Prespectiva psicológica
0-2 años (bebés): Desarrollo de apego: establecimiento de vínculos emocionales con los cuidadores principales.Aprendizaje emocional básico: reconocimiento y expresión de emociones básicas como alegría, tristeza, miedo y enojo.
2-6 años (edad preescolar):Desarrollo de la identidad:*exploración de roles y habilidades.Desarrollo de la empatía: comprensión de las emociones de los demás.Desarrollo de habilidades sociales básicas: juego cooperativo y resolución de conflictos simples.
6-12 años (edad escolar): Desarrollo de la autoestima: evaluación de sí mismo y habilidades.Desarrollo de la amistad: formación de relaciones sociales más complejas.Desarrollo de la resiliencia: capacidad para enfrentar desafíos y adversidades.
12-15 años (adolescencia temprana): Desarrollo de la identidad personal: exploración de intereses y valores personales.Desarrollo de la independencia emocional: separación de los padres y búsqueda de autonomía.Desarrollo de habilidades sociales avanzadas: establecimiento de relaciones íntimas y manejo de conflictos más complejos.
Este desarrollo socioemocional está influenciado por factores como la genética, el ambiente familiar, la cultura y las experiencias individuales. Los niños pueden experimentar variaciones en estos patrones debido a diferencias individuales y circunstancias particulares.
La perspectiva psicológica en los niños de 0 a 15 años se centra en comprender y estudiar cómo se desarrollan cognitiva, emocional y socialmente a lo largo de esta etapa crucial de la vida.
Desarrollo Cognitivo:Piaget describió varias etapas del desarrollo cognitivo: sensoriomotriz (0-2 años), preoperacional (2-7 años), operaciones concretas (7-11 años) y operaciones formales (11 años en adelante).Los niños pequeños aprenden a través de la exploración sensorial y el movimiento, mientras que los mayores desarrollan habilidades de pensamiento más abstractas.
Desarrollo Emocional: Erikson propuso una serie de etapas psicosociales, destacando la importancia de la confianza básica frente a la desconfianza (0-1 año), autonomía frente a la vergüenza y duda (13 años), iniciativa frente a culpa (3-6 años), etc.Los niños aprenden a identificar y regular sus emociones, así como a relacionarse con los demás de manera cada vez más compleja.
Desarrollo Social: Vygotsky enfatizó la importancia del entorno social y cultural en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.Los niños aprenden a través de la interacción con los demás, desarrollando habilidades sociales, aprendiendo normas culturales y adquiriendo conocimientos de su entorno.
La evolución socioemocional desde una perspectiva:
Cognitiva:
El desarrollo cognitivo ocurre en una serie de estudios secuenciales, cada uno caracterizado por formas únicas de pensamiento y razonamiento.
Teoría cognitiva de Jean Piaget
El estudio del desarrollo cognitivo ha sido fundamental para comprender cómo los seres humanos adquieren conocimientos y desarrollan habilidades mentales a lo largo de su vida. Uno de los teóricos más influyentes en este campo es Jean Piaget, cuya teoría revolucionaria ha dejado una huella duradera en la psicología del desarrollo. En este artículo vamos a conocer en profundidad la Teoría del Desarrollo Cognitivo de Piaget examinando sus principales conceptos y su impacto en nuestra comprensión del crecimiento intelectual.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO COGNITIVO DE PIAGET
1. Los estadios del desarrollo Piaget postuló que el desarrollo cognitivo ocurre en una serie de estadios secuenciales, cada uno caracterizado por formas únicas de pensamiento y razonamiento. Estos estadios son: el sensoriomotor (de 0 a 2 años), el pre-operacional (de 2 a 7 años), el de operaciones concretas (de 7 a 11 años) y el de operaciones formales (a partir de los 11 años). Cada etapa representa una nueva capacidad cognitiva que se construye sobre las adquiridas en la etapa anterior.
