

EL ENIGMA DE SUS OJOS
MAFER TOLEDO
La chica de rosa
En lo profundo del tiempo, entre las sombras de la moral y los susurros del corazón, se encuentra un enigma que ha cautivado mi ser y ha encendido la llama de la inspiración.
Es un enigma tejido en la mirada de un encanto mayor, un filósofo cuyos ojos contienen los secretos del universo y la sabiduría de los siglos.
En estas letras exploraré el misterio que reside en sus ojos, una ventana hacia un mundo de pensamientos profundos, emociones sutiles y un amor que trasciende las fronteras de lo correcto o lo incorrecto.
Cada verso es un intento de desentrañar el enigma, de capturar la esencia de su alma en palabras que danzan entre la luz y la sombra.
A través de la poesía romántica, me sumergiré en los laberintos de su mirada.
Cada palabra es un eco de mi fascinación, un susurro de mi admiración por este hombre cuyos ojos son un enigma que desafía la comprensión y enriquece el alma.
Que estas páginas sean un tributo al poder transformador del amor, la belleza eterna de la sabiduría y la fascinación eterna por el enigma de sus ojos.
DEDICATORIA
En estas páginas he plasmado los suspiros de mi corazón, las palabras que brotan de mi admiración hacia su ser.
Aunque mis sentimientos no encuentren eco en su corazón, esta colección es un modesto tributo a la grandeza que usted representa en mi vida. Con cada verso, le rindo homenaje a su sabiduría y al misterio que envuelve sus ojos. Que estas palabras encuentren resonancia en su alma, aunque este amor que le profeso no sea correspondido.
Para el filósofo de los ojos misteriosos, y para todos aquellos que viven bajo la sombra de un amor prohibido y clandestino, un amor que por cuestión de contextos y ética profesional no se puede dar.
chica de rosa
Luz intelectual
Bajo el manto estrellado, donde el susurro del universo se une al eco de la razón, se entrelazan las mentes en un baile de ideas, un romance intelectual, un amor que desafía la lógica.
En la penumbra del conocimiento, donde la oscuridad se convierte en luz, se encuentran dos almas en busca de respuestas, explorando los rincones más profundos del ser.
Él es el faro en la tormenta, la guía en la oscuridad del pensamiento, un sabio de palabras, un soñador de ideas, que despierta pasiones con cada teorema, cada argumento.
En la biblioteca del destino, él es el narrador de historias infinitas, un erudito de la vida, un amante de la verdad, que encuentra en ella la esencia del amor


amor filosófico
En el silencio de la noche, donde el susurro del viento se encuentra con la pluma del poeta, se entrelazan los suspiros de un amor oculto.
Un secreto guardado bajo llave en el corazón de la juventud. Un eco de sabiduría envuelve el alma, mientras la mirada perdida se encuentra con ojos de profundo misterio.
Labios que susurran versos prohibidos, llenos de pasión y verdad, desafiando al tiempo y al juicio ajeno.
En el lienzo de la vida, él es el pincel que traza líneas de madurez sobre la piel aún fresca.
Un filósofo de la existencia, un poeta del amor, que navega por las aguas turbulentas del deseo sin temor.
En la profundidad del entendimiento, florece el amor filosófico, donde las almas se encuentran en un diálogo eterno de sabiduría y pasión.
En cada palabra escrita, en cada gesto de complicidad, se dibuja el retrato de un amor que desafía fronteras.
Donde la edad es solo un número y la conexión de almas es eterna un secreto guardado en el silencio de la noche.

