Temas del barroco

EL BARROCO MEMENTO MORI QUOTIDIE MORIMUR

MEMENTO MORI

TEMPUS FUGIT

TEMPUS FUGIT

S. XVII MEMENTO MORI TEMPUS FUGIT QUOTIDIE MORIMUR

EL SIGLO XVII: TIEMPO DE CRISIS Crisis económica y social. [1].- El oro de América se va agotando. El poder militar de España se debilita y los tercios de Flandes generan hordas de lisiados y menesterosos– muchos de ellos niños- que deambulan por las calles. El hambre marca la vida diaria. De esta realidad es reflejo la novela picaresca.[2 Crisis política.- Reinan los últimos Austria, ineptos, dedicados a la caza, entregados al lujo y manejados por sus validos. España inicia su declive. En contraste con la suntuosa vida nobiliaria, el pueblo no ve satisfechas sus necesidades básicas.

Espiritual.-Desde mediados del siglo anterior España encabeza la Contrarreforma (reacción contra la reforma protestante de Lutero): ello supone que se cierren las fronteras, el refuerzo de la Inquisición, la muerte a los herejes... Hay una vuelta a la espiritualidad y una defensa a ultranza del catolicismo.

[1] La reflexión continua que el Barroco realiza sobre la fugacidad de la existencia responde a la realidad social del momento. El hombre de este siglo se encuentra en contacto directo con la pobreza y el fin de la materia. El XVII fue un período de malas cosechas que derivó en un consecuente aumento del hambre y de la propagación de epidemias. Varias fueron las que asolaron la Península en estos años. Una de las más devastadoras, procedente de Argel, mermó considerablemente la población a mediados de siglo. Junto a la peste, la guerra supone otro factor que coloca al hombre barroco próximo a la muerte.

Aunque la primera novela picaresca, El Lazarillo, se publica en el siglo anterior, será en el XVII cuando el género alcance su auge.

[2]

PESIMISMO Y DESENGAÑO “Nacer es empezar a morir”, la vida no es más que un TEATRO, un SUEÑO, un engaño, una cortina de humo que difumina la muerte. Una hermosa ilusión que nos conduce inexorablemente al desengaño. Tras el más bello rostro se esconde siempre una calavera.

“VANITAS VANITATIS”, LA CADUCIDAD DE LA BELLEZA Y EL ENGAÑO A LOS OJOS: TRAS LA MÁSCARA DE LA HERMOSURA SE ESCONDE LA AMARGA VERDAD: LA CALAVERA.

Este es espejo que no te engaña, reza la inscripción.

“Tempus fugit” El tópìco por excelencia del Barroco está tomado de un verso de Virgilio (Georgicae, III, 284 ): «Sed fugit interea fugit irreparabile tempus» (Pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo)[1]

¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!

Qué mudos pasos traes, oh muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas!

Francisco de Quevedo

“Memento mori”

1

La vela simboliza la vida: un breve fulgor destinado a consumirse o a ser apagado intempestivamente…La omnipresente calavera nos recuerda la muerte.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado; hoy pasa, y es, y fue, con movimiento que a la muerte me lleva despeñado. F. de Quevedo

1«Recuerda que morirás». Al parecer, tiene su origen en una peculiar costumbre de la antigua Roma.

Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de la ciudad, un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana.

Quotidie morimur.- Cada día morimos un poco. La cuna y la sepultura, es una obra de Quevedo.

EL ENGAÑO A LOS OJOS

Todo lo que el Mundo encierra Es limitado y pequeño, Todo es nada, todo es sueño, Todo viento, todo tierra.

“Vanitas vanitatum et omnia vanitas” (vanidad de vanidades, todo es vanidad) Su caducidad conduce al desprecio de los bienes mundanos (belleza, poder, riqueza, inteligencia...), pasto de la destrucción y la muerte.

La belleza…

...”En tierra, en humo,en polvo, en sombra, en nada...” Luis de Góngora

Omnem homine vetustatem, mors abolet

La vida como sueño

El sueño del caballero, de Pereda

Sobre la mesa, los atributos de la riqueza (dinero, joyas), del poder (armadura, cetro, mitra, armas…), de la sabiduría (laureles, libros y legajos) o de la belleza (flores), aparecen bajo la calavera, que nos recuerda su fugacidad, su vanidad e inconsistencia.

El reloj marca el inexorable paso del tiempo.

El caballero dormido recrea el sueño como preludio de la muerte y el ángel refrenda esta idea con la inscripción que muestra en su filacteria: “Aeterne pungit, cito volat et occidit “ (Eternamente hiere, vuela veloz y mata).

La vida es concebida como un breve sueño del que nos despierta definitivamente la muerte: cada día vivimos esa pequeña muerte en la que nos sume el descanso. Locura sería confundir nuestros sueños con realidades.

Calderón nos ofrece una recreación del tópico en una de sus obras de teatro más famosas: La vida es sueño.

Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte, ¡desdicha fuerte! ¿Que hay quien intente reinar, viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

El mundo como teatro “THEATRUM MUNDI”

Una vez más, el contraste entre apariencia y realidad se refleja en este tópico que concibe el mundo como un gran teatro en el que cada cual representa el papel que le ha tocado en suerte.

La muerte cierra, inevitablemente, la función.

El tópico es nuevamente recreado por Calderón en uno de sus autos sacramentales:

El gran teatro del mundo.

Las obras literarias La cuna y la sepultura, para el conocimiento propio y desengaño de las cosas ajenas, Francisco de Quevedo

Vuelve los ojos, si piensas que eres algo, a lo que eras antes de nacer, y hallarás que no eras, que es la última miseria.

Mira que eres el que ha poco que no fuiste, y el que siendo eres poco, y el que de aquí a poco no serás: verás como tu vanidad se castiga y se da por vencida [...]

Empieza, pues, hombre, con este conocimiento [...]: que naciste para morir y que vives muriendo.

El gran teatro del mundo de P. Calder贸n de la Barca

MUNDO.- Y pues representaciones es aquesta vida toda, merezca alcanzar perd贸n de las unas y las otras.

“In ictu oculi”

In ictu oculi, de Valdés Leal

En un abrir y cerrar de ojos, así pasa la vida. La muerte, cargada con un ataúd y un sudario y portando también su guadaña, pisotea todo aquello a lo que otorgamos valor en esta fugaz vida terrenal. Su mano derecha apaga sin piedad la vela que representa el efímero fulgor de nuestra existencia.

FIN