Lorenafrutospeña proyecto revista

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SI STEMA NAVEGACI ÓN

I CONOS SECCI ONES YSUBSECCI ONES

Huesca Val l adol i d

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A TODO RITMO Córdoba evolucionada

C Ó R D O B A EVOLUCIONADA ROSA MARQUÉS

Con todo el respeto que se merecen las tradiciones, Córdoba es esa ciudad donde se evoluciona al mismo ritmo que se involuciona. ¿Cómo es eso? Prepárate, que una cosa está clara: 48 horas en la ciudad, te darán para muy poco. Esta es la ruta de la Córdoba ‘evolucionada’, más allá de flamenquines, salmorejos y pachangas (pero sin prescindir de todo ello, claro). Córdoba tiene fama de ser la ciudad con más tías buenas por metro cuadrado de España. Se acepta, pero no deja de ser un tópico antiguo (muy antiguo) que puso de moda un tal Julio Romero de Torres allá por los años 30. Efectivamente, un tópico que no aporta nada nuevo, con todo el respeto a su Mezquita, a su Judería, a los patios cordobeses, a los imbatibles salmorejos, a los míticos rabos de toros y a la Capitalidad Cultural 2016... –¡Ay no! Perdón, ¡que se le la regalaron a Donosti!–. Pero que no cunda el pánico porque existe una ‘gran minoría’ que apuesta por trascender a los honrados flamenquines que pueblan sus bares y a las virtuosas notas de la pachanga musical que asola la ciudad. El Califa de la Noche Cordobesa, Antonio Fernández, que ha resistido contra viento y marea los envites de la caspa musical-comercial a lo largo de las décadas, es optimista. Desde su púlpito de la Sala Metrópolis (abierta hasta el amanecer desde el 95) proclama que hay vida más allá de la Córdoba de toda la vida. Avalada por esta voz de la experiencia y por mis amigos (fuentes absolutamente fiables que han quemado el día y la noche como si no existiera un mañana) te traemos la lista definitiva de los bares, restaurantes, salas, tabernas y variantes... Y te digo: ¡Oh amigo que coges el AVE para venir hasta la ciudad de la Mezquita: prepárate, porque 48 horas en Córdoba te darán para muy poco!

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A TODO RITMO Córdoba evolucionada

Aquí ya ha llegado la primavera.

En Córdoba sentarse en una terraza al solecito en mangas de camisa (como diría mi madre) ya es una realidad. Mete tus gafas de sol en el bolso y vamos a tomar la primera a El Correo, en la Plaza de las Tendillas. Aquí solo hay cañas. Ni sillas, ni mesas ni apenas bar... Pero como se encuentra en la plaza principal de la ciudad, ya es todo un icono. Continuamos en la cautivadora Plaza de la Corredera. Aquí todo es perfecto: mesas, sillas, sol hasta muy tarde, gente interesante, se fuma, se tapea... Y tranquilos que hay salmorejo para todos. Siempre se encuentra sitio y es el lugar perfecto para ver durante el día a toda esta gran minoría que deambula por el centro. Nuestra terraza favorita es El Patri. Nos quedaríamos todo el día, pero la ruta continúa hacia la Plaza de las Cañas, justo a las espaldas de la Corredera. Nos dirigimos a Los 4 gatos, una interesante terracita en la que tomarnos una caña helada con unas aceitunas. Otro lugar encantador en La Judería, con una terraza muy animada y una carta de vinos que invita a abandonar el cañeo, es El Barón. El entorno, además, en plena Plaza de Abades, merece la visita. Otra plaza mítica es la Plaza del Potro, también en La Judería. La excusa: tomar una tapita y una caña rodeados de naranjos y turistas a las puertas del Museo Julio Romero de Torres. Y ya que estamos de plazas y de rincones perfectos para hacer un alto en el camino y escuchar los pájaros (el que fuma, que fume; el que beba, que beba) imprescindible la legendaria Plaza del Museo Arqueológico (todo un clásico de los amantes de los cigarrillos de la risa). Su nombre real es la Plaza Jerónimo Páez y, para tomar un vino de camino, La Cávea, junto al museo, ofrece la posibilidad, cómo no, de degustar un Montilla-Moriles y brindar por la comarca.

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Es verdad que no probarás salmorejos como los cordobeses (garantizado) y que los flamenquines redondean la jugada como ningún otro plato. Pero la oferta avant garde cordobesa está que se sale y la atmósfera que se respira en estos locales da ganas de quedarse a vivir. Junto a la renovada Ribera –Córdoba por fin mira al río– nuestro favorito es La Boca (San Fernando, 39), un local amplio, diseñado con gusto, buenísima música, cocina creativa y amplio patio para las ocasiones especiales y los conciertos que suceden, prácticamente, todos los fines de semana. Niños bienvenidos y gente interesante que sabe divertirse. Mejor imposible. Una opción de ambiente retro y de cocina elaborada es El Astronauta (Diario de Córdoba, 18) a escasos metros de la Plaza de las Tendillas. Reinterpretando la cocina clásica cordobesa y trayéndola a la contemporaneidad, Tempura, junto al marcianamente restaurado Puente Romano (Acera de Granada, 14). Cocina de mercado, buenas vibraciones pero algo alejado del centro, Pic-nic (Avenida Ronda de los Tejares, 16) queda también registrado como uno de los mejores (sobre todo en carnes).

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Clásicos y no tan clásicos

Aquellos que quieran zambullirse en la tradición del rabo de toro cordobés (el más rico del planeta tierra), El Caballo Rojo (Cardenal Herrero, 28), un clásico entre los clásicos, será para él una parada obligatoria. En plena Judería, su lista de visitantes ilustres es larguísima y sus platos hacen gala de lo mejor de la tierra: aceites de Baena, vinos de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, ajos de la Campiña, hortalizas de Cabra, espárragos de la vega del Guadalquivir, ibéricos de Los Pedroches, almendras, piñones, azafrán, miel... cocina andalusí, en definitiva. Pegando fuerte y haciéndole sombra, El Choco (Compositor Serrano Lucena, 14) se ha convertido en los últimos años en “ese restaurante de estrella Michelin en Córdoba capital”. Creativo, orginal, delicioso pero... no está en el centro. Para volver a la cocina tradicional, a un lugar con solera y tradición tabernera junto a La Ribera, las emblemáticas Bodegas Campos (Los Lineros, 32). ¡Un jamón que quita el sentío! Reformada y con una terraza azotea que mira a La Mezquita y que por las noches resulta mágica, Casa Pepe de la Judería (del Romero, 1). También en la Judería, en la misma calle, El Churrasco (del Romero, 38) trabaja la mejor cocina tradicional en una ambiente cordobés de pura cepa. Y compitiendo en autenticidad con todos ellos Casa Matías (El Nogal, 16), conocido como El Astoria, con unos guisos exquisitos

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Están por todo el casco histórico de la ciudad. No son los turistas. Son las tabernas. Hay tantas que sería imposible recogerlas. Las hay con historia, con patios monumentales, y las hay que son sedes del último invento: el de aunar estos templos del fino Montilla-Moriles con el Flamenco (entre los meses de febrero y abril; aquí, el programa) es la combinación perfecta. Haciendo un ejercicio de síntesis titánico, recomendamos algunas, junto a la Iglesia de San Miguel como Taberna Góngora (Conde de Torres Cabrera, 4) especializada en carne de caza y famosa por sus pinchitos de cordero; Taberna El Pisto (Plaza de San Miguel, 1), una casa bodega con mucha solera y Taberna La Montillana (San Álvaro, 5) con unos flamenquines que levantan a los muertos en un ambiente taurino, que aquí en la tierra de los Tres Califas del toreo, es lo que toca. Junto a la Plaza del Potro, en plena Judería, otra taberna mítica es la Sociedad de Plateros de San Francisco, a donde acudía con frecuencia, dicen, el pintor costumbrista Julio Romero de Torres, el responsable de pintar a la bella mujer cordobesa que es la misma que sale en las botellas de aceite de oliva de Carbonell. También con patio cordobés, otra sociedad de plateros, la de María Auxiliadora es conocida por preparar el bacalao de cientos de formas. Adentrándonos en el laberinto de la Judería por la Puerta de Almodóvar, a escasos metros de la antigua muralla, la Taberna Casa Salinas es eso que llaman un must. Vamos, que hay que verla. ..Muy próxima a ella, la renovada Taberna Casa Rubio sigue cultivando su buen hacer. Sus berengenas con miel, su rabo de toro y su salmorejo, insuperables. Además, su terraza mirador suma puntos. En una de las calles que está tomando fuerza en el centro, la calle Feria, la Taberna Rafalete, conocida por sus lechugas al ajillo y sus pinchos morunos, ha abierto un local nuevo. Muy sugerente.

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Enhorabuena.

Has decidido ir a Córdoba en el mejor momento, la primavera, antes de que llegue “la caló”. Echar aquí la tarde y ver caer el sol junto a la Ribera en nuestro bar favorito, La Amapola (Paseo de la Ribera, 9) no tiene precio. Rock, indie, buen ambiente, los mejores dj’s, buen rollito y estupenda terraza.

Junto al Ayuntamiento y las columnas romanas, existe un triunvirato incuestionable del buenrollismo para la Gran Minoría. El primero de ellos es Soul (Alfonso XIII, 3) con proyecciones de pelis de cine independiente en la planta baja y buena música. El segundo es el Automático (Alfaros, 4) techno-indie y música en directo de jueves a sábados. Imprescindible. Y el tercero en “disputa” el Clandestino (Diario Córdoba) con música en directo, teatro y buen ambiente. Mal de música pero con vistas espectaculares sobre la disputada Ribera, el Soho Ribera es una nueva terraza con sofás y vistas donde, depende del día, se está más o menos a gusto. La clientela es de lo más heterogénea. Para tomar una copa tranquilos y cómodos en pleno centro el Café Málaga (Málaga, 3) es uno de los pocos rincones en la ciudad para el jazz y el blues. Los jueves hay café-teatro. Y si buscas ese lugar lleno de pijos de la zona de pijos por excelencia de Córdoba, El Brillante, entonces tendrás que visitar el MOMA (Vial Norte esq. Miguel Gila). Diseño y música pachanguera para los que gusten... 

Y corriendo un tupido velo, de repente nos plantamos en la hora en la que hay que mover el esqueleto. Señores, aquí se baila. Así que busquemos esos lugares (que haberlos, hailos). Por encima del bien y del mal, sin vecinos a los que molestar y alejados del mundanal turismo, la Sala Metrópolis ofrece música en directo y programa conciertos con regularidad en la ciudad. Si vas con ganas de marcha todos los caminos te llevarán a Metrópolis. Caben muchos estilos en su programación. Así que consúltala previamente. Con música aceptable según el día, Warhol (Conde de Robledo 1) se encuentra en la zona universitaria. A veces tienen conciertos, exposiciones de fotografía y pintura de jóvenes creadores. Pero siempre encontrarás café, cócteles y copas... Para amantes del pachangueo, la Sala Góngora (Góngora, 10) promete, un espacioso café-teatro con programación cultural inermitente y numerosos grupos de veinteañeros.