Sabiduría enamorada
En la clase de filosofía, brillaba su luz, maestro sabio, en ti pensaba sin pausa. Conocimiento profundo, mirada serena, enamorada de su sabiduría plena.
Edad no importa en este sentir, en su sapiencia encuentro mi existir. En cada palabra, en cada gesto, descubro un mundo lleno de esto.
En el aula, mi corazón late fuerte, por este amor filosófico, mi suerte. Entre libros y preguntas, encuentro mi hogar, en el amor por el saber, siempre a su par.

alma iluminada
Bajo la sombra del laurel sabio, se encuentra un alma que ilumina mi sendero. Filosofía en sus ojos, eterno y sabio, mi corazón en su intelecto sincero.
Las arrugas del tiempo cuentan historias, mientras sus palabras pintan el firmamento. En su mente vasta, encuentro memorias, y en su voz serena, halla mi aliento.
Edad y tiempo no dividen el sentir, su sabiduría trasciende lo efímero. En su mirada, encuentro el porvenir, y en su ser, un refugio verdadero.
Así, entre ideas y reflexiones vanas, mi corazón encuentra en él morada. Maestro de la vida, en tus enseñanzas, encuentro mi luz, mi alma enamorada.

confesión de amor
Bajo el hechizo del tiempo, en silencio escribo, mis pensamientos, mis deseos, en un susurro de amor. No puedo evitarlo, mi corazón se desborda, pensando en usted, más de lo que debería.
Su sonrisa es un faro en la oscuridad, un destello de alegría en mi camino solitario. Me encanta la forma en que ilumina mi mundo, y aún más, me encanta usted, en su totalidad.
Intento negarlo, enterrar este sentir profundo, pero el amor se aferra, como raíces en la tierra. No puedo dejar atrás lo que siento por usted, aunque sé que tal vez no es lo correcto.
Cada palabra que le escribo, cada línea que trazo, es un eco de mi amor, una confesión sin ataduras. Hoy quiero que sepa, más que nunca, que mi corazón le pertenece, de manera clara y pura.
Podría decirle en persona, cara a cara, pero las palabras toman vida en estas líneas, y en este verso, encuentro la libertad de expresar todo lo que siento, en un suspiro de amor eterno.

laberinto de ideas
En la profundidad de su mirada perdida, encuentro un universo sin fin, un abismo, donde el tiempo se detiene y la vida se olvida, un laberinto de secretos guardados con sigilo.
Sus ojos, como espejos del alma, reflejan pasiones que despiertan mi deseo, una llama ardiente que en mi pecho se enrama, un anhelo profundo que me mantiene en vilo.
En su mirada, veo el eco de mil suspiros, la melodía suave de un amor prohibido, aunque mi corazón se desvanezca en sus giros, el destino cruel nos mantiene divididos.

éxtasis
Sus labios, tentación irresistible, carmesí, invitan a perderse en su dulzura embriagadora, una promesa de éxtasis, un deseo sin fin, que alimenta la llama de mi alma devoradora.
En su beso, encuentro la promesa de un paraíso, un refugio en sus brazos donde el tiempo se detiene, pero sé que nuestro amor es un sueño impreciso, un susurro en el viento, una ilusión que no sostiene.
Aunque mi corazón grita su nombre en la oscuridad, sé que el destino nos separa con mano fría, pero guardaré su beso como un tesoro en mi verdad, un recuerdo de un amor que nunca moriría.

quimera del amor
Sueños de amor en la penumbra del olvido, se desvanecen al amanecer de la realidad, pues, aunque mi corazón le pertenezca perdido, sé que nuestro amor es una quimera en la fatalidad.
En su recuerdo, encuentro consuelo en la tristeza, un refugio en la tormenta de mi corazón roto, pero sé que nuestra historia es una simple pieza, en el rompecabezas del destino que nos ha impuesto.
Aunque el tiempo pase y las heridas cicatricen, nunca olvidaré su amor como una luz en la oscuridad, aunque el destino nos separe y las lágrimas deslicen, nuestro amor perdurará en la eternidad.

encuentro eterno
En esta vida o en la próxima, espero encontrarnos, para vivir el amor que nos negamos en este mundo, donde los destinos se entrelazan y los corazones se lanzan, en un baile eterno de pasión profunda.
En nuestro reencuentro, encontraré redención, por los sueños perdidos y las lágrimas derramadas, aunque el tiempo nos haya separado con sazón, nuestro amor renacerá en nuevas alboradas.
En cada suspiro, en cada latido de mi corazón, llevaré el recuerdo de nuestro amor imposible, aunque la vida nos haya jugado una mala pasión, nuestro amor vivirá en un mundo indomable.


