Micro

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Microrrelatos fantásticos

Textos escritos por estudiantes de sexto año “A” del nivel primario e inspirados en Los misterios del Sr. Burdick de Chris Van Allsburg. Colegio

2023
Sagrada Familia Tandil

Desde muy niño, Emiliano admiraba a los lobos, a la noche los veía cazar en manada hasta dormirse. Un día se convenció en adoptar uno, eligió uno que tenía un pelaje negro, suave y ojos verdes. Emiliano se pasaba día y noche jugando con el lobo, enseñándole a cómo se tenía que tratar y le encantaba dormir con él.

Una mañana, Emiliano, se despertó, fue a buscar a su lobo y se puso a jugar con él y con una pelota. Cuando estaban jugando, su lobo estaba cansado entonces se fue a darle de comer. A la mañana siguiente su mamá le dijo que le fuera a darle la vacuna de la rabia. Cuando estaban en el lugar vieron que había mucha gente esperando, después de 3 horas, los llamaron, cuando le estaban dando la vacuna, el lobo lo mordió a Emiliano, pero aparentemente no pasó nada. Pasaron los días y a Emiliano seguía igual hasta que a la semana siguiente, cuando se despertó, sintió una sensación rara y se dio cuenta que su lobo no estaba en su cama, pero había dejado unos pelos. Como todas las mañanas, ya asustado, se miró en el espejo y se había convertido en un lobo… una especie de fusión entre el animal y él.

Charly el misterio debajo de la alfombra

Aquel día en que Charly entró a su casa, le sucedieron cosas fuera de lo normal.

Al llegar a su casa se percató que las maderas de living estaban apolilladas. Por un lado, Charly se decía que los agujeros en las maderas eran producto de las termitas, pero por otro lado pensaba que aquellas estaban viejas y era hora de cambiarlas. Más tarde, se dirigió a la maderera en busca de materiales necesarios para el arreglo del piso. Una vez reparado todo, pasaron las semanas y volvió a suceder. Ahora había un agujero tan grande que la alfombra que cubría el suelo se hundía. Charly se asustó un poco. No podía ser que sucediera si él había fumigado de manera correcta.

Charly levantó la alfombra, tomó la linterna para observar ese agujero y pudo divisar que era profundo. Al acercarse más, las tablas se partieron y Charly cayó.

Rápidamente se incorporó, prendió la linterna y se le congeló la sangre, al ver que las termitas se habían convertido en un monstruo horroroso, enorme, que tenía seis patas, sus ojos eran rojos y desde ellos se podía ver el fuego ardiente del infierno. Ni bien Charly gritó por ayuda, el monstruo se lo devoró.

Así que ya saben, estos insectos diminutos, en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones, proporciones enormes. Y no es raro encontrarlos debajo de las alfombras.

• Bernardo Elissondo Vieira

• María Lourdes Teseyre

• Facundo Rodríguez

El misterio de Celeste Forger

A Celeste le fascinaba leer historias de todo tipo. Era imaginativa y muy curiosa, tan curiosa que tras haber leído todos los libros de la biblioteca, tuvo la necesidad de saber más. A la mañana siguiente se dirigió allí, y entró al sector prohibido. Tomó el libro de la repisa más alta, a pesar que el Sr Wheeler le había advertido, pero ya era demasiado tarde. Se condenó por haber abierto el libro.

Al anochecer, en un profundo sueño del que ya no despertaría, del libro salieron unas grandes y largas malezas, que se le introdujeron por la garganta y la ahorcaron lentamente. Y ahora yace bajo la tierra junto a las malezas cubriendo su cadáver.

Clara Acosta Fernámdez, Juana Barbieri Suzuki y Leo Disabatino.

Jane siempre vivió con su padre, su madre había muerto cuando él tenía tan solo 10 meses, desde aquel entonces, su padre siempre había estado triste. Lo único que lo hacía feliz era navegar, pero un día el 17 de noviembre su padre se embarcó nuevamente. Sólo que esta vez, nunca regresó. Desde ese día, Jane tuvo que vivir con su tío Jake. Jake era alto, de pelo negro, ojos marrones, flaco, antes de que su hermano falleciera le gustaba salir de fiesta, navegar y juntarse con amigos, pero ahora se había vuelto solitario.

La primera noche, Jane se levantó a tomar agua y buscó a su tío pero no lo encontró en ningún lado, esto le pasó repetidas noches. Una noche Jane se despertó más temprano de lo habitual y al pasar por la habitación de su tío, observó que estaba, y tuvo curiosidad de ver que hacía con un farol viejo, vio que lo estaba agitando, lo hizo por tres veces y luego desapareció. A la noche siguiente, Jane volvió a entrar a la habitación de su tío para investigar que era ese el farol, pero antes que desapareciera de nuevo Jake le agarró la mano. Ambos se habían teletransportado a otra dimensión, allí Jane se encontró con sus padres, los abrazó muy fuerte, se sentía feliz de volver a verlos. En este lugar cada persona viva o muerta hacía lo que le gustaba. Jane pudo disfrutar junto a su padre y su tío de ir a navegar y recordar los momentos hermosos que habían vivido juntos.