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En la ciudad existen encantadores hostales en los que pernoctar por un módico precio. Pero entre nuestros hoteles favoritos están el Hotel Palacio del Bailio, un hotel con encanto con un lujoso spa y piscina al aire libre. Otra opción más económica pero sin perder el ecanto es el Hotel Balcón de Córdoba con vistas a la Mezquita, suites, terraza y una puerta trasera que da a la coqueta Calleja de las Flores. Y una tercera opción, más económica es el Hotel Lola, también en la Judería, y terraza común para disfrutar del atardecer. Y para no terminar con un regusto a pachanga excesivo, te contamos algunas citas que dan vidilla a la ciudad: Patios, Feria, resacas... mayo La Noche Blanca del Flamenco en junio Festival de Guitarra de Córdoba en julio Cosmopoética en septiembre

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BARCELONA GASTROHIPSTER RAQUEL PIÑEIRO

¿Cómo comen los hipster en Barcelona? Pues diferente, pero no tanto. Mucha comida rápida de qualité, mucho picoteo, precios ajustados, menús sin grandes despliegues de sofisticación, platos que se pueden compartir en mesas que también se comparten y en las que pocas veces hay mantel. La frontera entre café, restaurante y bar de copas es difusa y los horarios suelen ser continuados, siempre en locales con eso tan indefinible que es el rollaco. La idea es un poco lo que aquí se desarrolla, todo con un público muy mezclado de extranjeros connoisseurs, modernos comme il faut, gente de aspecto perroflautesco, rollo multiculturaloide, mucha tendencia arty y personas vestidas de Desigual. Nunca hay que olvidar que Barcelona es esa ciudad en la que hasta el “odio Barcelona” es una pose, y que al final se trata de comer bien vayas con flequillo, con peinado de nazi, con mechas o gomina. La Federal, el Tarannà (Parlament 39) y prácticamente todos los otros sitios de la calle Parlament son el centro neurálgico de lo que es el moderneo de hoy (que no es lo mismo que el moderneo de hace cinco años ni el de dentro de otros cinco). Puede explorarse a fondo la calle aquí, o desviarse un poquito hasta el cercano bar Olimpia (Aldana 11), en el mismo barrio de Sant Antoni, a tomar el vermut acompañado de unas tapas clásicas en uno de los puntos de más movimiento de la ciudad. 

Entrando en el Raval, el Ra (Carme 31) y los brunch en su terraza de manteles multicolores detrás de la Boquería ya son clásicos, aunque todavía no con la solera de los años del Resolís (Riera Baixa 22). Las tipografías no engañan: simplemente con ver el cartel ya deducimos que estamos ante un ‘antigüito’ bar de barrio de esos de mesas de mármol y espejo gigante. Muy concurrido siempre para beber y picar unas tapas; sus bravas con dos salsas nunca defraudan. El Caravelle (Pintor Fortuny 31) es un recién llegado que ya se ha hecho con considerables adeptos a base de platos sencillos y sanotes (no faltan las hamburguesas) como el propio local, diáfano y luminoso, perfecto también para

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tomar el brunch, un postrecito tentador o un café en cualquier momento, siempre rodeados del rollo cool marca de la casa. Al dos pasos, el antiguo Olivia Café, ahora el Colectivo (Pintor Fortuny 22), mantiene los ventanales, los desayunos de tenedor y cuchillo y las tartas bien hechas en uno de esos ambientes tranquilos que invitan a la lectura de periódico o a la charla en voz baja que milagrosamente se están multiplicando en la ciudad. Los cafeteros (o sea, cualquiera con un poco de amor por la vida) tienen otra parada obligada en el Satan’s Coffee Corner (Peu de la Creu 25). Algunos tenemos una opinión muy negativa sobre ir por la calle bebiendo café en vaso de cartón; este diminuto local puede cambiarla. Apenas es una ventana abierta a la calle dentro de Grey Street, una tienda de monerías vintage muy recomendable; sólo sirven café para llevar, los vasos de cartón tienen unos dibujitos personalizados, ofrecen variedades de todo el globo y lo básico, lo único importante en realidad: el café (de El Magnífico, a grandes rasgos, el mejor de la ciudad) está buenísimo. Otra bebida de similares bondades a las del café, el vermut, encuentra su acomodo en dos vermuterías en las que el tapeo está a la altura de las circunstancias: el Morro Fi (Consell de Cent 171) y el Cañete (Unió 17), glosados aquí. El Morro Fi pasó de blog gastronómico rebosante de criterio a bar rebosante de rollo; el Cañete tiene además la virtud de rehabilitar gastronómicamente la calle Unió atrayendo a un público más elegantón de lo habitual igual que el Ocaña entre otros está haciendo con la Plaza Real. Cuando llega el antojo de dumplings (antes o después siempre llega) hay que desplazarse al Borne al ya clásico Mosquito (Carders 46). Noodles, tapas asiáticas y un millón de variedades de cerveza acompañan al plato estrella, los dumplings preparados al momento delicadamente cocidos al vapor. Un vicio. 

Muchos de los sitios aquí mencionados ofrecen en sus cartas hamburguesas, pero puestos a elegir uno de los platos más populares (hipster o no hipster) del momento, siempre se puede ir directamente al Kiosko o al Bacoa (ya reseñados aquí), con saciantes hamburguesas


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tan garantizadas como el rollo trendy de acompañamiento. Y para los veganos, el Gopal (Escudellers 42), al lado de la plaza del Tripi, tiene unas hamburguesas vegetarianas deliciosas junto a bocadillos y platos del día tirados de precio y totalmente respetuosos con los animales. El Veggie garden (dels Àngels 3), en la plaza del Macba, es otra opción vegana con toques nepalíes que ofrece un menú a unos imbatibles 8 euros. Tal vez más cercano al concepto de restaurante y bar tradicional, Las Fernández (Carretas 11), sólo abre de noche y se impone reservar para conseguir una de sus solicitadas mesas. Ambiente relajado y bienhumorado en un lugar cálido con platos contundentes de comida del Bierzo (sí,

también botillo –a veces-), mediterránea e internacional, con platos de chiripitifláuticos nombres de guiños pop. Delante está Lo de Flor (Carretas 18), más reciente y con un espíritu similar: platos elaborados sin estridencias, buena oferta de vinos y el objetivo de ofrecer cenas de las que se recuerdan con una sonrisa; la influencia leonesa cambia aquí por la italiana. A dos pasos el que parte la pana es el Cera 23 (sí, Cera 23), abarrotada y exitosísima propuesta de restaurante gallego moderno de cocina creativa con zona de bar. Estos tres locales en el núcleo duro del Raval forman un triángulo tentador y apetecible, y son buenos ejemplos de los itinerarios gastronómicos y modernos que están cambiando constantemente.

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HOTELES HIPSTER ANABEL VĂ ZQUEZ

Ser hipster es como ser flamenco: una forma de vida. Un hipster come hipster, monta en bici hipster, lleva gafas hipsters, ve cine hipster y usa filtros de Instagram hipster. Por supuesto, duerme en hoteles hipster.

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Y, ¿qué es un hotel hipster? ¿Qué no es? No es uno que pertenezca a un gran sello de porteros con librea. No es una casa rural con juegos de mesa escondidos en un cajón de un mueble de madera provenla no comprado en la Provenza. No es tampoco un bed and breakfast perdido en el condado de Surrey con cortinas de flores Liberty. Es... no sabríamos describirlo, pero vemos un hotel hipster y lo reconocemos. Los hoteles ACE, en Estados Unidos, fueron pioneros hace unos años. Ellos apostaron por las mesas de madera sin tratar, el retrochic, el WiFi gratis y la fotogenia. Siguen siendo hip. Todo hotel hipster lo es. También es confortable. Un hipster, no olvidemos, siempre es un burgués disfrazado de hipster. Hay distintas categorías de hoteles hipster:

HOTELES PORTÁTILES

Lo efímero es hipster. El mundo de 2013 está lleno de experiencias pop-up. En este grupo entran hoteles que un mes están y el que viene se han ido a otra ciudad. Un hipster ama la inmediatez y estos hoteles se la proporcionan. El sello Design Hotels tiene su propio pop-up. Se llama Pop Up Ashram (muy hipster). El año pasado estuvo en Tulúm (México) y este verano estará en Bali. Además, Design ha abierto otro hotel pop-up en Mikonos (Grecia). También Snoozebox basa su negocio en hoteles portátiles que viajan de un evento, festival, celebración deportiva a otro. En cualquier caso, lo pop-up está extendiéndose tanto que faltan cinco minutos para que deje de ser hipster.

HOTEL CONTENEDOR

HOTEL / ALBERGUE HIP

No sirve cualquier albergue. Nada de literas tambaleantes y colchones extrafinos. La nueva raza de albergues o hostel hipster puede aparecer (y aparece) en revistas de interiorismo, tienen bibliotecas, piscinas y duchas mejores que las de nuestras casas. Algunos ejemplos son el The Freehand (Miami), el U Hostel (Madrid) y Casa Gracia (Barcelona). Dormir en un albergue así ya no es un trámite, ahora se puede compartir y, para un hipster, compartir es vivir.

HOTEL EN CIUDAD HIPSTER

Es difícil de sostener con argumentos serios, pero hay ciudades hipster y otras que no lo son. Y, por tanto, sus hoteles tienen este aire. El Jupiter, en Portland, es un buen ejemplo de hotel que encaja en la estética (y ética) de la ciudad. Igual ocurre con el Surf Lodge, en Montauk y el St Paul en Hamburgo. Cómo una ciudad llega a ser hipster es materia de discusión para otros foros.

Es una categoría importante. Entronca con la corriente del aprovechamiento de los materiales, del disfrute del espacio público y es carne de postureo. No se puede pedir más. Sleeping Around ilustra esta tesis tan científica que acabo de exponer. Se trata de una especie de “pueblo”, formado por cuatro contenedores-habitación, un contenedor-sala de desayunos y un contenedor-sauna. Ahora mismo está en Amberes, Bélgica, pero no para siempre, porque, queridos HOTEL EN BARRIO GENTRIFICADO amigos, un hotel contenedor también suele ser un hotel pop- Nos / les encanta. Colocar un hotel hipster junto al up. Lo hipster elevado al cuadrado. Ayuntamiento es confuso. En cambio, en un barrio en proceso de gentrificación, tiene todo el sentido. En Madrid un ejemplo sería el Abalú (Triball), en HOTEL EN TIENDA DE CAMPAÑA Paris tenemos el Le Citizen, en el Canal Saint Martin, Otra vuelta de tuerca de ésas que nos gustan: no se llama pero es el Wythe el que mejor ilustra este amor tienda, sino glamping. Hay mucha (o alguna) literatura en por lo emergente y lo off-the-beaten-track. Está en torno a esto. Es también pop-up, porque una tienda no dura Williamsbourg (Nueva York), cómo no. Dormir aquí es como el Palace, cien años, pero nos sirve como elemento de toda una declaración de intenciones, una manera de ecosistema hipster. The Pop Up Hotel organiza hoteles en gritarle al mundo que Manhattan no es el centro del tiendas en festivales como Glastonbury. Que todo el mundo ídem. El hotel es como se espera: atractivo, cómodo se olvide de los campings carpetovetónicos: este está en las y está lleno de detalles como amenities de Goldie, antípodas. Las Delevingne podrían dormir allí. control remoto vía iPhone, papel pintado diseñado por Dan Funderburgh y muebles realizados por artesanos locales. Hipster siempre, cutre nunca.

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COSAS QUE NO DEBES HACER EN UN HOTEL ANABEL VÁZQUEZ

Un hotel no es tu casa. Aunque se empeñen en venderlo así los directores de marketing, aunque nos sintamos como en ella o mejor. Un hotel es un espacio a medio camino entre lo público y lo privado. Tiene normas. En ocasiones están escritas y, la mayoría de las veces no, pero hay que cumplirlas. Es mejor cumplirlas. Aparte de prenderle fuego a la habitación, claro

1. Dejar la bandeja del servicio de habitaciones en la puerta.

Es un tema controvertido en el que hay varias corrientes de pensamiento. No pasa nada por hacerlo. Yo lo he hecho y aquí estoy, incluso pontificando. Pero ver los pasillos con los restos de la comida de los otros no es un bonito espectáculo. Huele, son bandejas sucias, hay restos orgánicos. ¿Es necesario? Se puede llamar por teléfono y pedir que la recojan sin necesidad de contar a nuestros compañeros de pasillo que no nos hemos comido toda la ensalada.

