

Revista cultura Urbanizarte
Coordinación:
Daniel Eduardo Peña Rodríguez
Redacción:
Jennifer Mariana García Hernández
Kelvin Waldir Lara Noches
Azucena de los Ángeles López Lozano
Daniel Eduardo Peña Rodríguez
Diana Carolina Rivas Fuentes
Diseño y diagramación:
Azucena de los Ángeles López Lozano
Docente responsable:
Carlos Ernesto Deras Cortéz
Universidad de El Salvador
Facultad de Ciencias y Humanidades
Licenciatura en Periodismo
Periodismo Cultural
El Salvador, junio 2020.
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ENTREVISTA
Oneime: ““El rap es el género del barrio”.
OPINIÓN
Graffitis: “Un arte infravalorado en El Salvador”.
EDITORIAL
El arte del nuevo siglo.
FOTOGALERÍA
Parkour ¿Vandalismo o arte?
OPINIÓN
REPORTAJE
TNT: Explotando el arte urbano.
OPINIÓN
Mujeres que luchan en la cima del arte urbano. o arte?
CRÓNICA
Parkour: El crecimiento de un arte en El Salvador.
“El rap es el género del barrio”.
Por: Azucena Lozano
Javier Ulloa es un rapero salvadoreño, conocido artísticamente como Oneime. La mitad de su vida ha estado influenciada por la cultura urbana. A los 16 años empezó a patinar con amigos de infancia, luego pasó a ser grafitero lo que rápidamente lo llevó al rap. Actualmente produce su quinto álbum de diez canciones, de las cuales ya tiene nueva escritas y siete grabadas.
SUS INICIOS
En el año 2005 Red Bull inauguró las batallas de freestyle en España. Javier, junto a sus amigos de patinaje, empezaron a verlas e intentaron sus primeras batallas.
En el año 2007 comenzaron los eventos de freestyle en El Salvador que se llamaban Expresión Urbana. Mucha gente del break dance se empezó a reunir. Javier, junto a sus amigos, entre ellos Omne -productor musical-, ya batallaban con grupos de otros municipios.
Para esos años, la escena del rap la llevaban iglesias cristianas, quienes prestaban locales para que los jóvenes pudieran hacer música. Sin embargo, era limitado cantar en las iglesias por los temas o palabras que se podían mencionar.
“Había otro grupo como nosotros también de bichos que eran de San Marcos que hacían freestyle. En los eventos nos encontrábamos y empezamos a batallar con ellos. Así poco a poco nos fuimos dando a conocer en el freestyle. Ya con el tiempo en un par de eventos nos dieron la oportunidad de rapear canciones. Onme es quien me hace las pistas, desde que patinamos estamos en esto y empezamos a escribir por probar. No teníamos en la mente llegar a grabar, subirnos a tarimas ni nada”, recuerda.
Cuando empezó a hacer grafiti Javier se bautizó como Neime, pero tuvo que dejar ese nombre porque ya existía otro grafitero de mayor experiencia que tenía una firma parecida.
“En aquellos entonces los problemas de grafiti no se arreglaban como ahora que con un duelo: los dos hacen una pieza y al que quede mejor gana. En aquel entonces, algunos grafiteros eran viejos y deportados. Yo ya sabía que las llevaba de perder físicamente. Entonces cambié mi firma para que no me anduvieran buscando. Le agregué la ´O´ y me gustó más. Me gustó la conjugación de letras para hacerlas grafiti”, dice Ulloa.
Su papá siempre lo alentó a estudiar, leer libros y a que dejará de patinar, grafitear y cantar.
«Con el grupo que estaba antes que se llama psicosis, hicimos un videoclip que le gustó a mi papá. Me dijo: “música así necesita el país”. Desde entonces me ha apoyado», recuerda.
Javier perdió a su mamá cuando tenía 11 años y ha tratado de escribir sobre ella, pero es un tema muy personal.
“El tema que se llama Ser vida, se me dificulta un poco porque en esa canción hablo de mi mamá y cómo mi mamá falleció cuando tenía 11 años, era algo que me lo había reservado para mí. En la canción hablo como diez segundos de ella, pero es algo que me pone. Ya he intentado hacer una canción entera de ella, pero no pude. No pude porque escribiendo me sentía mal. Me puse a pensar: en vivo me voy a poner peor, mejor no”, relata Javier.
Actualmente, tiene un sobrino a quien le ha heredado el gusto por el arte urbano. Sin embargo, todo es diferente.
“Cuando yo estaba bicho la cuestión de las pandillas no era tan fuerte, ahora está bien fuerte. Mi sobrino creo que maduró más la idea y entendió que es como una salida a no pertenecer a esos grupos. A
El Hip Hop
El Hip Hop tiene 4 elementos: el MCing, el DJing, el breakdancing y el graffiti. Este último llevó a Oneime al rap, no tanto a rapear sino a escuchar.
mi sobrino mi papá le compra patinetas y zapatos para patinar. A mí no. A mi hasta me castigaba para que ya no lo hiciera. Al final, lo que te queda es la satisfacción que vos abrís las puertas y otros las aprovecha”, recuerda Javier.
Como rapero, Ulloa se decantó por el Boom bap, un subgénero del rap que hace referencia al “boom” y el “bap” de la caja. En el “boom bap” está el corazón del hip hop.
“Al final yo me dejo ir por la melodía de la pista, dentro de lo que cabe me podría definir como boom bap, siempre la melodía puede variar un poco, pero digamos el tempo, es lo que define, ese rap cuadrado viene siendo como el boom bap” cuenta Javier.
Para Javier, el rap es la música que puede hacer cualquier joven en su comunidad, con recursos que pueda tener a su alcance, con talento y mucha disciplina.
“El rap es un género, yo lo veo y muchas personas lo ven como el género del barrio, de los pobres porque, ¿qué necesitas para hacer rap? Solo necesitas disciplina, aprender de métricas, tener acceso a YouTube para descargar una pista de uso libre, le pones tu letra, te podés grabar en un mp3 y ese mp3 se pasa entre amigos y llega a los oídos de alguien que tiene un estudio, aunque sea casero, y ya te lo graban con un poquito de más calidad. Pero, o sea, dentro de las posibilidades de alguien que no tiene tantos recursos para mi es el género más viable, porque si querés hacer una banda de rock necesitas instrumentos, un cuarto de estudio para grabar con tu grupo, ya es invertir un poco más”.
La vida de un rapero en el país no es fácil. Javier quisiera vivir de su música, pero las limitantes económicas y las mismas exigencias que tiene ser rapero en El Salvador no se lo permiten.
