Marginalees Edición N°4

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~3~ Rusvelt Julián Nivia Castellanos Blog http://literaturadelarte.blogspot.com.co/

Es un escritor colombiano que nació en el año 1986. Estudió las carreras de comunicación social y periodismo, egresado de la Universidad de Tolima. Participa de talleres literarios como el Taller de cuento Hugo Ruiz Rojas, Universidad del Tolima, y el de Relata, Escribarte, Ibagué.

Invasiones del dolor Es el dolor es la constante amargura; es el luto abierto es este desierto de agujas. Es atravesar los senderos de espinas sin pasión es la rastrera degeneración; es comerse los alacranes con furor es este arenal de las lloronas. Sólo nacen los demonios con sus desquicios. Aún se mueren los ángeles de alas mutiladas. Sólo nacen los niños con sus defectos. Es invadir la mente de cucarachas nocturnas; es el dolor la absorbente recusación. Es el horror es la rutina peligrosa; es la cabeza destrozada es esta fosa de calaveras. Es bajar las escaleras del infierno con ansiedad es la bruta desintegración; es beberse la sangre con herrumbre es este vacío sin exposición. Siempre están los malos con sus muertos. No cesan de ahogarse las madres preciosas. Siempre están los brujos con sus pecados. Es invadir el espíritu de manías enfermas; es el horror la inadecuada anomalía. Es el error es la instantánea demencia; es la caída horrenda es esta cárcel de ratas. Es subir las montañas rojas del fuego es esta tierra sin aguinaldos.


~4~ Tal vez las auroras aún no llueven. Nunca se van las diosas de la luz. Tal vez las lluvias aún no brillen. Es invadir los ojos con agua sucia; es el error la caída irreflexiva. Es el dolor es la densa fantasmagoría; es el día cerrado es este bosque de sequías. Es abrir las flores negras del jardín sin adoración es la pálida prostitución; es chuparse los gusanos sin ardor es este antro de las putas. Solo caen suicidas, desde las casas viejas. Aún se mueren los santos sin sus santas. Sólo caen ebrios, desde las camas húmedas. Es invadir el vicio con más angustia; es la aberración la invasión del dolor. Claridad Y llueven flores azules del cielo. Es la pureza espiritual. Despierta la naturaleza más embellecida, la primavera viene con serenidad. Reverbera esta tierra de bosques y mares maravillosos. Toda la inmensidad se sorprende rebosante, hay nubes de margaritas y de paz. Renace el universo del arco iris, se reza el viento con la música. Una gaviota de rocíos, vuela a lo libre, presagiando madrugadas de estrellas. Espíritus entre luces límpidas, propagan las auras acuosas, crece la armonía. Todos los seres vivos encantados ante tanta divinidad. La vida feliz, columbrada en sueños y esperanzas.


~5~ Daniel Canals Flores Facebook https://www.facebook.com/Literatura-50291297134829196/

Es un autor que escribe relatos y micro relatos inspirado por lecturas de Charles Bukowski, Kerouac o los grandes maestros rusos. Ha auto publicado varios libros dentro de los géneros de Terror y Ciencia Ficción. Sus títulos son: Divorcio Diferido, Divorcio Diferido II: El sueño de Berenice, Divorcio Diferido III: El aquelarre, Microrrelatos, Asesinato Comprimido, Ténebrum y Tú, robot.

El viejo buitre No puede permitirse demasiados errores más. Hace bastante tiempo que ha perdido aquella extraordinaria visión de antaño. La que le permitía localizar la carroña incluso antes que las águilas calvas. Esa misma semana, ha hundido el pico varias veces, sobre algunas piedras, confundiéndolas con presas muertas, provocándose bastantes melladuras. Su aspecto es lamentable. Ya no puede entrar con el pecho adelantado como hacen sus jóvenes congéneres, que perciben enseguida al anciano, dentro del grupo. Allí no existe el respeto, desde luego y casi siempre es relegado a la última posición, entre empujones. ¿Sabéis lo duro que es oler la carroña fresca, a un paso del pico y no poder llegar ni a catarla, mientras observas a los demás cómo se hartan? Le invade la sensación de no pertenecer a nada o a nadie, ni siquiera a sí mismo. Mendigando migajas logra sobrevivir un día más. Quizás, ¡qué digo!, seguramente mañana será el último, de su volátil vida. Atrás quedan esos días cuando enseñó a volar a sus polluelos, conquistó las mil y una hembras o logró batirse en duelo con los mejores de su especie, en aquel inhóspito territorio. Siempre indemne, orgulloso, triunfante… Sale el sol del amanecer. Los tenues rayos, acarician el tibio cadáver. Una pequeña y solitaria pluma de su cuello, impulsada por el viento, anuncia el deceso.


~6~ Richard Sosa Nació en Caracas-Venezuela en febrero de 1984. Es profesor egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Caracas. Actualmente trabaja como investigador en el área de la literatura, análisis del discurso, y la lectura y la escritura. Ha sido publicado en revistas de investigación de su especialidad y en narrativa se le ha divulgado en la Revista Perro Negro (2020) y en Revista Literaria Pluma (2020).

Existencialismo simple A Eduardo Liendo Pequeño, voraz imago engendro demoníaco. Sostén de la avaricia imagen de lujuria; mezquindad irreprochable del placer culposo.

Naciste como pupa y en adulto, intentas forjar tu destino, bah, frívolo majadero; te verás en la podredumbre de algún basurero.

Disfrutarás la miel, lo dulce y lo que no lo es. Dándome la razón, cuando te levantes a trabajar cada día


~7~ en lo que odias y creíste te haría feliz. Todos los días amanecerás para irte volando y antes de que tu tiempo acabe o el tiempo te acabe.

Un día, despertarás queriéndote enamorar de una mosca danzarina y te darás cuenta que ellas no se enamoran, fornican. Entonces, pregúntate inmundo: ¿quién podría enamorarse de tan repugnante ser?


~8~ Jiyiri Nieme Ishikawa Instagram @hiyirii

Nació un 6 de marzo de 1998 en Santa Cruz, Bolivia. Desde la temprana edad de 4 años comenzó su interés por el dibujo, y ahora con 22 sigue siendo su más grande pasión. Cursa actualmente su último semestre en la carrera de diseño gráfico en la UPSA, siendo otorgado múltiples veces el puesto a la excelencia y mostrando interés sobre todo por la rama de la ilustración. Formó parte también del curso de Narrativa gráfica creado por el Centro Simon I Patiño, donde se graduó en 2018. Colaboró como ilustradora con distintas marcas del país como en Bolivia Moda, Alma, y autores como Barbara Antelo. Actualmente trabaja como ilustradora y diseñadora independiente y recientemente comenzó su propia marca de ropa alternativa, Moshi Moshi.


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~ 11 ~ Alejandro Espinosa, oriundo de la Ciudad de México, es profesor de literatura y teatro, y ha publicado un par de títulos: Pagafantas (2014) y Del oficio de la holgazanería (2015).