2. Asimilación y acomodación
Según Piaget, los niños interactúan con el mundo a través de la asimilación y la acomodación. La asimilación ocurre cuando los niños interpretan nuevas experiencias a través de sus esquemas mentales existentes. Por otro lado, la acomodación se produce cuando los esquemas mentales se modifican para adaptarse a la nueva información. Estos procesos de equilibración y ajuste constante son fundamentales para el desarrollo cognitivo.
3. Esquemas y organización
Piaget describió los esquemas como las estructuras mentales que utilizamos para organizar y comprender el mundo. En las primeras etapas del desarrollo, los esquemas son simples y centrados en acciones físicas. Con el tiempo, los esquemas se vuelven más complejos y abstractos, y los niños comienzan a organizarlos en estructuras cognitivas más amplias y coherentes. Este proceso de organización contribuye a la adquisición de habilidades cognitivas más avanzadas.
4. La importancia del juego
Piaget reconoció el papel fundamental del juego en el desarrollo cognitivo de los niños. A través del juego, los niños exploran, experimentan y ponen en práctica sus conocimientos en un entorno seguro. El juego también les permite probar nuevas ideas y resolver problemas, lo que fomenta su desarrollo intelectual y creativo. Para Piaget, el juego era una actividad crucial que reflejaba el nivel de desarrollo cognitivo de un niño.
5. El error cognitivo
Según Piaget, los errores cognitivos de los niños no deben verse como fracasos, sino como oportunidades para el aprendizaje. Estos errores revelan los límites de su pensamiento en un determinado estadio y, al enfrentarlos, los niños pueden reevaluar y modificar sus esquemas mentales. El error es parte del proceso de construcción del conocimiento y es esencial para el desarrollo cognitivo.
Etapas:
Moral:
Los tres niveles del desarrollo moral
Una de las funciones de la conciencia moral es la de formular juicios sobre lo que debemos hacer o tenemos que rechazar. Lawrence Kohlberg, psicólogo contemporáneo discípulo de Jean Piaget, ha estudiado el desarrollo de la conciencia partiendo del análisis de los juicios morales, especialmente a partir de los razonamientos que todos formulamos ante dilemas morales.
Las categorías que Kohlberg utilizó para señalar el nivel de desarrollo moral son una manera de expresar las diferencias sustanciales que se dan en el modo de razonar de alguien a medida que va creciendo y aprendiendo.
Estas 6 etapas se engloban en tres categorías más amplias: la fase pre-convencional, la convencional y la pos-convencional
1. fase pre-convencional
En la primera fase del desarrollo moral, que según Kohlberg suele durar hasta los 9 años, la persona juzga los acontecimientos según el modo en el que estos la afecten a ella.
1.1. Primera etapa: orientación a la obediencia y el castigo
En la primera etapa, el individuo solo piensa en las consecuencias inmediatas de sus acciones, evitando las experiencias desagradables vinculadas al castigo y buscando la satisfacción de las propias necesidades.
Por ejemplo, en esta fase se tiende a considerar que las víctimas inocentes de un suceso son culpables, por haber sufrido un "castigo", mientras que las que perjudican a las demás sin ser castigadas no obran mal. Se trata de un estilo de razonamiento extremadamente egocéntrica en la que el bien y el mal tiene que ver con lo que experimenta cada individuo por separado.
1.2. Segunda etapa: orientación al interés propio
En la segunda etapa se empieza a pensar más allá del individuo, pero pero el egocentrismo sigue presente. Si en la fase anterior no se puede concebir que exista un dilema moral en sí porque solo existe un punto de vista, en este empieza a reconocerse la existencia de choques de intereses.
2. Fase convencional
La fase convencional suele ser la que define el pensamiento de los adolescentes y de muchos adultos. En ella, se tiene en cuenta la existencia tanto de una serie de intereses individuales como de una serie de convenciones sociales acerca de lo que es bueno y lo que es malo que ayuda a crear un "paraguas" ético colectivo.
