El asentamiento y la prosperidad on el auge de los negocios vino una relativa prosperidad para la familia
C
Meléndez, que ya no eran migrantes sino ciudadanos poseedores de bienes; tierra para el cultivos de maíz y maicillo, vestías de montar y de carga y mucho ganado que pastaba libremente en los territorios lindantes a la Candelaria cuyos dueños ya habían fallecido y uno de los hijos que
vivía en la capital, la había hipotecado por cien mil pesos de plata.
Después que venciera la hipoteca los territorios pasaron a propiedad del estado y a disposición de las autoridades del pueblo quienes decidieron otorgarla a sus habitantes mediante denuncia, lo que favoreció a la familia Meléndez que se hizo de sus primeras propiedades.
Pero como el Macuelizo está ubicado en los linderos de la antigua Hacienda y las tierras del pueblo, no fue mucho lo que pudieron acaparar, teniendo que comprar otras propiedades de otros vecinos que decidían vender y mudarse a otros lugares.
Con el tiempo el sitio de la hacienda la Candelaria se fue reduciendo ya que los nuevos dueños sustituyeron las cercas temporales por permanentes y los espacios abiertos desaparecieron y todos aquellos rebaños que antes pastaban en el sitio tenían dueño y los mantenían dentro de sus territorios denunciados poniendo fin al uso colectivo del sitio.
Con el fin de la propiedad en común, surgieron otros negocios como la compra de las cosechas “en agua” para venderla a finales del invierno o llevarla al país vecino donde se pagaba un mejor precio. Esto trajo como consecuencia un trasiego de contrabando por diferentes puntos ciegos.
Convirtiéndose en una nueva actividad comercial entre los pobladores de la zona fronteriza que llevaban y traían productos clandestinamente dándoles a las
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