El fin de la prosperidad y el éxodo de la familia. oda aquella opulencia en la que vivía la familia Meléndez, poco a poco fue
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decayendo, los trabajadores fueron desertando, por miedo a que la familia agraviada tomara represalias contra ellos y corrieran la misma suerte de sus compañeros desaparecidos.
Y como para magnificar las cosas, nunca falta quien sugiera lo fatal, aun cuando por su condición, algunas personas le tenían envidia y hasta sentían satisfacción por la tragedia que envolvía a la familia más poderosa del que hasta ese día había sido el lugar más tranquilo de la región.
Pero el problema no era sencillo, el coronel tenía muchas amistades e influencia no solo en la comunidad sino en toda la zona, su nombre era conocido más allá de las fronteras y sabía que si por alguna razón alguien se atrevía a desafiarle o traicionarle él lo sabría inmediatamente.
Una de esas personalidades era su tío Lucas uno de lo más prósperos empresarios y comerciantes de la zona, que tenía nexos importantes con otras casas comerciales, como la casa Matriz de San Miguel que se encargaba de distribuir al resto del país y al mundo, la badana producida en sus talleres.
El tío Lucas no era un hombre que como dicen en el pueblo se las “comía solas” se dice que pertenecía a una de las organizaciones más antiguas y secretas del mundo, conocida como, los Masones, una hermandad que aglutina a muchas personas que se hacen llamar hermanos y que su principal actividad es el apoyo mutuo, la gnosis y la filantropía.
Al margen de que el perteneciera a una hermandad secreta, había ciertas cosas que hacían de él todo un personaje misterioso y desconocido, pero con mucho
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