al 55 por ciento de los ofrecidos en la ciudad, y los 101 programas de maestría equivalen al 44 por ciento, lo que muestra no solo el potencial de la institución, sino la responsabilidad que tiene con su entorno inmediato. En sentido estricto no se trata para la Universidad de un nuevo proyecto, sino de generar el espacio adecuado para dar continuidad a soluciones que ha propuesto: la creación de un hub de contenidos digitales, la de una aceleradora de transferencia de conocimiento, apoyada entre otras cosas en la reciente Ley 1838 de creación de empresas de base tecnológica (spin-offs) o el ViveLab, cuya trayectoria es ya reconocida en el ámbito del emprendimiento y el desarrollo de proyectos digitales. El Parque Científico y Tecnológico operará como una suerte de eslabón perdido que aspira a solucionar la brecha que persiste entre las actividades académicas y el sector empresarial, y a cumplir el deseo de articular el conocimiento con la producción y la innovación. Creemos que es posible y estamos preparados.


Ruta 82 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

CAR RE

Hay muchas formas de recorrer y gozar la Universidad Nacional. Aquí una guía para hacerlo por los edificios que, por su riqueza arquitectónica o histórica, son patrimonio cultural de la nación.

RA 45

patrimonial Estadio Alfonso López (1937)

Portería carrera 45

Edificios fuera de la Ciudad Blanca

Centro Jorge Eliécer Gaitán (museo)

Conjunto de Veterinaria (1938) Edificio las Nieves (librería) Carrera 7.a con calle 20

Claustro San Agustín

Portería hemeroteca

Edificio de Posgrados Rogelio Salmona (1999)

Portería ICA


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Portería carrera 53 DIA

GON AL 5

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NORTE

Laboratorio Químico Nacional (1941)

Edificio de Economía (1961)

RA 30

E CARR

Laboratorio de Ensayo de Materiales (1942)

Edificio de Ingeniería Julio Garavito Armero (1943) Edificio de Artes Plásticas (1940)

Facultad de Ciencias (1937)

Auditorio León de Greiff (1969)

Portería peatonal calle 45 (1938)

Portería calle 45

Edificio de Derecho (1938)

Edificio de Sociología (1964)

Edificio de Contaduría (1939) Edificio de Lenguas Extranjeras (1939)

Edificio de Filosofía (1939)

Portería peatonal calle 26 (1938) CALLE 26 Portería calle 26

Portería capilla

Portería capilla


cultural

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Camino

CAR RE

RA 45

La Universidad es más que ciencia e investigación. La Ciudad Blanca también cuenta con una amplia gama de museos y colecciones que abarcan desde pintura hasta biología.

Esculturas 1. Cristo Crucificado, Miguel Sopó Duque 2. Los cuatro evangelistas, Miguel Sopó Duque 3. Caballo, Rodolfo Bodensiek 4. Naturaleza herida, Andrés Villamil 5. Tritones, homenaje al mar 6. Amerika, Colmenares, Patiño y Quiñones 7. Rinoceros, Rodolfo Bodensiek 8. Busto Carlos Lleras Restrepo 9. Parque A. Von Humboldt 10. Homenaje a Pumarejo de Feliza Bursztyn 11. Ventana, Carlos Rojas 12. Doble arco caracol, Ramírez Villamizar 13. Busto Francisco José de Caldas 14. Busto Louis Pasteur

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Portería carrera 45 11

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Portería hemeroteca

Portería ica


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Portería carrera 53 DIA

Museos y Colecciones

GON AL 5

3

12

1. Colección Pizano 2. Colecciones y exposiciones Sindu 3. Museo de Arte 4. Colección Bibliográfica José Félix Patiño 5. Museo de Arquitectura Leopoldo Rother 6. Colección científica laboratorio de antropología física 7. Colección científica laboratorio de etnografía 8. Colección científica laboratorio de arqueología 9. Colección paleontológica 10. Colección científica Museo de Entomología 11. Museo de la Ciencia y el Juego 12. Museo de Historia Natural

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RA 30

E CARR

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Portería calle 45

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Portería capilla

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CALLE 26 Portería calle 26


86 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Más cerca de la gente Durante dos décadas, Unimedios ha realizado un trabajo riguroso y crítico para llevar a los colombianos de todos los rincones del territorio las principales noticias en los diferentes campos del conocimiento que se gestan en la Universidad Nacional.