“Hubo un tiempo en que de eso vivía, de mi música. Yo tengo el estudio, yo grabo, yo hago todo. Las pistas me las pasan. Con lo mismo del estudio pasó un tiempo que yo le grababa a gente aparte y de eso vivía, de conciertos y de las grabaciones que hacía. Ya con el tiempo encontré una oportunidad de trabajo, la agarré y sigo ahí. No es que esto - el rap - lo vea como un hobbie, la verdad a mí me
gustaría vivir de esto, pero llegas a entender que no y le sumas que te vas poniendo viejo, que ya no sos simpático para la cámara, las canas no venden. Pero, le sigues metiendo esperando ese golpe de suerte”, cuenta Javier, sonriendo.
Ya que no podía vivir de su música empezó a trabajar en la alcaldía de San Salvador como Tallerista de rap, pero luego pasó a Gestor comunitario con la sorpresa de que en las comunidades hay talento y jóvenes interesados en el rap.
“Dentro de las comunidades a veces hay personas que quieren aprender del rap o están empezando a hacer freestyle, batallan entre ellas. Y vos te das cuenta, sabiendo que podés ayudarles, les ofreces que les podés brindar talleres si les interesa. Digamos, les facilitas un par de conocimientos, técnicas, para que logren pulirse un poco más”.
Pararse en un escenario y rapear es un logro por sí solo para Javier. Recuerda que de niño era muy penoso, pero salir de su zona de confort lo ha llevado a consagrarse en el artista que ahora es.
“Siempre fui una persona bien penosa al público, nunca me gustó. En el colegio yo faltaba cuando me tocaba exponer, prefería perder la nota. Mis ex compañeros se dieron cuenta que andaba rapeando y estaban muy sorprendidos”, recuerda Ulloa, entre risas.
Formó parte de un grupo de rap, pero llegó a un punto donde se sentía estancado, que no avanzaba y decidió convertirse en solista.
“Estuve en un grupo con dos amigos más y ahí te repartías la pena -en el escenario-. Entonces, para mí, el primer logro fue sacar mi primer álbum como solista, pero nunca tuve la idea de cantarlo en vivo”, relata.
Para Javier, su segundo disco es un logro más, ya que lo produjo para cantar en vivo.
“El segundo disco fue otro logro porque ese lo saqué para cantarlo en vivo y fue cuando me empecé a iniciar como solista. Ya no necesitaba, hasta cierto punto, que estuvieran mis dos compañeros para repartirme la pena. A partir de ahí, lo que ha venido para mi musicalmente han sido logros”.
Ser vida
Javier perdió a su mamá cuando tenía 11 años; le dedica unas líneas en la canción Ser vida.
Por: Daniel Rodríguez
lo largo de la historia, el ser humano siempre ha recurrido a la pinta de paredes como una forma de expresión de sus sentimientos y pensamientos. La inquietud de las personas por expresarse mediante pintas en las paredes o fachadas de lugares públicos no es nueva, ya desde la antigüedad se realizaban este tipo de expresiones visuales en diferentes espacios y lugares, por ejemplo, los romanos y egipcios que las utilizaron para manifestar su cultura y vida cotidiana, al igual que lo hicieron los mayas y aztecas tiempo atrás.
En la actualidad, el graffiti ha tenido un auge bastante considerable, sobre todo entre los artistas que han surgido y se desenvuelven entre las calles de las grandes ciudades del mundo. En los muros, dentro de los parques, en callejones, en lugares poco transitados, paradas de buses, entre otros sitios, se pueden presenciar diferentes muestras de artes urbanas elaboradas por “graffiteros” o muralistas.
Basta con salir a dar un paseo para visualizar en los muros de casi cualquier ciudad y pueblo del mundo las diferentes manifestaciones expresivas de carácter pictórico que pasan a formar parte de la realidad social cotidiana
que conforma los espacios de visibilidad pública del medio urbano. Sin embargo, tanto a las personas que realizan graffiti como a las obras mismas, se les ha estigmatizado bastante hasta llegar al punto de la intolerancia y el repudio. El gran problema para que este arte urbano se desarrolle de mejor manera es esa discriminación que sufre en la mayoría de ocasiones por parte de la sociedad al asociarlo directamente con el vandalismo. Muchas personas desmeritan el trabajo de estos artistas callejeros, incluso llegándolos a llamar delincuentes. Creen que una mural pintado fue elaborado por algún vagabundo, sin valorar el esfuerzo o el significado que puede llegar a tener la pintura.
El graffiti ha tenido un auge bastante considerable, sobre todo entre los artistas que han surgido y se desenvuelven entre las calles de las grandes ciudades del mundo.
Una buena parte de la población cree que el arte es aquella que se expone en los museos, en los teatros, en convenciones exclusivas y en sitios donde se reúnen solo personas con alto poder adquisitivo, que incluso podrían llegar a pagar por una pintura miles de dólares; pero ven con malos ojos todo lo que nace en la calle, incluso llegando a pensar que nada de lo que sea producto de artistas urbanos forma parte concreta del arte como tal.
A la población le falta educación sobre el tema. Una educación que se lograría solo si al arte urbano llegue a dársele la importancia que se merece para que se vuelva reconocido entre la población. El desprestigio de este arte solo puede venir de la desinformación y tradicionalismo de los observadores. Aquí es donde las diferentes instituciones deben jugar un papel fundamental y más protagónico para expandir y propagar todo lo que tenga que ver con el arte urbano.
Desprestigio
El desprestigio de este arte solo puede venir de la desinformación y tradicionalismo de los observadores.
Estigma
A las personas que realizan graffiti como a las obras mismas, se les ha estigmatizado bastante hasta llegar al punto de la intolerancia y el repudio.
El arte urbano podría llegar a ser una buena alternativa para reconstruir el tejido social de ciudades o países con altos índices de violencia. Un ejemplo claro de esto es la famosa Comuna 13, un asentamiento popular ubicado en el occidente de la ciudad de Medellín, Colombia. Dicho lugar está escondido entre las montañas de la ciudad y hace unos años era considerada la zona más peligrosa de Medellín, tanto así, que incluso llegó a tener el reconocimiento de la ciudad más peligrosa del mundo. Sin embargo, la Comuna 13 de Medellín creció de manera significativa una vez que el gobierno local, e incluso nacional, comenzaron a implementar programas sociales y juveniles para la transformación de la zona a través del arte, donde varios artistas plasman hermosos grafitis y pintan diversos murales en las paredes que hablan de la historia de su sociedad, sus costumbres y belleza natural; de esa manera, todos los habitantes, pero sobre todo los visitantes, de esta área tienen la fortuna de disfrutar de una galería de arte urbano al aire libre que refleja los cambios radicales que tuvo sociedad resiliente. Hoy la Comuna 13 es un lugar turístico, no solo para los colombianos, sino que también para los diferentes turistas extranjeros que se pasean por la ciudad de Medellín.
