Estudio de caso
Los ambientes urbanos y los recursos valorados para su construcción Las ciudades son los ambientes que presentan mayor grado de transformación de la naturaleza. Para el emplazamiento y desarrollo de muchas de ellas, como Barcelona, el tipo de costa fue un factor determinante.
Las ciudades marítimas
La ciudad de Barcelona
En las ciudades marítimas, las costas, es decir las zonas de contacto entre el mar y la tierra, se encuentran entre las más valoradas y modificadas. Golfos, islas, bahías, estuarios, fiordos, ensenadas, cabos y playas, son algunos de los accidentes costeros usados y transformados por las sociedades. Por ejemplo, las bahías, ensenadas y golfos son sitios propicios para la construcción de puertos, debido a que brindan las condiciones adecuadas de abrigo para los barcos y a que el agua tiene la suficiente profundidad para la navegación. Las playas, en cambio, son aprovechadas para el desarrollo del turismo.
La ciudad de Barcelona, en la costa del mar Mediterráneo, Cataluña (España), nació junto a la instalación de un puerto natural. Este sitio fue elegido porque reunía los mejores resguardos naturales para las embarcaciones en varios kilómetros de costa. Históricamente, la economía de la ciudad se ha basado en una importante actividad comercial entre esta y otros puertos de Europa, África y Asia, ubicados en el mar Mediterráneo. A partir de mediados del siglo xviii, y sobre todo durante el siglo xix, la actividad industrial se convirtió en el motor económico de Barcelona, fundamentalmente la pro-
Fábrica “La maquinista terrestre y marítima”, establecida en 1855 en la Barceloneta.
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ducción de textiles, seguida por la industria metalúrgica. Las fábricas se instalaron en la costa, debido a la existencia del ferrocarril, que, junto con los barcos, transportaba hasta ellas todos los insumos que necesitaban (carbón, algodón, etcétera). Los barrios próximos a las fábricas se transformaron progresivamente en los asentamientos espontáneos de los obreros y sus familias. Al mismo tiempo, la sociedad burguesa poco a poco fue desplazándose hacia el interior, dando la espalda al mar. Así, la franja litoral se convirtió en el territorio del ferrocarril, de las fábricas y de los barrios obreros.
Plano de 1882 de la rada y el puerto de Barcelona.