estrella en la oscuridad
Como estrella fugaz en la noche eterna, brilla su presencia en mi universo solitario, un destello de esperanza en mi alma caverna, que ilumina el camino hacia lo extraordinario.
En su luz, veo la promesa de un futuro dorado, donde nuestros corazones se encuentran en un abrazo, pero sé que nuestro destino está marcado, por la cruel realidad que se interpone en nuestro lazo.
Aunque me ahogue en la oscuridad de la distancia, guardaré su luz como faro en mi mar tempestuoso, No importa que la vida nos separe con su arrogancia, nuestro amor brillará eterno, luminoso.

destino entrelazado
En la profundidad de sus ojos cansados, encuentro un universo de misterio y encanto, una atracción magnética que me deja asombrado, pero sé que nuestro amor no será un canto.
Su mirada, como un faro en la noche oscura, me guía hacia un destino incierto y distante, pero el eco de mi corazón clama por su ternura, aunque el destino nos separe en este instante.
En el susurro del viento, en el murmullo del mar, escucho la voz de nuestro amor, eterno y sincero, un eco que resuena en la eternidad, un brillo singular, nuestra historia se entrelaza en el universo entero.
En cada estrella que brilla en el firmamento, veo el reflejo de nuestro amor, constante y sereno, un lazo invisible que trasciende el tiempo, un vínculo eterno que nos une en cada momento.


melodía amarga
En el silencio de la noche oscura, su corazón late con fuerza impura. Ella, joven y llena de ilusión, se enamoró de una triste canción.
Él, un hombre de años y experiencia, le mostró un mundo lleno de ausencia. En sus ojos encontró un brillo único, pero su amor resultó ser una ironía cruel.
Un secreto guardado en sombras, un amor imposible entre escombros.
Ella llora en silencio su dolor, mientras su corazón grita su amor.
El hombre mayor, en su propia prisión, vive una vida de negación. Y así, en esta historia sin final, el amor se convierte en un cruel carnaval.

sombra de un amor prohibido
En la sombra de sus días sin color, ella encontró un hombre, un gran amor. Pero el destino cruel le jugó su carta, y descubrió que su corazón no era su carta.
Él, con su encanto y su misterio, le mostró un mundo lleno de criterio.
Ella, cautivada por su mirada profunda, se entregó a un amor que nunca se funda.
Un amor prohibido, un destino incierto, en el silencio de la noche se siente el desierto.
Ella sufre en silencio, sin poder hablar, mientras él vive en la sombra de su verdad.
En esta historia de amor y desdén, ella carga con un dolor sin fin. Él, atrapado en su propia verdad, deja a su paso un corazón destrozado en la ciudad.

secreto del corazón
Ella se rindió a un hombre de edad, cuyo corazón en secreto yacía en verdad. Pero en su amor, no encontró reciprocidad, pues él guardaba un secreto en su intimidad.
En sus ojos brillaba un deseo incierto, que ella interpretó como un amor cierto. Pero su corazón pertenecía a otro, un amor prohibido, un secreto oculto.
En el silencio de la noche sombría, ella sufre en secreto por su agonía. Porque, aunque su amor arda con intensidad, él no puede corresponder a su necesidad.
En esta historia de pasión y desamparo, ella carga con un amor tan amargo. Él, atrapado en un mundo de negación, deja a su paso un corazón roto en desolación.

