A través de América, conociendo su historia y su gente, desafiando sus olas, ríos y mares, Ana Chudnenko y Mariano Schor partieron de Mar del Plata en un viejo rastrojero en busca de la Ola Pororoca. El viaje se dividió en dos tramos: uno ya recorrido en el 2006 desde la Argentina a Ecuador. El segundo comenzará en abril de 2007 desde Ecuador en búsqueda del Río Amazonas y desde allí, cargarán en pontones al rastrojero para llegar a la desembocadura del mismo río.
Orino co
Ecuador X
2007
2006 Pa ran á
La aventura La primera parte del recorrido tuvo como partida el 1 de Abril del 2006 hacia Chile, luego cruzaron a Perú para llegar a Ecuador, recorriendo sus playas y surfeando sus olas. Terminaron con un viaje a las islas Galápagos, desde Guayaquil, cuatro días de barco. En esta oportunidad, conocieron sus maravillas, lobos marinos, tortugas gigantes, y una vez más disfrutaron de sus olas de muy buen tamaño y cantidad; también es uno de los mejores lugares del mundo para bucear. Desde allí abandonaron a 'La Leona' pero
sumaron a Inca, una perrito muy pequeño que los acompañaría el resto del viaje Ahora, 'La Leona' partirá hacia la locura nuevamente los primeros días de abril de este año y estará preparada para cruzar navegando el Río Amazonas de punta a punta (del Pacífico al Atlántico), de una forma única e increíble, con la adaptación de dos pontones especialmente diseñados para su flotación y la reforma del mismo para que su motor lo propulse durante una dura etapa que les permitirá recorrer 4000 km de río desde el Río Napo en Ecuador. La idea será ir haciendo paradas en varios puntos para conocer sus secretos, hasta llegar al otro extremo, donde irán en busca de la misteriosa "Pororoca", para así surfear una de las más increíbles olas del mundo, obtener buenas imágenes y “fortalecer el alma”. Sí, el encuentro entre el mar y el río, entre agua dulce y salada, más la influencia de la luna llena da un efecto y genera una ola de buen tamaño, que dura más de 30 minutos, arrastrando todo lo que pasa por el río. Luego, llegarán al Atlántico, donde cruzarán todo el Brasil y bajarán por toda la costa, hasta llegar a la Argentina, aguardando una de las sorpresas más emotivas al arribo: atravesar el ya conocido y anchísimo Río de la Plata.
l
esde hacía algún tiempo atrás, giraba este sueño. Hoy, es momento de hacerlo realidad. Gracias a Ani, tengo la inspiración para volcarlo, escribirlo y perseguirlo...”. Con esta frase comienza relatando Mariano Shor sus deseos de recorrer nuestro gran continente sudamericano, donde las fronteras no fueron obstáculos para conocer esta tierra y su gente. Mariano y Ana acondicionaron su rastrojero modelo 1955, "La Leona", llegada de Brasil, y después de más de 7000 km. por sus costas y complicados caminos, estuvo listo en Mar del Plata para realizar este desafío. Una aventura dividida en dos etapas: una, en el año 2206 y la otra, en este año. La meta será recorrer América en búsqueda del Amazonas, para una vez allí, armar unos pontones, subir el rastrojero y recorrer el río navegando en busca de la Ola Pororoca. Una ola que se forma una vez por año en la cual los surfistas pueden mantenerse parados en un recorrido de 12 km. (que equivale a un tiempo de 30 minutos).
Mar del Plata
“'La Leona' el rastrojero 1955-, Inca -nuestro perrito-, Anita -la rusa- y yo, con nuestras tablas de Surf Conosur, partimos apuntando al horizonte lejano, en busca de mitos y leyendas”, declara Mariano. “Al pasar los días, quedaron atrás las olas del Atlántico y la cordillera de los Andes. Y fue cuando se presentó frente a nuestros ojos, perdidos por la inmensidad de la pampa, Chile, Perú, Ecuador, Galápagos, Rinconada, Buchupureo, Porto Fino…” “Continuamos por Iquique, Pichilemu, Arica y confirmamos: el agua del Pacífico es también salada. El frío, los palos y las cicatrices curadas por la sensación del drop de aquellas olas, la retro derrapando su única quilla por las paredes, fue la sensación entre los surfistas… ¡Recomendación: poner el estado físico a punto!”
“En tierras peruanas, recorrimos Cerro Azul, Puerto Viejo, El Huaico, Punta Rocas, Señoritas, Caballeros, Centinela, La Herradura, Mancora y un sinfín de puntos secretos, que obligaron a la aguerrida Leona a convertirse en nuestra amada casa para pernoctar más noches de las que imaginábamos… ¿Cómo no quedarnos una semana surfeando Chicama?” “La interminable, series de 15 nada que decir, perfectas… Recarga energías viendo un atardecer y comiendo un buen ceviche... ¿Y por qué no un mes, un año o una eternidad surfeando Lobitos?.. Baterías, El Hueco, Lobitos, Piscinas ¡guau!” “Pueblo abandonado, pocos pescadores -excepto en días feriados o en fines de semana-… ¡se viene el agresivo crowd de Lima!” “En Mancora, ya un lugar más turístico con miles de bares al costado de la ruta, nos permitió