“Un alma atormentada que convirtió su dolor en belleza inmortal.”
Vincent Van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en Zundert (Países Bajos) y fue hijo de un pastor protestante. Durante su infancia sufrió por haber sido el sustituto de un hermano que nació muerto justo el mismo día, pero un año antes que él, y al que también habían llamado Vincent. Es una figura emblemática de arte moderno, libertó los colores en la pintura. A través de éstos, procuró captar la esencia de los seres y de las cosas, traducir emociones e intuiciones, sin los compromisos con la verosimiltud que dominaban el arte académico de su tiempo. Su extensa obra – no reconocida en vida – y su existencia trágica e intensa atraen, desde hace décadas, a estudiosos de los más diversos campos.
El pequeño Vincent fue un niño solitario y asistió a la escuela de manera muy irregular hasta que la abandonó definitivamente a los quince años. De adolescente desarrolló un carácter muy difícil y una personalidad cambiante e inestable. Años mas tarde, Van Gogh comentaría sobre su juventud: “Mi juventud fue triste, fría y estéril”.
Desde entonces no pararía de pintar a un ritmo frenético durante 5 años, hasta su trágica muerte se ha hablado de su turbulenta vida y de su locura, de la famosa oreja y de su carácter intratable. Sin embargo, y por mucho que se especule, su arte era de lo más lúcido. Van Gogh no pintaba así por «estar loco», no veía las cosas así (eso sería genial!) sino que fue un audaz experimentador y todo un erudito en la historia del arte.
De Van Gogh suele decirse que fracasó en prácticamente todos los aspectos de su vida. Vincent pintaba con una celeridad obsesiva, y llegó a reunir un gran número de obras que, aunque apenas se vendieron y expusieron en vida, abrirían el camino del arte moderno, sirviendo como referente para artistas que encabezaron movimientos vanguardistas como el expresionismo. 37 años después de su nacimiento, en 1890, moriría en Auvers-sur- Oise, cerca de París, en la auténtica ruina.
Vincent van Gogh es el paradigma del pintor atormentado, un genio solitario que en vida no logró vender ni un solo cuadro, aunque hoy su obra tiene un valor incalculable. Si bien sufrió graves trastornos mentales, también fue un artista profundamente influenciado por su tiempo. Evolucionó desde la monocromía característica de la pintura holandesa y el realismo de sus ídolos, como Millet y Rembrandt, hasta el uso vibrante del color que lo define hoy, pasando inevitablemente por la huella del impresionismo. Pero sería muy simplista afirmar que su particular estilo (colores chillones, pinceladas bruscas…) se debe a su estado piscológico. En realidad Van Gogh pintaba de esa forma porque ese era su estilo, un estilo lúcida y conscientemente adquirido. Loco o cuerdo, sus cuadros eran relativamente independientes de su psique.
En 1869 empezó a trabajar como aprendiz en Goupil& Co. (más tarde Boussod & Valadon), una importante compañía internacional de comercio de arte de La Haya de la que su tío, también llamado Vincent,fue socio.
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A Van Gogh le gustaba el trabajo ya que se sentía atraído por el arte. Le gustaban los pintores holandeses del siglo XVII como Rembrandt y los paisajistas franceses como Millet. Su carácter arisco hizo que fuera trasladado a Bruselas y posteriormente a Londres, donde tuvo su primera crisis al enamorarse de la hija de los dueños de la pensión donde se alojaba,Úrsula Loger, quien rechazó su proposición de matrimonio. Acabó siendo despedido en 1876 tras un traslado a París. Con el tiempo, su religiosidad se había ido agudizando y decidió seguir los pasos de su padre e ingresar en la escuela evangélica tras no ser admitido en la Facultad de Teología protestante de Ámsterdam. Van Gogh ingresó en un centro protestante de Bruselas y en 1879 fue enviado como misionero evangelista a Wasmes, en la región minera de Borinage (Bélgica).
Fue una época trascendental en la vida de Vincent. Se dedicó por completo al cuidado de los mineros, despreocupándose de la ropa, de la comida y de los asuntos terrenales. De ese período es Los campesinos comiendo patatas, una de sus obras más célebres. Finalmente, en 1880 regresó agotado a casa de sus padres y decidió dedicarse a la pintura.
Sobre su supuesta locura, que lo llevó al suicidio, se ha teorizado mucho. De hecho, no existe evidencia alguna, ni siquiera el historial clínico, sobre tal enfermedad. Es difícil definir, entonces, si se vio afectado por una patología en concreto a partir de pocos testimonios que existen, las cartas a su hermano Theo y a otros artistas, en las que se ven reflejados muchos más momentos de lucidez que de locura. Van Gogh impregnó sus obras de una oscura personalidad fruto de su carácter. Quería pintar gente trabajando y reflejar con un absoluto realismo la vida cotidiana de los más desfavorecidos. Como punto de partida se fijó en los pintores realistas franceses, como Millet. También tuvo un claro referente en Rembrandt en cuanto al color. A partir de entonces usará gamas de tonos más oscuros e iluminará escasamente los ambientes,un ejemplo de esta época es su obra El tejedor.
