El Sol, una estrella en la Vía Láctea Cuando hablamos del Sistema Solar, nos referimos al Sol y a todos los cuerpos más pequeños que giran a su alrededor. El Sol es la única estrella del Sistema Solar, es decir, es el único cuerpo capaz de emitir su propia luz. Los demás cuerpos que integran este sistema brillan por el reflejo de la luz solar. El Sol es una esfera de gas muy caliente y muy grande. Es el cuerpo del Sistema Solar que ocupa más espacio, tan grande es que todos los planetas y demás astros entrarían cómodamente en su interior. Además de ocupar tanto espacio, el Sol tiene una cantidad de materia que equivale a la de 333.000 planetas como la Tierra. Por tener tanta materia, ejerce una enorme fuerza gravitatoria que mantiene unidos a todos los cuerpos del Sistema Solar. Como la fuerza gravitatoria se hace más débil con la distancia, a medida que nos alejamos del Sol, los cuerpos son retenidos con menos fuerza, por eso, los que están lo suficientemente lejos podrán escapar del Sistema Solar. Eso hace que el Sistema Solar tenga un límite en su extensión. Las estrellas que vemos a la noche no pertenecen al Sistema Solar. Están más allá del alcance de su fuerza gravitatoria. Tanto el Sol como estas estrellas pertenecen a un sistema muchísimo más grande: nuestra galaxia, la Vía Láctea, que está formada por cientos de miles de millones de estrellas y enormes nubes de gas y polvo llamadas nebulosas. En esta galaxia, las estrellas como el Sol se distribuyen formando un disco delgado y, sobre este, las estrellas más brillantes se destacan trazando las regiones llamadas brazos espirales de la galaxia. Aunque la galaxia parezca descomunal, tenemos que tener en cuenta que existen miles de millones de galaxias en el Universo.
El Sol es una estrella, una gran esfera de gas, en cuyo interior se genera una enorme cantidad de energía que escapa al espacio en forma de luz.
Sistema Solar
El Sistema Solar
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