"El árbol de la ciencia"

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El árbol de la ciencia. Pío Baroja BAROJA, AUTOR DE LA GENERACIÓN DEL 98 El final del siglo XIX se cerró en España con el desastre del 98 (la pérdida en 1898 de las últimas colonias de Ultramar), cosa que fue percibida por la sociedad como el punto culminante del deterioro del país. Algunos intelectuales (la Generación del 98, con autores como Baroja, «Azorín» o Machado) centraron sus escritos en el análisis de las causas de esa decadencia y mostraron su disconformidad con los problemas del país de una forma directa, mediante la oposición y la crítica. CARACTERÍSTICAS: Todos ellos reflexionan en sus obras sobre España y las causas de su decadencia. Ven en la austeridad del paisaje castellano la esencia del alma española. Se expresan mediante un lenguaje sencillo y claro. Incluyen en sus obras reflexiones filosóficas: sobre el sentido de la vida, la religión, la existencia de Dios, el paso del tiempo, etc. BIOGRAFÍA Y CARÁCTER San Sebastián 1872- Madrid 1956. Gran novelista del S. XX por sus dotes de narrador y su capacidad de creación. Reivindicado por autores posteriores, como Camilo José Cela en la posguerra o Antonio Muñoz Molina, ya en la democracia. Estudia Medicina, aunque pronto se consagra a la escritura. Escribe sus primeros libros sobre 1900; en 1911 –fecha de publicación de “El árbol de la ciencia” ya había escrito lo mejor de su obra. En la Guerra Civil se exilia a Francia, pero vuelve a España y vive en Madrid. Tenía un carácter solitario y amargo; el mismo se definía como “un enfermo de hipersensibilidad”. Fue una persona pesimista y sincera, lo cual le acarreó fama de antipático. Por otro lado, sentía gran ternura por los más débiles, lo cual se refleja en sus obras. Añora la acción (alzarse contra la sociedad, actuar), pero es un hombre abúlico (no actúa por su falta de fe en el mundo y en el hombre. Sus ideas filosóficas provienen de Schopenhauer: el pesimismo existencial; la falta de verdades absolutas; la falta de confianza en la sociedad, en la religión e incluso en la ciencia, todo lo cual le lleva a un estado de hastío vital. En cuanto a la política, en su juventud tiene contacto con ideas anarquistas, que más tarde dejó de lado (“nada de dogma político”). Muchos de estos datos se reflejan en “El árbol de la ciencia”. SUS NOVELAS: ESTILO Fue un escritor muy fecundo, que publicó más de 70 novelas, además de ensayos, cuentos y su propia biografía. Algunas novelas: “El árbol de la ciencia”, “La busca”, Zalacaín el aventurero”. En sus novelas no le importa tanto el argumento como los personajes, las anécdotas, los detalles. Es un maestro de la observación y el diálogo, técnicas con las que consigue la sensación de algo vivido, visto en directo. Sigue la tendencia antirretórica de los noventayochistas: frase corta, párrafo breve. El tono es agrio y empleo expresiones contundentes –como zarpazos–, cosa que contrasta con abundantes muestras de ternura hacia los más desvalidos. Las descripciones son rápidas, escuetas, con pinceladas magistrales y detalles muy bien escogidos. Finalmente, uso de términos coloquiales y vulgarismos cuando los diálogos lo requieren. “EL ÁRBOL DE LA CIENCIA” IDEAS CLAVE Publicada en 1911. Obra más representativa de Baroja. Posee mucho de autobiografía. Es una novela filosófica (ideas de Schopenhauer), pero no sólo eso, sino que también es una radiografía de todos los estamentos sociales del momento (clases bajas, burguesía, clero; ciudad, campo, etc.) y sus conflictos (el “Desastre del 98”, el caciquismo, la pobreza y miseria moral de España, el desprecio por la cultura...). Finalmente, se puede ver tb como una novela de formación de un personaje (Bildungsroman). ESTRUCTURA: 53 CAP. divididos en 7 partes, agrupadas en 2 ciclos con un intermedio reflexivo. Es decir: 1er ciclo (experiencias de formación del personaje): parte I (familia y estudios), parte II (aparición de Lulú), parte III (experiencia decisiva: enfermedad y muerte del hermano y desorientación de Andrés); intermedio reflexivo parte IV: reflexiones filosóficas en forma de conversación entre Andrés y su tío Iturrioz; 2º ciclo: búsqueda de una solución para su vida: en el campo (parte V) y en la ciudad (parte VI); finalmente la parte VII, con una nueva experiencia decisiva (matrimonio y paz provisional + muerte de su hijo y su mujer) y desenlace: suicidio de Andrés.