Vincent van Gogh nunca dejó de producir. Para algunos, fue un lunático que reflejaba en su pintura las secuelas y las crisis de un posible trastorno mental. Para otros, un hombre que se resignó a ser tachado de loco antes que doblegarse a lo que la moral del momento le exigía.
Vida en París
Tras enamorarse de su prima Kate, Van Gogh abandonó la casa de sus padres y se trasladó a París con su hermano Theo, donde pudo ver la obra de los impresionistas y conocer a Toulouse-Lautrec y Paul Gauguin. En esa época Van Gogh experimentó con el neoimpresionismo, estilo que había conocido a través del pintor Paul Signac, y se decantó por el paisaje y el retrato empleando colores puros y pinceladas de pequeños toques que recuerdan al puntillismo, una técnica que consiste en componer una obra mediante el uso de puntos diminutos.
En 1887, durante su estancia en Arlés, en el sur de Francia, Van Gogh realizó un gran número de obras: autorretratos, paisajes, pinturas de flores como Los girasoles o La terraza de café en la Place du Forum, en las que logrará superar las limitaciones cromáticas de los impresionistas y sus composiciones estarán dominadas básicamente por dos tonos: el azul y el amarillo.
En su intensa correspondencia con su hermano Theo, al que siempre consideró su único amigo, le ofrece una explicación sobre su obra El dormitorio del artista en Arlés: “Esta vez se trata únicamente de mi habitación; sólo que aquí el color ha de serlo todo, y su simplificación, que da una mayor grandiosidad a las cosas, pretende evocar el descanso o el sueño en general. En una palabra, al mirar el cuadro debería reposar la mente, o más bien la imaginación”.
A instancias de Theo, Paul Gauguin se instaló junto a Van Gogh en la “casa amarilla” (así llamada por el color de sus paredes) en octubre de 1888. La relación entre Van Gogh y Gauguin se fue haciendo más y más difícil debido al fuerte carácter de ambos. En el transcurso de una discusión, Van Gogh llegó a atacar a Gauguin con una navaja de afeitar; luego, al parecer, arrepentido de aquel ataque de ira, se cortó el lóbulo de la oreja para expiar su culpa y se lo hizo llegar a Gauguin, quien, lejos de conmoverse ante aquella muestra de contricción, lo tildó de loco peligroso con el que no tenía ninguna intención de convivir. De este confuso lance (pues existen otras versiones del mismo) dan fe dos célebres autorretratos del pintor con una oreja vendada; en el segundo de ellos, Autorretrato con la oreja cortada y pipa, de 1889, aparece fumando melancólicamente su pipa, ensimismado y sombrío.
Tras la marcha de Gauguin, Theo le visitó y le convenció para que ingresara en el hospital de Arlés. En mayo de 1889, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, Van Gogh pidió ser ingresado en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence, donde permaneció doce meses.
Una tormenta en la mente.
“En el transcurso de una discusión, Van Gogh llegó a atacar a Gauguin con una navaja de afeitar y luego, al parecer, arrepentido, se cortó una oreja”
Quienes se han dedicado a especular sobre la enfermedad mental de Van Gogh, datan los principales acontecimientos relativos a su psicosis durante su estancia en Arlés, esta ciudad del sur de Francia, a la que Vincent se traslada en febrero de 1888. Allí pasará un año y tres meses.
Durante este período, y empecinado en la idea de que su casa sirviese como lugar de acogida de otros artistas, en octubre de 1888 recibe a Paul Gauguin (1848-1903). Sin embargo, el 23 de diciembre del mismo año, la convivencia se trunca al suceder el hecho que le dará la fama de por vida (cortarse parte de su oreja izquierda). Como consecuencia, Vincent es ingresado en el hospital de Arlés, donde es tratado por el doctor Félix Rey quien, a pesar de no ofrecer un diagnóstico oficial, sospecha que sufre epilepsia, provocada, en gran parte, por la mala alimentación y el abuso de sustancias como el café y el alcohol.
“Mi querido Theo: en tanto que mi espíritu estaba completamente falto de asiento, habría sido en vano que hubiera intentado escribirte para responder a tu buena carta. Hoy acabo de regresar provisionalmente a mi casa; espero que será de veras”. A partir de entonces, las idas y venidas de Vincent al sanatorio son constantes. En febrero de 1889, es de nuevo hospitalizado, aunque pronto se le autoriza, de forma provisional, a regresar a su casa.
A finales del mismo mes, sus vecinos de Arlés solicitan que vuelva de manera definitiva al hospital y, así, el 8 de mayo de 1889 Van Gogh es internado en el psiquiátrico Saint-Paul-de- Mausole, en Saint-Rémy, en el que estará un año, sufriendo, según los médicos, diversos síncopes y crisis, una de ellas tras exponer en el Salon des Indépendants de 1889. Es allí, desde la ventana de su habitación del asilo, donde pintará La noche estrellada: “Esta mañana he visto la campiña desde mi ventana largo tiempo, antes de la salida del sol; no había más que la estrella matutina, que parecía muy grande”.