Alternativa
El arte urbano podría llegar a ser una buena alternativa para reconstruir el tejido social de ciudades o países con altos índices de violencia
De ahí la importancia que los gobiernos de turno, tanto central como los municipales, inviertan en el arte urbano, para que los jóvenes tengan una alternativa y un espacio donde puedan adquirir nuevas habilidades o reforzarlas y así transformar la realidad en la que viven. En El Salvador existen muchas ciudades con altos índices de violencia y donde los actos delictivos son el pan de cada día. La mayoría de veces son ciudades bastante populosas y un gran número de población joven que oscila entre los 20 y
Paraísos artísticos urbanos
Convertir ciudades llenas de violencia en paraísos artísticos urbanos en donde vivir intranquilo e inseguro se vuelva una preocupación menos para los habitantes.
los 30 años, ciudades como Apopa, Soyapango, San Salvador, Ilopango, por mencionar algunas, cumplen con estas características.
Implementar proyectos, programas o talleres en donde se involucre de lleno a la juventud de estos lugares podría darle un giro radical tal como sucedió en la Comuna 13 de Medellín. Convertir ciudades llenas de violencia en paraísos artísticos urbanos en donde vivir intranquilo e inseguro se vuelva una preocupación menos para los habitantes.
El gobierno debería tener como prioridad apostar por el arte urbano teniendo en cuenta la realidad en la que vive el país. Hay muchos jóvenes que no pueden optar por estudiar una carrera universitaria, tampoco un técnico, muchas veces no logran ni ser bachilleres. Mediante la creación de programas y talleres que tengan como eje principal el arte urbano, no solo se garantiza que los jóvenes mantengan su mente ocupada en algo productivo, sino que también reducen considerablemente los actos delictivos que tanto daño le hacen a la población.
Pero la creación de proyectos enfocados en descubrir nuevos exponentes del arte urbano no es la única forma en la que los gobiernos podrían ayudar, también lo podrían hacer a través de la legitimación de utilización de espacios públicos como lugares de exhibición de piezas de graffiti, tal es el caso del mural realizado en el Mercado Cuscatlán, que fue hecho por artistas urbanos salvadoreños y extranjeros; otro ejemplo sería la fachada del Museo del Ferrocarril.
Sumado a lo anterior, como formas de legitimación se pueden incluir los eventos realizados con el simple objetivo de pintar, como las competencias creadas muchas veces por el INJUVE y CONJUVE, los eventos centroamericanos que tuvieron cita en el país años atrás como: Área 503, Meeting of Styles y Kings of the Walls. Todos estos proyectos tenían el propósito de estimular a los artistas en sus trabajos artísticos, e impulsarlos a que no pierdan el gusto por la organización y por el trabajo colectivo. Si bien es cierto, estos eventos están más enfocados en fortalecer las carreras plásticas de los graffiteros ya existentes, son de gran ayuda para motivar a los artistas urbanos que recién empiezan o están por surgir.
Un plus sería que la empresa privada también formara parte del financiamiento para hacer crecer el arte urbano en El Salvador; capacidad económica tienen hasta de sobra para apoyar e impulsar a los artistas. Sumados todos esos esfuerzos en conjunto podrían permitir que el país destaque incluso internacionalmente en cuanto al arte urbano se refiere. Jóvenes con talento dispuestos a volver a El Salvador un exponente del arte urbano.
Ojalá un día no muy lejano se deje de estigmatizar al graffiti, y a todas las ramas del arte urbano, que deje de ser un tema tabú, que nunca más se le vuelva a relacionar con el vandalismo o grupos delictivos, que se apoye en lugar de criticar. Tal vez dándole la importancia que se merece el arte urbano, El Salvador pueda llegar a ser incluso un atractivo turístico por sus murales y graffitis, así como un día lo consiguieron en la Comuna 13 de Medellín, incluso cuando parecía imposible. Las presentaciones en museos, la apertura de galerías, impulsar festivales y exhibiciones está bien, pero fortalecer y brindarle apoyo al artista urbano también lo es. Se puede lograr un equilibrio y llevar el arte nacional a un siguiente nivel.
Por: Mariana García
La sociedad cambia exponencialmente a cada momento, siempre hay nuevas culturas entrando a nuestras ya costumbres, los nuevos mercados transnacionales hacen que la sociedad vea con nuevos ojos muchas de las cosas antes extrañas, se debe aprender a conocer todo tipo de arte y a disfrutar a todo tipo de artista.
Los primeros vestigios de cultura urbana en el país iniciaron a finales de la década de los 90, cuando muchos de los jóvenes que habían emigrado durante la época de la guerra civil en El Salvador a Estados Unidos, regresaron al país, trayendo con ellos diferentes costumbres que estaban en auge en los grandes suburbios del país norteamericano, ciudades como New York, Los Ángeles y San Francisco, estaban influenciadas por la cultura del Hip Hop y grupos o “crews” urderground que bailaban y cantaban este género.
Estos crews no solo se caracterizaron por esta nueva música y forma de vestir, si no que crearon sus propios nombres adicionados a los barrios y calles de donde provenían, de aquí surge el
graffiti, que era una forma de firma de los exponentes para darse a conocer con su rap o sus bailes, el tag era una forma de reconocimiento que se adaptó a los grupos de jóvenes salvadoreños que seguían la misma cultura del hip hop.
Este tipo de arte callejero que se plasmaba en las calles se viralizó por las principales calles de San Salvador, justo en esos años la sociedad salvadoreña no estaba lista para cambios como estos en los que este arte se difundió a finales de los 90 cuando algunos graffiteros de la vieja escuela regresaron al país. Uno de los primeros salvadoreños en revolucionar este arte fue el fundador del crew FNR en California: Dusk (o “El viejo Dusk” para algunos) que inició “manchado” en la zona periférica del Centro de San Salvador.
Como todos, Dusk comenzó estampando su firma en todos lados (taguear) y junto con otros taguers decidieron formar más tarde un crew al que denominó Fumando Nuestras Raíces (FNR). Posterior a él se formaron muchos otros crew en la primera década del siglo XXI.
Luego de esto, el taggear y graffitear paredes se hizo muy común en la capital lo cual atrajo opiniones indeseadas, ya que en la misma época de principios de los 90, junto con los crews llegaron los grupos de pandillas que operaban en Estados Unidos, los cuales se volvieron populares de las formas incorrectas en las que estos acosaban a la población o infringían la ley, esto desdibujo la línea de diferencia entre los crews de graffiteros o los grupos pandilleriles ya que aparte de
moverse por grupos empezaron a manchar paredes con sus números o letras lo que confundía el arte callejero urbano proveniente del hip hop en esos años.
Este tipo de arte en los muros fue penada durante muchos años de inicios de los 2000 donde la policía capturaba a grupos de jóvenes que encontraban con latas de pintura en aerosol en las calles de San Salvador a altas horas de la madrugada, los distintos crews de estos años, como: H2O, MEKAS, ACME, DELTAS, FCS, CLK, ES y ESKA, se esforzaron por demostrar que no eran parte de los grupos pandilleriles que empezaban a operar en distintas zonas del gran San Salvador.
