Mañana al despertar piensa en mí

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Año XLV

Lima, abril de 2018

Nº 375

“MAÑANA AL DESPERTAR PIENSA EN MÍ” DAVID AURIS VILLEGAS Nacido en 1975, Perú. Escritor, cuentista, poeta, pedagogo, conferencista, editor, teórico de la pedagogía del amor y profesor universitario; licenciado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, máster por la Universidad de La Habana y doctorando en Atlantic International University. Ha sido profesor capacitador en la UNMSM, profesor de la Universidad Ricardo Palma y profesor de postgrado en varias universidades. Ha publicado: “Cuentos de medianoche”, “Mañana al despertar piensa en mí”, “Comprensión Lectora para la vida” y “Cómo redactar Artículos Científicos”. Asimismo dirige su canal en youtube, dedicado a la pedagogía y literatura, además cuenta con su blog, (diariosdeunvagabundo). CIAL 1

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EDIC

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SP E N Ó


MAÑANA AL DESPERTAR PIENSA EN MÍ

SUEÑOS

Mañana, cuando me descarríe de las heredades de tus efluvios y abrigos soñados, postergando embriagadas promesas y piadosas sonrisas, escucha mi silencioso grito escribiendo tus secretos alientos sobre ciudades somnolientas.

Mañana, al atravesar el aparente paraíso de los sueños, escuché tu dormido nombre impregnado dentro de mi recuerdo.

Arrullando tu irresistible dermis, al pie de milagrosas pirámides, ¡Allí estaré! ¡Esperándote desde siempre!, desnudo y enamorado, murmurando músicas repleto de ilusiones y recuerdos imborrables, confundido en los brazos del inevitable destino. Cuando al final del polvoriento atardecer, apeteces acostarte bajo anfiteatros imaginarios; antes que los ruiseñores esbocen la nostalgia de lo imposible, acércate a los solitarios muros para degustar orillas de tu boca. Mientras bellos momentos, rasguea la dormida fantasía, recuerda mi unánime retrato entre húmedas almohadas y abreviando nuestros agradables parpadeos, prestos y soñolientos, ¡Viajaremos hacia el país del ayer! Al escudriñar tus peregrinas confesiones, aguarda mi aliento y emergiendo antes de la alborada, garabatea aquel misterioso destino velando mi olvidado porvenir sin fábula. ¡Amor! Mañana al despertar, búscame en la fiesta por disfrutar. ¡Mañana al despertar piensa en mí! 2

¡No me dejes alma mía!, entonaban un coro de multitudes invisibles. Supe entonces que, no te había perdido. Simplemente, te he esperado. al borde de la medianoche. Donde fundiremos nuestra voz en alas del tiempo que no conoce eternidades, para viajar despiertos. Contemplando la vaga muerte del amanecer, que, a veces hablan los recuerdos de la prehistoria, y la promesa de un mañana feliz.

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MUJERES DEL ORIENTE

SIEMPRE ESTUVISTE ALLÍ

¡Oh Mujer con sabor a arándanos! Dormido sobre pardas colinas, anhelando envolverme en tus halagos, contemplo tus gemelos que hoy escriben, un universo lóbrego, donde la inocente impiedad se ha apoderado y es más fuerte que mi amor, evitando perderme entre tus brazos que empapada y desahuciada, ante los designios de aquellos reyes y dioses, luchas por no desaparecer.

Recogiendo palpitantes suspiros, escuché tu olvidada sonrisa al pie del tímido acantilado.

Esboza tus ligeras alegrías y disimulando misteriosas túnicas, olvida aquel universo precario. Viajeras de cuentos imaginados, de los hades y el encanto, del exterminio y la resurrección; pronto todo habrá consumado, desafiando viejas ambiciones, nuestros peregrinos destinos. Adiós mujeres del oriente, entre mis alas de pájaros abrigaré, tus dormidas miradas nostálgicas,

Acantilado colmado de amor, incógnitas, pasos, promesas, perennes comienzos e indecisos recuerdos y memorias, pasos de consuelo y porvenir, pasos, donde ya no nos encontramos. O tal vez escribamos días extraordinarios perfilando cándidos encuentros en nuestros sueños. Sueños tímidos como los pájaros, edificando nuestra impalpable morada desparecen en los atardecidos árboles del amanecer. Amanecer, piadoso de despedidas, escribe nuestro ligero equipaje para emprender un permanente viaje. ¡Pero Tú! Como el tétrico tiempo, siempre estuviste allí.