Durante este tiempo es constante su deseo de curación, y así lo hace saber a su hermano: “Ahora, ya comprenderás que si mi locura ha venido evidentemente por culpa del alcohol, habrá sido muy poco a poco y también se irá muy poco a poco, en caso de que se vaya, por supuesto. O si vino de fumar, pues lo mismo. Eso es lo único que deseo –la curación–, sin la asombrosa superstición de ciertas personas respecto del alcohol, de manera que ellas mismas se privan de beber y fumar”.
Finalmente, en mayo de 1890, es trasladado a la localidad de Auvers-sur-Oise, donde vive en relativa libertad bajo la atenta mirada del doctor Gachet, psiquiatra y aficionado al arte moderno. En una ocasión escribió a Theo: “No te oculto que hubiera preferido morir que causar y sufrir tantas molestias”. El 27 de julio del mismo año, Vincent-según la teoría sentada- se propina un disparo en el pecho. Dos días después, muere en brazos de su hermano.
Un Final Enigmático
Durante los últimos treinta meses de su vida, Van Gogh llegó a realizar quinientas obras y en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. El 22 de febrero de 1890, Van Gogh sufrió una nueva crisis calificada por él “como el punto de partida de uno de los episodios más tristes en una vida ya plagada de tristes acontecimientos”.El crítico de arte Robert Hughes escribió que, entre mayo de 1889 y mayo 1890, Van Gogh “tuvo arrebatos de desesperación y alucinación que le impedían trabajar, y entre ellos, meses en los que pudo hacerlo y lo hizo marcado por el éxtasis de un extremo visionario”.
Sin embargo, su depresión empeoró y, según la versión oficial, el 29 de julio de 1890, a la edad de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, se disparó en el pecho con un revólver. No se dio cuenta de que su herida era mortal y volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después en brazos de su hermano Theo.
En su lecho de muerte se encontró una carta en la que venía escrito: “Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias”.
Lo que verdaderamente se empezó a considerar a partir de la muerte del pintor fue su dedicación temperamental a la pintura, que lo aislaba tanto física como psicológicamente, llegando a crear un estilo propio que contribuiría a cambiar el sentido del arte. “Quiero hacer dibujos que golpeen a ciertas personas. […] Sea en figura, sea en paisaje, yo quisiera expresar no algo así como un sentimentalismo melancólico, sino un profundo dolor.
Por encima de todo, yo quiero llegar a un punto en que se diga de mi obra: este hombre siente profundamente y este hombre siente delicadamente. A pesar de mi reconocida torpeza, ¿me comprendes, no?, o quizá a causa de ella. ¿Qué soy a los ojos de la mayoría de la gente?: una nulidad o un hombre excéntrico o desagradable, alguien que no tiene un sitio en la sociedad ni lo tendrá”.
“No sé si quiero seguir viviendo.”
En teoría, el pintor se había suicidado y, de hecho, es la hipótesis más aceptada actualmente por la comunidad científica. Pero en 2011, Gregory White Smith y Steven Naifeh, publicaron el libro Van Gogh: la vida, donde ponían en duda la hipótesis del suicidio del artista.Ambos autores presentaron varias pruebas que, según ellos, refutaban el suicidio: la supuesta nota de suicidio que se encontró entre las ropas del artista no era tal, sino que se trataba del borrador de una carta dirigida a su hermano Theo. Otra prueba que sustentaba su teoría es que el artista había pedido una enorme cantidad de pinturas tan sólo dos días antes de morir, lo que no tendría mucho sentido si tenía planeado quitarse la vida.
Además consideraron que las heridas mortales que presentaba el cuerpo de Van Gogh no eran del todo coherentes con la historia oficial de su muerte.El primer disparo fue en el abdomen (no es habitual que un suicida se dispare en el abdomen).
Otro hecho que encontraron extraño es que el cuerpo agonizante fue hallado a casi un kilómetro del lugar donde recibió el primer disparo (¿puede un hombre agonizante recorrer esa distancia?).
El segundo disparo fue en el pecho, aunque no llegó a tocar órganos vitales. Y, para rematar el misterio, al parecer nunca se encontró el arma (aunque recientemente se ha subastado en París un arma que supuestamente es la pistola que acabó con la vida del artista).
Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise. Se considera que sus trastornos mentales fueron producto de una insuficiencia renal, probablemente a causa de piedras en el riñón, aunque según otros autores su enfermedad mental era producto de la sífilis. Poco después, su hermano Theo ingresó en una clínica de Utrecht, donde falleció el 25 de enero de 1891, a los seis meses de la muerte de su hermano. En 1914 el cuerpo de Theo fue exhumado y enterrado junto su querido hermano Vincent.