En el 2005 la comuna de la capital realizó el primer evento de graffiti en el país, donde se otorgaron los muros sobre el boulevard Constitución para un concurso donde no solo se demostraba su tag o los nombres de los graffiteros, sino también el arte que eran capaces de hacer, jóvenes pintores que creaban diferentes estampas en los muros de San Salvador. Después de esto surgieron muchos más grupos de personas que graffiteaban, uno de los más fuertes fue “Calles para Cristo” un crew de jóvenes cristianos que pintaban las calles con imágenes alusivas al cristianismo, versículos bíblicos y sus creencias, lo cual aunó a la idea de que los crews de gaffiteros eran grupos totalmente diferentes los grupos pandilleriles que para esos años aumentaron las olas de violencia en El Salvador.
Mucho de esto de esto ha cambiado hasta el día de hoy, la sociedad salvadoreña se ha adaptado a nuevas culturas con el pasar de los años, no es raro encontrar muros con arte plasmado ahí, ya no como una simple firma si no como rostros enormes, animales y paisajes, se ha convertido en una forma más de expresar su arte y de los ojos las miren, un artista es capaz de
plasmar su arte no solo en papel si no de todas las formas posibles, conociendo esta verdad y los muchos avances que ha tenido para la juventud salvadoreña como casas de la cultura, eventos artísticos en los muros o exhibiciones, se demuestra cuando el arte callejero gaffriti ha tomado fuerza en el país.
Es tanto su auge ahora en día que la Universidad de El Salvador, posee uno de los más grandes murales hechos por artistas en su Cine Teatro, donde se realizó una pintura de los todos los personajes emblemáticos de nuestra Alma Máter, muchos negocios recurren en lugar de un anuncio, pintar las paredes un diseño colorido y artístico como forma de innovar a los clientes, la Alcaldía de San Salvador realiza concurso de grafitis en las plazas como Gerardo Barrios y Libertad donde todo el mes diciembre se exhiben en enormes placas de madera que los transeúntes observan y fotografían.
La sociedad cambia exponencialmente a cada momento, siempre hay nuevas culturas entrando a nuestras ya costumbres, los nuevos mercados transnacionales hacen que la sociedad vea con nuevos ojos muchas de las cosas antes extrañas, se debe aprender a conocer todo tipo de arte y a disfrutar a todo tipo de artista, mucho más el graffiti que es un arte que cambia constantemente, que podemos ver en distintos lugares, diciéndonos algo, vendiéndonos algo, aportando al cambio.
Nuestro país ha cambiado, adquiriendo nuevas formas de cultura y de expresarse, las nuevas generaciones están creciendo con nuevos ápices de cultura y del arte que se adhieren a crear nueva cultura en un país que día a día lucha por salir de una economía delicada y los estragos de violencia, como sociedad el tomar en cuenta a los jóvenes y cada una de su forma de expresarse nos da un boleto de avance como país en vías de desarrollo.
Por: Kelvin Lara
Entre los beneficios de practicar el parkour están la mejora de tu equilibrio, favorece tu capacidad de resolver dificultades, desarrolla un mayor y mejor movimiento de tu cuerpo, fortalece tu corazón, aumenta tu fuerza y ser más organizado. Este deporte extremo tiene dos ramas que también se practican en el país: freerunning y tricking.
En el freerunning hay más desplazamientos, en ese trayecto hacen acrobacias, movimientos llamativos y de gimnasia. Mientras que el tricking es un deporte ligado a las artes marciales, la gimnasia e incluye muchos giros, se hace en un solo lugar y no hay desplazamiento.
Jóvenes de nivel avanzado que llegan a las prácticas de parkour y conviven en el tiempo de calentamiento.
es la base de cada movimiento y participa todo el cuerpo. Es importante la concentración
es cuando la postura se asemeja a como caminan los gorilas. Para hacerlo se requiere
Speed vault: es uno de los movimientos más rápidos, utilizas tus brazos para sostenerte y sobrepasar el obstáculo. Haces un salto lateral y tu cuerpo se impulsa para avanzar.
Entre los requisitos para practicar el parkour están: tener diez años, utilizar ropa y zapatos deportivos, hacer calentamiento previo a los entrenamientos, y la más importante que es seguir las indicaciones del profesor para evitar lesiones, usar protección como rodilleras y coderas.
Jóvenes de nivel avanzado en parkour se divierten en el tiempo de calentamiento antes de iniciar la práctica.
Jóvenes de nivel avanzado en parkour se divierten en el tiempo de calentamiento antes de iniciar la práctica.
Carlos “Pollo” Rodríguez viendo a Danni realizar una acrobacia durante el entrenamiento, un momentos después deberá realizarla.
Por: Diana Rivas
En la actualidad, el grafitti es una destreza en donde la mayoría de jóvenes que deciden dedicarse a este tipo de expresiones urbanas; plasman sus ideales y pensamientos sobre las paredes…
El arte urbano, también conocido como arte callejero ha sido una de las formas de expresión mayormente utilizada por los jóvenes para manifestar sus pensamientos y emociones, entre los cuales destacan: el grafitti, el breakdance, el hip hop, la improvisación y el skatebording. Si nos enfocamos y tomamos de ejemplo una de las ramas del arte urbano antes mencionadas, podemos hablar sobre el grafitti como el arte más visualizado y adaptado en El Salvador.
En el país, conocemos el arte como tal a través de: exposiciones, museos, lienzos con diferentes tipos de pinturas hechas de diversos tamaños. Sin embargo, las pinturas hechas con aerosol, brochas, etc. que se exponen en las calles de las ciudades más importantes no son valoradas como deberían, ya que son juzgadas como un simple dibujo mal hecho que se hizo en una pared.
Según Roberto Galicia, director del Museo de Arte de El Salvador (MARTE) el origen del grafitti en términos generales, “proviene del conflicto armado y colaboró para que los ciudadanos buscaran expresar mensajes en muros de edificios públicos, estos se caracterizaban por ser clandestinos, prohibidos, ser de producción
rápida y anónima, este último toma gran relevancia debido a que puede sufrir represalias por parte del grupo contrario al ser visto.”
El arte urbano en El Salvador, haciendo énfasis en el grafiti, es considerado por la sociedad como ilegal, ya que los jóvenes no piden permiso a las instancias correspondientes o al propietario/a de la pared sobre la que pintan y usualmente provocan un disturbio visual a la sociedad.
En particular, los murales en donde se exponen arte satisfacen una necesidad de “recordar, enseñar, y celebrar la cultura y la memoria de un pueblo”. En los cantones del país, se pueden encontrar los rostros de mártires, escenas y frases de esperanza para el futuro, asimismo, declaraciones de derechos y luchas que invitan a leer y escuchar las imágenes que están plasmadas. Dentro de los murales están las memorias pintadas con cada trazo realizado por un pincel. Sobre todo, los murales salvadoreños los cuales reflejan la memoria histórica del pueblo, un intento de recordar y preservar la historia, marcar sitios de masacres, y a través de esto, crear una identidad salvadoreña.
