Ponencia Cuentos de Miedo

Page 1

z

Cuentos de Miedo Profesora: Estela Socías Muñoz


z


z

Cuentos de miedos

El miedo literario, con intención por parte del autor, comienza tal vez en el siglo XIX, con las novelas y los cuentos góticos, llenos de fantasmas y castillos ingleses, de niebla, luna llena y sombras en la noche, de cementerios y fuegos fatuos, de vampiros y maldiciones de ultratumba. Es un miedo romántico (en el sentido literal de la palabra, de la época del Romanticismo).

Ese miedo, a pesar de todo, sigue siendo racional, con una estructura de presentación, nudo y desenlace, con explicación lógica al final de los sucesos aparentemente sobrenaturales, y hasta con moraleja en el cierre.


z

Cuentos de miedos

Con Freud, a comienzos del siglo XX, el miedo alcanza el terreno del inconsciente: la enfermedad mental, el delirio, la paranoia, la esquizofrenia. El miedo ya no se presenta necesariamente por la amenaza de un enemigo exterior demasiado poderoso (siglo anterior), sino que está en el interior. El enemigo está dentro de nuestra mente.

Ya a finales del siglo XX han aparecido nuevos miedos emparentados a veces con la ciencia-ficción: seres cibernéticos o robóticos tipo androide, alienígenas poco amistosos, reencarnaciones del mismísimo diablo, zombis, revividos, expansiones víricas o radiactivas, violencia xenófoba, mutaciones causadas por la ingeniería genética y catástrofes nucleares.


z

Cuentos de miedos El efecto que persigue un relato de miedo es hacer que el lector pase miedo. Pero para ello es preciso involucrar al lector en el relato, de tal modo que sienta por empatía lo mismo que el protagonista.

El lector debe no solo comprender al protagonista, sino que, además, debe simpatizar con él, con su personalidad, preocuparse por lo que le suceda y desearle un final feliz.

Que el final sea feliz o no es otra cosa muy distinta: posiblemente ni nosotros mismos sepamos cómo va a terminar la historia hasta llegar al final. Debería ser una sorpresa tanto para los lectores como para el autor del texto.


z

UNA SUGERENCIA

A la hora de construir una historia de miedo, haz memoria y recuerda no solo lo que a ti te da miedo, sino en qué se traduce esa sensación de miedo. Revive en tu memoria esa experiencia y préstasela a tus personajes. Recuerda ese momento en el que te sentiste dominado por el miedo, y trata de diferenciar, a partir de la irracionalidad de esas sensaciones, los elementos que de manera racional puede decirse que crearon esa situación, que propiciaron ese estado de ánimo en que te viste sumergido, mejor aún si fue durante solo unos segundos.


z

Recomendaciones

Para causar verdadero miedo, maneja la tensión del ambiente, el silencio, la oscuridad, los gestos fallidos, lo que no se dice. Bucea y rebusca entre tus propios miedos; saca solo uno de ellos al exterior.

Mientras escribes, tú tienes que pasar miedo, tienes que notar que algo o alguien está situado amenazadoramente a tu espalda. Si tú no pasas miedo, es muy difícil que consigas convencer al lector.


z

Recomendaciones

Provoca más terror mostrar a un personaje que se ha quedado paralizado y no puede siquiera hablar que a uno que grita desesperadamente. Que a tu protagonista le pasen mil desgracias no necesariamente tiene que provocar inquietud: si te excedes en el terror, conseguirás más risa que miedo.

Para las escenas de tensión utiliza frases cortas y verbos de movimiento. Obliga al lector a quedarse sin aliento. No hagas digresiones, reflexiones ni retrospecciones en ese momento: déjalas para más adelante.


z

No existen muchos catálogos de fantasmas, pero podemos encontrarlos bajo diferentes formas Fantasmas clásicos: con sábana y cadenas arrastrando. Aúllan, pero rara vez hablan. Se sienten solos y buscan compañía (o intentan espantar y alejar a los habitantes de una casa). Si están desnudos, son un puro esqueleto. Ángeles: al igual que las hadas, descienden del cielo. Tienen forma humana, pueden tener alas ocultas, y acostumbran a vestir con trajes brillantes. Tienen una misión que cumplir: ayudar al protagonista.


z

No existen muchos catálogos de fantasmas, pero podemos encontrarlos bajo diferentes formas