Anagnórisis Esta cultura, escribió Max en su libreta de apuntes, concibe la muerte como anagnórisis. Y subrayó el término griego considerando que pudo haber registrado aquello en una nota de voz del móvil. Se levantó para consultar la bibliografía en el único ordenador de la sala de la biblioteca. Estiró las piernas y quiso bostezar, pero no pudo. Se miró las botas de obrero Zen que usaba a diario. El casquillo expuesto le pareció el cráneo metálico de un robot postapocalíptico de piel sombría y sucia. A esas horas su estómago era un coliseo en el que sus intestinos combatían ruidosos. Mis tripas espartanas, decía siempre que tenía hambre. Le hacía gracia, pero una gracia íntima, porque recordaba la escena de la película Tiempos modernos en la que al vagabundo Charlotte le gruñen las tripas ocasionando que un perrito se inquiete por el vergonzoso ruido. El cine sonoro nació en las vísceras de Chaplin, pensó. Dejó el fichero electrónico y se dirigió a los pasillos desatando la mirada. Caminó de ida y vuelta con el rigor que le permitían los ojos. Los apellidos alemanes y franceses preponderaban en aquellos estantes metálicos. Los títulos largos y específicos y entre tanto vistazo por aquí y por allá se fue a topar con un título que le pareció familiar. Era el nombre de la cultura que investigaba. Así de simple. Y sobre el título, el apellido de un autor alemán que no identificó. Qué raro, pensó y burlándose de sí mismo, todavía con el libro en la mano, se rasco la cabeza. Obviamente frunció el ceño y entorno los ojos. Debajo del título estaba la clasificación y miro para corroborar la ocurrencia que tuvo desde que tomó el ejemplar, que el libro estaba mal acomodado. Sopló la costra de polvo que tanto bien le hacía a aquel ejemplar de pastas verdes y lo abrió para revisar el índice, un capítulo titulado Anagnórisis lo atrapó de inmediato y moviendo las hojas con desesperación buscó la página señalada. Su corazón comenzó a latir rapidísimo por la intensidad del hallazgo que, suponía, se avecinaba. Inminente se detuvo en la página indicada y no, no encontró lo que esperaba, que aquella antiquísima cultura concebía la muerte como anagnórisis.


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Eduardo H. González México, D. F., 1975 Es docente de tiempo completo. Ha publicado poesía, cuento y ensayo literario en EE. UU., Chile, Argentina, España, El País Vasco y México.

Hacer el vuelo A Eduardo Cerecedo

1 Sobre la hora del día en que el viento es vacío, el pájaro regurgita infinidad de veces. Fecunda la pregunta, escupe su médula en deshechos de sí mismo. Del pico brotan metáforas desnudas de pudor. Cuando cree que lo ha logrado (liberarse de esas miserias) se tira al pie de un poema, picotea sin descanso, bajo el presagio de haber terminado, regurgita un poeta…


~ 13 ~ 2 Enflaquece al olfato de los signos. El pájaro que es, calvo de todos los vuelos, abrasado signo ahorcando la culpa de los años. Pájaro que cae, blanco para la piedra de la salvación…

3 Llega la evidencia, soberbios sus ojos olfatean el vuelo. Semejante a la penumbra hace el vuelco de la sanación, extiende su posibilidad de sentenciado: poeta al que nadie amordaza. Pájaro en caída a la fe, al sacrificio…


~ 14 ~ Emilio Prieto Palavecino Nació en Chile, el primero de mayo de 1976, escritor aficionado, músico, único integrante de un proyecto llamado Música desde la tierra, que mezcla sonidos ambiente( naturaleza) con música de estilo folk-instrumental, centrado en el folklore autóctono , cuenta con seis producciones, las cuales se bajan de forma gratuita en su página de Facebook. Bajista de la banda de metal Yakshal Sáman, Igualmente ha recibido menciones honrosas en varios concursos literarios y ganado uno en agosto de 2017 todo esto en Europa (España). También ha colaborado activamente con diferentes medios electrónicos en España, Argentina, Chile y otros países. Incluso ha participado en cine: Poesía sin fin (Alejandro Jodorowsky), Tarde para morir joven (Dominga Sotomayor), y Araks- basaterdos del apocalipsis (Cristian Talarico).

El apetito voraz de la nada

Esto era el caos total, desde el momento que la gente comenzó a desaparecer, el miedo se apodero de todos, muchos especulaban con que esto era el fin del mundo; el apocalipsis, personalmente no sé qué creer ya que nadie sabe lo que pasa. Todo esto comenzó de una manera muy lenta; casi imperceptible para muchos, los únicos que se dieron cuenta eran los familiares directos de las personas desaparecidas, las comisarias comenzaron a recibir demasiadas denuncias sobre desapariciones y esto levantó las sospechas de que algo ocurría, primero especularon con un asesino en serie, luego de algunos meses, se dieron cuenta de que esto pasaba a nivel mundial.


~ 15 ~ Toda esta locura tenia atemorizada a casi toda la población, provocando el casi nulo funcionamiento de la sociedad, la gente se escondía en sus casas, no mandaban a sus hijos a la escuela; tratando de evitar estas desapariciones extrañas, ya que nadie savia cómo y por qué ocurría. Un día viendo por la ventana de mi departamento el desastre que ocurría en las calles y a la gente que corría, algunos con cosas como si hubieran saqueado algún lugar cercano, llevaban cosas en sus manos, aferrándose a ellas como si aquellas posesiones los pudieran librar o salvar de lo que pasaba. En ese preciso instante vi por el rabillo del ojo a una persona, la cual corría a un callejón y pude ver como desaparecía; algo que nadie avía presenciado, ni las autoridades, ni la prensa, pues seguía siendo una incógnita y todo esto fuera de mi hogar. Lo que vi fue algo espantoso y escalofriante, aunque desde las alturas no pude apreciar en detalle lo ocurrido, lo que si pude ver, es que esta persona que no pude identificar como hombre o mujer, desapareció por partes, no fue instantáneo sino de a poco, alcance a divisar que sus ropas se desintegraban y la sangre que salía del cuerpo. Este hecho me dejo totalmente shock e intrigado, el callejón estaba en una de las esquinas de la calle principal, el cual no tenía salida, ¿abre sido yo el único que presencio todo esto? Después de un lago rato de digerir y pensar en aquella escena, decidí bajar para verificar si lo que vi fue real, al ingresar al callejón, note un hedor nauseabundo; totalmente asqueroso, al adentrarme más en aquella calle sin salida, comencé a experimentar un tipo de claustrofobia, pero eso no freno mi curiosidad que era más fuerte. Pronto llegue donde había sangre en el pavimento, junto a esas charcas se encontraban un celular y un bolso que dejaba ver llaves y otras cosas, todo esto corroboraba que si había sucedido aquella aberración, la cual en algún momento pensé que era una alucinación; de pronto el teléfono comenzó a sonar saltando del susto, lo mire un instante y fui a tomarlo para contestar, a medida que me acercaba el sonido se intensificaba, pero antes de cogerlo se silenció. ¿Qué era lo que sucedía? ¿Cómo podía estar pasado todo esto? No lograba entender o razonar, todo parecía una febril pesadilla, de la cual éramos todos participes. De pronto escucho unos gritos, al voltear veo a una mujer entrar corriendo por este callejón, pero a pocos metros de mí, se detuvo como si algo la sujetara, en ese momento escucho decir –ayúdame- cuando su cuerpo se quiebra en un instante, en un solo segundo sus huesos crujieron como quien


