Antes de movilizar al paciente se debe retirar parte de la ropa de cama, dejando, cuándo sea posible, la sábana encimera para proteger la intimidad del mismo. La sábana de arrastre nos permitirá mover al paciente con mayor comodidad, al mismo tiempo que previene las lesiones de la piel producidas por la fricción con la sábana inferior. Antes de iniciar cualquier tipo de movimiento, hay que explicar al paciente lo que se le va hacer y pedirle su colaboración en la medida de sus posibilidades. Proteger todos los tubos, drenajes y demás dispositivos que pueda tener instalados, para Evitar su desplazamiento durante la movilización. Movilizar al paciente con movimientos uniformes, constantes y evitando sacudidas. 3) Técnicas de movilización MOVILIZACION DE UN PACIENTE ENCAMADO A la hora de movilizar al paciente encamado hay que tener en cuenta su estado y saber si éste está en condiciones de colaborar o no y si es posible su ayuda para cambiarlo de postura. Cuando no es posible la colaboración del paciente hay que hacerlo entre dos celadores. La cama debe de estar frenada y colocarla en horizontal para la movilización de los pacientes.
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Paciente no colaborador: Realizar la movilización entre dos personas.
Colocarse cada persona a un lado de la cama, frente al enfermo. Debemos colocar los pies separados así como las rodillas ligeramente flexionadas. Retirar la ropa superior de la cama así como la almohada del paciente. Las auxiliares o celadores introducen un brazo por debajo del hombro del paciente y otro debajo del muslo. Sujetan al paciente y lo levantan con cuidado hasta llevarlo a la posición deseada.
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