Exposición Marina Etchegoyhen Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini Sala Raúl Lozza- Julio 2012
Ciencias Naturales Laura Lina Curadora
“En una obra siempre quedan restos por conocer, surgidos de la maniobra transformadora” Victor Grippo, 1997.
Las Ciencias Naturales tienen como objeto de estudio el aspecto físico del mundo. Son las del colegio, las del laboratorio, las de la clorofila, las de germinar el poroto. El recuerdo de la empiria y de la comprobación instantánea, la capacidad de maravillarse ante la simple alteración material de un objeto. La obra de Marina Etchegoyhen trabaja sobre la materia, o mejor dicho, la altera. Recurriendo a la clásica afirmación de Antoine Lavoisier “nada se pierde, todo se transforma” ¿en qué se transforman las realidades de las obras de la artista? ¿Es viable pensar en una transformación continua e infinita? O desde otra perspectiva: ¿cómo deseamos ser transformados? El tiempo, su transcurrir, y los efectos del mismo, constituyen una clave fundamental en su obra. En Paisaje, la artista invade el muro con hileras de diarios en estado de putrefacción que reiteran invariablemente un patrón modular geométrico. Una sucesión de diarios que conforman un ritmo que pareciera repetirse de manera sistemática. No obstante, el estado de descomposición de cada diario denota distintas texturas, colores, accidentes acorde al proceso interno de cada uno. En contraste entonces a su disposición en el espacio y a su aparente regularidad, la obra se torna imprevisible, con resultados variables que no pueden conocerse y no pueden adivinarse. Paralelamente y de la misma manera en que el soporte diario se deteriora, la información se va pudriendo y se transforma, su posibilidad de lectura es cada vez más dificultosa y, como ocurre con el papel, se pierde. ¿Qué hacemos entonces con ese registro, ese dato que queda, aquello que la memoria retiene y convierte en mero recuerdo? Marina Etchegoyhen trabaja con elementos propios, y con elementos heredados, encontrados
1