Manual para la conformación de una idea incompleta del mundo

Page 1

Manual para la conformaci贸n de una idea incompleta del mundo





Mar铆a Victoria Portelles

Manual para la conformaci贸n de una idea incompleta del mundo


Tesis de grado / Facultad de Artes Plásticas Instituto Superior de Arte (ISA) - 2004 Tutor: Ramón Cabrera Salort Diseño y edición: María Victoria Portelles

©María Victoria Portelles 2004 ©Ediciones El Aleph 2004 82°25’ O - 23°06’ N Impreso en Cuba


prefacio

A su manera este manual conduce a muchos mundos. Los mundos son infinitos; el mundo queda incompleto. La conformación de una idea del mundo siempre quedará forzosamente incompleta. Y esto se explica por sí solo en la razón de ser de este manual: abrir la posibilidad de participación del otro en una experiencia individual (subjetiva). Ante la imposibilidad de comunicar una experiencia, la implementación de un mecanismo que incite a vivir esa experiencia-idea-reflexión subjetiva desde la propia individualidad. ¿Cómo se comunica una experiencia? Teniendo otra experiencia. En la conformación de una idea (incompleta) del mundo intervienen cada una de estas experiencias individuales, cuya frontera roza lo que es de dominio colectivo. Es prescindible mi visión del mundo en tanto se priorice su idea del mundo como requisito indispensable para penetrar (aproximarse) finalmente la mía propia o aquélla que pudiera ser conformada por distintas subjetividades posibles. (La trampa ineludible –casi inenunciable– es el condicionamiento de mis propias pautas, mi subjetividad, que es en un final lo que hace el artista.) El manual comprende hasta el momento 28 levantamientos que exploran una determinada sección de la exterioridad. Puede ser utilizado siguiendo un orden convencional de principio a fin; pero la realización de una lectura como recorrido sería significativa para el develamiento de mi idea de la exterioridad. Luego se han dispuesto dos modos de lectura-recorrido fundamentales cuyo sentido emergerá durante su ejecución.

-7-


7-12-1-11-5-8 2-13-14-15-24-27-21-22-6 9-10-23 19a-19b-19c-19d-19e 4-3-25-20-18-26-17-16-28 28*-16*-17*-26*-18*-20*-25*-3*-4* 19e*-19d*-19c*-19b*-19a* 23*-10*-9* 6*-22*-21*-27*-24*-15*-14*-13*-2* 8*-5*-11*-1*-12*-7* Las partes del texto que aparecen en cursiva son completamente prescindibles, o, si se prefiere, opcionales. El lector puede escoger la manera en que va a leer el manual, como si fuera un recorrido; el explorador escogerรก sin dudas la manera particular en que lo utilizarรก.

-8-


i a modo de introducción

En un intento de cartografiar el mundo el método más acertado es recorrerlo. Al conocimiento del terreno que pisamos sólo se llega después de una experiencia in situ. El mapa únicamente cobra sentido cuando tenemos conciencia de estar caminando, o de estar simplemente parados, en el punto que señalamos con el dedo sobre él. La costa sur solamente existe (no es que exista simplemente, existe para mí, existe a la manera de una construcción mental individual que no se erige en sistema de regularidades común a todos los individuos; la costa sur no es un “ente estable”) cuando se llega a ella (a veces ni con eso es suficiente); hasta entonces nada más es una convención representativa que aún no ha sido “verificada” en términos de experiencia. Cartografiar es para mí recorrer un territorio; recorrer un territorio es cartografiarlo. El trabajo del cartógrafo requiere necesariamente de mediciones y de cálculos matemáticos desde varios puntos de estación a fin de llevar a cabo la triangulación (actualmente también se utiliza la fotografía aérea o fototopografía). Traspolar la tarea cartográfica al proceso simbólico debe implicar también esta “observación-medición-aprehensión” de la realidad (del terreno) desde varios ángulos, unido a una adecuación de la disciplina científica a una experiencia simbólica. Aquí es donde surge lo que yo llamaría una cartografía subjetiva o simbólica, cuya preocupación está dirigida hacia la relación subjetiva y experiencial con el entorno que implica el recorrido de un territorio, y ésta es también una manera de elaborar “mapas”: es una cartografía otra. -9-


En una búsqueda (y encuentro) de la exterioridad, de la experiencia no mediada, es comprensible el enfoque desde la geografía al ser ésta la ciencia dedicada al estudio de la realidad física del terreno y de las relaciones de diversa índole que se producen en él. Pero, ¿cuál es la definición exacta de este tipo de cartografía que en algún punto se ha desprendido de la noción de cartografía tradicional?

- 10 -


ii sobre la cartografía subjetiva y el método científico

–¡Pero usted es geógrafo! –Exactamente –afirmó el geógrafo– pero no soy explorador. Antoine de Saint-Exupéry, El principito*

En mi proyecto el proceso creativo es pensado y llevado a cabo como exploración del mundo. Las interrogantes están referidas necesariamente a la noción de lugar y a los tipos de relación que se establecen en y con los lugares. Toda relación implica un modo de conocimiento, por eso también esta exploración del mundo conlleva un re-conocimiento del mundo, de la exterioridad. El énfasis de toda la propuesta se centra en el modo en que se produce tal relación. El problema está en la búsqueda y vivencia de experiencias de exterioridad que superen mediaciones como pueden ser las de las imágenes icónicas o los mapas; o sea, vivenciadas en los propios espacios recorridos durante un proceso de cartografía subjetiva que es, al mismo tiempo, un método de investigación que se constituye en el mecanismo articulador de una experiencia de exterioridad. El “objeto de estudio” de la cartografía subjetiva son precisamente los problemas que se dan en torno a ese proceso de relación con el medio, con la exterioridad, a través de una serie de cons* Antoine de Saint-Exupéry, El principito, Ed. Gente Nueva, La Habana, 2001.

- 11 -


trucciones simbólicas del territorio. El producto simbólico puede surgir de dicho proceso o al revés, pero en cualquier caso éste se convierte en una investigación sobre la naturaleza del propio proceso. Es evidente el énfasis sobre problemas de tipo epistemológico: el mundo y lo que conocemos de él. Sin embargo, la idea de la experiencia in situ asociada al proceso de conocimiento no significa la defensa de una postura neopositivista. El conocimiento que propone el positivismo está fundado en la verificación por medio de la experiencia (“ver para creer”) de una realidad que trasciende la historia, una realidad dada. En el mundo occidental el sentido más usado para tal comprobación ha sido el de la vista. La geografía como ciencia positiva también se funda en este precepto de la comprobación, de la “percepción pura”, corrigiendo los errores de la visión por medio de instrumentos especiales utilizados en la elaboración de mapas; lo que podría denominarse una especie de “percepción pura corregida”: El mapa es la herramienta y el arma de la descripción científica de la Tierra. Es la base de la geografía, los ojos de la geografía son los mapas1.

El empirismo en sí no es, en mi opinión, lo que descalifica al positivismo; es su prescripción de la “percepción pura” lo que convierte al positivismo en una “visión debilitada” al hacer del “ver” la herramienta cognoscitiva fundamental, pero olvidando al sujeto “que ve”. La idea de una realidad trascendente no es posible porque “la realidad experimentada por los seres humanos es siempre producida históricamente”2. El conocimiento no es la 1. Max Eckert-Greifendorf, Cartografía, Ed. UTEHA, México, 1961, p. 1. 2. Jenks Chris, La centralidad del ojo en la cultura occidental [en línea]. ANUARIO, V. 2 – Dpto. de Ciencias de la Comunicación, Comunicación Social UNR. Disponible en: http://www.fcpolit.unr.edu.ar/wp-content/uploads/ La-centralidad-del-ojo-en-la-cultura-occidental.pdf (consultado 03/2003)

- 12 -


búsqueda de una “verdad”: es, en todo caso, la búsqueda de la verdad de cada cual. Para una cartografía subjetiva la observación también adquiere gran importancia, pero no como “percepción pura”, sino como práctica social, como una construcción de la realidad que es a la vez individual y colectiva; es decir, cultural. La pretendida “pureza” de la percepción no existe. Es como reza una de las pocas máximas en las que Gombrich y N. Goodman han coincidido: “el ojo inocente es ciego”3. Por tanto, es indispensable una postura primordialmente consciente hacia lo que nos rodea que convierta toda relación que establezcamos con el medio en una “construcción” mental, y más que eso, simbólica. La cartografía subjetiva, precisamente por eso, por ser subjetiva, lleva en su seno tal intención, porque la “construcción de la realidad” es una capacidad y una cualidad específicamente humana. El sujeto explorador va a la búsqueda del conocimiento del mundo no como una verdad inmutable, sino como verdad individual, como una construcción que cada sujeto hace de una realidad atravesada por la cultura. En este sentido la cartografía subjetiva puede ser definida también como un ejercicio de connotación. Toda producción simbólica, se podría objetar, es igualmente fruto de un proceso mental activo de relación con el medio. A lo que yo digo: la búsqueda de “experiencias de exterioridad” no son ahí una condición esencial. Pero, ¿qué son las “experiencias de exterioridad”? Exterioridad se refiere al espacio exterior, el afuera desde un punto de vista físico, en oposición al adentro de una casa, por ejemplo, que es el adentro por antonomasia. Cuando pienso en la exterioridad la asocio a la superficie de la tierra, lo que está entre el cielo y la tierra (o el mar), aquello que representa el mapa (no su repre3. Ibíd.

- 13 -


sentación). Ahora, una experiencia de exterioridad tiene que ver con la acción, con hacer cosas en el espacio de afuera (el adentro, pensando en lo que es una casa, es el paradigma de la pasividad, del reposo). Esta definición todavía se queda incompleta. ¿Qué tipo de cosas habría que hacer para que constituyan experiencias de exterioridad? ¿Saltar, correr, caminar? La cuestión no está en el tipo de acción, ni siquiera en la acción en sí misma, sino en la conciencia de la exterioridad. No se trata de un movimiento físico, sino de un movimiento mental, de una felicidad que nace de una necesidad de autoafirmación del ser humano hacia lo que lo rodea. La pregunta de Macomber después de haber cazado un enorme búfalo africano es bastante elocuente: “¿Se siente siempre esa felicidad cuando uno va a entrar en acción?” La recomendación de Wilson lo es aún más: “Uno no debe decirlo”4. Cada productor simbólico podría darle un nombre distinto a lo que, siendo estrictos, es un proceso similar: cartografía subjetiva es la denominación que más se ajusta a mis intereses. No se trata de ningún descubrimiento, a lo sumo es un descubrimiento para mí. El proceso es asumido desde una perspectiva geográfica porque mi investigación se dirige hacia la “exploración de la exterioridad”, aunque en un sentido inverso al que propone la cartografía tradicional, en tanto debe incluir cierta relación de tipo emocional y experiencial durante el recorrido del territorio cartografiado. Esto no significa que durante el proceso de elaboración de mapas el cartógrafo no viva algún tipo de experiencia (después de todo no es un robot quien hace el trabajo), pero esta clase de “datos” no son de interés para el resultado final de su investigación. Podemos concordar en que datos como el del efecto que produce en el observador el aspecto de una montaña bajo la iluminación del sol sobre su lado este a las diez de la mañana, por poner un 4. Ernest Hemingway, La breve vida feliz de Francis Macomber. En: Ernest Hemingway, Cuentos, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1975.

- 14 -


ejemplo fácil, no entran dentro de los intereses de la cartografía como ciencia; ello sirve en todo caso para contrastarlo con los de la cartografía subjetiva. Etimológicamente la palabra geografía significa descripción de la tierra (del gr. gê, tierra, y graphia, descripción) y como ciencia éste es también su objeto de estudio, ya sea desde un punto de vista físico, político o económico. La geografía como ciencia no llega a separase de una concepción realista convencional y denotativa que concibe su investigación dirigida a la plasmación, por medio de las demás ciencias geográficas, de la realidad terrestre; es decir, lleva a cabo una operación cognoscitiva de identidad o semejanza que consiste en la reproducción de las relaciones constitutivas del objeto mismo, que es la relación que entabla un mapa con el paisaje que representa5. La geografía ve al mundo como algo dado, en el sentido que estudia relaciones de tipo espacial y relaciones humanas que se dan en los espacios, pero a manera de datos que conforman una realidad científicamente verificable: todo mapa adopta un sistema de proyección que indica las relaciones matemáticas existentes entre éste y una parte de la superficie del Globo. En la cartografía tradicional toda la metodología empleada se pone en función de hacer desaparecer al sujeto que cartografía y sólo establecer aseveraciones sobre una realidad invariable e independiente. “Nosotros escribimos sobre las cosas eternas”, afirmó el geógrafo con que se topó el pequeño príncipe. Con respecto a qué elementos del mundo interesaban a su disciplina aclaró: “No anotamos las flores.” “¿Por qué no?” –preguntó el pequeño príncipe- “¡Es lo más lindo!” “Porque las flores son efímeras”6, le respondió el geógrafo; a lo que habría que agregar: y porque en esto interviene un criterio de valoración subjetivo. 5. Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, Edición Revolucionaria, La Habana, 1972, p. 217. 6. Antoine de Saint-Exupéry, op. cit.