~ 16 ~ dice, le tira el pescuezo a una gallina, fue como si una fuerza invisible la jalara en todas direcciones, sus gritos silenciaron en ese instante, su cuerpo comenzó a elevarse y sus ropas mágicamente fueron rasgadas, saliendo pedazos de telas para todos lados como si fuera papel picado y comenzó a desaparecer, pero parecía que la nada misma se la tragara a mordiscos, pues fue desapareciendo por partes igual que la otra persona que había visto, primero desapareció parte de su tórax, quedando el cuerpo unido solo por un pedazo de carne y costillas, luego su cabeza junto con partes de su brazo, cayendo un antebrazo y su mano al suelo, para luego desaparecer sus caderas y piernas, la sangre a medida que desaparecían sus miembros, salía disparada para todas partes, juntándose con la sangre ya coagulada del anterior desaparecido. El terror es extremo y mis movimientos cesaron, quede totalmente paralizado por algunos minutos, al salir de este trance, reaccione y Salí corriendo despavorido sin mirar a ni una parte, espeto frente a mí, mientras corro a mi departamento, me pregunto ¿ qué gran misterio esta frente a este fenómeno? ¿Qué es? ¿De qué se trata? Al llegar a mi hogar agotado y en shock, busco desesperado una botella de vodka que tengo en algún mueble, la encuentro y tomo unos grandes sorbos, estos me devuelve a la realidad ¿ cómo enfrentarnos ante esto que no sabemos lo que es? Trato de tranquilizarme, caminando, fumando encerrado en mi departamento, paseando de lado a la do como león enjaulado, pero al pasar por la ventana que da al callejón, miro hacia afuera y veo a muchas personas desapareciendo, en una orgía de sangre, la cual corría por las cunetas como el agua en invierno, solo deteniéndose ante un obstáculo para rebasarlo y continuar con su marcha, al observar tremendo desastre, comienzo a distinguir algunas siluetas, las cuales comienzan a tomar formas, la nada comenzaba a aparecer y mostrar su verdadera forma. Al avanzar el tiempo, las siluetas se transforman en monstruos indescriptibles; algo arrancado de las peores pesadillas de Lovecraft ¿qué rayos son? En ese instante algo me sujeta muy fuerte de los brazos, presionándolos contra mi cuerpo, sin poder escapar de algo que no veo; me elevo por los aires en cámara lenta y veo como desaparece mi perna junto a un punzante dolor, mi sangre eyaculada por los aires y luego una oscuridad absoluta…


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Angeles Equihua Instagram @angelesequihua_art

Es una pintora que se descubrió como una apasionada de crear desde muy joven, comenzó de manera autodidacta explorando el dibujo con grafito y pasteles, la pintura con acrílicos. Explorando, experimentando con formas y colores, logrando una evolución que la llevó a querer conocer, saber más. Así fue que se formó como pintora con diversos cursos en La Academia de San Carlos y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda CENART INBA. Así como también en diversos talleres independientes con maestros tales como Alex Lazard, Julio Alba, Ramón Valdiosera, María Callón, y Edith Ruiz, en la Ciudad de México, donde se desarrolló en la técnica de la pintura al óleo, de la cual quedó enamorada. Sus obras comienzan con bocetos al pastel, rápidos y energizantes que plasma sobre el lienzo, luego se vuelcan al óleo para transmitir un sinfín de sensaciones, que emergen cuando se da la libertad para que la misma obra hable y encuentre su lenguaje. Su trabajo ha sido exhibido en la Ciudad de México, siendo bien acogido por el público y ganando menciones honoríficas. La obra pictórica de Angeles Equihua toca lo básico, lo elemental y lo mágico haciéndolo propio. Así define ella las diferentes vertientes que aborda. Siempre en la búsqueda de exigirle más de su obra, que exprese y provoque que el público genere sensaciones y al mismo tiempo abra posibilidades en su mente y cuestione lo que observa. Invitar a la introspección es uno de sus objetivos.


En la nada

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Wrong

Desnudo hombre


~ 19 ~ AlegrĂ­a de medusas

Azul

Celebrando a la luna


~ 20 ~ Roger Israel Ancona Ortega Pomuch, Campeche, 1989. Es narrador y poeta autodidacta. Estudió Literatura por la Universidad Autónoma de Campeche. Ha publicado poemas en el suplemento dominical Pleamar, del diario Crónica de Campeche. En 2015, recibió la beca INTERFAZ en la ciudad de Mérida. Ese mismo año, fue acreedor a una mención honorífica en el Primer Concurso Peninsular de Cuento y Poesía, del diario de Yucatán. En abril de 2020, en el marco de la XIV Edición del Festival Internacional de poesía Palabra en el Mundo, resultó seleccionado por la coordinación de Campeche. Actualmente es profesor de Literatura.

Hostilidad Será una larga noche. Estoy enloquecido. Acudo como de costumbre al estante donde guardo los libros que más quiero. Los poemas de Apollinare han desaparecido. Tres cuartas partes del prólogo dedicado a él, no están. De los Poemas a Lou sólo bocetos rotos quedan. Presiento que el homicida es ese roedor robusto que corroe todas las noches mi cuarto. ¡Ha firmado sentencia! Coloco trincheras por todos los rincones. Mosco, mi gato, permanece atento a cada movimiento que se desplaza en la oscuridad. Tiene estrictas órdenes de derrocar al enemigo.

Las pequeñas magias inútiles Cuando despedazaron los cristales del paralibros, el cuidador también desapareció con los ejemplares. Nadie supo si el hurto lo cometió él. En la radio se dijo que no había ido muy lejos. Ese día recibí la encomienda de recuperar un sólo libro: Las pequeñas magias inútiles, escrito por un joven celta. Su contenido era misterioso. Más tarde el tribunal me acusó de traición. Es todo lo que recuerdo. Pero a veces, en mi celda, llegan a mis sueños pasajes de un libro que habla sobre la negación de la astronomía y de espíritus que aparecen y desaparecen.


~ 21 ~ Líneas de migración En Poza Rica, Veracruz, vivió una señora cuyo nombre queda desbaratado en el tiempo perdido. Me contó de la inseguridad y de los pájaros, y también mencionó algo del café y las mujeres. —En Poza Rica todas las mujeres nacen hermosas —dijo. Luego, como aspirando la brisa que llegaba desde el barrio, explicó: —Siempre se oyen rumores después de la lluvia porque todos los días nos está lloviendo. Le pregunté sobre los diarios locales. —Los periódicos los dejé de ver cuando empezaron las matanzas —musitó— joven, usted no vaya a Poza Rica. Hace un año se vino para este lado del sur y trabaja en un puesto de comida. Le regalé unos centavos porque yo también nací pobre. —A mi hijo lo mataron cuando fue a ver a su novia —expuso— por eso nos venimos para acá. Los ojos de esta pobre mujer son como los de una frontera, como líneas de migración. Sus manos temblaban y se notaba que estaba triste, abandonada como un parque que se ha quedado sin árboles y palomas. Le dije que yo no quiero ir a Poza Rica pero que, cerca de ahí, conocí a una linda y esbelta muchacha que transpira poesía. —No sé qué es la poesía —respondió. Luego, nos despedimos obedientes a la entrañable fusión de un abrazo. Ahora vago aquí, entre los ardores del alcohol que acarician mi rostro y me quedo pensando en una definición: yo tampoco sé qué es la poesía.


~ 22 ~ Búho Correo electrónico eljolu@gmail.com

Montevideo, Uruguay En junio de 2015 se editó (en un volumen doble) Diario de un sinvergüenza y El ajedrez es mucho más que un juego, dos libros de su autoría, bajo el sello Abrelabios. Y, como parte de la colección de mini libros-tarjetas, se editaron: Fuera del tablero y Soñé que era árbol (2015). En noviembre de 2017, especialmente para el XXI Festival Internacional de Poesía de Cartagena (Cartagena de Indias, Colombia) el mini libro Crá que recoge poemas de su autoría con temario relacionado al fútbol. En 2018 obtuvo el 1er premio en el concurso Nos da poesía, en Río de Janeiro, Brasil, con el poema Vacío. En enero de 2019 obtuvo el 1er premio en el concurso de poesía A los 100 años de los cuentos de la selva, en Misiones, Argentina, con el poema 100 años de los cuentos de la selva. En Junio de 2019 fue uno de los invitados especiales al Primer festival poético-musical Livrera. En agosto de 2019 obtuvo el segundo premio en el 1er certamen internacional de poesía, soneto y micro- relato a Boca Juniors.

