Palabras y Literatura y Vicerversa (Vol 2)

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Palabras y Literatura y Viceversa

ALUMNOS DE 3º ESO NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD - NÁJERA


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1 ÍNDICE 1

Hasta pronto… ..................................................................................................................... 5

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Inocente................................................................................................................................. 8

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Sangre y deshonra............................................................................................................... 11

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Colegas antes que nenas ..................................................................................................... 23

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Un día como cualquier otro ................................................................................................ 29

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Nunca dejes de soñar .......................................................................................................... 31

7

La ciudad del sueño ............................................................................................................. 42

8

Fue bonito, mientras duró .................................................................................................. 48

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Un paso hacia la muerte ...................................................................................................... 53

10

Tú .................................................................................................................................... 60

11

Llegó tu hora................................................................................................................... 61

12

El librillo de papel de fumar ........................................................................................... 74

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Solos bajo los truenos ..................................................................................................... 77

14

No lo hagas ..................................................................................................................... 80

15

El Ingrediente secreto .................................................................................................... 86

16

Tristeza ........................................................................................................................... 88

17

Las decisiones.................................................................................................................. 89

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Él ..................................................................................................................................... 90

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Distracciones ................................................................................................................... 92

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Un pueblo entre montañas.............................................................................................. 94

21

El tiempo ....................................................................................................................... 100

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La vida ........................................................................................................................... 103

23

Tripolar ......................................................................................................................... 105

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Ella era como un libro abierto ...................................................................................... 107

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A mis abuelos ................................................................................................................ 109

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¡Salvemos un niño! ........................................................................................................ 112

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Ellos .............................................................................................................................. 113

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Fiel compañero.............................................................................................................. 119

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No todo es como lo ves ................................................................................................. 123

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El olvido ........................................................................................................................ 124

31

Sentimientos perdidos................................................................................................... 125

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32

El túnel.......................................................................................................................... 126

33

Un huevo ....................................................................................................................... 127

34

¡Por los pelos! ................................................................................................................ 128

35

Nada .............................................................................................................................. 129

36

La enseñanza ................................................................................................................. 130

37

Última llamada .............................................................................................................. 131

38

Mía ................................................................................................................................ 132

39

La importancia de la amistad ........................................................................................ 133

40

La breve vida de una ola ............................................................................................... 134

41

Última esperanza .......................................................................................................... 135

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Ángel negro .................................................................................................................. 136

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Relatos breves


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HASTA PRONTO…

Recuerdo cuando éramos jóvenes, unas niñas, cuando volar significaba columpiarse lo más alto posible, cuando protección se significaba utilizar el casco de la bicicleta, cuando el dolor más fuerte que podías imaginar era rasparte las rodillas, cuando prometimos que siempre íbamos a estar juntas, que nunca nos íbamos a alejar a pesar de la distancia o los acontecimientos, en ese tiempo creía que así iba a ser. Imaginamos nuestro futuro y las dos estábamos en él. Pasamos juntas nuestra infancia, juventud… un día recibí tu llamada, oí como te temblaba la voz y decías “Me voy” en ese mismo instante no supe cómo reaccionar, soñé que te perdía, pero era más que un sueño, no podía perder el tiempo, tenía que aprovechar esas dos semanas contigo por lo que decidí hacer algo especial. Decidimos hacer una fiesta sorpresa, la ocasión lo merecía y la verdad que fue un momento inolvidable para todas. La verdad que no me quedé del todo bien, sentí que no te dije todo lo que debía haberte dicho … Y por desgracia llegó el día, poníamos un punto y aparte a esta amistad que había perdurado tantos años y yo necesitaba decirte todo lo que sentía, fui corriendo al aeropuerto y antes de que te fueras te entregué una carta que decía:

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“Querida amiga: Todo ha pasado más rápido de lo que me esperaba, no he sabido reaccionar a tiempo, debí decirte muchas más cosas antes de que te fueras, pero no supe. Por eso he decidido escribirte esta carta. Hemos pasado juntas toda nuestra vida y este pequeño bache no va a hacer que nos separemos. Cuando algo es de verdad no se olvida y aunque la distancia nos impida poder vernos, podrás contar conmigo siempre. No quiero hacer de esta carta una despedida porque sé que no lo es, no digamos un adiós, sino hasta pronto. Quiero darte las gracias porque contigo he aprendido que ser feliz es una decisión que tenemos que tomar día a día, que las cosas no son como nos gustarían y menos ésta pero que a pesar de ello, debemos hacerles frente y luchar por lo que cada uno quiere. Gracias por ayudarme, por enseñarme a vivir el hoy y no el ayer ni el mañana, por compartir tu vida conmigo, por aparecer y no irte, por hacer cualquier chorrada solo para hacer que este bien. Toca echarnos de menos recordar momentos y esperar a que lleguen otros muchos más y mejores, no va a ser lo mismo, lo sé, pero quiero recordarte que siempre vas a poder contar conmigo. Hasta pronto AMIGA”

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Y esa fue la carta que en verdad debía haberle dicho pero que mis palabras no consiguieron salir. Pasaron las semanas y me sentía apagada, triste, sentía que una parte de mi faltaba, ya no estaba ella para animarme… A la semana siguiente llamaron al timbre yo sin ánimos dije “abre mama “de repente ella dijo “hija, es ella “yo feliz me levante de la cama y fui a por ella, ahí fue cuando me di cuenta de que la distancia no es un impedimento, que cuando algo es de verdad dura y perdura a pesar de los baches que haya en el camino. Que existen “para siempres” que sí son de verdad y ahí queda demostrado. 7


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INOCENTE

Todo empezó una mañana soleada, yo vivía en Madrid, en un pequeño barrio de por allá, el lugar en el que habitaba no era una mansión, ni mucho menos, era una simple casa, no muy grande, pero mi familia y yo estábamos muy a gusto allí, no había de qué quejarse. Éramos cuatro: mi hermano Iker, mi madre Irene, mi padre Saúl, y yo, Ana, por lo que teníamos espacio suficiente; tres habitaciones (una para mi hermano, otra para mis padres y otra para mí), un baño, un salón bastante atractivo, aunque pequeño, y una terraza. Dentro de poco teníamos que reformar un poco la casa, porque mi madre estaba embarazada, pero aun así había tiempo, solo lo estaba de un mes. Todos querían que se llamase Lucía (si era chica) o Cristian (si era chico), pareció ser que todos se pusieron de acuerdo, menos yo, que prefería que su nombre fuera Paula en caso de que fuese chica, y Gorka si fuese chico. Seguramente le podrían de nombre o Lucía o Cristian, pero no me importaba mucho, también me gustaban esos nombres, así que tampoco me preocupé mucho en insistirles a mis padres y a mi hermano. Yo, tenía 18 años, mis padres me permitían hacer la mayoría de las cosas que pedía, por no decir todas.

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Era 5 de diciembre de 2010, aquel día había fiesta en una discoteca (Pacha) en la que yo nunca había entrado debido a que no tenía la edad suficiente, pero como ya cumplí los 18 el 1 de febrero, podía entrar sin problema, entonces mis amigos y yo decidimos ir. Como de costumbre, mis padres me dejaron ir, pero con una condición (la misma de siempre), qué no probara ni una sola gota de alcohol, y que no regresara tarde a casa. Yo había quedado en casa de una amiga mía, Alba, a las 19:00 para arreglarnos y cenar. Cuándo terminamos, nos juntamos con todos los demás. Mis amigos se empeñaron en hacer botellón antes de entrar en la discoteca, pero yo me negué, por una vez quería hacer caso a mis padres. Todos mis amigos insistían en que bebiera algo, pero pasé de ellos completamente. Entramos en la discoteca, eran las 00:30, ya había bastante gente. Para cuando me quise dar cuenta, la mayoría de mis amigos ya se habían pasado del límite de beber, y tan solo eran las 01:30 de la mañana. El tiempo pasaba demasiado rápido, miré el reloj, y ya marcaban las 05:00 de la mañana, pensé en lo que me dijeron mis padres, no quería llegar más tarde a casa para que no se preocuparan, así que salí de la discoteca, y como no había probado ni gota de alcohol, cogí el coche.

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Estaba muy oscuro, apenas se veía, y de repente vi como un coche se desvío, y chocó con el mío. Me quedé inconsciente, fue un golpe muy fuerte, perdí mucha sangre. La ambulancia llegó enseguida, pero para cuando llegó, ya era tarde, yo había muerto. Resultó ser que el coche con el que choqué aquella noche lo conducía un hombre ebrio. Espero que mis padres sepan la verdad, espero que sepan que no fui yo la culpable de aquel accidente y que no fui yo la que tomó alcohol, sino él, aquel hombre que no murió en el accidente, y, sin embargo, fui yo la que tuvo mala suerte, la inocente… 10


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SANGRE Y DESHONRA

El día comenzaba como otro cualquiera, el sol entraba por la ventana y estrellaba sus rayos ardientes como el fuego y dorados como el oro contra mis ojos. Yo no tardé en despertar, en cambio mi amada esposa se encontraba tumbada y dormida junto a mí, la miré deseoso y la besé, a lo que ella sonrió mientras descansaba; me levanté y me dirigí al dormitorio de mi hija, abrí lentamente la puerta intentando hacer el mínimo sonido posible, me acerqué a su cuna donde ella descansaba, sonreí mientras la miraba, entonces noté una mano que me acariciaba lentamente la espalda, por su tacto me costó poco descubrir de quien se trataba, entonces me giré y vi a mi esposa que me susurraba en el oído “buenos días mi amado”, entonces ella me besó, a lo que decidí seguir el beso, sonreí, me vestí y me marché corriendo directo a palacio. Era la hora de las pruebas, me dirigí hacia la puerta del castillo que estaba defendida por una gigantesca muralla que rodeaba todo el castillo y por una gran puerta hecha de roca que escondía la única entrada al castillo, entre por ella y me dirigí al patio de armas donde me esperaban la mayoría de soldados del ejército para empezar las pruebas. Me coloqué mi armadura, agarré el escudo del asa que se encontraba adherida a él, y empuñé mi espada, corrí hasta donde se encontraban los demás y me puse en una fila del final y miré donde se encontraba el general que nos decía:

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-Soldados, antes de comenzar su entrenamiento nuestro rey tiene algo que comunicarles. Adelante mi señor. Miré hacia la izquierda del general donde se encontraba el rey. -Me ha llegado un comunicado desde León diciéndome que debo elegir a los 100 mejores soldados de mi ejército para que formen parte de la expedición de conquista a Tierra Santa; así que, de nuestros 430 hombres, los 100 mejores que hagan las pruebas hoy, tendrán que dejar sus vidas a un lado e ir en busca de nuevos territorios para muestro reino, además de eso, los 100 mejores que salgan de aquí serán recompensados con 600 monedas de oro. La gente empezó a hablar sobre lo que les habían comunicado, algunos se ponían eufóricos otros en cambio susurraban que el rey intentaba engañarlos, que no iba a haber ninguna recompensa ni ninguna expedición. Yo en cambio no tenía claro qué hacer, si abandonar a mi familia y conseguir la recompensa o quedarme sin el dinero y disfrutar de mi amada y de mi querida hija, era una de las decisiones más difíciles que había tomado en mi vida, así que decidí hacer las pruebas como yo sé y que fuese lo que Dios quisiera. Comenzaron las pruebas, la primera era la de lanzamiento con arco, lo cogí, fijé mi mirada en el centro de la diana, la primera flecha dio en el segundo círculo, la segunda en el centro y la tercera en el segundo círculo, a decir verdad, me salió mejor de lo esperado. La segunda prueba era la de control de armas, me dieron muchas de las armas que íbamos a utilizar en la batalla,

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la mayor parte de ellas ya las conocía y las había utilizado alguna vez, así que me salió la prueba perfectamente. Y la tercera y última prueba era un cara a cara, esta era de las pruebas que se me daban peor, pero por suerte mi contrincante era uno de los novatos, así que la prueba me salió perfecta. Cuando se acabaron las pruebas nos llamó el general para decir quiénes se iban a la expedición, empezó a nombrar personas entre las cuales me encontraba yo, me puse eufórico, no me podía creer que fuese a ir a una expedición a Tierra Santa con los mejores hombres de toda Castilla y León. Cuando terminó nos dijo que nos podíamos retirar. Caminé por el camino hacia mi casa pensando en cómo explicárselo a mi mujer. Llegué a casa, abrí la puerta, me dirigí hacia la cocina donde se encontraba mi esposa haciendo la comida, entonces ella me miró y me dijo. - ¿Qué te sucede? tienes cara de que te hubiesen dado una mala noticia. A lo que yo respondí: -Hoy en el castillo nos han comunicado un mensaje sobre una expedición hacia Tierra Santa, y uno de los hombres que debe ir soy yo... Mi mujer me miró con los ojos llorosos y me preguntó. - ¿Y cuándo regresarás...? La miré, la abracé y le dije.

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-Quizá nunca regrese, pero júrame que si no vuelvo cuidaras bien de nuestra hija... Ella lo siguió, me miro y respondió. -La cuidaré, porque estarás siempre junto a nosotros... Me besó y comenzó a llorar más. Al día siguiente, desperté, cogí mis cosas y me fui sin despedirme, de lo que me arrepentí mucho. Caminé hacia el puerto, vi el barco, me acerqué y me subí en él. Aún seguía sin creerme que iba a atravesar el mar para ir a descubrir nuevas tierras para conquistarlas. Empecé a caminar por el barco, cuándo vi a un hombre que manejaba el timón del barco me dirigí hacia él y le dije. -Discúlpeme, ¿Es usted el capitán del barco? Me miró con cara de pocos amigos y me respondió. - ¡No! ¡Soy una princesa! Le miré raro y él se empezó a reír. – Es una broma, chico, pues claro que soy el capitán. Me reí un poco y le dije: -Ah, vale, disculpe las molestias; ¿Usted sabe cuántos días durara el viaje? A lo que el capitán respondió con una sonrisa en la cara.

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-Dependiendo del temporal, podríamos llegar entre cinco o nueve días. En ese momento respiré hondo y aliviado, le di las gracias al capitán y me alejé de él. Ya habían pasado seis días, yo me encontraba en mi puesto de trabajo, no me podía ni sostener en pie, ya que eran las 7:31 de la mañana. Un grito muy alto y profundo recorría todo el barco, en el cual se oía “¡Tierra a la vista!”. Los ojos se me abrieron por completo y corrí hacia la parte delantera del barco en la que se veía un trozo de tierra gigante a lo lejos. Al fin, había llegado el día; Tierra Santa ya estamos aquí. Llegamos a la costa en la que ya se encontraban barcos de otros reinos de España, pero, además, había barcos ingleses, franceses y germanos. Esto parecía un sueño, desembarcamos y nos dirigimos a la playa, cuando iba a bajar, noté que alguien me agarraba del brazo y tiraba de mí, entonces decidí girarme y vi al capitán, me miró serio y me dijo. -Chico, que Dios te acompañe y te proteja. Prométeme que volverás aquí hecho un gran guerrero. Entonces respondí con mucha seguridad. -Lo prometo, por la gloria de mi Dios que es el más grande y el más poderoso de todos los mortales. Él, sonrió y me dijo: -Que así sea.