- 15 -


Dentro de la concepción clásica de la ciencia, aquella que surgió durante la revolución industrial, o lo que es lo mismo, dentro de las “ciencias positivas” o ciencias en su sentido “estricto” o ciencias “duras”7, esto es lo que se denomina el método científico. A pesar de todo, la geografía no deja de ser una construcción más del hombre frente al mundo que le rodea; a pesar, incluso, de que los representantes de su disciplina crean estar reflejando únicamente correspondencias precisas, trasponiendo en los mapas la realidad del mundo objetivo. El mundo no es algo previo, por tanto, al «estado del mundo» que se refleja en el mapamundi (...) Un mapa del mundo desborda, por ello, incluso cuando se le considera desde un punto de vista meramente geográfico, las propias coordenadas geográficas, porque éstas han de darse a su vez, inmersas forzosamente en una maraña de ideas, explícitas o implícitas, al margen de las cuales las propias coordenadas geográficas perderían su significado: ideas relativas a los límites del mundo, al lugar de las tierras y de los cielos representados, ideas sobre la escala que el propio mapa utiliza, e ideas sobre la imposibilidad de que el mapa se represente a sí mismo (...)8

Las pretensiones de objetividad de la ciencia, que no son otra cosa que la instrumentación del método científico, son en realidad, según Humberto Maturana, pretensiones morales, no ontológicas9. El criterio de validez de las explicaciones científicas, para decirlo en sus propias palabras, no admite que las emociones distorsionen o invaliden la aplicación de dicho criterio. Dicho criterio se satisface al constituirse en una verdad consensuada por 7. La distinción se explica de acuerdo a los niveles de menor o mayor independencia del observador respecto de la realidad tal cual es. En este sentido también se distinguen realidades más o menos blandas. 8. Bueno, Gustavo, ¿Qué es la ciencia? [en línea]. Disponible en: http://www.filosofia.org/aut/gbm/1995qc.htm (consultado 03/2003) 9. Maturana, H., La ciencia y la vida cotidiana: la ontología de las explicaciones científicas. En: Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps.), El ojo del observador, Ed. Gedisa, Barcelona, 1995, p. 181.

- 16 -


los miembros de la comunidad científica en el ámbito de las experiencias de cada uno de ellos como observadores estándar individuales. No obstante, las emociones influyen inevitablemente en la actividad científica como actividad humana que es. “Nuestras emociones no entran en la convalidación de nuestras explicaciones científicas, pero lo que explicamos surge a través de nuestra emotividad”10, dice Maturana; o sea, funcionan como estimulación por cuanto las explicaciones científicas son generadas dentro de la “praxis de vida del observador estándar como ser humano”, pero no se aprueba que interfieran en el criterio de validez de sus explicaciones, de manera que “la ciencia permanezca como un ámbito cognitivo siempre abierto para la comprensión y práctica de todos los seres humanos”11, es decir, que conserve su carácter universal. La cartografía subjetiva, como método investigativo en el que se privilegia una relación de tipo experiencial con el medio, contrasta con el método científico usado por la cartografía tradicional. Se trata, tanto en uno como en otro caso, de un problema de actitud frente a la realidad del mundo. En la cartografía subjetiva la actitud puede ser resumida en la metáfora de la brújula: el sujeto explorador se constituye en centro en su relación con el mundo, tanto desde un punto de vista físico como subjetivo, es su desplazamiento el que va transformando la realidad. La implicación subjetiva –lo que quiere decir particular o individual del sujeto explorador- se erige en arquetipo de las relaciones subjetivas de otros tantos sujetos exploradores posibles. Tales relaciones se encuentran siempre dentro de una dimensión constructora del mundo en la que lo fundamental no es la presencia objetiva de determinados elementos de la realidad ni su comprobación, sino el acercamiento que establecemos hacia ellos en la búsqueda de las experiencias de exterioridad. 10. Ibíd., p 180. 11. Ibíd., p. 181.

- 17 -


iii la fotografía como instrumento y medio

La cartografía como procedimiento de la geografía comprende la preparación y realización de mapas. El mapa queda como documento de los accidentes del terreno y los principales detalles naturales o artificiales del mismo. Pero la cartografía no procede desde un método que ampare la relación subjetiva con el entorno cartografiado. El resultado, que es un mapa, no contiene indicios de una relación subjetiva. En la cartografía subjetiva el medio fotográfico funciona a la vez como instrumento y soporte. La frialdad que tiene la fotografía como documentación es semejante a la de un mapa. Utilizar la fotografía como soporte cartográfico es cambiar un medio de representación por otro: las simbologías de los mapas por el fotograma, ambos igualmente representacionales. Cuando uno hace una fotografía se encuadra, se escoge determinado pedazo de realidad, eliminando todo lo demás; o sea, implica una operación de selección que ya de por sí determina el acercamiento mediado que se tiene a través de la fotografía al motivo fotografiado. Además, la iconicidad de la fotografía, al estar encadenada a un solo ángulo de mira, es sólo apariencia. Esto es lo opuesto a la manera en que percibimos lo que nos rodea, pues nuestra práctica demuestra que la vemos desde ángulos diferentes constantemente cambiantes. La fotografía tiene en este sentido el mismo carácter que el mapa: no es el lugar verdadero, no lleva a ninguna experiencia de exterioridad, porque los lugares no son sólo imágenes o símbolos; o, pensando ya en el espacio que es representado por el mapa, elementos naturales o accidentes del terreno. Los lugares son uno mismo y la relación con ese espacio - 18 -


y con su gente. Son la memoria de los que dejamos atrás unido a la gente que habita el nuevo lugar al que se ha llegado, son nuestra relación con ella en ese determinado lugar, son la mezcla de factores físicos y humanos. Si se propone una relación de tipo subjetiva con la exterioridad, entonces el resultado debería ser el contenedor de la experiencia. La pregunta es: ¿es esto posible? Se puede establecer cierta analogía entre la fotografía y el mapa, en el sentido que, además de ser ambos modos de representación, provocan una distancia en el espectador con respecto a la experiencia de exterioridad. ¿Es el resultado de la cartografía subjetiva un “mapa” con la piel de una fotografía? ¿Qué sentido puede tener esto cuando lo más importante es la experiencia? Es cierto que en el uso de la fotografía (analógica, sin manipulación digital), dado su carácter indéxico, hay un elemento muy importante de interacción directa con el medio. Una fotografía encierra, necesariamente, la presencia de lo fotografiado frente al objetivo de la cámara, e igualmente la presencia de un sujeto detrás de la misma: un sujeto que estaba “allí”; no porque la presencia del sujeto haga más cierta la imagen o la experiencia; el porqué del énfasis está en la relación que se establece entre sujeto y entorno, de la cual la fotografía es un detonante. Cuando vemos un mapa (aunque es cierto que de alguna manera la ha habido) no tenemos ninguna sensación de “presencia”. Por cierto que esto es algo que tampoco interesa a esta disciplina. Unido a ello, la fotografía tiene, además, un efecto temporal que no posee ningún mapa: implica haber estado “allí”, pero haber estado allí en un momento perteneciente al pasado, lo que la hace el resultado de un intercambio vivencial, todo un producto de la experiencia. Pero estos argumentos terminan por ser matices que tienen más cabida en los artilugios del lenguaje y el pensamiento que en lo que realmente nos comunica el resultado del conjunto fo- 19 -


tográfico. El carácter glacial que emergerá al ordenar finalmente las fotografías será semejante a la que se experimenta frente a un mapa. Tal vez lo que pase es que las fotografías terminen por ser más herméticas que los mapas, pues la frialdad del conjunto fotográfico se hace menos comunicativa que todo el sistema de símbolos que supone un mapa precisamente porque carece de ellos. Los mapas deben usar una serie de códigos fácilmente comprensibles: esa es su razón de ser. Esto, en cualquier caso, no es algo que interese mucho a la fotografía (ni a mí tampoco) y sí una circunstancia imprescindible para el género de informaciones que debe proveer un mapa. La fotografía (lo mismo que el video) demuestra su ineficacia como medio expresivo para comunicar experiencias de exterioridad, pero no porque éste haya sido el objetivo, sino porque al parecer es un problema constitutivo al medio o más bien la forma de ser de una experiencia. Las fotografías son un índice de lugar, un registro de presencia en un lugar, y sólo de experiencia en un lugar, en la medida que compartimos la práctica del ejercicio de la fotografía; al estar dentro de la praxis de vida del observador estándar, diría Maturana. Si el resultado de la cartografía subjetiva es al final el mismo que el de la cartografía tradicional, ¿qué es lo diferente? Está claro que la diferencia debe estar en el método de trabajo, en la motivación netamente subjetiva que subyace en la relación con el entorno cartografiado; una motivación que no podría suscitar un uso tradicional de las herramientas tradicionales del cartógrafo, pues cuando éste hace un mapa el vínculo que establece con el medio no es de tipo emocional o perceptual, sino más bien pragmático y racional, porque según cierto axioma del mundo de la ciencia, la percepción engaña sobre lo que es la realidad física. Incluso cuando usa la fotografía lo hace desde arriba, buscando el menor margen de error posible en su intento por trasladar una realidad objetiva. - 20 -


(Es curioso cómo, a pesar de todo este esfuerzo por trasladar una realidad exacta, el cartógrafo termina elaborando un plano que nunca va a recoger todas las relaciones geométricas de la realidad esférica de la Tierra.) La cartografía subjetiva tampoco tiene que conllevar únicamente un tipo de inscripción como la fotografía, porque el trabajo cartográfico no es entendido aquí solamente como un resultado final que recoge las incidencias de la actividad: el “mapa” como obra; es más que eso todo el proceso que ha implicado su elaboración. Es decir, la consumación del trabajo no tiene por qué ser, como sí sucede con la cartografía cuando es resultado de las ciencias geográficas, un mapa o algo por el estilo de un mapa. Muchas veces el levantamiento se quedará en lo que sería un “nivel topográfico de realización”: sólo en el señalamiento de puntos del terreno escogido; e incluso en un nivel mucho más primario (si lo pensamos como podría hacerlo un representante de la ciencia) pero que para mí es básico y fundamental: en el nivel de la experiencia, de una experiencia de exterioridad. Este es un proceder en el que no interesa llegar a ningún tipo de conclusiones, o por lo menos, no al tipo de conclusiones que están contenidas en un mapa. He aquí el principal desencuentro entre esta cartografía subjetiva y la cartografía como ciencia: el proceso en la primera no es algo planeado que se dirige a la consecución de un objetivo racional (la realización del mapa) en el que se ven involucradas una serie de disciplinas, con metodologías de trabajo establecidas. Aquí la dirección hacia donde se encamina el trabajo no tiene que seguir un orden determinado porque sus objetivos son otros. El resultado no tiene que servir a ninguna clase de fines prácticos. Es, pues, una manipulación desprejuiciada de los procedimientos (los instrumentos tampoco se desechan) científicos usados en la elaboración de mapas enfocada hacia la producción simbólica. - 21 -


Es a la Agencia a quien corresponde hacer llegar las experiencias al espectador, porque si a la geografía como ciencia no le interesa dejar testimonio de cierta relación experiencial y subjetiva que necesariamente va a estar presente en el trabajo de levantamiento topográfico, en la cartografía subjetiva, a pesar de basar su metodología en el principio contrario, esto se torna una imposibilidad porque la experiencia es congelada por el sistema de representación.