Solo soy un marginal Solo soy un marginal que tropieza en las orillas que juega en las pesadillas de este insomnio criminal, de esta noche fantasmal que envuelve todos los seres


~ 23 ~ entregado a los placeres de la carne y del alcohol duermo cuando sale el sol despierto a mis pareceres. Solo soy un marginal con la ropa hecha girones que retoza entre jergones como cualquier animal; para bien o para mal voy llegando a los cincuenta la gente es mala y comenta que soy un caso perdido un pobre viejo podrido que tira de su osamenta. Solo soy un marginal porque no miro la tele porque no dejo que cuele en mi mente lo normal y me llaman anormal porque leo a todas horas porque también a deshoras escucho música y canto porque siempre me les planto con mirada inquisidora. Solo soy un marginal y me he de morir así ¿por qué no? y porque sí, no necesito su aval, lo que piensen me da igual allá ellos los coherentes los rectos e inteligentes policía de los cuerdos serán solo un gris recuerdo, cobardes e indiferentes.


~ 24 ~ Gemma Molero (Portada, con la obra Sumergirse) Científica y artista, en este orden, nacida en Barcelona (España), reside actualmente en la Ciudad de México y comparte su tiempo entre la investigación científica y la introspección personal. Cuenta con una licenciatura en Biología (la ciencia de la vida) y maestría y doctorado en ecofisiología de plantas por la Universidad de Barcelona. Comenzó a estudiar pintura a finales del 2013 motivada por la necesidad de encontrar un equilibro emocional dentro de un universo regido por leyes, teoremas y teorías e inspirada por las narrativas de la vida cotidiana que considera profundamente personales y a la vez son entendidas universalmente. Desde entonces, ha cursado numerosos talleres en México e Italia donde destaca un taller ofrecido por The New York Academy of Art en Florencia donde fue seleccionada entre decenas de aplicaciones. Ha cursado talleres con maestros internacionales tales como Alyssa Monks, Cuong Nguyen y Patricia Guzmán, por mencionar algunos. Ha exhibido sus obras en una exposición individual y cinco exposiciones colectivas en México y su trabajo forma parte de colecciones privadas en México, España y Alemania. Ha sido galardonada con un cuarto lugar en la cuarta edición del 5.5 K Art Show y con una mención honorífica en la quinta edición del 5.5 K Art Show.


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En orden Por si no me encuentro Desaparecer Donde estarรกn las flores


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En orden Handsome rebelation Red beauty


~ 27 ~ Jaro Godoy Nació en Mar del Plata, partido de Gral. Pueyrredón, un 27 de julio de 1968. Actualmente columnista de los periódicos Salteños Salta Libre y Calchaquimix, escribe cuentos, y artículos culturales para diversas revistas literarias de España y Latinoamérica. Publicó cuatro libros de poesía, Semblanzas del viento, ediciones del sur, 1996, Memoria del silencio, Editorial del barco, 1998, Rituales de amor, ediciones San Martín, 2002, y La espada del silencio Editorial Dunken, 2004. Sus poemas han sido traducidos al portugués y al inglés en antologías recientes, diversas letras suyas han sido musicalizadas e interpretadas por grupos de raíz folklórica. Intervino como jurado en Ayacucho, Buenos Aires, La plata, Mar del Plata, Salta, Misiones, Córdoba, España, y Venecia. Participó de charlas y paneles poéticos en diversas provincias de nuestro país. Miembro de SADE y de poetas del mundo. Recibió el Primer Premio de Poesía Nacional enero 2005 por la Espada del Silencio otorgado por la SADE. (Sociedad Argentina de Escritores.) Actualmente se desempeña como crítico de libros y redactor de artículos vinculados a la poesía y corresponsal de revistas culturales. Es productor y conductor de la radio online de la fundación de poetas de Mar del plata ―la Blinda Fónica‖. Reside actualmente en la ciudad de Salta.

La cazadora quebrada Sucede muy pocas veces en la vida, que una rosa se desprenda de la noche y llegue a nosotros con todo el esplendor de su belleza. Sucede pocas veces en la vida que llegue a nosotros un ángel de violenta hermosura, y convierta su aliento, en una mujer que escribe poemas de sublimación tal, que hasta el infierno contenga la respiración. Tal el caso de Alejandra Pizarnik;


~ 28 ~ “Quiero existir más allá de mí misma: Con los aparecidos. Quiero existir como lo que soy: una idea fija. Quiero ladrar, no alabar el silencio del espacio al que nace.” Vive el día como si pisaras las piedras ardientes del infierno, y en cada uno sus poemas parece preguntar: ¿Cuál es el límite? Sin dudas el dios tan buscado que no dejaba encontrarse en su bosque, era el dios de una pequeña palabra que revelase todo el misterio, en ese bosque se internó nuestra poeta, allá va buscando el diamante de una melodía de agua; “Y nada será tuyo salvo un ir hacia dónde no hay dónde. Me alimento de música y agua negra. Soy tu niña calcinada por un sueño implacable. Invitada a ir nada más que hasta el fondo.” Cuando el árbol trata de alcanzar el cielo estirando sus manos, reconoce frustrado que jamás encontrara su anhelo, ”explicar con palabras de este mundo/ que un barco ha partido de mí, llevándome.” ¿Cuál es el límite? Si la última palabra estuviera escondida en el altar de los sacrificios, donde dioses paganos sacrifican poetas, nada detendría la marcha de la poeta. Ella camina despacio, se dirige al altar, no hay tiempo de mirar atrás, “Mi persona está herida. Oh ayúdame a escribir el poema más prescindible... ayúdame a escribir palabras en esta noche en este mundo.” Silencio, ausencia, un grito que sea capaz de “cubrir los agujeros del alma” que va desgarrando el rosario sutil que la atan a este mundo. Despacio le va dando la espalda a la vida, fatigada ya de tanto buscar, Alejandra empieza a perderse de sí misma, tratando en vano de “yo hablaría de intento de curación o de reparación del poema, o de buscar a aquella cómplice que “me ayuda a compartir el terrible peso de la palabra solitaria” ya el miedo, ya el gran cansancio extiende sus alas y quiebran los muros de la poeta, ya el poema se recuesta en alfombras de eternos silencios,


~ 29 ~ una música suave suena en la casa vecina y un teléfono que nadie contestara. "Hubiera preferido cantar blues en cualquier pequeño sitio lleno de humo en vez de pasarme las noches de mi vida escarbando en el lenguaje como una loca" Toda la noche escucho el llamamiento de la muerte, toda la noche escucho la voz de la muerte que me llama Alejandra Pizarnik.

Desde un horizonte herido aparece como la proa de un barco fantasmal, es una palabra que se arrastra cual gusano buscando guarida, pero ahí está ella la gran cazadora de palabras. La que no tiene compasión, la que la sacrificara en el altar de algún poema que no terminara. Corro las cortinas de mi departamento, vivo en la Calle Montevideo al 900, última buhardilla junto a una mujer de clase media, judía, drogadicta, bisexual... Solo una niña asustada. Se hace llamar Alejandra, pero a mí me permite decirle Bumita, Siempre le gusto el fuego como no habría de gustarle a la hija del incendio. Es justo que les diga que estoy completamente enamorado de esta mujer, que me atormentan sus ojos, me atormenta su mirada, no puedo mirarla directamente a los ojos sin que un escalofrió recorra mi espina dorsal, Ese es mi trabajo pero ella me lo roba constantemente, Soy el cazador atrapado en su trampa, Pero ya tengo un plan, una red inmensa, un laberinto, un universo eterno de palabras, solo para ella, no podrá con la tentación. Ahora mismo intenta mientras mira por la ventana a mi lado, encontrar aquella palabra que no sabe dónde puso, yo la tengo escondida y no la encontrara.