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Entonces sonreí, nos dimos un apretón de manos y bajé del barco. Empecé a mirar todo lo que se encontraba a mi alrededor, lo único que veía era gente muy especializada en las armas, que debían de tener mucho dinero ya que sus armaduras estaban hechas con metales muy caros y con alguna que otra piedra preciosa. De repente nos reunieron a todos, había alrededor 2000 soldados, nos reunieron en el centro de la playa en la que se encontraban todos los reyes de cada uno de los países que habían venido a Tierra Santa; uno de ellos nos empezó a explicar lo que se esperaba de cada uno de nosotros. - Se dividirán en tres grupos, unos serán los arqueros, necesitaremos alrededor de 600 hombres, otros serán los hombres que ataquen por la delantera, necesitaremos 750 hombres y el tercero, atacaran por la retaguardia cuándo los soldados de la ciudad sean distraídos por los de la delantera ustedes atacarán, para lo que necesitamos 550 hombres, los 100 restantes se quedaran aquí disparando las catapultas. A lo que todos respondieron con un fuerte “¡Sí, señor!”. Nos empezaron a dividir, a mí me tocó en el grupo de la retaguardia, aunque yo quería en las catapultas ya que era la zona más alejada de la batalla. Cuando nos llamaron me fui con los hombres de mi grupo camino a Jerusalén, ese era nuestro destino, conquistar la ciudad de nuestro Dios. Cuando vimos la ciudad a lo lejos nos mandaron ir por otro camino para que fuéramos a la parte trasera de la ciudad, donde según decían, esta parte del

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muro era la más frágil, así que iba a ser fácil derribarlo. Nosotros lo único que teníamos que hacer era esperar a la señal para entrar, en el otro lado de la ciudad se oían gritos, cómo se caía la muralla y los llantos de algunos presos. De repente alguien nos llamó, por su vestimenta y cómo iba a caballo, parecía que era el capitán de nuestro grupo, nos reunió a todos y nos dijo: -Señores, lo primero que deben saber ustedes es a qué hemos venido aquí: hemos venido a reclamar lo que es nuestro; lo segundo, que si mueren morirán por la gloria de nuestro Dios, que les esperará con los brazos bien abiertos y les dará un sitio para entrar en el reino de los cielos y, por último, no dejaremos a ningún judío, ni a ningún islamista vivo. De repente se oyó la señal, entonces cogimos un mazo gigante con el que derribamos la muralla, entramos entre los escombros y empezamos a entrar en casas en las cuales aún había gente, así que comenzamos a hacer prisioneros y los que ponían resistencia eran atravesados por el filo de la espada, después empezamos a saquear joyas y dinero de sus casas, de sus mezquitas, y de lo que nos encontrábamos a nuestro paso. Ya cuándo terminamos con el saqueo fuimos a ayudar a los demás soldados; solo vimos mucha sangre, tanto de la gente de nuestro ejército como de los hombres de Jerusalén, incluso había gente que se retorcía entre los escombros con sus cuerpos llenos de sangre. Pero lo habíamos conseguido, la ciudad ya era nuestra, no había ningún soldado más, habían sido asesinados. Me asomé a la muralla y

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vi a lo lejos a la gente de nuestro ejército que venían hacia aquí sabiendo que habíamos conseguido lo que nuestro Señor quería. Cayó la noche, habíamos hecho un agujero en el que habíamos metido todos los cuerpos sin vida que nos encontrábamos por la ciudad, cuándo metimos a todos, cogimos una antorcha encendida y la echamos encima de los cuerpos por los que rezamos para que Dios los tuviese en su gloria. Me desperté al día siguiente, había mucha gente reconstruyendo los muros que habían sido derribados por si los musulmanes intentaban atacarnos, que seguramente sería dentro de poco, ya que algún hombre se habría escapado para mandar el mensaje de que habíamos estado aquí y habíamos conquistado la ciudad. En ese mismo instante, me levanté, me vestí con mi armadura y me dirigí al muro delantero que era el que estaba más destruido. Había un montón de personas reconstruyéndolo, yo intenté ayudar lo mejor que podía, pero de repente vi a alguien que se movía por entre los puestos de los mercados, me acerque a ver quién era, pero creo que me vio porque el empezó a correr más rápido. Yo le seguí y cuando lo atrapé me fijé en su vestimenta, en los adornos que llevaba, entonces descubrí que era el imam de la ciudad. Lo agarré del cuello, haciendo que sus pies no tocasen el suelo y lo pegué a la pared. Entonces le empecé a hacer preguntas. - ¿Qué hace usted aquí, pensaba que todos los de esta ciudad habíais muerto?

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Él no me respondió. Entonces yo le empecé a apretar más fuerte del cuello, hasta que casi no podía respirar. Entonces, con un tono de enfadó le dije: - ¡¿Ahora me responderás?! A lo que él respondió. -Sí, pero por favor deje de apretarme el cuello, casi no puedo respirar Le solté y le dije : -Venga, habla. ¿Además de ti hay alguien más que haya sobrevivido? El imam con voz temblorosa y con tono de grito me respondió. - ¡No! A esa pregunta ya no responderé. Entonces yo saqué mi espada se la pegué al cuello y le dije: - Yo si fuese usted respondería. A lo que él me respondió con voz miedosa. - Sí, sobrevivieron más habitantes, unos se escondieron en una zona de la mezquita y otro fue a avisar al califa. Yo reí, le miré con cara de alegría y le susurré: -Muchas gracias por la información. Eché hacia atrás la espada y se la clavé, hasta que el dejó de moverse, la saqué y la guardé en su funda. Me alejé de allí para darle la información que me había dado el imam, se lo conté al comandante y este dio la orden de asesinar a los habitantes que habían

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sobrevivido. Llegó la tarde, los muros ya estaban reconstruidos y los supervivientes habían sido asesinados y preparados para prenderles fuego esta noche. A la noche cuando íbamos a prenderles fuego a los cadáveres vimos una persona montada a caballo en la lejanía. Empezó a gritarnos algo, por lo que entendí yo creo que nos dijo fue “Esta vez ha llegado vuestro fin, la furia de Ala caerá sobre vosotros, ya se acercan hacia aquí Los Guerreros de la Luz” y terminó diciendo “Allahu Akbar”. Entonces el empezó a galopar con su caballo y en menos de lo que canta un gallo desapareció en la sombra de la noche. Esto no me gustó, pero los demás estaban muy tranquilos así que no dije nada. Entramos otra vez en las murallas de la ciudad, muchos se dirigían hacia sus tiendas para descansar, otros en cambio se marcharon a beber alcohol, yo en cambio me quedé vigilando en lo alto de la muralla. Todo estaba tranquilo, pero a la distancia veía luz, me extrañé y miré mejor, entonces descubrí que eran soldados del otro ejército, era como nos había dicho el hombre, eran “Los Guerreros de la Luz”. Eran muchos soldados, todos dormían y parecía que ninguno de ellos fuese a despertar, y los borrachos no tenían pinta de poder coger ahora mismo la espada, así que decidí marcharme, pero antes me frené, me arrodillé y rece una oración que mi madre me había inculcado desde muy pequeño, entonces recé por todos esos hombres; cogí un caballo y me marché lo más lejos que podía, me frené, miré hacia donde se encontraba Jerusalén y solo logré ver las llamas de la

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ciudad y oír los gritos de los hombres pidiendo clemencia. No pude aguantarlo más y decidí irme hasta la costa donde se encontraban todos los barcos. Llegué a mi barco, me subí y caminé hacia el camarote del capitán. Él se encontraba durmiendo, así que decidí despertarle, ya que si nos encontraban “Los Guerreros de la Luz” sería muestro fin. Empecé a tambalear de un lado al otro al capitán, susurrándole en el oído “Capitán, despierte por favor”. De repente se levantó de un salto de la cama y dijo. -Chico, ¿qué haces aquí? ¿No tendrías que estar en Jerusalén ayudando a tus compañeros? Miré al suelo y respondí. -Sí, si alguno hubiese sobrevivido a la masacre de esta noche. El capitán me miró sorprendido y me dijo. - ¡¿Qué?! ¿Todos muertos? Es imposible. A lo que yo respondí: -Si lo hubieses visto con tus propios ojos se te habría desgarrado el alma, pero es la verdad. Hasta su propia ciudad ardió al ver tantos cadáveres. El capitán se levantó, se dirigió camino hacia el timón y empezó a surcar los mares con el barco, mientras, el sueño se apoderaba de mis ojos y cuándo se cerraron no se volvieron a abrir.

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Ya había pasado 8 días, y al fin llegó el barco a puerto, entonces yo me iba a despedir del capitán cuándo él me dijo. -Bueno chaval, aquí se separan nuestros caminos, así que quiero que sepas que has sido uno de mis mejores tripulantes. Entonces le pedí un favor. -Si he sido uno de tus mejores tripulantes, ¿le podría dar esta carta a mi mujer?, sería un alivio para mí. Él me miró extrañado y me preguntó. - ¿Y por qué no se la entregas tú? A lo que yo respondí: -Yo se la entregaría, pero la deshonra me persigue y no quiero caer en sus garras, en esa carta comenta que la he amado y siempre la amaré, pero que no puedo vivir con la deshonra y con gente persiguiéndome por las cosas que hice, así que quiero empezar de cero. El capitán me miró fijamente y me dijo. -Lo entiendo chico, y si es lo que quieres acepto tu decisión. Nos abrazamos y mientras me alejaba, mi sombra desaparecía poco a poco hasta que desaparecí en el horizonte.

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COLEGAS ANTES QUE NENAS

Por fin me enamoré de la chica que tanto busqué. Sus ojos eran de un azul intenso, como el agua del Caribe, su piel era de un color bastante bronceado pero sin excederse y sin que pareciera artificial, sobre sus labios había un labial color rosa potenciando los labios, lo justo para darle total protagonismo a sus ojos, sus mejillas estaban sonrojadas para enmarcar su preciosa mirada, tenía unas largas y bonitas pestañas recubiertas con una fina capa de máscara, en su cabello rubio se reflejaban los rayos del sol; es mi primer amor y quién sabe, tal vez, mi primera vez. Ella era perfecta, era como el sol de cada amanecer, fue un auténtico flechazo. Cuando nos sentamos los dos en el bar de la esquina a hablar, yo… no podía hablar. Me quedé embobado mirando su preciosa sonrisa blanca como la nieve y su fina y femenina voz. Pasada la media hora, mis labios, se entrelazaron con los suyos formando un bonito beso infinito. En esos momentos no quería separarme de sus labios, no quería que terminase ese momento. Cuando por fin nuestros labios se separaron a los dos se nos dibujó una sonrisa, por desgracia nuestra cita finalizó. - David - Dime Álex

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- He conocido a una chica, es la mujer de mis sueños, la mujer con la que siempre soñé, la mujer que tanto esperé, por fin mi primer amor. - Yo también te quería decir que he conocido a una chica, es la mujer perfecta, pero si te soy sincero aun no estoy saliendo con ella, según ella tiene novio, pero yo creo que no, que tan solo es para que la deje en paz, pero quien la sigue la consigue, amigo - Bueno… pues suerte cortejando a tu bella dama. Adiós - Adiós Cuando Alex llegó a casa se encontró un paquete enorme que ponía: “de tu amigo David,” Cuando lo abrió encontró unos guantes y unas botas de boxeo. Este no sabía para que eran, ya que él nunca había practicado este deporte. Cuando David llegó a casa se encontró un paquete exactamente idéntico al de Alex y con la misma etiqueta y este tuvo la misma reacción que su amigo. David quedó con Sara, la chica de la que se había enamorado el otro día, él le dijo que se había inventado un poema y este decía así: Yo te esperaré No sentaremos juntos frente al mar Y de tu mano podré caminar

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Y aunque se pase toda mi vida, yo te esperaré Sé que en tus ojos todavía hay amor Y tu mirada dice volveré Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré Ella respondió que él no se lo había inventado que era una estrofa de su canción favorita de Cali y el Dandee llamada “Yo te esperaré”. Sara había pillado a David y este se decepcionó y para romper el hielo le dio un beso y Sara asustada le dio un bofetón con la mano abierta en la mejilla y se fue corriendo. Sara fue a contárselo a Álex y esa noche, Sara se quedó a dormir en casa de 25

Álex. Seguramente fuera la mejor noche de la vida de ambos, ambos esa noche experimentaron sensaciones que jamás habían sentido los dos. Esa noche jamás la olvidarían. David tampoco olvidará jamás la noche en la que perdió las llaves de casa y su mejor amigo no le cogía el teléfono. Cabreado se fue al bar de la esquina a beber todo lo que pudiera. Ya borracho le rompió una botella de anís del mono en la cabeza al camarero porque no le quería servir más. Pasado un tiempo llego la policía y se lo llevó a pasar una noche en el calabozo. Esa noche la pasó solo sintiendo que nadie le quería, seguramente fue la peor noche de su vida.


Al día siguiente cuando Álex se enteró donde estaba su amigo fue corriendo a pagar la fianza. Al salir del calabozo, David ni siquiera le dirigió la palabra. Estaba muy enfadado porque no le había cogido el teléfono. Hablaron también de lo de Sara y este le recomendó que intentara quedar otro día con ella y le recitara el siguiente poema: Sentir, Sentir que tu mano es mi caricia, Sentir que tu sueño es mi deseo, Sentir que tu mirada es mi descanso, Sentir que tu nombre es mi canción, 26

Sentir que tu boca es mi refugio, Sentir que tu alma es mi regalo. Sentir que existes... Sentir que vivo para amarte David le dijo que jamás querría quedar con él más, y Alex le contestó que quien no arriesga no gana y que por intentarlo no se iba a morir. Al día siguiente Sara le contó a Álex lo que le había pasado con David y Álex llamo a David para decirle que al día siguiente estuviera a las doce y


media de la mañana en el ring para estrenar los guantes y las botas de boxeo que se encontraron. Álex no podía creer que para una vez que se había enamorado, su mejor amigo intentara arrebatarle a su novia, con todos los disgustos de mal de amores, noches de no parar de ver “Titanic” mientras comía chocolate ,escuchar mil y una veces la canción de “Pasado pisado” en bucle y ahora su amigo, el amigo con el que llevaba desde los tres años, el amigo al que siempre le confesaba todo, aquel al que le había contado que estaba saliendo con Sara, incluso antes que a sus padres, sí, su amigo del alma. Pero lo que él no sabía y David tampoco era que Sara era una persona manipuladora que se aprovechó de los dos para verles sufrir porque ella no estaba enamorada de ninguno de los dos. Cuando empezaron a pelear Álex lo hacía con mucha rabia como si quisiera que David no saliera vivo de ese ring. Mientras Álex le daba violentamente a David este en un golpe le dio en el abdomen y Álex cayó al suelo desplomado. David se arrancó a llorar de una forma desconsolada y de pronto se oyeron unos aplausos al final del pabellón, era Sara -Bien, bien bien…No querías ser mi novio, pues venga ahora que no está tu amiguito de por medio seámoslo.

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- ¡No! ¡Sara! Por tu culpa mi mejor amigo está enfadado conmigo y seguramente le haya matado por tu culpa, así que vete y desaparece de mi vida y de la de Álex. ¡¡¡VETE!!!! -Dios… ¿Cómo los hombres podéis ser tan blandos y preferir a un amigo a una novia? -No solo los hombres Sara, todas las personas del mundo porque, si en realidad un amigo es de verdad, siempre estará a tu lado y no te dejará ir por mucho que te enfades con él, pero sin embargo con tu novia puedes romper de un día para otro y seguir cada uno por su camino y no volverse a cruzar en la vida. Así que ahora vete y desaparece de nuestras vidas. De pronto David notó como Álex le apretaba la mano, David corriendo le llevó al hospital y finalmente, Álex salió de ese susto sin ningún rasguño. Mientras Álex continuaba ingresado ambos se impusieron un lema que mantendrían para toda la vida. Decía lo siguiente: COLEGAS ANTES QUE NENAS

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UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO

Me levanto a duras penas de una cama no muy cómoda, me quedo dos minutos sentado hasta que me recupero. Me voy a la cocina miro en el frigorífico para ver si hay algo que desayunar y tengo la suerte de encontrar entre unas galletas rancias una botella de leche no muy llena y con un aspecto poco apetecible, pero al menos me servirá para calmar un poco el hambre.

Intento calentar la leche en las ascuas de una pequeña fogata que pude hacer anoche con unos papeles para intentar dormir abrigado por las leves llamas, aunque en realidad no sirvió de mucho. Sabía que aún tenía una hora hasta la caminata, así que busqué cualquier cosa que pudiera servirme para poder pasar el tiempo y no pensar en lo que me esperaba. Al no encontrar nada con lo que pasar el rato me quedé dormido de nuevo, ya que nada malo podía pasarme mientras intentaba recordar cómo soñar, así que me tumbé, cerré los ojos y conseguí dormir.