2. Pasear en albornoz por el hotel.

Punto 1: un albornoz no sienta bien a nadie. Punto 2: si hay uno en la habitación es para que se use en ella, no fuera. Punto 3: si hay spa puedes ir desde la habitación en el ascensor con el famous and infamous albornoz, pero no te pasees por el lobby. Si se te antoja un café o el periódico sube y cámbiate. Lo decimos por ti y por el resto. Es un albornoz: no un vestido de Azzedine Alaia. Y tú no eres una estrella del rock a la que se le vaya a consentir todo.

3. Sexo extremadamente ruidoso.

Poder se puede, pero insistimos: un hotel es, también, un espacio público. Sexo hotelero sí, pero modulando los decibelios. Nadie debería saber cómo llamamos a nuestro partenaire en la intimidad. Poco más que añadir en este punto.

4. Llamar a recepción sin abrir antes todas los cajones.

El personal del hotel está para ayudarnos. Su tiempo es tan sagrado como el nuestro. No seamos vagos. El secador está, casi siempre, en algún cajón, si no a la vista. Sabemos que el panel de mandos de la luz parece el de un Airbus 380, pero démosle una oportunidad: hemos hecho cosas más complicadas en la vida, como reservar 16

un billete de tren en la web de Renfe. Podremos con las luces de la habitación.

5. Guardar en la maleta algo que no nos hayan regalado.

Todos llevamos un cleptómano dentro, sobre todos en los hoteles. Y eso está asumido por la dirección. Por eso nos dejan las toiletries en orden, golosas… Con ellas, y con el bolígrafo, la libreta y el papel de cartas, esperan que acallemos el instinto ladrón. Pero ahí acaba todo. A menos que se indique de forma clara todo debe permanecer en la habitación: cds, albornoz, toallas, librazos de Taschen…Los directores cuentan mil y una anécdotas lo que desaparece en hoteles: hablan de teléfonos (que no se pueden usar en otro lugar), lámparas y hasta televisiones escondidas en maletas. Si las almohadas nos han hecho soñar maravillas preguntemos: en muchas ocasiones se pueden comprar. Pero no nos las llevemos. Porque hay casos, y más de los que parece.

6. Dejar la puerta abierta.

Esto parece obvio, pero todo hay que decirlo. Si la habitación es pequeña y tienes claustrofobia ve a terapia, pero no dejes que veamos tu cama deshecha. No nos interesa. Un hotel no es la hermandad Alpha Beta Pi ni tu vida American Pie.

7. Preguntar al personal por los famosos que han dormido allí.

Un buen profesional de hotel es como Jaime Peñafiel, que vale más por lo que calla que por lo que habla. No acorrales al botones, al conserje o al recepcionista para preguntar si es verdad que Angelina, Brad y los churumbeles durmieron allí. Y menos aún le ofrezcas una propina por la revelación. Nunca lo van a decir. No pongas a nadie en compromisos. Eso sirve para los hoteles y para la vida.


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Alma de la ciudad

MADRID / Definitivamente simpática

MADRID / DEFINITIVAMENTE SIMPÁTICA Y en efecto: diversión. Las noches de Madrid tienen merecida fama en todo el mundo,

pero las horas de luz también ofrecen alicientes para el entretenimiento. Lo vemos en el “Pequeño Broadway” de la Gran Vía, donde se estrenan los mejores musicales llegados de todo el mundo, o en los muchos teatros de la capital. Con la cultura siempre al alcance de la mano. Ya sea en el Museo de Arte Moderno Reina Sofía, donde podremos ver ‘El Guernica’ de Picasso, o en la colección del Museo Thyssen. Pero siempre, teniendo como primera referencia al Museo del Prado, entre cuyas paredes podremos admirar obras Madrid tiene fama de ser una ciudad abierta, hospitalaria con sus visitantes. maestras de Velazquez, Goya o Rubens. Creció a trompicones y a merced de la sorprendente decisión de Felipe II de ascenderla de pueblo a capital. Desde entonces, la Villa y Corte de Madrid, ha Y es que de todo cabe en Madrid, ido creciendo y expandiendo su capacidad de influencia. Visita obligada para desde una discusión sobre fútbol en el todos los turistas que viajan a España, la capital ofrece muchos atractivos: bar de la esquina, a la Milla de Oro del desde callejear por el castizo barrio de los Austrias, con la Plaza de Oriente y el barrio de Salamanca, donde las mejores Palacio Real,a los muchos edificios monumentales e institucionales que riegan tiendas del mundo abren sus puertas a sus calles, como la Biblioteca Nacional. O bien paladear el viejo sabor burgués de clientes que saben que Madrid siempre la arquitectura alfonsina del siglo XIX en los barrios céntricos. Y si toca descansar, estará a la altura de su caché. Desde el qué mejor que tumbarse un ratito en el retiro. Monumentos, arte, cultura, y Orgullo gay del barrio de Chueca, a los mucha diversión al alcance de restaurantes y anticuarios del Barrio de la mano. Todo esto es Madrid. las letras. De todo hay en la ciudad que un día fue capital de un imperio en el que nunca se ponía el sol, y que siglos después terminó siendo cuna gamberra de la movida de los 80. Donde los chulapos siguen compitiendo en lanzar el mejor piropo retrechero, como asegura el chotis. Una ciudad cargada de tradiciones propias y ajenas, donde uno puede dejarse caer en divertidos antros de Malasaña, u optar por disfrutar de una caña en una terraza de Lavapiés, entre carnicerías árabes y olor a especias. Como toda ciudad española que se precie, Madrid ofrece una gastronomía tradicional, con tascas y tabernas de olor intenso y griterío inevitable, donde probar desde un calentito cocido madrileño, una ración de callos, a los legendarios bocadillo de calamares de la plaza Mayor. Y como capital que es, también ofrece lo mejor, como bien atestiguan las estrellas Michelin de restaurantes como el Kabuki Carmona, la Terraza del Casino o el Santceloni. Claro que la alta cocina también ha sabido cambiar su look: de ahí el aumento de gastrobares en la ciudad, donde se puede disfrutar de los platos más selectos en forma de tapas. Una vuelta a la tradición, como también vemos en los mercados remodelados de San Miguel y San Antón, donde se pueden comprar a la antigua usanza, los productos más variados y sofisticados del planeta. De Madrid al cielo, dice el viejo refrán castizo. Donde, no obstante, es fácil acabar exasperado en pleno atasco, esquivando obras y coches en doble, triple o subsiguientes filas. Pero también es una ciudad de mente abierta, de avenidas metropolitanas y tiendas de barrio, que sabe abrir sus brazos de par en par (pero sin perder nunca de vista la cartera en el metro). Porque más sabe el diablo por viejo que por diablo. O por castizo, como bien añadiría Madrid. Referente para el resto de España, moderna, tradicional y atractiva. Una ciudad que le gusta la vida y ser vivida. Y, definitivamente, simpática.

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Alma de la ciudad

MADRID / Definitivamente simpรกtica


Alma de la ciudad

MADRID / Definitivamente simpática

EL MADRID D E LAURA PONTE ANDRÉS ACOSTA http://www.traveler.es/viajes/mundo-traveler/articulos/el-madrid-de-laura-ponte/3398

Pontevedresa de procedencia, la modelo Laura Ponte se siente como en casa en Madrid. Hablamos con ella sobre sus hábitos viajeros, sus destinos pendientes y sus rincones favoritos de la capital. Éstos son los imprescindibles Traveler de una viajera empedernida. -¿Cuál es tu vista favorita de Madrid, una imagen perfecta que te haga sentir que estás realmente en Madrid? La vista de la Castellana. Es la arteria principal y recorre la ciudad de arriba abajo. -¿Si tuvieses que dejar Madrid, cuál sería el mejor souvenir? Una lata de callos madrileños o una capa de Seseña. -¿Cuál es la mejor zona de compras en Madrid? Afortunadamente tenemos de todo dependiendo de lo que busques, ya sea moderno, cañí… no tengo una zona perfecta definida. -¿Accesorios imprescindibles cuando viajas? Gracias a Dios no necesito nada que me ate, salvo el pasaporte para poder moverme y el móvil para estar conectada con el mundo y hacer llamadas a casa. -¿Algún destino en tu lista de viajes soñados? China y Japón ya que por ahora es muy difícil que vaya. Me atrae por lo radicalmente distinto que es respecto a nuestra cultura, especialmente por lo ancestral.

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Los imprescindibles de Laura Ponte en Madrid: - Antiguedades:

El ocho (Calle de Mira el Río Alta, 89) y El Transformista (Calle de Mira el Río Baja, 5).

-Bares de copas / cafeterías

- Ropa masculina:

- Evaristo. pinchan en directo y es un lugar desconocido (Calle Marqués de Santa Ana, 11). - Grenner. Es bueno, barato y muy bien situado (Calle de Serrano, 112).

- Ropa femenina:

- Santo Mauro. Es céntrico, recogido, una obra maestra de Lorenzo Castillo (calle de Zurbano, 36)

Sportivo (Calle del Conde Duque, 20), La casa de Marañón (Calle de Núñez de Balboa, 64) y Mini (calle Limón, 24). Delitto e Castigo, la ropa que tienen en exclusiva de Haider Ackermann (Calle de Claudio Coello, 26), Ekseption (Calle Velázquez, 28) y Sister Jane (Calle Hermosilla, 26).

- Librería:

Editorial Trama (Calle Blanca de Navarra, 6).

-Restaurantes:

- El pescador. Por la calidad de producto: pescado y marisco increíbles (Calle de Ortega y Gasset, 75). - Samm. Las mejores paellas de Madrid (Calle de Carlos Caamaño, 3). - Blanca 6. Por su hamburguesa, buenísima (calle Blanca de Navarra, 6).

- Hoteles:

- Arte:

- Galería de arte de José de la Mano (Calle de Claudio Coello, 6) - Belleza: - Salon 44. Xavi es un maestro. Me encanta el espacio, porque generalmente las peluquería no me gustan y los productos son buenos. (calle de Valverde, 44)

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M A D R I D G A S T R O N Ó M I C O E N C U AT R O C A L L E S CLAUDIA GENÉ

Shopping ¿ Te h a s d e s p e r t a d o c o n g a n a s d e e s t a r e n o t r o l u g a r ? Y, s o b r e todo: ¿te has despertado con ganas de comer en otro lugar y gozar de otros sabores? En C o n d é N a st Trave l e r te t ra e m o s el top 5 de recomendaciones que te teletransportarán a otros rincones con tan solo un bocado para saciar tu hambre viajera en apenas cuatro calles. Un ‘bocadito’ de cielo, ni más ni menos. No hará falta que salgas del madrileño Barrio de Salamanca para degustar los placeres culinarios más variados y deliciosos del mundo. Si lo que te apetece es un excelente peruano, un mexicano, un japonés, un chino o incluso un asturiano estos son los top 5 del barrio más glamouroso de la capital. Eso sí, solo apto para sibaritas. Lo malo es que sus sabores te deleitarán tanto que saldrás con ganas de viajar y recorrer esos parajes remotos y perderte por el mundo. Pero, ¿acaso eso es un

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Astrid & Gastón

Una joya gastronómica peruana como es Astrid & Gastón no podía tener otro que al genio Gastón Acurio aportando a la comida andina un toque sin igual. Este restaurante trae a la capital la alta cocina peruana contemporanea con su extraordinaria causa limeña (papas rellenas de ventresca de atún, aguacate, huevo cocido, escabeche y salsa huancaína de rocoto), sus tiraditos criollos, su trío de ceviches, su chupe de carabineros y langostinos o el mitiquísimo guiso limeño llamado ají de gallina. Asimismo, los más osados podrán degustar los anticuchos y los chimichurris elaborados con mucho gusto y mimo. Nada mejor que terminar con un rico suspiro limeño (dulce de leche acompañado con merengue al oporto) o con, el favorito por todos, la sobresaliente esfera de chocolate derretida con compota de frambuesa, helado de lúcuma y espuma de créme brulée. Los apasionados al dulce quedarán indefensos con tal digno placer. Y no nos olvidemos del fabuloso pisco sour, una delicia andina con sabor dulzón que animará la mesa al completo. Si eres de los que no se deciden ante tanta variedad siempre podrás optar por un menú degustación (55 euros) o uno de tradición (30 euros) que te acercarán de lleno a la cocina peruana más imponente.


