Habitabilidad Urbana

Quito ¿Ciudad Paseable?

HABITABILIDAD URBANA

¿ Un cambio en la calidad de vida de los habitantes?

‘’La Ciudad es el intento más exitoso del ser humano de rehacer el mundo en el que vive de acuerdo con el deseo más íntimo de su corazón. Pero si la ciudad es el mundo que el ser humano a creado, es también el mundo en el que a partir de ahora está condenado a vivir. Así pues, indirectamente y sin un sentido nítido de la naturaleza de su tarea, al hacer ciudad, el ser humano se ha rehecho a sí mismo’’

Robert Parker

Hemos formado parte del desarrollo y crecimiento de esta ciudad llamada Quito, una ciudad de matices, contrastes, elementos urbanos y naturales que se conjugan para hacerla única. Pero, por otra parte, observamos la explosión urbana de la ciudad y sus condiciones de inequidad espacial que han sido participes de generar complejidades con efectos en la población, territorio y medio ambiente. Donde la dificultad de acceso a un trabajo, a un hábitat de calidad, bienes y espacio público han influido de manera sustancial en sus procesos de desarrollo debido a que no se genera oportunidades para todos. ¿Por qué no exigimos ciudad con nuevas ideologías de cambio? Donde la habitabilidad urbana se implemente como uno de los factores que permiten el desarrollo de la calidad de vida dentro del espacio urbano (Olmos, S, 2008). ¿Estamos preparados o distantes de implementar instrumentos que nos permitan un cambio para el desarrollo equitativo y sostenible entre la ciudad y sus habitantes?

Porque la ciudad no necesita seguir creciendo desmedidamente sin un planeamiento y gestión idóneo, que termine beneficiando el dominio del mercado y sus intereses sobre el valor del suelo, necesita reconfigurarse y potenciar sus oportunidades de

mitigar el mal manejo de los recursos, los efectos negativos del cambio climático en el medio ambiente, los altos índices de contaminación, la inequidad entre sus habitantes. Donde se plantee potenciar la posibilidad de vivienda y transporte público accesible y asequible, producir un uso equitativo, eficiente y sustentable del suelo, priorizando los

derechos a la ciudad y la defensa de los derechos de la naturaleza, que acompañen un progreso social, económico y ambiental que se tejen a partir de la interacción y transformación hacia una ciudad de 15 minutos que marcarán la planificación a futuro de la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes que finalmente son aquellos que constituyen la población de un barrio, ciudad, provincia o nación (RAE, 2020).

Cada vez Quito nos muestra una lógica de ciudad estructurada que necesita pensar más allá, pero ¿Como se analizan los problemas que acarrea la ciudad sino se enfoca en el impacto socioespacial y de respuestas urbanas al cambio climático para el colectivo que habita en la ciudad? ¿Como se pone en evidencia el derecho a vivir en un ambiente ecológicamente equilibrado y de espacio público? Es evidente que, Quito necesita garantizar el futuro y calidad de vida de sus habitantes. Teniendo una comprensión distinta del Verde Urbano en la ciudad, las condiciones de habitabilidad de los asentamientos humanos, donde también entre en juego el Índice de Prosperidad Urbana (IPU) intentando medir el grado de bienestar integral con que viven los habitantes de la ciudad, buscando ser una herramienta de gestión local y desarrollo productivo, para el conocimiento profundo del territorio, para la toma adecuada de decisiones y para la formulación de política pública. (Olmedo, 2016).

Donde es verdad que, a nivel de Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) el 75% representa áreas protegidas, bosques y laderas (Atlas Ambiental Quito Sostenible, 2016) y por lo tanto se ‘’logra’’ los 20m2/Hab. Pero, a escalas menores se visualiza una realidad distinta, donde no solo se necesita

replantear el Verde Urbano y su infraestructura en la ciudad, sino también, se necesita velar por una movilidad activa, el manejo adaptativo del agua, impulsar una gobernanza climática local, economía circular, compatibilidad de usos de suelo con impactos de cambio climático, espacios públicos adecuados

(Plan Acción Cambio Climático, 2020) para interconectar potencialmente a la ciudad como una red, primando el bienestar común, el respeto de los recursos y su entorno, y no solo se conceptualicen como imaginarios planteados para la ciudad.