De pronto una alarma atronadora comenzó a sonar una y otra vez y una muchedumbre se encontraba fuera gritando, desesperados por alguna solución ante un problema que no podía ver, así que me dije: "ha llegado el

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momento." Cogí mi mochila y empecé a caminar hasta la siguiente casa abandonada, evitando los rutinarios disparos y bombardeos de cada mañana. Después de una hora y media conseguí divisar una casa muy pequeña a lo lejos, así que me dirigí en esa dirección. Cuando llegué a la casa coloqué mis cosas en un rincón, rebusqué por toda la casa con la esperanza de encontrar algo para comer o beber y dormir unas horas para descansar del largo trayecto.

Nada más despertar cogí mis cosas y empecé a caminar otra vez hasta encontrar un refugio temporal, así una, y otra, y otra, y otra vez...

Este es mi día a día. Día a día que muchas personas compartimos y que deseamos de dejar de tener, y poder alcanzar una vida normal sin posibilidades de morir de una bala o una explosión de artillería.

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NUNCA DEJES DE SOÑAR

Nunca dejes de soñar, te lo digo yo, que una vez tuve varios sueños y al final de tantas veces que luché por ellos, aunque al principio me rindiese varias veces porque pensaba que nunca lo iba a conseguir, de repente el destino, así sin más, sin esperármelo, hace que sucedan. Bueno, llegó la hora de presentarme, soy Noa, aunque cuando era una adolescente, me preferían llamar “la rarita”, “la rarita de los hierros”, “la rarita de las gafas de vieja”, “la rarita fan de la cantante esa”, “la rarita de la ropa del contenedor”… y es que yo no era una adolescente como todos los demás, mi familia estaba al borde de la pobreza, en la cuerda floja por así decirlo, bastante tenían ya mis padres como para cuidar a cuatro niños, pagarme el aparato, las gafas, los estudios, darnos de comer…, así que, cuando yo tenía algún tiempo libre, me iba a trabajar al primer trabajo que encontraba para ganar algo de dinero y poder llevarlo a mi casa, ya que mis padres estaban en paro y nadie les ofrecía ningún trabajo ni les llamaban para decirles que estaban contratados en aquellos lugares donde mandaban el currículo. Además ésa era la típica época en la que a todo el mundo le gustaba el rap, la típica época en la que todos los adolescentes de 14 años empezaban a fumar, a beber… solo por hacerse los “chulos” delante de toda la gente sin

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darse cuenta que era lo peor que podían hacer, la época en las que todas las canciones hablaban de drogas, sexo, muertes… o la época de aquellas canciones en inglés por las cuales si tú te sabias la letra ya eras el más “guay” de tu cuadrilla porque nadie más era capaz de cantarla; a mí, no me gustaba nada de eso, ni fumaba, ni bebía alcohol, ni escuchaba canciones de rap ni en inglés, porque no me sentía identificada, no me llenaban por dentro…, a mí me gustaban esas canciones de artistas españoles de toda la vida como: Manuel Carrasco, Malú, Alejandro Sanz, India Martínez…, que le cantaban al amor y al desamor siempre con un sí delante y desafiándoles. Tan solo por eso ya, mis supuestos “amigos” me echaban de sus cuadrillas, ni siquiera sabían el olor de mi colonia porque no se acercaban ni un milímetro a mí, así que no me quedaba más remedio que en los recreos apartarme, irme a una esquina del gran patio del instituto donde había un banco, sentarme allí, ponerme los cascos y encender el móvil, subía el volumen de la música para bajar el de los problemas y me ponía a cantar, porque eso era lo único que me hacía desconectar y lo único que me llevaba a un mundo paralelo, lleno de sueños e ilusiones. Un día como todos los demás, tocó el timbre, todo el mundo como loco, salía corriendo al recreo y yo como siempre, me dirigí a aquel banco de la esquina, me senté, me puse los cascos, subí el volumen y empecé a cantar, no llevaba casi ni cinco minutos cantando y de repente apareció mi profesor de música, me quitó los cascos para que yo pudiese escuchar muy atentamente lo que

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él me quería decir, tras esos segundos de nerviosismo por no saber lo que me quería contar, comenzó a hablarme, lo primero que me dijo fue que cantaba muy bien, que me llevaba escuchando todo este tiempo cantar y que le encantaba como lo hacía, a lo que yo respondí con un profundo y sincero “gracias”, seguidamente Carlos, que así se llamaba mi profesor de música me preguntó si iba a alguna academia o clase de canto; yo le respondí “no” con cara un poco triste por lo que él me dijo mirándome a mis tristes y azulados ojos con un abrazo y diciéndome “ no te preocupes Noa, tu familia va a salir de este apuro, te entiendo, yo pasé por algo parecido, mira, si quieres te doy yo clases de canto, ya que sé que tu voz esconde algo más y si te apetece, esta tarde vienes a mi casa sobre las cinco y empezamos, toma ten. Carlos me dio un papel con la dirección de su casa, lo doblé y me lo puse en el corazón, gracias a él, ya tenía alegrado todo lo que quedaba de instituto, además, sus humildes palabras se quedaron impregnadas en mi interior “sé que tu voz esconde algo más” Llegaron las cinco menos cuarto y yo ya me disponía a salir de la puerta de mi casa para poder llegar puntual a lo que sería mi primera clase de canto, cuando llegué, eran menos cinco, todavía faltaban cinco minutos para que fuese la hora que el profesor Carlos me dijo, aun así llamé al timbre, entonces me abrió la puerta, subí las escaleras lo más rápido posible ya que estaba todo oscuro y por lo tanto me daba mucho miedo y entré a su casa, una voz

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humilde dijo: “estoy aquí, sigue el pasillo todo recto, gira a la derecha y me encontrarás.”, yo fui toda contenta y en efecto, ahí estaba, preparando todo para lo que sería mi primera clase de canto, entré y me senté en una silla que había ahí, enfrente de la mesa, lo primero que me dijo fue que cogiese un folio y un boli y empezase a escribir una lista con todos mis sueños ya que según él me dijo, si no me rendía y luchaba, podía conseguir o todos o la mayoría de ellos, en esta lista apunté los siguientes sueños y los que más me importan:

1. Salud para toda mi familia. 2. Estar todos siempre muy unidos. 3. Conocer a mis ídolos. 4. Poder cantar encima de un escenario ante un recinto lleno. 5. Convertirme en una estrella del pop. 6. Conocer a esa persona que me entienda y que me acompañe en todo momento.

Al finalizar dicha actividad comenzamos a calentar la voz para luego poder realizar unos ejercicios de afinación, tras diez minutos de calentamiento, comenzamos a realizar los ejercicios de afinación, primero empecé a decir todas las notas, algunas las entonaba bien y otras en cambio fatal, por ello

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decidió darme consejos como: levantar la cabeza y hacer una falsa sonrisa mientras realizo las notas más agudas, respirar adecuadamente y en los tiempos correctos y muchos más. Más tarde, cuando ya realizamos los ejercicios de calentamiento y afinamos la voz, me dijo que le cantase alguna canción rapidita, alguna que me supiese de memoria y que fuese fácil de cantarla y así lo hice, le canté para dar por concluida mi primera clase de canto, la primera de muchas más. Eran las ocho y media de la noche, la clase terminó y el profesor Carlos me preguntó que me quería quedar a cenar en su casa, yo le dije que no, pero gracias, porque tenía que ir con mi familia y además me daba mucha vergüenza. 35

Salí de la casa y fui corriendo y muy nerviosa hasta la mía ya que todo estaba oscuro y mojado al estar lloviendo y la calle estaba completamente vacía; cuando llegué mis padres me preguntaron que qué tal y yo les dije que bien pero que estaba muy cansada, por eso mismo, cené y me metí a dormir ya que mañana me esperaba otro día intenso. 13 de Febrero, anterior día para el supuesto San Valentín, todos los de mi clase, ya se empezaban a mandar notitas entre las parejas, se notaba un ambiente un poco distinto al de todos los días, se respiraba mucho amor y ternura, la verdad que era la primera vez que veía así a todos mis compañeros, aunque yo no entiendo por qué justo hoy se tenían que comportar así con sus parejas, ya que si tienes una, la debes querer durante


todos los días, no solo el día de antes de San Valentín, ni el mismo día, ni el día de después, ¿no creéis? Y como todos los días, la misma rutina, dábamos dos horas de clase, sonaba el timbre y bajábamos al recreo, me ponía a escuchar música y a cantar, volvíamos a subir a clase, otras dos horas, volvía a sonar el timbre y volvíamos a bajar al recreo, subíamos, dábamos dos horas y nos marchábamos a casa a comer, ya estaba un poco harta de hacer siempre lo mismo todos los días, pero no tenía otra opción…, menos mal que luego, sobre las cinco, me iba a la casa de mi profe Carlos a dar clase de canto, aquí siempre hacíamos cada día una cosa distinta, la verdad que era el momento que más me relajaba de todos, unido al momento de estar en casa con mis padres, por ejemplo, ese día, el me enseñó a quitarme el miedo a cantar en público y a saber coger bien el micrófono, antes de irnos, le dije a Carlos que si quería venir con mi familia y conmigo a Madrid a ver a Malú en el palacio de los deportes el día 12 de Marzo, él me dijo que estaría encantado, una vez oí su respuesta, ya me pude ir contentísima a casa, y como siempre, llegué, cené, hablé con mis padres y me dormí. Tal día como hoy, es el típico día en el que todas las parejas se besaban por los pasillos, se escribían cartas y se las escondían en las taquillas… por desgracia, yo no sabía lo que se sentía, al no poder compartir parte de mi vida con otra persona a la que la gente llaman “media naranja” y mira tú, de repente, cogí los libros de mi taquilla y cuando me dirigía hasta la clase de

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historia, ¡pum! alguien me tiró todos los libros al suelo, le miré a esa supuesta persona con cara de pena y el me respondió mirándome a los ojos con esos dos luceros color cielo que me enamoraron; -ni los mismos dioses griegos sabían expresar tal conexión-, cuando esa unión entre miradas acabó, él me ayudó a recoger los libros y me pidió que le dijese mi nombre para pedirme perdón, era tan adorable… lo raro era que no lo había visto nunca por estos pasillos, pero bueno, yo seguí andando hasta mi clase de historia en una nube. Al finalizar la clase, todos los estudiantes nos dirigíamos al patio como todos los días y otra vez me fui al banco donde siempre me sentaba y ahí estaba él, también cantando y escuchando música, como yo; cuando me senté, le pegué un susto al pobre… después le pregunté si era nuevo ya que cuando nos chocamos iba solo y ahora también, él me dijo que sí, aunque ya era el segundo día que venía. Estuvimos todo el recreo hablando y contando nuestros sueños y miedos y la verdad es que teníamos demasiadas cosas en común, nos dimos los números de teléfono y volvimos a clase. De nuevo, como todos los días, me dirigía hacia la casa de Carlos para las clases de canto, de repente, algo en el suelo había, fui a ver que era y ¡dios mío eran 7 entradas para ir a ver a Malú a Madrid! No me lo podía creer, enserio, esto ya era demasiada casualidad, en un mismo día ya había cumplido casi dos sueños fui corriendo a donde mi profe y se lo dije, él llamó a mis padres para que fuesen a su casa y hablarían del viaje y todo lo que

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supone, al llegar, hablamos sobre el día que nos marcharíamos, el día que volviésemos, el hotel etc., yo me di cuenta de que había siete entradas, pero éramos seis, entonces me acordé del chaval que conocí en el insti llamado Iker, entonces le mandé un WhatsApp para ver si le parecía bien y le parecía perfecto, tanto a mis padres como a él, en ese momento era la niña más feliz del universo. 9 de marzo, que rápido ha pasado el tiempo, parece que fue ayer cuando conocí a Iker y me encontré las entradas, ya nos disponíamos a ir de camino a Madrid, 5 horas de viaje ¡qué locura!, pero bueno, todo sea por pasarlo junto a los que más quiero. Llegamos sobre la una y media del mediodía, justo para dejar las maletas en el hotel e ir a comer, nos esperaban 5 días maravillosos en los que disfrutaría como una auténtica niña. El primer día, fuimos a la Puerta del Sol, a la Plaza Mayor y al km 0 a sacarnos algunas fotos, además fuimos por la Gran Vía de compras, el segundo día, bajamos hasta la puerta de Alcalá y al Retiro, después fuimos a la plaza de Callao, el día antes del concierto, fuimos hasta lo que antes era el Barclays Card Center y ya había gente acampando para verla, luego fuimos hasta el Palacio Real y el Templo de Debod, hasta que nos fuimos al hotel, estuvimos de pinchos por las calles de Madrid. Llegó el día, no podía tener más adrenalina y energía en mi cuerpo, eran las nueve de la mañana, me disponía a ir al Palacio para hacer cola y estar en un buen lugar para verla, fuimos a un bar y compramos bocadillos para

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comer allá. Ya eran las siete y media de la tarde, abrieron las puertas, ya se oía a todos los fans de Malú rugir ante su llegada. Una hora después, las luces se apagaron, la gente empezaba a corear su nombre, el show empezó con la canción “Cenizas”, ella salía con una hermosa capa simulando el fuego, luego siguió con “De vez en cuando”, “Deshazte de mí”… y por unos instantes, al comenzar la canción me fui, y diciendo unas palabras sobre una niña que cantaba muy bien y que le gustaría que subiese a cantar al escenario con ella, dijo mi nombre, me quedé un poco en shock ya que no sabía si lo que estaba pasando era realidad o ficción, pero ella, asintió con la cabeza y con las manos que subiese al escenario a cantar con ella, yo subí llorando de emoción, la abracé, mientras todo el mundo aplaudía y coreaba mi nombre, me sentía mucho más fuerte, así que empezamos a cantar, todo el mundo de repente se calló para poder apreciar nuestras voces, que unidas formaban una melodía única. Al terminar el concierto, Carlos me dijo que fuese a camerinos para conocerla y hablar un poco con ella, y así fue, todo esto me parecía un poco raro, ya que ella nunca suele subir a nadie del público a cantar, hablé con Carlos sobre si había cantado bien y había aplicado bien sus clases de canto y me dijo que sí, de repente, apareció Rosa, la manager de Malú, llamando a Carlos para que él me dijese a mí que lo había hecho muy bien; ahí ya fue el momento en que más me extrañe así que le pregunté si había preparado todo esto por mí, como premio por todo mi esfuerzo durante estos años y él me

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dijo que sí, y le di un abrazo dándole las gracias por estos meses que me estaba enseñando tarde y noche a mejorar mi voz, diciéndole que ya decía yo que me parecía un poco extraño haberme encontrado siete entradas justamente para ir al concierto, los dos nos reímos fuertemente. Cuando ya nos íbamos del palacio, se me vino a la cabeza de repente lo de Iker y le pregunté a Carlos que si él había hecho también lo de que le conociese y él me dijo que ya eso no, él ya no hizo nada ahí. Pasaron los años y la gente me seguía reconociendo por la calle, yo por supuesto seguía con mis clases de canto, cada vez aprendiendo algo nuevo, escribía canciones, las subía a YouTube, y cada vez a más gente le gustaba como cantaba, por las redes sociales, todos me decían que sacase disco, giras... Para que pudiesen disfrutar más tiempo de mí; hablé con mi familia para poder contactar con una discográfica a ver si les parecía bien esa idea y me dijeron que sí, así que tuvimos una reunión con varias y la que mejor y más oportunidades y salidas nos daba, la elegimos, fuimos escogiendo temas, grabándolos en el estudio y así salió el disco: “Nunca dejes de soñar”, fue uno de los más vendidos por España y parte de Latinoamérica, por lo que se podía decir que cada vez me iba haciendo un poco más famosa, todo gracias a mi novio, mi familia y mi profesor de canto, ellos han sido como mis ángeles guardianes en todo este tiempo, me han estado apoyando cuando lo necesitaba, me han hecho reír cuando tocaba reír y sobre todo, han sabido estar ahí cuando poco a poco he ido cumpliendo mis sueños,

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gracias a ellos, mi vida ha cambiado, bueno y las de mis padres también, ahora todos estamos mucho más felices, disfrutando y viviendo de la vida, porque para dos días que vivimos, es mejor sacar las cosas positivas y disfrutarlas lo máximo y las negativas guardarlas para que ya no duelan más. Este relato, va dedicado a todas aquellas personas que no creen en sí mismas, que no tienes esperanzas, ganas de soñar, fuerza para vivir, para veáis, como Noa, que por muchas pierdas que te ponga el camino, nunca van a ser demasiado grandes para poder atravesarlas, si luchas constantemente y tienes esperanzas de que todo salga bien y fuerza para seguir adelante, porque todo se puede lograr, aunque sea duro el camino, abre tus alas y empieza a volar.