2.1. Tercera etapa: orientación hacia el consenso
En la tercera etapa las acciones buenas están definidas por cómo repercuten sobre las relaciones que uno tiene con los demás. Por eso, las personas que se encuentran en la etapa de orientación hacia el consenso tratan de ser aceptadas por el resto y se esfuerzan por hacer que sus acciones encajen muy bien en el conjunto de reglas colectivas que definen lo que es bueno.
Las acciones buenas y malas están definidas por los motivos que hay detrás de ellos y el modo en el que estas decisiones encajan en una serie de valores morales compartidos. La atención no se fija en lo bien o mal que puedan sonar ciertas propuestas, sino por los objetivos que hay detrás de ellas.
2.2. Cuarta etapa: orientación a la autoridad
En esta etapa de desarrollo moral, lo bueno y lo malo emana de una serie de normas que se perciben como algo separado de los individuos. El bien consiste en cumplir las normas, y el mal es incumplirlas. No cabe la posibilidad de actuar más allá de estas reglas, y la separación entre lo bueno y lo malo es tan definida como concretas sean las normas. Si en la etapa anterior el interés está puesto más bien en aquellas personas que se conocen y que pueden mostrar aprobación o rechazo por lo que hace uno, aquí el círculo ético es más amplio y engloba a todas aquellas persona sujetas a la ley.
3. Fase pos-convencional
Las personas que se encuentran en esta fase tienen como referencia principios morales propios que, a pesar de no tener por qué coincidir con las normas establecidas, se apoyan tanto en valores colectivos como en libertades individuales, no en exclusivamente en el propio interés.
3.1. Etapa 5: orientación hacia el contrato social
La manera de razonamiento moral propia de esta etapa surge de una reflexión acerca de si las leyes y las normas son acertadas o no, es decir, si dan forma a una buena sociedad.
Se piensa en el modo en el que la sociedad puede afectar a la calidad de vida de las personas, y se piensa también en el modo en el que las personas pueden cambiar las normas y las leyes cuando estas son disfuncionales.
Es decir, que existe una visión muy global de los dilemas morales, al irse más allá de las reglas existentes y adoptar una posición teórica distanciada. El hecho de plantearse, por ejemplo, que la esclavitud fue legal pero ilegítima y que a pesar de eso existía como si fuese algo totalmente normal entraría dentro de esta etapa del desarrollo moral.
3.2. Etapa 6: orientación hacia los principios universales
El razonamiento moral que caracteriza a esta fase es muy abstracto, y se basa en la creación de principios morales universales que son diferentes a las leyes en sí mismas. Por ejemplo, se considera que cuando una ley es injusta, cambiarla debe ser una prioridad. Además, las decisiones no emanan de suposiciones acerca del contexto, sino de consideraciones categóricas basadas en los principios morales universales.
Perspectiva Socio racional se refiere a un enfoque que integra tanto la perspectiva social como la racional en el análisis y comprensión de los fenómenos humanos y sociales. Combina el estudio de cómo las estructuras sociales y las interacciones influyen en el comportamiento humano con el análisis de cómo la razón y la lógica afectan nuestras decisiones y acciones. Es una aproximación que busca entender la complejidad de la vida social desde múltiples dimensiones se basa en la premisa de que el comportamiento humano y las interacciones sociales son el resultado de una combinación compleja de factores tanto sociales como racionales. En lugar de considerar estos dos aspectos por separado, esta perspectiva busca integrarlos y comprender cómo interactúan para dar forma a las dinámicas sociales y decisiones individuales y colectivas.
Desde el punto de vista social, las personas están inmersas en una red de relaciones, normas y valores culturales que influyen en sus acciones y decisiones. Estas influencias sociales pueden incluir la presión de grupo, las expectativas sociales, las normas culturales y las estructuras de poder. Por ejemplo, las personas pueden seguir ciertos comportamientos o normas simplemente porque son socialmente aceptados o porque desean pertenecer a un grupo determinado.
