EDUCACIÓN TERCIARIA
En el establecimiento de un sistema alternativo basado en la evaluación, en la autoevaluación y la evaluación por pares, se ha optado por un sistema de acreditación voluntario, con el fortalecimiento de los controles internos de calidad de las instituciones, donde la acreditación verifica los mismos y establece estándares. Desde el punto de vista de cómo se regula el sistema, siguiendo a Clark (1983), puede ser autorregulado, de regulación por el estado o de regulación por el mercado. El proyecto descarta la regulación por el mercado, y se maneja un sistema híbrido de autorregulado y regulación por el Estado, donde aún para el sector privado, se otorga fuerte incidencia a la comunidad académica. Para disminuir el peso de las corporaciones, la responsabilidad personal y no institucional de los integrantes de la agencia, es un elemento fundamental.
VI. PUNTOS DE PARTIDA PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UN SISTEMA DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN “entorpecen el posible emprendimiento de políticas de evaluación institucional un conjunto de circunstancias internas: la insuficiencia de medios e infraestructuras en condiciones de ser orientadas de manera idónea a la gradual incorporación de la evaluación como un ingrediente sostenido de la operativa universitaria; la escasez de personal especializado en las tareas, metodologías y técnicas de la evaluación; la carencia de un cuadro normativo destinado a regular y sustentar jurídicamente la autoridad de los organismos eventualmente responsables de los procedimientos evaluatorios; la segmentación de intereses competitivos que conviven respaldados en las prerrogativas de los distintos servicios universitarios; la ausencia en muchas zonas del quehacer universitario de una “cultura de la evaluación”, capaz de asegurar el necesario espíritu cooperativo de los actores responsables de suministrar información completa y confiable; la presencia de contextos de resistencia ideológica anclados en climas culturales tradicionales y sensibilidades rutinarias poco propensas a la renovación de la vida universitaria”. (Landinelli, 1996, citado por Casas, M. 2009) Ante este muy primario estado de situación del país, de las instituciones y en general de la comunidad académica en el campo de la evaluación y acreditación institucional y de carreras, podemos rastrear algunos elementos donde es posible apoyar el inicio de estas experiencias: 1.
Un nivel de madurez y conciencia del proceso en que se encuentra la educación superior, donde más allá de enfoques y
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