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LA CIUDAD DEL SUEÑO

Después de un largo viaje, y de lo dormida que iba no me enteré de nada. Cuando llegué al hotel me fui a dormir, dormí como nunca antes, desperté en aquel maravilloso lugar, era cálido, estábamos en invierno, en Año Nuevo, iban a ser unas vacaciones probablemente frías, pero no, en aquel lugar parecía que los climas no se aplicaban, me alegré de que fuera así, y recordé el lugar de donde venía, pero allí estarían pasando mucho frío. No lo sabía exactamente, tenía curiosidad por saberlo, así que encendí el ordenador y lo busqué, por allí hacía abajo cero, me alegré, de que me hubiera ido en esa semana, porque así no pasaría frío, después dejé el ordenador, y me tumbé en la cama de nuevo intentando conciliar el sueño de nuevo, ya que era pronto, no eran todavía ni las 10 de la mañana. Ciertamente no lo sabía, pero ni siquiera quise mirar el reloj. No me importaba. Así que mientras pensaba debí dormirme, cuando volví a despertar de nuevo vi que no había sido un sueño alegre y de que, de hecho, era real. Antes de incorporarme miré el techo de la habitación, las paredes, y así fui pasando la vista por todos los objetos, el armario, la mesa, la mesilla, un sillón, la ventana, me detuve allí mirando la cortina que tapaba la ventana, esperé un poco y finalmente me incorporé, caminé unos pasos, el suelo no

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estaba frío, pero no era porque hubiera calefacción en el suelo, estaba cálido porque allí hacía calor. Cuando llegué abrí la cortina, era un gran balcón y de fondo se veían bastantes rascacielos, estuve mirando un rato, abrí la ventana, y salí. Era como un día de verano, hacía bastante calor, había una mesa con sillas y una sombrilla, caminé hacia el borde del balcón y miré primero hacia abajo, no sentía mucho vértigo, se veían grandes calles con mucha gente andando por ellas y multitud de tráfico. Para los conductores de los coches les debía parecer que había un atasco a lo lejos, luego miré hacia arriba, veía grandes rascacielos, me preguntaba cuántas plantas podrían tener, la planta donde se situaba la habitación donde yo estaba alojada era la 14, pero había más plantas, hasta la planta 19, así que probablemente los rascacielos, tendrían más de veinte plantas, creo que allí no había ningún edificio que tuviera menos de 10. Después de observar todo, volví dentro para ducharme y cambiarme. Cuando terminé, cogí la tarjeta de la habitación y me dirigí hacía el comensal, el comensal estaba en la plata -1, debajo de la entrada y en Recepción lo sabía porque cuando entré en el hotel, y me dirigí hacia el ascensor para subir a mi habitación, había unas escaleras que bajaban hacia abajo y ponía en un cartel pegado a la pared con una flecha señalando “comensales y salón” pero no había bajado. Cuando bajaba en el ascensor hacia la planta -1 estaba impaciente para ver el comensal, se detuvo en la planta -1 y las puertas del ascensor se abrieron, se veía una gran puerta de cristal abierta, y un gran pasillo con todo mesas

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alrededor, recorrí el pasillo y me senté al fondo, mientras pasaba vi a lo lejos unas grandes mesas con comida, después de sentarme me dirigí hacia ellas, había una gran fila, cuando me tocó el turno, no sabía que elegir, había zumos, leche, café, etc… Cuando terminé de desayunar, cogí el ascensor y volví a la habitación, metí la tarjeta y la cama ya estaba hecha, me impresionó lo rápido que la habían hecho, encendí la tele y me fui a lavar los dientes, cuando terminé volví a salir al balcón para ver si el tiempo había cambiado, cuando miré, me pregunté dónde estaba la playa del Levante ya que desde mi balcón no se veía, supuse que se encontraría al lado contrario, cerré el balcón y decidí salir a dar una vuelta antes de ir a comer, me puse las chanclas y ropa de verano, cuando bajé a recepción pedí un mapa, para orientarme con él. El mapa era sencillo, te ponía con un punto rojo dónde se situaba el hotel, el mapa era muy simple era de color verde con las calles un poco más oscuras y luego lo azul era el mar. Quería ir al mar, así que mire el mapa para ver por dónde se iba antes, menos mal que llevaba un bolígrafo y lo marqué, esa sería la ruta de mi paseo por la mañana, había un montón de comercios por todas las calles, lo único que me apeteció comprar fue un helado. Por las calles había motones de personas. Después de pasar varias calles finalmente vi el mar a lo lejos, me apresuré a llegar, cuando lo vi de tan cerca me alegré, había pasado tiempo desde la última vez que estuve en el mar. Corrí hacia allí, estaba claro, sólo

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metería los pies, porque era invierno y aunque haría calor no estaba segura de que el mar estuviera caliente, cuando metí los pies finalmente comprobé mi teoría, el agua estaba congelada me giré para ver toda la costa, la vista era impresionante, en forma de u, la playa estaba rodeada por un montón de rascacielos y un gran paseo que separaba la arena de la playa de la calle, se extendía desde el principio hasta el fin de la playa, yo me recorrí la playa con los pies entre dentro y fuera del borde del mar, fue agradable. Una vez que estabas un rato andando por el agua, dejabas de sentirla tan fría. Era liberador andar con los pies descalzos por el agua. Mientras me recorría la playa miraba a mis alrededores, intentaba también ver cuál era el rascacielos más alto de los que podía ver, cuando mirabas hacia arriba parecía que los rascacielos se te fueran a caer encima y se veían barcos a lo lejos y una pequeña isla, me hubiera gustado ir a verla, aunque sí que había un barco que te llevaba y no sé cuánto había que pagar pero las personas que habían ido a verla decían que no valía la pena ir a verla porque lo único que tiene esa isla para ver son unas cuantas gaviotas y nada más, así que con esa información tuve suficiente como para no querer ir. A lo lejos, como fondo, se veía el monte y en los finales de la isla igual, la cuidad está situada en un lugar en el que se reúnen las condiciones adecuadas para que haga ese microclima tan bueno. Recorrí la playa entera y fue un largo camino, estuve desde las 12:00 pm hasta las 15:20 pm.

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Cuando terminé de recorrer toda la playa, estaba súper cansada, había sido un paseo bastante largo, pero había sido agradable, y solo me había recorrido la playa del Levante, así que me pregunté cómo de larga es la playa del poniente donde se encuentra el hotel Bali, inaugurado el 17 de Mayo del 2002, fue el edificio más alto de España desde que sobrepasó la Torre Picasso, hasta noviembre del 2006, que fue sobrepasado por la Torre Espacio de Madrid, pero es el 2º hotel más alto de Europa con 186 metros, 52 plantas y 776 habitaciones ¡tenía que verlo! Bueno pero primero necesitaba ir a comer y echarme una agradable siesta. Cuando llegué al hotel de lo único de lo que tenía ganas era de echarme una siesta no de comer, pero, los hoteles no son como nuestra casa que podemos ir a comer a la hora que nos dé la gana, en los hoteles hay unos horarios para comer, desayunar etc… para todo, así que si me iba a la habitación a echarme una siesta se pasaría la hora de comer y luego no podría comer. Bajé las escaleras desde la recepción, no cogí el ascensor porque tendría que esperar y lo único de lo que tenía ganas era de sentarme. Me senté en una mesa y como el desayuno, la comida es buffet libre, fui a ver que había para comer, había tantas cosas que no sabía qué elegir, además casi todos los platos que había para elegir eran platos que me gustaban así que me hice un plato combinado, elegí un poco de todo, luego cuando era la hora del postre, era igual, había tantos postres que me quería coger todos para probarlos, pero estaba tan llena que no pude comer muchos.

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Me senté en un sofá de un amplio salón que había a continuación de los comensales para reposar la comida, allí estuve un rato antes de regresar a la habitación, aunque la verdad es que no estuve mucho, tenía sueño. Pero en esos momentos que estuve allí estuve hablando con 2 turistas ingleses que habían venido de visita a Benidorm y me estuvieron contando que les había gustado mucho, también me dijeron que les gustaba la gastronomía española y que aquí hace muy buen tiempo, fue una agradable conversación. Cuando llegué a la habitación me fui a lavar los dientes cuanto antes para luego poder echarme una buena siesta, encendí la televisión para ver las noticias, para saber qué había ocurrido de nuevo, pero en la 1 estaban echando el regional de Valencia, y hablaban en Valenciano y no me entere de casi nada, aunque la verdad no sé cuáles son las diferencias entre el valenciano y el catalán porque son idiomas muy parecidos, la verdad yo creo que aunque técnicamente sean dos idiomas diferentes si se pusieran a hablar entre ellos se entenderían perfectamente. Apagué la tele y simplemente me dispuse a dormir, esperando a volver a despertar ahí.

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FUE BONITO, MIENTRAS DURÓ

Hace ya mucho tiempo, una niña que tenía 3 añitos más o menos, entró por una gran verja de color verde, tuvo que cruzar un gran patio el cual le llevó a una sala con sillas y un escenario, allí la juntaron con muchos niños más, algunos conocidos, otros ni de verlos por ahí. Se dio cuenta que aquellos niños iban a ser sus compañeros de clase. No se equivocó y les llevaron a una clase bastante grande, en la que había dos baños pequeñitos, tenían un patio para ellos solos, les pusieron en grupitos de 4/5 personas, había una alfombra en la cual se sentaban algún que otro día, bailaban canciones que las señoritas les enseñaban, se lo pasaban en grande. Poco a poco fueron creciendo, para cuando se dieron cuenta ya estaban en la primaria, ya habían pasado su mejor parte de la infancia, ya habían superado esos lloros antes de entrar al colegio, durante esos 3 años intensos a la vez que cortos, compartieron risas, lágrimas, discusiones, alguna que otra pelea. En el transcurso de la primaria, curso tras curso, hubo personas que llegaron y sin embargo otras que se quedaron atrás. Era una clase muy habladora a la par que trabajadora, en la que se podía confiar, a la que le decías necesitamos un baile para tal día y para ese mismo día lo tenías, una

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clase súper creativa, eran una piña, siempre juntos a pesar de las que preparaban. El primer año de la secundaria fue una locura, estaban 32 niños, y de ellos unos cuantos guerreros, estaban casi todos los días castigados, se lo pasaban más que genial. Para estos niños fue el mejor año de la vida en ese colegio.

Fueron creciendo y para cuando ya se dieron cuenta, estaban en el tercer año de secundaria. Era su último año en ese colegio, en el que habían estado desde pequeños, el cual era como su segundo hogar, en el que los profesores eran como sus padres, ellos como hermanos, todos a disposición de todos, y en el cual pasaban más horas que en casa. Ese último curso, fue un año increíble, un año para recordar, en el que estuvieron metidos en el concurso de robótica, en la FLL, esas dos semanas intensivas pero cortas, en las que tuvieron más que discusiones, pero que al fin y al cabo recibieron su recompensa. Después de unos días, hubo puertas abiertas en este colegio, en el cual celebraron el ´´Aprendizaje de lo aprendido´´, cada curso tuvo que representar un teatrillo y esas cosas, mientras que está clase representó lo de la FLL. La primera semana de mayo, tras haber disfrutado las fiestas de San Prudencio que con ansia y ganas llegaron, estos chavales se fueron de viaje de estudios, ya que era su último año en ese colegio. Estos, se desplazaron

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en autobús hasta Santa Susana (Barcelona), un campamento en inglés, el cual no les salió muy caro, y casi ni que tuvieron que poner dinero de su bolsillo, ya que poco a poco se divirtieron haciendo degustaciones y sorteos, en los cuales recaudaron dinero. En este campamento pasaron una semana, llena de actividades tanto acuáticas como de aventura… Allí se dividieron en grupos de 5/6 personas para dormir, durmieron en bungalós, que tenían su baño, sus habitaciones, su cocina, algunos eran hasta de dos pisos. Cada día hacían unas actividades diferentes (jugar al fútbol, montar a caballo, piragüismo, escalada, etc.), todos los días tenían buffet libre, en el que podían elegir lo que quisieran y luego por la noche un poco de discoteca para que se motivaran. La verdad, que fue una semana muy entretenida a la vez que cansada, ya que casi ningún día durmieron, porque eso de juntarse toda la clase… tiene su desgracia. Fue pasando el tiempo, y con todo lo vivido llegaron a mediados casi finales de mayo, y empezaron a pintar el mural en un trozo de pared del patio, en eso invirtieron unas cuantas semanas, para cuando se dieron cuenta de que lo habían terminado tenían encima el día de la graduación. El día 22 de junio de 2017, quedó en recuerdo para estos chavales, fue uno de los días más importantes de sus vidas, tuvieron su querida graduación, dejaron atrás risas, discusiones, lágrimas, dejaron atrás profesores que antes de haber sido eso fueron maestros, fueron personas que no solo les enseñaron lo que venía en los libros, sino a ser mejores personas. Dejaron

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atrás momentos inolvidables, compañeros que, aunque en el último año no lo compartieron con ellos, han formado parte de sus vidas. Ahora cada uno iba a elegir un camino diferente, alguno igual coincidía, pero ya no iba a ser lo mismo, no iban a ver esas caras a primera hora de la mañana en las que expresaban la que iban a liar, esa ayuda pero a la vez esa traición cuando el profesor te preguntaba algo, esas charlas con los profesores en las que te tranquilizaban bastante cuando estabas alterada/o, esas discusiones por chorradas, esas clases en las que los profesores acababan hartos de ellos, todos los momentos vividos, porque aunque hayan pasado por momentos que es mejor no recordar, siempre había algo bueno durante el día. Aunque este día fue bastante difícil para ellos, lo superaron, con alguna que otra lagrimilla en las mejillas y los ojos encharcados, dieron gracias a todos y a cada uno de los profesores, tanto a las de infantil que les habían enseñado a leer, escribir… como a las/os de primaria, que les enseñaron a sumar, restar… y fueron los que les dieron un gran empujón para entrar a la secundaria, como a las/os de secundaria, porque fueron los que acabaron formándolos como mejores personas, también dieron las gracias a las/os que entraron más tarde y no les dieron clase, por su presencia, por estar ahí en sus momentos más complicados, y dejaron para el final el darle las gracias a uno de los que formaron parte de sus vidas, aunque solo fuese durante 1 mes y medio o dos meses, porque les enseño lo importante que era el ser buenas personas, les enseñó a jugar al fútbol mejor, les enseñó que igual no

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todo se conseguía a la primera, pero que tras intentarlo varias veces uno daba con lo que se proponía. A cada uno de estos niños les marcó algún que otro profesor, aunque la verdad que por mucho que a veces dijesen que no los aguantaban, al fin y al cabo, a todos les cogieron cariño. No solo fueron ellos los que lloraron, a los profesores alguna que otra lagrimita también se les cayó, porque por mucho que hablasen, y que a veces no se portaran correctamente, les tenían mucho cariño. Era una clase que todos los profesores estaban impresionados con ellos, con lo bien que se comunicaban, como interactuaban juntos, como se preocupaban los unos por los otros, porque, aunque no todos se llevasen igual de bien, siempre estaban ahí para lo que necesitaran. 52

Después, de haber recordado por última vez todo lo vivido y después de que se echasen todas las fotos, cada uno tomo su camino, pero lo importante fue que algún que otro día en el curso siguiente quedaban para ir a hacer una visita a su segunda casa.


