la NIÑA
y sus sombras
HACER OBRA
Primer acercamiento al arte
Cuando nos referimos a la obra artística tenemos en cuenta sus dos aspectos constitutivos: ser expresante de un sujeto y a la vez, ser producto de un mundo objetivo.
Cuando hablamos de la capacidad de expresar que tiene el hombre nos referimos al proceso de simbolización que hace el artista.
Para entender qué implica este proceso, es importante tener en cuenta la definición de sím-
bolo de Hegel: “El símbolo es ante todo un signo. Pero en el mero signo, la conexión mutua que existe entre el significado y su expresión es
solo un vínculo totalmente arbitrario. Esta expresión, esta cosa sensible o esta imagen, está lejos pues de representarse a sí misma, porque más bien lleva ante la representación un contenido extraño a ella, con el cual no necesita tener nada en común”
Marta Zatonyi profundiza sobre este concepto y dice que “un significado ya existente, va a llenarse con un contenido nuevo, generado por el acto creativo artístico, que precisamente por serlo, no puede carecer de este proceso….” “El símbolo sugiere el resultado pero no lo descubre.”
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A través de la obra, el deseo más profundo del artista encuentra su expresión materializada, simbolizando su realidad psíquica, de forma articulada con el mundo objetivo.
Para profundizar sobre este proceso, Marta Zatonyi retoma los conceptos de consciente-inconsciente y sublimación de Freud. El psicoanalista definió la vida psíquica humana en dos niveles de estudio: la conciencia, que responde al estado de vigilia, a la experiencia directa del individuo y la inconsciencia que se refiere a aquellos fenómenos de los que no se tiene experiencia directa sino a través de repercusiones en la conducta. En el inconsciente permanecenlos hechos traumáticos que son forzados a per-
Zatonyi usa el concepto de totalidad intensiva para expandir esta idea: “en una obra de arte está el mundo”.
Pero lo que vive en el inconsciente no es totalmente reprimido. Lo que no lo es, logra salir y sublimarse, no en total desnudez, sino a través de un proceso simbolizante. En el caso del artista, este proceso simbolizante se materializa en la obra. Por eso decimos que el artista logra articular su realidad psíquica con el mundo objetivo. Porque es de aquí de donde él saca estímulos, temas, formas, realidades exteriores que pasan por su subjetividad y logra como resultado la creación artística.
Zatonyi usa el concepto de totalidad intensiva para expandir esta idea: “en una obra de arte está el mundo”. Es decir, la obra de arte opera concentrando el mundo interior del artista, su historia, sus experiencias concientes e inconcientes, sus preguntas y también el mundo exterior, el paradigma en el que esa obra se desarrolló, las ideas que operaban en ese momento.
manecer en el olvido a través de la represión que ejerce la conciencia, que censura el afloramiento de esas experiencias.
Aquasi sit rerest dolores ectotat quae doluptas estias volupta ventem faccum. Sum que que vernatinis aut maiores tiberis ea dolor.
Tomando un caso particular, podemos definir el terror como un género en el arte que busca expresar temas subliminales y trascendentales. Es una forma de expresar al hombre que provienen de la evolución subconsciente de los miedos ancestrales de la humanidad.
El género literario de terror surge en el siglo XVIII, como una de las formas de expresión del Romanticismo. En ese momento, la razón ilustrada era el único método válido para acercarse al mundo objetivo. El Romanticismo fue la manera de rebelarse contra el racionalismo imperante y buscar en el arte un lugar para desarrollar lo irracional, lo siniestro, lo macabro.
¨¨...el hombre, cuando ha sido capaz de dotarse de un instrumento con el que desmitificar al realidad y entrar en la madurez de la conciencia humana, vuelve su gusto hacia aquello que más se aleja de la pretensión de objetividad: lo fantástico, lo sobrenatural, lo que no tiene cabido en el rígido y ordenado cosmos de las leyes naturales que el marco de la razón ha delimitado como lo humanamente verdadero y propio...” Las miradas de la noche cine y vampirismo.
¨...el hombre, cuando ha sido capaz de dotarse de un instrumento con el que desmitificar al realidad ...vuelve su gusto hacia aquello que más se aleja de la pretensión de objetividad: lo fantástico, lo sobrenatural, lo que no tiene cabido en el rígido y ordenado cosmos de las leyes naturales...”
Surge así la novela gótica o novela negra que se nutre y participa de lo sobrenatural.
Es también, un vehículo para condensar preguntas ontológicas, es decir cuestionamientos que tienen que ver con el ser, más allá de la coyuntura y el contexto en el que se den. Preguntas sobre la vida, la muerte, la sexualidad, la fe, temas universales que atraviesan al hombre a lo largo de la historia.
Desde fines del siglo XIX, el terror cinematográfico logra dar forma a estas cuestiones por medio de metáforas audiovisuales. Sus argumentos suelen desarrollar desde un ámbito normal y natural, la intrusión de evento o personaje de
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naturaleza maligna y fantástica que no tiene cabida en el rígido y ordenado cosmos de las leyes naturales en el mundo racional al que pertenecemos.
Laniña y sis sombras
El paradigma en el cual se da la creación artística es la cosmovisión de un determinado momento y sociedad, por lo cual éste reflejará no sólo éstos temas universales sino también propios de su tiempo.
Una de las grandes problemáticas del paradigma postmoderno es vivir el género como una forma de clasificación binaria del ser humano. Judith Butler lo expone en su libro El Género en Disputa: “Aunque puede no parecer problemático ser de una anatomía dada, Ia experiencia de una disposición psíquica o una identidad cultural de género se considera un logro.
