LA FUNCIÓN DE REPRODUCCIÓN
LOS SAPOS, LAS ALMEJAS, LOS CANGREJOS, LOS PECES, LAS CORTADERAS, LOS JUNCOS Y LOS MICROORGANISMOS DE LA LAGUNA DE MAR CHIQUITA, ASÍ COMO TODOS LOS SERES VIVOS QUE HABITAN LA BIOSFERA, PUEDEN SOBREVIVIR SIN REPRODUCIRSE. PERO LA CONTINUIDAD DE TODOS LOS ORGANISMOS VIVIENTES COMO ESPECIE DEPENDE DE LA FUNCIÓN DE REPRODUCCIÓN.
A fines del siglo pasado, en la zona de Mar Chiquita se hallaron cangrejos en una red de pesca. Un grupo de estudiantes de Biología que estaba realizando investigaciones en la zona identificó a los crustáceos como Planes marinus (del griego planes, ‘vagabundo’), una especie exótica de la albufera. Una de las particularidades de estos cangrejos reside en que son típicos de costas tan distantes como Nueva Zelanda y la isla de Santa Helena. Para explicar esta extensa distribución, se han propuesto diferentes hipótesis sobre su forma de desplazarse, y una de las más conocidas es la que sugiere que han viajado de “polizones” en barcos desde una costa hasta la otra. Sin embargo, aún no hay estudios que aporten certezas sobre esta particularidad de cangrejos “vagabundos”.
Los seres vivos y la reproducción La vida es sostenida a través del tiempo por la presencia de generaciones sucesivas de seres vivos. Los seres vivos se pueden reproducir a partir de un solo individuo o de dos individuos. Cuando a partir de un solo individuo se originan otros idénticos a él, el proceso se denomina reproducción asexual. En cambio, en la reproducción sexual, intervienen células sexuales o gametas que se unen y dan origen a un nuevo individuo. En la reproducción sexual, los nuevos seres vivos no son idénticos a sus progenitores, pues al unirse las gametas se intercambia o se fusiona su material hereditario, y este no es igual en las dos células sexuales. En la reproducción asexual, cada nuevo organismo es idéntico al que lo originó, ya que surge a partir de una célula o de un grupo de células. No es necesario que se fusionen dos gametas ni que haya intercambio de material hereditario. Por lo general, los seres vivos cumplen un ciclo de vida y, en algún momento de este, son capaces de reproducirse tanto asexual como sexualmente. En este último caso, la etapa del ciclo de vida en la cual un individuo puede reproducirse corresponde a la etapa fértil, es decir, cuando es capaz de producir gametas.
El palo borracho es un árbol del norte argentino, muy utilizado en los parques de la ciudad de Buenos Aires. Presenta flores con órganos sexuales masculinos y femeninos.
El trébol es una planta rastrera muy común en diversos ambientes de la Argentina. Se reproduce sexualmente mediante semillas, pero también puede propagarse asexualmente.
La reproducción en las plantas Las plantas, al igual que otros seres vivos, se reproducen sexualmente. Para ello producen gametas que se fecundan y dan origen a nuevas plantas, diferentes de las progenitoras. En las plantas con flores, como la cortadera, la uña de gato o el tala, y en otras, como las margaritas, los lirios o los palos borrachos, los órganos sexuales masculinos y femeninos se encuentran en las flores. Las plantas con semillas son las que presentan el ciclo de vida más complejo. En cambio, las que no producen semillas, como los musgos y los helechos, dependen del agua para que sus gametas se fecunden. Las plantas también se reproducen asexualmente de dos maneras distintas, denominadas esporulación y propagación vegetativa. El primer tipo es típico de musgos y de helechos, y consiste en la liberación de esporas de las que podrán crecer nuevos individuos. La propagación vegetativa, en cambio, es típica de las plantas más complejas, por ejemplo, de las que producen semillas.
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la ciencia
38 CAPÍTULO 1 • Diversidad de seres vivos, unidad de funciones
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