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UN PASO HACIA LA MUERTE

7.45 “Hoy los colegios e institutos de Portland permanecerán cerrados a causa del temporal”-Es lo primero que oigo al llegar a la cocina, la radio está puesta y encima de la mesa ya tengo preparada mi pequeña taza calentita de leche sin lactosa. Sí, esta asquerosa leche que tengo que tomar por culpa de mi asquerosa intolerancia. -De verdad mamá, prefiero no desayunar a tener que tomarme esto. - Venga cariño haz un esfuerzo. 53

Mi madre tampoco me deja empezar el día sin un buen desayuno, ya sé que lo hace porque tiene miedo de que ente otra vez en la anorexia como me pasó el año pasado, pero no se podría ser menos controladora y dejarme un poco en paz. En ese momento entra Teddy, mi hermano pequeño. Este niño cumple la definición perfecta de “niño con hiperactividad”, no es por meterme con él, pero se pasa todo el día saltando y moviéndose de un lado para otro, cuando está sentado en una silla le retiemblan las piernas y cuando duerme no hace más que dar vueltas.


Yo en cambio soy una persona discreta y silenciosa, no me gusta llamar la atención, ni ser el centro del instituto. Nunca he sido muy popular, siempre he tenido mi grupito de amigas que son las de toda la vida, con las que llevo más de once años. Pero sin embargo algo cambió el año pasado, yo entré en la anorexia y en el instituto empezaron a fijarse en mí, yo era la niña rara que no comía y a la que no querían acercarse por si vomitaba, en fin, que pasé de ser una persona invisible, a una persona conocida por todos. 8.00 Al no haber clase me fui a mi habitación y me puse a leer uno de mis libros favoritos de Harry Potter. Sí, soy una friki de Harry Potter, esto es un dato que poca gente sabe. -Como me hagas ver una mísera película más, te juro que te mato y entonces, ¿sabes lo que pasará? Sí, que nos quedaremos sin Kim. -Vamos, por favor, la última. Esta es la pelea que tengo siempre con Teddy. Él odia todo lo que tenga que ver con Harry Potter y la magia, no sé, somos distintos no nos parecemos en nada, bueno en realidad no me parezco a nadie de mi familia, yo tengo la teoría de que me cambiaron al nacer.

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Mis padres y mi hermano son de dar paseos por el parque cuando hace buen tiempo y a mí me ha dado por las muertes y sucesos extraños, mis amigas dicen que estoy loca, pero yo creo que no, lo único que pasa, es que mi realidad es distinta a la suya. Cuando terminé de leerme por octava vez Harry Potter y el prisionero de Azkaban, le mandé un WhatsApp a Izzy, mi mejor amiga. Izzy tardó en contestarme una hora o dos. 10.05 HEY!! EE, TE VIENES A MI CASA 55

CLAROO!!! ¿PASA ALGO? NO, QUE YO SEPA. ¿TU SABES ALGO? SIIII AHORA TE CUENTO VALEE HASTA LUEGO MARI CARMEN. EEE NO SEAS COMO PAUL HASTA AHORA <3


10.38 Cuando Izzy llegó, hicimos nuestro ritual, preparamos chocolate caliente, una mantita calentita y unos calcetines gordos, cuando teníamos todo esto nos fuimos a mi habitación y nos sentamos en la cama. -Bueno ¿qué era eso tan importante que querías contarme? - ¡Eh! lo de importante no te lo he dicho yo. -Ya lo sé, pero si no me lo has dicho por WhatsApp tendrá que ser importante, ¿o no? -Odio que me conozcas tan bien. Le conté a Izzy toda la historia de mis padres, que si se iban a divorciar, que si mi padre se iba a mudar a Londres, bla bla bla.

10.45 -El caso es que si mi padre gana la custodia me tendré que ir a Londres. -Mira, pase lo que pase voy a estar siempre a tu lado no lo olvides. - Gracias Izzy.

Tyler <3  Hey Kim

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Hola Tyler ¿Te apetece ir a dar una vuelta? Ahora mismo estoy con Izzy, cuando terminemos te digo Valeeee Adioss

12.00 57

Me parece súper, mega, ultra, flipante que Tyler me invite a dar una vuelta. Cuando Izzy se fue le mandé un WhatsApp a Tyler. “A las 12:30 en el Pandemonium”

12.34 Y, cómo no, llego tarde. Cinco minutos de retraso, Kim eres flipante, para cuando llegues se ha ido, eres idiota. La típica frase que me repito siempre que llego tarde, o sea, todos los días.


Cuando llego al Pandemonium, Tyler está sentado en una mesa esperándome. Es tan mono…

-Hola, siento el retraso. -Tranquila sé que eres impuntual. 1.30 Me tocaba comer en casa de la abuela Cassie, así que, mi madre me recogió con el coche. Por el camino me sometió a una especie de tercer grado. Ella es experta en este tipo de cosas. De pronto un viejo coche azul se cruzó de carril y acabamos chocando. 6.44 Lo primero que recuerdo al despertar es la cara de mi abuela. - ¡Hey preciosa! Yo no podía ni hablar, ni moverme y fue en ese instante cuando el miedo se apoderó de mí. Yo quería mover mi mano para apoyarla sobre la de mi abuela, pero era incapaz. De pronto alguien abrió la puerta de la habitación y todo se volvió oscuro.

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Conseguí distinguir una figura encapuchada, por la forma del cuerpo deduje que era un hombre. Lo único que quería hacer en ese momento era chillar y chillar, pero era incapaz. No sé cómo conseguí despertar, ahora sí, de verdad. Le conté lo sucedido a la enfermera y me dijo que eso era parálisis del sueño. Un estado entre el sueño y la vigilia provocado por la ansiedad. 12.00 Y esa es mi historia, por eso estoy en este grupo de apoyo, para intentar superar esa horrible etapa de mi vida. La parálisis del sueño es una situación horrible que no le deseo a nadie. Lo pase realmente mal y espero no tener que volver a vivirlo. -Gracias Kim, mañana seguimos con más de vuestras historias. Que descanséis.

Y por fin se acabó el horripilante día, de verdad odio los martes solo por el hecho de que tengo que ir a ese maldito grupo de apoyo. Gracias destino, te adoro (viva la ironía).

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10 TÚ

La palabra tú, puede representar muchas cosas dependiendo de la persona, para mí, tú, eres lo mejor que me ha pasado, mi gran apoyo, mi luz. Los días sin ti se me harían eternos, sé que has sufrido, y seguirás sufriendo por mi culpa, y que no te hago la vida fácil, lo sé, pero esa no es mi intención. El día que nací, lo pasaste muy mal, pero abuelo, oh abuelito mío, quiero decirte, que, para mí, tú, eres mi mayor suerte. Me has reñido y lo seguirás haciendo, simplemente por el hecho de que me quieres, Tú eres mi mayor referencia, me has enseñado a luchar por lo mío y conseguir mis metas, tus cuentos, eran lo mejor que he tenido y tendré hasta el final de mis días. Me parece mal solo poder darte las gracias con una simple palabra. Que pasaría mi vida y mil años más a tu lado, y la yaya, oh la yaya, enserio, sois lo mejor que tengo. Ahora este TÚ, debería cambiarlo por un VOSOTROS, que la vida duele menos cuando tienes a las personas que más quieres a tu lado. Gracias por cuidar de mí, de mi perro y de mis padres, gracias, simplemente gracias, por ello, quiero aprovechar al máximo mis días a vuestro lado. OS QUIERO

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11 LLEGÓ TU HORA

Era una noche oscura y fría de invierno. David se encontraba sentado en su sofá naranja frente a la televisión, acompañado de Marta, su novia. Estaban viendo la película “Cuento de Navidad”, todo un clásico de Charles Dickens. David era un hombre alto, fuerte y tenía un color castaño claro de cabellera, llevaba su pijama favorito, el de color verde pistacho. Su novia, Marta, era rubia y de baja estatura, llevaba una sudadera de ADIDAS que utilizaba para estar por casa. Justo en el momento en el que el fantasma del futuro aparece en la película, llamaron a la puerta de casa. Marta paró la película y David bajó los dos pisos que había ente el salón en el que se encontraban y la entrada. Cada vez que bajaba por esas escaleras lentamente sentía algo maravilloso en su interior. Mientras descendía observaba la enorme y roja alfombra de terciopelo que cubría las escaleras. Los preciosos y robustos barandados de madera que le rodeaban. Mientras bajaba, también intentaba averiguar quién era el que estaba detrás de la puerta, pero lo único que consiguió reconocer fue la silueta de un hombre con una especie de túnica en colores cálidos. Desde ahí veía aquella particular fuente de mármol del jardín que le había regalado su abuelo las Navidades pasadas.

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Antes de que terminase de bajar las largas escaleras, la persona que se encontraba al otro lado de la puerta, volvió a llamar, esta vez, mucho más fuerte. David dijo “¡ya voy!”. Terminó de bajar el último tramo de ocho escaleras corriendo para abrir la puerta a aquel misterioso hombre. Cuando apoyó la mano en el redondo y plateado pomo de estaño, la retiró rápidamente, estaba ardiendo. David se preguntó la razón por la cual el pomo estaba tan caliente, pero no había ninguna explicación lógica para ello. Volvió a poner la mano en el ardiente pomo, protegiéndosela con el pañuelo que llevaba en el bolsillo. Abrió la puerta y vio una especie de llama que se desvaneció con el viento. Miró hacia todas direcciones para ver si veía a alguien, pero no, ahí no se encontraba nadie. Pensó que la persona que había llamado ya se habría ido. Cerró la puerta y volvió a subir al segundo piso de su casa. Mientras subía las escaleras, se miró la mano con la que había tocado el pomo y estaba como si no hubiera ocurrido nada. Cuando llegó a la segunda planta, se sentó en el sofá, al lado de Marta, se tapó con la manta, le dio al botón de “PLAY” y continuaron viendo la película. Cuando acabó, se fueron a la cama. David se quitó su bata de cuadros, y Marta, se puso un pijama que tenía metido debajo de la almohada. Cuando estaban quitando la colcha para acostarse, la puerta fue golpeada de nuevo. Esta vez, David bajó las escaleras mucho más rápido, sin ni siquiera fijarse en la roja alfombra de terciopelo o en los enormes barandados de

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madera. Pero cómo no, bajó con su bata de cuadros. Volvió a ver la silueta de aquel hombre con la túnica en colores cálidos. Abrió la puerta bastante decidido, pero esta vez el hombre sí que estaba ahí. Los dos se miraron de arriba a abajo el uno al otro. El hombre le dijo –Ven conmigo-. David le agarró de la mano y en un instante aparecieron en un cementerio, frente a una tumba, en la que ponía David Sáenz Martínez. No se veía nada más, porque aquel hombre estaba tapando la fecha de fallecimiento con la túnica. De repente unas letras empezaron a tapar el cielo, estas formaron una frase, en la que ponía “Esto depende de ti”. David no podía creérselo, no podía ser cierto. Entonces, cerró los ojos y se dio un pellizco en el brazo, para ver si estaba soñando. Cuando los volvió a abrir se encontraba en la puerta de su casa, frente a aquel señor. Este le dijo- Ten cuidado con tus actos-. El hombre se desvaneció, como la primera vez. David se quedó un poco intrigado con lo que le había dicho ese señor. Él se tenía por buena persona, y no entendía la razón por la que el hombre de la túnica le había dicho eso. Mientras subía las escaleras aquella frase iba dando vueltas por su cabeza, “Ten cuidado con tus actos. Ten cuidado con tus actos”. Cuando llegó a la habitación Marta estaba tumbada en la cama, ella le preguntó quién había llamado, porque había estado abajo mucho tiempo. David no quería preocupar a su novia, por lo que le dijo que era una señora que se había equivocado con Miguel Martínez, el de la calle de al lado. Se quitó la bata por segunda vez y se acostó en la cama. Esa frase

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estaba dando vueltas por su cabeza constantemente “Ten cuidado con tus actos. Ten cuidado con tus actos”. Ya pasadas dos horas consiguió quedarse dormido. Alrededor de las cuatro de la madrugada David salió al servicio, y al tocar el pomo de la puerta le sucedió lo mismo que le había ocurrido anteriormente, el pomo ardía. Entró en el baño, encendió la luz y abrió la manilla del agua fría para refrescarse la mano. David volvió a salir a la habitación y se tumbó de nuevo en la cama, esta vez no consiguió dormirse. Cuando dieron las siete en su reloj de pared, el cual tenía cinco minutos adelantado para llegar siempre puntual a los sitios, se sentó en la cama, se puso las zapatillas de andar por casa, su bata de cuadros, que tenía colgada en un gancho al lado de la cama y se levantó. Bajó un piso, que es donde estaba la cocina, y se puso a hacer el desayuno favorito de Marta y suyo. Abrió el frigorífico cogió dos huevos, mantequilla y leche. Después abrió el armario de al lado y cogió azúcar, harina, levadura y una pizca de sal para poder hacer tortitas. Encendió la vitrocerámica, cogió una sartén y echó unas gotas de aceite. Mientras se calentaba mezcló todos los ingredientes necesarios, y fue haciendo las tortitas una a una. Luego se preparó un café con leche, y a Marta un té verde y llenó dos vasos con zumo de piña. Una vez todo preparado subió a llamar a su novia para decirle que el desayuno ya estaba listo. Marta se extrañó un poco al ver el alucinante

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desayuno que le había preparado David. Ella le preguntó la razón por la que lo había preparado. David le dijo que había sido porque no podía dormir. Una vez que habían desayunado recogieron la mesa entre los dos, cosa que hacían habitualmente. Subieron al piso de arriba, el cual tenían lleno de ropa, se quitaron el pijama y se pusieron ropa para poder salir a la calle. David se puso un traje de color negro, como siempre, ya que para su negocio era mejor que fuera arreglado. Marta se vistió con ropa casual, ya que era doctora en un centro de salud. Normalmente Marta solía irse antes a trabajar, porque entraba a las nueve a trabajar, en cambio David, no tenía prisa porque él era el jefe de su negocio, así que nadie le podía decir nada. Se quedó un rato en casa para hacer la cama, no le gustaba dejarla sin hacer para cuando iba la asistenta. Se fue alrededor de las nueve y cuarto. Sacó su Porsche del garaje y fue en él hasta su empresa. Cuando llegó, aparcó su coche en el mismo sitio de siempre, en la plaza número 00001, la primera de las miles que había en el gran aparcamiento. Se bajó del coche y se dirigió a la puerta. Él era el jefe de SM, una editorial muy conocida. Siempre que iba a trabajar se fijaba en las luces continuamente encendidas del logotipo. Cada vez que lo miraba, sonreía y se sentía orgulloso de sí mismo. Entró en el edificio y fue a su despacho. Por el camino, comprobaba que nadie faltara, y efectivamente todos y cada uno de sus trabajadores estaban ocupados en nuevos libros para sacarlos a la venta. A su despacho se acercaban algunos trabajadores para enseñarles lo que hacían durante la

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mañana para comprobar que le gustase, como hacían habitualmente. En una de esas visitas entró el portero diciendo que había un hombre un tanto extraño que quería entregarle un paquete personalmente. David asintió con la cabeza para que Ramón, el portero, supiera que podía dejar pasar a ese hombre. Antes de que entrase, se levantó y se fijó en la caja que llevaba. De ella salían unas luces, y justo en el momento en el que quedaban unos pocos centímetros para llegar a la puerta del despacho aquellas luces provenientes de la caja, se apagaron. Cuando abrió la puerta para que el hombre pasara, se dio cuenta de que era el mismo que le había visitado la noche de antes en su casa. Se quedó parado unos segundos, y cuando el señor cerró la puerta, volvió a su ser con el sonido que ésta produjo. David le preguntó acerca de su nombre, ya que estaba muy intrigado. Él le respondió –Me llamo Mortifer-. A lo que David respondió –Encantado de conocerle, señor Mortifer – y le dio un apretón de manos. David se dio cuenta de que tenía la mano muy caliente. Entonces le preguntó acerca de lo que se tenía entre manos. Mortifer le entregó la caja y se marchó sin ni siquiera despedirse. David lo vigiló a través de todas las cámaras que tenía instaladas en la editorial hasta que se fue, y cuando éste llegó a la puerta desapareció de la misma manera de la que había desaparecido la noche anterior. Abrió la caja y en ella ponía -He comprobado que vas mejorando con tus actos y con tu comportamiento-.

