"El gato de Schrödinger" taller de escritura automática y creación poética (VI edición)

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“El gato de Schrödinger”
Taller

de

escritura poética
“Les adorables étrangetés”
Lucas Clavel
“El gato de Schrödinger”

Plaquette del taller de escritura poética y automática “El gato de Schrödinger” creado, coordinado y dirigido por María M. Azorín (Luella Miller en su versión B)

“¿Quiere esto decir que la Luna no está ahí cuando nadie la mira?”

Albert Einstein

Acabar con la decoherencia es imprescindible.

15-07-2024 00:17

Limpiar de telarañas las partes altas de las casas es una tarea necesaria, al menos, una vez en la vida.

Lo difícil es saber cuándo es el momento oportuno. Octavio

Decidme, ¿alguna vez os sentís perdidos? ¿Sólo me ocurre a mí?

Siento que soy mi peor enemiga, un gigante terrible al que tengo que enfrentarme a diario, al que apenas puedo vencer.

Unos días siento que estoy tímidamente por encima de él y entonces, en un segundo -no se necesita mucho más de un segundo-, ocurre.

Viene a mí y me engulle.

Miedos, dudas, temores, inseguridades y (el peor de todos) el desprecio -maldito desprecio que me hunde y vence-.

Y lo sigo intentando.

MaryAnto de Morles

Poema DADÁ

(programa de las fiestas de la Virgen de 1978)

Eres Tú Cerro

A vosotros los que pasáis por el camino Actos

Y ALMAZARA

ENTONCES DIJE

Todas las madres sufren

Octavio

1 julio 30 sg

Los picores trepan y me arrastran por el barro. Las púas atraviesan mis poros y el ardor baila en los charcos. Soy mala, debe ser la penitencia.

Una cama grande y vacía, días largos sin sueños, llenos de rutina.

Mañanas sin ilusión, noches sin prisas, dolor sólo a medias: "soledad". Abrazos mis brazos, hombros donde llorar muchos más los momentos de risa vacíos que suenan a hueco sin un oído donde llegar y sentir su eco.

MaryAnto de Morles

Marta Gómez de la Vega

(23-julio)

Te busco y no te encuentro estás, y ya no estás. te marchas sin esperarme.

¡Maldito tiempo!

Los sueños no aparecían, Tampoco el sueño en sí.

Esperaba explorar otros mundos para evadirme de este, pero no había manera y la luz de la luna entraba por la ventana.

Nunca me gustó el fútbol, es más del circo.

Aunque reconozco que me agrada que gane la selección española.

¿ Será qué a pesar de todo, no podemos evitar pertenecer al rebaño?

Beltrán

3 julio

Pomelo

Pájaros en la mañana Añil

10 julio

“El poema de los átomos” de Rumi

Callarse, es la llamada de los que no escuchan.

Oírte es lo que quiero.

Oírme, palparme cada centímetro de esta voz áspera que tengo.

También gritar ¿por qué no? La tierra grita llena de llagas y pus y el ardor se alza como forma de exorcizar la impotencia.

Desiertos, luchas que amenazan con explotar las montañas.

Me tumbo en el suelo boca arriba y extiendo mis brazos, agarro con mis palmas la tierra que todo lo da, a pesar de lo mucho que le quitan. Respiro al ritmo del pulmón del mundo. Lato, porque hay mucho que habitar.

de la Vega

A veces siento que tengo superpoderes y luego me despierto.

De cuando MaryAnto De Morles y Marta Gómez de la Vega coincidieron en Montmartre:

- ¿Quién es la persona más importante en tu vida?

- Un jarrón de China con una raja en el centro.

- ¿Crees en las almas gemelas?

- Un olor sospechoso.

- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado tus padres?

- Versos ilegibles.

- ¿Cómo se forma un nudo en la garganta?

- Movimiento del cuerpo lento y caótico.

- ¿Qué cosas valoras?

- Aficionado al tenis de mesa.

Domingo 14 julio 12.30

Llueve ahí fuera. Sin cesar, sin compasión el llanto no cesa. Explotan los cielos con la rabia contenida del que sin piedad ya no perdona la desmesura. Se anegan los peces, las olas, las charcas. Todo nada a paso lento mientras ellos rezan a la Virgen de las Misericordias; esa que espera en su trono de espaldas y por su velo de hilo y seda resbalan las peticiones de los otros, vulnerables del mundo.

Marta Gómez de la Vega

Relámpagos, sacudidas, el mundo se tambalea y justo después llegaste tú.