El arte del grafitti ha sido desarrollado por diversos grupos de jóvenes, entre ellos artistas
con una larga trayectoria en el área, como lo es Efraín Orellana, mejor conocido en el mundo artístico como TNT; y otros que se inician en el campo; sin embargo, culturalmente la sociedad salvadoreña ha catalogado las expresiones del arte urbano como hechos delictivos, esto debido a diversos factores, entre ellos la falta de una educación artística que ayude a comprender las diversas expresiones del arte, y por otra parte la ausencia de la calidad técnica en las piezas de algunos artistas.
El arte popular fue una de las mayores influencias en el muralismo, ya que la temática central tratada en el arte popular es el pueblo, y ese es el tema que se trató en los murales con conciencia social, “el arte fue el que se encargó de que el artista dejara de ver al pueblo desde un punto de vista exterior, pasando a verlo desde su misma perspectiva, ya no situándose por encima de estos, sino al mismo nivel.” Mencionó el director del museo de Artes de El Salvador.
En la actualidad, el grafitti es una destreza en donde la mayoría de jóvenes que deciden dedicarse a este tipo de expresiones urbanas plasman sus ideales y pensamientos sobre las paredes, en donde pueden ser vistos por cualquier persona que transita por estos lugares. Estos jóvenes desarrollan estas habilidades y pasión por el arte urbano desde una edad temprana, lo cual los conduce a enfocarse en ello más adelante como una herramienta de subsistencia. Sin embargo, existen personas que buscan expresar de forma no tradicional y en ocasiones ilegal lo que sienten o piensan ya que durante muchos años se ha observado las fachadas de edificios, casas y propiedades de carácter privado con mensajes con profundo contenido que manifiestan desconformidad, generalmente gritos de protesta; esto, además, al estar expresado en muros de vías públicas hace que la cantidad de personas que tenga contacto visual con este tipo de mensajes sea mayor.
Asimismo, al hablar sobre el grafitti se debe mencionar también el fenómeno social de “las maras”, fenómeno que aqueja a la sociedad en la actualidad; este tipo de personas que también hacen uso de los grafitis para expresarse; la diferencia visual es que ocupan letras góticas con una caligrafía urbana y su objetivo principal es manchar las paredes para marcar su territorio ante otras maras.
Por otra parte, el arte urbano se maneja en una delgada línea entre la expresión estética, política o social, con el vandalismo y es por ello en ocasiones es calificado como delictivo. Sin embargo, a raíz de este arte urbano, manifestado en la rama que sea muchos jóvenes se enfocan en crear y no buscan refugiarse en grupos delictivos.
De otra manera, existen jóvenes que trabajan y generan ingresos para sus familias a través de la realización de murales creativos en donde ponen de manifiesto que el grafitti no es sinónimo de vandalismo sino arte que transmite alegría y conformidad con el trabajo realizado. La lucha es seguir adelante pintando el significado de cada paso que dan los jóvenes, transformando el sentido de la existencia, estableciendo metas que quieren alcanzar.
En efecto, algunos organismos públicos e instancias del gobierno han promovido espacios donde el artista urbano pueda pintar libremente sin algún tipo de incomodidad, así como pequeños lugares para los jóvenes que les gusta el rap, breakdance, skatebording, entre otras destrezas; reconociendo este esfuerzo realizado por los jóvenes en el día “Festival Urbano”, con el fin de promover la creatividad y premiarlos por ello.
Hoy en día el arte urbano crece de gran manera recorriendo todas partes del mundo, ya sea exponiendo murales que expresan represión u opresión o pintadas que solo muestren un contenido público y creativo, para que las personas lo aprecien desde un punto de vista de conciencia social.
Originario del cantón Lourdes del municipio de Colón en el departamento de La Libertad, Efraín Orellana de treinta y dos años de edad, es uno de los graffiteros más reconocidos y de mayor trayectoria en El Salvador. Desde pequeño, Efraín solía plasmar sus caricaturas favoritas en páginas de papel para posteriormente darles color. Para practicar por cuenta propia, él tomaba prestadas las revistas sobre estilos de letras y dibujo de su primo, quien estaba metido un poco más de lleno en la cuestión del arte urbano.
INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Desde primer grado, Efraín estudió en su lugar de residencia, pero fue hasta en sexto grado que puso en práctica lo que su primo le había enseñado mediante la rotulación de sus cuadernos de clases e incluso los de sus compañeros, agregándoles color y un estilo único. Posteriormente, estudió su Educación Media en el Instituto Nacional Tecpan, de San Juan Opico, su arte ya había pasado de plasmarla en papel y en sus apuntes escolares para hacerlo en las paredes de su lugar de residencia de forma clandestina.
Pese al amor y la pasión que Efraín le había tomado al muralismo, su futuro estaba lejos de ese camino, o al menos esa era su idea en ese entonces.
Tanto él como su hermana habían planeado durante su adolescencia que iban a estudiar Contaduría Pública. Debido a la situación económica de su familia y el gasto que conlleva tener dos hijos estudiando en la universidad, sus padres deciden enviar a ambos al mismo tiempo a examinarse a la mayor casa de estudios superiores del país, la Universidad de El Salvador. Ambos optaron por la carrera de Licenciatura en Contaduría Pública, sin embargo, por la alta demanda y para mala suerte de los dos, sólo Efraín logró un cupo en dicha carrera.
UN NUEVO COMIENZO
Tras el primer año cursado en sus respectivas carreras, el destino de ambos hermanos se juntó en la carrera de Contaduría Pública. La hermana estaba decidida a estudiar dicha licenciatura; sin embargo, Efraín empezó a dudar sobre lo que quería para su futuro. Fue a finales de 2007, cuando uno de sus amigos de la infancia lo incentivó a cambiarse de carrera para el año siguiente y cursar la Licenciatura en Artes Plásticas opción Diseño Gráfico. Fue así como desde el 2008, Efraín inició una nueva etapa de su vida en una carrera que a la larga sería uno de sus primeros impulsos para convertirse en lo que actualmente es, uno de los mejores graffiteros del país.
Cuando Efraín egresó de la universidad, se dedicó de lleno al muralismo y como de costumbre, estos artistas urbanos que se desenvuelven mayormente en la calle recurren a un seudónimo o un nombre artístico que les permita ser identificados más fácilmente.
A Efraín, desde la adolescencia lo llamaban “dinamita”, pero fue hasta que egresó y comenzó a convertir su arte en una fuente de ingresos cuando adoptó el apodo de “TNT”, nombre artístico con el cual se le reconoce hasta el día de hoy.