- 22 -


iv la noción de imposibilidad

Las fotografías (materialización de la experiencia-reflexión) terminan por detonar tan solo la imposibilidad de atrapar una experiencia de exterioridad; terminan por convertirse en la misma mediación que se ha estado evitando. El resultado final (en cualquiera de los medios escogidos) sólo habla de la imposibilidad de comunicar una experiencia y de la imposibilidad de eliminar la mediación. Una interacción dramática del hombre con su medio, generadora de experiencias para el sujeto, es algo que escapa a la representación y a la generalidad de las imágenes icónicas, y lo que persigue una cartografía subjetiva es que tal mediación sea suprimida... Pero el discurso se vuelve inevitablemente sobre sí mismo. El medio representacional (el fotográfico, por ejemplo) es utilizado como metáfora de la imposibilidad de conocer. El resultado no es un mero documento o registro, pues no está exento de la manipulación constitutiva al medio. Cuando digo registro casi lo hago por costumbre, porque en realidad la fotografía casi nunca llega a registrar nada únicamente. El medio fotográfico, como cualquier medio, es siempre un instrumento de manipulación del referente, no un documento o evidencia. Ese es el problema de la mediación (la mediación como imposibilidad) que se da en la confrontación entre representación (mapa), referente (objeto de representación) y experiencia (vivencia del territorio). Lo cual se expresa en la no coincidencia entre el mapa y el territorio, entre representación y experiencia. Tampoco es posible una definición del objeto de conocimiento; a lo sumo lo sería la descripción o enunciación de la manera - 23 -


en que se da el proceso de conocimiento, y esto debido a la variabilidad tanto histórico-social como individual de lo que queremos conocer. Y por otra parte están todos esos lugares que no tenemos en la experiencia; porque si existe la imposibilidad de conocer (no existe un mundo único) también está la imposibilidad fáctica de conocer otros lugares porque realmente nunca hemos estado en ellos. Mi idea fluctúa entre la eliminación de mediaciones culturales en el conocimiento del mundo, y la certeza de que esto es imposible en tanto éstas constituyen igualmente construcciones hechas por el hombre sobre lo que le rodea, de una realidad que cambia con cada cual. El conocimiento de la realidad, de una realidad “dura”, es un imposible. La subjetividad humana es la mediación inevitable.

- 24 -


v la deriva situacionista

¿Qué distinguiría a la cartografía subjetiva de un método con evidentes implicaciones cartográficas asociadas al recorrido como es el de la deriva situacionista? La deriva se presenta como una técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes cambiantes, unido a un estudio de aspectos de naturaleza psicogeográfica12 (efectos que el medio geográfico provoca en el comportamiento afectivo de los individuos). Una cartografía subjetiva estaría relacionada en mucho con cuestiones de inclinación psicogeográfica, en la medida que involucra un intercambio afectivo con el medio; pero en este caso dicho intercambio no genera un estudio de las afectividades que se despliegan en el medio cartografiado, ni un análisis ecológico cuyo fin sea llegar a conclusiones objetivas sobre las influencias del medio en los comportamientos de los individuos; como sí ocurre en la confección de los mapas psicogeográficos hechos a partir de derivas, en los cuales se han establecido “los primeros cuadros de las articulaciones psicogeográficas de una ciudad moderna”13. En el “recorrido cartográfico” de la cartografía subjetiva la investigación de los lugares también se efectúa tanto en el plano físico como en las circunstancias particulares que se dan en los mismos. Lo humano como elemento indispensable en la noción de lugar toma significación igualmente para la cartografía subjetiva. La condición humana ya no sólo debe estar contenida en la presencia del sujeto explorador, sino también en lo que efecti12. Guy Debord, Teoría de la deriva [en línea]. Disponible en: http://www.sindominio.net/ash/is0209.htm (cosultado 03/2003) 13. Guy Debord, ibíd.

- 25 -


vamente se convierte un territorio producto del intercambio: en la gente que lo habita y su manera de ser, en la ausencia de las gentes con que se trabó relación en otros sitios fuera de la región “cartografiada”, es decir, en la memoria de lo humano. Pero toda esta investigación se realiza siempre desde la perspectiva del sujeto explorador, no desde una posición que excluya su implicación subjetiva; no como un análisis racional de las situaciones que se produzcan en determinados sitios, sino como reflexiones simbólicas sobre la exterioridad. No se trata de descubrir cuáles son nuestras reacciones frente a determinado estímulo (como es posible que quieran hacerlo los mapas psicogeográficos), sino de reconvertirlas a través de nuestra relación con el territorio que se cartografíe. Los situacionistas pretendían, por otra parte, que todo su estudio de los ambientes urbanos fuera el primer paso en un proceso de renovación de la arquitectura y el urbanismo. Todo esto como parte de la vinculación del arte con la vida que proponía la vanguardia, y que se convirtió en utopía precisamente por su afán transformador, porque pretendían que el arte fuera el vehículo que hiciera de la sociedad un lugar mejor para vivir. Y este es un elemento muy importante de alejamiento. La deriva conlleva una “cartografía influencial”, del hábitat sobre el individuo; la cartografía subjetiva es una actitud conciente de relación con el medio dirigida hacia la exploración del mundo, donde el posible análisis pasaría, en todo caso, por el tamiz de la subjetividad, sin que de ello se desprenda necesariamente alguna clase de conclusión o visión de futuro sobre la realidad social. El proceso seguiría, entonces, una dirección inversa (o recíproca): del sujeto hacia el entorno (y viceversa); un proceso que en la cartografía subjetiva se da como el mecanismo articulador de una experiencia de exterioridad y su consumación en un producto simbólico de aspecto variable. - 26 -


Está claro que esta exploración de la exterioridad no se limita a un territorio en particular: de hecho debe abarcar todos los territorios. En el caso de la deriva situacionista, al focalizar su atención fundamentalmente sobre los problemas del urbanismo, “la extensión máxima del campo espacial no supera el conjunto de una gran ciudad y sus afueras”14. Respecto a un deambular sin meta llevado a cabo por cuatro surrealistas en 1923 dice Debord: “el vagar en campo raso es deprimente, evidentemente, y las interrupciones del azar son más pobres que nunca”15. En lo que sí hay una segura aproximación es en el principio de desplazamiento, en su uso como “modalidad cartográfica” y en ese inmotivado “dejarse llevar de acuerdo con las solicitaciones del terreno”, donde el “derivante” se ve afectado, en gran medida, por una estimulación emocional provocada por el espacio en el que está moviéndose. Esto significa que el sujeto que deriva también está coartado por las variables psicogeográficas.

14. Ibíd. 15. Ibíd.

- 27 -


vi el proceso de relación con el medio

La cartografía subjetiva incluye una investigación sobre un proceso (proceso de conocimiento del mundo) que es a la vez individual y colectivo. Nuestra relación con el mundo es individual y colectiva al mismo tiempo porque está determinada por factores culturalmente condicionados que condicionan también lo que conocemos sobre lo que nos rodea, pero es además un proceso en el que se lleva a cabo una “construcción” subjetiva del mundo. Dentro del aspecto particular con que cada sujeto construye lo que le rodea de acuerdo a su dinámica experiencial, existen ciertas invariancias comunes a todos puesto que todos somos seres humanos. Por muy individual que sea nuestra relación con el mundo siempre estarán presentes estas ciertas regularidades. Y aun cuando la física y la historia natural nos muestran que la imagen del mundo pude ser fácilmente resumida en la imagen del río de Heráclito, nuestra imagen también está llena de permanencias, de pesanteces. No podemos percibir un cambio sin un fondo, sin una invariante que haga percibir el cambio. (...) la coherencia de nuestra imagen del mundo, compuesta de niveles y jerarquías está garantizada de tanto en tanto por la presencia de un “metanivel inviolado” que se asume como fondo, como invariante sobre la cual se destacan niveles y objetos “violados”, es decir, sometidos a un juego de cambio y a menudo de extravagante entrecruzamiento. (...) Para que se dé el conocimiento debe darse ese metanivel16.

16. Mauro Ceruti, El mito de la omnisciencia y el ojo del observador. En: Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps.), El ojo del observador, Ed. Gedisa, Barcelona, 1995, p. 52-53.

- 28 -


Este “metanivel inviolado” es consecuencia de lo que lo seres humanos somos, de lo que tenemos en común. La cartografía subjetiva se da necesariamente desde lo individual. El proceso de conocimiento del mundo es individual y colectivo, pero la investigación se da desde lo individual; lo cual no excluye (no es posible) la presencia de regularidades dentro de la individualidad. La investigación no podrá ser ajena a esta especificidad. Ahora, la individualidad del sujeto explorador (en tanto productor simbólico) se reafirma al seleccionar y connotar determinado aspecto que interesa a su investigación subjetivo-simbólica. Connota simbólicamente y el ejercicio se efectúa asimismo desde los terrenos de lo simbólico. La cartografía subjetiva opera a la manera de levantamientos. Un “levantamiento” en topografía es el procedimiento que se sigue para situar en un una red de triangulación los detalles del terreno que se pretende trasladar posteriormente al mapa. En el caso de la cartografía subjetiva se realizan “levantamientos subjetivos”, por cuanto los “detalles del terreno” que se cartografía no responden a su existencia física, sino a un proceso de relación experiencial que el sujeto mantiene con el medio en los territorios seleccionados. Un proceso que se desarrolla a partir de esta relación experiencial con el territorio, pero también a partir de una relación simbólica (a través del arte), de reflexiones simbólicas sobre la exterioridad que concluyen en “levantamientos simbólicos” de un determinado entorno geográfico. El vínculo insalvable entre una relación subjetiva y otra simbólica con lo que nos rodea es parte constitutiva de toda producción artística. Todo esto quiere decir que la motivación cartográfica no siempre tiene que surgir directamente sobre el terreno. Pueden establecerse “reflexiones de exterioridad” cuya puesta en práctica induzca al recorrido. El explorador da cuenta de relaciones que se producen en determinados territorios y propone una experiencia - 29 -


simbólica derivada de esta reflexión de exterioridad. El proceso de recorrido de un territorio no es necesariamente lo que desencadena el hecho simbólico, aunque pudiera ocurrir. La reflexión induce que el hecho simbólico se verifique en el terreno (proceso cartográfico), lo cual concluye en una experiencia de exterioridad. Para una cartografía subjetiva las preguntas formuladas serían las siguientes: (Estas preguntas se formulan en plural, pero en realidad están condicionadas por su singularidad. Sólo un supuesto o formulación a posteriori, ya que por lo general las interrogantes no se efectúan de una manera tan racional.) -¿Dónde estamos y dónde no (o dónde podríamos estar)? -¿Qué está a nuestro alrededor y qué no? -¿Qué relaciones establecemos con la exterioridad? (con lo que nos rodea en y más allá de los límites de lo cotidiano.) -¿Qué tipo de conocimiento tenemos sobre todo ello? -¿Qué aspectos influyen en nuestro conocimiento? (Las preguntas que siguen amplían esta interrogante.) -¿De qué elementos de la geografía nos hemos valido en el conocimiento del mundo? (En este caso estoy pensando en convenciones tales como los paralelos y meridianos, los puntos cardinales, lo husos horarios y las simbologías de todo tipo que aparecen en los mapas, además de técnicas como las empleadas en la propia confección de mapas, las técnicas de levantamiento topográfico.) - 30 -


-¿Qué niveles de acercamiento nos han permitido? -¿Cuáles otros aspectos, como lo pueden ser la percepción o los medios de representación, influyen en la idea que tenemos sobre lo que está a nuestro alrededor? (Estos aspectos, de hecho, influyen en todos los individuos de manera bastante similar porque son fenómenos o propiamente humanos o culturalmente generados.) -¿Nos basta con eso? (Aquí estaba pensando en aquellos sitios que sólo conocemos por imágenes, aquellos lugares que “sabemos” pero que jamás hemos “visto”.)

va

S

o - 31 -

i

m

Subjet

O

N

E

lica

tografí

a

C

ar

Si



Levantamiento N.o 1 (sobre los recorridos rutinarios)

Escójase un recorrido cualquiera que sea lo suficientemente rutinario como para hacerle pensar «¿qué he estado haciendo?» Son de un interés particular aquellos recorridos que debemos hacer todos los días a nuestro pesar, aunque no queramos, como para ir al trabajo o la escuela. (11) (1*) De mi casa a la escuela y de la escuela a mi casa - El recorrido de mi casa a la escuela y de la escuela a mi casa es el principal recorrido de mi vida diaria desde hace cinco años. Realizado casi siempre siguiendo la misma ruta, es la repetición de los mismos lugares, tanto a la ida como a la vuelta. Este levantamiento es el registro en fotografías de mi recorrido. Cada sitio seleccionado para tomar cada fotografía a la ida es nuevamente fotografiado al regreso: los mismos lugares hasta llegar a confundirse, pero con un sentido de dirección diferente. La fotografía pierde toda significación como guía confiable para comprender la dirección del recorrido, ni siquiera para llegar a entender que se trata de un recorrido. Su estructura es la de un círculo. Levantamiento N.o 2 (sobre cómo llegamos a los lugares y qué efecto tiene en nosotros)

El ejercicio: llegar a un determinado lugar de la ciudad con los ojos vendados y los oídos tapados, de manera que no se tenga conocimiento de por dónde se está transitando y cómo se llegó al lugar elegido por aquel que nos guíe. Sería como una especie de deriva dirigida (o antideriva).

