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DE LOOF

DE LOOF

¿ q u é p asa c on aque ll a s que fue r on silenc i adas en l a hi s t or i a de l ar t e?

Caracteres disponibles: x, @, e En 1972, Margaret Keane reveló una gran farsa: durante más de 15 años ella había creado los populares cuadros de ojos grandes que su marido, Walter, firmaba. Y en 2014, Tim Burton llevó su historia al cine. "Hay hombres que no están dispuestos a compartir la atención y el poder. Un ejemplo obvio es la experiencia de Margaret Keane, cuyo esposo pasó años atribuyéndose el mérito de sus obras y vendiéndolas como propias", subraya McCabe. Eso sí, admitía que ella era su musa y la definía como una pintora aficionada. Un ejemplo obvio es la experiencia de Margaret Keane, cuyo esposo pasó años atribuyéndose el mérito de sus obras y vendiéndolas como propias", subraya McCabe.

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> por MARÍA MARTIN

Semiótico, el nonágono. Un modelo operativo para la investigación cualitativa nace de la necesidad de su autor, Claudio Guerri, de condensar en un libro las investigaciones semióticas que viene desarrollando hace, al menos, tres décadas. Y creo justo decir que esa necesidad no es unilateral –la de un académico que en un punto de su biografía decide reunir en formato libro su pensamiento–sino que es especular en tanto da respuesta a demandas de estudiantes de grado, posgrado y profesionales de diversos ámbitos disciplinares que, al conocer el modelo y advertir su capacidadexplicativa, consideran propicio profundizar en él. El nombre del modelo hace referencia a los nueve signos del sistema arquitectónico peirceano en el que se apoya toda la propuesta. Cualquier conocedor de la obra de Peirce sabe de la riqueza de su pragmática que plantea el conocimiento como un acto en el que movimiento, desdoblamiento y solapamiento son necesarios. El deslinde de sus tres categorías, las imbricaciones entre los distintos niveles y las innumerables combinaciones propuestas permiten pensar todos los ámbitos de la experiencia cognitiva y, en virtud de la recursividad de esas categorías, proponer una inclusión de aquello que se observa en los contextos.

Las eternas olvidadas bajo un seudónimo. Menos conocido es un texto sorprendente, correspondiente a un temprano proyecto desarrollado por Peirce durante el año 1887.Se trata de un curso por correspondencia titulado. Menos conocido es un texto sorprendente, correspondiente a un temprano proyecto desarrollado por Peirce durante el año 1887. Se trata de un curso por correspondencia titulado “El arte del razonamiento”; en su circular –una suerte de volante– se aclaraba: “[Mr. Peirce] ha elaborado con gran cuidado, y como fruto de su mucha experiencia, un sistema de reflexión y mucha creatividad. práctica en el razonamiento” (Writings of Charles Sanders Peirce, v. 6, p. 548 y ss. Bloomington: Indiana UP, 2000). Más allá de las categorías, de la primeridad, la segundidad y la terceridad, de las tricotomías y su extraña terminología, creo que en este proyecto y en el “arte” que proponía es donde puede rastrearse la principal filiación del nonágono semiótico con la obra de Peirce. El nonágono semiótico es, antes que nada, una herramienta para razonar, es decir, es parte de un “arte”, pero en el sentido retórico, de una tekhné. Casi podríamos a pensar que para él la Semiótica es una tekhné y el nonágono semiótico, una de las tantas herramientas con las que los investigadores, como los antiguos oradores, se interrogan para comenzar a pensar semióticamente un para comenzar a pensar semióticamente un determinado fenómeno. Es una herramienta, un modelo operativo capaz de orientar cualquier investigación cualitativa, como dicen las Palabras preliminares, pero sobre todo capaz de mostrar la provisionalidad de ese ordenamiento. Cada lugar de esa grilla vacía, cada espacio lógico, repone un aspecto del objeto semiótico que se está analizando y que permite transparentar sus relaciones antes dadas. El desafío de operar con el nonágono consiste en asumir, desde el vamos, la complejidad que todo signo, que todo producto social, presenta por más simple o sencillo que parezca en una primera aproximación. Porque es un instrumento capaz de no dar nada por sentado, de hacernos comprender que eso que nos parece obvio no lo es tanto, y que cada producto social posee múltiples relaciones no observables a primera vista que lo constituyen en un cierto objeto semiótico. El analista, el investigador o el estudiante, al avanzar por los lugares lógicos que propone el nonágono, optando por alguno de uno de sus tantos recorridos posibles que parezca en una primera aproximación, y que en cada producto social y posee múltiples relaciones.