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Garabatea algo, murmura, pero no es eso, no, Alejandra, todavía no. Solo tiene corpiño y bombacha y abre la ventana de par en par, No importa si el gordo está mirando, ya no, Hoy es noche de visitas, lo presiento, alguien vendrá, pero no piensa en vestirse, no ya no. Es una mujer atrapante, es curiosa, es terriblemente irritante, Es seductora, no puedo dejar de mirarla, ella podría seducir al mismo amor. Cuantas pieles, cuantos roces, en nombre de ese amor, cuantos lechos, cuantos besos, cuántos hombres, cuántas mujeres, cuantas cuentas solo para descubrir que el dolor sigue siendo solo tuyo. Dueña y señora, amante y esposa él te pertenece, dolor, solo dolor. Es una noche triste, demasiado tal vez, pero alguien llegara, alguien tiene que atrasar este reloj de plástico. Se escuchan voces parecen salir del pasillo o tal vez de las paredes, pero no, estas no son las voces de siempre, son diferentes, son rebeldes, son voces de alguien que está perdido, estas voces no se dejan poetizar, no se pueden exorcizar o tal vez sí.


~ 31 ~ Tormenta de polvo El primer tren de la mañana acaba de parar en la estación de Torremolinos. Yo sigo sentado en un banco, mirando fijamente a todos los que acaban de bajarse. Transcurridos unos minutos, vuelvo a estar solo y el tren se ha marchado dejando tras de sí el sonido de una breve despedida. Me abrocho el abrigo y me miro las manos. Noto la piel seca, arrugada, cansada de agarrar sueños que jamás se van a cumplir. Pero aquí estoy, diez años después de tu marcha, esperando al tren de las cuatro de la tarde para volver a verte. Aún no me creo que me hayas llamado por teléfono para decirme que habías conseguido salir del agujero que te consumía y que, por fin, estabas preparado para mirarme a los ojos. Aún recuerdo cuando era tan solo un niño y te acompañaba allá donde ibas. Te observaba con detenimiento, fijándome en cada detalle, parándome en fotografiar cada uno de tus gestos, para luego mirarme en el espejo e intentar imitarlos. Nunca olvidaré nuestras tardes en el salón ordenando y limpiando tus armas. Me ensañabas a desmontarlas y luego las volvías a montar, dejándome fascinado por la facilidad que tenían tus manos de tocar cada pieza con tanto esmero y convertirlas en algo tan mortal. Tu arma favorita era el rifle Cetme C, lo sé porque cuando la mirabas te brillaban los ojos y me sonreías. Era una pieza de 1978, poco tiempo antes de que se dejasen de fabricar y, quizás por eso, sentías que era tan única. Tu vocación siempre había sido ser militar. Desde pequeño habías soñado con serlo y luchaste hasta conseguirlo. Después te enamoraste y nací yo en una familia acomodada y alegre donde nunca me faltaron caprichos. Quizás, por esa misma razón, no entiendo por qué decidiste dejarnos el día de tu aniversario con mamá. Tenía veinte años cuando te vi por última vez. Aquella noche salí de fiesta con mis amigos por el centro de Torremolinos y, cuando llegué, me encontré a mamá en el salón, con una botella de vino abierta y llorando. Yo sé que llevábais varios meses discutiendo. Al principio eran conversaciones pausadas, con muchos silencios y susurros, pero a medida que pasaban las semanas el ambiente empezó a cargarse de electricidad y los gritos inundaron cada rincón de la casa, llegando incluso a despertarme muchas noches. En


~ 32 ~ varias ocasiones hablé con vosotros, pero ninguno me explicaba qué estaba ocurriendo y opté por abandonar el intento de salvar vuestra situación. La noche en la que te marchaste ella me lo contó todo. Quizás el alcohol ayudase a que quisiera dejar a la vista sus cicatrices, abandonando la idea de reparar una balsa en la que estábamos los tres. Me contó que no sentía los brazos de tanto remar ella sola, que no podía ver el fondo del mar donde estábamos naufragando y que solo la idea de caer le hacía sentir tanto vértigo que necesitaba tumbarse durante horas en la cama, vaciándose por dentro para volver a sonreír. Me confesó que llevabas un tiempo entregado al alcohol y a las noches infinitas sin horas ni recuerdos. No había visto a una persona tan hundida y desesperada como ella aquella noche y deseé más que nunca que volvieras para gritarte que el egoísmo no es amigo de nadie y que yo quiero volver a mirarte con ojos de niño, orgulloso de mi padre, y no con la rabia que sentía hacia ti en ese momento. Acosté a mamá en vuestra cama y dejé tu lado vacío para cuando volvieses. Se hizo de día y tú jamás ocupaste ese hueco. Los primeros días fueron los peores. Pensábamos que te había ocurrido algo y fuimos a la policía. Tiempo después supimos que te habías marchado con una mujer que conociste el primer día en el que empezaron las discusiones con mamá. Desde entonces, ella hizo como si no hubieras estado en nuestras vidas y empezamos una nueva sin ti. Todo nos iba bien. Yo terminé la carrera de Criminología en Málaga y mamá aprendió a sonreír de verdad, sin recuerdos ni lágrimas detrás de los ojos. La casa cogió otro color y cambiamos algunos muebles. Sin embargo, solo había algo que no éramos capaces ni siquiera de mirar: la vitrina del salón. En ella guardabas todas tus reliquias, esas armas que tanto había visto montar y desmontar con tus manos. Te marchaste y nunca viniste a por ellas, dejándonos con tu recuerdo permanente en el salón. A día de hoy, ninguno de los dos hemos sido capaces de mover aquel mueble de su sitio. Varios meses después de que te marchases abrí la puerta de cristal y vi que estaban llenas de polvo. Supe que jamás te perdonarías tenerlas así y me armé de valor para sacarlas con cuidado, ponerlas sobre la mesa y limpiarlas con, al menos, el mismo esmero con el que lo hacías tú. Entonces me di cuenta


~ 33 ~ de que faltaba tu arma favorita, aquel precioso rifle que apenas me dejaste tocar. Siempre me he preguntado si las dejaste allí porque pensabas que alguna vez volverías o si es que sencillamente todo te dejó de importar. Prefiero echarle toda la culpa al alcohol y seguir pensando en ti como aquel hombre que limpiaba junto con su hijo las armas que descansarían eternamente en aquella estancia de la casa. Hoy te contaré que hace dos semanas compré un piso en Torremolinos, cerca de la casa que abandonaste y de mamá, una mujer que siente las agujas del reloj más rápido que el resto de personas. También te diré que, gracias a ti, sé qué tipo de padre quiero ser cuando, dentro de tres meses, María tenga a nuestro primer hijo. Quiero enseñarle, como tú hiciste conmigo, a tocar cada pieza del arma con tanto cuidado que ni siquiera una gota de agua se rompería. Y que, por supuesto, jamás me marcharé como hiciste tú. El reloj acaba de marcar las cuatro menos cuarto de la tarde. Llevo horas sentado en la misma posición, frotándome las manos y mirando a desconocidos. Hoy es el día de mi cumpleaños y soy incapaz de mirar el móvil para contestar a las felicitaciones. Anoche tampoco podía dormir y por eso decidí venirme antes a la estación. También porque no quería que mamá supiese que has vuelto a mi presente y ella me notaría el remolino de sentimientos que tengo en el pecho. Necesito saber tu historia, tus razones y poder juzgarte objetivamente, sabiendo toda la verdad. Necesito escuchar de tus labios que no nos abandonaste, que todo fue un error y que nunca has dejado de pensar en nosotros. Necesito saber que, en algún momento en estos diez años, nos has querido en la distancia. Está llegando tu tren, el C-1 que viene desde Málaga. Siento que me cuesta respirar. El reloj sigue colgado sobre la pared, marcando los pocos segundos que me quedan para verte. ¿Seguirás llevando aquella barba? ¿Y esas camisas que siempre te estaban una talla más grande? ¿Te habrás cuidado más la vista y llevarás gafas o seguirás entrecerrando los ojos para ver mejor? El tren se ha parado y me levanto. Te busco en las ventanas entre la multitud que se empieza a agolpar en la puerta para salir. Noto las piernas dormidas y me cuesta dar los primeros pasos. Me acerco y esquivo a las


