atractivo), continuos cubatas en cada casa (alcoholismo) y el frío vespertino cada vez más inaguantable (inestabilidad emocional), empujarán a nuestro nadador a afrontar su realidad, la soledad de alguien que vive a base de mentiras y que no ha conseguido más que desazón en su existencia adulta.
Una película a descubrir que tiene una virtud muy elogiable, su capacidad de hacer apología del propensamente fallido sueño americano, consiguiendo salir airosa del entuerto. Recomendable para degustadores de cine arrinconado que necesitan algo de mayor profundidad emocional e incluso ética (y para quien quiera ver durante hora y media a Lancaster en bañador, por supuesto).