Tocopilla y el agua potable
“En el tramo de la costa comprendido entre la boca del río Loa y la caleta Duendes… se encuentran, cerca de la playa, dos vertientes de agua potable, de regular calidad… Cerca de Cobija hay también en la misma orilla del mar, un pozo de agua potable”. Así se expresaba en 1886 Guillermo Billinghurst sin tener plena certeza sobre cuáles habían sido los efectos provocados a estos escurrimientos, la serie de temblores y salidas de mar que afectaron a esta costa en años anteriores.31 El terremoto y maremoto del 9 de mayo de 1877 arrasó con las casas de la parte baja del puerto. Algunos habitantes construyeron después sus habitaciones en el mismo lugar y otros lo hicieron más al interior, en terrenos que les dio la autoridad. En 1878, la población de Tocopilla era de 1.200 personas. Había tres establecimientos mineros llamados Bellavista, Buenavista y Pueblo Bajo, que tenían máquinas resacadoras de agua de mar, importadas desde Europa32, cuyo sobrante se vendía a la población en latas de 18 litros.33 En 1879, con la ocupación militar chilena, la población aumentó bruscamente y hubo que traer agua de la quebrada de Mamilla, ubicada a 8 kilómetros al norte de Tocopilla. Allí había una pequeña vertiente con un pozo que mantenía su nivel de agua. A través de una canaleta hecha de latas de los tarros de parafina, se bajaba el agua hasta la orilla del mar, de donde se cargaba a los depósitos de fierro de los faluchos, que la llevaban hasta Tocopilla. El agua se transvasaba en el muelle a barriles de 40 litros de capacidad y cada barril se vendía a 40 centavos.
Este sistema de agua potable se mantuvo hasta 1888, año en que se instaló la salitrera Anglo Chilena, empresa que trajo una Planta Resacadora capaz de abastecer a casi toda la localidad mediante una cañería matriz de 4 pulgadas, que impulsaba el agua a dos estanques metálicos ubicados en calle Prat esquina de San Martín, uno de forma cilíndrica y el otro cúbica, ambos de capacidad de 45 m3. Desde estos depósitos pasaba a un quiosco de despacho, donde se entregaba en barriles de 40 litros a empleados de un servicio de distribución operado por carretelas tiradas por mulas que recorrían la población. El barril de esa capacidad se vendía al público a 25 centavos, valor un 62.5% menor al vigente de nueve años antes. Este servicio se mantuvo hasta 1927, siendo ese año el precio de venta del barril de 40 litros de 45 centavos, producto de la inflación. En 1926 se inició la construcción de la red de agua potable fiscal, terminándose el trabajo al año siguiente cuando la población ascendía a 7.000 mil habitantes. Ese mismo año la Anglo Chilena abastecía de agua a la población con su Planta Resacadora, que impulsaba el líquido a un depósito de fierro por una cañería de 6 centímetros ubicado en el alto de la ciudad, vendiéndola para su distribución a la Administración de Agua y Alcantarillado de Tocopilla a razón de 8 pesos el m3, precio bastante superior al que debía venderla el f.c.a.b. en Antofagasta, que era de 1,4 pesos. Poco después, el 10 de marzo de 1930, el Fisco dio inicio a la construcción de la aducción y de los estanques de almacenamiento, a fin de traer agua desde Calama hasta Tocopilla por cañería. La construcción de esta obra la hizo la oficina de ingeniería Barriga, Wachholtz y Alessandri la más prestigiosa de su época, terminando la entrega de los depósitos de almacenamiento Los Cóndores, Pedro
Página opuesta, arriba: muelle de pescadores artesanales en Tocopilla.
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Abajo, estado actual de su puerto. La primera termoeléctrica de Tocopilla se instaló en 1914, llegando a ser en 1995 la más grande del país.
historia del agua en el desierto más árido del mundo
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