~ 34 ~ primeras personas que salen corriendo, buscando la salida y mirando el móvil. Busco tus ojos a mi alrededor, pero solo veo vacío. Las puertas del tren se cierran y no apareces. Vuelvo a quedarme solo en la estación y me siento de nuevo en el banco, esperando un recuerdo demasiado lejano como para que duela. La tormenta de polvo que me asfixiaba todos estos años cuando pensaba en ti está empezando a menguar. Tus huidas duelen demasiado y parece que no te das cuenta. Me alegro de no haberle dicho nada a mamá y me doy cuenta de que seguramente me esté esperando con alguna merienda especial. Es navidad y siempre pasamos estos días juntos, con la familia y así aprovechamos también para celebrar mi cumpleaños. Cojo el móvil y veo varios mensajes y un par de llamadas perdidas. Siento que, desde que me llamaste hace tan solo unos días, he dejado de lado mi vida, mi presente, por unos recuerdos a los que les debería de cortar la cuerda para que se marchasen volando. Lejos de mí. Para siempre. Estoy saliendo de la estación, con el paso más lento de lo habitual. Nunca me había sentido tan decepcionado. De repente, la vibración del móvil me hace volver a la realidad. Me está llamando un número que no conozco, pero decido contestar. La voz de un hombre inunda mis pulmones y, a medida que va hablando, noto cómo me extrae cada partícula de oxígeno. Mis rodillas tocan el suelo, agotadas de soportar tantas ilusiones rotas y tiro el móvil lo más lejos posible. Solo entiendo palabras sueltas porque mi cabeza empieza a dar vueltas: ―padre‖, ―cadáver‖, ―carta explicando que no es capaz de verme, que lo siente‖, ―rifle Cetme C‖… Has vuelto a marcharte. Y esta vez sí que es para siempre.

Yohana Anaya Ruiz Instagram @yohana_anaya_ruiz

Tiene 26 años y vive en Málaga, España. Es graduada en filología hispánica en la Universidad de Málaga y actualmente está terminando un máster de Gestión del patrimonio en la misma universidad. Tiene cinco libros publicados y se intenta dar a conocer a través de su cuenta de Instagram, donde a diario sube algunos de sus escritos.


~ 35 ~ María del Refugio Sandoval Olivas Instagram @cuquissandoval08

En 2007 participó de la antología Huellas en el tiempo. En el año 2009, de Anhelos, sueños y esperanzas, en 2011 Una Rosa sin Espinas, durante el 2013 fue participe de la antología Experiencias directivas exitosas, entre muchas otras.

Amor filial Hijos, siéntense a mi lado aquí a la vera del camino entrelacemos las manos Conjuguemos el verbo recordar que la vida pasa y hay momentos que hemos dejado escapar Miremos el curso de la existencia ¡atrapemos al tiempo! Cuando uno a uno, fueron arribando a nuestro hogar Nexos y vínculos entretejidos depositados en las aguas del río se fue llevando los sueños compartidos La constante de la vida es crecer y cambiar los juegos se convirtieron en luchas de la vida real Rescaten recuerdos quizá han naufragado a la orilla del mar Vuelquen sus memorias niñez, adolescencia reunidos en la mesa del hogar


~ 36 ~ Karmele Instagram @karmele.art

Es una artista mexicana nacida en la Ciudad de México en 1988. Restauradora de obras de arte por profesión y apasionada de la pintura desde niña, ha realizado diversos estudios de bellas artes y gestión cultural tanto en la Ciudad de México como en Madrid. Su curiosidad por la vida y sus cuestionamientos internos ante el actuar de los seres humanos la han llevado a realizar estudios sobre arte-terapia, los cuales le han dotado de más preguntas que cuestionarse bajo su quehacer artístico. Su incursión en diversas áreas del conocimiento y entendimiento sobre materiales y deterioros le brinda un amplio abanico de posibilidades donde actuar dentro del mundo de la plástica. Su arte se enfoca en trasmitir a través de sus propias experiencias, cuestionamientos y acciones de la existencia humana. Lo hace por medio de sus vivencias personales, ya que hasta el momento no ha encontrado otra forma más precisa de expresarlo que a través de sí misma. Ella define su pintura como el resultado del despertar de su propia conciencia. Su deconstrucción para reconstruirse a través de sus pinceladas. Describe su arte como una experiencia compartida y un viaje que recorrer junto a sus espectadores. A pesar que ha pintado desde niña, fue a partir del 2018 que comenzó a moverse más activamente dentro del mundo del arte actual. Ha participado en exposiciones colectivas como Ecos Peregrinos (2018), Reflejos de Taller (2019) y Exposición y concurso de pintura Taller Condesa (2019), en el cual obtuvo segundo lugar con su obra Reflejos de Silencio. En el 2015 emprendió su proyecto personal Eskuila, marca de ropa pintada a mano por la artista, tendiendo su primera exposición individual sobre su quehacer artístico para la marca en el 2017; El color de Eskuila. Este proyecto presenta un eje fundamental en la carrera artística de Karmele y un trampolín para redireccionar su vida hacia la producción de arte más que hacia la conservación del patrimonio cultural. Actualmente la artista se desenvuelve en un ambiente meramente pictórico pero pretende abordar sus temas de estudio desde otras concepciones plásticas y visuales, donde la innovación y la experimentación sean ejes fundamentales en su práctica.


~ 37 ~

En orden Bal Reflejos del silencio DoĂąa Epi


~ 38 ~

En orden El despertar, el ser vs. el deber ser GĂŠnesis


~ 39 ~ El reencuentro

Ya era otoño y extrañaba caminar entre las hojas de los árboles que caían para alfombrar la ciudad en tonos anaranjados y amarillos. Añoraba el sol en el rostro y la suave brisa acariciando sus cabellos. Llevaba 48 días encerrada, apartada de su trabajo, la naturaleza, sus afectos y de él… del amor de su vida. El insomnio se había apoderado de sus noches y el sueño la acechaba a cualquier hora del día. El pijama era su vestido de gala las 24h y el cigarrillo su compañero en ese exilio. Comía poco, no sentía deseos de cocinar. Solo quería una buena conversación, un abrazo, necesitaba un te quiero y el sabor dulce de un beso. La soledad se había convertido en un tormento. Las noticias no ayudaban, encendía el televisor y todo era muerte y dolor. Quería verlo a él, a su amor no correspondido, ese amor al cual solo se conformaba con mirar, aun sin saber si ella existía ante sus ojos. Ese día lo pensaba más que nunca, lo sentía en el aire, en la piel, en su alma. En un momento se quedó dormida ¿o se desmayó? No lo sabía con exactitud, solo supo que se había soñado con ella misma de niña. Tuvo una infancia feliz, fue una niña feliz, llena de sueños y magia. ¿Qué había sucedido con ella? ¿Por qué la estaba traicionando entregándose a la depresión y al abandono? ¿Por qué la condenaba a no conocer la dicha y el amor sano? De repente se levantó, corrió hacia el espejo y se miró. Los ojos que la observaban eran los de esa niña que alguna vez había sido. Se dijo que aún estaba a tiempo de rescatarla. Después de 48 días entendió el motivo de su encierro. No se trataba únicamente de una pandemia ocasionada por un virus peligroso, se trataba del encuentro de la niña-mujer que habitaban en ella. Se duchó, buscó su ropa favorita y se vistió, se maquilló y perfumó… ¿Para quién? ¡Para ella misma! Pues había descubierto que no estaba sola, una mujer muy interesante la acompañaba y estaba deseosa por conocerla mejor.


