- Muy bien - pensó el niño y respirando profundamente comenzó a decir: - Mis deditos están cansados, mis piecitos están cansados, mis rodillas están cansadas, - de pronto comenzó a bostezar - mis piernas están cansadas, mi cintura está cansada, mi panza está cansada… z z z z z z… - Sigue el pecho - le dijo la bubi con voz de secretito, pero el niño ya se había quedado totalmente dormido.