MaryAnto de Morles

02-07-2024 00:02

La precipitación de lo que está por llegar no hará que el tiempo se ralentice.

Sólo permitirá que las nubes se esponjen. Octavio

05-07-2024 08:18

La extracción de la canela es un proceso laborioso. Primero hemos de reunir una cantidad adecuada de saltamontes para que, en formación perfecta, puedan crear una barrena orgánica capaz de horadar el suelo e internarse en lo profundo de este planeta naranja.

Conforme vamos descendiendo por el interior del planeta, la tonalidad de las rocas pasa del naranja al ocre y de este vuelve a distintas intensidades de naranja mezcladas con todos los tostados, sienas y marrones que te puedas imaginar.

Cada vez huele más y más a canela, ese aroma reconforta a los saltamontes y los anima en su tarea. Se entrelazan unos con otros perfeccionando la barrena que forman dejando hacia afuera solo sus sierrecillas con las que van, poco a poco, desprendiendo la arena y la roca y haciendo más profundo el agujero.

Conforme van profundizando, extrañamente, van sintiendo más frío, y sobre los marrones comienzan a observarse iridiscencias azuladas. El frío aumenta

y la dureza del terreno también. La barrena de saltamontes siente que su trabajo ahora es mucho más difícil y penoso pero a pesar de ello, las iridiscencias crean una atmósfera fría y a la vez irresistible. Comienzan a tener la sensación de estar flotando en un medio etéreo como una especie de plasma azul que a su vez contiene todos los colores.

Octavio

(21-julio)

Te echo de menos pero al mismo tiempo no quiero verte. Te quiero cerca pero estoy lejos. Te sueño, seguramente, pero no lo recuerdo.

Mi vida gira y gira como en un viejo carrusel. Entonces pienso en esos millones de personas que giran a la vez en el mismo viejo carrusel llamado vida.

MaryAnto de Morles

15 julio 9.30

La mañana afloja el tendedero y las conquistas cuelgan un trozo más abajo. Me pregunto si llegarán al suelo con el paso de los días. Es curioso cómo encoge la lana, ensancha el lino y se mancha el algodón. No hay pureza en ninguno de los días que aguardan la arena pasando por el hueco del reloj.

Marta Gómez de la Vega

(19-julio)

Odio el humo de la nicotina. Lo imagino asfixiando todas las mitocondrias de mi cuerpo.

Otra vez los mosquitos pesados, intentando hacerme su presa. Mientras yo pensando en la clandestinidad de la noche.

Al menos me queda el consuelo de haberlo terminado, aunque todavía queda por donde seguir. También se acabará.

En ese instante en que llegaste a mi vida, supe que nunca más estaría sola, que el aburrimiento había huido para siempre. ¡Ojalá pudiera describir todo ese amor que despiertas en mí!

MaryAnto de Morles

27-06-2024 11:10

Sala de espera del médico.

Lo que quiero que venga en este momento lo acuno y consigo que crezca. Capullo. Octavio

17. Julio 19.25 30sg

Cuelgan los pendientes de mis orejas buscando el centro de gravedad, allí donde postrarse para pedir el perdón o la fuerza, no se bien.

Marta Gómez de la Vega

El mar estaba bravo. Los niños correteaban por la orilla con sus cuerpos mojados y relucientes reflejando los rayos del sol. Samira estaba sentada cerca de mí, en la orilla, mientras yo recolectaba pequeñas piedrecitas de todos los colores y formas. Ella me miraba mientras mojaba sus pies. Sólo los pies. El resto del cuerpo lo mantenía cautivo por completo dentro de su ropa que llegaba hasta los tobillos. Arremangarse hasta los codos era la única licencia que se permitía. Yo estaba en bikini y me sentía un tanto incómoda por la desproporcionada situación. Dos pequeños triángulos que me cubrían apenas el pecho y un pequeño tanga escaso componían mi vestimenta. Podría haberme puesto algo un poco más recatado. Solo un poco más. Pero siempre me había gustado estar así en la playa, además, había en mí un cierto sentimiento de reivindicación y yo era de condición rebelde… Ella, extrañamente, parecía sentirse muy agusto en mi compañía. Los niños chapoteaban ahora más cerca y me miraban como a un animal exotico, no estaban acostumbrados a estar con una

mujer adulta con tan poca ropa en la playa. Ya tenía un buen cargamento de piedras y las dejé en una bolsa en el suelo. Me senté junto a Samira. El sol ya estaba bajo y confería unos reflejos rojizos y anaranjados al horizonte que batía con azul y verde de mar arremolinándose en un baile extraño y salvaje. El cielo se veía celeste intenso surcado por lanzas doradas que se metían en el agua ondulantes. Estuvimos un buen rato, allí sentadas, en silencio, mirando hacía el horizonte.