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Nikkei 225

Justo en la acera de enfrente se encuentra el magnífico Nikkei 225, que entremezcla la cocina andina con la asiática en un espacio moderno, con toque minimal y muy vanguardista. Entre fogones encontramos al magnífico chef peruano Luis Arévalo, que abrió 99 Sushibar, y que crea con mucha maña y esmero una carta que cualquier otro restaurante japonés de la capital envidia y aprecia. Ceviches como el de erizo, futomakis, tempura de cocochas con salsa de berberechos y ají amarillo, temaki de ikura y una amplia variedad de sashimis, niguiris y tartares como el estupendo de toro especial con caviar imperial, huevo de codorniz y chips de patata morada. Como guinda final, el fantástico suspiro limeño con crema de leche y yuzu con helado de haba tonka o el goloso coulant de chocolate con crema de lúcuma y helado de regaliz. Imprescindible disfrutar del sabrosísimo y cautivador nigiri-sushi de foie con frambuesa, sin duda una maravillosa delicia en toda regla.

Tse Yang

De la mano de Café Saigon surge Tse Yang (Hotel Villamagna) con una de las mejores cocinas asiáticas de la capital. Lo llaman ‘el chino del Villamagna’ pero es que este restaurante madrileño puede presumir de contar con una fabulosa oferta culinaria cantonesa. Su lujosa decoración es de lo más detallista, con sus salones típicos asiáticos, sus jarrones de porcelana y su repertorio de tapices artesanales por todo el restaurante que harán que la experiencia sea inolvidable. El Villamagna ofrece un mimo exótico entre fogones que fusiona los platos más tradicionales orientales siempre pensando en el gusto occidental. Algunos imprescindibles que vienen directos de los países del sol naciente y que no debes perderte son la sopa de nido de golondrinas de Borneo, el filete de buey al estilo de Mongolia, los fideos de arroz al estilo de Singapur, el auténtico pato lacado estilo Pekín y la langosta ‘Szetchuan’. Si ante tan amplia carta prefieres no tener que elegir podrás degustar un menú variado de entre el Shangaien (36 euros), el cantones (38 euros), el pekinés (42 €), el szetchuan (43 euros) o el mítico gastronómico (63 euros). Una ruta gastro con mil opciones que te llevará a recorrer todos los rincones del este asiático enamorando a tu paladar y, como no, encandilando a tu estómago.

Punto Mx

Los amantes de la cocina de alto standing saciarán sus expectativas mexicanas en Punto MX. Pero es que este no es un mexicano cualquiera:siempre hasta los topes, más te vale reservar si quieres poder degustar unas buenas enchiladas de guajalote con mole rojo almendrado. El rincón de moda de la capital donde deleitarse con una gastronomía mexicana de lo más sofisticada y atrayente. Buenísimo el guacamole MX, las quesadillas de huitlacoche con epazote en tortilla de maíz morado y con salsa costeña de tomatillo verde y chile de árbol, los panuchos de cochinita pibil o los espléndidos tacos de chorizo verde con aguacate y queso, o los de Wagyu. El restaurante en el que saben poner un toque picantón necesario para amenizar cualquier velada. Y todo regado con cervezas mexicanas, micheladas, tequilas y mezcales muy variados. El recetario tradicional del país de Frida Kahlo combinado con un savoir faire ultramoderno siempre diseñando unos exorbitantes platos con los mejores productos mexicanos.

El Paraguas

Los paladares más exquisitos disfrutarán de El Paraguas y su cocina tradicional asturiana. Los mismos de Ten con Ten presentan un restaurante sobrio siempre repleto, que cuenta con una carta cargada con un sinfín de platos excepcionales que te dejarán sin habla. Perfecto para comidas de negocios donde impresionar a todos los comensales. Un as en la manga que seguro te llevará al éxito en el cierre de contratos y si no, como mínimo, habrás asistido a un festín magnífico. Sobrenaturales las colmenillas rellenas de foie, las cocochas de merluza con yema de huevo, los oricios gratinados, la fabada asturiana y la clásica tarta fina de manzana con helado de chocolate blanco. Los que ansían un suculento plato de cuchara se lo pasarán en grande solo con admirar los guisos de su vasta carta que podrán acompañar con un buen Marqués de Griñón o Viña Tondonia Reserva. Además, gozar de los panecillos no será pecado, porque aquí el pan con pan no es comida de tontos. Y los golosos podrán deleitarse con unas asombrosas torrijas con crema de canela a las que sugerimos añadir un helado de turrón como colofón.

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M A D R I D C O N L U PA : CALLE DE GABRIEL LOBO MARร A F. CARBALLO

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Turrones artesanales de Jijona, tocados y sombreros del celuloide español, la caña mejor tirada, la tienda de skate con más recorrido, una galería de arte contemporáneo, una floristería con toque british, estudios de artistas... Esto es la calle de Gabriel Lobo, nuestra primera parada por un Madrid con lupa. ¿Por qué Gabriel Lobo? A la redacción llegaron ecos de una calle con fama de pintoresca, artística, inquieta, familiar, una calle en torno a la cual se hace la vida diaria del barrio residencial de El Viso y donde las pequeñas iniciativas en forma de negocio hacen que quien esté detrás del mostrador sea el propio dueño. Atención directa, “el jefe como tendero” y la imaginación siempre tras cruzar la puerta. Teníamos que ir a cotillear. Pura ‘deformación’ profesional entre la calle Velázquez y Príncipe de Vergara. 

 PRIMERA PARADA, LOS HAMPTONS BLEU
 Hemos quedado con Fátima, una de las recién llegadas a Gabriel Lobo, al número 17. Estamos en Los Hamptons Bleu, una coqueta tienda de zapatos que abrió sus puertas el 1 de septiembre. Hablamos de la decoración, distinguida pero con un toque divertido y colorista que hace que den ganas de tomarse un té a la lumbre del fuego chisporroteante: “Me encanta la moda, llevo dedicándome a ella 30 años y siempre quise tener un salón verde con chimenea donde dedicarme a ella”. ¿Y por qué aquí? ¿Qué tiene esta calle que no tenga cualquier otra? “En Gabriel Lobo nos conocemos todos y hay muy buena relación. Además, sin haber hecho nada todavía en redes sociales, ¡estamos vendiendo bastante!”. Su calzado es español, francés, alemán, italiano, inglés... Ahora, colecciones preparadas para la lluvia. Aunque a mí me llaman más la atención unos mary jane plateados que dan ganas de calzarse para hacer chocar los tacones al más puro estilo ‘Mago de Oz’. 
 ARTE 
Al salir de la ensoñación zapateril, veo un espacio diáfano, un escaparate de cuerpo entero, con algunas piezas en las paredes interiores y un llamativo neón que reza “OPEN”. Y yo me digo: “VOY”, cual mosca hacia la luz al número 14. Es la galería de arte de Pepe Pisa. Me recibe risueño y hablamos entre ‘Nostalgia de un pasado’ y ‘Madurez’, dos obras de Alberto Guerrero que Pepe me explica con paciencia. ¿Por qué una galería en una calle alejada del epicentro artístico de la ciudad? “En cualquier lugar es bueno acercar las obras de arte contemporáneo a la gente; mi objetivo es que, en cierto modo, le pierdan el respeto. Además en este barrio hay muchos artistas que tienen su estudio como Juan Garaizábal, Paula Varona o Luis Fega”. 

Pepe no siempre se dedicó al arte, de hecho, pasó diez años de su vida en el mundo de la organización de bodas y eventos pero siempre con un contrapunto estético que le tiraba más que el ‘sarao’ en sí. Así que reconvirtió su oficina en su galería de arte y hoy, miembro activo de la Asociación Cruza el Rayo, me acompaña hasta el lugar más colorido de la calle, la floristería The Workshop. Por el camino pasamos por ‘la placita’ y me comenta que la camaradería entre los negocios es tal que están trabajando en varias propuestas para revitalizar, más si cabe, la zona: ¿qué tal instalar algunas esculturas de la galería en la placita? ¿O hacer un huerto urbano con la ayuda de la floristería? ¿Y si se plantea un día de la “Cruz del rayo”? ¿Crear espacios para las bicicletas y los skates? ¿Una pisada de uvas con la ayuda de las oficinas de bodegas de la zona? La filosofía está clara: si se arrima el hombro, el barrio gana. Y por goleada.

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MADRID (Y ALGUNOS SITIOS MÁS) P O R A L M O D ÓVA R RAQUEL PIÑEIRO

Se podría cruzar Madrid de punta a punta siguiendo las localizaciones de las películas de Almodóvar. O casi. A través de hallazgos verbales y visuales de esos que forman la educación de generaciones y crean la cultura de un país, aparece una ciudad viva, chiflada, con partes que ya no existen y otras que en realidad nunca existieron. La más divertida del mundo. O casi.

Chicote en Los Abrazos Rotos: Para la confesión de Blanca Portillo, Almodóvar eligió un lugar con nombre y apellidos: el mitiquísimo Museo Chicote, coctelería histórica de la Gran Vía, en cuyas paredes, en una mezcla entre lugar real y la localización de cine, cuelgan varias fotos del mismo Almodóvar festejando con otros actores de sus películas (y ahora en rigor debería colgar alguna de él dirigiendo esa escena en el interior del bar).

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El Rastro en Laberinto de Pasiones: Cecilia Roth se pasea contemplando culos y paquetes por entre los puestos del Rastro cuando era un punto de efervescencia moderno y germen de la movida (allí Alaska y el Zurdo conocieron a Carlos Berlanga y a Nacho Canut, encuentro que se considera el momento fundacional del movimiento) para acabar en La Bobia, donde Fabio McNamara se toma el vermut y esnifa esmalte soltando frases que son veneradas todavía hoy. La Bobia (actual Wooster en la calle San Millán 3) pasó a mejor vida, pero Tablada 25, los locales de ensayo en los que se desarrolla parte del argumento, aún mantienen el tipo. La Plaza Mayor en La flor de mi secreto: Aquí se marca Juan Echanove un baile nocturno en un momento de alivio del drama de Leo, nombre real de la Amanda Gris autora de novela rosa con tanto éxito que hasta en la fachada de la Fnac de Callao cuelga un enorme cartel de promoción de sus obras. Cuartel del Conde Duque en La Ley del Deseo: “¡Vamos, riégueme! ¡No se corte, riégueme!”. Y la manguera del limpiador nocturno empapa el vestido rojo de Carmen Maura. Esta imagen tan poderosa e icónica destaca en la filmografía de la actriz, llena de papelazos, y en la de Almodóvar, llena de imágenes reconocibles. Deseo del que chorrea.