filosofía del amor
En el rincón de los pensamientos, ella lo encontró, un filósofo sabio, en su mundo inmortal. Con palabras que danzan, en el aire flotan, el corazón de ella, cautivo lo notan.
Sus ojos, dos libros de historia y verdad, la joven se pierde en su eterna inmensidad. Él, un eco del tiempo, con sus arrugas leves, ella, en su juventud, encuentra sus mieles.
En sus charlas nocturnas, el tiempo se detiene, entre susurros profundos, el amor se sostiene. Ella, una musa en su mundo de ideas, él, un faro en su vida, en su mar de mareas.
Así florece un amor, tan inusual como bello, entre una joven alma y un espíritu viejo. En sus abrazos se encuentran, el pasado y el ahora, en el amor entre ellos, filosofía y amor afloran.


el jardín del saber
En el jardín del saber, ella encontró su amor, un hombre de palabras, un filósofo con ardor. En sus ojos, el reflejo de un universo vasto, y en su mente, el eco de un pensamiento casto.
Ella, joven y curiosa, seducida por su mente, él, con la sabiduría que el tiempo le otorgó presente. Entre debates y reflexiones, nació la atracción, un amor que desafía cualquier convención.
Él le enseña el arte de cuestionar y dudar, ella le muestra la belleza de vivir y amar.
En cada charla, en cada gesto, un lazo se entrelaza, un amor que trasciende la edad y la raza.
Ella encuentra en él la inspiración para crecer, él encuentra en ella la razón para renacer. En el abrazo de dos almas, la verdad se revela, en el amor entre ellos, la filosofía vuela.


sortilegio filosófico
En la oscuridad del tiempo, se cruzan dos destinos, ella, la juventud en flor, él, con años divinos. Un amor prohibido, entre la razón y el deseo, un filósofo y su musa, en un mundo incierto y feo.
Ella, cautivada por sus palabras llenas de sabiduría, él, atrapado por su frescura y su valentía.
En los susurros de la noche, encuentran su refugio, en un amor clandestino, unidos por el sortilegio.
Pero la sociedad murmura, juzga y condena, un amor que desafía cualquier cadena.
Él, marcado por el tiempo, ella, por la juventud, unidos en secreto, en un mundo de virtud.
Entre libros y silencios, florece su pasión, un amor que desafía cualquier convicción.
En cada beso robado, en cada abrazo furtivo, la filosofía del amor, en su romance vivo.
Bajo la sombra de un árbol centenario, juran eternidad, en un rincón del mundo, su amor crece sin igualdad.
Un pacto sellado con susurros en la noche, su amor resistirá, en la adversidad se forje.
En el eco de sus risas, en el murmullo del viento, encuentran fuerza y consuelo, en cada momento.
Unidos en cuerpo y alma, en un amor eterno, su historia perdurará, como un canto superno.

clandestino amor lunar
Bajo el resplandor de la luna, se encuentra su amor clandestino, entre la edad y la razón, un vínculo divino.
Ella, joven y radiante, él, sabio y sereno, unidos en un secreto que el mundo no ha visto ni ha sido pleno.
Ella encuentra en sus ojos la profundidad del universo, él, en su risa, la luz de un futuro inmerso.
En las palabras entrelazadas de sus conversaciones, encuentran la chispa de las más dulces sensaciones.
Pero la sociedad murmura, y el tiempo se interpone, un amor prohibido, un destino que se esconde. Entre las sombras de la noche, en la penumbra del día, el filósofo y su musa desafían la melancolía.
A través del laberinto de la moral y la razón, ellos encuentran su refugio en la pasión.
En su amor clandestino, en su romance prohibido, la filosofía del amor encuentra su sentido.
Bajo el éter estrellado, prometen amor eterno, en un mundo que no comprende su pacto tierno. Juntos, enfrentarán los vientos de la adversidad, su amor, un faro en la noche, una luz en la oscuridad.