Tras obtener la licenciatura, TNT tenía claro que para depender del arte urbano como fuente principal de ingresos debía seguir especializándose, para ello acudió a un par de diplomados y talleres tanto dentro como fuera del país, los cuales lo impulsaron a tomar la decisión de dedicarse de lleno al muralismo y graffiti.
Muchas veces se tiende a confundir las ramas del arte urbano como el muralismo y el graffiti con el vandalismo que se da mediante la pinta de paredes sin motivo alguno. TNT comenta que: “en 2006, cuando recién empezaba en la calle, la gente desde los carros me insultaba o la policía llegaba y te quería golpear”; sin embargo, asegura que esa cultura ha ido cambiando drásticamente de tal forma que ahora las personas se acercan y se detienen a admirar el
arte que se está plasmando en lugar de insultar o denigrar el trabajo.
Inspirado en principio por las técnicas del realismo y del cubismo, y con mucha experiencia adquirida gracias a la calle y a su carrera universitaria, empezó a formar parte de diferentes competencias, festivales y exhibiciones tanto nacionales como internacionales. Dichos eventos permitieron que TNT tomara más experiencia y su nombre se volviera mucho más reconocido. Según Efraín, alguno de los países en los que ha estado plasmando su arte son: España, Italia, Colombia, Ecuador, México, Alemania, Grecia, Francia y Suiza.
TNT comenta que, para formar parte de estos eventos, todo depende de la organización de cada uno.
Efraín
“En 2006, cuando recién empezaba en la calle, la gente desde los carros me insultaba o la policía llegaba y te quería golpear”.
Afirma que hay algunos que son de carácter más elitistas, los cuales incluyen todos los gastos, desde los viáticos hasta el mural realizado. Sin embargo, hay otros en los que él costea el viaje, pero estando en el lugar donde se lleva a cabo la actividad le pagan por su arte.
Para el año 2015, TNT era muy poco solicitado para realizar trabajos y la mayoría de los murales que hacía eran dibujos animados, imágenes bajadas de internet o peticiones del cliente. Pero luego de una serie de viajes que realizó ese mismo año, su mentalidad a la hora de plasmar su arte urbano cambió radicalmente y pensó: “este es mi momento de hacer mi propuesta y dedicarle mucho tiempo para tener un estilo propio y para que lo que yo haga no lo vaya a hacer otra persona a menos de que me lo esté copiando”. Sin embargo, para TNT comenzar fue un tanto complicado, ya que al no ser tan reconocido en esos años sus precios no podían ser tan altos para ganar clientela, puesto que el auge de las ventas no sería elevado al principio.
PROCESO CREATIVO
Con el paso del tiempo, TNT fue perfeccionando sus técnicas e impregnando su estilo propio en cada una de sus obras de arte. Efraín cuenta los pasos que conlleva su proceso creativo a la hora de realizar un trabajo, “lo primero que hago es ver el espacio en foto o en físico y ver las medidas, ya teniendo eso yo genero una cotización, posterior a ello inicio el proceso de creación del boceto”.
Proceso creativo
“Lo primero que hago es ver el espacio en foto o en físico y ver las medidas, ya teniendo eso yo genero una cotización, posterior a ello inicio el proceso de creación del boceto”.
“Tomo los audífonos, escucho mi música preferida y me pongo a dibujar”, comenta TNT que es su forma de iniciar un boceto para posteriormente mostrárselo al cliente. “En cuanto a la ejecución y teniendo el boceto, ya sin modificaciones, se ejecuta en el muro”, es aquí donde su estilo queda plasmado mediante las coloridas pinturas y los dibujos creados por su imaginación.
A lo largo de su trayectoria, TNT ha realizado un sinfín de obras de arte, pero desconoce el número exacto de murales y trabajos que ha elaborado: “nunca me he puesto a contar cuantas pinturas llevo, lo que si es que en los últimos años hago un mi análisis cada diciembre y empiezo a hacer cálculo de todo lo que he pintado y es un estimado de una pieza por semana”.
Primeros pasos. Plasmando en papel lo que posteriormente será un hermoso mural. Foto cortesía: TNT
A la hora de decidir por alguno de sus murales como su favorito, no se atreve a escoger uno puesto que: “hay piezas que me encantan, hay otras piezas que te encanta todo el contexto del por qué se realizó; y hay otras piezas que te encantan por cómo te trató el lugar al que fuiste, entonces creo que es bien variante y eso hace que te sientas mejor con una u otra pieza.”
Para TNT: “el graffiti y muralismo en mi vida sería como algo fundamental, como un conjunto de cosas que me dan alegría, momentos locos, otros tristes; sería algo así como una ensalada de emociones”. También afirma que desde que el muralismo y el graffiti dejó de ser su pasatiempo preferido y se volvió su trabajo y principalmente fuente de ingresos tuvo que empezar a cumplir horarios, levantarse temprano y ser responsable con las entregas según el tiempo establecido, pese a que “en el arte urbano no existan lineamientos o manuales que te digan que hacer”.
Efraín comenta que dedicarse de lleno al muralismo y al graffiti no siempre es todo color de rosa, a veces hay sacrificios que se deben de hacer ya que: “en esto del arte hay momentos que tienes que hacer como maniobras super estratégicas, locas, en ocasiones vas a invertir para ver si vas a ganar; todo esto ha sido un proceso. A veces yo estoy cenando y de repente sale algo y me dicen que tengo que viajar y estar allá una semana o un mes, es algo bien improvisado. Realizar este tipo de trabajo hace que te pierdas el crecimiento de tus hijos ya que existen ocasiones que no los ves por días e incluso semanas”; sin embargo, asegura que su familia siempre ha sido un apoyo importante y lo han impulsado a seguir adelante.
HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN.
En El Salvador, el apoyo al artista urbano siempre ha sido poco o nulo por parte de las autoridades, Efraín afirma que si trabajaran en conjunto sería de gran apoyo para reconstruir el tejido social del país y ayudar a muchos jóvenes a liberar sus emociones y expresar sus sentimientos mediante el arte ya que: “los jóvenes siempre buscamos que nos llenen ciertas emociones, si no sabes equilibrar esas energías que tienes obviamente vas a optar por cosas
delictivas, pero si tienes cosas como el Skate, el Graffiti, el BreakDance, el fútbol, etc.; sabes que esas energías las vas a estar canalizando en cosas positivas y esto se convertiría en una herramienta bastante importante de transformación.”. También exhorta a los pioneros del arte urbano a compartir sus conocimientos a los jóvenes mediante talleres para que las nuevas generaciones conozcan más sobre el tema y se empapen y así mantengan su mente ocupada en algo productivo.