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En esos momentos David empezó a preocuparse por su salud, tanto mental como personal, porque eso no podía ser posible. -Un hombre no puede desaparecer así como si nada-. Empezó a buscar en Google psicólogos en su entorno, para poder ir a visitarlos. Encontró uno muy bueno en Miranda de Ebro, que estaba, más o menos, a una hora desde su casa. Pensó que sería una buena idea, pero tenía que buscar la manera de contárselo a Marta. Una vez habían llegado las tres, empezó a recoger ya que era la hora en la que terminaba la jornada de trabajo en su empresa. Cuando llegó a casa, Marta ya estaba allí, porque salía de trabajar a las tres, y no solía entretenerse. David siempre se quedaba revisando que todo estuviera en orden, cosa que le llevaba unos diez minutos. Al entrar a la cocina, percibió uno de sus olores preferidos a comida, el olor de las lentejas. David saludó a Marta con un beso y subió arriba para cambiarse de ropa y dejar las cosas que traía del trabajo. Mientras se ponía las zapatillas de andar por casa, fue pensando en una excusa que decirle a su novia para poder ir al psicólogo de Miranda de Ebro, en el que había reservado una cita para el día siguiente a las nueve y media de la mañana. Marta le llamó para decirle que la comida ya estaba lista. Al oír ese chillo, David bajó rápidamente para que no se enfriaran las lentejas. Marta le sirvió un plato y, ni corto ni perezoso, las devoró en menos de cinco minutos.

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Al coger el segundo plato, David le contó a Marta lo que había planeado antes de bajar a comer. Le dijo–Marta, mañana tendré que ir a Miranda de Ebro, que está a una hora desde aquí más o menos-. Mientras que Marta le preguntaba la razón por la que tenía que irse, David fue pensando una excusa un tanto razonable. Le dijo que había tenido un problemilla con una librería, que recibía libros allí, y que prefería solucionarlos, antes de perderlo como comprador. Pasaron la tarde de tiendas, ya que querían comprar varias cosas para la casa. Cuando llegaron a casa ya eran las diez, así que se pusieron la cena y vieron una película en la sala de cine que tenían en la planta baja. Cuando acabó la película, subieron a la habitación y se fueron a dormir. Esta noche David estuvo muy pendiente del sonido de la puerta, para ver si también iba a ir a visitarle ese tal Mortifer, pero no apareció por su casa. La mañana siguiente, David se levantó un poco antes de la cama, porque tenía que salir alrededor de las ocho, si es que quería llegar pronto a su visita en el psicólogo. David desayunó solo, le preparó el desayunó a Marta, se vistió y se fue. Esta vez usó su otro Porsche, un Cayenne, ya que prefería usar éste para trayectos largos. En el camino, a David se le iban revolviendo las tripas de lo nervioso que estaba. Así que pensó que sería buena idea ir planificando en el coche lo que le iba a decir a su psicólogo. Cuando llegó a Miranda de Ebro, aparcó su coche en el aparcamiento que tenía el edificio en el que más tarde debía entrar, en la plaza número 216.

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Mientras subía en el ascensor, que llevaba del garaje a la recepción, los nervios se le iban acumulando. Dio un suspiro, y se dijo a sí mismo, -Todo va a salir bien-. Era su frase favorita. Durante su comienzo, en su propia fábrica, se repitió esta frase una y otra vez. Al llegar a recepción preguntó por el señor Montejo, él era con quien había reservado cita. La joven chica que se encontraba en la recepción le indicó que debía ir por la parte de la izquierda al fondo del pasillo. David asintió con la cabeza, para indicarle a la chica que lo había entendido. Siguió las indicaciones de la chica e hizo el camino. Cuanto más avanzaba, más oscuro se hacía el pasillo. Parecía que esa zona del edificio la habían querido hacer aterradora. 69

Al llegar a la sala número 48, llamó a la puerta y oyó una grave voz que dijo -adelante-. David abrió la puerta y entró. Aquel hombre le indicó que se sentara en el sofá que se encontraba justo enfrente de la mesa en la que él se encontraba sentado. David se presentó y le fue explicando poco a poco al señor Montejo todo lo que le había ido sucediendo durante esos dos últimos días. Cuando había terminado de contárselo el psicólogo le dijo, que eso podía ser fruto de su imaginación, y que eso, con unas pastillas, podría desaparecer en cuestión de días. Pero entonces, David cayó en que Ramón, el portero de la empresa, lo había visto, por lo que no lo podía estar imaginando.


Se lo dijo al doctor Montejo, y éste se quedó pensativo unos segundos. No sabía si contárselo o no, entonces explotó y se lo contó. Montejo, le dijo que en una época de su vida un tanto difícil, se le apareció un espíritu, que le decía que debía mejorar su comportamiento, o que, si no, le iba a ir muy mal en su vida. David se sintió muy identificado con la historia que le había contado su doctor. David dejó de pensar por un momento que estaba loco, ya que él lo pensaba hasta hacía un momento. El psicólogo siguió con la historia que le estaba contando de su vida. Montejo le dijo que este fantasma desaparecería cuando mejorara su comportamiento con los demás. David creía que era una buena persona, y que no le hacía ningún tipo de mal a nadie. Pensó un poco en algo que podría hacer mal, para que el fantasma le visitara, pero no halló solución alguna a esa teoría. David le dijo que él era una buena persona y que no le hacía ningún mal a nadie. Montejo le respondió a eso que no lo debía considerar él, que lo deberían considerar los demás, porque siempre tendemos a darnos más valor del que en verdad nos merecemos. El doctor le recomendó que lo pensara y que le preguntara a gente de su entorno, y que volviera al día siguiente a la misma hora. David se fue un tanto confundido. Cuando llegó a casa y se puso a comer acompañado de Marta, le preguntó que si ella creía que era una buena persona. Marta le respondió a esto -Creo que eres una buena persona, eso por supuesto, pero hay veces que siento que no estás conmigo todo el tiempo que deberías estar, además tus

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padres pensaban lo mismo-. Asintió con la cabeza, y pasaron el resto de la comida sin comentar nada. Se pusieron a recoger la mesa, y mientras tanto David le dijo que tenía que volver al día siguiente a Miranda de Ebro. Marta creyó que era para lo mismo así que le respondió - ¿Todavía no has solucionado lo de ese hombre? - David le dijo que no. Pasaron el resto del día de una bonita forma, fueron al cine, y cuando acabó la película se fueron a cenar a un restaurante que estaba cerca, que habían descubierto hacía muy poco, y les había encantado. Esa misma noche, David fue al cementerio de su ciudad, a visitar a sus padres, cosa que no hacía desde el día en que los enterraron. Tuvieron un accidente de coche cuando David tenía dieciocho años. Cuando llegó a casa, se fue inmediatamente a dormir, ya que era bastante tarde. David se fijó en que tenía bien puesta la alarma, para no llegar tarde, a la consulta del día siguiente. Esa noche no se le apareció ningún fantasma, ni nada por el estilo. La pareja se levantó a la vez, ya que oyeron el despertador de David, desayunaron de una manera amena, manteniendo una cómica conversación y después se fue cada uno al sitio que debía ir. Cuando David llegó al edificio en el que se encontraba la consulta de su psicólogo, él le estaba esperando en la entrada. Esta vez el señor Montejo iba muy arreglado. Llevaba un traje negro acompañado de una corbata roja. Entraron en su consulta y David le contó que aquella noche no se le había aparecido nadie en su casa. Montejo se levantó del sillón en el que se había

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sentado anteriormente le estrechó la mano y le dijo –Amigo, se ve que te has esforzado mucho en mejorar tu actitud, y por eso no te ha aparecido, esto no te volverá a suceder-. David salió dando brincos por los largos pasillos de aquel edificio. Bajó por el ascensor manteniendo una entretenida conversación con otro hombre bien entrado en años. Al ir a por el coche, que una vez más estaba aparcado en la plaza 216, pensó que no le costaría nada hacer feliz a los demás con un simple gesto. Al salir de Miranda de Ebro vio a una ancianita parada en un semáforo que no se atrevía a pasar, entonces aparcó el coche en un lugar cercano, se bajó de él y le ayudó a cruzar la carretera. La señora, le dijo –Que Dios te bendiga-. Se sintió muy feliz por aquel buen acto que había hecho. Al llegar a casa le preparó la comida a Marta. Comieron tranquilamente. Marta se fue con unas amigas de compras. David se quedó en casa haciendo varias cosas que se le habían ocurrido en el camino de vuelta a casa. Revisó sus cuentas bancarias, hizo llamadas, buscó información… Al día siguiente se levantó muy temprano, y contento consigo mismo, iba a hacer cosas increíbles. Le explicó a Marta los propósitos que tenía preparados, y a ella le pareció estupendo, de hecho, llamó también a muchas personas para que hicieran cosas similares. Fue a su empresa y esperó a que todos los trabajadores llegaran. En ese momento empezó a arrepentirse de lo que iba a hacer, ¿cómo iba a regalarles a sus trabajadores todo lo que había conseguido con su propio esfuerzo? Recordó todas aquellas noches sin

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dormir, cómo fue ahorrando euro a euro para conseguir crear esa gran empresa. Lo bien que le hacía sentir que los demás le miraran con envidia, era algo que le encantaba. Que todo el mundo se quedara observando su enorme casa. ¡No podía perderlo de esa forma! La avaricia empezó a rondar por su cabeza. Decidió no hacerlo y se puso en camino al parking para coger el coche. En el camino de vuelta a casa vio a Mortifer. No esperaba encontrarse con él nunca más. Lo único que hacía era mover la cabeza de un lado a otro, indicándole así un gesto de negación y decepción. David se quedó embobado mirándole. No pudo ver entonces el camión que se acercaba a él. Los airbags del coche salieron, pero no pudieron hacer nada con el fuerte impacto. A pesar de disponer de los mejores sistemas de seguridad, la avaricia le jugó una mala pasada. El último sonido que oyó fue la sirena de la ambulancia cada vez más cerca de él.

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12 EL LIBRILLO DE PAPEL DE FUMAR

Hace mucho tiempo que le oí contar a mi abuelo está historieta que ahora yo les voy a relatar en forma de cuento. La cosa va sobre dos chavales, uno de ellos mi abuelo, y un librito de papel de fumar. Todo comenzó cuando fueron a felicitar al maestro a su casa. Javier, el amigo, no quiso entrar porque le daba vergüenza y se quedó en la calle esperando, por lo que solo entró mi abuelo, al que además de darle dulces, rosquillas... También le dieron una moneda de un real, que tenía un agujero en el centro. Al salir le dijo a su compañero "mira lo que me han dado, ¿qué hacemos con ello?" Pensaron un poco y no se les ocurrió otra cosa que comprar un librito de papel de fumar de la marca Gol, en el que aparecía un chico dando una patada a un balón, por entonces ellos no tenían ni idea de lo que era el fútbol, solo querían fumar con papel de verdad ya que solían hacerlo pegando papel de estraza con saliva. Pero a Javier se le presento una duda "Si nos pregunta la estanquera que para quién es cuando vayamos a comprarlo... ¿que decimos?" "Muy fácil, para Nazario" dijo mi abuelo. Éste era un señor mayor del pueblo y que ellos sabían que era fumador. Y así sucedió, la mujer en la tienda les preguntó, pero ya iban preparados. Al salir le ayudaron a la señora a quitarle las aguaderas a una caballería, pues venía de lavar del río. Seguidamente se marcharon corriendo hacia la casa de los abuelos de Javier.

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Por el camino se les junto un amigo apodado “el Pajarillo” y como no querían compartir con él el librillo, cogieron el primer papel, que era de color rosa, y le dijeron "toma majo, para ti el bonito y vete que nosotros nos vamos a casa”. Llegaron a la casa y se sentaron en la cocina a la lumbre para disfrutar de su papel haciendo cigarrillos de paja. Estaban tan absortos en lo suyo que no se dieron cuenta de que entró la abuela, y los sorprendió queriéndose guardar algo en los bolsillos. Ella les dijo "¿qué escondéis ahí granujas?" Los chicos le enseñaron unos cromos que llevaban por el bolsillo, pero no picó, les registró y encontró el dichoso librillo, les regañó, se lo quitó y al cuarto de hora ya lo sabía medio pueblo, pues ella se había encargado de difundirlo. Las preguntas no se hicieron esperar, se amontonaban ¿De dónde habéis sacado el dinero? ¿Cómo habéis comprado esto? ¿Para qué lo queréis?... Ellos contestaron que el real se lo había dado el maestro cuando fueron a felicitarle. Ya todo aclarado, al enterarse Don Alejandro, el maestro, les requisó el librillo, y como castigo lo puso encima de su mesa en la escuela y allí estuvo durante un largo tiempo, hasta que una tarde ellos, hartos de verlo, abrieron una ventana del despacho, entraron y de un golpe de mano se lo llevaron, rápidamente salieron y volvieron a cerrar la ventana. Nadie se

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enterĂł de quien habĂ­a sido y los chicos se salieron con la suya. AsĂ­ termina la historia del librillo de papel de fumar.

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SOLOS BAJO LOS TRUENOS

Una tarde de invierno, el viento soplaba cada vez con más fuerza contra las ventanas de la cabaña. Los dos hermanos se abrazaban entre ellos al oír los ruidosos truenos que se presentaban en la noche. La chimenea de la cocina estaba apagada, pero las cenizas esparcidas por el suelo a causa del viento entrante, todavía estaban calientes. Rezaban para que sus padres regresaran ya de donde quiera que estuviesen. La casa era muy antigua, por lo que la madera crujía al pisarla, los armarios no cerraban sus puertas, la vajilla estaba oxidada, el techo dejaba escapar goteras… Los hermanos se llevaban tres años de edad: John, así se llamaba el mayor, y Alba, que era la pequeña, de seis años. Se llevaban muy mal hasta que su hermano mayor de trece años murió de una neumonía. Él siempre les estropeaba todo, nunca podían mentir. Era un chivato. Claro, lo echaron de menos y lloraron por él, porque a pesar de ser un cizañas, era parte de la familia y se le tenía cariño. Sus padres, sobre todo, lo echaron mucho en falta porque tenían a su lado una gran ayuda para trabajar y aguantar peso. No solo por eso, sino porque también era su hijo, sangre de su sangre. A partir de ese día, los hermanos se tenían mucho cariño entre ellos y apenas discutían. Sus gustos eran muy parecidos y les encantaba chincharse.