En la ciudad de Ohio, Estados Unidos, un niño llamado Archie Smith disfrutaba del cumpleaños de sus tíos. Todo iba bien hasta que llegaba su hora de dormir porque no se sabía el motivo, pero a él no le gustaba irse a dormir.

Una noche, cuando estaba en la cama, ya dormido, en la habitación escuchó dos vocecitas que hablaban.

-¿Es él?

Y la segunda voz respondió:

-Sí, es él.

¿Cuál es plan?-dijo la primera voz.

-Meternos en sus sueños, volverlo loco y que esa sea la causa de su muerterespondió la segunda voz.

Ese día soñó con su primo. Al día siguiente al contarle a su mamá, se le volvió pálida la cara ya que su primo había muerto esa mañana.

A la noche siguiente, soñó con su abuelo, al despertar se pensó lo peor pero al ir a la cocina vio a su abuelo sentado con su madre. De repente a su abuelo le agarro un dolor en el pecho. Hasta que en un momento se dieron cuenta que el abuelo estaba sufriendo un paro cardíaco, luego de unos minutos murió.

A la noche siguiente tenía miedo de ver el fallecimiento de uno de sus familiares, hasta que se dio cuenta que era inevitable. Esa noche soñó con su propia muerte y nunca más despertó.

De la cama a la muerte
Pedro Daguzan,Sofia Aguero y Fausto Boberi

De chiquita siempre soñé con ser monja, hasta que un día cometí un crimen que me cambió la vida. Yo era buena, muy buena, bondadosa, sencilla y carismática, pero un día, iba caminando por la plaza a las 4 de la tarde, la plaza estaba casi vacía, había tres adolescentes que estaban diciendo que no creían en Dios. Vuelvo a pasar por la misma plaza y encontré a los mismos chicos repitiendo la misma frase que me hizo enojar mucho.

Los invité a mi casa y ellos aceptaron. Mi casa es muy grande, de cuatro pisos. Es oscura, tenebrosa, muy tenebrosa, las paredes están rotas, despintadas, cuervos volando por arriba del techo. Les ofrecí un té y que se sentaran en la silla. No podía creer que no crean en el Señor, si todo lo que tienen es gracias a él. Basuras, horribles, asquerosos e inmundos. Estaba tan pero tan loca que no veía la hora de matarlos.

Los invité a jugar un juego, tenían que taparse los ojos y los oídos. Como no se daban cuenta lo que estaba pasando fui a buscar una cuchilla. Al primero lo decapité, al segundo lo tiré por las escaleras y se desnucó y además le corte los dedos y al tercero le corte la cabeza y le saque los intestinos. Los escondí en un armario y luego de seis días vino la policía porque los vecinos sentían olor. Se llevaron los cuerpos y me sometieron a la silla eléctrica. Había siete sillas y yo elegí la quinta que me llevo a Francia.

Lasarte, Fausto – Luque, Jonas – Maly, Ignacia

LAS SIETE SILLAS

DEBAJO DE LA ALFOMBRA

Recién me había mudado. Yo venía del campo que ciertamente era un lugar hermoso y cálido, nuestra casa de ahora, era lo contrario: fría y oscura, con una alfombra grande y roja. Esa alfombra siempre me dio mala espina. Unos días después de la mudanza mi amigo con el que me había mudado, quiso ir a las montañas. Yo me sentía mal con un gran dolor de cabeza, y decidí no ir.

Mientras estaba recostado en la cama me agarró hambre, fui a la cocina y me comí dos o tres galletas. Mientras estaba volviendo a mi habitación, escuché un ruido de uñas rascando un pizarrón y vi la lámpara en el piso, la levanté y la acomodé. Por suerte me acordé que tenía una pistola de mi trabajo. Semanas después de mudarnos, mi amigo volvió a ir a las montañas y me volvió a invitar, pero yo me sentía cansado así que no fui. Luego, escuché el ruido de mi muerte que sonaba igual que la primera vez, a uñas rascando un pizarrón. No sé en qué momento la cordura abandonó mi cuerpo, corrí hacia un armario aterrado donde allí tenía una pistola. Cuando volvió mi amigo pensaba que estaba loco, disparando al piso dañando la alfombra roja. Yo vi una mano tan negra como la noche, y me aterré tanto que terminé matando a mi amigo.