Por otro lado, la racionalidad juega un papel importante en cómo las personas procesan la información, evalúan las opciones y toman decisiones. Esta dimensión se refiere a la capacidad de las personas para pensar de manera lógica y analítica, maximizar sus propios intereses y buscar soluciones que les proporcionen beneficios óptimos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la racionalidad puede estar sujeta a sesgos cognitivos, limitaciones de información y restricciones contextuales.
La perspectiva socio racional reconoce que estos dos aspectos, lo social y lo racional, no son mutuamente excluyentes, sino que interactúan de manera compleja. Por ejemplo, las normas sociales pueden influir en la forma en que las personas evalúan la información y toman decisiones, y a su vez, las decisiones individuales pueden reforzar o desafiar esas mismas normas sociales.
Al adoptar una perspectiva socio racional, los investigadores y académicos pueden explorar cómo se entrelazan estos aspectos en diversos contextos sociales. Por ejemplo, en economía, se puede examinar cómo las normas sociales influyen en el comportamiento de consumo y las decisiones financieras de las personas. En psicología social, se puede investigar cómo las dinámicas grupales afectan la toma de decisiones individuales. En sociología, se puede analizar cómo las estructuras de poder y las relaciones sociales moldean las acciones colectivas de los grupos.
En resumen, la perspectiva socio racional ofrece un marco teórico para comprender la complejidad del comportamiento humano y las interacciones sociales al integrar tanto los aspectos sociales como los racionales. Esto permite una comprensión más completa de los fenómenos sociales y proporciona una base para abordar problemas sociales desde una variedad de disciplinas.
La perspectiva pedagógica en el ámbito escolar se refiere a la forma en que se aborda la educación desde el punto de vista de la pedagogía. Esta perspectiva se centra en los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como en las estrategias y métodos utilizados para facilitar el desarrollo integral de los estudiantes.
Desde esta perspectiva, se considera fundamental adaptar la enseñanza a las necesidades, intereses y características individuales de los estudiantes. Se busca promover un aprendizaje significativo, activo y participativo, donde los estudiantes sean protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.
Además, la perspectiva pedagógica en el ámbito escolar también implica la selección y organización de los contenidos curriculares, la evaluación del aprendizaje, la relación entre docentes y estudiantes, y la creación de un ambiente de aprendizaje favorable.
Es importante destacar que existen diferentes enfoques y modelos pedagógicos dentro de esta perspectiva, como el enfoque constructivista, el enfoque socio constructivista, el enfoque humanista, entre otros. Cada uno de estos enfoques tiene sus propias teorías y metodologías, pero comparten el objetivo común de promover un aprendizaje significativo y el desarrollo integral de los estudiantes.
Algunos ejemplos de perspectivas pedagógicas:
Perspectiva Humanista: Esta perspectiva pone énfasis en el desarrollo integral del estudiante, considerando sus necesidades emocionales, sociales y cognitivas. Se enfoca en el respeto por la individualidad y la promoción de un ambiente de aprendizaje positivo.
Perspectiva Constructivista: Esta perspectiva se centra en el papel activo del estudiante en la construcción de su propio conocimiento. Se enfoca en la interacción entre el estudiante y su entorno, fomentando el aprendizaje significativo y la resolución de problemas.
Perspectiva Crítica: Esta perspectiva busca analizar y cuestionar las estructuras sociales y educativas existentes, con el objetivo de promover la equidad y la justicia social. Se enfoca en la conciencia crítica, la reflexión y la acción transformadora.
Perspectiva Socio constructivista: Esta perspectiva destaca la importancia del aprendizaje social y la interacción entre los estudiantes. Se enfoca en la construcción del conocimiento a través de la colaboración, el diálogo y la participación activa en actividades grupales.
Estos son solo algunos ejemplos de perspectivas pedagógicas, y existen muchas más en el campo de la educación. Cada perspectiva tiene sus propias teorías y enfoques, pero todas comparten el objetivo de promover un aprendizaje significativo y el desarrollo integral de los estudiantes.