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Barcelona en Todo sobre mi madre: Almodóvar muestra la ciudad hermosa pero sin eludir lo más sórdido: el Palau de la Música, prácticamente pared con pared con la casa de la Agrado; la alucinante zona de prostitución de los alrededores del Camp Nou; el hospital del Mar y el cementerio de Montjuic son algunos de los puntos más representativos. El cambio de escenario reportó al director clamorosos éxitos internacionales y al espectador bellos planos de portales modernistas y suelos con baldosa hidráulica. Plaza de la puerta de moros en La flor de mi secreto: En la fuente de esta plaza Leo intenta inútilmente quitarse los botines para acabar pagando a un yonky para que la ayude; es la escena que nos viene a la mente cuando en la Taberna Ángel Sierra (Gravina 11), en la plaza de Chueca, confiesa lo difícil que le resulta todo. La playa de El Golfo, Lanzarote, en Los abrazos Rotos: El mismo director lo ha contado varias veces; deslumbrado por los paisajes rotundos de la isla, descubrió al revelar una de sus fotos la silueta de una pareja abrazándose recortada contra la arena negra de esta playa. La imagen le impresionó tanto que no pudo quitársela de la cabeza hasta encontrarle su hueco en el guión de esta película y acabar inspirando el propio título.


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El viaducto en Matador: Un puente predilecto de los suicidas para dar el salto final es una localización demasiado jugosa como para dejarla pasar. Además de en la crónica negra de la ciudad, el viaducto de la calle Segovia aparece en innumerables novelas y películas; Almodóvar parece tener debilidad por él y lo saca en varias obras, aunque brilla especialmente en Matador con una Assumpta Serna reclinada en las barandas ahora protegidas por cristal, como arrancada de un editorial de moda.

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Santiago de Compostela y el Pazo de Oca en La piel que habito: Entre los soportales de la Rúa do Vilar de Santiago es donde se encuentra la tienda de ropa vintage (en su interior la madrileña Corachán y Delgado) del protagonista, mientras que en los jardines un poco de Alicia en el País de las Maravillas del Pazo de Oca, que pueden y deben visitarse, es donde una violación desencadena la tragedia. La impronta gallega de la película también se manifiesta en una escena en la que Banderas y Marisa Paredes beben en un juego de café de cerámica de Sargadelos, que se acopla perfectamente a la estética almodovariana.

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El cine Doré en Hable con ella: En una de esas películas -dentro-de-la-película que tanto gustan a Pedro Almodóvar, el inofensivo Benigno acude aquí a una proyección de “El amante menguante” y asistimos a larepresentación a tamaño gigante del pubis de Paz Vega. Y luego se lo cuenta a Leonor Watling en coma, claro.

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Plaza del Alamillo en Tacones lejanos: Unos tacones manchados de caca de perro frente a la reja de un sótano–portería en esta tranquila plaza representan todo lo que Becky del Páramo ha dejado atrás. También se luce el Villa Rosa donde Miguel Bosé canta “Un año de amor” y termina intercambiando pendientes por teta con Marisa Paredes.

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La puerta de Alcalá en Carne Trémula: Una noche navideña en plena Transición sorprende a Penélope Cruz pariendo-con la ayuda de su futura suegra en uno de sus clásicos papeles de madameen un autobús. “Mira, Madrid” le dice Pilar Bardem al recién nacido cuando pasan ante la Puerta de Alcalá, la misma que cruzará ya crecidito y convertido en Liberto Rabal telepizzero.

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Convento de las Recogidas en Entre Tinieblas: El convento de las Redentoras Humilladas, donde viven sus peripecias las monjas protagonistas (y el tigre), está en la céntrica calle Hortaleza y, oh, en el pasado servía para un propósito muy similar, como refugio de mujeres arrepentidas. Plaza de la Villa en Átame: En 1990, si se necesitaba heroína para aliviar los dolores de la amada a la que se tiene secuestrada, se podía acudir al mismo centro de la ciudad, aquí, o a la plaza de Chueca, y encontrar seguro lo que se buscaba. Algunas cosas cambian, otras no tanto.

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Taberna Alhambra: en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?: “El que no ha visto Graná, no ha visto na. ¿Tú conoces Granada? Yo tampoco”, dice Chus Lampreave ante el decorado de azulejos y falsas vistas de la Alhambra del interior de esta taberna, que comparte protagonismo con los bloques de viviendas de las afueras construidos durante el desarrollismo y que son tan Madrid como las calles de Los Austrias.

Calle Montalbán en Mujeres al borde de un ataque de nervios: Carmen Maura cría gallinas y atiende a amigas en problemas con el mundo árabe desde un ático con vistas al skyline del centro, con el edificio Telefónica no como guiño al pasado laboral del director sino como emblema de la ciudad bien presente. La Mancha en Volver: La Raimunda pasea su culo postizo por Vallecas, por el cementerio de Granátula de Calatrava (secuencia que abre la película) para ese rito ancestral de la limpieza de tumbas termina regresando a su casa en los patios interiores de Almagro y Calzada de Calatrava. Un muy celebrado retorno a la Mancha y a Carmen Maura y otra canción popular para la lista de temas que el director es capaz de convertir en algo propio.

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Mikel López Iturriaga, “El comodista”

MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA, ‘EL COMIDISTA’

“NO TENGAS MIEDO DE PROBAR NADA”

MARÍA F. CARBALLO

• Mikel López Iturriaga A.K.A. El Comidista es el rey de la

cocina viejuna, de la canalla, de los trastos de cocina más útiles y más inútiles, del plato con inventiva y de las recetas para quienes nos consideramos rematadamente ineptos entre los fogones (bueno, entre microondas y tuppers) y para quienes tienen soltura en esto de mezclar ingredientes sin miedo. Es el humor en el menú, el responsable de que todos, incluso de los que huímos de la cocina, queramos leer qué piensa, por ejemplo, sobre la alimentación de los personajes de ‘Juego de Tronos’. Es el chef del pop y del blog. Y le hemos sometido a nuestro cuestionario:

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¿Qué ingredientes tiene tu ciudad ideal? Buena comida, poco tráfico y muchas zonas peatonales, poco ruido, tiendas chulas independientes y sol. ¿Qué lugar te inspira más a la hora de meterte en los fogones? Últimamente, el mediterráneo musulmán y judío, de Turquía a Marruecos. Aunque Euskadi siempre está ahí, claro. Si estás frito y te esfumas, te encontrarán en.... Karrantza, en la Vizcaya profunda. Allí tiene un caserío mi hermano Jose, y es el sitio perfecto para olvidarte de la Humanidad.

¿Podrías elegir una ciudad y descubrirnos tus lugares favoritos para... La ciudad es Barcelona. … disfrutar de una velada romántica: No soy muy de veladas románticas, pero quizá me iría al Xemei, un veneciano al lado de Montjuic. O al Monvínic, un fastuoso bar de vinos y restaurante del Eixample. ...relajarte y descansar cuerpo y mente: La terraza de los jardines del Turó Park. Es muy agradable, y ver a gente tan pija siempre distrae. … disfrutar de una noche de copas junto a tus amigos: Coctelería Harry’s y luego al piano bar del Klavier a cantar. Recomiéndanos un destino para degustar a fuego lento y otro para devorar fast food (pero “de qualité”): A fuego lento, Birmania. A pesar de ser uno de los países más pobres del mundo, la comida es fantástica, y la gente, más amigable, imposible. Para devorar fast food, Bangkok, posiblemente el lugar con mejor comida callejera del mundo.

¿Qué lugar te trae un recuerdo más dulce? ¿Y en el que has catado el mejor postre? Las chocolaterías de Bayona, en el País Vasco francés. Solía ir con mi madre y mis tías cuando nos íbamos de excursión por allí, y creo que pocas veces he disfrutado tanto con un dulce como entonces.

¿Qué sitio se te ha indigestado de los que has conocido hasta ahora? Katmandú. Después de tenerlo toda la vida idealizado, me pareció un horror absoluto de ciudad. Fea, incómoda, hipercontaminada, con el centro tomado por la purria turística y con una oferta gastronómica lamentable, a años luz de otras capitales de Asia.

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¿Qué

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es lo que nunca te falta en la maleta cuando viajas al extranjero?

¿Y qué es lo que más echas de menos cuando estás fuera? Nunca faltan tapones para los oídos y ropa para todas las condiciones atmosféricas posibles. Naturalmente, parte de esa ropa vuelve a casa sin ser usada, un disparate del que no aprendo. Lo que más echo de menos es hacerme mi propia comida y dormir en mi cama.

¿Cuál es el trasto más útil para la cocina que has descubierto últimamente? ¿Y el más absurdo? ¿De cuál no puedes prescindir? El más útil es un cepillo para verduras: lo pasas por las zanahorias, las patatas o las remolachas y no hace falta pelarlas. El más absurdo, un clonador de penes en chocolate que descubrí el otro día en internet. Aunque bueno, quizá no es tan absurdo. Puedo prescindir de casi todo... quizá de un cuchillo decente sería lo más difícil.

Cinco ingredientes indispensables para salir del sota-caballo-rey de la cocina rápida con facilidad y dignidad: Suponiendo que hablemos de complementos con los que cocinar ingredientes principales, yo diría que anchoas, alcaparras, guindillas, una mostaza de alto nivel y una buena colección de hierbas frescas.

¿Nos descubrirías tu lugar de compras gourmet? No me gustan nada las tiendas tontas en plan delicatessen, compro siempre en mercados: Boquería, Abacería, Libertad y ahora que me voy a mudar a esa zona, Ninot. Para mí es lo mejor de Barcelona, el nivelazo que tienen sus mercados.

El mejor mercado que hayas visitado: Difícil... El más especial, el de pescado de Catania, en Sicilia. Es un espectáculo por las especies que ves. Marinas y humanas.

Como gran amante del cine y de las series de televisión, ¿qué personaje dirías que cocina o se alimenta mejor en la gran y en la pequeña pantalla? Yo diría que la que se alimenta mejor es Doña Eugenia, la madre de Aída. La que se alimenta más, al menos. También me gustaba mucho el cocinero sueco de los Teleñecos. En el cine, no ha habido mejor chef que Remy, la rata de Ratatouille.

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¿De copas con Don Draper o con Tony Soprano? ¿Un menú de Betty Draper o de Carmela Soprano? En lo primero tengo dudas: me cae mejor Tony Soprano, aunque como compañía es más peligroso que Don Draper. En lo segundo, Carmela de cabeza. Una película y una canción para abrir el apetito Película, ‘Comer, beber, amar’, de Ang Lee. Canción, ‘Summer Wine’, de Nancy Sinatra y Lee Hazelwood. La música no me suele llevar a cocinar de una forma u otra, pero puestos a fantasear, diría que

¿Qué grupo de música te incita a cocinar con mucha especia? ¿Uno que te haga cocinar ‘a lo viejuno’? The Mamas & The Papas, uno de mis grupos favoritos de la California hippie de los sesenta, y Camilo Sesto, porque me recuerda muchas comidas viejunas de los setenta.

¿Eres de los que comen entre horas o de los religiosos de las horas punta? Soy más bien de la secta de los que comen pronto. Odio la costumbre española de comer a las 3 y cenar a las 10 de la noche.

Tu pecado inconfesable como cocinero y como comensal: A veces uso Avecrem. Me encantan los palitos de falso cangrejo picados con mayonesa.

¿Qué es lo peor que te puedes encontrar en un restaurante? La tontería, en esos sitios que se creen finos, modernos y cool cuando no son más que paletos dando mal de comer.