Por último, TNT manda un mensaje a todos aquellos jóvenes que quieren ingresar al mundo del graffiti y muralismo a que: “hay que trazarse metas, sin importar lo que sea. Hay que ponerle amor, ganas y que nadie te diga lo que tienes que hacer”. También comenta que en sus inicios jamás creyó que llegaría tan lejos: “cuando comencé a dibujar, no lo vi a futuro, cuando inicie la carrera veía artistas top y quise llegar a ser eso, era mi sueño, pero no sabía que se cumpliría”. Hoy Efraín Orellana, mejor conocido como TNT, es un gran artista, incluso reconocido internacionalmente. Un joven que empezó en la calle y veía al graffiti y muralismo como un pasatiempo, lo convirtió en su trabajo y su sueño hecho realidad. Nunca dejes de creer.
Las mujeres tienen diferentes formas de expresión, de decir y de hacer notar las necesidades de un país que ha figurado en las primeras listas con más feminicidios a lo largo de los años, llegados a este punto, una pared pintada con un mensaje para una sociedad que sangra por mujeres asesinadas es una herramienta para que la sociedad observe lo que muchas veces se oculta por el gobierno o cualquier tipo de poder.
Por: Mariana García
Es una verdad que se ve reflejada donde en el mundo del arte urbano existe más presencia masculina que femenina; y esto se ve en la conformación de crews durante el siglo XXI a lo largo de Latinoamérica, donde se creía que el tag o el graffiti era solo para hombres y eran el único género que se agregaba los grupos de artistas.
Pero en realidad, ¿son pocas las mujeres que se dedican a este tipo de arte? o ¿esto se debe a un tema discriminación latente?, en una pequeña investigación realizada por nuestra revista,
se encontraron varias mujeres artistas que por años lucharon por la visibilización de ellas como artistas y ser parte de un crew en una nueva generación de arte con un apogeo alto en los países latinoamericanos.
Desde Brasil hasta México se encuentran mujeres grafitteras que han iniciado desde los 2000 y han sido exponentes no solo por ser mujeres en una actividad considerada para hombres si no también como artistas, cuando el graffiti se convierte en más que un arte, sino que también una profesión, ellas juegan papeles importantes dentro del rubro. Las mujeres se están apropiando poco a poco de espacios y técnicas de arte urbano que existen, aunque no sean reconocidas lo suficiente.
Algunas de estas mujeres sienten que a su trabajo no se le ha dado el mérito necesario y que, en ocasiones, cuando tienen éxito, se dice que se debe a los contactos que puedan tener o que son reconocidas gracias a otros artistas masculinos, Diva, Venus y Desik son los tags de mujeres que son exponentes artísticas en Latinoamérica, logrando ser reconocidas en el extranjero.
Nuestro país no se ha quedado atrás con mujeres exponentes del graffiti y del arte, ya que con los años este arte callejero no solo se ha vuelto una forma de expresión general, sino también una forma de dar a conocer problemas sociales y uno de los más grandes es la violencia contra la mujer, una de las chicas integrantes de lce Crew, Lazy como es su nombre artístico, nos dice que la sociedad al ver que este arte es una forma de expresarse, muchas veces lo quieren bloquear.
Lazy nos cuenta que al principio de su carrera de artista sufrió discriminación “Cuando me postulaba para eventos o concursos
me decían que ya había pasado la convocatoria, o que solo nos van a dar la oportunidad de participar en otro tipo de concursos o festivales. Como si yo no fuera capaz de hacer más cosas que mis compañeros o quizás mejores”.
Estas artistas nos hablan sobre como en otros países existe mucho más reconocimiento para ellas como mujeres artistas de arte urbano, en 2019 lograron viajar a Colombia para un festival llamado, “Internet/ Mujer y arte” que se focalizaba en mujeres artistas que daban a conocer su arte por internet y habían logrado reunirse en un solo país, Lazy y Dom cuentan que se encontraron con mujeres graffiteras no solo de América, si no también de Italia, Francia y España. “Existe una felicidad grande y un orgullo enorme en saber que somos muchas y que estamos siendo reconocidas” dice Dom, parte del grupo Ice Crew.
Las mujeres tienen diferentes formas de expresión, de decir y de hacer notar las necesidades de un país que ha figurado en las primeras listas con más feminicidios a lo largo de los años, llegados a este punto, una pared pintada con un mensaje para una sociedad que sangra por mujeres asesinadas es una herramienta para que la sociedad observe lo que muchas veces se oculta por el gobierno o cualquier tipo de poder.
Pero para este proceso las mujeres han tenido que luchar en todo tipo de ámbitos en los que han querido hacerse notar, Dom nos dice que parte de la discriminación hacia ellas como artistas callejeras es que todo empieza justo al inicio, “proviene desde el principio de los tiempos. Tenemos que enfrentarnos a diario con toda esta carga histórica en la que el hombre es la cabeza y que solo él puede tomar decisiones o decirlas. Además, ¿una mujer llena de pintura
y montada en una escalera? Es una pregunta que debemos hacernos todas las mujeres en el mundo para así empoderarnos, crear trabajar y soñar como se nos dé la gana”.
Con una imagen se es capaz de decir muchas cosas, ya sea en contra de la violencia o en pro de la aceptación de las mujeres o de cualquier problema social que se esté ocultando, esto va más allá de colocar una leyenda en la pared con un simple aerosol, el arte voltea a los transeúntes y hace llegar el mensaje sin la necesidad de escuchar palabras.
Ellas dicen que no es por el reconocimiento mismo o la fama que se pueda obtener a raíz de esto pero en un mudo liderado por hombres que una mujer desee sobresalir no es en realidad descabellado, las artistas urbanas desean que se reconozcan en su arte lo que quieren decir para el mundo, “En general, en el mundo del arte y algunos trabajos tradicionales, son más reconocidos los hombres, y creo que ser escritora de grafiti es algo normal, pero debido a las redes sociales se ha vuelto algo mediático, los seguidores y las fotos sensuales en un muro son algo que ahora predomina mucho, pero a quienes nos gusta pintar no necesitamos de eso para ser reconocidos”.
Como todo tipo de arte, este es diverso y con diferentes enfoques de expresión, el arte de las mujeres graffiteras quiere decir algo, trae un mensaje, que muchas veces no quiere ser visto o leído en las paredes y esta es una barrera más a la que se enfrentan estas artistas, en sus palabras, Lazy dice; “Seas mujer u hombre, tenes que sobresalir por lo que haces, por tu gestión, por cómo te muestras ante la gente y cómo promocionas tu trabajo, no importa si es algo que no se quiere aceptar o ver”.
El parkour o el arte del desplazamiento como es conocido, es un deporte extremo que a nivel mundial sigue creciendo a pasos agigantados, en esta disciplina el ser humano hace una adaptación con el entorno para poder superar diversos obstáculos que se le presenten en un recorrido, en el camino puede realizar diferentes saltos o acrobacias que quedan a la creatividad del deportista.
El surgimiento del parkour como su concepción actual, proviene de Francia, específicamente en el año 1990 con un francés llamado David Belle, que junto a un grupo de jóvenes se basaron en el padre de David (Raymond Belle), para iniciar la práctica de esta disciplina que a medida que trascurría el tiempo se extendía por todo el mundo.