~ 40 ~

Daniela Patrone Nació el 11 de diciembre de 1985 en San Martin, provincia de Buenos Aires, pero vivió siempre en Villa Pueyrredón, CABA. Es correctora de textos, egresada del Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea, en el cual actualmente cursa la carrera de redacción. En el año 2012 participó en la antología propuesta por la Editorial Dunken, Murmullos en el papel. A partir de allí fue seleccionada en diversas convocatorias tales como: Gotas de primavera (Editorial Dunken, 2014), Viajá conmigo (Editorial Dunken, 2014), A la luz de los caireles (Editorial Dunken, 2015), El escritor y sus laberintos (Editorial Dunken, 2017), Nuevos rumbos (Editorial Tahiel, 2018), Concurso en homenaje a Poldy Bird (Centro Cultural ―Rosalía de Castro‖, 2019), Sembrando semillas (Editorial Niña Pez, 2019), Trapecistas sin red (Editorial Dunken, 2020). En mayo de 2019 editó su primer libro de cuentos para niños titulado Doce campanadas de Navidad. Actualmente forma parte de la corrección de ¡Unidos pudimos! y Almas conectadas, antologías en las cuales también participa con dos relatos de su autoría.


~ 41 ~ Aura Instagram @xoxocla

Clara Campos Urán, santafesina que hace varios años vive en la provincia de Córdoba. Estudia la carrera de Licenciatura en Psicología en la UNC. Escribe desde que tiene memoria pero se define como aficionada a la poesía. Afirma, desde siempre, que somos los libros que leemos.

Largas esperas Alguien camina por la inmensidad de las veredas vacías, las calles desbordan melancolía. Camina, sin darse cuenta que es observado; levanta la vista se encuentra con mis ojos y ese instante se convierte en nuestra única comunicación: una mirada fugaz repleta de vergüenza por habernos pillado. Si tan sólo supiera, que en ese pequeño transcurrir, toda su vida quedó en manos de mi imaginar ese siempre fue mi pasatiempo: fantasear vidas que no me pertenecían. Aquella señora, junto a la bolsa de las compras, piensa en su matrimonio, devastado por su gran secreto: el amor que siente por su mejor amiga.


~ 42 ~ Aquel señor, que baja del auto, con un pie en la acera no imagina que ese será su último instante de vida, al decidir cruzar hacia el otro lado. Aquella niña que juega con la pelota, imagina que algún día todas las normas se esfurmarán y su remera tendrá impreso el número 10. Esa chica del buzo rojo devora las páginas de un libro para matar el tiempo que pierde en el trabajo sumergida en el mundo de las historias imposibles. Un adolescente con sus ojos llenos de atardeceres piensa que está enamorado. Mi vecina en sus últimos vestigios de lucidez, recuerda, haber plantado una semilla de mandarinas y cosechar en la temporada siguiente, enormes pomelos. Si tan sólo supieran que estamos repletos de disfraces intentando vivir en otra piel, y que, junto a la música sonando más allá de nosotros, nunca jamás sabremos nuestra verdad.


~ 43 ~ AO (Agustín Orquera) Instagram @ao_artist

Es un artista, pintor y dibujante. Oriundo de la provincia de Catamarca. Pinta desde los 8 años, comenzó en un taller de la escuela primaria. Actualmente cursa el segundo año de la Licenciatura en Artes Visuales en la UNC. Fue uno de los primeros artistas en participar de Marginalees Revista Cultural, con dibujos y pinturas y además fue la portada de nuestra segunda edición. Tenemos el orgullo de contar que ahora presenta su primer libro de artista. Dejamos a continuación sus palabras y los maravillosos dibujos que nos envió y que pertenecen a su obra: “Recuerdos Oníricos surgió a través de recuerdos que tuve, de viajes, de mi provincia (Catamarca) de recordar sus paisajes, sus montañas, etc. El proceso de crearlo fue surgiendo día a día. Plasmé todos esos recuerdos en las ilustraciones del mismo, para luego crear la parte del texto y ahí recién decidir que este sería mi primer libro de artista”.

Tapa


~ 44 ~

Pรกg. 1

Pรกg. 2


~ 45 ~ Pรกg. 3

Contratapa

Parte Posterior


~ 46 ~ Sujetos de dolor

A lo largo del camino de la vida, noté que el dolor es el sentimiento que más predomina en la humanidad. En pasado, presente y futuro estará latente en cada uno de nosotros. Aprendí que esto no es algo tan terrible como suena y llegué a la conclusión de que los humanos somos sujetos de dolor. Tanto física como mentalmente estamos acostumbrados a sentir dolor ante una situación que se nos presenta, y si no lo sentimos, nos queda ese vacío en el estómago que augura que algo no está bien en la fórmula de situación a la que estamos acostumbrados, falta algo: el dolor, aunque sea un mínimo de él. Una vez me dijeron la frase que me inspiró a hacer este relato, "el dolor, con dolor se cura". Se con firmeza que esto no es así, pero ¿por qué tenemos esa tendencia a buscarlo? En el caso físico se entiende mejor mi metáfora, supongamos que vamos al médico por un chequeo y sale mal. ¿Cómo es posible si en ningún momento sentí dolor? O peor, en el momento de curar aquello que teníamos sin sentir ningún tipo de dolor. Es en ese caso que tendemos a dudar si será cierto o no, ¿cómo es posible una cura sin dolor de por medio? Exactamente de esta misma manera nos desenvolvemos los sujetos en lo cotidiano. Tendemos a buscar lo oscuro, lo negativo y agrio de las situaciones. Es en este momento donde extrañamos el trabajo por el que nos quejábamos levantarnos a las 6 AM con una temperatura que nos congelaba, para luego ver la misma cara de mal humor de tus compañeros. También estamos los que extrañamos la facultad. ¡Qué anhelo ir a tomar un colectivo por más de una hora sin haber almorzado porque cursamos 14 pm. Llenarnos de parciales, trabajos, profesores sin ganas de dar clases, profesores con muchas ganas de dar clases y todo en una misma jornada de 6 horas! Incluso recordamos con nostalgia ir para dar media vuelta y volver a tomarnos el colectivo porque ese profesor, ese único profesor que teníamos aquel día, nunca apareció.


~ 47 ~ ¿Ven cómo extrañamos los rasgos más oscuros que nos rodean? Les aseguro que en este momento están descubriendo nuevos aspectos de los cuales quejarse en la situación que estamos viviendo. Todo por el simple hecho de que los sujetos funcionamos así, tendemos a buscar el dolor y lo negativo a las cosas. No me caben dudas de que la felicidad son solo momentos y nos damos cuenta de ello luego de que hayan terminado, pero solo por el hecho de que en ese mismo instante nuestro ser está a la defensiva, acostumbrado a que lo negativo lo abrace. El dolor se ha convertido en parte de nosotros, gracias a él hemos aprendido a caminar sin piernas en los peores momentos de nuestras vidas, pero a la vez, nos oscurece en los mejores. La historia nos ha hecho sujetos de dolor, a tal punto de que somos sobrevivientes de una guerra que no existe, de unos enemigos que no son tales y de una vida que se nos está pasando.

Candela Gottig


~ 48 ~ Recomendaciones- Series

The sinner es una serie estadounidense, basada en la novela homónima de Petra Hammesfahr. Sigue la historia de un detective problemático y con una manera particular de trabajar. Harry Ambrose deberá averiguar sobre por qué una mujer asesinó a un hombre desconocido en un lugar público, por qué un niño mató a sus presuntos padres, y si un accidente automovilístico conduce a una situación extraña de manipulación entre dos ex compañeros de universidad. Estas historias están contempladas cada una en diferentes temporadas, una serie que mantiene el suspenso hasta el final y no nos mantiene apretando los dientes.

