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rompiendo una barrera

Por mucho tiempo el concepto de exposición de arte marcaba una distancia entre el observador y la obra. La obra se mantenía estática y el observador no interactuaba con ella.

Los sentidos son nuestra forma de percibir el arte, la vista, el tacto, oír, oler y degustar, es lo que a nosotros nos despierta emociones al momento de enfrentarnos a una obra.

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Crear una obra que involucre todos estos sentidos parecía algo difícil de lograr, pero con tantos avances tecnológicos, ¿esto no sería posible?

Las respuestas no tardaron en llegar, primero el arte inmersivo y luego aparecería el arte interactivo.

Esta nueva modalidad rompió con la barrera entre el observador y la obra, ya no se trata de mantenerse estático sino que el observador debe vivenciar la obra.

Esta tendencia crece cada día, y a medida que las tecnologías avanzan, los efectos de la misma cada vez se desarrollan más, dando resultados cada vez más asombrosos.

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