- 33 -


Se llevará un mapa para orientarse después de ser dejado solo en el sitio seleccionado. De esta manera también se propicia un contacto con espacios de la ciudad que pueden resultar totalmente nuevos, ya porque realmente lo sean, ya porque, producto de la forma en que se llega a ellos, provoquen un extrañamiento que los convierta por un momento en desconocidos. Se tomarán fotografías en el sitio. (13) (8*) Las relaciones con los espacios están condicionadas por esos otros espacios que los circundan. Una calle no significa nada sin las demás que la rodean y a través de las cuales se accede a la misma. Nuestro conocimiento de lo que se encuentra a nuestro alrededor está determinado por nuestro desplazamiento por el terreno: por un terreno, algunas veces conocido, otras influido por un reconocimiento gradual del medio. Este género de conocimiento -o fenómeno- se asume como común a todo individuo. La intención de llegar a un determinado lugar de manera repentina pretende romper con dicho reconocimiento gradual, de manera que se entre en contacto directo, repentino más bien, con determinado contexto. El sitio pudiera ya ser conocido pero la manera en que se llega a él, no sin un poco de azar o por lo menos ajena a la elección, puede convertirlo en una experiencia totalmente nueva. En una ciudad que no se conoce, salir del metro hacia la calle puede provocar un efecto parecido. Hay un experimento: que cada persona que realizara esta acción tome fotografías del lugar en que se encuentre y sus alrededores. Creo que los resultados serían muy diferentes.

- 34 -


Levantamiento N.o 3 (sobre los criterios de referencia en una localización geográfica)

Para este levantamiento la ubicación geográfica de nuestro territorio será tomada como referencia, como centro y frontera a la vez. Los puntos cardinales serán reformulados antropocéntricamente, entendidos de manera lateral, manipulando su estatuto convencional para establecer una “convención otra” a nivel local-individual que conduzca a una experiencia de exterioridad. (25) (4*) El camino más largo, el camino más corto y el punto medio (entre el norte y el sur) - Cuba como eje divisorio entre el norte y el sur. Realización del recorrido y señalización en el terreno (a la manera de puntos geodésicos) de los puntos que conforman los dos extremos del camino más largo y más corto, respectivamente, que separa el norte del sur en la Isla de Cuba; así como el punto medio entre ambos, incluido el justo medio en dirección este-oeste.

Fig. 1. Clavo para marcar el punto medio entre el norte y el sur (entre el este y el oeste).

- 35 -


Los trabajos topográficos nos han aportado las distancias más corta y más larga existentes de costa a costa en la Isla de Cuba. Pero en el proceso de realización de este ejercicio será inevitable volver a medir el terreno, recorrerlo: todo acto de caminar es un ejercicio de medición, comúnmente inconsciente, del terreno que se recorre. El camino más largo: 191 km, desde Playa de los Tararacos (21°31’ latitud N) al norte de la provincia de Camagüey, hasta la punta de Camarón Grande (19°53’ latitud N), por el meridiano 77°04’ O de Greenwich. El camino más corto: (exceptuadas las extremidades) 31 km, desde la ensenada del Río (22°58’ latitud N), en la Bahía del Mariel, hasta la Ensenada de Majona (22°42’ latitud N), por el meridiano 82°42’ O de Greenwich. El punto medio: en los 22°07’50’’ latitud N y los 79°30’00’’ longitud O, al oeste de Cabaiguán, en la provincia de Sancti-Spíritus. Levantamiento N.o 4 (sobre los husos horarios)

Se trata de establecer una conexión simbólica con otro lugar. Se viviría simultáneamente (como si se estuviese allí) el huso horario de determinado lugar, creando un diálogo entre zonas geográficamente distintas y distantes. Los horarios son, precisamente por ser convenciones, reguladores de nuestros comportamientos de dentro y fuera, de nuestras relaciones con el afuera, con los espacios públicos, de nuestro conocimiento del mundo. El hombre ha creado este sistema para organizar el funcionamiento de su vida. Sin embargo, es algo no del todo aleatorio, ya que responde a dos condicionantes íntimamente relacionadas: una de iluminación, otra de tipo biológico-psicológica. La primera restringe sus actividades habituales a intervalos - 36 -


- 37 -

Fig. 2. Esquema correspondiente al huso horario de Turqu铆a (huso 2) en relaci贸n al huso 18.


del día en que existan niveles favorables de luz para que éstas se desarrollen adecuadamente. La segunda es parte de un proceso evolutivo de adaptación al medio. (3) (19e*) 8 horas más - Vivir el huso horario de Turquía sabiendo a la vez que esto es imposible porque los lugares (y el afuera) no son sólo horas (aunque éstas sean determinantes); son espacios físico-naturales; son, como dice Lippard, “los recipientes de lo humano”. Vivir el horario de otro lugar implica, además, un proceso de adaptación y vivencia del afuera completamente inusual. Se vivía no sólo un afuera “geográfico” ilusorio, se vivía sobre todo un afuera que comprendía nuestras relaciones con los espacios públicos durante lapsos de 24 horas, durante el día y la noche, pero con una diferencia de 8 horas; cuestión ésta muy importante si tenemos en cuenta que nuestra vida se desarrolla habitual y mayoritariamente de manera diurna. El horario de Turquía, además de ser el lugar donde se encontraba un amigo con el cual se quería establecer cierta conexión, es un pretexto. La vivencia del horario de cualquier sitio lejano dimensiona suficientemente la idea de la imposibilidad de estar en ese lugar. La experiencia, concebida junto con Tatiana Mesa, fue llevada a cabo por los miembros del Dpto. de Intervenciones Públicas. De esta manera, vivir un horario de 8 horas más permitió una relación distinta con la ciudad: durante la noche. Se llevaron a cabo acciones directamente vinculadas a la nocturnidad; ya porque de día hubiera sido más riesgoso realizarlas por diversos motivos de índole práctico, ya porque su contenido se potenciaba precisamente en el horario de la noche.

- 38 -


Levantamiento N.o 5 (sobre las conexiones entre lugares geográficamente distintos y distantes)

¿Qué hay de un lugar en otro? Se trata de hacer cartografías dobles: buscar elementos del paisaje, espacios con ambientes que se repiten o son similares en uno y otro lugar, estableciendo un diálogo que va de lo más general (diferencias) a lo más particular (coincidencias). En lo primero entran las más evidentes oposiciones en cuanto al aspecto físico en general; en lo segundo aparecen, gradualmente, desde analogías en los accidentes del terreno (montañas, ríos) hasta innegables paralelismos de vegetación. La acción de caminar unida a la de buscar impone una relación con el medio de constante descubrimiento. La comparación siempre partirá inevitablemente de un territorio ya familiar; lo que quiere decir que los territorios no son escogidos al azar. Otro ejercicio podría ser el de buscar cuántos elementos se repiten, o son similares en varios territorios a la vez. (8) (11*) Cartografías dobles (Blanca-Alamar) - “Recorrido cartográfico” por dos territorios utilizando la fotografía como instrumento. El primero en los alrededores de la localidad de Blanca, en Murcia, España y el otro en Cuba, en la propia localidad donde vivo. Por la historia sé que el fenómeno de las semejanzas encontradas se da como parte de un largo proceso de intercambios culturales establecidos durante siglos que, entre otras muchas cosas, ha acarreado el traslado de especies vegetales que han incidido con su presencia en el paisaje a ambos lados del océano. Está claro que muchos de los elementos del paisaje fotografiados pudieran estar también en cualquier otro lugar. Pero lo determinante es quién lo está haciendo, y el hecho de encontrarme en ese lugar precisamente y no en otro sitio. Querámoslo o no - 39 -


llevamos los lugares en nosotros mismos, éstos nos acompañan a donde vayamos: nosotros somos los lugares, los lugares donde estamos y los que dejamos atrás. El trabajo cartográfico es asumido aquí desde la producción simbólica haciendo uso de procedimientos propios de esta disciplina como lo es la observación del territorio escogido desde distintos puntos (de esta manera los cartógrafos llevan a cabo la triangulación) y procediendo a la definición de su orientación geográfica por medio de una brújula tomando como referencia el centro de la zona cartografiada (esto en el caso de Blanca -en Alamar, al no haber elevaciones que rodeen a la población, he seleccionado al edificio más alto como punto desde el que tomé las fotografías, lo que es una inversión de la perspectiva de la mirada.) Las fotografías numeradas, clasificadas de acuerdo a su orientación geográfica y denotadas con los nombres de los lugares representados remiten al orden propio de la cartografía, un orden racional, pero que en este caso ha surgido de una relación vivencial con el medio, de tipo subjetiva y simbólica. En lo que respecta a las coincidencias en los motivos fotografiados, hubo muchas en uno y otro lugar, pero en ciertos casos ocurrieron variaciones de forma o color. Por ejemplo, plantas de la misma especie pero de distinta variedad. Hubo fotos que repetí varias veces hasta tanto encontrar la flor más semejante. En otros casos tuve que esperar días para que se abrieran flores que habían casi desaparecido del entorno y que yo recordaba como muy comunes durante mi niñez. Llegué a pensar incluso, frente a su aparente ausencia, que habían desaparecido completamente, lo cual representaría cierto agujero en la interrelación que estaba buscando. Pienso que llevamos los lugares adondequiera que vamos. Los llevamos en la memoria, en nuestra experiencia. Pero el recuerdo nos traiciona (o tal vez no). Inevitablemente agregamos o quitamos cosas; en una palabra, “variamos” los lugares. Nuestra relación con lo que nos rodea se da en su constante transformación por nosotros mismos. Las “cartografías dobles” tratan precisamente de esto. - 40 -


Levantamiento N.o 6 (sobre la pérdida de visión de conjunto de un territorio)

Salto en paracaídas. Para este levantamiento se precisa vivir la experiencia de arriba: caer sobre “el mapa”; en oposición a la experiencia de abajo, que es la experiencia de todos los días, porque el conjunto del territorio se desvanece en la parte. (9) (22*) Cayendo sobre el “mapa” - Vivimos sobre un “mapa”, pero no nos damos cuenta. Esta es la experiencia de abajo. Cuando estamos abajo somos incapaces de tener una visión de conjunto del territorio en que nos encontramos: estamos inmersos en él. La experiencia de arriba es un conocimiento del entorno que no está en nuestra experiencia diaria. Un “desconocimiento” que los mapas, de alguna manera, hacen más patente, pues aunque lo que es un mapa se parece bastante a lo que se ve desde un satélite (no ya digamos desde un avión, que se le parece un poco menos) siempre se queda por debajo de la experiencia real; esto sin tener en cuenta todo el sistema de símbolos que supone un mapa y que, por supuesto, la realidad no presenta. Está claro, un mapa es una mediación; una mediación que puede no partir de ningún punto de vista de arriba. De hecho un mapa puede ser confeccionado, y así se hizo durante mucho tiempo, sin necesidad de vistas aéreas: su realización no requiere tampoco de una experiencia de arriba. En marzo de 2003 comencé un curso de paracaidismo junto a otros miembros del Dpto. que también deseaban vivir la experiencia, no sólo de “caer sobre el mapa” (mi principal motivación), sino esa experiencia tan emocionalmente intensa que debe ser un salto en paracaídas. El salto no se ha podido ser concretado por diversos motivos.

