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CENTRO CULTURAL DEL BICENTENARIO
CENTRO CULTURAL BICENTENARIO
El proyecto ganador se otorgó por decisión unánime del jurado a los estudios de arquitectura B4FS y Becker-Ferrari, quienes propusieron ante la problemática que planteaba este concurso dos tipos de intervención: la restauración de las fachadas y de las áreas nobles del edificio, que contrastaría con el segundo tipo de intervención: los programas arquitectónicos contemporáneos. La construcción de una nueva pieza urbana, un espacio cívico con valor e identidad propia que revirtiera la condición de fragmentación y deterioro del área quizás más emblemática de la ciudad, transformándola en un nodo cultural convocante, vínculo entre el casco histórico y el área de Puerto Madero. Por otro lado planteaba la reconversión de un edificio iconográfico de la historia de la ciudad. Un testigo de otros tiempos, que se transformaría a partir de este proyecto en un símbolo de la cultura de hoy. Históricamente, los proyectos urbanísticos sobre el borde costero fueron múltiples -al menos desde el Plan Urbano de 1925- pero aislados y muchas veces opuestos, la idea de un borde representativo y verde, compitió con las funciones de infraestructura portuaria; el sistema de transporte desordenado con sus cabeceras y centros de transferencia aislados, y los sucesivos rellenos que iban desmintiendo la vocación de la ciudad por asomarse al río. Con conciencia histórica de que lo que separa la ciudad de su río es precisamente este espacio ambiguo, sin destino claro, es que debemos actuar en nuestro rol como arquitectos, como actores cultural y socialmente responsables, y pensar de manera coherente instrumentos para su transformación mediante propuestas arquitectónicas y urbanísticas que tengan siempre en cuenta la perspectiva del conjunto. La zona de análisis en la que se ubica el edificio se trata de un sector de la ciudad con alto significado histórico, desde su fundación hasta la actualidad, ligado al núcleo cívico-político más importante de la ciudad y de la nación, la Plaza de Mayo, constituyendo un área estratégica en las escalas urbana, regional e internacional, ya que alberga tanto a los poderes políticos nacionales y locales, como a buena parte del poder económico y financiero de la ciudad y el país. El espacio en el que se ubica el edificio, limitado desde la avenida Corrientes hasta la avenida Belgrano, resulta paradigmático de este carácter informe de la interfase. También está fuertemente determinado por la problemática de la movilidad; el eje Leandro Alem–Paseo Colón se comporta como corredor vial pasante en sentido norte sur de la ciudad, por el que transita una gran cantidad de líneas de transporte público; y las avenidas Madero y Huergo conforman el corredor norte-sur para el transporte de cargas desde y hacia el puerto, hecho que configura una barrera de separación entre el área central y el área recreativa-turística de Puerto Madero. El nuevo Centro Cultural del Bicentenario jugará un papel fundamental en la revitalización del área, potenciando y redefiniendo su entorno urbano, convirtiéndola en un nodo cultural convocante.
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Para esto se propusieron dos ejes ortogonales que componen una estructura básica; un eje longitudinal reúne el nuevo Parque del Bicentenario -un paseo público que integra espacios verdes conformando un espacio cívico de largas visuales y áreas recreativas- con la franja-interfase general (la Boca / Núñez); y otro transversal que coincide con el eje simbólico de Avenida de Mayo-Congreso, con el objeto de enfatizar el crecimiento cualitativo hacia el sur y además, articular fácilmente esta área con Puerto Madero. Así mismo, teniendo en cuenta que el área es abordada como fragmento de un área mayor, el proyecto plantea el reordenamiento del sistema de movimientos y transporte, componente esencial de las estrategias de ordenación territorial, desarrollo económico y cohesión social, mediante túneles, viaductos, peatonalizaciones y la reconfiguración del sistema de transporte en tanto disuadir al automóvil del centro urbano. Sin esto, resultaba imposible la activación del carácter sociocultural que se pretendía para el fragmento proyectado con el fin de devolver al peatón su rol protagónico en la trama urbana. El edificio de Correos fue pensado como objeto cerrado en sí mismo, aun así, la nueva propuesta del estudio B4SF entiende al nuevo Centro Cultural del Bicentenario como una pieza clave en la conformación espacial del nuevo Parque Urbano, convirtiéndolo en un espacio activo, permeable y vibrante que se integra con la ciudad y conduce a los transeúntes desde el parque y la periferia al centro del edificio transformando su condición inicial de edificio-objeto en edificio-ciudad.

Corte longitudinal