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DEL INA

Había una vez una delfina que se encontraba sola porque una bala que había disparado un cazador cayó sobre su aleta. Ella estaba muy triste, pero un día una ola la arrastró a la orilla del mar. Allí apareció una persona que la curó y la salvó. Esa persona se llamaba Josefa, era una rescatista de animales. Hubo una fiesta para celebrar lo que había hecho por la delfina y ella se vistió de gala. Al final, la Delfina volvió a su hábitat y desde ese día se despierta feliz cada mañana al ver el sol.

Juan Pablo López Bareño

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En el frio incesante de la noche me encuentro sola Entre las ramas de tu bosque, el agua ilumina a lo lejos, Más resplandeciente que la misma luna, aquella que me muestra el camino. ¿Sabes los deseos más recónditos de mi corazón?

Porque comienzo a sospechar que tu ego no te lo permite.

Ya el agua cristalina de tu lago me lleva cada vez más cerca del abismo.

Ahora dime: ¿Me atarás la soga al cuello?

Tu Lago

Marian Lorena

Ciudad Jardín, el barrio de mi infancia, guarda sin duda muchos recuerdos valiosos para mí. Siempre me dan ganas de regresar a sus calles, esos lugares de los que mi madre me quiso cuidar. Recuerdo cosas bellas que perdí: mi bicicleta de rines amarillos, las empanadas con el mejor ají, el perro juguetón que siempre me quería acompañar a todas partes… Había unas adineradas damas grises que llegaban a practicar con nosotros la caridad. Y un recuerdo increíble: cuando llovía, en el potrero de atrás se formaba una especie de rada o laguna donde los muchachos grandes, entre ellos mi primo Arnoldo, se las ingeniaban para nadar. Yo jamás me lancé a esa piscina improvisada por una timidez natural y por no desobedecer a mi mamá.