- 41 -


Levantamiento N.o 7 (sobre qué está inmediatamentea nuestro alrededor y si nos basta con eso)

Este levantamiento debe ser una incitación a la catalogación de nuestro paisaje cotidiano, de nuestro entorno diario más cercano: la casa y sus alrededores (la calle), los pequeños detalles, sus distintos lugares según las diferentes horas del día, según diferentes ángulos, todo lo que por habitual es inadvertido, lo ínfimo. El examen de los sitios que están en nuestra experiencia diaria inmediata es revelador del mundo que tenemos. (12) Hemos ganado la cartografía del mundo, pero hemos perdido al mundo. Sólo contamos con mapas. El desarrollo de los medios de comunicación y los sistemas de información hacen del mundo contemporáneo un espacio “conocido”. Podemos recorrer y ver cualquier rincón del planeta sin necesidad de movernos de nuestra casa. La realidad es reemplazada por la fotografía, la televisión, la red, de manera que nuestra vivencia de la exterioridad es, las más de las veces, artificial, mediada. Con el paisaje, el exterior primordial, el “afuera”, mantenemos una relación de lejanía no únicamente física. “Lo «sabido» hace ya mucho tiempo que ha tapado lo «visto»”. Un conocimiento mediado del mundo no es suficiente para mí. Cuando miramos a nuestro alrededor, ¿qué vemos? ¿Nos basta sólo con eso? ¿Está todo ahí? El resultado: una serie de fotografías del jardín y la calle de mi casa a diversas horas del día y desde distintos ángulos (desde el techo de mi casa, desde edificios cercanos o la calle misma). El jardín más que el patio; jardín vs. patio: el jardín es la cara al exterior. Las fotografías a escala de prueba de contacto (35 mm). El fotograma como escala no es otra cosa que una traducción simbólica de la relación existente entre la extensión real del lugar y aquella que se le atribuye en un - 42 -


mapa. Es su dimensión geográfica real convertida en imagen; o lo que es lo mismo, una dimensión subjetiva asociada a la escala. Levantamiento N.o 8 (sobre nuestro territorio más inmediato: la casa y la ciudad)

La investigación está dirigida hacia el entorno en el ámbito de la casa (lo micro) y en el de la ciudad (lo macro), como espacios donde nos desenvolvemos cotidianamente. El ejercicio está en buscar las posiciones más altas y/o panorámicas (hasta completar una circunferencia) dentro de ambos territorios. Ejercicio de distanciamiento a la par que de observación a todo alrededor. (2) (5*) El resultado: fotografías en redondo de lo que se ve desde el techo de mi casa (Desde el techo) y lo que se ve desde el faro del Morro (Desde el Morro). El techo de mi casa es como una atalaya. Desde el faro del Morro se tiene una vista panorámica de la ciudad a la par que de lo que se extiende más allá. El ejercicio es doble en ambos casos: se sube a un lugar alto y se mira alrededor. La altura y el recorrido en redondo connotan la acción de conocer. Subir a un sitio alto, mirar alrededor, son acciones para escrutar el entorno desde una posición privilegiada. Proceder desde adentro, desde lo mínimo, la casa en el primer caso; desde adentro también en el segundo, aunque con cierta inclinación hacia el borde que se extiende más allá de la ciudad. Desde adentro, pero con una intención de toma de distancia, que es lo que facilita la altura; por comparación, pero sin arribar a ningún tipo de conclusiones.

- 43 -


Levantamiento N.o 9 (sobre el efecto de la velocidad en la relación con el entorno de las carreteras)

Una carretera es un lugar de tránsito por el que se pasa con gran rapidez, a menudo sin reparar en lo que está alrededor, muchas veces porque los pasajeros se quedan fácilmente dormidos y el chofer debe estar atento a la conducción del vehículo. Otras, porque el paisaje de las carreteras se hace monótono por uniforme y se pierde el interés. Es siempre, en cualquier caso, una experiencia que los que van en un auto no tienen: la carretera en sí misma, habiéndonos detenido sobre ella en un punto específico. Este levantamiento explora esta experiencia. (10) (6*) La carretera - En una autopista cada uno de los participantes, situados a intervalos regulares, grita una palabra a los vehículos que pasan a gran velocidad, de manera que se forme una frase referida a la rapidez de su tránsito por el lugar y a las características del entorno. Una sola palabra por separado no tendrá ningún sentido en sí misma; sólo si se pone atención a cada una tratando de unirlas (para lo cual el vehículo tendría que disminuir la velocidad) se podrá llegar al sentido de la frase. Paradójicamente, cuando el auto haya disminuido la velocidad (si es que así lo hace) el sentido de la frase estará ya contenido en el contexto. Esta acción implica un problema de relación temporal con el espacio: la dicotomía entre la carretera como espacio de tránsito y el estar aquí ahora frente una realidad que se hace más cercana producto de la disminución de nuestra propia velocidad de traslación. Las frases se conformarían directamente en el sitio, utilizándose la palabra como modeladora de la imagen que nos hacemos del entorno y su manifestación sonora por medio de la voz como “instrumento cartográfico”. - 44 -


Posibles frases-título, que pudieran funcionar según el lugar (algunas de ellas parten del cuento “La carretera” de Ray Bradbury): “Siente el asfalto bajo los pies”; “Siente el asfalto bajo los pies en un día claro”; “Bajo el cielo claro a través de los campos bañados por el río de aguas profundas”; “Bajo el cielo claro a través de los campos sembrados”; “Bajo el cielo claro a través de las tierras de labranza bañadas por el río de aguas profundas”; “¿A qué le llamarán el mundo?”; “A todo alrededor se extiende el horizonte”. Levantamiento N.o 10 (sobre la experiencia contraria, cuando se va en auto)

Este levantamiento trata sobre la experiencia de conducir en carretera. (23) (9*) Manejar un auto es una manera muy particular de entablar relación con el entorno, pues comprende una serie de especificidades de naturaleza psicológica que hacen que el chofer experimente una increíble sensación de libertad y confianza en sí mismo, por lo que el lazo con lo que le rodea se articula desde una posición de poder o dominio. Se trata establecer una especie de clase de conducción para que participen aquellas personas que no tengan la experiencia de haber manejado un vehículo anteriormente.

- 45 -


Levantamiento N.o 11 (sobre el efecto de la memoria en relación con lugares ya recorridos)

Rehacer recorridos. Rehacer recorridos es un ejercicio en el que se establecen nuevas relaciones con los espacios transitados a partir de antiguas relaciones almacenadas en la memoria, ya sea individual, colectiva o incluso cultural. La memoria familiar almacena el recorrido familiar (de sitio en sitio en el que se ha vivido), cuya reedición se convierte a la vez en recorrido de un grupo y de una sola persona, en la memoria de un grupo y de una sola persona. ¿Cuáles son las variaciones encontradas durante el recorrido? (5) (11*) El viaje inmóvil - La reedición de un recorrido se carga de contenidos diferentes producto de los cambios, no sólo físicos, que se producen en los espacios. Encontramos que determinadas edificaciones ya no existen o fueron transformadas; que las personas no son las mismas; que la atmósfera histórico-temporal, posible causa de todo lo anterior, puede no corresponder con la del recorrido precedente; que, por supuesto, el estado psíquico también cambia porque también, posiblemente, la persona que realiza el recorrido es otra diferente. Este es el recorrido realizado por mi familia por línea materna desde fines del siglo XIX hasta hoy. Pero este es un recorrido muy particular porque se trata del traslado de una vivienda a otra, lo cual presenta, paradójicamente, evidentes rasgos de inmovilidad. La casa es, en este sentido, un espacio estático, opuesto a la dinámica del tránsito, antítesis del efecto transformador asociado al viaje. Es, por antonomasia, símbolo de lo permanente y confortable: es el hogar. Variaciones con respecto al recorrido precedente: el orden cronológico del recorrido ha variado, así como su dirección; algunas de las casas ya no existen, en su lugar he fotografiado las construcciones existentes hoy - 46 -


en el lugar; también se ha perdido el dato exacto en la memoria de mi abuela (fuente de la información), por lo que lo fotografiado, muchas veces, es tan solo una calle o un vecindario con rangos variables de imprecisión. Pero la memoria, en cualquier caso, también es así. Es curioso cómo, a pesar de todo, se tiene una muy vívida impresión de estar retrocediendo en el tiempo, llegándose a trazar imágenes de posibles hechos sucedidos en el pasado en los lugares retransitados. Realizado entre octubre y noviembre de 2001. Cronología: 1. Vereda Nueva, La Habana (desde finales del XIX hasta algún año anterior a 1914) 2. Concordia # 5 e/ Águila y Amistad, C. de la Habana (19141917) 3. Águila 180, C. de la Habana (1917-1918) 4. Central Australia, Jagüey Grande (1919) 5. Calle República, San Antonio de los Baños (cerca de la Terminal de Trenes) (1919-1920) 6. Zayas # 19, San Antonio de los Baños (1920-1927) 7. Zayas # 40 e/ Mayía y Tito Yeras, San Antonio de los Baños (1927-1932) 8. Zayas # 37, San Antonio de los Baños (1932-1936) 9. Calzada del Cerro (Frente al cine Maravillas) (1936) 10. Vista Hermosa e/ Lombillo y la Rosa, Cerro (al lado de una bodega) (1936) 11. Falgueras y San Pedro # 363, Cerro (1936-1958) 12. Falgueras # 413 e/ Piñeras y Lombillo, apto. 7, bajos, Cerro (1958-1976) 13. Estrella e/ Águila y Ángeles # 57, apto. 6, Centro Habana (19761980) 14. 162 # 306 e/ 3ra y 3ra. d, Alamar (1980)

- 47 -


Levantamiento N.o 12 (sobre lo que vemos desde nuestras ventanas)

Observación de la vista de cada ventana. La vista de todos los días de cada persona. El panorama invariable de las ventanas. (1) (7*) La casa, su estructura y orientación, condiciona lo que vemos del exterior todos los días. Es una imagen que permanece usualmente inalterable por nuestra propia acción, pues la orientación de la vivienda no varía. La condición de inmovilidad de la casa en sentido genérico (en contraposición a la noción de viaje o recorrido) no es sólo cuestión de mera metáfora: es algo físicamente verificable. Muchas veces, incluso, no nos es dado escoger el lugar donde vamos a vivir, por lo que nuestro entorno más inmediato es algo que debemos aceptar. La ventana se convierte en el marco del entorno inmediatamente visto desde el interior, como si lo que vemos fuese una pintura o una fotografía. El panorama que se observa desde una ventana cambia, en todo caso, producto de las incidencias del tiempo, cuando desaparecen árboles o aparecen otros nuevos; o los edificios aledaños son pintados de otro color; o las personas, y en general el tráfico que pasa frente a nuestra casa, se modifican por motivos diversos. a) Esta sería una cartografía de La Habana a través de sus ventanas (de las ventanas de las personas que conozco), para lo cual tomaría fotografías de lo que se observa desde las ventanas de varias de estas personas, anotando sus nombres y las orientaciones de cada vivienda. b) La misma operación la realizaría con mi propia ventana, pero tomando cada fotografía desde distintos ángulos, de manera que al superponerlas luego se forme una imagen completa de lo observado. Estos serían todos los ángulos posibles que se tienen del exterior desde mi ventana (interior).

- 48 -


Levantamiento N.o 13 (sobre la similitud entre lugares distantes dentro de un misma ciudad)

Dentro de la ciudad existen lugares que presentan rasgos curiosamente afines, atmósferas que se repiten por diversas razones. Para la cartografía subjetiva lo más importante no es tanto por qué sucede esto, sino qué es lo que experimentamos. Más que la explicación racional de la causa, es prioridad su instantánea motivación. La explicación pudiera aparecer finalmente de cualquier manera como derivación natural del proceso. (14) (2*) Esto es lo que sucede cuando camino por la Calzada del Cerro y la Calzada de Diez de Octubre. El porqué del fenómeno pudiera ser fácilmente aclarado con alguna pequeña documentación histórica. Pero la solución del enigma nunca podrá ser comparable a la sensación de haber estado caminando por ese sitio con anterioridad. La sensación de algo ya vivido, la impresión de que el sitio es el mismo; algo que se experimenta sólo por pedazos, en ciertos rincones o desde ciertos ángulos. El resultado: fotografías de espacios citadinos que presentan una atmósfera muy parecida, llegando incluso a confundirse. El encuadre fotográfico viene a acentuar la apariencia de similitud dado su poder de selección.