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La puerta de la entrada comenzó a abrirse, eran los padres de los pequeños asustados. Dieron la luz de la habitación y bajaron al primer piso para reunirse con ellos. Cuando estaban a mitad de las escaleras, oyeron una voz que no era conocida, así que pararon en seco. El hermano mayor agarró a Alba de la muñeca y subieron de vuelta a la habitación. John sacó de su mesilla una bola que llevaba dentro polvos verdes. Le dijo a su hermana que no se moviera de ahí y que enseguida volvía. Salió de la habitación y cerró la puerta. Bajó muy despacio las escaleras, abrió la bola y la tiró hacia el primer piso deshaciéndose de los polvos. Volvió a la habitación corriendo y puso una cómoda en la puerta para que funcionara como cerradura. Se tumbó en la cama con su hermana y le avisó de que se tapara la nariz y respirara por la boca. Enseguida se volvió a oír la puerta en señal de alegría. Fuera quien fuese, ya no estaba en la casa. Alba le preguntó a su hermano que qué había hecho, él le contestó que simplemente le había dado un poco de buen olorcillo a la casa. La pequeña se empezó a reír a carcajadas. Ya se habían olvidado de los truenos. Cinco minutos más tarde, una piedra golpeó desde fuera la madera de la pared de la habitación de los niños. John se asomó a la ventana y la abrió al ver que eran sus padres. Alba también lo hizo tras una señal que le hizo su hermano para que se levantara de la cama. John les preguntó que por qué no entraban a casa. Su madre le contestó que ya habían entrado antes y que

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de repente les vino un olor insoportable, así que salieron al establo a ver si se desaparecía el olor. Los hermanos se empezaron a reír entre dientes y bajaron a abrir a sus padres. El olor normal de la casa no se había recuperado aún, pero se podía respirar. Al abrir la puerta un pájaro verde entró antes que sus padres. John les contó toda la historia, que pensaban que había entrado algún desconocido en casa y que tiró una bomba fétida para espantarlos. Claro, la voz desconocida era la del loro. Que como les habían dicho sus padres, era una sorpresa que les habían traído al encontrárselo mientras cogían leña por el bosque. 79


14 NO LO HAGAS

12 agosto 1999 Nos íbamos de vacaciones, a mi madre no le gusta conducir, le da miedo. Por eso, desde que se divorció de mi padre nunca vamos solas de vacaciones, vamos con Lucy, una amiga suya y con su hija Marta que tiene la misma edad que yo. Cogimos las maletas y nos fuimos. Tras varias horas de viaje, por fin llegamos a un lujoso hotel lleno de gente joven. 80

Seguramente nos íbamos a aburrir, como en todos los viajes que hacíamos. No nos dejaban ir de fiesta ni salir por la noche, decían que les daba miedo, no lo entiendo, tenemos 17 años. No nos equivocábamos, todas las mañanas y tardes íbamos a la playa, no hacíamos nada divertido. Nos quedamos en la habitación del hotel con un portátil buscando fiestas en la ciudad en la que estábamos, había muchas y no sabíamos a cuál ir. Además, ¿para que buscábamos eso? No nos iban a dejar ir, así que decidimos dejar de hacernos ilusiones y bajar a la playa, que era nuestro único plan en toda la semana. Bueno yo por lo menos sabía que era un plan imposible, Marta no dejaba de hablar de eso, decía que, aunque no nos dejaran nos podíamos escapar.


Los chicos de la habitación de al lado debieron oírnos hablar de eso porque en la hora de la siesta llamaron a nuestra puerta y nos dijeron que, si queríamos salir con ellos esa noche, iban a ir a una discoteca cercana al hotel. No me gustó el plan, eran desconocidos, tenían por lo menos 20 años y, además, no conocíamos la zona. Nos invitaron a pasar a su habitación a planear la noche perfecta, o así la llamaban ellos, bueno, ellos, y Marta, que les hablaba como si los conociera desde siempre. Tenían la nevera de la habitación llena de botellas de alcohol. Me quería ir, algo malo iba a pasar, lo sabía. Marta es muy cabezona, quería ir, pero yo tenía una cosa muy clara, si iba, se lo diría a las madres, tenían que saber dónde estábamos. Le dije a Marta que me acompañara a decirles nuestro plan. Esperaba un no por parte de las dos, pero esta vez nos dejaron, no podía ser, no quería ir, tenía miedo. Eran las nueve de la noche, nos montamos en el coche de los chicos y nos llevaron al centro de la ciudad. Entramos a una discoteca, tenía buena pinta, había controles y porteros, eso me hacía sentir un poco más tranquila y segura.

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Tan solo dos horas después de llegar a la fiesta, Marta no sabía lo que hacía, y lo que más me preocupaba era que no solo había consumido alcohol. Todos me decían que parecía su madre porque miraba si le echaban algo en la bebida, le reñía y en parte llevaban razón así que decidí pasármelo bien y disfrutar, que luego me iba a arrepentir. Al final tal vez sí habíamos hecho bien en salir, lo estaba pasando genial, los chicos parecían majos. Nos dijeron que se iban a otra discoteca, que en esta se aburrían y nosotras fuimos, ya habíamos cogido confianza y, además, si no íbamos con ellos no teníamos como volver al hotel. Nos habían dicho que estaba cerca, pero a mí no me daba esa sensación, se alejaron mucho de la ciudad, mi cabeza ya estaba otra vez dándole vueltas a las cosas, igual era que me preocupaba por todo y llevaba razón Marta. Cinco minutos más tarde me di cuenta de que no me equivocaba, lo sabía, sabía que algo malo iba a pasar, estábamos cruzando la frontera de Estados Unidos, me quería bajar del coche, quería que se bajara Marta también pero no me hacía caso. Empecé a gritar que pararan, no quería estar ni un minuto más montada ahí. Frenaron en seco, abrieron la puerta y me bajaron de un empujón. Marta no se quería bajar, hice todo lo posible, tiré de ella, pero no quiso, el coche arrancó y se fue.

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No sabía dónde estaba, no tenía batería en el móvil y a esas horas no había nadie por la calle. Empecé a andar, tenía que volver a cruzar la frontera. Estuve caminando mucho rato hasta que por fin llegué a una carretera solitaria, las luces de un vehículo iluminaron mi rostro, era el autobús del hotel, no podía creerlo, iba a poder regresar a casa. Cuando el conductor me vio, paró y abrió las puertas, subí. El señor echó a un joven borracho que iba montado en el asiento de atrás, dijo que no se iba a hacer cargo de él y lo dejó abandonado en la carretera. No podía hacer eso, me tenía que quedar con él, no iba en condiciones como para caminar solo. Bajé del autobús y me quedé con él. Seguimos caminando y llegamos a una playa, dormiríamos allí, al amanecer volveríamos al hotel. Por fin se hizo de día, el chico del autobús no estaba, no sabía dónde había ido. Seguí mi camino, subí por unas montañas, desde allí podría ver todo, pero resbalé, caí y me quedé inconsciente. Eran las diez de la mañana, nuestras madres no sabían qué hacer, no habíamos regresado, se volvían locas pensando dónde podíamos estar, se imaginaban lo peor.

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Nos llamaron al móvil, pero no daban señal. Llamaron a la policía, les dijeron que tenían que pasar 48 horas para darnos por desaparecidas y que entonces empezarían la búsqueda. Cogieron el coche y fueron por toda la ciudad, preguntaban a la gente, igual alguien nos había visto. Enseguida llamaron a mi madre desde la comisaria; una chica, de nuestra edad y con las mismas características que las que había explicado estaba allí. Fueron rápidamente, les mandaron esperar y pronto salió de una sala Marta, era ella, había conseguido escapar, por fin se había dado cuenta. Les explicó todo lo que había pasado, les dijo que yo había regresado al hotel andando, pero no había aparecido. Marta más o menos se acordaba de la ruta que habíamos hecho esa noche así que guio a las madres. Buscaron más allá de la frontera, la playa en la que había estado y los montes. El grito de mi madre alerto a Marta, allí estaba yo, congelada, herida. Pero ya no podían hacer nada, había muerto.

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Poesías


15 EL INGREDIENTE SECRETO

El frío estallaba sobre la nieve, El calor del hogar adormecía nuestras palabras, En la cocina chisporroteaban ruidosos los ingredientes, Harina, huevos y una pizca de ingrediente secreto. Mis ojos atentos buscaban la materia, Todavía no sabía mirar. Al poco rato, el milagro del sabor en nuestra boca, 86

La impaciencia del calor en nuestras manos, Mientras tú nos mirabas protectora. Ahí en ese momento lo vi, Me asomé y lo vi en el destello maravilloso de tus ojos. Hablaban por si solos y sí, lo vi Éramos tan felices y la vida… Siguió su curso implacable, Hermoso, imparable, Un ingrediente único y especial.


Todavía guardo el ingrediente secreto en mi corazón. Y lo guardaré siempre en el más especial y bonito rincón

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TRISTEZA

Triste, Es ver cambiar a todo el mundo Por interés, Sin principios No puede saber quién es. Triste, Es ver el mundo 88

Y ver que Todos son iguales. Triste, Es ver a un genio En el paro Cuatro años O no poder ver la tumba De alguien que has amado.


17 LAS DECISIONES

Es malo pedir algo, pero peor es dar nada. Es malo hacer algo y equivocarse, pero es peor no hacerlo. Es malo que te dejen, pero casi siempre es peor abandonar. Es malo envidiar, 89

pero es peor que nadie te envidie. Es malo pelearse, pero es peor huir constantemente. Es malo que te critiquen, Pero es peor que tĂş critiques a alguien. Es malo que te ignoren, pero es peor ser un ignorante. Es malo ser adicto a algo, pero es peor que nada te enganche.


18 ÉL

¿Por qué su mirada es más bonita cuando él me mira? ¿Por qué tengo la sensación de que el mundo ya no gira, Cuando él me mira? ¿Por qué cuando él me mira, Las horas pasan rápido? ¿Por qué su sonrisa y la mía se unen en un beso Cuando él me mira? 90

¿Por qué cuando me mira después del beso le confieso Todo lo que le quiero? ¿Por qué cuando él me mira y me dice te quiero El mundo ya no gira? ¿Por qué mi corazón palpita Más rápido cuando él me mira? ¿Por qué cuando él no me mira mi cuerpo se debilita? ¿Por qué cuando él me mira y me da un beso Todo le perdono?


¿Por qué puedo soportar mil toneladas en el hombro cuando él me mira? ¿Por qué cuando él no me mira siento que el mundo se derrumba? ¿Por qué en la noche oscura bajo las estrellas le digo “lo siento” Cuando él me mira? ¿Por qué cuando él me mira siento su respiración tan cerca? ¿Por qué hace que mis dudas sobre él se vayan cuando él me mira? ¿Por qué me encanta cuando el suspira Cuando él me mira? ¿Por qué me quedo sin aliento Cuando él me mira? ¿Por qué me quedo sin conocimiento Cuando él me mira? ¿Por qué cuando él no me mira Siempre me lamento? ¿Por qué no se pone violento Cuando él me mira? ¿Qué me pasa cuando él me mira? ¿Por qué él me mira? ¿en realidad su mirada es tan sincera como la mía cuando él me mira?

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19 DISTRACCIONES

Día 1 Me he mudado Mientras descargaba Me choqué con un palo ¡Maldito seas!

Día 2, salgo Miro el mapa Me choco ¡Maldito palo!

Día 3, salgo Me hago un amigo Me choco ¡Rayos!

Día 4, me levanto Miro por la ventana Veo el palo Lo maldigo.

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Día 5, salgo Esquivo el palo Veo una chica Me tropiezo.

Día 6, salgo Me concentro Se me olvida el palo Me choco, maldigo.

Día 7, salgo paso de acera veo un amigo hablamos, y me choco

Día 8, llamo viene un camión Cargo Me mudo.

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20 UN PUEBLO ENTRE MONTAÑAS

Desde pequeña me asomaba a la ventana Y veía como el Sol le deslumbraba cada mañana, La Luna le hacía más bella cada noche que salía Haciéndole brillar con una glamurosa estrella.

Sus dos mitades indispensables, Unidas por el río Najerilla 94

Son como dos almas inseparables Que desde sus tiempos mozos Ya intentaban los najerinos atravesar Mediante unas tablas que a veces el río solía surcar.

Actualmente cuatro puentes como cuatro soles Son los que al pueblo atraviesan El puente de los soldados: Donde pasar no te hará daño El puente de piedra: ¡que los coches no te detengan!


El puente de los pescadores: ¡que ningún anzuelo te claven! Y la pasarela: donde a los niños se les cae la baba Cuando miran por la barandilla Y ven que parece chocolate lo que antes era agua cristalina.

En su alma más antigua Se encuentra su mayor lucero Un gran monasterio del siglo once Donde guardan imborrables recuerdos. 95

Su gran museo najerense Anteriormente una cárcel Donde los presos iban Por alguna judiada que hacían. Y aunque actualmente No se le dé la importancia que merece, Siempre será una gran reliquia Para todas las personas que en este maravilloso pueblo habitan.


Sus grandes tejados Están bien arropados Gracias a esas montañas Que la nieve pocas veces Las viste de blanco cuando el invierno llega.

Estas mágicas montañas Abarcan infinitos misterios Como aquel castillo de tiempos moros Que mi pueblo tiene como un tesoro.

Para cerrar bien la semana, en la salera Un buen partido te espera Donde a veces se pierde y otras se gana Pero ahí siempre estarán los najerinos Para apoyar a su Náxara.

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En sus grandes choperas guardan Secretos las parejas que allí se aman Cogiendo una llave y dibujando sus iniciales y un corazón Para simbolizar su gran amor.

En la plaza de España las cervecitas tampoco faltan Aquí los niños pueden jugar al fútbol, a las muñecas, incluso correr y saltar Y siempre con San Prudencio y San Juan Mártir como ángeles guardianes

En el cine Doga Muchos teatros, películas, musicales… te esperan Ya que aquí los sueños nunca cesan.

La calle mayor, conocida por su glamour Donde la gente pasa Para comerse alguna tapa Y para comprarse alguna cosilla Que aquí el bolsillo

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¡Nunca descansa!

Desde su rivera Los niños cantan y juegan Y madres asustadas en ella corren Por si su hijo sin haberlo querido en el río Se ha caído. Y alguna vez con tu amigo Te has enfadado porque sin darte cuenta El balón al río lo ha tirado.

De otros pueblos gente viene Y en la estación el autobús los detiene Para ir de fiesta, al mercadillo o visitar a su familia y amigos. Cuando el otoño llega El paseo de hojas se llena Y los niños saltando encima de ellas se encuentran Mientras sus madres les riñen porque al colegio no llegan.

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El gran quiosco que en él se encuentra Es muy querido por sus najerinos Ya que nos recuerda a las vueltas de San Juan y San Pedro Que con gran ansia todos esperamos.

Su calle San Fernando La más grande de todo Nájera La cual los peregrinos suelen bañar Para ir a algún alberge Y sus monumentos, parroquias y la tienda de las clarisas y Santa María De La Real Ir a visitar.

Y aunque alguna arruga a su piel ya le hace daño Desde la cruz Malpica se puede percibir Que mi pueblo se sabe lucir.

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21 EL TIEMPO

El tiempo era lento, parecía que los días no pasaban, Pero sin embargo el tiempo pasaba y pasaba, Los días, pasaban y las semanas acababan, Comenzaban otras y así sucesivamente, Las estaciones cambiaban, tan deprisa, Siempre le pedíamos al tiempo, Que pasara rápido, para poder descansar, 100

Disfrutar de los detalles de las estaciones, Nunca nos contentaba lo que llegaba, Siempre queríamos lo opuesto a lo que llegaba, O simplemente esperábamos a que una fecha llegara, Y ese día llegaba y pasaba, Así sucesivamente esperábamos que llegaran otras fechas… Cuando descansábamos, Nos aburríamos, Cuando trabajábamos,


Queríamos descansar, Nunca encontrábamos lo que queríamos, Aunque había algunos momentos, En los que queríamos que el tiempo se parara, Pero no se paraba, El tiempo era y es constante e independiente, Siempre es así, no se puede cambiar, Nunca lo disfrutamos, Pero realmente no nos dábamos cuenta, Estábamos tan ocupados preocupándonos por cosas superficiales, Que, en realidad, no nos dábamos cuenta de que el tiempo también pasaba para nosotros, Y no solo para las cosas, El tiempo pasa para todos, Y ahí es cuando te das cuenta de que es así, Y que tú nunca pudiste hacer nada, Todo fueron deseos o fechas que esperabas que ya pasaron, Y te das cuenta que mientras deseabas,

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Tú también pasabas, Disfrutabas, te enfadabas, amabas… El tiempo pasaba sin y pasa sin que nos demos cuenta, Ahora nos damos cuenta de lo imparable que es el tiempo, De los muchos momentos que solamente perdimos el tiempo, Y de los muchos otros que lo aprovechamos bien, Y ahora si pudiéramos volver atrás en el tiempo probablemente, En aquella época, simplemente hubiéramos disfrutado…

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22 LA VIDA

Las 7 de la maĂąana, Suena el despertador, Me levanto de la cama, Me visto en el cambiador.

