Episodio 6: Conversación entre Yocasta, Creonte y Edipo

DIARIO POLÍTICO

EJEMPLAR 31

DESPIERTA TEBAS

Puntos de interés especial:  Gran padecimiento en la ciudad Tebana por sequia, hambruna y muerte.  El rey Edipo decreta sentencia de destierro para el culpable de la muerte de quien fuera el antiguo rey.  La primera dama, Yocasta, interviene en trifulca ocurrida en Palacio, posesionándose de su rol en el reino.

10 DE SEPTIEMBRE—IV

Trifulca en el Palacio Tebano Siendo las 10:00 a.m., se ha desatado en el Palacio Tebano una trifulca entre el rey Edipo y su cuñado Creonte.

Tras una extensa reunión, motivada por el estado de sequia, hambruna y muerte que padecen todas las criaturas de la fauna y flora del reino Tebano, el rey Edipo y su cuñado Creonte entran en divergencia que parece no dar fin al debate por la solución del conflicto. El gabinete del reino: en representación de la consejería

con coro y Corifeo, quisieron servir de intermediarios pero no lograron apaciguar los ánimos. Los máximos representantes del reino no logran llegar a acuerdos que permitan vislumbrar una posible solución al conflicto.

Contenido:

Muerte descomunal 2

Acusación a un rey Tebas 10:50 a.m.

Fuentes fidedignas de este periódico dieron a conocer que los mandatarios, Edipo, en cabeza de este reino, decretado por ser considerado salvador de una antigua peste, producto de la venganza del dios Apolo en la persona de la dulce cantora o esfinge y,

Creonte, siendo mano derecha del primero y sucediendo en linaje después de los hijos del rey Edipo; aún no logran llegar a acuerdos para dar curso a la investigación de la muerte del antiguo rey Layo.

La situación se complicó en el palacio cuando Creonte solicita la

intervención del vidente Tiresias y éste sin ningún tapujo lanza la acusación al rey Edipo de tener parte en el crimen sucedido al antiguo mandatario, el rey Layo. La reina Yocasta, por su parte, interviene en la trifulca para aclarar aspectos de la querella y mediar en el conflicto.

Infertilidad en animales y mujeres

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Oráculo de Delfos

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Recordando el crimen del rey Layo

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Trifulca en el Palacio Tebano

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Acusación a un rey 5

Testigos de un cri- 6 men. Se inicia indagatoria.

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DESPIERTA TEBAS Trifulca en el Palacio Tebano La tan esperada visita del vidente Layo resultó desatando una seria disputa en Palacio. Se recuerda a la ciudadanía que el vidente fue citado para ayudar en el proceso de investigación del crimen por asesinato del antiguo rey Layo. El vidente se convirtió en pieza fundamental tras la lectura que hizo Creonte del consejo impartido por el Oráculo de Delfos, en la cual se señaló que era necesario develar los criminales de la muerte de Layo, esto con el fin de procurar el cese de la furia del dios

El vidente Tiresias vincula al rey Edipo con la muerte de Layo, antiguo rey de la ciudad Cadmea, actual Tebas.

Apolo, la cual ha condenado a la miseria, enfermedad y pobreza a la ciudad Tebana.

do en contraposición una fuerte acusación de traición por parte de Creonte al reino.

La discusión se generó a partir de la intervención que el vidente Tiresias tuvo frente a los miembros del consejo y el rey, en ésta las apreciaciones puestas en consideración se señaló algún tipo de participación por parte del rey Edipo en el crimen que trajo como consecuencia la muerte del rey Layo. Esta acusación despierta la furia del mandatario generan-

Una reina mediadora En medio del acalorado debate aparece la reina Yocasta y se encarga de mediar en la situación, procurando la calma de la sesión.

¿No os da vergüenza ventilar cuestiones particulares estando como está sufriendo la ciudad?

Dentro de los diálogos proferidos en Palacio se escuchó:

¿No irás tú a palacio y tú, Creonte, a tu casa sin transformar un disgusto que no es nada en algo importante?

YOCASTA.- ¿Por qué, oh desdichados, originasteis esta irreflexiva discusión?

CREONTE.- Hermana, Edi-

Continuación de los diálogos EDIPO.- Asiento.

Pues le he sorprendido, mujer, tramando contra mi persona con mañas ruines.