¡Adiós mujeres que siempre me esperan al pie de candentes montañas! 4

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AMOR PROFANO ¡Qué importa no haberme amado! Mi alegría acaricia tu retrato, tu amor profano, acostumbrándome a renunciar tu ilusorio aliento. Escuchando la marsellesa en las afueras, muriéndome por cada instante de locura, ¿Ahogaré mis ilusiones en los recuerdos? Mi anhelado sueño al caer noches memorables, vio partir todas mis ilusiones y abrigando la esperanza de volver a verte, avivé mi destino sin rostro, al pie de aquel arrabal que por casualidad conocí tu dormido corazón, cuando viajabas feliz y enamorada. Lejos de egoísmos y sin tu amor. Mi estrujado corazón te sueña caminado de mano de otro hombre que apenas sospechas. Te amé al atardecer del destino de promesas y eternos suspiros. Acariciaré cada mañana tu adorable perfume y siempre vivirás en mis sueños con tu silueta invisible. ¡Muchacha de ayer! Dormiré en alguna parte y cremarán todos mis recuerdos y esparcirán mis besos sobre los campos que nos espera y, volveré hacia las entrañas de los padres de mis padres y mis sueños.

VOCES Todavía se mantienen en pie, sosteniendo marfiles perfumados de la infamia, que los liberales intentaron arrancar con discreción y astucia; desde lóbregos castillos adorando al sagrado Dios de Moisés. Un día más de batalla desafía amables ambiciones, engendrados en el vientre de un universo chismoso, bajo alas de gaviotas excitadas. ¿Son los niños cantores los privilegiados? ¿Qué de aquellos que no tienen nombre? ¿Por qué ocultamos a los niños que luchan para alargar sus interminables sueños? ¿Dónde se ocultan aquellos que apenas dejan escuchar su voz mortecina? ¡Ah! ¡Hombres! Robles e inútiles fangos; que perennizarse quieren, convirtiéndose en dioses sobre los débiles y pobres niños y niñas que aprendieron a sonreír.

¡Y tú! Vendrás a verme y bajando tu mirada, sollozarás en brazos de un hombre que apenas conoces. ¿Tarde será? Viajaremos hacia la eternidad de nuestra leyenda y ¡Volveremos a vivir alguna vez! 6

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SI YO PUDIERA

MUCHACHA DE LAS COLINAS

¡Si yo pudiera! Pintaría anónimos destinos legibles; nadando sin brazos contra turbulentas correntadas, danzaría descalzo sobre alegrías sepulcrales, cantando desnudo con la voz de un ángel, andaría ligero con tus piernas tullidas, comiendo con las manos del mendigo, dormiría noctámbulos sueños, amando tu corazón inexplorado.

Hablabas de amores esotéricos y rosario de oraciones misteriosas, Mágica Muchacha de las colinas.

¡Si yo pudiera! Me reiría a carcajadas de la muerte, partiendo algún día que nadie recuerde; besando la luna con tus manos oscuras, saciaría mi sed; embriagado con el néctar de ignotas mujeres, correría descalzo y volando con alas de pájaros distraídos, viviría en la eternidad de un día cualquiera. ¡Si yo pudiera! Escribiría poemas que nadie ha leído, contemplando a Dios con los ojos del ciego, escucharía tu música silenciosa, acariciando el infinito con impalpables manos y apedreando los demonios que corroe mi alma te besaría con mis imaginarios labios.

Viajabas en tranvías y bromeabas con otorongos, pájaros y madreselvas, Peregrina Muchacha de las colinas. Suspirabas junto a vírgenes y escribías tu porvenir virtual de letras, Alegre Muchacha de las colinas. Reías efímeros amores, sobre aguas azules de tu única casa, lleno de palomas y retratos, Feliz Muchacha de las colinas. Sembrabas trigales sobre rocas y regando con tu néctar, cosechaste bebés con alas, Virgen Muchacha de las colinas. Dormías al lado de cataratas azules, feliz y extasiada soñando un amor lejano, Ilusa Muchacha de las colinas. Amabas a un hombre por conocer y besabas manos de santos en antiguas iglesias, Desconocida Muchacha de las colinas.