D

esde hace 20 años, los colombianos cuentan con una agenda informativa cualificada que les ha permitido saber, por ejemplo, sobre el hallazgo en Gorgonilla de fragmentos del meteorito que extinguió a los dinosaurios, o cómo los sonidos de la marimba se pueden escuchar al ritmo de la física. Miles de noticias han sido publicadas por la Unidad de Medios de Comunicación (Unimedios), la agencia informativa de la Nacional. Desde 1997, esta entidad se sumó al acontecer informa-

tivo colombiano convirtiéndose en la agencia de noticias líder en difusión de información académica. Unimedios ha sido un valioso aliado, no solo de la modernización de la UN como institución, sino para visibilizar su producción científica. Además, ha sido fundamental para consolidar una opinión pública más cualificada. Para cumplir con estos propósitos, Unimedios cuenta con UN Periódico, UN Radio y UN Televisión. Además, su trabajo se articula con la Oficina de Medios Digitales y la Oficina de Proyectos Estratégicos.

En 305 municipios se lee ‘UN Periódico’

• El periódico impreso de la Universidad Nacional de Colombia es considerado como el medio de divulgación, por excelencia, de ciencia y tecnología del país, además de ser promotor de análisis de temas de interés nacional e internacional. En la actualidad circulan 187.000 ejemplares que llegan a 305 municipios.

Red radiofónica que se ensancha

• UN Radio comenzó en 1990, en el dial 98.5 FM de Bogotá; al poco tiempo la señal llegó a Medellín a través del100.4 FM. Recientemente, ha creado centros de producción radiofónica en Manizales y Orinoquia, y prevé poner en marcha uno en Amazonia. Los programas cuentan con profesores e investigadores de la institución y de otras entidades, nacionales e internacionales. Dentro de los espacios orientados a la formación de una opinión pública se encuentran UN Análisis, Hipótesis, Voces milenarias, Historias del conflicto y Pos Scriptum. La tradición y las expresiones contemporáneas de músicas que no circulan por los canales comerciales han sido una de sus mayores fortalezas de Unimedios.

Televisión de calidad

• La Oficina de Realización y Producción Audiovisual se ha especializado en productos con contenidos culturales, de ciencia y tecnología, que han sido emitidos en canales como History Channel, Señal Colombia, Señal Institucional, Canal Capital y City TV. Sus documentales han recibido reconocimientos internacionales como el Maeda Prize y la Palmera de Plata; y diversos premios nacionales.

Agencia de noticias

• Es referente informativo de la comunidad universitaria y de la prensa nacional. La agencia sigue las actividades desarrolladas en las sedes de la Universidad y las transforma en material para divulgarlo en los medios de comunicación del país.


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WEB UNAL

1.188.838

# de visitas con interacción promedio por mes en 2017

Agencia de Noticias

172.365

PRENSA

16 premios

187.000

ejemplares llegan a 305 municipios de todo el país

nacionales de periodismo

Periódico Considerado medio de difusión, por excelencia, de la ciencia y la tecnología del país, y promotor de análisis de temas de interés nacional e internacional

47.097

# de visitas

Circula con EL TIEMPO y ADN estratégicamente en puntos de distribución en Medellín, Manizales, Palmira y Bogotá

con interacción promedio por mes en 2017

Llega a 9 ciudades en Estados Unidos, 1 en China y 1 en Francia

RADIOFÓNICA

AUDIOVISUAL

107

394

capítulos de opinión emitidos a través de la televisión pública nacional en 2016

98.5

Bogotá

Radio

27 años al aire

100.4 Medellín

Frecuencias moduladas en

2 centros de producción radiofónica, de Manizales y de la Orinoquia

Proyectos de centros de producción y/o estaciones a nivel nacional

Televisión

20 años de producción y emisión audiovisual

UN Radio

Alianzas estratégicas con canales públicos nacionales y regionales

web

252

79

clips informativos que apoyan los boletines diarios de la Agencia de Noticias UN en 2016

Programación multitemática y multicultural

75.150

productos audiovisuales desarrollados y emitidos

Asociación con emisoras de Francia, México y Paraguay

# de visitas con interacción promedio por mes en 2017

productos institucionales en 2016

10 series web originales, diseñadas y producidas desde Bogotá, Medellín y Manizales, con un total de 200 capítulos en 2016

10.863 # de visitas con interacción promedio por mes en 2017


88 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Cultura, la otra UN

La fructífera unión de cultura, arte y universidad ha permitido crear un ambiente más propicio para el conocimiento y la innovación.