Invisibles: solo percibimos su voz de ultratumba, su aliento y su roce. Actualmente pueden utilizar las nuevas tecnologías: teléfonos, televisión, Internet... Tienden a ser malignos Semitransparentes: a veces solo muestran una parte del cuerpo. Son intangibles y atraviesan paredes. Suelen ser más bien burlones, pero se puede pactar con ellos.


z

No existen muchos catálogos de fantasmas, pero podemos encontrarlos bajo diferentes formas

No-humanos: pueden tener forma de gnomos, bichos de apariencia repugnante o cambiante por rápidas metamorfosis. Es frecuente que vayan en grupo dispuestos a hacer gamberradas. Son poco sutiles y de mentalidad infantil. Sombras: más que verse, se presienten, como los invisibles, aunque los perros y otros animales los reconocen con facilidad y huyen de ellos. Es frecuente que aparezcan en el momento de la muerte de un personaje para llevarse su alma.


z

UNA SUGERENCIA Haz un esquema en el que recojas los espacios, características y circunstancias fantasmales que recuerdes haber conocido a través de los libros y del cine: dónde y cuándo aparecen, ante qué tipo de personas se hacen visibles, dónde se encuentran más cómodos, cuáles son sus gustos musicales o estéticos, cómo se visten, qué les hace salir huyendo. Amplía el catálogo de fantasmas añadiendo otros de tu cosecha. ¿Dónde habitan los fantasmas? ¿Están siempre allí o acuden solo en circunstancias especiales? ¿Es posible llegar a un acuerdo con ellos? ¿Qué quieren? ¿Qué ocurrió para que se transformaran en fantasmas? Intenta establecer afinidades entre esos distintos personajes.


z

¿Cómo construir al personaje principal? Tu protagonista no debe comportarse de modo irracional ni meterse en problemas por el simple hecho de tomar decisiones estúpidas. Debe tener un motivo contundente, ajeno a su propia supervivencia, para arriesgarse.

Los personajes no deben ser pasivos. No deben esperar que las cosas sucedan para después reaccionar. A medida que la situación se complica, deben tomar decisiones lógicas y extremas para enfrentarse con los enemigos, se trate de seres sobrenaturales, de fantasías que nacen en sus cerebros o de humanos como ellos.


z

¿Cómo construir al personaje principal?

Los protagonistas no deben ser superhombres ni supermujeres que siempre triunfan en cada acción que ejecutan. Eso eliminaría todo el suspense. Algunas decisiones deben mejorar su situación, y otras empeorarla. Pero lo importante es que tanto de los pequeños triunfos como de los fracasos deben sacar enseñanzas que podrán ser aplicadas en las siguientes acciones.

Los personajes deben tener una historia y un pasado exterior a la trama principal de miedo o terror que están viviendo. Ese pasado no debe ser un simple resumen de dónde nacieron, crecieron y estudiaron, sino que debe ser un pasado que los afecte en su comportamiento actual.


z

¿Cómo construir al personaje principal?

Los protagonistas deben tener dos tipos de problemas: uno externo (el que están sufriendo al enfrentarse con la cuestión central del relato) y otro interno (heredado de sus propias experiencias pasadas). En el relato, pues, habrán de enfrentarse no solo con un enemigo externo, sino también con sus propios fantasmas interiores.

Los personajes principales no deben preocuparse únicamente por su propia supervivencia. Si la primera motivación del protagonista es salvar su vida, ningún lector simpatizará con él. Pero si trata de salvar a otro personaje con el que mantiene una relación afectiva dentro de la historia (un familiar, un amigo, un niño...), el lector se pondrá definitivamente de su parte.


z

¿Cómo construir al personaje principal? No exageres las cualidades y virtudes de tu protagonista. Debe ser capaz de sacrificarse, pero no lo conviertas en un santo. Su amor debe mostrarse a pequeña escala: sobre otro personaje más indefenso que él mismo. No lo dibujes como un amante de la ecología, el amor universal, caritativo, sentimental, enemigo de las centrales nucleares y todas las injusticias del mundo, porque en ese caso nadie podrá identificarse con él y, además, su sacrificio no supondrá ningún esfuerzo, sino un comportamiento lógico y natural.


z

 ¡Ahora ánimate y

ponte a escribir tu cuento de miedo!


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.