He escrito e ilustrado este pequeño libro con la intención de que pueda ayudarte a conocer y aceptar cada una de tus emociones y sentimientos, en especial aquella que nos afecta a muchos: la ansiedad. Cada parte de este libro está basado en mi experiencia, leyendo descubrirás si más allá de estas páginas somos parecidos.
att: Maybell Amaya
Estoy aquí porque quiero que me conozcas; tengo 12 años desde hace dos días, y desde que el mundo de los 12 llegó a mi vida he experimentado unos cambios que me tienen un poco aterrada. Voy a contarte el inicio de todo, justo en aquella noche...
Era mi primer noche de insomnio, mi cabeza creyó que sería buena idea pensar en todas esas cosas que aún no suceden. Pasó tanto+ tiempo que empezó a amanecer, frustrada intenté obligarme a dormir y en mi desepe+ ración no vi llegar esa sombra mounstrosa que de un momento a otro se apareció en mi habitación, pero, ¿qué es eso?...
Con la poca valentía que me quedaba me puse de pie y decidí enfrentarlo, mientras por dentro yo me moría de miedo, el mounstro parecía feliz de verme y no mos+ traba miedo en acercarse a mí. Habló de manera amigable y dijo:
— Me hace feliz que puedas conocerme, he esperado por mucho tiempo que llegara este momento.
¿Qué? ¿acaso el mounstro ya me conoce? ¿desde cuándo? ¿cómo me conoce? ¿por qué yo nunca lo había visto antes?
Los siguientes días fueron muy terribles, tenía miedo de volver a verle, siempre apa+ recía en mi peor momento. En la escuela cuando sentí que no podía respirar por miedo a que la maestra preguntara por la tarea que no había hecho, el mounstro apa+ reció; luego cuando con mi familia fuimos a la playa y creí que moriría en las enormes olas de mar, el mounstro apareció. Al pare+ cer tenía que acostumbrarme a la idea que el mounstro nunca más se iría de mi vida.
El mounstro siempre estuvo ahí, solo se marchaba si yo me sentía bien. Me acos+ tumbré a su presencia y hasta nos volvimos amigos; descubrí que éramos más parecidos de lo que yo pensaba, compatíamos mismos temores, gustos, sueños y sentimientos.
Hay momentos en los que llego a sentir como si fuésemos uno mismo...