¿Qué cóctel te gustaría que le quitase el protagonismo al Gin Tonic? ¿Con qué personaje real o ficticio te encantaría compartirlo? El vodka tonic. Con Chus Lampreave.

¿Algún souvenir que recuerdes con especial cariño que hayas hecho o te hayan hecho? Un juego de vasitos de sake de cerámica con una jarrita que es un cocinero gordo. Es de los años cincuenta, lo compré en Chile, y debajo pone “Hecho en Japón” en español. Nos encanta Aló Comidista, ¿algún

consejo, destino, plato que catar...para el

viajero gastronómico?

No vayas a restaurantes pijos ni turísticos, fíjate en lo que come la gente normal del país al que vas y no tengas miedo de probar nada.

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R u ta ga st ro n ó m i c a p o r Va l l a d o l i d

RUTA GASTRONÓMICA POR VALLADOLID MARTA SAHELICES

Algo está pasando en los últimos años en Valladolid, la revolución ha llegado a la alta cocina, y eso se traduce en elaborados y sabrosos pinchos que juegan con la originalidad, tanto en el campo de los productos que se utilizan para crearlos, como en su presentación. Adoro el sol castellano. Cuando abro la ventana a las ocho de la mañana y descubro que el cielo está totalmente despejado, la gente camina en sandalias y el frescor ‘tibio’ de la mañana augura un mediodía de unos treinta grados, tengo ganas de gritarlo a los cuatro vientos (o, en su defecto, regocijarme frente a quienes se empeñan en despotricar acerca del frío del que adolece Castilla y León). Estoy en Valladolid, yo también llevo sandalias y mi objetivo es descubrir por qué esta urbe de poco más de 300.000 habitantes comienza a despuntar entre los círculos gastronómicos. Mi primera cita es dentro de varias horas, así que, todavía con el runrún de las temperaturas extremas en mi cabeza, decido caminar hasta el Museo Casa de Cervantes y su bello jardín (Calle del Rastro, s/n). La vivienda en la que el genio se instaló en 1604 después de que Felipe III trasladase la Corte a Valladolid es bastante humilde y aún se palpa el espíritu de la época. Mi imaginación no descansa y le veo corrigiendo con su pluma las pruebas de imprenta de la primera parte del Quijote, perdón, de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Recorro el resto de estancias lentamente, el suelo es original, las camas muy pequeñas y en las paredes hay enmarcados diferentes originales de su puño y letra. En ellos descubro que el creador de la novela moderna firmaba tanto sus obras como sus cartas con ‘b’. Sí señor, Miguel de Cerbantes Saavedra. Un hecho que, más que anecdótico, utilizo como paralelismo para recapacitar acerca de todo aquello que damos por cierto de un destino. En el caso de Valladolid, abandonar estas imágenes preconcebidas me

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ha permitido descubrir una cocina de autor, con toques de mercado y una cuidada presentación. Los platos más típicos y tradicionales ya no asustan y los pinchos se han nacionalizado como castellanos. Muestra de esta corriente creativa es el restaurante de una estrella Michelin, Ramiro’s. Un espacio minimalista, diáfano y repleto de luz enmarcado en el Auditorio Centro Cultural Miguel Delibes, obra del arquitecto Ricardo Bofill Levi y cuya agenda anual incluye desde actuaciones de grandes orquestas hasta ópera. En él, Jesús Ramiro Flores practica una filosofía de trabajo en la que se respetan los sabores y los puntos de cocción y cuyo resultado es una cocina “cargada de técnica, pero divertida”. Una actitud muy relacionada con la edad de Jesús, quien contaba 26 años cuando Ramiro’s obtuvo la estrella y que, a sus 30, todavía sigue investigando sobre el modo de sorprender a sus comensales con sus platos y tatuajes. Sobre este asunto bromea al recordar cómo alguna gente mayor todavía se extraña de su aspecto cuando se acerca a saludar a las mesas después de cada servicio. El chef reconoce que en su trabajo utiliza las mismas proporciones de esfuerzo que de diversión, alquimia de la que surge uno de los aperitivos más refrescantes de la carta: los aceites, “un plato para mojar pan”, comenta. Hay todo un ritual en torno a él: se ‘dibuja’ en la vajilla, como si fuera un lienzo, con diferentes texturas que representan los sabores más representativos de cada región de Castilla y León (emulsión de alubias de la Granja, puré de higos de Soria, germinado de puerro de Sahagún, piñones de Pedrajas, etc.) y se riega todo con aceite. Confiesa que el prefijo 91 aparece cada vez más en su teléfono, si sumamos el precio del menú (56€) al del AVE Madrid-Valladolid (unos 40€ con ofertas web), esta estrella Michelin se ha convertido en un buen chollo.


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R u ta ga st ro n ó m i c a p o r Va l l a d o l i d

El cocinero nos invita a conocer el nuevo establecimiento de su padre, Jesús Ramos Pastor, situado en el décimo piso del Museo de la Ciencia de Valladolid (una antigua harinera rehabilitada y reedificada por Rafael Moneo y Enrique Teresa, ahora sede del planetario y con exposiciones y actividades educativas). Tapas Wine Bar by Ramiro’s surge como una respuesta a un mercado vallisoletano mucho más enfocado hacia el picoteo. Los precios son asequibles; la base, el producto castellanoleonés y el genio, un experto de los fogones cada vez más implicado en su labor de asesoría y formación (consulta sus cursos de cocina y cata). Todo está diseñado para estimular los sentidos: las vistas de la ciudad, los dibujos de las tapas en las paredes, la cocina a la vista y su larga barra. De su moderna bodega escapa diariamente La locura del día, más que un vino, un capricho con nombre propio: Château Margaux, Vega Sicilia, etc. ¿Puede existir mejor maridaje para un Sushi Japocastellano (makis de embutidos ibéricos) o para un Capuccino Chinosoriano (setas de Soria y chinas)? De regreso al centro decido cruzar el Pisuerga por el Puente Colgante, de mediados del XIX. Construido en Birmingham, es el segundo más antiguo de la ciudad tras el Puente Mayor, que fue el único paso del río durante más de 500 años. De aspecto industrial, cuentan que es tan delicado que ya en los años 60 ni siquiera permitían pasar por él en formación a los alumnos de la Academia de Caballería. Recorro el delicioso Paseo Zorrilla al tiempo que me deleito con sus señoriales edificios (es quizás la zona más cara de Valladolid para vivir) y llego por fin al Campo Grande, un parque urbano de 11 hectáreas y forma triangular en el que los pavos reales campan a sus anchas. Atravieso la Plaza Mayor (la primera regular de España), que en el pasado fue plaza de mercado y escenario de celebraciones populares como los toros –hasta que en el siglo XIX se construyese la primera plaza de toros de Valladolid, el Viejo Coso, de planta octogonal y donde hoy los antiguos palcos se destinan a viviendas–. Y compruebo que esta sí que ha recuperado en parte su espíritu primigenio de lugar de reunión y punto de encuentro gracias a los eventos culturales celebrados en ella asiduamente. Ya en el Patio Herreriano Museo de Arte Contemporáneo Español me encuentro por casualidad con su directora, Cristina Fontaneda Berthet, quien me guía por las salas mientras me explica cómo la colección

de más de 1.000 piezas abarca desde 1918 hasta nuestros días, y percibo como ‘lo actual’ va calando poco a poco en el espíritu vallisoletano más férreo y centenario. Mientras me preparo para la cena, escribo en mi cuaderno: “Valladolid es contemporánea”. Le sigue el apunte “restaurante tradicional” tachado con un contundente borrón y sustituido por un “¡indispensable, con espíritu creativo!”. Ésto se debe a la primera impresión que genera el restaurante Don Bacalao. Aquí la ‘v’ puede que sean los azulejos y las sillas de madera castellanas, pero la ‘b’ se traduce en un increíble Ferrero Rocher de foie, anguila ahumada y chupito de manzana ácida, de nombre Tentación, y Pincho de Oro en el XII Concurso Provincial de Pinchos de Valladolid (el tercero en el palmarés de Alfonso García). Amanece un nuevo día soleado, es sábado y en el pulso de la ciudad se percibe la relevancia del visitante en la economía vallisoletana. Siguiendo la estela de los premios, aterrizo en Los Zagales, restaurante ganador del VI Concurso Nacional de Tapas y Pinchos 2010 con su original Tigretostón. Frente a un refrescante vino blanco, charlo con los hermanos Antonio y Javier González sobre éste y otros platos en miniatura galardonados, como el Obama en la Casa Blanca o el Chipirón relleno de cococha de bacalao, piel de cochinillo confitada, espárrago triguero y salsas pil pil y vizcaína. Todavía con el aroma de la turbina de humo que desprende éste último, me despido y me dirijo a La Criolla, donde mi almuerzo en su concurrida terraza comienza con unas sorprendentes Alcachofas rellenas de foie, una delicada Milhoja de rape rellena de salmón y gambas y un suave y sabroso lechazo deshuesado y termina con una copa de champagne frente a ‘Paco el de la Criolla’ y a su nueva creación para el próximo concurso: un Kinder relleno de perdiz escabechada y frutas rojas cuyo caparazón de chocolate se derretía al compás del hilo de crema de espárragos con el que era regado. La filosofía del cocinero oficial del Comité Olímpico Español es clara: “hay que engañar al corazón, pero no al estómago”, y su cocina, honesta. Modo de trabajar que se traduce en un ‘todas las mesas están completas’. Y, en mi caso, en un egoísta “no pienso abandonar esta privilegiada mesa hasta que disfrute de este cremoso helado artesanal de queso”.

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N U E VA S C O SA S D E C O M E R S E E S TÁ N H A C I E N D O VA L L A D O L I D RAFAEL DE ROJAS

(

E I B

QUE ) N EN

El Café Berlín es mi próximo objetivo para la sobremesa. Me han comentado que es especialista en café bombón –¡mi preferido!– y que está junto a la Catedral Metropolitana, pero no es que esté junto a ella, es que desde su terraza prácticamente puedes tocar el muro de la torre nueva. Desde este callejón angosto colindante a la llamada ‘La Inconclusa’ (en el proyecto inicial de Juan de Herrera del siglo XVI la catedral estaba concebida con cuatro torres), chequeo en el teléfono –gracias al wifi– qué lugares me quedan por conocer de Valladolid. Aunque, pensándolo mejor, prefiero apagarlo y dejar que Soti, su propietario, me explique en persona historias sobre La Antigua, San Pablo y su portada, el Teatro Calderón y La Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladolid) o el ‘Museo de Escultura’. Este reportaje se publicó en el número 42 de la revista Traveler.

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.- Cerveza Casasola (Valladolid). Resulta que Valladolid, en cuanto a cervezas, es la Baviera española por las materias primas: el 80 por ciento de cereal maltero de la Península se produce aquí y el agua es rica en cal. Esto, que es nefasto para las lavadoras de los anuncios, resulta estupendo cuando se trata de elaborar cervezas. Así que en la provincia han surgido media docena de marcas artesanales de las que la más exitosa es Casasola, que tiene sus propios campos de cebada y un manantial subterráneo que trae un agua muy filtrada desde la Sierra de Segovia. En un año han conseguido un nombre entre los entendidos, una aceptable presencia en Madrid y Valladolid y sobre todo una cerveza bien rica, con olores reconocibles y alejada de los sabores monolíticos de las que llevan carbónicos añadidos. Si te acercas a la casa de labranza benedictina del siglo XIV de Casasola (en la carretera de Villabáñez, a cuatro kilómetros de Valladolid), los hermanos Perdomo-Spínola te hacen una cata y te explican lo de la doble fermentación y lo de las maltas y el carbónico natural. Y es ahí cuando te arriesgas a que la relación con tu botellín de toda la vida ya nunca vuelva a ser la misma. Aquí se siguen las técnicas italianas, le echan miel y nuez a su cerveza Silos y le sacan todos los matices a su rubia Benedictina y lo explican todo tan bien... Un trago es un flechazo. Pronto la verás por ahí: sus 16.000 litros al mes se van a duplicar en un año.