El bosque es una miniserie francesa lanzada en el 2017. En sus 6 capítulos se intentará resolver el caso de desaparición de una adolescente de 16 años, en el bosque del pueblo. En el transcurso de la investigación se irán develando una serie de misterios encadenados que oculta el pueblo desde hace varios años. El suspenso estará desde un comienzo hasta el último capítulo de la serie, ya que su final es completamente inesperado.


~ 49 ~ Recomendaciones- Películas

Mindscape es una película de thriller psicológico, estrenada en el año 2014. Trata sobre un detective retirado, cuya labor es la de introducirse en la mente de los criminales para interrogarlos. Así es como le llega el caso de Anna, una adolescente brillante y problemática que ha decidido comenzar una huelga de hambre. Durante el filme veremos cómo el detective y la adolescente se adentran en un turbio panorama, que podría convertir a Anna en una sociópata, o la víctima de un trauma.

Mi amigo Dahmer, película de carácter biográfico estrenada en 2017. Cuenta la historia y el proceso mental que fue llevando en su juventud el asesino en serie Jeffrey Dahmer. La historia será narrada hasta el punto en que el personaje realiza su primer asesinato, lo que seguiremos será la perspectiva de su crecimiento e historia. Detrás del morbo de uno de los asesinos en serie más reconocidos de la historia hubo un joven con una familia y hábitos peculiares que lo llevaron a la maldad pura. ¿Están listos para conocer esa parte?


~ 50 ~ Recomendaciones- Libros

El bosque de los corazones dormidos es una novela juvenil de la escritora española Esther Sanz, y es la primera entrega de una trilogía. Trata de una joven llamada Clara, cuya abuela ha muerto y su madre se ha suicidado, por lo que debe mudarse a Barcelona con el único familiar que le queda, su tío Álvaro. En su nuevo hogar conocerá a Braulio y Bosco, y se encontrará con los secretos familiares que nunca fueron revelados. Una historia hermosa que despertará nuestro corazón dormido.

El tatuador de Auschwitz, novela publicada en el 2018. Cuenta la historia Lale y Gita Sokolov, dos judíos eslovacos que consiguieron, contra todo pronóstico, sobrevivir al Holocausto. Para Lale, los días transcurren entre el horror y su trabajo como tatuador de prisioneros. Basada en una historia real, este libro de Heather Morris nos relata una historia de amor y horror atravesada por las catástrofes de la segunda guerra mundial.


~ 51 ~ Diccionario sin Coronita

En nuestra cuarta edición volvemos con el Diccionario sin coronita, proyecto llevado a cabo por la Editorial cartonera de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Este diccionario busca registrar las palabras que utilizamos individual y colectivamente caracterizando nuestra manera de habitar el mundo. La idea surge ante la realización del congreso de la lengua española organizado por la RAE y el Instituto Cervantes que nos limita una soberanía lingüística. Por ende, su objetivo será crear un diccionario de nuestra lengua que no sea restrictivo.

Chancha: sustantivo. 1. Vehículo que está especialmente acondicionado para trasladar personas detenidas por la autoridad. 2. Se usa para saludar o despedir a alguien. Ej.: ―Qué onda chanchita‖ o ―chau chanchita‖. (Colaboración de Facundo Vera, Argentina). Chanchuyo: sustantivo. Efecto producido al desordenar, ensuciar o corromper. Proviene del sustantivo chancho. Descriptivo de situación. Ej.: ¡Qué chanchuyo! ¡Esas personas se la pasan haciendo negocios sucios!‖ (Colaboración de Melusin de Córdoba, Argentina). Changûí: sustantivo. Prórroga de un plazo. Ej.: ―Con la suspensión de los exámenes, tengo un changüí para estudiar‖. (Colaboración de Mariana de Cordoba, Argentina).


~ 52 ~ Chicha: adjetivo. Se dice de la persona demasiado entrometida en asuntos ajenos. Se usa para hablar del comportamiento de las personas viejas de barrio que no hacen otra cosa que asomarse por la ventana para observar a los demás. Ej.: ―¡este viejo chicha! (Colaboración de Maxi de Córdoba, Argentina). Chichí: sustantivo, pl. chichises. Mujer joven, oriunda de Córdoba capital. Ej.: ―El baile de hoy es gratis para las chichises‖. (Colaboración de tíadepupi de Córdoba, Argentina). Chinchón: sustantivo. Juego de cartas de la baraja española, parecido a la canasta. Ej.: ―¿Hacemo’ un chinchón?‖ (Colaboración de Pablo de Córdoba, Argentina). Chingûengûencha: adjetivo. Versión distorsionada del adjetivo ―sinvergüenza‖ Proviene de los dichos de un hincha de Rosario Central. Ej.: ―Que haces, chingûengûencha?‖ (Colaboración de Leonardo de Córdoba, Argentina). Chinitero: sustantivo. Se dice del hombre mayor que sale con mujeres muy jovenes (chinitas). Ej.: ―El Ricardo es un chinitero bárbaro‖. (Colaboración de Pablo de Córdoba, Argentina). Chipaca: sustantivo. Bollo de pan similar al criollito pero redondo. Ej.: ―Traete una coca y unas chipacas‖. (Colaboración de Andrés de Córdoba, Argentina). Chiripiorco: sustantivo. Sinónimo de ―cosito‖. Dícese de un objeto cualquiera que no se sabe su nombre. Ej.: ―Se me perdió un chiripiorco del control remoto.‖ (Colaboración de Yasi de Santa Fe, Argentina).


~ 53 ~ Palabras intraducibles

Mamihlapinatapei (Yagan lengua indígena de Tierra del Fuego, Argentina): es la mirada cargada de significado que comparten dos personas que desean iniciar algo, pero que son reacias a dar el primer paso para comenzar. Ohrwurm (Alemán): cuando se te mete en la cabeza una canción pegadiza que no puedes evitar canturrear. Gheegle (Filipino): es el impulso de pellizcar o apretar algo que les parece adorable y muy tierno. Slampadato (Italiano): define a los viajeros adictos a los rayos ultravioleta y a las sesiones de bronceado. Prozvonit (Checo): es la acción de llamar a un teléfono móvil pero cortar antes de que la otra persona atienda, de manera de informar algo al receptor sin tener que gastar dinero en una llamada. Torschlusspanik (Alemán): describe el miedo a tener menos oportunidades a medida que uno envejece. Wabi-Sabi (Japonés): encontrar belleza en las imperfecciones. Trepverter (Yiddish): respuesta ingeniosa que piensas solo cuando es demasiado tarde para usarla. Mokita (Kivila): verdad que todos conocen, pero aceptan no contar. Dapjeongneo (Coreano): cuando alguien ya ha decidido la respuesta que quiere escuchar después de hacer una pregunta, y está esperando que digas esa respuesta exacta.


~ 54 ~ Aquí es donde finaliza la 4° edición de nuestra revista Marginalees. Es un proyecto, por ahora digital, que salió a la luz ya que siempre pensamos que existen maravillosos artistas en nuestro país, y en otros lugares, que no son reconocidos como merecen. Como verán, todo lo expuesto en la revista, excepto una o dos cosas, son de artistas argentinos. Creemos que si difundimos de esta manera a quienes embellecen el mundo, podrán encontrarse todas las ovejas negras de esta sociedad, y formar una comunidad de ―excluidos‖, o como nos llamamos nosotras mismas, Marginalees. Esperamos que en la próxima edición recibamos aún más material, así la gente tiene la posibilidad de conocer el arte oculto bajo las rendijas de nuestro país, y de nuestra tierra. Para enviar material solo tenés que seguirnos en nuestras redes sociales. En Instagram como @marginalees, y en Facebook como Marginalees Revista Cultural. O podés contactarnos vía e-mail, con el asunto Revista N5, y enviarnos cualquier proyecto artístico que tengas en mente a marginalees@gmail.com.

Esperaremos sus mensajes.

Antonella Gatti y Candela Gottig


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