¿Generamos una simple (producción material) en el espacio urbano o aportamos al equilibrio del territorio?

Entonces ¿A qué nos enfrentamos? ¿A la degradación de habitabilidad urbana? ¿A no tener derecho a la ciudad o a no proteger y respetar los derechos de la naturaleza dentro de la ciudad?

Qué tal si en lugar de pensar en una degradación de habitabilidad urbana con patrones repetitivos de consumo suelo, movilidad, economía, urbanización, se genera estructuras urbanas equilibradas que se vinculen directamente con políticas de uso y gestión del suelo, medio ambiente y calidad de hábitat, donde se analicen y se generen proyectos que aporten a la generación espacios públicos y un ambiente ecológicamente equilibrado.

A un proceso clave de transformación de la ciudad para mejorar la permeabilidad del suelo, la movilidad, los

recursos naturales/sociales y la calidad de vida de los habitantes, donde el derecho a la ciudad se vincule e ‘’imperceptibles’’. interconecte con los sectores

Generar un dinamismo de economía circular que apoye y aporte al desarrollo de la ciudad, la incorporación del Metro Q como un elemento potencial para repensar todos los espacios desarticulados de la ciudad, proponer una ciudad para pasear, para vivir, reduciendo la huella de

carbono, recuperando quebradas, incentivando la movilidad activa en espacios urbanos como el sur de la ciudad (Quitumbe, Morán Valverde, Solanda).

Quito con una adaptación y transformación de su morfología pensada para los habitantes, respondiendo a las necesidades de vivir ambientalmente saludable, fortaleciendo la idea de no ser simplemente proyectos ‘’novedosos’’ con intereses para la élite política-económica y no para todos, sino con la posibilidad de

complementar a la ciudad con permeabilidad en su trama urbana, con formas eficientes que nos ayuden a generar una ciudad incluyente.

Esta ciudad, pensada para todos, abordando la producción social del hábitat, las lógicas del estado, mercado y necesidad, como componentes para la transformación tanto económica y social, reinterpretando la visión del

Verde Urbano y vincularlo para el mejoramiento de la calidad de vida y desarrollo de los habitantes, una ciudad equitativa, policéntrica, ambientalmente equilibrada y diversa.

Ir más allá, buscar un lugar para todos los habitantes, en un ambiente ecológicamente equilibrado accesible y asequible, que genere dinamismo y mejore potencialmente la calidad de habitabilidad, teniendo como objetivo una distribución equitativa de los efectos positivos de la acción climática, como unas facturas energéticas más bajas, manejo de áreas de conservación, oportunidades laborales y económicas para todos.

Otras definiciones de Habitabilidad Urbana: Alcalá (2007) conceptualiza la habitabilidad en el espacio urbano como una condición habitacional donde la vivienda está integrada físicamente a la ciudad, con buena accesibilidad a servicios y equipamientos, rodeada de un espacio público de calidad.

La habitabilidad urbana es un indicador que mide las condiciones del entorno que permiten una buena calidad de vida para los habitantes de una ciudad.

Este indicador está muy relacionado con las posibilidades de emprender. Esto debido a que toma muy en cuenta entre otros factores la diversidad de actividades comerciales, la multifuncionalidad del espacio urbano y la accesibilidad a estos servicios. (Jiménez, R., 2018).

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Olmedo, P. (2016). Índice de Prosperidad Urbana para 27 ciudades del Ecuador. Cite Flacso Ecuador.

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Taller Profesional I Autor: Marcelo Gómez