¿Alguna vez has sentido que ya no tienes ganas de hacer las cosas que más te gustaban?
Como si alguien se acabara toda tu energía.
¿O sentido un dolor en la panza cuando algo te molesta o te pone triste? Como si hubieras comido una esfera pesada que va creciendo.
¿O cosquillas que van de la nariz a los ojos haciendo que veas borroso?
Yo he comenzado a sentir todas esas cosas y creo que son síntomas de que estoy enferma.
¿Qué otra cosa podría ser?
Mi primer síntoma comenzó en la escuela: Llegué a mi salón de clases y vi que mi mejor amiga Lana se había cambiado de asiento lejos de donde siempre nos sentamos juntas.
Eso me confundió, ¿por qué cambió su lugar?
Cuando volví a casa sentí como si esa esfera hubiera crecido.
Le había preguntado a Lana si quería venir a mi c asa para hacer tarea juntas y jugar como siempre lo hacíamos.
-No puedo, iré a clases de baile hoyhabía respondido Lana.
No sabía que Lana estaba en clases de baile, ¿tal vez yo también podría ir y bailar juntas?
Aunque ella no me invitó.
El segundo síntoma de mi enfermedad apareció unos días después:
Lana ya no se sentaba conmigo y siempre estaba platicando y jugando con otras personas.
¿Tal vez ya no quería hablarme y ser mi amiga? ¿Había hecho algo malo?
Me sentí triste. No tenía ganas de hacer mi tarea, ni de ir al parque, ni de jugar, ¡ni de comer! Sentía que me había quedado sin energía.
¿Estaba más enferma?
¿Qué podía hacer para que Lana y yo fuéramos amigas otra vez? ¿Por qué me sentía tan triste y sola?
Mi tercer síntoma apareció en el parque mientras caminaba con mis papás:
¡Ahí estaba Lana!
Riendo mientras jugaba con otras niñas. ¿Por qué no podía jugar con ellas? Extrañaba jugar con ella.
Sentí algo en mi nariz, como si alguien me hiciera cosquillas con una pluma.
Después las cosquillas se fueron a mis ojos haciéndolos llorar.
La esfera que sentía en mi panza era más pesada y ya no quería estar en el parque.
¿Por qué Lana y yo no podíamos ser amigas como antes?
¿Estaba muy enferma? ¿Los síntomas se iban a quedar para siempre? Pensar eso me asustó mucho, entonces se me ocurrió algo: platicar a mis papás que estoy enferma.
-Estoy enferma - les dije
- Tengo 3 síntomas: cosquillas en mi nariz que me hacen llorar, cuando veo algo que no me gusta siento una esfera pesada en la panza y no me dan ganas de jugar.
- ¿Desde cuándo te sientes así, Ara? –dice papá.
- Desde que Lana dejó de ser mi amiga – le digo – Ella ya no quiere ser mi amiga. ¿Hay alguna medicina para sentirme mejor?
Después de escucharme, mis papás me dijeron algo que me sorprendió mucho: ¡No estaba enferma!
Los síntomas eran mis emociones, y que era normal sentirlas.
Habían aparecido de esa manera porque estaba pasando por un cambio importante en mi vida: que Lana y yo ya no éramos amigas y no tenía por qué tener miedo.
Después de platicar con mis papás sentí que mi esfera en la panza ya no era tan pesada como antes...
parecía que alguien había recargado mi energía un poco,
y que las cosquillas en la nariz que me hacían llorar ya no me ponían tan triste.
Cuando estaba a punto de dormirme recordé todas las cosas que Lana y yo hicimos juntas: cuando reíamos y compartíamos lugar en la escuela, nuestras pijamadas y aventuras en el parque. Fue muy divertido.
No sabía por qué ya no era amiga de Lana...
pero todavía la extrañaba y la quería.
Entonces lo sentí otra vez: cosquillas en la nariz que subieron a mis ojos, pero esta vez una pequeña sonrisa apareció en mi cara porque ya no tenía tanto miedo. No estaba enferma como había pensado.
Ahora sólo éramos mis emociones y yo conociéndonos.