Lucia Imperiale Antonia Martin Joaquin Llorente

HUESPED SIN INVITACIÓN

Desde que era niño, nunca fui de tener muchos amigos. Era tímido, demasiado tímido y muy sensible, pero de todas formas nunca me importó. Comencé a crecer y por los comentarios que me hacía la gente, me volví una persona muy histérica y egoísta. Esto me afectó mucho y ya no me reconocía a mí mismo.

Tomé la decisión de mudarme a una ciudad lejana, muy lejana dejando atrás a mi familia que era lo único que tenía. Al llegar a mi nuevo hogar, sentí una vibra muy pesada, me sentía observado y comencé a marearme. Pero no le dí importancia, ya que estaba cansado por el largo viaje. Me fui a dormir y al siguiente día exploraría la casa.

Al otro día mientras exploraba el comedor, me percaté de una puerta que nunca había visto antes.

Atravesé la puerta y encontré un pequeño sótano con algunas cosas que parecía tener algunas cosas de sus viejos dueños. No pude investigar mucho más ya que en unos minutos tendría que salir para el trabajo y decidí dejarlo para mañana. Al volver del trabajo, la curiosidad volvió a mí y tomé la decisión de volver al sótano. Allí vi nuevamente la puerta y esta vez me pareció más rara aún ya que era demasiado pequeña. Empecé a desesperarme sin razón alguna, comencé a quedarme sin aliento, ¡no sé qué me pasaba! Mi corazón latía desbocado. Estaba seguro de que había visto girar el tirador de la puerta. La puerta comenzó a abrirse lentamente.

Salió una sombra de 2 metros de largo, ojos rojos como el fuego y una risa muy escalofriante, que en un instante me atacó y acabó con mi vida.

-Delfina Ceraldi

-Santiago Colman

-Felicitas Lucero

Siempre me dijeron que estaba loca. Yo no era loca, eso creía la gente por lo que yo decía. Yo contaba las cosas que me pasaban día a día, nadie las entendía. Lo que pasa es que eran cosas nada normales para la gente común. Les voy a contar por qué me llamaban loca.

Un día nublado y de lluvia se me ocurrió ir a la biblioteca del barrio, era la biblioteca del señor Liden. Allí le pregunté a Liden, por algún libro de terror, que me espantara.

Él me dijo que tenía el indicado.

Un día de tormenta lo leí. Todo iba bien, la luz de una pequeña vela me iluminaba.

De repente se apagó. En mi casa estaba todo bien cerrado y nada de aire podía pasar. Me di vuelta y el libro estaba en la página 9, me volteé hacia atrás y vi el libro estampado contra el piso, pero abierto en la página 9. La intriga me ganó, la comencé a leer. A los minutos me empecé a marear y sentirme mal. El libro comenzó a elevarse, pareciera que estuviese flotando. A los segundos me desmayé, estuve 3 días en cama y lastimosamente al noveno fallecí.

Cada 9/9 cuento mi historia a los vivos.

15 años de mi vida trabajé en el castillo del rey, era la cocinera, era amable, buena y siempre haciendo caso.

Un día, el rey me pidió que le cocinará una torta de calabaza. Fui a la huerta toda tranquila, y vi una que era rara para mí porque era más grande que las otras. La llevé a la cocina, agarré un cuchillo y se iluminó me asusté mucho lo agarré y se iluminó aún más, y sin más que decir decidí cortarla, no vi nada, terminé de cocinarla y la llevé donde estaba el rey con sus invitados. Todos comieron y me felicitaron por lo rica que estaba. Después de una hora estaban todos tirados en el piso muertos y la policía estaba llegando, eché un vistazo a la torta y vi unas larvas brillantes y toxicas llego la policía y hui. Hasta el día de hoy no sé qué habrá pasado con el rey y sus invitados solo sé que se fueron al más allá.

Estos paracitos de la calabaza, son microscópicos en el medio habitual, llegan a iluminarse por dentro de la calabaza. Son muy peligrosos porque tienen un veneno muy toxico que incluso puede provocar la muerte.

Solo Postre
Ignacia Valle, Joaquín Crocci, Baltasar Frías.

Desde muy niño, Juan Manuel disfrutaba de dormir. En sus tiempos libres, dormía, dormía y dormía. Juan Manuel vivía en un barrio cerrado en una modesta casa con su madre María y su hermano, Lorenzo. También tenía una fiel mascota que lo acompañaba a todos lados.

Un día Juan Manuel se quedó dormido y se sumergió en un sueño muy profundo. Soñó que luchaba contra los villanos y salvaba a los ciudadanos. Cuando se despertó el niño se sentía muy raro, se miró al espejo y vio reflejado un traje y unos ojos azules brillantes. En ese instante se dio cuenta que su sueño se había hecho realidad. Se había convertido en un superhéroe.

Niño maravilla
Ignacio Ponzo, Inés Panighetti y Milo Retondo.

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