Parroquia San Ignacio de Loyola Del 9 al 15 de Abril de 2012
Boletín Informativo semanal [Volumen 3, N° 135]
Mucho que agradecer 1
Algunos signos de la pasión de Jesús, en nuestra Parroquia. Durante esta semana santa hemos ido siguiendo paso a paso, la culminación de la Cuaresma, donde cada uno de nosotros de alguna forma ha participado, no como una actividad más sino como un signo de nuestra propia vida. El jueves santo, con todo lo que ello implica; el viernes santo, un día lleno de esperanzas, con las actividades de la mañana, un pequeño retiro, pero con la profundidad que se merece, en la tarde, las tres horas, con la liturgia de la palabra, adoración de la Santa Cruz, y la liturgia de Comunión. Del retiro saqué una lectura que el padre Arturo, dentro de muchas que nos señaló, pero en lo personal concluí en lo siguiente: viendo nuestra realidad, San Mateo 22,1-10. El banquete de bodas. Que el padre tituló, no puedo asistir a la boda, y uno se pregunta qué de verdad hay en ello?, era una invitación abierta, pero poco los comensales, por motivos justificables o no, esa es la realidad nuestra, tantos agentes pastorales con compromisos, pero el llamado no hace eco en el corazón para todos un llamado parroquial abierto. Durante las ceremonias, mucha gente participa, pero cuando hay que salir a la calle, al Vía Crucis, hay poca participación de los realmente comprometidos, no así de los que salen para estas ocasiones, que por lo demás, nunca tienen participación, ni oportunidad de hacer o decir algo o casi nada; ellos que no tienen compromiso en ninguna actividad parroquial, este año fueron muchos más que otros años, hombres mujeres y niños, avanzamos por nuestras poblaciones y villas muy bien estructuradas, hermosas jardines, eso como centro de nuestro Padre Hurtado, sin dejar de mencionar, la otra parte , que es más hermosa, con laguna artificial y todo incluido.¡ Pero la periferia sur ! Hermanos y Hermanas, es una realidad que parte el alma, mucha gente vive, como hace 40 años, en este pueblo de Padre Hurtado. Si bien es cierto hay casas bonitas, hay otras que no se pueden comparar, No existen veredas las calles son de tierra, algunas inundadas por el barro, por allí pasó Jesús con su cruz a cuestas, haciendo suyo el dolor de tantas personas, y mostrándonos a nosotros la realidad de tantos hijos e hijas de Dios, seguramente sus autoestimas no deben ser buenas por las condiciones de vida.