Entre Nietzsche y la luna
Bajo la luna plateada, un amor clandestino florece, ella, una joven alma, él, un sabio que a Nietzsche enaltece.
Entre las sombras del tabú, se encuentran en secreto, un filósofo y su musa, en un mundo repleto.
Ella se pierde en sus ojos, reflejos de un pensamiento profundo, él, en su juventud, encuentra un amor fecundo.
Entre susurros de Nietzsche, el bien y el mal se entrelazan, en su amor prohibido, la moral se deslaza.
“El bien y el mal”, susurra Nietzsche en el viento, “son indefinibles, mientras no causen tormento.”
En su romance clandestino, en su pasión desbordada, el filósofo y su musa desafían cualquier mirada.
La sociedad murmura, pero ellos siguen adelante, en su mundo de libertad, donde el amor es amante.
Entre los versos de Nietzsche, encuentran su verdad, en su amor prohibido, la filosofía encuentra su hogar.
Bajo el manto estrellado que los cobija, se abrazan en la noche, donde el pensar se mitiga.
Sus almas se entrelazan en cada palabra susurrada, forjando un destino donde la razón se torna enamorada.
Su complicidad se intensifica, cada noche, en silencio, su pasión se magnifica.
Entre debates y anhelos, exploran nuevos senderos, donde el pensamiento libre es su mayor tesoro.
Se encuentran en bibliotecas clandestinas, entre libros y café, buscando respuestas en páginas que nadie más puede entender.
Su amor es una danza entre teorías y reflexiones, una conexión profunda que desafía convenciones.
Bajo el velo de la noche eterna, persisten en su romance, ignorando las críticas y miradas que les lanzan.
Para ellos, el mundo se reduce a Nietzsche y sus corazones, unidos en un universo de ideas y emociones.

Entre teoremas y estrellas
En la quietud del aula, donde el saber reposa, nació un romance que la mente apenas comprendería. Ella, buscadora de verdades, halló en él su guía, profesor de filosofía, con mirada misteriosa.
Entre diálogos de mentes, surgió un lazo sutil, más allá de la edad, más allá de lo esperado. Sus ojos, portales a mundos desconocidos, atrajeron su corazón con un magnetismo sin igual.
En cada palabra, un destello de sabiduría, en cada gesto, un eco de pasión contenida. Él, con años de experiencia, y ella, con juventud vibrante, unidos en un baile de ideas, en un eterno presente.
En el reino de la razón, floreció el amor, entre teoremas y paradojas, entre dudas y certezas. Un amor clandestino, como las sombras en la noche, que solo los ojos misteriosos del destino conocen.
En medio de debates filosóficos y café compartido, se fortaleció su conexión, un lazo nunca dividido. Sus pensamientos se entrelazaron en un abrazo etéreo, como dos almas afines en un mundo transitorio.
Bajo la luna cómplice, sellaron su amor intelectual, en la penumbra de la razón, donde reina lo esencial. Sus corazones latían al compás de la dialéctica, en un romance que desafía toda ley empírica.
Así, entre libros y estrellas, encontraron su destino, enlazados por el saber y un amor genuino. Que el mundo desconozca su romance singular, pues su amor es eterno, como el pensamiento más allá.

Entre saber y pasión
En el salón de la mente, donde el saber se entrelaza, ella encontró su musa, en la figura un hombre mayor. Él, guardián de la sabiduría, con ojos enigmáticos, despertó en ella un amor profundo, un fervor.
En cada clase, una danza de palabras y pensamientos, donde la juventud y la experiencia se fusionan. Sus ojos, como estrellas en la noche, iluminan el camino hacia un amor prohibido, pero sincero.
Entre los libros de filosofía, entre las páginas de la vida, se tejió un romance tan antiguo como el tiempo mismo. Ella, la aprendiz, cautivada por su maestro, él, el guía, hechizado por su joven corazón.
En los recovecos del aula, donde la razón se desvanece, nació un amor que desafía las convenciones. Susurros clandestinos, miradas cómplices, un mundo donde el conocimiento y el amor se entrelazan.
En medio de debates acalorados y silencios elocuentes, su conexión se profundizó, más allá de los argumentos.
Entre teorías y dilemas éticos, floreció su complicidad, un vínculo único que desafiaba cualquier realidad.
Bajo la luz de las estrellas, sellaron su pacto intelectual, en un abrazo de almas que trasciende lo convencional. Sus corazones latían al ritmo de la filosofía, en un romance que desafía cualquier teoría.
En el aula, su amor se convirtió en un legado eterno, un testimonio de que la pasión por el conocimiento es sincera. Que el mundo ignore su historia, que sigan su camino, pues en su universo, la razón y el amor son divinos.