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.- Quesos Cantagrullas (Ramiro). Rubén Valbuena es un geólogo vallisoletano de 30 años que, después de viajar por todo el mundo con su mujer y sus cuatro hijos, decide instalarse en Ramiro y casi duplicar la población (eran 8). Allí aplican lo aprendido en las queserías de la tierra de su señora (Francia) y comienzan a hacer unos quesos de leche cruda de ovejas castellanas. El queso fresco no se trabaja aquí, y tuvieron que pedir permisos especiales. Al final ha valido la pena, y su Juncal, lavado con salmuera, o su Torrejón, con una corteza de polvo de carbón de madera están a la altura de los franceses en los que se basan. Su estrategia fue estar presente en las redes sociales y repartir tarjetas por todas partes antes siquiera de poner el primer queso a la venta. En un año, ya vende en los mercados madrileños de San Miguel y San Antón y en tiendas de delicatesen, además de en su web.

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.-Gamba Natural (Medina del Campo). Si hay restaurantes chinos en Las Hurdes por qué no iba uno a poder comerse unos langostinos de Medina del Campo. La empresa Gamba Natural (que no vende

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¿Pero qué está pasando en Valladolid? Cerveza en la tierra del vino. Quesos frescos al estilo francés. Gambas de secano. Pasteles castellanos con alma de cupcakes. Un vino que no quiere que lo conozcas. Un restaurante en el que se experimenta con lo que se saca de los pinares. Venga a innovar. Y desde pueblos tan pequeños como Ramiro, con ocho habitantes. Un escándalo.

gambas, si no langostinos) cuenta con 24 tanques con 7.000 metros cúbicos de espacio con los que pueden producir hasta 150 toneladas de langostinos al año, el triple de la producción nacional. Hasta ahora sólo unos locos texanos habían hecho algo parecido tierra adentro. En junio ya empezaron a llevar los primeros ejemplares vivos de este crustáceo tropical criado en cautividad a los restaurantes y mercados de Madrid. En lo que se van popularizando y empiezan a crecer los primeros bogavantes, en La Tapería de la Plaza de Medina del Campo ya sirven tapas de langostino castellano. Sin florituras, pero tan frescos como puedan serlo unos langostinos que sólo han recorrido unos metros para llegar a tu mesa.

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.- Pastelería Arranz (Pedrajas). No podría explicar qué es lo que convierte a los dulces de Julián Arranz en algo único. Podría hablar de las dos decenas de premios y menciones que ha conseguido antes de cumplir los 30. O señalar lo lejos que están llegando sus pasteles, y contar que esta misma semana está en Maldivas, impartiendo clases en la Universidad de Male, la ciudad cuya tele ha emitido la elaboración de uno de sus postres en directo. O explicar cómo ha debido cristalizar la sabiduría de las dos generaciones de pasteleros que le precedieron en un chico que parece tímido, pero que se debe de convertir en todo lo contrario a la hora de investigar y experimentar. Para comprobarlo vais a tener que acercaros a su pueblo y comeros uno de sus escultóricos pasteles, de esos a los que da pena meterles la cuchara. Y mejor que vayáis pronto, porque los más originales vuelan enseguida. Y de paso, pasaos por la pastelería Frías (Marcos Salgueiro, 2, Olmedo, a 7 kilómetros), donde llevan décadas haciendo una crema pastelera difícil de superar. Y luego que alguien me explique el expediente x de los dulces extraterrestres de este rinconcito de Tierra de Pinares.

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.- Tomás Postigo (Peñafiel). Químico de formación, Tomás Postigo definió con Protos lo que serían los tintos modernos de Ribera del Duero. Eso fue hace 25 años. Después, crearía de la nada Pago de Carraovejas. Ahora, se ha decidido por fin a poner su nombre en las etiquetas y confiar en él y en el propio vino para venderlo: no se presenta a premios, según cuenta Javier Melero, el gerente de la bodega. El resultado es un Crianza 2009 en el que la selección de la uva del Valle del Duero es fundamental (es tempranillo sobre todo, pero también merlot y cabernet sauvignon) y que va a ser lo más elegante que bebas este año. Eso si consigues hacerte con una de las 100.000 botellas que ha sacado a la venta y que rondan los 18 euros.

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.- La Botica (Matapozuelos). En el restaurante de Miguel Ángel de la Cruz se toma zumo de piña. Lo raro es que esa piña no es la tropical, es la piña albar verde, que abunda en los pinares de la zona. Miguel Ángel es uno de esos cocineros que mira alrededor y ve cosas que nadie había visto así hasta ahora, al estilo de Ángel León en el Aponiente de El Puerto de Santa María, pero en secano y, de momento, sin estrella Michelin. Sus menús está llenos de plantas medicinales (perpetua, tomillo, romero, espliego…), piñones, cardo, pichón y las mismas remolachas que alimentan las chimeneas de la Azucarera de Olmedo.

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OUKA LEELE

LA TOPOGRAFÍA QUE INSPIRA A LA ARTISTA MARÍA F. CARBALLO

Bárbara Allende también es Ouka Leele, un alter ego que emana un arte ocurrente, lleno de colorido pero también ensombrecido con blancos y negros en algunas de sus piezas fotográficas. ¿Qué lugares le inspiran? ¿De qué color los pintaría? Ouka responde al cuestionario Traveler. Ouka Leele investiga sus paisajes y sus lugares internos para crear murales, pinturas y para enfocar el objetivo de sus cámaras. Pero además, como con su arte traspasa fronteras, nos lleva por aquellas topografías que más le han infuido.

¿Qué ciudad retratarías en blanco y negro?

Lisboa, una ciudad que ya he retratado en arte y me encanta. También alguna ciudad del norte de España, Bilbao, tal vez...

¿De qué ciudad colorearías una fotografía en tonos vivos y llamativos? ¿Por qué? Alguna ciudad caribeña, pero no me decido por cual. El Caribe es color. ¿Podrías elegir una ciudad y descubrirnos tus rincones favoritos para degustar tus platos favoritos, para relajarte y para disfrutar de una noche de copas? Para comer, Roma en el Trastevere. Esas alcachofas romanas enormes y deliciosas … Para desconectar, cualquier bosque en cualquier lugar. Por las noches no soy muy de copas, pero si puede ser al aire libre mejor; hay un hotel en la Gran Vía de Madrid cuya terraza da al edificio Metrópolis donde preparan unos mojitos sin alcohol deliciosos, es el hotel Ada.

¿Qué lugar te inspira más por sus gentes, su arquitectura...?

Me inspiran los bosques, la naturaleza, aunque luego siempre saque gente en mis fotografías. Me inspiran las casas decadentes, los lugares que son como escenarios, casas de amigos, en las fiestas siempre veo escenas inspiradoras. ¿En dónde volverías a parar el tráfico para sacar una instantánea? Allí donde así lo sintiera. Cuando hice lo de Cibeles lo hice por amor, el arte es un acto de amor. Pero no vaya aquí a parecer que tengo algún interés en parar el tráfico, aunque, eso sí, sueño con ciudades sin coches. ¿Hay algún lugar en el que hayas expuesto en donde hayas sentido que la obra encaja mejor con el lugar? En China, creo que hay mucha conexión entre el público y mi trabajo. ¿Cómo definirías tu ‘Jardín Metafísico’? ¿Qué espacios propios has querido reflejar con él? Cuando me hablas de lugares, de viajes, pienso hacia mis adentros que a mí los lugares que me gustan no están en sitios exóticos, están en mi interior. No necesito y no me gustan esas vacaciones de hotel y turistas al sol. Prefiero ir a casa de unos amigos y disfrutar de la vida real. Aunque también me encantan los hoteles cuando viajo por trabajo. ‘Mi jardín metafísico’ es una pintura mural de casi 300 metros cuadrados que es para mí un jardín de mis adentros, una especie de Hortus Conclusus, el jardín cerrado del ‘Cantar de los Cantares’. Es un tema que me apasiona, veo también en ese huerto, en ese jardín del paraíso a María Magdalena encontrándose con Jesús resucitado en forma de jardinero, el más dulce jardinero.

¿Te consideras ciudadana del mundo? Sí claro, aunque me encanta España.

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C i u d a d e s AV E

AVExperience.

AVExperience ¿Quieres viajar cómodamente en tren de Madrid a Valencia en tan sólo 95 minutos? ¿Y de Madrid a Barcelona en dos horas y media? Podrás hacerlo gracias a la amplia red de Trenes de Alta Velocidad (AVE) que posee España. Si eliges estos trenes para viajar, podrás obtener descuentos para visitas culturales y conocer, en muy poco tiempo, algunas de las ciudades turísticas más importantes. Prepárate para aprovechar al máximo. Los Trenes de Alta Velocidad (AVE) de España se han convertido en un auténtico referente tecnológico de prestigio internacional. Se trata de un modelo de transporte que apuesta cada vez más por la innovación y que se ha exportado ya a otros países y mercados, convirtiendo a España en un verdadero líder mundial en este sector.

CONEXIONES HACIA EL SUR

Línea Madrid-Sevilla

 La capital de España, Madrid, está unida mediante el AVE con Sevilla, en pleno corazón de Andalucía. En menos de dos horas y media puedes pasar de contemplar famosos monumentos de Madrid como el Palacio Real o el Museo del Prado, a disfrutar de la gastronomía y el encanto de los lugares más bellos de Sevilla como la Giralda y la Torre del Oro.

Esta misma línea realiza otras paradas intermedias. La primera de ellas, en Ciudad Real, tierra famosa por haber sido inmortalizada en la obra “Don Quijote de la Mancha” de Cervantes. La segunda, en Puertollano. Y la tercera, en Córdoba, cuyo centro histórico es Patrimonio Mundial y donde observarás monumentos como su famosa Mezquita. Línea Barcelona – Sevilla

 Ir de Barcelona a Sevilla en AVE te llevará poco más de cinco horas. ¿Te imaginas las posibilidades que te ofrece? Por ejemplo, amanecer junto a la Sagrada Familia y disfrutar de un paseo por el Parque María Luisa de Sevilla por la tarde. El tren también hace parada en Camp de Tarragona, Lleida, Zaragoza, Ciudad Real, Puertollano y Córdoba.

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Línea Madrid – Albacete

 Esta línea tiene paradas en Cuenca, Ciudad Patrimonio de la Humanidad donde podrás conocer sus famosas Casas Colgadas o su Ciudad Encantada, y en Albacete. ¿Una de las mejores fechas para visitar este destino de Castilla-La Mancha? Septiembre, cuando se celebran sus fiestas más conocidas. 
 Línea Madrid-Málaga
 También en Andalucía y a sólo 150 kilómetros de Córdoba, los trenes AVE te llevan de Madrid hasta Málaga, donde te maravillará su Teatro Romano. En muchas ocasiones Renfe (la empresa encargada de los AVE) oferta promociones como la visita con descuento a uno de los museos más famosos de Málaga, el Museo Picasso, presentando el billete de AVE.

Esta misma línea realiza paradas intermedias en Córdoba, Puente Genil y Antequera. 

