Una de las cosas que me motivan a escribir cuentos, es dejar a mi corazón ser niño, cuando era niño era feliz, nunca quise ser grande, anhelaba ser niño por siempre. Es triste ser adulto y crecer.
En mi casa siempre me dijeron que yo era un niño, que seguía creyendo en Batman y Robín, de adulto me decían tío Luca, como mi personaje.
Nunca pude aprender a convivir con las personas de mi edad porque dentro de mí hay un niño eterno que se identifica con más niños, que nunca morirá, y lo dejo ser feliz a través de sus aventuras que en mis sueños encuentro, por ello me identifico con Luca, mi adorado personaje, lo nombro como a un hijo, con la imagen de mi pasado.
¡Que felicidad es ser un niño Luca!