Así, Ia frase «Me siento como una mujer» es cierta si se acepta Ia invocación de Aretha Franklin al Otro definidor: «Tu me haces sentir como una mujer natural». Este logro exige diferenciarse del género opuesto. Por consiguiente, uno es su propio género en Ia medida en que uno no es el otro género, afirmación que presupone y fortalece Ia restricción de género dentro de ese par binario.”
El arte y en particular el cine, expresan esta problemática, indagando en los miedos de la mujer contemporánea, diferenciándolos de los miedos del hombre.
Por último, es imposible pensar los conceptos planteados sin tener en cuenta la cosmovisión imperante. Es decir, el ser humano, sus miedos, sus representaciones y su cultura están enmarcadas en un paradigma y por ende, en un conjunto de ideas políticas. Entendiendo política como forma culturalmente adquirida de convivencia y vinculación entre los individuos de una misma sociedad.
IT FOLLOWS
Esta película de terror cuenta la historia de Jay, una joven estadounidense de 18 años. Luego de una cita con un chico que estaba empezando a conocer, tiene relaciones sexuales en su auto. Todo parece normal, hasta que él le confiesa que le acaba de pasar una maldición: ahora ella será perseguida por una entidad extraña, que puede llegar a tomar la apariencia de sus seres queridos para acercarse a ella y matarla. La manera de escapar de esta trampa es pasando esa maldición, teniendo relaciones sexuales con otra persona. Jay deberá librarse de esta amenaza antes de que la mate.
OBRA POSTMODERNA
Anacronismo y pastiche.
El primer acercamiento a cualquier obra implica entender su paradigma. Los valores, las ideas imperantes del tiempo en el que fue generada son parte del mundo del artista y dan sentido a la obra.
Jameson afirma que la función del concepto postmoderno “es correlacionar la aparición de nuevos rasgos formales en la cultura con la de un nuevo tipo de vida social y un nuevo orden económico, que a menudo se denomina eufemísticamente modernización, sociedad postindustrial o de consumo, sociedad de los medios de comunicación o del espectáculo, o
capitalismo multinacional.”
Jameson sitúa está época remontando al cambio de paradigma en el auge de posguerra en los EEUU, a fines de los años cuarenta. Se dieron cambios en la sociedad sobre todo en los nuevos tipos de consumo y nueva desarrollo de los medios. El ritmo de estas modificaciones, nuevas estéticas y estilos en la moda comenzaron a avanzar aceleradamente con la influencia de los medios de comunicación conjunto al fuerte movimiento publicitario.
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De esta forma, como lo describe Jameson, el sistema social empezó a perder su capacidad de retener su propio pasado y a vivir un presente perpetuo y un cambio constante que regula las tradiciones que antes eran necesarias y
preservadas.
Una primera lectura de la película It follows nos hace preguntarnos en qué tiempo sucedieron los hechos narrados. Hay indicadores en el arte como los autos, los televisores o los sillones que dan cuenta de la moda en la época de los 70s. Por otro lado los personajes están vestidos con ropa que podríamos ver hoy en dia en la calle. El director pareciera negar el tiempo como idea de épocas compactas y diferencias, concatenadas una tras otra, y en su lugar refiere a un tiempo pasado, no del todo claro, como si fuera
“Parecemos condenados a buscar el pasado histórico a través de nuestras propias imágenes y estereotipos populares del pasado, que en sí mismo queda para siempre fuera de nuestro alcance. ¨
presente.
Pareciera que la forma de enfrentarnos a nuestro propio tiempo es desde el anacronismo. Hablar de un tema transversal a cualquier época y perder la idea clara de contexto, asumiendo así que no estamos anclados a un momento de la historia, sino que somos todo al mismo tiempo.
“Parecemos condenados a buscar el pasado histórico a través de nuestras propias imágenes y estereotipos populares del pasado, que en sí mismo queda para siempre fuera de nuestro al-
cance. ¨ Jameson, El Giro Cultural.
En la película hay una mezcla visual que a priori resulta contradictoria: decisiones artísticas como la paleta, o la locación principal son de una época pasada (década del setenta y ochenta) mientras que los lugares secundarios y el vestuario de los jóvenes, resultan más actuales.
En ningún momento hay una necesidad narrativa -en términos de verosímil- que justifique esta mixtura.
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Sin embargo, en una segunda lectura paradigmática de la película, podemos ver que es una característica imperante en las obras postmodernas vincular estilos pasados, manipularlos, trayendolos como recursos formales y resignificarlos.
Jameson define este fenómeno como pastiche: “...en un mundo en que la innovación estilística ya no es posible, todo lo que queda es imitar estilos muertos, hablar a través de las máscaras y con las voces de los estilos del museo imaginario.”
Jameson concluye en que estas obras hablan de lo mucho que nos cuesta hoy en dia referirnos a nuestro propio tiempo: “...como si, por alguna razón, no pudiéramos abordar hoy nuestro propio presente, como si nos hubiéramos vuelto incapaces de producir representaciones estéticas de nuestra experiencia actual. Pero si es así, se trata entonces de una terrible acusación contra el mismo capitalismo consumista o, como mínimo, un síntoma alarmante y patológico de una sociedad que ya no es capaz de enfrentarse con el tiempo y la historia. ¨
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ADOLESCER
El fn de la niñez.
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