me perdí
Me perdí en tu mirada sin saber por qué.
Me perdí en tus pupilas sin pensar en el lío en el que me metía.
En el inimaginable riesgo que implicaba verte con ojos de amor.
Me perdí en la filosofía que gritaban tus ojos.
Me perdí en esa sonrisa sin saber porqué, cautivada por la magia de tus labios hermosos.
que, sin darme cuenta, se convirtieron en una obsesión, incapaz de apartarlos de mi mente ni por un segundo.
Me perdí en ti, en ese intelecto inefable que te caracteriza y por el que todos hablan de ti donde cada pensamiento es una joya por descubrir.
Me perdí en las letras de tus escritos, en cada verso, en cada rima, en tu manera de escribir y decirle al mundo lo que tus ojos ven, en cada frase sin terminar.
Me cautivaste desde el primer día, con esa inteligencia indiscutible y tu forma de pensar.
De la forma en la que vas por la vida, sin temores, sin prejuicios, sin miedo al que dirán.
Es increíble como lograste captar toda mi atención, todos mis sentidos en tan solo un instante. Te robaste mis pensamientos, Mis versos y mi tiempo.
Poco a poco te fuiste metiendo a lo más profundo de mi corazón, provocando escalofríos y erizando mi piel cada que tu recuerdo llegaba a mi mente.
Me perdí en esa mirada inquietante, tan misteriosa y cautivadora, en esa mirada penetrante y llena de sabiduría.
Me perdí cuando mis latidos iban al mil por hora, cada que te veía llegar, cada que cruzabas esa puerta era preguntarme si tus ojos voltearían a verme.
¿Lo harían?
¿Realmente te fijarías en mí?
Esa era la cuestión, esa era la intriga.
Me perdí la primera vez que escuché tu voz, esa imponente, varonil y melodiosa. En esas palabras llenas de verdad.
Me perdí.
Mi cabeza iba sin rumbo.
Mis pupilas se dilataban cada que te veía, cada que me mirabas, cada que sonreías.
Me perdí.
Sin saber por qué.


amor en las estrellas
Entre las estrellas que iluminan la noche tu pensamiento se eleva profundo y sereno.
Filósofo amado, en tus ojos me reflejo en ti encuentro mi morada, en tu sabiduría encuentro mi destino.
Tu mente, un océano de ideas y reflexiones, mi corazón navegante sediento de tus palabras.
Aunque el mundo juzgue mi amor por ti, Mi amor se eleva sobre las sombras más opacas.
En cada encuentro, un misterio divino, en cada mirada, un secreto gritado a voces. Aunque el destino nos niegue el camino, en el universo de tus ideas siempre he sido.
Filósofo amado, en tus ojos encuentro el saber, en tu mirada la verdad más pura y sincera.
Aunque el mundo nos separe he de quererte Pues en ti, encontré la esencia verdadera.
Amor prohibido, en las estrellas escribo nuestro cuento, en los libros guardo nuestra historia en secreto, una historia que aún no tiene un principio, pero que algún día lo tendrá.
Que el tiempo y la distancia no borren nuestro aliento, pues en el alma y en otro universo nuestro amor es eterno y compuesto.


filosofía
En los pasillos de la mente te encontré, maestro sabio, dueño de la razón. En tus palabras, el universo se reveló, y en tu mirada encontré la inspiración.
En cada lección, encuentro divino, en cada gesto un destello de verdad.
Aunque el mundo nos mire con desatino en tu sabiduría descubro mi hogar.
Filósofo amado, en tus letras me pierdo, en tu sonrisa veo el universo entero.
Aunque el mundo nos vea con desconcierto, en tu saber descubro un amor sincero.
En la penumbra del aire florece nuestro secreto, y en el eco de tus palabras se encuentra mi corazón.
Aunque el destino nos juegue su reto, en tus lecciones encuentro mi redención, en la filosofía te encontré en este amor descubrí mi más grande melodía.
Aunque el mundo no comprenda lo que siento, en ti descubrí la esencia de la vida, la poesía y el amor.


