La batalla de Karlavach provoca un enfrenta miento. El enfrenta miento se extiende y ya los ejércitos avanzan y vociferan los jefes: “¡Adelante! ¡Atrás! ¡Va mos!”. Los gorros vuelan hacia el enemigo, que se los devuelve por el aire. Les siguen botones de casacas y finalmente uniformes. De pronto, todos están en calzoncillos. Ahora nadie sabe a qué ejército pertenece. “¡Tengo ha mbre!”, excla ma uno. “¡Yo ta mbién, yo ta mbién!”, se oye desde todos los lados. Y ya el olor a salchicha asada y los pensa mientos en los más queridos de casa alejan a los hombres de la batalla. Sola mente los comandantes en jefe de los ejércitos se quedan,
Heinz Janisch / Aljoscha Blau
nas gotas de helado de arándanos caen sobre la piel de un perro, lo que
rígidos como monumentos de piedra.
ISBN 978-84-120521-4-5
www.loguezediciones.es
Lóguez
Y entonces marcharon. De una parte, iban los Casacas Azules; de la otra, los Casacas Rojas. Los comandantes en jefe estaban situados en dos colinas y vociferaban al viento.
tronaba por encima de las cabezas de los soldados. En el cielo, las nubes se retiraron.