¿Quién sabe? quizá éramos lo mismo. Éramos parte del mar, con nuestros cuerpos compuestos de agua salina en una gran proporción. Seguramente entrando en sintonía con su música. Sintiendo nuestras moléculas danzar un baile ancestral y siendo parte de un todo. Se me ocurrió pensar que el mar era como Dios, componiendo toda su creación con su esencia divina y líquida.

A lo lejos se veía un barco, balanceante, como una pequeña aparición, difuminado su contorno etéreo con el reflejo del sol.

Sería maravilloso poder adentrarse con él en la inmensidad acuosa y viva, 23

hasta perder de vista cualquier límite o formación de tierra. Estar en medio de la nada, pudiendo dirigirse hacía cualquier lugar sin utilizar sendas ni caminos ya trazados. Me levanté y me adentré en las aguas nerviosas. Sentí una lengua fresca que me lamió todo el cuerpo. Tras unos minutos salí del agua y me volví a sentar en el mismo lugar donde lo había estado antes.

Me quité el sombrero y las gafas de sol. El astro estaba débil y no podía ya quemarme. Cerré los ojos y tiré la cabeza hacia atrás para sentir su calor y recargarme de su energía. La brisa acariciaba y suavemente mi piel mojada y salada. Estuve allí, secándome, no sé cuánto tiempo, puede que cinco o diez minutos. El tiempo no es importante cuando no se tiene prisa…

Abrí los ojos y miré a Samira, que permanecía en total silencio. Su rostro ovalado, enmarcado por el hiyab, se veía hermoso. Se me ocurrió pintarla tal cuál. Ella debió percibir que la estaba mirando y apartando la mirada del horizonte me miró. Me vi reflejada en sus inmensos ojos oscuros. Cómo si fueran dos ventanas a las que podía

asomarme. Tras de mí se veía el mar de fondo.

Iba a sacar el móvil para captar ese instante, sacarle una foto y pintarla más tarde.

Una ola avanzó agresivamente mojándonos las piernas y Samira se levantó de un salto.

Seguramente el mar se revelaba ante la idea de que yo sacase el móvil para desvelar sus secretos. Eso era algo entre él y yo. No podía haber testigos tecnológicos por medio.

Mantuve la idea de pintarla con el mar como escenario.

Olivia Beltrán

03-07-2024

Sinestesia 1.

Una estrella.

Al segundo movimiento de la segunda sinfonía de Gustav Mahler.

Al bostezo de una hormiga.

Sol húmedo y plateado.

Pan tostado con aceite. El latido de la tierra.

Al frío del rocío.

A chocolate y menta, y a caracoles.

Octavio

Mi Gabbana ten cuidado. Eres pequeña y el mundo es grande. Hay mucho que explorar, aprender y vivir. También hay muchos momentos para ser valiente y feliz.

MaryAnto de Morles

(28-julio)

Seguramente no lo creerás, pero tú siempre rondas por mi cabeza, eres mi gran distracción. Dulce pensamiento recurrente.

A menudo me sorprendo pensándote en circunstancias que requieren toda mi atención.

11-07-2024 00:08

Rápido, aliento, falta de aire. Sumérgete y verás como puedes respirar debajo.

Pero no te quedes, regresa.

Octavio

20-07-2024 14:14

La exactitud de las olas a la hora de acariciar la arena, es algo que escapa a nuestro entendimiento.

Sólo el viento sabe la cadencia precisa.

Octavio

50sg

Lluvia seca, flores húmedas, electricidad lánguida; fenómenos ambientales extraños como yo, como tú, como todos. Los pájaros huyen en bandada porque el ambiente que ofrecemos es irrespirable.

Gómez de la Vega

Estoy viendo fotografías de ayer. Algún día serán un valioso recuerdo del pasado.

de Morles

31-07-2024

La ahogada del Sena.

Sándalo dulce y denso. Te esperaré en el lugar aquel, bailaré despacio, hasta que mis pies se paren el uno al otro, hasta que el roce de lo infinito me detenga, y me hunda. Licor denso.

Ese fue el final.

El frescor que le precedió.

Octavio

(20-julio)

El calor me derrite, el frío me retiene.

No tengo punto medio.

Soy una inadaptada climática.