pensamientos silenciosos
En la quietud de mis pensamientos te encuentro, filósofo amado, dueño de la razón suprema. En tu sabiduría, mi corazón se adentra, lento, en la oscuridad del silencio, mi alma te sueña.
En cada palabra tuya, encuentro un universo, en cada gesto, una chispa de eternidad.
Aunque el mundo nos niegue nuestro reverso, en el secreto de mi amor, encuentro mi verdad.
Tú, desconocedor de mi silenciosa adoración, maestro de las letras, guía de mi inspiración.
Aunque en la distancia viva mi resignación, en mi corazón, guardo nuestra conexión.
Amor prohibido, susurro tu nombre en el viento, en mis sueños, te abrazo con devoción.
Aunque en la realidad oculte mi sentimiento, en el reino de mis pensamientos, eres mi canción.
Filósofo amado, en el misterio de mi deseo, en la sombra de la noche, te confieso mi anhelo.
Aunque el mundo nos mantenga en secreto, en el susurro del alma, somos un solo vuelo.

romance en la penumbra
Bajo el manto de la noche, en el silencio del secreto late un corazón en sombras, con un amor indiscreto.
En el laberinto de los sentimientos, perdida en mi pesar, me encuentro atrapada en un amor que no puedo confesar.
Sus ojos, dos luceros que brillan en la penumbra, reflejan el universo en su mirada profunda. su cabello encantado, como la noche en su esplendor, me atrapa en su hechizo, con su encanto y su fervor.
Atrapado a la luz del día, en un mundo de apariencias, mi corozón se debate entre lealtades y conciencias. La diferencia de edades, un abismo entre dos almas, su madurez contrasta con mis ansias y mis calmas.
Y en la quietud de la noche, me invade el remordimiento por sentir un amor tan puro en este mundo sin aliento. Culpa y remordimiento, como sombras en mi mente, me consumen en la oscuridad, en un mar de descontento.
Pero en el nicón más oscuro de mi ser, persiste la pasión, un amor prohibido, un fuego que arde con devoción. Que el tiempo detenga su marcha, que el destino se confunda, que este amor clandestino, encontremos nuestro destino.
Aunque sea un pecado, aunque sea un error, nuestro amor prohibido florece en el jardin del amor.

dulce amor
En la suave brisa del amanecer, baila el perfume de un dulce querer. Dulce nombre que encierra un universo, de ojos grandes como el cielo inmerso.
En el trémulo brillo de su mirada, se esconde el secreto de la alborada. Cabellos negros en rizos danzan, como notas de una canción temprana.
En su sonrisa, la aurora se despierta, alegre y jovial, como la primavera. Su voz, un susurro de eterna melodia, que en mi corazón haya su armonía.
Así, en el lienzo del tiempo y del amor, nace la historia de un encanto mayor. Enamorada de su luz, yo me rindo. a la magia que un dulce amor en mí ha encendido.

sombras prohibidas
A la luz de la luna, un susurro callado, se teje el anhelo, en un amor desgarrado.
Juventud y madurez, en donzas entrelazadas, dos almas que se encuentran, en pasiones enredadas.
Tu voz como un río, de melodías de oro, me lleva a naufragar en un mar de tesoro.
Pero en la sombra yace un secreto amargo, un amor clandestino, en un mundo tan raro.
Culpa y remordintento, compañeros de viaje, en esta travesía de un amor sin ultraje.
¿Qué importa la edad en este vaivén de sueños? Siel corazón dicta sus propios empeños.
Entre suspiros y lágrimas, se esconde la verdad un amor prohibido en la penumbra de la edad.
Perdón y redención, anhelos de un corazón afligido, Por amar en silencio, en este amor prohibido.