C

uando el rector José Félix Patiño M. Belén Sáez puso en marcha su reforma, tomó la de Ibarra iniciativa de crear espacios culturaDirectora de les que permitieran a los estudiantes Patrimonio Cultural Universidad acceder a una educación humanístiNacional de ca universal, toda una nueva definición de la uniColombia versidad para Colombia. En ese contexto nacieron el Auditorio León de Greiff, el Museo de Arte y los museos de historia de la investigación de las ciencias, como el de Ciencias Naturales. La universidad, como institución, se diferencia de cualquier otro centro de aprendizaje cuando en ella se configura una vivencia cultural en un ambiente de creación y conocimiento. Por eso, con estos nuevos espacios y actividades culturales la Nacional dio un salto de una visión provinciana hacia una universal, una valiosa piedra angular del mundo CUANDO LA CULTURA social. Así que la responHACE PARTE DE LA sabilidad que yace detrás FORMACIÓN DE de esta concepción de UNA UNIVERSIDAD, universidad es la de formar ciudadanos (y por lo SE DIFERENCIA DE tanto ciudadanía) que enOTRO CENTRO DE tienden el mundo y sus APRENDIZAJE metamorfosis, pero además su papel como sujetos críticos, autónomos, líderes y pensantes. La naturaleza transdisciplinar de nuestros empeños nos ha llevado a que los espacios culturales que existen en la ciudad universitaria, reunidos en la Dirección de Patrimonio Cultural, intercambien proyectos y programación y se articulen entre ellos. Gracias a una visión contemporánea del archivo, de la cultura material e inmaterial y de las prácticas artísticas como un todo inescindible, pensamos el patrimonio como una memoria activa de proceso, que actualiza el pasado en cada rememoración, o reflexión, en busca de dar lugar a voces ocultadas, acalladas o subalternas, y de crear nuevas manera de hablar, pensar y construir la realidad social y la ciencia.

AUDITORIO LEÓN DE GREIFF Es una de las más sofisticadas salas acústicas de América Latina y la más grande del país con sus 1.650 sillas. Fue diseñado por Eugenia Mantilla de Cardoso. Declarado monumento nacional de Colombia y Premio Nacional de Arquitectura, es una de las joyas de la arquitectura moderna en el país y el corazón simbólico de la Ciudad Universitaria. El León de Greiff es la casa de la música en Colombia, semillero de voces e intérpretes y cuna de orquestas. Durante 47 años, ha sido la casa principal de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB), considerada como una de las mejores del continente y patrimonio cultural de la sociedad colombiana. En este escenario se articula un ambicioso programa que en asocio con el Conservatorio de la Universidad Nacional incluye la formación de niños y jóvenes con connotados profesionales de la música clásica, el jazz y la electroacústica. También se han producido, junto con el Conservatorio, óperas como La flauta mágica de Mozart, Eugenio Oneguin de Tchaikovski y muy pronto la ópera contemporánea: El último día de Pizarro, compuesta por el profesor Moisés Bertrán para conmemorar los 150 años de la Universidad. De igual manera, se han producido sinfonías corales para orquesta y solistas con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, actualmente dirigida por Guerassim Voronkov, como la sinfonía Resurrección de Mahler, entre otras muchas. En este momento se está produciendo la ópera contemporánea Material, dirigida por Heiner Goebbles.