Línea Barcelona – Málaga

La conexión AVE con Málaga también se hace desde Barcelona. De este modo, puedes desplazarte prácticamente de punta a punta del Mediterráneo español en poco más de cinco horas y media. Las paradas de esta línea son Camp de Tarragona, Zaragoza, Córdoba, Puente Genil y Antequera.

CONEXIONES CENTRO-ESTE DE ESPAÑA

Línea Madrid – Valencia

 El corredor Madrid-Levante te ofrece un servicio de trenes AVE diarios de los cuales múltiples conectan directamente Madrid y Valencia en 95 minutos. Perfecto para disfrutar de lugares como la espectacular Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Gracias al éxito de esta línea, en breve se pondrá en marcha la posibilidad para los cruceristas que lleguen a Valencia de realizar una excursión en AVE a Madrid para visitar el Museo del Prado con ida y vuelta en el mismo día. El resto de trenes de esta línea efectúan también paradas en las estaciones de Cuenca y Requena-Utiel.


C i u d a d e s AV E

AVExperience.

Si te gusta esta manera de viajar, seguro que te interesa la iniciativa Avexperience, que te ofrece una nueva forma de descubrir España, a través de la alta velocidad: Un medio de transporte rápido, seguro y sostenible, que logra que el viaje en sí forme parte de una experiencia única. Con Avexperience dispones de flexibilidad total de horarios que te permitirá diseñar un viaje a medida en el que marcarás el ritmo para acercarte a 16 destinos que merecen la pena: Antequera, Barcelona, Calatayud, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Lleida, Madrid, Málaga, Puertollano, Segovia, Sevilla, Tarragona, Valencia, Valladolid y Zaragoza. Conocerás de cerca el amplio patrimonio histórico, cultural, gastronómico y de ocio de un país que enamora. A continuación te detallamos todas líneas que están a tu disposición según dónde vayas a desplazarte:.

CONEXIONES CENTRO-NORTE DE ESPAÑA

Línea Madrid – Barcelona

 Otra opción es viajar en AVE a Cataluña, al noreste de España. Barcelona, su capital y una de las ciudades más importantes de España, está perfectamente comunicada a través del AVE, por lo que podrás llegar desde Madrid a esta metrópoli en dos horas y media sin realizar paradas. Una vez allí, descubrirás monumentos como la Sagrada Familia o la Catedral. 
El AVE conecta a su vez Barcelona con Girona y con Figueres (donde, en la estación de Figueres Vilafant y cambiando de tren, se puede llegar directamente a París). En Girona podrás disfrutar de su antiguo barrio judío o su Catedral. Y en Figueres no te puede faltar una visita al Teatro-Museo Dalí.

Algunos servicios de esta línea también realizan paradas intermedias. La primera, en Zaragoza, sede de la Expo de 2008 y donde no te puedes perder su Basílica del Pilar. La segunda, en Lleida, donde, si eres amante de la nieve, disfrutarás de estaciones de esquí (recuerda que los trenes AVE están equipados con porta esquís para el transporte de tablas y bastones). Y la tercera, en la estación de Camp de Tarragona, a poco más de 10 kilómetros de Tarragona,

que cuenta con las magníficas playas de la Costa Dorada y cuyo conjunto arqueológico de Tarraco ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
 Línea Madrid-Huesca

 ¿A qué más ciudades te puedes trasladar con la rapidez de los trenes del siglo XXI? Esta línea te lleva a Guadalajara, donde te fascinará la belleza del Palacio del Infantado; Calatayud, Zaragoza, Tardienta y Huesca, con un rico patrimonio monumental y perfecta también para los amantes del esquí.

 Línea Madrid - Valladolid

 En Valladolid, a poco más de 200 kilómetros de Madrid, podrás disfrutar de su Catedral del siglo XVI. Y si deseas conocer Segovia, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, esta línea también realiza una parada intermedia en esta ciudad, donde te sorprenderá la belleza de su Acueducto o de su Alcázar.

 A todas estas líneas que conectan la capital con el resto de España se suman las que unen Málaga-Barcelona y Sevilla-Barcelona. Además, existen múltiples trenes también de alta velocidad pero especializados en distancias medias (como el caso del

AVANT) que conectan destinos turísticos como Madrid-Toledo (cuyo centro histórico es Patrimonio Mundial) en tan sólo media hora.

Trato inmejorable
Los trenes AVE te ofrecen, además de un verdadero compromiso de puntualidad, multitud de servicios. Variados menús, cafetería, películas, canales de música, actividades de entretenimiento para los niños, conexión gratuita a Internet (próximamente), precios especiales para grupos, descuentos para museos o múltiples horarios de salida son sólo algunos de ellos.

Ya no tienes excusa para no conocer España mientras disfrutas, a través de los cristales del tren, de la belleza de sus paisajes. En familia o con amigos, no lo dudes más, ponte en marcha y no pierdas tu tren.

La red de trenes AVE está en continua expansión, por lo que cada vez son más la ciudades españolas que cuentan con estos servicios.

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Rutas

Los trenes AVE recorren las siguientes rutas: Madrid-Barcelona (por Guadalajara, Calatayud, Zaragoza, Lérida y Tarragona) Madrid-Barcelona-Girona-Figueres Vilafant Madrid-Sevilla (por Ciudad Real, Puertollano y Córdoba) Madrid-Valladolid (por Segovia) Madrid-Huesca (por Guadalajara, Calatayud y Zaragoza) Madrid-Málaga (por Ciudad Real, Puertollano, Córdoba y Antequera) Barcelona-Sevilla (por Zaragoza, Córdoba y Madrid) Barcelona-Málaga (por Zaragoza, Córdoba y Madrid) Barcelona-Girona-Figueres Vilafant

La central del sistema AVE en Madrid es la estación de trenes Puerta de Atocha. La línea Madrid - Valladolid sale de la estación de Chamartín. En Barcelona, los trenes AVE salen de la estación Barcelona Sants

Servicio

El control de acceso se hace en la plataforma antes de abordar el tren. Los trenes AVE ofrecen una amplia variedad de servicios a bordo en las rutas mencionadas, por ejemplo, cómodos asientos reclinables, televisión y música y restaurante. Los pasajeros con reservas en 1.a clase club y preferente pueden ingresar a la sala de espera exclusiva “Sala Club”. Más información en renfe.es/ave (inglés)

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CIUDADES ÚNICAS E IRREPETIBLES

Representan una parte importante de la aportación de España a la cultura universal. Son las Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Recorrerlas es una buena forma de conocer la historia de España, su riqueza artística y sus tradiciones populares. Cada parada de esta ruta le descubrirá un espacio urbano único y diferente. ¿Se apunta al viaje? Un pasado de siglos reflejado en una valiosa herencia cultural. Monumentos únicos y magníficos. Calles que trasladan a otras épocas. Historia, arte y arquitectura se mezclan de manera singular formando lugares irrepetibles: las Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Conocerlas es encontrarse con la mejor contribución urbana de nuestro país a la cultura universal. Algo que no se puede perder. Acompáñenos en este recorrido: a través de las Ciudades Patrimonio descubrirá una muestra sobresaliente de la diversidad de España. Y es que admirar edificios espléndidos y diferentes estilos artísticos es sólo una parte de lo que puede hacer en ellas. También podrá participar de sus fiestas y tradiciones, momentos en los que la ciudad cobra protagonismo especial y nadie es extraño. O comprobar la vitalidad de sus cascos históricos, con sus comercios, mercados y locales típicos. Y, cómo no, degustar la gastronomía del lugar. Sea cual sea la ruta elegida, le recomendamos visitarlas con tranquilidad. Porque cada Ciudad Patrimonio destaca por cierto elemento o característica, pero en todas hay mucho más. Resérvese varios días para pasear sin prisas por sus calles y disfrutar de todo lo que le ofrecen. Y si puede, no dude en recorrerlas por la noche, cuando la belleza de sus monumentos resalta espectacularmente por la iluminación nocturna.

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C i u d a d e s AV E

Tr a s l o s p a s o s d e G o y a e n A r a g ó n .

TRAS LOS PASOS DE GOYA EN

A R A G Ó N Francisco de Goya es uno de los grandes maestros de la pintura. Fue un adelantado a su tiempo, genial y sensible. En esta ocasión, le invitamos a conocer sus obras en Aragón, al noreste de España, la tierra que le vio nacer e iniciarse como artista. España ha dado al mundo algunas de las figuras más importantes de la historia de la pintura. Goya es uno de ellos. Su amplia obra refleja vivamente la sociedad y los acontecimientos de su época. Descubrirla es un viaje cultural que le llevará hasta su lugar de nacimiento, Aragón. En esta región podrá seguir las huellas artísticas de tan genial pintor visitando los museos y monumentos de varias ciudades. ¿Preparado para disfrutar de la magia de sus pinceles? Pues adelante.

Zaragoza goyesca

La ruta comienza en Zaragoza, a 320 kilómetros de la capital de España, Madrid. Gracias al tren de Alta Velocidad (AVE) tardará apenas 90 minutos en recorrer esa distancia. A Goya lo encontrará por muchos sitios de la localidad. Para empezar, en los frescos de la Basílica del Pilar, a 28 metros de altura. Podrá ver su mano en la bóveda, la cúpula y las cuatro pechinas. La Cartuja de Aula Dei es otro edificio que cuenta con la firma del maestro. En este monasterio realizó, en 1774, una serie de once pinturas murales de las cuales se conservan siete. Tome nota: contemplarlas es posible el último sábado de cada mes, solicitando cita por teléfono con antelación. El recorrido continúa en el Museo Camón Aznar, que posee una de las colecciones más completas de grabados de Goya: a través de las series de dibujos de Los Caprichos o Los Desastres de la Guerra percibirá la visión histórica y los sentimientos del artista. Las siguientes paradas son el Museo de Zaragoza, el Patio de la Infanta y el Palacio Arzobispal, que también poseen destacadas obras del pintor. Si lo desea, podrá descubrir estos lugares realizando la visita turística temática de Goya de la ciudad. En las oficinas de turismo puede informarse de todo y apuntarse.

Sintiendo a Goya

A menos de 50 kilómetros de Zaragoza, en las poblaciones de alrededor, también está presente Goya. Por ejemplo, en Fuendetodos, donde se encuentra su Casa Natal y el Museo del Grabado, que exhibe una muestra permanente de Los Caprichos, Los Desastres, La Tauromaquia y Los Disparates. Aún tendrá más por ver, ya que en Calatayud le espera la cúpula principal de la iglesia de San Juan el Real. Alagón, Muel, Remolinos y Pedrosa son otras localidades que conservan piezas creadas por este gran artista. Por último, le recomendamos acercarse hasta Huesca, a 72 kilómetros de Zaragoza, y visitar su Museo. Aquí podrá disfrutar de varios de sus retratos y de una serie de cuatro litografías de

L o s To r o s d e B u r d e o s .

Descubrir a este español universal que es Goya, en la tierra que le vio nacer, es embarcarse en un viaje de sensaciones a través del arte. Simplemente genial. Más información: Turismo de Aragón. Ruta de Goya

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Staff

EDITORIAL Directora Lorena Frutos Lorena@Chaomagazine.com Subdirectora Miriam Peña Miriam@Chaomagazine.com Redactor Jefe Pedro Morales Pedro@Chaomagazine.com

COMERCIAL Director comercial Julián Diaz Jefa de Publicidad Maria Cañas

EDITA Pages&Letters Ibiza, 20 28039 Madrid www.p&c.com

HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO Ilustración Lorena Frutos Fotografía Pedro Morales

Queda prohibido la reproducción total o parcial de esta revista. Prueba de contro: Mayo 2013/Junio 2013-Tirada media 32.241



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