ESQUEMA DE UN ENSAYO ACADÉMICO FORMA A Párrafo I 4 oraciones (+1 opcional)
Idea Principal
Párrafo II De 3 a 5 oraciones
Desarrollo idea A
Idea A Idea B Idea C Idea Conclusión (opcional)
Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea A Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea A Párrafo III De 3 a 5 oraciones
Desarrollo idea B
Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea B Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea B Párrafo IV De 3 a 5 oraciones
Desarrollo idea C Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea C Idea justificativa, argumentativa o de ejemplo de la idea C
Párrafo V De 3 a 5 oraciones
Resumen de A, B y C
Idea final
Idea propositiva, pregunta abierta.
Los alimentos ricos en fibra ayudan a mejorar la salud. La digestión se acelera. Los niveles de azúcar se estabilizan. Ayudan a bajar de peso. Por lo tanto, nuestras comidas diarias deberían contener siempre este tipo de alimentos. Se ha comprobado científicamente que el sistema digestivo se estimula y se acelera si se consume especialmente la fibra de tipo insoluble . Algunos alimentos ricos en este tipo de fibra son las papas, la coliflor y el salvado de trigo. Los gastroenterólogos afirman que la fibra acelera nuestra digestión porque también ayuda al intestino grueso a trabajar mejor los desechos. Por otra parte, estudios de la Universidad de Texas han demostrado que la ingesta de fibra ayuda a mejorar los niveles de azúcar en la sangre. Un consumo de 24 a 50 gramos de alimentos ricos en fibra es suficiente para lograr este efecto en nuestro organismo. Para este fin, se recomienda consumir unas trece porciones diarias de frutas, verduras, frijoles, arroz, pastas y cereales. La fibra es una gran ayuda para mantener un peso saludable. Contribuye a este hecho el que nuestro organismo no sea capaz de procesar la fibra y esta pase por nuestro sistema digestivo arrastrando, además, desechos acumulados. En este sentido, la fibra va llevando consigo también acumulaciones grasas que encuentra su paso. Son, por tanto, muchas y contundentes las razones por las que el consumo de alimentos que contenga fibra beneficia enormemente a los seres humanos: a su digestión, a su peso, a su salud en general. No da para debate, por tanto, el que niños, jóvenes y ancianos deberían consumirla adecuadamente, todos los días y a lo largo de su vida. Por tanto, la gran inquietud que se plantea es: ¿qué puede hacer el estado para promover el consumo de estos alimentos en su población?