- 49 -


Levantamiento N.o 14 (sobre lugares que parecen otros lugares)

Este levantamiento busca establecer relaciones de parentesco entre lugares distantes, de modo tal que éstos pudieran intercambiarse. La similitud debe darse de un golpe, sin hacer énfasis sobre ciertos rasgos comunes solamente. La semejanza debe estar en la atmósfera general y no en el detalle (como sí ocurría con el Levantamiento No. 5). La búsqueda de semejanzas no elude cierta tipicidad del sitio, imagen comúnmente reconocible. (15) (13*) La similitud puede incluso llegar a ser manipulada. Quiero llegar a la completa suplantación, cambiando el nombre del lugar por el de aquél que parece. La duda únicamente como variante de la ambigüedad. La fotografía es usada para conferir un aparente carácter de veracidad, haciendo uso de todos los medios por ésta dispuestos: velocidad, diafragma, filtros; además del inevitable encuadre por medio del cual un fragmento de realidad es seleccionado. Existen sitios en la ciudad que constituyen pequeños universos culturales, como son los generados por las comunidades de inmigrantes, con sus atmósferas seudotípicas. Se distingue sobre todo el barrio chino, casi todas las ciudades tienen uno. La inserción de un sitio en otro se lleva aquí por generación espontánea. Simulación, suplantación, trasposición, todo listo sin casi necesidad de “reelaboración”. El resultado: a) Fotografías de lugares de La Habana que no lo parecen. En este caso no se trabaja por comparación con otro lugar; es decir, la operación no es doble sino única. El lugar que se afirma como semejante ni se ha visitado. La afirmación de la similitud viene a estar dada por conocimientos extraídos de fotografías e imágenes de video, asentados de manera convencional en la memoria colectiva. b) Fotografías de lugares que parecen La Habana. c) Fotografías de fotografías de lugares que parecen otros lugares (La Habana). - 50 -


Levantamiento N.o 15 (sobre la similitud nominal entre lugares distantes)

Hay calles que ya no se parecen tanto pero que tienen el mismo nombre. Tanto en Santa Clara como en La Habana hay una calle nombrada Cuba. El nombre es la convención; los lugares tienen entornos y ambientes bien diferenciados. Si se repitiera una misma acción en cada uno de ellos, sucederían situaciones distintas, pero desde el punto de vista de la forma gramatical (enunciación del lugar del hecho) ocurrirían en el mismo sitio. Serían dos momentos de un mismo problema: la convención del nombre y el lugar real que éste indica. (24) (14*) Subiendo la Loma de la Cruz (Holguín-Guanabacoa) - Dos lugares diferentes con un mismo nombre y una posición privilegiada para la contemplación de la ciudad que se extiende ante cada uno de ellos. Fuera de esto no existen más semejanzas entre ambas elevaciones. La Loma de la Cruz de Holguín es una elevación famosa; la de Guanabacoa es una altura más modesta, situada en una zona suburbana, con un reconocimiento limitado a lo local. La Loma de la Cruz de Guanabacoa es también más familiar, más cercana, un tesoro descubierto para mirar, un secreto sólo conservado posiblemente en cierto grabado del s. XIX. Caminando por la calle Colón (Las Tunas-La Habana) - Dos calles con atmósferas completamente divergentes. Es extraño descubrir “otra” calle Colón cuando se ha pensado que sólo puede existir “esa”. En Holguín también hay otra. Y posiblemente en cada ciudad de América exista una calle Colón, siempre diferente. Durante la caminata la fotografía solamente registró el recorrido como un testigo mudo. La manipulación inevitable, propia del medio, no es índice de nada en este caso. - 51 -


Levantamiento N.o 16 (sobre los no lugares)

Hay lugares que podrían haber estado en cualquier territorio. Lugares sin otra distinción que la de pertenecer a un grupo de lugares sin identidad. Lugares que pueden ser cualquier lugar: los no lugares. (28) (17*) Zonas de hierba común, con edificaciones de cualquier época, arquitectura “internacional”, tierra sin personalidad, ni nieve, ni lluvia, ni montañas, nada distinguible. Estos lugares se parecen a esos otros lugares en que uno ya ha estado, en los que ha vivido; pero no es posible hallar una individualización como para hacerlos pertenecientes a alguna parte. La distinción es puramente subjetiva, desligada de un análisis sociológico que entiende los no lugares como un residuo de la sociedad postindustrial en un mundo globalizado (Marc Augé). Los no lugares se sienten; el encuadre fotográfico los modifica. Levantamiento N.o 17 (sobre los lugares cuando son narrados)

1) Realice un recorrido. 2) El recorrido es contado a alguien (el que quiera escucharlo o aquél con quien uno tenga necesidad de compartirlo). 3) Ofrézcale a esta persona un mapa con el recorrido marcado para que lo realice. 4) Después que éste lo haya realizado, llévese a cabo la misma operación descrita en el punto 2 esta vez al revés.

- 52 -


5) El recorrido pudiera ser narrado a otra persona que no sea la primera que lo realizara. De esta manera la acción podría tornarse infinita. Algunos apuntes sobre la narración y el recorrido: a) El que escucha irá haciendo preguntas según lo crea necesario, según se sienta interesado. b) Durante el recorrido se establecerían relaciones con gentes que el otro “explorador” pudiera conocer cuando efectuase el suyo. c) En la narración se hará énfasis, igualmente, en espacios, elementos de lugares, que servirán de guía para los sucesivos exploradores. d) Se realizarán fotografías, pero en ningún caso se mostrarán al interlocutor. e) Cada explorador podría encontrar, unidos a los ya contados por el explorador que le antecedió, nuevos elementos que incluirá en su narración. f ) La confrontación posterior de todas las fotografías obtenidas durante el proceso arrojaría ideas interesantes acerca de lo que cada explorador “encontró” durante su recorrido. (16) (26*) Uno y dos recorridos (uno y más recorridos) - Los recorridos son una actividad solitaria. La narración posterior de las incidencias del viaje se convierte en el medio para compartir la experiencia con el otro. Me estoy proponiendo el ejercicio de una actividad que implica muchas veces la soledad, y sin embargo esto es algo que detesto. Contar el recorrido es una manera de recuperar al otro, ya que he podido comprobar que estos recorridos constituyen una forma de alineación. La Agencia también cumpliría esta función, es decir una función desalienadora. Pero, ¿deben ser las “experiencias de exterioridad” un - 53 -


ejercicio solitario? Tirarse en paracaídas es el ejercicio de la soledad por antonomasia: estás solo con la naturaleza perecedera de tu existencia. (...) Todo registro es una convención. Siempre se utiliza una convención representativa determinada para indicar el lugar. El lenguaje, la palabra, el cómo se cuenta, es también un indicador de lugar, que está mediado por la relación vivenciada. La narración va a ser lo que sería una fotografía: la narración como convención de lugar, como índice de lugar. Pero este es un registro que habla: las preguntas formuladas a una fotografía son preguntas sin respuesta. La narración está determinada por esa otra persona a la que se le está contando; la idea del lugar está determinada por esto. El lugar es uno y otro dependiendo de a quién se le esté contando, dependiendo de las preguntas que el otro formule. La narración registrada (no me refiero a la narración grabada, sino a la narración que se realiza sólo para esa persona y que por ella puede ser una y otra, y a la vez la misma) es efímera. Su existencia se registra para el interlocutor, y la narración es su manera de acceder a ese lugar. El lugar que recorre a través del que narra termina con la narración. El lugar del que narra y el lugar del que escucha. El lugar del que narra está determinado por el recuerdo y la selección; el lugar del que escucha está conformado con retazos de todos aquellos lugares parecidos que tenga en su memoria. Levantamiento N.o 18 (sobre la forma de los ríos y a dónde conducen)

Partiendo del presupuesto de la cartografía subjetiva por el cual cartografiar es recorrer un territorio, este levantamiento va a la búsqueda de la experiencia del río. La geografía aporta el conocimiento de lo que la mayoría de los ríos son: corrientes de agua que - 54 -


desembocan en le mar. Y sí, tal vez todos vayan al mar, pero cada uno es diferente. Por tanto, más importante que el dibujo del río (la forma de los ríos es vital en el trazado de los mapas, dibujarlos mal acarrea posiciones falsas, incorrecciones en las distancias, etc.) es navegarlo. (26) (20*) Todos los ríos van al mar - Sin embargo, para mí, como habitante de una isla, es imposible no pensar que los ríos no conducen a ninguna parte. El mar es ninguna parte porque cierra el paso. De la misma forma que en De norte a sur... las costas se convertían en límite del desplazamiento por un territorio, en este caso la inmensidad del océano es la barrera propia de la condición insular. Y aunque no es posible navegar ni un solo río dos veces, sí es posible llegar muchas veces al mismo mar. La acción: travesías en bote por los principales ríos de Cuba hasta su desembocadura. Algunos ríos: 1. Río Almendares (La Habana) 2. Río Toa (Guantánamo) 3. Río Cauto (Granma) 4. Río Cojímar (La Habana) 5. Río Cuyaguateje (Pinar del Río) 6. Río Mayarí (Guantánamo) 7. Río Sagua la Grande (Sancti Spíritus) 8. Río San Agustín (Matanzas) 9. Río Zaza (Sancti-Spíritus)

- 55 -


Levantamiento N.o 19a (sobre la naturaleza de la línea del horizonte)

Aquí se busca la observación de la línea del horizonte, la exploración exhaustiva de la línea a todo alrededor, escrutar la lejanía siguiendo la línea como dibujo. La línea cubre una circunferencia. (19b) (23*) La línea del horizonte no es recta - La línea del horizonte es, pudiera decirse, la primera línea, la “línea” de la naturaleza, de la que parten todas las demás. Es una convención que se traspoló al terreno de la representación y al del dibujo concretamente, cuestión que se manifiesta en su uso primario y frecuente como delimitador de los contornos de las imágenes. Sin embargo, la inexistencia de la línea del horizonte es tan segura como la de la bóveda celeste. Cuando subimos una montaña descubrimos que se aleja, siempre permaneciendo a la altura de nuestra vista. En este simple fenómeno ya queda encadenado su total condicionamiento con lo visual. Es precisamente esto lo que tienen en común la línea del horizonte y la del dibujante. La línea del horizonte es entonces dibujo en la naturaleza. El resultado: filmación del paneo en redondo de la línea del horizonte, en un terreno llano donde se tenga una vista panorámica de los alrededores. La duración del video no tendrá un límite específico (estará repitiéndose continuamente) de manera que lo que vea el espectador sea invariablemente un horizonte recto y por ende, engañoso. Esta idea se inscribe dentro de mi interés por determinadas convenciones perceptivas de las que nos valemos en el conocimiento del mundo, de lo que nos rodea desde una perspectiva geográfica sobre todo, y de la forma en que tal intención puede convertirse en un imposible.

- 56 -


Levantamiento N.o 19b (sobre lo mismo)

Los levantamientos sobre el horizonte son levantamientos de observación y sobre la observación. La línea del horizonte se transfigura ante el observador que escruta la lejanía. Esta naturaleza inconstante de la línea del horizonte también puede pasar inadvertida. Podríamos emprender un viaje a lo Cristóbal Colón que nos llevara nuevamente al mismo punto de partida, pero existe un método más sencillo para descubrir la redondez de la Tierra, que es el del barco que se aleja; pero la afirmación de la curvatura del horizonte por sí sólo es difícilmente verificable porque se desprende del conocimiento de la propia curvatura de la Tierra. Este levantamiento investiga la aparencialidad del horizonte en relación con el conocimiento que provee la ciencia. (19c) (19a*)

Fig. 3. (sobre la naturaleza de la línea del horizonte)

La línea del horizonte es curva - La línea del horizonte es curva pero no nos damos cuenta. Es curva lo mismo que la Tierra es redonda, aunque no lo parezca. (La planimetría de la Tierra se afirmó durante siglos.) Pero mi intención no es demostrar ni exponer la posible veracidad tal afirmación, sino confrontar el carácter aparente de la línea percibida y representada con la afirmación “la línea del horizonte es curva”, en una metáfora de la imposibilidad de conocimiento de un mundo estable, único a todos los seres humanos, en la - 57 -


búsqueda, por el contrario, de un conocimiento que pretende ir más allá de lo únicamente perceptual: a la búsqueda de “experiencias de exterioridad”. El resultado: una serie de fotografías de la línea del horizonte (de una misma línea del horizonte) que producto de un efecto de la técnica fotográfica se irá haciendo gradualmente más y más curva. La idea está en crear un juego entre el carácter de lo que vemos y la manera en que esto se convierte en representación mediante la manipulación del medio fotográfico y su pretendida iconicidad. La representación fotográfica copia un fenómeno que “sabemos” que ocurre pero del que no nos percatamos; copia la “apariencia” de lo que no vemos y es, al mismo tiempo, la apariencia de lo real que implica la representación. Las fotografías se convierten así en sátira del conocimiento del mundo que nos impone la percepción, donde tanto la percepción de la realidad como su representación se convierten en una ilusión. Pero esto no es lo importante. Es mayor el significado de la línea del horizonte como frontera de conocimiento (o como promesa de conocimiento), por ejemplo, que la determinación de si su forma es esta o aquella otra, porque el horizonte sólo existe, a fin de cuentas, como parte del pensamiento humano. Levantamiento N.o 19c (sobre lo mismo)

Para este levantamiento es preciso subir a una montaña y observar simultáneamente el horizonte a cada paso. (19d) (19b*) Alejando el horizonte o para mirar más lejos (Para mirar más lejos hay que subir más alto) - El horizonte es la línea donde parecen juntarse el cielo y la tierra o el mar. Es decir, que no importa cuánto caminemos: nunca desaparecerá porque surge producto de un efecto - 58 -


visual resultante de la curvatura de la Tierra. Tampoco es posible llegar al horizonte. El horizonte es una convención cultural. ¿Dónde empieza el horizonte y donde termina? El horizonte, entendido como frontera visual de lo conocido, nos envuelve y reaparece constantemente ante nuestros ojos, ya caminemos, ya subamos una montaña. La acción: subir a una montaña para establecer una reflexión sobre la experiencia que se tiene al ver cómo el horizonte se va ampliando; es decir, cómo se van viendo gradualmente más cosas a lo lejos a medida que se sube más alto. La acción de subir a un punto alto es muy significativa para mí, pues la relaciono con una búsqueda de lo que está más allá de lo conocido. Es una actitud que evidencia un deseo de tener un conocimiento total de un territorio, de avizorar, un ansia por sobrepasar fronteras, no ya en el orden político sino en el de lo cognitivo. Es algo que el hombre ha hecho frecuentemente cuando ha querido trazar estrategias con respecto a un territorio, como por ejemplo, en una batalla. Subir a un lugar alto es también una forma de ejercicio de la libertad o por lo menos su aspiración. Lo alto se relaciona con el dominio, en este caso con el dominio epistemológico de una realidad que se extiende, incluso más allá de donde alcanza nuestra vista cuando escalamos una montaña. Estar en lo alto crea, además, un sentimiento de sublimidad hacia el panorama que se observa, casi seguro porque entraña siempre un peligro: el peligro de caer, la pérdida de una situación de libertad que el hombre asocia con el desvanecimiento de sus facultades vitales. En este sentido los despegues y los aterrizajes de un avión son hechos sublimes.