Raymond fue un militar francés, que había realizado distintos tipos de entrenamientos, Incluso trabajaba en un sistema llamado Método natural, que consiste en aprender las formas más útiles de desplazamiento y acción en un ambiente natural. Fue Raymond quien decide entrenar a su hijo con estas técnicas para inculcarle los valores del desarrollo físico y mental.
Entonces, David Belle simplemente toma estos conocimientos y los aplica a su entorno urbano desarrollando así una nueva forma de desplazarse, lo que ahora conocemos como parkour (o arte del desplazamiento), La palabra parkour significa literalmente “camino” o “ruta” y a aquel que lo practica se le llama traceur o “trazador”, pues es quien decide y traza su ruta en el ambiente urbano que lo rodea.
Pero en El Salvador, el Parkour es algo que podría considerarse nuevo para muchas personas, que hasta la fecha desconocen la existencia de este deporte, que incluso el Comité Olímpico Internacional ha valorado incorporarlo dentro de los deportes de gimnasia para los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
Entonces la pregunta es, ¿en El Salvador se practica el parkour?, la respuesta es sí, actualmente en el país el tema del parkour va tomando cada vez más fuerza con el pasar de los años, parece que ha pasado poco tiempo desde que este deporte dio uno de sus primeros grandes avances en El Salvador, en el año 2016 un gran grupo de jóvenes que practican el deporte se organizaron y lanzaron una propuesta a la alcaldía, en la que pedían una contribución en la remodelación del Parque Cuscatlán, ellos exigían que se incluyeran campos de entrenamiento para las distintas disciplinas deportivas urbanas que se practican en el país, debido a que en ese momento la alcaldía contaba con 17 millones de dólares (auspiciado por la Fundación Howard G. Buffet, Glasswing International y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), para la remodelación del parque y la creación de espacios designados para diferentes deportes.
La creencia
Hay muchas personas que tienen la creencia de que el parkour es sinónimo de realizar actividades peligrosas, como hacer acrobacias complicadas o saltar de lugares muy altos, sin embargo, las acrobacias son simplemente complementos que hacen del parkour un deporte muy completo y llamativo. El reto se produce mientras se sube cada vez más de nivel, ya que los recorridos son cada vez más complejos y los movimientos y saltos se realizan más limpios y espectaculares.
Pero fue hasta Septiembre del año 2019, cuando los amantes del deporte extremo se encontraban ansiosos y felices por la inauguración del Parque Cuscatlán, pues verían el primer gimnasio de Parkour de El Salvador y de Centroamérica, el área de entrenamiento que tanto trabajo y propuestas de proyectos les había costado conseguir.
Y con el surgimiento del gimnasio de Parkour, se dio inicio a diferentes eventos nacionales e internacionales, debido a que el lugar se fue dando a conocer y empezó a tener la visita de turistas que también practican el deporte.
Teniendo el escenario a su disposición, fue a finales del año 2019 cuando se empezaron a realizar los conocidos por los deportistas del Parkour como Jam, que son reuniones de deportistas de distintas partes del país o de otros países, en los que se reúnen en un lugar para demostrar sus habilidades y conocerse entre los grupos. Los Jam no son una competencia por ver quién es el más habilidoso, se realizan para mejorar la convivencia entre los deportistas y
puedan crearse eventos futuros en los que todos puedan participar.
Según Danny Chul, encargado del grupo Parkour El Salvador manifiesta que, “en el Parkour se conocen como Jam, a las reuniones que se pueden ver como una forma de intercambio cultural dentro del deporte, porque es una manera en que el deporte busca enriquecerse buscando más practicantes, hay equipos de México, Guatemala, Nicaragua por ejemplo, que han venido al país con ese fin”.
Además, expresa que gracias a los Jam que se han realizado en otros países de la región, El Salvador ha podido tener representación en torneos internacionales oficiales que se han realizado en Guatemala, Nicaragua, México, Estados Unidos, entre otros.
Por lo que este deporte extremo ha ido creciendo en el país a través de los años, en un movimiento que con el pasar de los días se suman cada vez más jóvenes, a tal grado de que ya se imparten entrenamientos gratis en todos los
niveles para que las personas interesadas en el deporte puedan aprender, en el gimnasio de entrenamiento del Parque Cuscatlán, los jóvenes del equipo Parkour El Salvador se hacen presentes todos los sábados y domingos de 1 a 5 de la tarde para realizar los entrenamientos.
Según datos oficiales del equipo Parkour El Salvador, los jóvenes que se acercan a los entrenamientos todos los sábados y domingos, ronda entre 15 a 30 en promedio, por lo que siempre se acercan personas nuevas buscando aprender y practicar sobre el deporte extremo.
Durante los entrenamientos también se hace hincapié en que deben ser cuidadosos a la hora de practicar el parkour, se debe pasar por muchas prácticas y ejercicios para poder llegar a dominar los movimientos del cuerpo en el entorno, ya que de no tener una buena preparación se puede llegar a tener serias lesiones o quebraduras al intentar acrobacias o saltos de nivel avanzado.
Hay muchas personas que tienen la creencia de que el parkour es sinónimo de realizar actividades peligrosas, como hacer acrobacias complicadas o saltar de lugares muy altos, sin embargo, las acrobacias son simplemente complementos que hacen del parkour un deporte muy completo y llamativo. El reto se produce mientras se sube cada vez más de nivel, ya que los recorridos son cada vez más complejos y los movimientos y saltos se realizan más limpios y espectaculares.
El parkour durante los torneos se puede realizar en distintas categorías, como lo es el “Chase”, la modalidad en la que en un escenario se elige un participante para hacerle una persecución a otro con el fin de tocarlo, el participante al ser tocado pierde, a la vez hay un límite de tiempo para hacerlo; también existe el “Speed Run”, en el que se establece un recorrido en el que los participantes deben realizarlo en el menor tiempo posible, en el que el participante puede omitir saltos y acrobacias que le retrasen el tiempo de llegada al punto final. Y por otro lado se encuentra la modalidad de “Freestyle”, donde en treinta segundos el deportista debe mostrar la mayor cantidad de trucos posibles, acá es donde se califica la limpieza del movimiento y la fluidez.
Entonces se podría decir que, el parkour es un movimiento urbano que con el pasar de los años ha ido evolucionando, no solo en el país, sino a nivel mundial, ya que cada vez hay más personas que lo practican y aprenden sobre la historia y la cultura que transmite el deporte extremo, por lo que las personas pasaron de ver este deporte como un simple entrenamiento, y actualmente se considera una disciplina que es practicada por muchos, y que a su vez puede servir a muchos jóvenes como una oportunidad de practicar algo nuevo que a largo plazo tenga repercusiones positivas en el país.
El maestro de parkour Danni da indicaciones a niños que están interesados en aprender sobre el deporte extremo. Foto cortesía grupo Parkour El Salvador.