Andrés Felipe Castaño Jiménez

SESQUICENTENARIO 1867-2017 | 89

CLAUSTRO DE SAN AGUSTÍN Ubicado en La Candelaria, pertenece a la UN desde 2006, cuando lo recibió de parte del Ministerio de Cultura para ser totalmente recuperado y restaurado, con el fin de custodiar y exponer las colecciones museológicas y patrimoniales de la UN. Esta construcción es monumento nacional desde 1975. En este edificio colonial se socializan algunas de las diversas colecciones de arte y de ciencia que son exhibidas constantemente allí, desde donde se proponen diálogos con el arte contemporáneo como la comisión Lágrimas de Carlos Motta, en relación con las colecciones de ceroplastia del Museo de Historia de la Medicina y colecciones antropológicas de la Academia Colombiana de Medicina. Allí pueden apreciar y disfrutar la obra El origen de la noche, que más que una pieza sonora de tres horas de duración es una larga investigación intercultural que se concreta en un saludo y reconocimiento sagrado del territorio en la voz y sonidos de la oratoria y ceremonias de varias culturas amazónicas.

DONACIÓN PATIÑO El más reciente elemento incorporado en la vida cultural y humanística de la UN es la donación del exrector José Félix Patiño Restrepo, ubicada en el cuarto piso de la Biblioteca Central Gabriel García Márquez. Tiene más de 11.000 libros y documentos y una amplia colección de música, única en América Latina. Cuenta con siete versiones de Historia natural de Plinio Cayo, la primera enciclopedia de la humanidad que se remonta al siglo primero antes de cristo y que es el inicio del pensamiento universal de las ciencias. Así podemos consultar unos 35 libros de esta naturaleza y más de 300 de alto valor patrimonial, de una biblioteca que es como unidad patrimonio de la nación y ejemplo del pensamiento holístico, basado en la cultura de uno de los más entrañables líderes sociales y científicos de la UN.


90 | UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

MUSEO DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Desde mediados de los años sesenta, bajo la dirección de la artista argentina Marta Traba, este espacio ha tenido una gran significación para las artes en Colombia, ya que desde allí se gestó lo que es hoy el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Bogotá. Actualmente, el Museo de Arte de la UN, además de ser un lugar para la enunciación del pensamiento que incluye diferentes estéticas e incorpora la performatividad EL MUSEO TIENE UNA cultural, fomenta COMPLETA COLECCIÓN la creación DE ARTE, QUE NO HA transdisciplinar con PARADO DE NUTRIRSE la estrategia del trabajo colectivo y GRACIAS AL TRABAJO la colaboración. Por QUE ALLÍ SE HACE medio de su programa de comisiones y producción de exhibiciones, único en la historia del arte del país, ha venido conformando una colección internacional de piezas de gran envergadura en los lenguajes de videoinstalación e instalaciones espaciales, así como de escultura, pintura, fotografía y dibujo de la contemporaneidad. En la colección hay obras de Ryoji Ikeda, Ursula Biemann, Hannah Collins, Carlos Bunga, Carolina Caycedo, María Elvira Escallón, José Alejandro Restrepo, Miguel Ángel Rojas,

Clemencia Echeverri, Miler Lagos, Abel Rodríguez, Juan Fernando Herrán, entre muchos otros. Los procesos que fomenta el museo abren paso a una serie de proyectos de largo plazo, en donde van surgiendo productos que sobreviven la instancia de su exposición. Así, por ejemplo, el proyecto Selva Cosmopolítica, que se inició hace más de un lustro, ha sido un laboratorio para estudiar y para hacernos conscientes del gran valor de la vida como entidad sagrada, aludiendo a los saberes ancestrales de nuestras propias culturas originarias, en donde el territorio, la tierra, la naturaleza se configuran como espacio geopolítico de conflictos, pero también de esperanza y de convivencia entre nosotros y otros seres que comparten nuestro hogar. En el proceso de Selva Cosmopolítica se han recuperado y clasificado archivos sonoros y visuales, culturales y científicos, como el archivo del biólogo Juan Manuel Rengifo, que con una colección de 65.000 imágenes de animales en su contexto natural reúne gran parte de la diversidad animal de Colombia. Además, se han comisionado y producido 13 grandes proyectos durante 10 años, como la exhibición de Datamatics del compositor electroacústico japonés Ryoji Ikeda, que hace una inmersión a la era electrónica en una ambiciosa instalación audiovisual, o Variaciones sobre el purgatorio de José Alejandro Restrepo y la relación imagen, religión y política, que se refiere a la negociación del proceso de paz con las autodefensas en el Gobierno del presidente Uribe.



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Patrimonio de todos los colombianos


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