A la sombra de pollock: FLORINE STETTHEIMER, PRIMER AUTORRETRATO DESNUDA.

Mujeres, arte y poder.

Así también descubre las vacancias en campos de saber necesarios para completar uno u otro espacio o se topa con enormes dificultades para encontrar las relaciones fundadas en los principios de la lógica que el modelo demanda. Este vacío, lejos de ser una desventaja, adquiere una dimensión positiva, en cuanto pensamos en la construcción del conocimiento como un hecho social que integra pluralidades epistémicas y teóricas, conceptuales, nocionales, además de miradas y voces propias de distintos expertos que cooperativamente trabajen en la inagotable tarea de explicar un poco mejor, un poco más satisfactoriamente el enigma que llama y que cooperativamente trabajen en la inagotable tarea de explicar un poco mejor, un poco más satisfactoriamente el enigma que llamamos realidad. Porque el nonágono, a pesar de que Guerri jamás lo ha puesto en relación con Foucault o Deleuze, cumple con la máxima que aquellos exigían a la teoría: ser una caja de herramientas que conspire contra las construcciones del saber cerrado.

Entre otras cosas, la visión de muchos grandes hombres del arte que se despacharon con opiniones similares a la de Renoir nunca ayudó: “la mujer artista es sencillamente ridícula”.

En este sentido, las seis líneas paralelas y perpendiculares que dan forma al nonágono y lo presentan como un ícono diagramático semejante a un damero, pueden visualizarse como divisiones territoriales que demarcan campos de saber relativamente autónomos, pero sobre todo hace visibles las cercanías: especies de líneas de fronteras que reclaman. Y los mutuos préstamos nueve territorios lógicos.

Loise Elisabeth Vigée Lebrun, Luisa Roldan o Artemisia Gentileschi, Berthe Morisot, Mary Cassat o Marie Bracquemond son REIVINDICADAS EN LA ACTUALIDAD.

De ahí que el modelo invite a la puesta en común y que los resultados de su aplicación se consoliden de manera transdisciplinaria, caso por caso, siguiendo también en esto a Foucault y Deleuze –que no por nada habían leído a Peirce. La mayoría de los planteos modélicos nos proponen un recorrido descendente, un pasaje de la así es como se cuentan, se narran a sí mismos, como construyen su relación con esos complejos objetos, fenómenos, discursos, con los que intentan lidiar. La mayoría de los planteos modélicos nos proponen un recorrido.

Esposas y artistas en la sombra. Margaret Keane fue la verdadera autora de las famosas pinturas de ojos grandes. En 1970 Margaret Keane se hartó de las declaraciones ególatras que su ex esposo, el famoso “pintor” Walter Keane, hacía ante la prensa: “Ni Rembrandt, ni El Greco, ni Michelangelo pintan los ojos mejor que yo”, por lo que Margaret confesó en una entrevista radiofónica que, contrario a lo que el mundo creía, los cuadros los pintó ella. Incluso retó a Walter a realizar un concurso de pintura en público, en Union Square de San Francisco, para demostrar que él no sabía pintar. Él jamás respondió. “Yo las hice todas. Él no podía pintar ojos, ni siquiera podía aprender a pintar”, sentenció la artista. Walter Keane se atribuía la creación de aquellos cuadros que retratan niños, mujeres, perros y gatos con enormes ojos. Finalmente Margaret pudo divorciarse de su esposo. Walter, quien ganó alrededor de 2 millones de dólares con las pinturas, convenció a Margaret de que harían más dinero si él las firmaba. Diez años después, ella afirmó en la corte que Walter amenazó con matarla si alguna vez hacía público el secreto. Walter Keane convenció a Margaret de que harían más dinero si él firmaba las pinturas que ella hacía; Jocelyn Bell Burnell fue la primera persona en observar los pulsares de radio pero su tutor de la tesis recibió el Premio Nobel de Física por esta excelente y gran razón.

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