- 59 -


Levantamiento N.o 19d (sobre lo mismo)

Observación del horizonte mientras se sube a una montaña siguiendo una trayectoria en espiral. (19e) (19c*) Un mismo horizonte - El horizonte, no importa a qué altura nos situemos, siempre permanecerá a la altura de la vista. Pero el horizonte varía con el observador. Hay muchos horizontes: el horizonte cambia y a la vez es el mismo. El resultado: una serie de fotografías de un mismo horizonte (a todo alrededor) a distintos niveles de altura. En la galería se formará la línea (preferiblemente a modo de círculo) haciendo que coincida un tramo de horizonte con otro. Será un mismo horizonte, y a la vez, otros muchos distintos producto de las variaciones producidas por la altura. Levantamiento N.o 19e (sobre lo mismo)

Ascensión a las alturas más importantes de un territorio. Observación de los horizontes: el horizonte de un territorio. (4) (19d*) El límite del horizonte - Los horizontes llegan a convertirse en límites, no sólo del campo visual, sino también de una realidad conocida y, metafóricamente, de una geografía determinada. No es posible ver más allá del horizonte. El horizonte promete más de lo que ofrece porque en realidad lo que ofrece es otro horizonte. La acción: ascensión de las principales cimas de Cuba. El resultado: video de la línea del horizonte (un paneo a lo largo de toda la línea). Los videos respectivos de cada cima se editarán luego como uno solo, donde la línea se conti- 60 -


nuará infinitamente y el referente a una cima en particular quedará anulado en un único horizonte. Levantamiento N.o 20 (sobre los faros y las estrellas)

Recorrido de faro en faro. Este levantamiento trabaja con la poesía del significado del lugar y su función como mecanismo de orientación. (18) (25*) Uniendo estrellas en tierra - Los faros y las estrellas han cumplido la misma función a través de la historia del hombre. Antiguamente los marineros se orientaban por medio de la estrellas y los conjuntos de estrellas, las constelaciones. Antigua también es la costumbre de guiar embarcaciones hacia la costa mediante faros. De estos dos sistemas ha quedado el de los faros, porque la orientación por medio de las estrellas

Fig. 4. (sobre los faros y las estrellas)

- 61 -


se reemplazó por tecnología de mayor precisión. Entre los faros y las estrellas existe, sin embargo, una cierta analogía que roza la poesía. ¿Qué son todos los faros del mundo sino constelaciones asentadas en la Tierra? Recorrido ordenado (bordeando la costa) de todos los faros de Cuba. Levantamiento N.o 21 (sobre los “hitos notables”)

Ejercicio de descubrimiento. El explorador registra en mapas aquellos hitos notables (elementos, situaciones o lugares) de la ciudad (o no) que más le preocupen o llamen su atención. El hito convencional de la topografía (mojón o columna de piedra que se pone en las carreteras para indicar distancias o direcciones) está fijado no solamente al suelo; también está fijado según informaciones que apenas cambian y coordenadas precisas. La raíz latina de hito, figere, significa precisamente “asegurar”. Contrariamente, en muchos casos el carácter subjetivo de los hitos notables hace que estos sean variables y perecederos. No son estructuras colocadas ahí con el objetivo de indicar o asegurar ninguna cosa; son elementos ya existentes (a veces tan efímeros como podría serlo un gesto) a los que el explorador connota simbólicamente y cuya existencia únicamente queda fijada de manera subjetiva. (22) (27*) a) Cada una de estas informaciones serían reflejadas posteriormente en mapas para ser usados por la Agencia, mapas que contendrían informaciones muy diferentes de las que presentan los mapas turísticos habituales. b) Se confiere valor a otros “hitos” (pinos) que existan por la ciudad de La Habana a partir del valor perteneciente a éste en otro contexto. En el caso de los pinos de Alamar servían como guía, como - 62 -


puntos de referencia para ubicarse en el terreno. Con el tiempo este valor cesó y los pinos quedaron aislados entre los edificios. Este levantamiento tendría muchas variantes, tantas como “hitos” se pudieran encontrar. Levantamiento N.o 22 (sobre los caminos fabricados por el hombre y su reflejo en los mapas)

Este levantamiento trata de establecer una confrontación entre los caminos fabricados por el hombre que son reflejados en los mapas y aquellos que no lo son. Es la exploración de un territorio para registrar sus caminos más usados, los caminos más cotidianos que sólo conoce el habitante del territorio. (6) (21*) Las calles y los trillos - Alamar está lleno de trillos. Esta es la cartografía de los trillos de Alamar. Lo más importante de los trillos es que son los caminos trazados por el hombre según su experiencia del territorio que transita habitualmente. Los trillos no aparecen reflejados en los mapas. Cada trillo, como las calles, será debidamente señalizado en el terreno. Levantamiento N.o 23 (sobre las distancias)

Este levantamiento explora la dimensión subjetiva de la distancia en relación con la representación de las distancias en los mapas de distancias. ¿Puede la distancia realmente ser representada? (19a) (10*)

- 63 -


En el Atlas de Cuba puede encontrarse un mapa que representa el alejamiento de cada zona con respecto a La Habana. El rango de alejamiento en horas (en auto) es representado con colores diferentes. Un viaje en auto de La Habana a Holguín demora unas 11 horas. Pero, ¿qué es la distancia? ¿Acaso no influyen otros factores en la noción que tenemos de una distancia? Las distancias, lo mismo que el tiempo, se alargan o se acortan según el interés del recorrido, según la mayor urgencia, el deseo o la posibilidad de llegar. Mi idea es trasladar la convención del mapa al terreno: pintar las gasolineras existentes entre La Habana y el resto de las provincias de Cuba según los parámetros mostrados. Necesariamente para la realización del proyecto deberán ser cubiertas las distancias representadas, representadas en una curiosa forma de “mapa sobre el mapa”.

Fig. 5. (sobre los caminos fabricados por el hombre y su reflejo en los mapas)

- 64 -


Levantamiento N.o 24 (sobre cómo recordamos los lugares y la memoria cultural)

Hay elementos que son inseparables de los lugares. Sin ellos éstos pierden su identidad. Como el mar para una isla, quizá el ejemplo más arquetípico. Hay muchos lugares que ni siquiera se han visitado pero que se imaginan por estos rasgos inconfundibles, y estos rasgos comienzan a formar parte ya de nuestra memoria. Pero, ¿qué sucede cuando la memoria cultural no asienta, o sólo lo hace parcialmente, determinadas zonas de la exterioridad tan arquetípicas como ésta? Este levantamiento opera por generalidad dentro de la tipicidad. (27) (15*) La memoria del mar dentro de una isla - Este levantamiento surge a partir de una reflexión sobre la situación de las ciudades sin salida al mar y el recuerdo que tienen de éste sus habitantes. Ha sido pensado específicamente para dos ciudades con peculiaridades similares: la ciudad de Camagüey y la ciudad de Santa Clara. Ambas ciudades, aunque se sitúan en un país que es una isla bastante estrecha no se encuentran junto al mar, sino en el centro mismo de la isla (lo mismo ocurre con más de la mitad de las ciudades de Cuba). Son ciudades que en un inicio constituyeron asentamientos poblacionales que sí estaban junto al mar o cerca de él; pero que producto de los ataques de corsarios y piratas fueron trasladas tierra adentro y “refundadas” allí con otro nombre: la ciudad de Camagüey, antiguamente Puerto Príncipe (hoy inexistente); y la ciudad de Santa Clara, fundada por los pobladores de Remedios. El recuerdo del mar se encuentra dormido en la memoria cultural de estas ciudades, islas dentro de otra isla mayor, dentro de una isla que tampoco ha tenido un desarrollo ligado estrechamente a una cultura marinera; lo cual no deja de ser un hecho insólito para la cultura de - 65 -


una isla. Resulta paradójico cómo en Cuba se desarrolló una cultura agrícola, ligada fundamentalmente al cultivo de la caña de azúcar, el tabaco, el café y en menor grado a la pesca. Señálese que a pesar de esto, desde mediados del siglo XIX, cuando aparece un verdadero sentir de lo nacional, la literatura principalmente comienza a dejar huellas de una preocupación por los problemas de la insularidad, y unido a esto, por supuesto, el mar. Pero esta situación no deja de ser otra arista de la misma paradoja. La acción: Recorrido de la ciudad de Santa Clara en auto transmitiendo desde un altoparlante el sonido del mar durante 3 días. La calles desiertas durante la noche y la madrugada, las ventanas y las puertas de las casas cerradas; algunos durmiendo, otros no. Entonces se escuchaba el sonido del mar..., las olas batiendo y luego el agua rebotando en la orilla..., y en las ventanas comenzaban a verse algunas cabecitas que se detenían a mirar lo que estaba pasando afuera con ese sonido tan extraño y completamente ajeno a ese lugar. Algunos abrían las puertas de sus casas y salían hasta la calle observando perplejos la camioneta con el altavoz. Esta fue una acción un tanto experimental. La idea era incidir subliminalmente sobre la memoria dormida del mar de los habitantes, operando así sobre el inconsciente cultural de una ciudad también dormida. Se esperaba que el sonido pudiera influir en el momento del sueño, con la pretensión, posiblemente ideal, de que el mar comenzara a tomar presencia en una ciudad que se encuentra muy lejos de éste. La utilización de una grabación de sonido “real” también es una reflexión acerca de los lugares, su representación y lo que recordamos de ellos. Los lugares también son los sonidos. Pero los sonidos, al ser procesados, también se convierten en representaciones de lugares. Se convierten en mediaciones tanto como las imágenes icónicas. El sonido, mucho más que las imágenes, exige de nosotros un mayor esfuerzo para su reconocimiento. En la cultura occidental la vista ha sido el órgano sensorial más privilegiado. - 66 -


Levantamiento n.o 25 (sobre los puntos cardinales)

Se realiza una exploración de los lugares en relación de unos con otros según la posición del observador, según el ángulo en que se sitúe. Cada punto escogido en su movimiento va abarcando el territorio. El observador realiza un recorrido panorámico en cada punto, de manera que la acción refiera a los restantes recíprocamente. Por supuesto, no se desecha el uso de la brújula: cada elemento del entorno es señalado según los puntos cardinales. Pero la brújula se usa en función del observador. Aquí aparece el fenómeno por el cual los elementos se interponen unos a otros, de manera que el árbol que en un punto corresponde al este en otro corresponderá al oeste. ¿Qué es el norte, qué es el sur, el este, el oeste? El explorador es el centro: la brújula eres tú. (20) (3*)

Fig. 6. (sobre los puntos cardinales)

- 67 -


Brújulas: mapeando el “mapa” - Mapear todo un territorio a través de fotografías hechas en redondo desde puntos con distancias regulares entre uno y otro, de manera que la situación espacial de los elementos que aparecen en unas fotografías refieran a la situación espacial de esos mismos elementos en otras fotografías hechas desde otros puntos. El trabajo puede tornarse infinito porque las posibilidades de elección de los puntos también es infinita. Levantamiento N.o 26 (sobre los lugares y sus representaciones icónicas)

Este levantamiento trata sobre la pretensión de veracidad de las imágenes icónicas, sobre el momento en que vemos los lugares en imágenes y el momento en que nos encontramos en los lugares. Se busca la confrontación de lugares representados, ya sea en fotografías o imágenes de video, y los lugares mismos. (17) (18*) Las imágenes hacen que los lugares se detengan en el tiempo, pero los lugares siguen su ritmo de transformación. La fotografía es posiblemente el ejemplo más elocuente. El resultado: dos fotografías. La primera de una postal que muestra la imagen de una playita de Cojímar en los años cincuenta (lugar recorrido por Hemingway); la segunda del mismo lugar en el estado en que ahora se encuentra.