CREONTE.- ¡Que no sea feliz, sino que perezca maldito, si he realizado contra ti algo de lo que me imputas!

YOCASTA.- ¡Por los dioses!, Edipo, da crédito a esto, sobre todo si sientes respeto ante un juramento en nombre de los dioses y, después, también por respeto a mí y a los que están ante ti.

po, tu esposo, pretende llevar a cabo decisiones terribles respecto a mí, habiendo elegido entre dos calamidades: o desterrarme de la patria o, tras hacerme prisionero, matarme.

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De manera posterior intervinó el consejo para apoyar la determinación de la reina, por lo cual todos los asistentes pudieron escuchar: CORO.- Obedece de grado y por prudencia, señor, te lo suplico.

EDIPO.- ¿En qué quieres que ceda?

CORO.- En respetar al que nunca antes fue necio y ahora es fuerte en virtud del juramento.

EDIPO.- Explícame qué dices.

CORO.- Que, por un rumor poco probado, nunca lances una acusación de deshonor a un pariente obligado por su propio juramento.

EDIPO.- Entérate bien ahora: cuando esto pretendes, me estás buscando la ruina o mi destierro de este país.

EDIPO.- ¿Sabes lo que pides?

CORIFEO.- Lo sé.

Trifulca en el Palacio Tebano CORO.- No, ¡por el dios primero entre todos los dioses el Sol! ¡Qué muera sin dios, sin amigos, de la peor manera, si tengo semejante pensamiento! Pero esta tierra que se consume aflige mi ánimo, desventurado, si los males que os atañen a vosotros dos se unen a los que ya había.

CREONTE.- Me voy sin que me hayas entendido, pero para éstos soy el mismo. (Se aleja.)

ANTÍSTROFA 1ª

CORO.- Mujer, ¿qué estás esperando para llevarlo a palacio?

YOCASTA.- Conocer qué es lo EDIPO.- ¡Que se vaya éste, aun cuando que ocurre. deba yo morir irremediablemente o ser CORO.- Una oscura sospecha expulsado por la fuerza, deshonrado, de surgió de unas palabras, pero esta tierra! Ante tus palabras dignas de también me desgarra lo que lástima me apiado, que no ante las de puede ser injusto. éste. Él, en donde se encuentre, será objeto de mi aborrecimiento.

YOCASTA.- ¿Del uno y del CREONTE.- Es evidente que lleno de odio cedes, y estarás molesto cuando termines de estar airado. Las naturalezas como la tuya son, con motivo, las que más se duelen de soportarse a sí mismas.

EDIPO.- ¿No me dejarás tranquilo y te irás fuera?

otro? CORIFEO.- Sí.

YOCASTA.- ¿Y cuál fue el motivo?

CORO.- Basta, me parece que es suficiente, estando atormentado el país. Que se quede el asunto allí donde cesó.

EDIPO.- Date cuenta dónde has llegado, aun siendo hombre honesto en tu intención, haciendo caso omiso y embotando mi corazón.

ANTÍSTROFA 2ª.

CORO.- ¡Oh señor, no te lo he dicho sólo una vez: sabe que habría de mostrarme insensato, falto de razonable juicio, si te abandonara. Tú, que dirigiste con justicia el rumbo de mi querido país, cuando estaba sacudido entre desgracias, llegarás a ser también ahora un buen guía, si puedes.

YOCASTA.- ¡En nombre de los dioses! Dime también a mí, señor, por qué asunto has concebido semejante enojo.

“La reina llama a la calma, el proceder con sabiduría y la cordura”

Nombre del trabajo Dirección del trabajo principal Línea 2 de dirección Línea 3 de dirección

Despierta TEBAS

Línea 4 de dirección

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Culminación de la sesión

Finalmente, culminó el asunto de la siguiente manera: EDIPO.- Hablaré. Pues a ti, mujer, te venero más que a éstos. Es a causa de Creonte y de la clase de conspiración que ha tramado contra mí.

YOCASTA.- Habla, si es que lo vas a hacer para denunciar claramente el motivo de la querella.

EDIPO.- Dice que yo soy el asesino de Layo.

YOCASTA.- ¿Lo conoce por sí mismo o por haberlo oído decir a otro?

EDIPO.- Ha hecho venir a un desvergonzado adivino, ya que su boca, por lo que a él en persona concierne, está completamente libre.