HECHOS Y TEMAS DESTACADOS DE CADA PARTE Primera parte: Narra el comienzo de la carrera de Medicina de Andrés Hurtado (A.H.) hasta el cuarto año, en el que consigue entrar como alumno interno (especie de médico residente o en prácticas) en el Hospital General de Madrid. Paralelamente a su formación, se muestra la situación familiar del protagonista. Aparecen ya en esta parte otros temas fundamentales de la novela: la situación española (ambiente cultural, situación lamentable de la Universidad, práctica cruel de la Medicina, etc., pesimismo existencial / concepción de la vida como algo absurdo (Schopenhauer), ideas religiosas del personaje/autor (falta de fe y anticlericalismo), lecturas de A. H. (folletines y primeras lecturas filosóficas), ideas racistas (antisemitas), ideas políticas, personalidad y sensibilidad del protagonista. A nivel argumental, destaca el comienzo de la enfermedad de Luisito. Segunda parte: La acción se desvía de los estudios de A. H. hacia otros ambientes y tipos. Aparece un personaje central: Lulú. Además de Lulú, hay que tener en cuenta la amplia gama de personajes tangenciales y folletinescos que aparecen; el retrato de la miseria de Madrid, que conduce al protagonista a reflexionar sobre el tema social y, en consecuencia, sobre el tema de España (central en el 98); todo ello tiene en Andrés una serie de consecuencias, tanto en su carácter como en sus ideas. En cuanto a las técnicas narrativas, es una parte fundamental por el dominio del arte del diálogo de Baroja y la maestría en la creación de ambientes y personajes con descripciones breves, pinceladas (técnica impresionista). Con Lulú, al ser un personaje central, Baroja emplea su técnica de presentarlo poco a poco, de irlo construyendo, como hace con Andrés. Tercera parte: A través de la enfermedad de Luisito se va mostrando la psicología de Andrés; aparece el tema social: es similar a la parte anterior, pero ahora centrándose en el ambiente valenciano; también es importante la técnica descriptiva, sobre todo de paisajes. En cuanto a A. H: como personaje, al acabar esta parte ya estará totalmente configurado. Hay que tener en cuenta que en el cap. 5 se produce un cambio en Andrés durante su estancia en el pueblo de Burgos: se siente optimista. Baroja, en realidad, incluye este paréntesis para subrayar con más fuerza lo que vendrá después (muerte del hermano) para que sea más brutal y tenga más efectos en la personalidad del protagonista. En definitiva, para que A. H. llegue a la conclusión de que la felicidad no es posible: cuando mejor se siente el hombre puede ocurrir lo más terrible. Cuarta parte: paréntesis dentro del argumento. Se encuentra justamente en el centro (3 partes delante y otras 3 detrás) lo que permite hacer un balance de lo que ha ocurrido a nivel ideológico-filosófico y preparar lo que vendrá. El capítulo 3, “El árbol de la ciencia y el árbol de la vida” constituye el meollo de esta parte (referencia a la Biblia y el episodio de Adán y Eva en el Paraíso). Baroja desarrolla unas ideas procedentes sobre todo de Shopenhauer en forma de conversación. Se sirve de esta técnica para confrontar dos aspectos de una misma teoría filosófica. Andrés Hurtado e Iturrioz están de acuerdo en lo básico: la vida no tiene sentido, sino que es, en sí misma, una fuerza ciega, sin justicia ni bondad y que no puede explicarse por verdades absolutas, es decir, la vida sólo puede llegar a conocerse en los detalles de la experiencia. Lo que separa a A.H. e Iturrioz es el método que adoptan para ajustarse a esa idea. Andrés se decanta hacia el SABER (la ciencia). Iturrioz, hacia el VIVIR (la vida) Andrés, más joven y extremista, cree aún en el progreso científico y social. Iturrioz insiste en la necesidad de “mentiras vitales”, ilusiones que den al individuo una base para la acción positiva. Profundizando un poco más: Hurtado cree que hay que vivir dentro de lo que es científicamente demostrable, pero de la ciencia tampoco tiene una visión optimista: “El árbol de la ciencia ... probablemente sería mezquino y triste”. Ahora bien, como hemos dicho antes, queda en A.H. un resquicio de esperanza, un deseo de reconciliarse con la vida a través del conocimiento, de la ciencia. Por eso, a pesar del suicidio final, críticos como Inman Fox, creen que la última frase de la novela (Pero había en él algo de precursor) hay que interpretarla como una esperanza del autor, de Baroja, de que tal un día la vida pueda comprenderse mediante el conocimiento (la ciencia). Partes quinta, sexta y séptima: forman el 2º ciclo en la vida de A.H. En estas tres partes aparecen numerosos datos sobre el tema de España: en la 5ª parte, por ejemplo, las dificultades en el pueblo (condiciones de vida, higiene, etc.), la política caciquil (Ratones y Mochuelos), la religión, la falta de iniciativa del pueblo, etc.) y en la 6ª parte la visión de Baroja sobre el Desastre del 98, que se identifica con las opiniones del pueblo: la canción de la criada o la conclusión final a través de Iturrioz: “afortunadamente hemos perdido las colonias. A nivel argumental, aparece la búsqueda de una solución vital después de la muerte del hermano. Especialmente importante es la etapa en la que se sume en la contemplación (ataraxia), que se ve rota por su experiencia con Dorotea (sentimiento de vivir algo absurdo). En la 7ª, antes del suicidio final, habrá un periodo en Madrid que le lleva nuevamente a la ataraxia. También es importante la interpretación de la última frase (vid. más arriba) como una esperanza en el futuro.