- 68 -


Levantamiento N.o 27 (sobre qué recordamos de los lugares y las representaciones de los mapas)

¿Cuánto queda de los lugares en nuestra memoria? Ya sea de manera voluntaria o involuntaria, la memoria es un proceso selectivo. Así seleccionamos aquellos elementos que más nos llamaron la atención de determinado sitio visitado. Este levantamiento opera por peculiaridad, pues ese lugar comienza a ser desde ese momento aquellos elementos. Cuando intentamos realizar un croquis del lugar aparecen esos elementos como referencias en la orientación dentro de ese territorio. «Al lado de la casa verde, junto al árbol de hojas anchas», son indicaciones que damos para dar direcciones. En nuestra mente se juntan la experiencia de haber caminado por allí y la planta del sitio, información almacenada de otros planos, mapas de lugares. La memoria gráfica de los lugares es un fenómeno derivado de un aprendizaje proveniente de los mapas. Es una convención recordar (representar) los lugares de esa manera. Ese aprendizaje incorporado se utiliza en la elaboración del croquis, cuya diferencia fundamental con el mapa ordinario es la de incluir esos elementos que más nos interesaron durante nuestro recorrido (o que más importan para cualquiera que camine por allí). Es cierto que en muchas ocasiones una parte importante de tales elementos no son representados del todo, sino más bien dichos. Su utilidad adquiere, sin embargo, tanto o más significación que la dirección misma del lugar hacia el cual se dirija un probable explorador. En cualquier caso, los croquis realizados para indicar a otra persona cómo llegar a determinado lugar son quizá la mejor materialización de una experiencia subjetiva. (21) (24*)

- 69 -


Normalmente los croquis son utilizados, porque son hechos para que yo los utilice. Aunque tambi茅n he comenzado a recolectar los croquis hechos para otras personas y he encontrado alguno que otro tirado en la calle. Uno siente cierta propensi贸n a realizar el recorrido, a descubrir el lugar que se ha representado. El resultado: superposici贸n de croquis y mapas de los lugares referidos.

Fig. 7. Croquis encontrado en la calle.

- 70 -


Levantamiento N.o 28 (sobre los puntos geodésicos)

Los puntos geodésicos son los puntos que forman una red de triangulación, que es el método comúnmente utilizado en la elaboración de mapas. Cada punto de la red es materializado en el terreno en clavos de metal u otro tipo de señal fijada al suelo con coordenadas precisas, en relación con los demás puntos de la red. La propiedad fundamental de los puntos geodésicos materializados en el terreno es su perdurabilidad: se prohíbe el daño o destrucción de esta chapa. La cartografía subjetiva crea “puntos subjetivos”, conformadores de “mapas subjetivos”. Los “puntos subjetivos” indican hitos notables, de condición mucho más efímera. De lo que se trata aquí es de insertar “nuevos” puntos (subjetivos) en el terreno, o connotar (conferir otros valores) a puntos geodésicos ya existentes. (16*)

Fig. 8. Punto de la cartografía subjetiva.

- 71 -


Desde este punto puede verse el mundo - En la primera variante los puntos son de metal, como los puntos geodésicos habituales. En la segunda se interviene con “puntos de papel” sobre puntos geodésicos (Carlos III y Aramburu, diciembre, 2003)- un punto desde el cual puede verse el mundo, un punto que puede contener el mundo -un Aleph-: un imposible.)

- 72 -


epílogo: a propósito de la agencia

Cada levantamiento es susceptible de convertirse en un destino El Aleph. El Manual es un destino en ciernes, porque el lanzamiento de un destino como tal precisa de la elaboración de una estructura para la recepción que tiene sus códigos propios. El Manual descubre para el otro las particularidades del método; los destinos de El Aleph no se dejan ver como productos de un proceso creativo determinado. La cartografía subjetiva viene antes, aporta la metodología para la exploración de la exterioridad. La Agencia está pensada para ser el medio para compartir con el otro ideas que desembocan en experiencias muy individuales; lo cual puede ser la respuesta a la pregunta: “¿cómo se comunica una experiencia?” La Agencia recupera la experiencia perdida por el medio de representación utilizado como instrumento cartográfico. La cartografía subjetiva como actividad en la que el recorrido se privilegia es también una forma de viaje. Las experiencias de exterioridad generadas por el recorrido individual (que no siempre se efectúa tácitamente en el plano físico, pues puede ser, por ejemplo, en el sentido de la mirada) son recuperadas por la Agencia en la forma de una experiencia que se hace colectiva, para la vivencia del otro; en lo que podría llamarse un mecanismo desalienador. Por eso los destinos del Aleph son de carácter simbólico; es decir, son un producto simbólico. Cada destino tiene un sentido en sí mismo, lo que significa que son reflexiones de exterioridad o sobre la exterioridad:

- 73 -


-Ya sea sobre elementos convencionales provenientes de la geografía o cualquier otro sistema de representación o apropiación de la exterioridad. -Ya sea sobre la idea de tener experiencias en los espacios de afuera (experiencias de exterioridad) en oposición a la relación que se establece con los lugares a partir de un mapa o una representación (relaciones de imposibilidad) -Ya sea sobre la imposibilidad de llevar a cabo por mí misma los recorridos propuestos; entonces la agencia se convierte en la proyección de mis propios deseos. En este sentido los itinerarios tienen mucho de simulación. (-Ya sea sobre el tipo de relaciones con la exterioridad que brinda la institución del turismo como industria –su carácter predeterminado, sus lugares-clichés, sus seudodescubrimientos. El Aleph como agencia de viajes debe seguir un camino distinto. -Ya sea sobre la pretensión de vivir los espacios de manera diferente a la habitual: a través de situaciones creadas, a través de acciones desarrolladas por los miembros del Dpto. u otros artistas interesados.) Las prestaciones de la Agencia están orientadas a una relación simbólica con la exterioridad, hacia la exploración de un territorio que se convierte en novedad dado el acercamiento que se tiene hacia él, desde una geografía subjetiva o simbólica; es decir, desde el descubrimiento de la realidad de los entornos en un sentido inverso al que podemos experimentar frente a un mapa, esto es el problema de la mediación (nos damos cuenta que un mapa no es fuente de ninguna experiencia de exterioridad). El objetivo de la Agencia es proponer una relación simbólico-subjetiva con la - 74 -


exterioridad que discursa sobre el propio proceso de relación con la exterioridad. El Aleph, nombre de la Agencia, está tomado de un cuento de J. L. Borges, y se trata de un punto donde están contenidos todos los lugares del orbe vistos desde todos los ángulos. Se trata de una agencia de viajes que tiene la “pretensión metafórica” de ser el medio para el descubrimiento de todos los lugares... El Aleph es ciertamente un imposible, como imposible es el conocimiento absoluto, focalizado en este caso en el conocimiento o exploración del mundo. El Aleph es sólo posible en función de la propia subjetividad. El destino debe ser experimentado para lograr una efectividad ideal (para esto también es necesario un usuario ideal). Los destinos de El Aleph son pura compleción; o sea, la acción del usuario es el complemento. En ausencia de un usuario ideal, cuando los recorridos no llegan a realizarse, los destinos de El Aleph se convierten en “inexistentes”. Sin embargo, es en el sentido de la idea y en la conformación o imagen mental del mismo que este es concretado. Desde este punto de vista también opera el proceso de compleción (pero a nivel mental). Por ejemplo, la realización del paralelo 23°00’ con los usuarios de la Agencia alrededor de todo el globo pudiera no llegar a efectuarse, pero podemos imaginarlo. De alguna manera un día específico, a determinada hora, habrá muchas personas “conectadas” a través del paralelo. La Agencia debe funcionar entonces por estimulación, a través de una infraestructura de divulgación similar a las de las agencias turísticas corrientes, pero con una manera de operar distinta, por cuanto puede hacer uso de circuitos marginales o del camuflaje dentro de los propios circuitos de divulgación ya existentes. La idea de El Aleph tiene además mucho que ver con la dimensión de los sueños, del deseo. “Todo lugar soñado es un destino El Aleph”. La Agencia opera con la idea de satisfacer sueños, - 75 -


y a la vez con ese nivel importante de imposibilidad que también tienen los sueños. La paradoja existe de principio a fin. Los levantamientos de la cartografía subjetiva siguen cada vez más una ruta que se dirige hacia la creación de un Aleph...

- 76 -


bibliografía Abbagnano Nicola, Diccionario de Filosofía, Edición Revolucionaria, La Habana, 1972. Borges Jorge Luis, Páginas escogidas, Ed. Casa de las Américas, La Habana, 1988. Bueno Gustavo, ¿Qué es la ciencia? [en línea] Disponible en: http:// www.filosofia.org/aut/gbm/1995qc.htm (consultado 03/2003) Cortázar Julio, Rayuela, Ed. Casa de las Américas, La Habana, 1969. Debray Règis, Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en occidente, Ed. PAIDOS IBERICA S.A., Barcelona, 1994. Debord Guy, Teoría de la deriva [en línea]. Disponible en: http:// www.sindominio.net/ash/is0209.htm Eckert-Greifendorf Max, Cartografía, Ed. UTEHA, México, 1961. Gombrich Ernst, Arte e ilusión. Estudios sobre la psicología de la representación pictórica, Ed. Debate S.A., Madrid, 1998. Hemingway Ernest, Las nieves del Kilimanjaro, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1975. Jenks Chris, La centralidad del ojo en la cultura occidental [en línea]. Disponible en: http://www.fcpolit.unr.edu.ar/wp-content/ uploads/La-centralidad-del-ojo-en-la-cultura-occidental.pdf (consultado 03/2003) Maturana Humberto, La objetividad. Un argumento para obligar, Dolmen Ediciones, Colombia, 1997. de Saint-Exupéry Antoine, El principito, Ed. Gente Nueva, La Habana, 1986. Schnitman Dora Fried (comp.), Nuevos Paradigmas. Cultura y subjetividad, Ed. PAIDOS, Buenos Aires, 1995. Watzlawick Paul, Krieg Peter (comps.), El ojo del observador, Ed. Gedisa, Barcelona, 1995.

- 77 -



índice

Prefacio I A modo de introducción II Sobre la cartografía subjetiva y el método científico III La fotografía como instrumento y medio IV La noción de imposibilidad V La deriva situacionista VI El proceso de relación con el medio Levantamiento n.o 1 Levantamiento n.o 2 Levantamiento n.o 3 Levantamiento n.o 4 Levantamiento n.o 5 Levantamiento n.o 6 Levantamiento n.o 7 Levantamiento n.o 8 Levantamiento n.o 9 Levantamiento n.o 10 Levantamiento n.o 11 Levantamiento n.o 12 Levantamiento n.o 13 Levantamiento n.o 14 Levantamiento n.o 15 Levantamiento n.o 16 Levantamiento n.o 17 Levantamiento n.o 18 Levantamiento n.o 19a Levantamiento n.o 19b Levantamiento n.o 19c Levantamiento n.o 19d Levantamiento n.o 19e Levantamiento n.o 20 Levantamiento n.o 21 Levantamiento n.o 22 Levantamiento n.o 23 Levantamiento n.o 24

- 79 -

7 9 11 18 23 25 28 33 33 35 36 39 41 42 43 44 45 46 48 49 50 51 52 52 54 56 57 58 60 60 61 62 63 63 65


Levantamiento n.o 25 Levantamiento n.o 26 Levantamiento n.o 27 Levantamiento n.o 28 EpĂ­logo: A propĂłsito de la Agencia BibliografĂ­a

67 68 69 71 73 77

- 80 -



Esta edici贸n del Manual consta de 75 ejemplares. Se termin贸 de imprimir en junio de 2004.




Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.