Entre otras cosas.

Olivia Beltrán

Hace tres días, mientras hacía limpieza de verano, me caí de las escaleras. ¡Qué dolor! Estuve como dos horas en el hospital y salí con la pierna rota y un par de costillas fisuradas. Me pusieron de tratamiento de reposo durante dos semanas para ver cómo evoluciono. ¡Ay, no! ¿Qué voy a hacer encerrada tanto tiempo? Me muero del aburrimiento. Y sin parar de llorar y refunfuñar, llegamos a casa. Fran cansado de escucharme, me preguntó: "¿Quieres que te acerque la cama a la ventana?".

Mi primera semana de reposo ha sido muy dura. A ratos siento que pierdo la cabeza. El mal genio está presente todo el tiempo, al igual que el olor fétido que desprende mi cuerpo. No tengo ganas de ver la televisión. Incluso ya aborrezco las redes sociales. No quiero ni tocar el ordenador. ¿Qué me está pasando? Necesito encontrar algo que me motive. Otra semana igual no la puedo pasar. Con ayuda de mi marido, me lavo un poco, como bien y me digo: "¡Mucho ánimo, tú puedes!".

Entró mi gato en la habitación y fue a su lugar favorito, la ventana. Allí pasa gran parte del día. Entonces pensé que, si a él le entretiene, podría funcionar. Como Fran puso la cama pegada a la ventana, no tuve ningún problema para imitar a mi gato. Las horas pasaban. Nunca en los dos años de vida que tiene Rubio habíamos pasado tanto tiempo juntos. Se podría decir que me enseñó a relajarme y, sobre todo, a observar a las personas que pasaban por delante de mi casa: jóvenes en grupos aprovechando las vacaciones, padres corriendo llevando a los niños a casa de los abuelos antes de ir a trabajar, gente en bici, motos y coches, sobre todo mujeres de todas las edades empujando carritos de la compra. Esta semana estoy aprendiendo a imaginar sus historias y las voy anotando en una libreta.

Fijé mi atención en los dibujos de la pared: besos, «te quiero», una fecha. Eso sí, si consigo dejar volar mi imaginación, ¿quién sería Erika? ¿Qué edad tendría entonces y ahora? Son ocho los años que vivo en esta casa y lo recuerdo ahí siempre. ¿Qué sería de ella? Y lo más importante, ¿quién la quería tanto como para escribirlo en la

pared? ¿Estarían todavía juntos, se convirtió en un desamor o nunca existieron?

MaryAntoh de Morles

RECUERDO DE UN SUEÑO

Era un mal sueño. Trataba sobre mi hijo que está viviendo fuera de casa, en otra ciudad y desaparece, nadie sabía dónde está. El pronóstico de la policía no es nada favorable. Yo siento mucha rabia y angustia. Quiero averiguar quién es el culpable para vengarme, pero no tengo ninguna pista. Impotencia total.

Olivia Beltrán

Sábado 21 de julio a las 14.30h (60sg)

Allí donde el hombre devora todas las oportunidades dadas, el ansia de juego se mueve cabizbaja, pálida, densa como esa tierra seca que augura estío; mis pies, desperezados de aleteos superfluos buscan llanura húmeda, vergel que de respiro al aliento entrecortado. Hoy el pulmón respira ancho, el calor trepa por 34

los agujeros para acabar retozando en el hueco del ombligo.

Marta Gómez de la Vega

En el Reino de los desdichados

Desdichados aquellos que están esperando que la suerte llame a la puerta.

Puerta infinita que atravesar quisiera.

Quisiera un café para empezar el día.

Día de fuego, azul , luminoso.

Luminoso es el ocaso reflejándose en tus ojos turquesa.

Turquesa, añil, aguamarina, cobalto, esmeralda; la determinación de los matices.

Matices distintos distingo cuando entra la luz de la mañana por mi ventana.

Ventana a lo desconocido, al interior de tu alma.

Alma durmiente, alma esquiva, alma voraz, alma despiste, alma vergel, alma azul cian.

Cian fue la respuesta, el color que vislumbré desde el fondo de mi Abismo.

Abismo que se presenta ante mí en momentos de dificultad.

Dificultad de ser uno contigo, de ser única cosa pero siendo, sin remedio.

ÍNDICE DE SCHRÖDINGERIANAS: (Orden aleatorio)

Totum Revolutum

- Marta Gómez de la Vega - MaryAntoh de Morles

- Olivia Beltrán - Octavio - Luella Miller - Totum Revolutum

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