Voy a la cocina, Me pongo a desayunar, 103

ÂżHas cogido el almuerzo Cristina? Me preguntan antes de marchar.

Al rato llego a clase, Con mis amigas me pongo a hablar, ÂĄParar ya, esto es un desfase!, Empieza el profesor a gritar.

Llega el primer recreo,


Salgo al patio a almorzar, Con mis amigas me cabreo, Porque no me dejan de vacilar.

Pasan el resto de horas, El timbre empieza a sonar, Hora de ir para casa, El resto del dĂ­a toca disfrutar.

Hablo con mis amigas, Quedamos para salir, Nos lo vamos a pasar en grande, Nos vamos a divertir.

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23 TRIPOLAR

Soy tripolar.

Soy el amor soy el miedo y soy la vida.

El amor que soy tiene diecisiete años, 105

y busca calor con inocencia. El miedo que soy tiene ochenta y tres años, y solo quiere cerrar sus ojos. La vida que soy tiene catorce años, y es un mundo incontrolable.

El amor que soy no tiene límites, mira con cien ojos, toca con mil manos,


y siente con diez mil corazones.

El miedo que soy es un zulo, se rasga los dedos, se funde con cualquier pared, se atraganta en todas las nadas.

La vida que soy es un prado, quiere recorrerlo entero, Debe saber que hay más allá de cada otoño, más allá del olvido.

El amor que soy Susurra el miedo que soy grita la vida que soy camina.

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24 ELLA ERA COMO UN LIBRO ABIERTO

Tan bonita que a la vista hacía daño, Era un simple destello de alegría. Ella era tan preciosa.

Tan mala, Que solo sabía hacerme sufrir, Ella era tan preciosa. 107

Tan sincera, Como un espejo para ver tus imperfecciones, Ella era tan preciosa

Tan alegre, Que corre tan rápido como puede, Ella era tan preciosa.


Tan preciosa, Que ya ni siquiera me hacía feliz. ¿De verdad Ella era tan preciosa?

Tan libre, Como una montaña rusa en su punto más alto, Ella ya no era perfecta.

Tan desagradable, Que muchas veces me hacía replantearme aspectos de la vida, Pero yo, yo ya no la quería.

Yo, yo la quería de verdad, No sé si ella es tan perfecta.

Ella, ella es mi vida, Por lo que realmente no es perfecta.

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25 A MIS ABUELOS

Escribí estas líneas intentado expresar lo que significan para mí mis abuelos. Ellos son una mezcla extraña entre padres, amigos, confidentes. Entrados en años, algo así como hijos grandes 109

que estaban bajo mi responsabilidad. Pensar en ellos, es recordar cientos de momentos felices. Es volver a vivir situaciones, emociones y sentir un amor que nunca nadie sintió por mí. No porque no fuera amada, sino porque ese amor es distinto. Hablaban del pasado con añoranza,


pero no para vivir ahí, sino para seguir viviendo aquí, y seguir proyectando como cuando comenzó su historia hace tantos años. Hablar de mis abuelos, es hablar de orgullo, de admiración, de superación, de honestidad, de valores que nunca nadie pudo quebrantar. Me invitan a reflexionar, ¿qué es ser feliz? Mientras escribo intento encontrar una palabra con la que cerrar este poema. No encuentro una, tal vez no exista,

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que pueda resumir todo así de fácil. Mis abuelos ya no están vivos, y es por ello que quise escribirles este poema. Después de tanto rastrear creo que encontré la palabra que buscaba: “Gracias”

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26 ¡SALVEMOS UN NIÑO!

Paseándome por la bocana del puerto una mañana como acostumbro a hacer, si tengo ganas, tres veces por semana, diviso en lontananza, mejor dicho, vislumbro, algo que se mueve, en la maraña de plásticos, basura y cosas raras avivo los sentidos, quiero descifrar, liberar el hilo del ovillo, sale limpia y clara la mano de un chiquillo, me apresuro, ¡hay que salvar al niño! le tomo con mis manos, le saco vivo; si cada cual de nosotros salvásemos al menos uno... 112


27 ELLOS

En las alturas de un monte, un halcĂłn sobrevuela un conejo se esconde tras las ramas de una palmera.

Las ranas del estanque crujen como piedras 113

saltan muy alto y caen de primeras.

Mil cebras atraviesan la sabana leones tras ellas, imposible alcanzarlas pobres que pierden la hazaĂąa al no parar de mirarlas.


El mono es inteligente su mirada inocente la selva es su vida, los plátanos su comida.

La hormiga pequeña valiente con la cabeza bien alta crece mirando siempre al frente hasta alcanzar la muerte. 114

El caracol con los cuernos al sol mientras la luna tiembla de dolor pobre día que amarga la noche sin percatarse del ardor.

Un pajarito me dijo al oído pío, pío, pío tengo mucho frío.


El tigre de ojos naranjas al ataque ante la caza pobre tigre, la presa escapa qué pena, nada se zampa.

Las hierbas del campo muestran piel de caballo mil y un pelos recorren su cuerpo sin apenas un desmayo. 115

Las serpientes reptan por los árboles como feroces enredaderas sin esfuerzo de sus pies llegan a ver grandes laderas.

Un millón de arañas hacen su tela en el telar el mínimo fallo de no mirar dejará de haber telaraña.


Las ratas de campo conocen la tierra pura las de alcantarilla no conocen ni su vida.

Las gaviotas vuelan por el mar sin mirar atrás olas llegan a alcanzar sus más sensibles alas. 116

El guepardo corre al infinito y más allá nunca se cansará por más que llegue a acabar.

Los perros son salchichas andantes sus cabezas son gigantes sus patas temblantes soportan miles de quilates.


Paloma bumbuna llévame a tu cuna dame de comer semillas de tuna.

A las tres de la mañana empecé a escuchar un grillo andaba muy ocupado afilando su chuchillo. 117

Tus ojos morena se parecen a ti, porque pestañean como un colibrí.

El gato con botas de puro goloso amaneció enfermo de un mal doloroso.


El minúsculo erizo de nombre René le gusta el granizo y la nieve también.

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28 FIEL COMPAÑERO

Encontrarme a mí misma En un día como este, Mantener la calma Y ser capaz de enseñar Lo que durante tanto tiempo estuvimos trabajando, Lo que tantas horas de sueño nos ha robado Y por lo que me levanto con ganas cada día. 119

Dejar a un lado el miedo, Que nada nos impida expresar nuestra forma de sentir Y de entender Lo que para nosotros Es un modo de vida. Pero sin dejar de lado el respeto. Respeto a mi caballo Que si en este día tan especial Mis piernas o mis manos me fallan,


Que me perdone, Estoy nerviosa. Sé que lo sabes. No suspiro habitualmente cuando cruzo mis piernas sobre tu montura. Solo el sonido de tus pisadas Y tu resoplar suave y profundo Me hacen sentir tranquila. Tienes un silencio precioso Que esconde toda la música del mundo. ¿Recuerdas cuando de potro te asustabas Y yo con mi voz suave Y una caricia en tu cuello Te hacía sentir tranquilo? Cómo cambian las cosas Qué vueltas da la vida Hoy eres tú, El que me tranquiliza a mí. Contigo encontré una cosa necesaria,

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Ilusión, Mi fiel compañero, Mi sueño hecho caballo. Gracias compañero, Gracias de corazón.

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Microrrelatos


29 NO TODO ES COMO LO VES

Que no un trĂŠbol de cuatro hojas tiene que ser mejor que uno de tres

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30 EL OLVIDO

Perdí las llaves de nuestros recuerdos, será que ya te he olvidado.

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31 SENTIMIENTOS PERDIDOS

Miguel salió del trabajo, eran las 22:37, cogió las llaves del coche, abrió y se subió en él. A su lado se encontraba un hombre con una vestimenta negra, Miguel le preguntó quién era. El hombre no se movió de su asiento, no hizo ningún gesto, ni llegó a vocalizar una palabra. Miguel enfadado decidió no hacer caso al hombre, así que arrancó el coche y empezó a conducir camino hacia su casa, donde le esperaban su mujer y sus hijas de 4 y 3 años. Miguel llegó a su casa, aparcó al lado del garaje, se bajó del coche, lo cerró y caminó hacia el portal, sacó la llave del bolsillo, abrió la puerta, se dirigió hacia su mujer que se encontraba sentada en el sofá viendo una película y la besó; pero ella no pareció ni darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Miguel se quedó extrañado, subió las escaleras y entró en la habitación de sus hijas, todo era tranquilidad hasta que Miguel vio a un hombre leyéndoles un cuento, cuando ellas se durmieron este hombre bajó donde la mujer y la besó, entonces Miguel descubrió lo que sucedía y volvió al coche, el hombre del coche le esperaba sentado en la misma posición que cuando se había ido Miguel, entonces el hombre habló y dijo. - ¿Ya te diste cuenta? A lo que respondió Miguel. - ¡Cállate y vámonos! Entonces Miguel arrancó el coche y con sus sentimientos hechos pedazos desapareció.

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32 EL TÚNEL

Era una tarde de invierno lluviosa y un ciervo apareció en la carretera. Di un volantazo y mi coche empezó a dar vueltas sin parar y… de pronto, vi a lo lejos una luz al fondo de un túnel. Al pasar por el túnel oí unos ruidos extraños y vi unas extrañas figuras y… de pronto me paré a recapacitar y si... la luz que vi al final del túnel ¿era la luz del quirófano, las figuras eran los médicos y los ruidos los gritos de mi madre sufriendo de dolor? ¿Y si después de morir volvemos a nacer?

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33 UN HUEVO

Había una vez un huevo, un señor lo compró, lo frió y se lo comió.

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34 ¡POR LOS PELOS!

Para cuando me quise dar cuenta ya casi me había alcanzado, iba nadando y nadando a contrarreloj, ya notaba sus afilados dientes en mis pequeños dedos y no podía hacer nada. Estaba sola, en medio del océano, sin rumbo fijo, nadando lo más rápido posible para que ese temido tiburón no me comiese, aún era demasiado joven para morir, por unos instantes noté algo, pero no me podía detener para mirarlo o por el contrario moriría; en unos segundos sentí como si ya no hubiese agua, estaba metida en un compartimento totalmente cerrado, sin tiburones terribles persiguiéndome, de repente una gran tromba de agua venía hacia mí, pero no tenía escapatoria así que, me dejé llevar y…¡¡¡HALAA!!!¡¡¡ESTABA VOLANDO!!! Miré hacia abajo, vi a una ballena y pensé: entonces, si es una ballena, por donde me adentré, ¿¡¿fue por su boca?!? ¡¡aggh!!, pero bueno, he de admitir que me salvó la vida, luego alcé la vista al horizonte y vi como había algo más además de toda el agua, en efecto, ¡era una isla! El chorro enorme de agua que de la ballena salía, ya se había acabado y caí encima de la ballena, miré al agua para comprobar si había o no tiburones y no, no había ninguno, así que me adentré dentro del océano y fui buceando hasta aquella isla que vi al horizonte, cuando llegué oí un ruido raro, me extrañé porque no había nadie ahí, solo estábamos un par de árboles solitarios y yo. Al final, resulta que era mi madre, que me despertaba porque llegaba la hora de ir al colegio, ¡no había pasado más miedo en mi vida!

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35 NADA

- ¿Habéis hecho los deberes? Decid la verdad no mintáis -Yo no los hice. -Te tengo que poner un negativo. - ¿Por qué? Si realmente no hice nada.

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36 LA ENSEÑANZA

Ese tiovivo te muestra cosas. Cosas ocultas, que pocos soportan. Hoy, empezó a moverse de nuevo…

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37 ÚLTIMA LLAMADA

Escucho esa añorada voz del otro lado de la línea. Con una lágrima, recuerdo. Él ya murió.

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38 MÍA

Todo comenzó un día en el que tenía las cosas más claras que nunca, sé lo que quería y lo que no, pero… Sus cabellos eran tan dorados que parecía el sol, como cuando te levantas temprano para realizar un duro día de trabajo, ella, simplemente ella, era perfecta, pero sé que esa perfección me jugaría una mala pasada. Los días pasaban, y me daba cuenta de que queda día estaba más enamorado de ella, pero oh, me iba a hacer daño, mucho daño. En ese momento, fue cuando me desperté de la pesadilla. 132


39 LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD

Miguel era un niño de ocho años, humilde y aplicado. Sus padres se esforzaban por buscar trabajo, pero sólo podían vivir de las ayudas de sus vecinos, apenas ganaban dinero. También era un niño muy estudioso, por lo que siempre sacaba muy buenas notas en el colegio. Era amigo de un niño llamado Javier, el cual tenía mucho dinero, ya que su padre era un gran abogado en la ciudad. Ellos dos eran muy amigos, y tenían gustos muy parecidos, como por ejemplo el fútbol. Se ayudaban en cualquier cosa que el otro necesitara. Pasados dos años los padres de Javier se enteraron de que el mejor amigo de su hijo era un niño pobre el cual no tenía prácticamente recursos –al menos eso pensaban-. De lo que no se habían dado cuenta antes era de que por muy pobre que el pudiera ser, era muy respetuoso con ellos y no tenía ninguna falta de disciplina. Los padres de Javier inmediatamente le mandaron que dejara de verse con Miguel, y que no volviera a tener ningún contacto con él. Javier se negó rotundamente y lloró y lloró, sus padres no podían arrebatarle a su amigo de esa manera. No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mídela por aquellas cosas que tienes y que no cambiarías por dinero.

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40 LA BREVE VIDA DE UNA OLA

-Una ola nueva dice a su madre: voy a dar una vuelta en el agua -Da las que quieras. - Replica su madre, -pero no te pases de la cuenta, vigila el mar, se está encrespando…caso omiso de la joven, el remolino del rompeolas la succiona…la madre se queda sola

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41 ÚLTIMA ESPERANZA

Tenía cincuenta y siete años cuando empecé a estudiar. ¿Para qué lo hago? Si mi vida activa está al terminar.

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42 ÁNGEL NEGRO

Era negro y estaba ensillado. Lo observaba desde el suelo, derrotada tras una larga lucha. Su pelo era negro, brillante bajo los rayos del sol. Su oscuro dorso sostenía una silla de cuero sujeta gracias a la cincha que atravesaba su vientre sucio. Intenté agarrar las riendas, pero no tenía fuerza y mis manos estaban llenas de heridas. Me quedé tumbada en el suelo. Me miraba distante, golpeaba el suelo con su casco derecho y levantaba nubes de polvo que nublaban mi vista. Empezó a rodearme y a cocear, quería llamar mi atención. El cálido aire que salía de sus ollares rozó suavemente mi rostro. Decidí observar durante un rato su comportamiento, estaba nervioso, tenía los ojos abiertos y brillantes, sus orejas estaban inclinadas hacia adelante y tenía la nariz dilatada. Estaba dolorida, pero conseguí levantarme. Agarré la cabezada, el cuero rozaba mis manos en carne viva. Pasé las riendas sobre su cabeza, coloqué las manos en su crin, metí el pie en el estribo y aún con dificultades para estirar mi pierna, me impulsé y conseguí sentarme en la montura. Tenía miedo, no sabía cómo iba a reaccionar, hacía mención de ponerse de manos, pero yo daba unas palmaditas en su cuello y lo tranquilizaba. Debía llegar a casa, era de noche y no veía nada, pero confiaba en él, el sabría guiarse y atravesar el oscuro bosque.

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