amor
En la clase de filosofia brillaba su luz.
Maestro sabio, en ti pensaba sin pausa. Conocimiento profundo, mirada serena enamorada de su sabiduría plena.
Edad no importa en este sentir en su sapiencia encuentro mi existir. En cada palabra, en cada gesto descubro un mundo lleno de esto.
En el aula mi corazón late fuerte, por este amor filosófico, mi suerte.
Entre libros y preguntas encuentro mi paz, en el amor por el saber siempre a su par.

alma enamorada
En la sombra del laurel sabio, se encuentra un alma que ilumina mi sendero. Filosofía en sus ojos, eterno y sabio, mi corazón en su intelecto sincero.
Las arrugas del tiempo cuentan historias, mientras sus palabras pintan el firmamento. En su mente vasta, encuentro memorias, y en su voz serena, un gran sentimiento.
Edad y tiempo no dividen el sentir, su sabiduría trasciende lo efímero. En su mirada, encuentro el porvenir, y en su ser, un refugio verdadero.
Así, entre ideas y reflexiones vanas, mi corazón y mi alma se encuentra enamorada. Maestro de la vida, en tus enseñanzas descubro mi lus, mi alma enamorada.


¿quién?
Lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto.
¿qién nos dice que hay que hacer? si es nuestras manos está el querer.
Ojos verdes, ojos claros, bellos como el amanecer, misteriosos como el anochecer.
¿Quién nos dice que está mal?
¿Que no lo podemos hacer?
Si nuestros ojos se buscan y nuestras almas también.
Que es un deseo sin salida, un impulso de la razón, un tormento para el alma, y un deseo vivo para el corazón.
¿Quién nos prohibe estar enredados en este amor, en este mundo tan inmoral?
¿Quién determina con que ojos yo te he de mirar?
A veces la razón está peleada con el corazón, ¿pero quién nos dice que ella tiene la razón?

S utilmente me envuelves con tu encanto,
L lenando mi mundo de alegría y encanto.
A caricias mi alma con cada mirada,
Y en tus palabras, mi corazón encuentra calma.
M ientras te miro, el tiempo se desvanece,
E n tu presencia, todo se vuelve dulce y ameno.
N unca dejaré de admirar tu brillo,


s.B.
S i supieras lo bien que le haces a mi corazón
L o pensarías dos veces para pasar y no prestar atención
A veces el corazón se conforma con una sonrisa sin prisa
Y en tu sonrisa yo encuentro mi risa.
M ás allá de las palabras, en ti veo mi razón,
E n tu luz encuentro la fuerza, en cada canción.
N avegaría los mares más profundos por ti, pues en tus ojos claros encuentro la calma, el verdadero sí.
B ajo el manto de tu amor, encuentro mi abrigo,
O ndas de felicidad, en tu nombre sigo.
N unca me cansaré de quererte, de pensarme a tu lado,
I luminas mi vida, eres mi mejor legado.
L lenas mi mundo de colores, de alegría y pasión,
L ucharemos juntos, en cada estación.
A maré cada momento contigo, hasta el final del día.


ojos misteriosos
Ojos misteriosos, para aquellos que los miraban con amor, intrigantes, para los que los contemplaban con deseo.
inquietantes, para quienes los veían con ilusión, y como la noche, profundos y llenos de pasión.
Así era aquel hombre, con ojos claros como el agua y su alma luminosa, como un faro en la oscuridad que lo rodeaba.
“El filósofo de los ojos misteriosos”, así le llamaba la musa de rosa, aquella que encontraba cualquier excusa para perderse en su mirada.
Decía que sus ojos eran tiernos y profundos, irresistibles ante cualquier tormenta, que guardaban secretos como una luz en la penumbra, que a cualquier musa enamoraban.
Inquietantes como un susurro en la noche, Intrigantes como un enigma sin resolver, misteriosos, como la voz del viento entre las sombras.
sEGUIRÁS SIENDO TÚ...
S.B
