El tiempo de los tiempos pdf

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tivas en el nuevo texto constitucional incurriendo en una especie de voluntarismo constitucional. Se cuestionó en más de una ocasión la tendencia a hacer del texto constitucional una abultada declaración de buenas intenciones cargando sobre el Estado obligaciones que a la larga podrían ser excesivamente pesadas para el Tesoro de la Nación, en el hipotético caso, que la actual era de bonanza de la economía boliviana, pudiera concluir o al menos frenarse afectando los ingresos fiscales El riesgo de incurrir en exageraciones indigenistas que exacerben las diferencias entre diferentes sectores de la sociedad boliviana, fue otro de los temas abordados desde un principio y con frecuencia. Se cuestionó, por ejemplo, lo que se entendió constituía una “falacia” de muchas de las ideas en las que se fundamentaba el proyecto de constitución “plurinacional”; más aún cuando se pretendía dar igual jerarquía a decenas de naciones muchas de ellas consideradas ficticias por el matutino. Aquí, Los Tiempos, no se apartaban mucho de la perspectiva expuesta por Demetrio Canelas había varias décadas. Otra vertiente frecuentemente abordada fue la relativa a la pobreza propositiva de la oposición política. Fueron muy duras las críticas que en más de una ocasión se dirigieron al papel desempeñado por los asambleístas de las fuerzas opositoras principalmente por su falta de capacidad para contribuir a los debates con iniciativas propias, limitándose a cuestionar, generalmente sin sólidos argumentos, todas las propuestas de las fuerzas oficialistas. Finalmente, se puso especial énfasis -y se adujo así desde el matutino- en la falta de correspondencia entre los esfuerzos desplegados para la elaboración de la nueva constitución y la falta de una cultura política propensa a guiar sus actos por el respeto a las leyes y mandatos constitucionales tanto entre fuerzas oficialistas como opositoras. La posibilidad de que el texto constitucional terminara con un destino similar al de todas las constituciones anteriores, fue tema de los editoriales en más de una oportunidad.

3. Mar para Bolivia Los Tiempos, a lo largo de su historia, fue un periódico que se ha alineado tras todas las gestiones que se han realizado con el propósito de recuperar una salida soberna y útil al Océano Pacífico. Recuérdese, por ejemplo, su posición, respecto al “Abrazo de Charaña” cuando enfrentó al Hugo Banzer Suárez, pese a que en otro ordenes de cosas, el reordenamiento político que pretendía el presidente militar, el periódico tenía evidente simpatía. Lo propio ocurrió con Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando capitalizó los ferrocarriles a una empresa chilena e incluso cuando Jaime Paz prefirió el recurso del puerto de Ilo ofertado por el Perú. Aquí seguía la tradición reinvidicacionista definida por su fundador, Demetrio Canelas, hacia 1920. El Presidente Morales había inaugurado una política diferente, que fue llamada la “Diplomacia de los Pueblos” y se estableció con Chile la “Agenda de los 13 puntos”, que in-

166 | Cochabamba, 16 de septiembre de 2013


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