poco abrieron un espacio sobre Juan Montalvo en su tránsito de vida en la hermana Colombia, su obra, su indumentaria y su ejemplo para esa Patria grande, lo hicieron en coordinación con la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo del Carchi, es decir, estar en la frontera, en mi caso, fue volver al lugar de origen con ternura y paisaje, sol y trigo al mismo tiempo y por esa ruta, y por ese camino, hemos caminado y avanzado hasta que haya posibilidad en tránsito de vida. Hablando de su gente, ¿qué vibra con mayor fuerza en el alma del carchense? En el alma del carchense lo que vibra más, es la gratitud y la inclinación a seguir las huellas de lo que se hace positivamente. En verdad que en mi tránsito de vida, que no es corta tampoco larga, agradezco al de arriba. El mejor de los homenajes, el mejor premio que he recibido espiritualmente es gracias a mi mi madre, esposa e hijos, y ese pueblo enorme que no está ubicado en el área de frontera sino disperso en el Ecuador y el mundo, el carchense, que está demostrando la solidaridad con su pueblo y su gente. ¿Qué le recomienda al joven de hoy para involucrarse en la cultura? Precisamente la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Carchi, a la que llamo con ternura, casa de puertas abiertas y escenarios libres, cromosoma inviolable de alegría, clonación de lo sublime y eterno. De puertas abiertas para todo género y toda edad, pero, sobre todo de los niños y la juventud a la que la amamos tanto y queremos preservar sus propios valores, la lección que doy es volver a la lectura. No desconocemos la importancia de la tecnología pero tenemos que hacer lo que decía Neruda, salir en busca de la creación, con la sencilla, pero definitiva vocación de la palabra, y la palabra está en los libros. ¿En qué momento el galeno resuelve tomar la pluma? La cultura es un capítulo global y dentro de ese enorme capitulo está la poesía, no la más difícil, la menos reconocida últimamente, pero mi tarea literaria, el querer buscar la luz a través de la inmensa soledad de la palabra, inició desde la vida de estudiante en el colegio Bolívar de la ciudad de Tulcán y luego en la Universidad Central, guiado de la mano de ese enorme maestro medico, humanista, periodista seguidor de los pasos de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, el Dr Enrique Garcés. De vuelta a mi provincia, me dediqué a tratar de dormir poco, pero soñar bastante a través de la palabra, convencido de que sin escribir, sin amar intensamente, los muelles se clausuran en verano, por eso escribimos intensamente, para violar silencios, porque cuando escribimos se multiplican las rosas en la sangre, se liberan los juncos, los violines, las lágrimas, la amapola iluminada de los cuerpos. Ahí está la poesía y ahí está el tránsito de vida de quienes de alguna manera hemos tenido no el privilegio, sino ese destino. ¿Cómo fundador del Grupo Cultural Caminos, qué podría comentar del objetivo y trabajo desarrollado?
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El grupo “Caminos del Ecuador”, lógicamente nació en la ciudad capital, pero integrado en su mayoría por escritores jóvenes carchenses, algunos de ellos viven todavía: Wilson y Gandy Burbano, algunos que se fueron muy prematuramente como don Gonzalo Pozo Álvarez; viven Atahualpa Martínez, Félix Yépez Pasos, ellos organizaron el Grupo Caminos en la ciudad de Quito, por la hermandad formamos una filial en Tulcán en la década del 70 y ese “Grupo Caminos”, fue, es y será un puntal para el desarrollo de la cultura en nuestra provincia, todavía trabaja, todavía camina, habrá un antes y un después del “Grupo Caminos”. ¿Cuál sería su visión sobre el quehacer de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en la coyuntura de su aniversario 70? La Casa de la Cultura Ecuatoriana no debe hacer lo de hoy, debe hacer lo que inculcó el maestro Benjamín Carrión, crear la Patria grande, el Ecuador profundo a través de la cultura, pues surgió en 1944 cuando la Patria, herida en el sur, con huérfanos, desvalidos o viudas, el maestro se propuso y lo consiguió, crear la frontera viva, si no fuimos potencia en lo militar, no fuimos potencia en lo territorial -dice el maestro-, tenemos que llegar a ser una potencia digna de respeto universal a través de la cultura, esa es la lección que seguimos y ese es el principio y fundamento de la vida de la CCE, esté en manos de quien esté a nivel central, y de los núcleos provinciales. ¿Cuál es su mejor experiencia para articular el ideal de la cultura con los cantones y provincias? El núcleo del Carchi tiene una experiencia, construimos un proyecto que lo llamanos “Caravanas Culturales” o “Rutas del Encuentro”, salíamos desde la casa provincial hacia los cantones llevando un mensaje de música, arte, teatro, danza, conseguimos hacer un inventario de lo que el pueblo quiere, lo que falta es recursos y sobra esperanzas. ¿Cuál es el aporte de Luis Enrique Fierro para el Ecuador en el presente y futuro? Luis Enrique Fierro – dice con certeza- ha aportado en algo al desarrollo cultural de su provincia, de su país y mas allá de su país en ultramar, en el Caribe, lo que hay que pedir es que en la neurona persista un poco de luz para seguir en esta tarea, de decir a través de la palabra, lo que debe decir la humanidad y el mundo, sobre todo en esta tarea social que me tocó compartir en calidad de médico. La poesía no es solamente llanto, la poesía es esperanza, la poesía es camino hacia un nuevo destino lleno de luz y de ternura. ¿Le parece apropiado hablar de emprendedores de la cultura o del arte? En general los emprendedores deben existir y existen, pero cada emprendedor en su entorno debe encontrar puntos de apoyo, de fortaleza, existen emprendedores en todas las latitudes, en todas las manifestaciones del hombre y en la cultura con mayor razón. emprendedores
Año 10 / No 62 / 2014
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