¡Si yo pudiera! Escalaría montañas con pies de mi abuelo, leería la Biblia para acariciar el averno; cosechando los campos donde nunca sembré, jugaría con serpientes y leones, disfrazándome con hojas del desierto, leería un diario que me diga toda la verdad y hurtando todas las armas del mundo, soñaría, paz en la tierra para la ofuscada gente, ¡Si yo pudiera, pintaría la luna! ¡Si yo pudiera, sería muy feliz!

Danzabas mágicamente, cantando finamente, perfumabas como las flores soñadas, Maravillosa Muchacha de las colinas.

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Disfrutaste mucho; solitaria y ligera, viajabas hacia futuros recuerdos, Bendita Muchacha de las colinas. Desandas torpemente luciendo tus cabellos pintado por el tiempo, Muchacha de las colinas que aún te espero.


NO ES SU CULPA Al partir, juró escribirme todas las noches, ¡Nunca lo hizo! no la culpo, simplemente así es la eternidad.

EL BUSCADOR Emergió desde los sueños, besó tus mejillas, abrazó mi corazón, durmió tus sueños y sonrío con nuestros labios.

El sabor de su boca, todavía disfruto, como si la hubiera besado mañana.

Dibujó tu nombre sin conocerme.

La he soñado cada instante en infinitas imágenes, escuchando voces de los niños que tal vez tendremos y leo los sueños que escribiremos.

Escuchó los gritos de tu silencio y retornó al territorio de los sueños, como el águila de los alpes, agitó recuerdos olvidados al nacer.

A la mitad del camino, vivía locamente enamorado, ahí están las promesas por leer, los muros que olvidamos levantar. Al final del viaje, la amo ¡Cómo no se imagina! Cada día fui a esperarla en el viejo banco prehistórico donde la besé por vez primera. Sus miradas me acosan lujuriosamente hacia los campos donde alguna vez resucitaremos. Y las empedradas calles de mi pueblo, cuentan una extraña historia de amor, de cartas no leídas, flores olvidadas, sueños dormidos, y promesas incumplidas.

Surtido de amor encontró, tus olvidadas pantuflas, mientras dormíamos y se marchó a la región de los recuerdos. Al caer la tarde, sonrió nuevamente y entendimos que nada buscaba; simplemente nos encontró, donde quizás nacimos. Al fin partiremos. ¿Quién sabe a dónde? Tal vez te busca y aún no lo sabes, tal vez te encontró y nunca lo sabremos.

Esta tarde, iré por última vez a esperarla, porque mi tiempo, ¡Se ha terminado para volver a empezar!

Simplemente abre tu corazón y guarda el aliento satisfecho, regálame una sonrisa y veras a ti misma, simplemente sonríe, y otros, te habrán soñado.

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Una posible etimologia de la palabra “leer” según el maestro Luis Jaime Cisneros es aquella que se remitía al pueblo latino, que era eminentemente agricultor y que para ellos era “recoger el buen grano de la cosecha”. En la presente selección de poemas de David Auris Villegas, del poemario, “Mañana al despertar piensa en mí”, se puede apreciar lo mejor de la inspiración del autor, cuyos versos narran esperanzadoras historias de amor o aluden a situaciones singulares, pero también se manifiesta un ardiente sentimiento por la musa inspiradora. Auris, expresa además su inalterable vocación de soledad, que resulta siendo su mejor aliada y compañía para dibujar, con el pincel de su estro, imágenes quizás no tan coloridas ni floridas pero sí muy sentidas. Sus versos nos ofrecen reflexiones y mensajes y en cuya lectura tendremos particulares satisfacciones a modo de placenteros viajes. La sensibilidad del poeta está en constante búsqueda de querer expresar aquello que lo impresiona y en instancias más sublimes lo que conmueve su espíritu y de así dejar lírica constancia de su quehacer intelectual. Recojamos el buen grano de la cosecha de este florilegio, fruto poético de un especial jardín-numen como es el de David Auris Villegas. VÍCTOR CAMPOS ÑIQUE Docente, Periodista y Crítico Literario

LA TORTUGA ECUESTRE- Edición especial Año 45 - N° 375 - abril 2018 Director: Gustavo Armijos Morales García Naranjo 673 - La Victoria HECHO EL DEPOSITO LEGAL EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERU N° 2018-05580 Impreso en abril de 2018 por Miguel Ataucuri/Gaviota Azul Editores Jr. Azángaro 720, Lima

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