PERSONAJES Y TÉCNICAS DESCRIPTIVAS: Los personajes principales se caracterizan paulatinamente, a lo largo de la novela, se van construyendo no sólo con descripciones directas, sino también por lo que hacen y dicen (y cómo lo hacen o lo dicen). Son personajes redondos. Los personajes secundarios y colectivos se dan hechos de una vez, son más planos, pero son bocetos vigorosos, cosntruidos con pinceladas magistrales. PRINCIPALES: Andrés Hurtado (ya explicado) y Lulú: es una mujer espléndida como personaje, no corresponde a un arquetipo, Baroja es muy original al construirla. Es una mujer lúcida y libre que no acepta las prácticas sociales establecidas; graciosa e inteligente, noble y compasiva ante la desgracia ajena. SECUNDARIOS: Iturrioz, Aracil, Luisito. COLECTIVOS: una verdadera galería de tipos de la época: profesores, estudiantes, médicos, enfermos, personal sanitario, amigos y vecinos de las Minglanillas (el lumpen madrileño), la burguesía, el clero, los tipos de Alcolea, etc. AMBIENTES: también gran maestría descriptiva. Con pocos rasgos, Baroja da una viva imresión de los lugares más variados: el rincón de Andrés, los cafés, la sala de disección, los hospitales, la casa de las Minglanillas, los paisajes (la atmósfera levantina y el pueblo manchego, es decir, Alcolea del campo). CRÍTICA SOCIAL EN LA NOVELA: “El árbol de la ciencia” es un mosaico de la vida española alrededor de 1898, aunque se escriba en 1911. Es una España que se descompone (desastre del 98). Baroja critica irónicamente todo tipo de anomalías absurdas: la pobreza cultural, el desprecio por la ciencia y la investigación (la univerdidad, la práctica de la Medicina), las miserias y lacras sociales (tipos del lumpen madrileño), la miseria moral de las clases altas (las amas de la Venancia), la ineptitud de los políticos, el caciquismo, la pasividad ante las injusticias, el clero (Baroja se muestra claramente anticlerical). Ante este panorama, el protagonista se desespera, siente piedad, pero no actúa, no hay acción, sino una especie de “anarquismo espiritual”. SENTIDO EXISTENCIAL /FILOSÓFICO DE LA NOVELA: (Ya explicado en la parte IV, recapitulemos ahora:) Las ideas filosóficas de la novela proceden principalmente de Schopenhauer. El tema central es el conflicto existencial, la angustia de vivir. A.H. no encuentra respuesta a sus preguntas existenciales en la relisión, ya que se despega de la misma muy pronto (“eso del alma es una pamplina”) y se inicia en la filosofía; Kant refuerza su idea: “Los postulados de la religión no se pueden demostrar”). La ciencia tampoco le proporcionará respuestas, al contrario, ya que la inteligencia y el conocimiento agudizan el dolor de vivir y llevan a la hiperestesia (estas ideas las desarrolló Baroja también en algunos artículos como “Sufrir y pensar” donde citaba el Eclesiastés de la Biblia: “quien añade ciencia, añade dolor”). El resultado de estas ideas es que la vida humana queda sin explicación: es una anomalía de la Naturaleza, una comedia donde los actores no comprenden su papel, una lucha constante, una cacería cruel en la ue nos vamos devorando unos a otros (“el hombre es un lobo para el hombres”). Ante todo esto ¿qué hacer? ¿cuál es la solución para el hombre “sereno”? Es decir ¿qué puede hacerse sin recurrir a la violencia. A.H., con ayuda de su tío Iturrioz, llegará a la conclusión de que sólo hay dos salidas: la abstención, la contemplación indiferente de todo (la ataraxia) o bien la acción limitándose a un círculo reducido. Andrés optará por la primera opción, la contemplación, la no-acción.


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