Mefistófeles Conductor que lleva las almas al otro mundo . . .
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as mitologías más desarrolladas han creado una imagen del maestro, del conductor que lleva las almas al otro mundo. En el mito clásico es HermesMercurio ; en el egipcio es por lo común Thoth (el dios Ibis, el dios cinocéfalo); dentro del cristianismo es la figura del Espíritu Santo. Goethe nos presenta a este guía masculino en su obra Fausto como Mefistófeles y a menudo subraya su peligroso aspecto de figura hermética, porque él es quien induce a las almas inocentes a los terrenos de la prueba. Mefistófeles es efectivamente esa figura sombría que viene a invitar al héroe a retarse a sí mismo, a hundirse en las oscuras profundidades de las cuáles resurgirá trayendo una summa de conocimientos que lo iluminarán. Él es evidentemente el hada que aparece desde las profundidades y trae el hacha de oro en las manos, el Dragón que cuida su tesoro.
No existe tratado de demo-
nología en la que no se hable de los hombres famosos que han vendido su alma al diablo mediante un contrato. Desde El esclavo del Demonio (1612), de Mira Amescua hasta Fausto asistimos a la estipulación de este pacto. “Cristóbal Marlowe en su Tragical History of Doctor Faust escrita hacia 1588 es uno de los que dan el texto al contrato. En las siguientes condiciones:
De buena gana me daría ahora al diablo, si diablo no fuese yo mismo. Goethe - FAUSTO
Si, fui yo, solo yo y no Dios, quien salvó a Fausto. Fernando Savater - Criaturas del aire. Habla Mefistófeles.